Así las cosas, Nikolah entró en la Sede de la CSG, y se sorprendió al ver su aspecto moderno, casi futurista. Todo era de metal, y hasta las paredes parecían estar recubiertas con capas de acero. De hecho, no había "paredes" como tal, pues todo era curvo, rodeando el ascensor que se ubicaba en el centro. Y, como le había dicho Farrow, aquello parecía tener muchas, muchas plantas. Erwin esperaba allí, en la planta baja, leyendo algunos informes mientras esperaba la llegada de los chicos. Pero no era lo único para hacer allí. Un cartel mostraba las distintas plantas y lo que había en cada piso. Tal vez curiosearlo era buena idea... así sabría si había otro lugar al que fuese interesante acceder. Resultaba curioso, también, el hecho de que hubiese cuatro puertas, una en cada punto cardinal, conectada con uno de los pasillos que daba al módulo. Nikolah y Talía habían entrado cruzando el módulo este, pues había que pasar por algún módulo para entrar y salir del lugar... pero parecía que podía accederse desde cualquier otro módulo, en cualquier caso. El módulo sur lucía muy distinto al este, sin duda. La calidad del lugar era la misma, y, de hecho, todo era idéntico en aspecto y distribución... pero solo el aura de aquel sitio, la sensación que uno tenía al entrar, ya era muy diferente. Las celdas estaban bien cerradas con barrotes gruesos, había el doble de vigilancia, y nadie caminaba por allí sin ser escoltado por un guardia. En todo caso, en la puerta había una joven que vestía como el resto de alguaciles que le dejó entrar. Las celdas podían verse desde fuera, pero quizá encontrase algo interesante en alguna... y, además, Devan también pudo ver a través de las ventanas el patio del módulo, desértico, vacío. ¡Oh, un momento! Dos de los presos eran gente que, pese a que Devan no reconocía, a la vez conocía bien: una mujer con aires engreídos, Ellie, y un hombre presuntuoso y con un rostro que ya rezumaba cinismo, Blaise. Así que sus celdas estaban en ese módulo... Las celdas se veían... relativamente cómodas, desde luego. Y, pese a que tenían barrotes, las puertas estaban abiertas en su mayoría. La gente tenía una evidente libertad de movimiento allí. Tenían un baño apartado del resto de la celda y una o dos camas, dependiendo de si la celda era individual o compartida. Tal vez fuese buena idea preguntarle al guardia el por qué de tanta libertad... o al menos, todo lo que pueda parecérsele a la libertad, teniendo en cuenta que seguían estando encerrados allí. Al ver que Hubert se dirigía a él, el guardia de seguridad alzó la cabeza, tenso. Seguramente había sido informado de quiénes eran ellos, los holders, y la situación le ponía tenso. En cierto modo, eso hacía que uno se sintiese importante, casi como si fuese un investigador profesional, ¿eh? —H-Hola, ¿puedo ayudarle en algo? >> ¿Por qué en este módulo todo parece tan "suave"? >> ¿Qué sabes sobre el incidente de Henry? Effy cruzó las puertas del módulo, pasando junto al guardia correspondiente, que la dejó entrar, y observó sus alrededores. Las celdas, y la zona en general, era... bastante distinta al resto de módulos. Mantenía la estructura, eso sí, pero no había celdas como tales, sino más bien, habitaciones o incluso "salas", cada una de lo más variopinta. Effy vio a pocas personas caminando por allí, de hecho; únicamente un puñado de humanos pululaban por el patio. Pero lo curioso es que allí había muchos, muchos pokémon. ¿Por qué había pokémon allí? ¿No era extraño? ¡Oh! Uno de los humanos que estaba allí, ¿no era Sear, el breakdancer culpable de "el caso contaminado"?
Mimi Honda El viaje en barco fue tranquilo y pacífico... todo lo que no era la prisión. Silenciosa sí... pero tan silenciosa que podía escuchar el sonido de nuestros pasos resonar y hacer eco. Resultaba inquietante. El ambiente era pesado y tenso. Me inquietaba pensar que si nunca se hubiera probado mi inocencia en relación al caso de los McRoy yo misma podría haber acabado allí. Encerrada y vigilada las veinticuatro horas del día. Por muy buenos abogados que pudiera costearme mi padre, nunca hubiera superado el tremendo golpe que me supondría haber sido acusada y juzgada injustamente. Pronto empezamos a dispersarnos. Aquel chico desgarbado que nos había saludado con tanta confianza en la isla, llevando una niña pequeña en sus hombros, se detuvo a escuchar las explicaciones del detective. ¿Quién era ese tipo, en primer lugar? ¿Por qué me saludaba con tanta cinfianza? ¿Por qué había tantas caras nuevas repentinamente? No eran más que unos novatos. Yo no pensaba quedarme mucho tiempo allí escuchando a Farrow resumir casos en los que había estado presente, así que miré a mi compañera a los ojos. —Emily, iré al módulo oes— No pude terminar la frase. Repentinamente vislumbré una corta cabellera rubia entre la multitud congregada. Una cabellera algo más larga de lo que la recordaba o quizás simplemente hacía mucho que no la veía. No había venido con nosotros en el barco. No había venido con nosotros a ningún lugar. Mi corazón se paró. Se sentían años. Unos larguísimos años sin tener la más mínima señal de vida. Habían sido meses, pero el sentimiento lo hacía parecer eterno. No era como si pudiera olvidarla. Seguía siendo la chica con la que tan mal me llevaba desde que la conocí hacía cuatro años. Y a pesar de que habíamos logrado entendernos y nuestra relación mejoró con el tiempo, seguía considerándola mi rival. Una rival a la que no había podido vencer todavía. —¿Effy?—musité. Con un tono bajo e incrédulo, los ojos muy abiertos de la impresión—. Dime que también la has visto. ¡Ni una llamada! ¡Ni un saludo! ¡Simplemente había desaparecido sin más! ¿Cómo demonios tenía la desfachatez de aparecer de la nada, como si fuéramos invisibles? ¿Pero quién se creía que era? En aquellos instantes no estaba de buen humor. Apreté los puños con fuerza, sintiendo una mezcla intensa de sentimientos contradictorios dentro de mí. Rabia, alivio... alegría, tal vez. Y antes de lo pensado, de siquiera ser consciente, aceleré el paso tras ella hasta que logré alcanzarla. Mi expresión debía ser de circunstancias. Pero sabía exactamente qué decir. —Detente ahí ahora mismo. Ni una llamada, ni un saludo... ¿ya te olvidaste de nosotras?—le pregunté con un tono acusador, pero no dejé que la rabia se filtrara en mis palabras.— ¿Te secuestraron incomunicada bajo tierra? Si no es eso no te esfuerces en buscar excusas. La miré a los ojos, ceñuda. >>¿Dónde estabas? ¿Tienes idea de lo preocupada que—?—me corté a tiempo, arrepintiéndome al percatarme de que iba a ser demasiado sincera. Y terminé formulando de nuevo la pregunta— ¿De lo preocupada que estaba Emily por ti? No era cierto... en parte. Emily era muy buena ocultando sus sentimientos bajo sonrisas fingidas. Pero yo no podía ser la única que la había echado de menos. Contenido oculto *fangirling hard* En el siguiente post investigo, ahora quiero fangirlear (?)
Alpha Xenodis. Las celdas no tenían nada particularmente especial: Baños, literas y poco más. La verdad tenían lo justo y necesario para sobrevivir en el lugar... Era curioso. ¿No se supone que en una cárcel debería tener más seguridad con sus presos? Igual y era la zona de delitos menores... Aunque no tiene sentido, considerando al personaje de anteriores casos en el lugar... Mejor sería preguntar. —Disculpa, ¿no tienen demasiada libertad aquí?—Interrumpí de manera un poco irrespetuosa la charla que estaba Hubert teniendo con el guardia, queriendo asegurarme inmediatamente de que mis sospechas fueran reales. >>Hablar con el guardia: ¿Por qué en este módulo todo parece tan "suave"?
El lugar era siniestro. Quiero decir, aún más. Parecía que había ido a topar con el módulo de los peores criminales: barrotes gruesos, sensación de inseguridad... un escolta que no se separaba de mí en ningún momento. Deino se agarró a mi pierna mientras iba avanzando. De entre los presos que podían verse, destacaban dos que quedaba claro que podían haber intentado sobornar a gente para evitar entrar. O tal vez ni lo intentaran. Pero preferí por el momento buscar algún tipo de pista en las celdas
El guardia tragó saliva. Casi parecía que se sintiese juzgado, el pobre. —Eh, uh, verá, los módulos de prisioneros se clasifican en tres... el de alta intensidad, destinado a presos peligrosos que han cometido delitos muy graves, que es el módulo sur... el de intensidad moderada, destinado al grueso de presos, aquellos que cometen delitos moderados y no son excesivamente peligrosos, que es el oeste, y... pues el de aquí, el módulo este, es el de presos leves, que tienen bajas condenas y que han cometido delitos leves, o al menos, las circunstancias de sus delitos hacen que merezcan menos castigo. Las condiciones de habitabilidad son las mismas, pero es cierto que, según el módulo, se les ofrece más libertad o menos, más o menos formas de entretenimiento y, en definitiva, una mejor o peor estancia, siempre recordando que no dejan de estar encarcelados, claro. Obtienes la prueba "Módulos de la prisión". Devan fue analizando una a una, de un vistazo rápido, las distintas celdas. Todas estaban o bien ocupadas, mostrando a sus "inquilinos" con cara de pocos amigos en la mayoría de los casos, o vacías, abiertas y con aspecto de no haber sido utilizadas en algún tiempo, de estar vacías. Pero, entre todas aquellas celdas, había una en concreto que llamaba la atención, pues, pese a estar vacía, estaba firmemente cerrada y llena de cosas personales. Se veía que alguien dormía ahí... pero era la única celda habitada vacía. Qué raro... Obtienes la prueba "Celda vacía".
Analizando las celdas, me topé con una que, aunque se suponía que debía tener a alguien en su interior, y todo hacía pensar que lo habría, estaba vacía. Muy curioso. ¿Por qué estaría ese recluso fuera, siendo que se trataba de un módulo de alta seguridad? ¿Quizás podían haberlo dejado salir al patio por algún motivo? Parecía desierto, pero quizás podía contener alguna cosa interesante más...
Me dirigía hacia el módulo oeste. Estaba a punto de llegar, ya sentía que estaba allí, pero… antes de que ingresara, una melena rubia se había impuesto en mi camino. Mis ojos bajaron la mirada hasta que dieron con el cuerpo entero de Mimi Honda… e inmediatamente, mi expresión se suavizó. Vaya, ¡por un momento me había preocupado que era un guardia o algo así! Pero sólo era Mimi… Bueno, sólo era Mimi, pero no parecía que estuviese del todo contenta, ¿verdad? Pues era verdad; la Honda empezó a hacer su manifiesto apenas pudo recuperar el aliento. —Detente ahí ahora mismo. Ni una llamada, ni un saludo... ¿ya te olvidaste de nosotras? ¿Te secuestraron incomunicada bajo tierra? Si no es eso no te esfuerces en buscar excusas. ¿Dónde estabas? ¿Tienes idea de lo preocupada que—? ¿De lo preocupada que estaba Emily por ti? Sus palabras… todo lo que dijo sonaba tan ella, tan típico de Mimi, que no pude evitar sonreír. Sí, ciertamente… había extrañado a mis amigos en este tiempo, de eso no había duda. —Vaya, Mimi… si no te conociera mejor, diría que estuviste preocupada por mi —comenté con una sonrisa de lado. Lo admitía; era un poco divertido provocar que Mimi negara todo eso de inmediato y soltara un montón de gritos de "baka"—. Si te dijera que estuve secuestrada e incomunicada bajo tierra, ¿me perdonarías? >> Bueno, no deberías perdonarme, porque es mentira. Excepto por lo de incomunicada, esa parte es verdad. Estuve muy ocupada en la Isla de Udán, y nuestra tecnología no funciona allí, de modo que no tenía forma de comunicarme… y recién hoy he regresado a Galeia, hace unas pocas horas. No esperaba cruzarme contigo o Emily aquí, pero… ¡que suerte justo cruzarlas aquí! ¡Debe ser el destino! >> Oh, deberíamos apurarnos, o los nuevos nos van a dejar atrás; podemos ponernos al día más tarde, y puedes gritarme todo lo que quieras en ese momento si quieres, ¿sí? ¿Comenzamos a investigar? Yo pensaba iniciar por el Módulo Oeste…
Alpha Xenodis. —Entonces estaba en lo correcto—Dije antes de golpear la palma de mi mano con la otra hecha puño.—. Definitivamente ésta es la zona de delitos pequeños. Con eso confirmado te dejaré continuar, siento la interrupción, Hu. Y seguido de eso seguí moviéndome por la zona, pero en éste caso directamente hacia la persona que ya conocía del lugar: Ernst. —Yo~, ¿cómo le trata la vida, señor ex-alcalde?
En efecto, estaba desierto, completamente desierto. No parecía que hubiese actividad en el patio... de hecho, verlo era un tanto deprimente, pues no era más que una explanada totalmente vacía, rodeada por muros enormes. La sensación de estar ahí día tras día debía ser verdaderamente angustiante, sin duda. Ernst, el barrigudo ex-alcalde de Caballete, lucía bastante más delgado, pero no en el mal sentido, sino todo lo contrario: parecía haber adquirido algo de forma física. Se le veía, en realidad, más sano que nunca. —¡H-Hombre! —exclamó, sonriente, al ver aparecer a Alpha—. Te recuerdo, ¡eras uno de los chicos que investigaron el caso de mi hija! —su sonrisa era sincera, pero, a la vez, melancólica y triste. Al fin y al cabo, era el padre de Lyanna, la víctima del caso contaminado. Recordarlo no debía ser fácil—. Supongo... que estarás aquí por el incidente, ¿no es así? —y suspiró, tirando del cuello de su camisa, como si le angustiase. Si había oído del crimen, no debía sentirse cómodo, desde luego. >> ¿Qué sabes del crimen? >> ¿Qué tal va tu estancia en la cárcel? >> Preguntar sobre Sear.
Alpha Xenodis. —Pues se te ve bastante más en forma, ¿eh? ¡De seguro has estado haciendo algunos abdominales y flexiones!—Bromeé con él de inmediato, intentando aligerar un poco el ambiente, que incluso yo me estaba poniendo tenso.—. Y pues sí, venimos la gran mayoría de holders porque la CSG nos pidió ayuda de nuevo... No soy muy bueno con estas cosas, pero supongo que tengo que contribuir de alguna forma... Así que, dime, ¿qué sabes de lo ocurrido? A nosotros nos dieron la información básica del caso, pero supongo que escuchar la versión de una persona más "cercana" sería lo mejorcito. >>¿Qué sabes del crimen?
Elisa Daroch. Todos llegamos a la prisión en un barco, yo estaba un poco emocionada, no recordaba la última vez que había viajado en uno. Sentir la briza marina golpear mi rostro y no tener miedo a mojarme por andar sobre Goldeen, era de cierta forma relajante montar en barco. O así lo pensé hasta que visualicé nuestro destino, nunca había estado en una prisión, tenía vagos recuerdos de ver alguna en las noticias desde la sala de mi casa, pero nada más que eso. Así que al bajar del barco y poner un pie en el lugar de inmediato pude sentir una mala vibra recorrer mi cuerpo. Subiendo por la puntas de mis dedos y terminando en el donde Drifloon seguía apoyada en mi cabello. Apreté un poco a Mimikyu contra mi pecho. Ambos un poco nerviosos por la aventura. —Bien, amigos, creo que mejor investigamos —les comenté viendo como todos parecían apartarse y tomar caminos diferentes, era momento de tomar el nuestro. Giré en dirección al camino que nadie había tomado, el módulo sur. Esperemos todo salga bien. >> Ir a: Módulo sur Contenido oculto
Hubert —Hola —mostré una sonrisa tranquila en un intento de tranquilizar al guardia, pues no se me pasó por alto que parecía estar algo incómodo con mi presencia—. Me llamo Hubert —me presenté, extrayendo de entre mi ropa una libreta y un bolígrafo—. Hay que me está dando mucha curiosidad y quería saber si me podría ayudar con la duda… Verá… ¿Por qué…? Di un ligero respingo ante la abrupta llegada de Alpha. El entrenador se acercó para realizar la misma preguntar que estaba por formularle al guardia. Sus modos acrecentaron la tensión de este, pese a lo cual nos brindó información. Aproveché la ocasión para tomar apuntes; era algo que parecía innecesario, teniendo en cuenta que la información del caso se registraba en nuestros Holomisores. Pero allí no podía quedar registro de mis apreciaciones personales, por lo que no venía mal, de hecho. —Definitivamente ésta es la zona de delitos pequeños —dijo Alpha—. Con eso confirmado te dejaré continuar, siento la interrupción, Hu. —No es nada —dije, agradecido por la información que obtuvo—. Nos vemos luego —lo observé alejarse y luego centré mi atención, nuevamente, en el guardia—. Dígame, ¿qué sabe sobre el incidente de Henry?
Como parecía, en el patio no había nada ni nadie. No quedaba otra opción más que volver a donde estaban las celdas y comenzar a interrogar. Decidí empezar por la mujer de aires engreídos: — Ellie McRoy, ¿cierto? De mi voz habitualmente sin emoción parecía querer escaparse el desdén que sentía en mi interior. Aunque no conocía a aquella persona, por lo que había comentado Farrow había hecho cosas horribles. Si por mí hubiera sido, le hubiera dejado la cara desfigurada a puñetazos, pero ni podía ni era el momento.
Mimi Honda ¿Por qué tenía la impresión de que siempre me hablaba con condescendencia, con ese tono jocoso tan molesto? De ninguna manera había extrañado eso. —¿Yo? ¿Preocupada por ti?—repliqué a la defensiva, sintiendo mis mejillas enrojecer. Aparté el rostro rápidamente— N-no digas tonterías. Quien estaba preocupada era Emily, pero parece que fue una pérdida de tiempo porque tú nunca te preocupaste por ella. >>Estar lejos no es excusa. Podrías haber vuelto y no lo hiciste. Ignoré deliberadamente el hecho de que estuviera realmente incomunicada en Udan. Si era verdad o no, no me interesaba y no iba a disculparla por eso. No había cambiado nada en todo este tiempo. Y eso me causaba tanto alivio como molestia. No había olvidado lo mucho que disfrutaba molestándome. Y tenía una facilidad pasmosa para ver tras mis mentiras. "Estúpida, estúpida Effy" >>No te perdonaría aunque me dijeras que moriste y acabas de revivir justo ahora por la gracia divina de Arceus—continué—. Así que lo lamento, pero mi respuesta es un no. Tendrás que vencerme en un tres a tres si quieres tener la más mínima posibilidad de que te disculpe en los próximos cien años. Había mejorado mucho desde entonces como entrenadora. Estaba segura de que ahora podría vencerla. Y tenía muchas ganas de retarla porque era otra forma de liberar tensiones. Kuma, Isamu... Moltres. Podría aplastarla de una vez por todas. —No esperaba cruzarme contigo o Emily aquí, pero… ¡que suerte justo cruzarlas aquí! ¡Debe ser el destino! Fruncí el ceño aún más. Pero el combate tendría que esperar por el momento. >>El módulo oeste está justo delante—dije pasando por su lado—. Yo investigaré el patio, tú puedes hablar con Sear. O haz lo que quieras. Sinceramente no me importa. Igual el destino también te dice qué hacer. Y con aquellas palabras, rehusándome dignamente a mirarla de nuevo, me dirigí a investigar el patio.
Emily Hodges Se puede decir que el viaje no empezaba de la manera más calmada, ciertamente. Hubo varios incidentes que, sin embargo, me hicieron sonreír. Dentro de la gravedad de la situación, me alegraba que todos los Holders estuviesen relativamente calmados. Me ayudaba a no preocuparme demasiado y ponerme nerviosa por ello. En cuanto entramos a la cárcel, sentí como mi mente cambiaba de chip, queriendo estar totalmente concentrada en el caso y en lo que sucedía, estábamos en un serio problema. Así que escuché con atención las palabras de Farrow, incluso los resúmenes de los casos anteriores, pues aun habiendo participado en todos, nunca venía mal un repaso. Cuando Mimi se alejó de mi, lo único que pude escuchar era que se dirigía al ala oeste. Asentí con la cabeza, callada... pensando. Noté como Espeon salía de su pokéball, queriendo participar en los casos como lo había hecho anteriormente. —Vayamos a la sede, Espeon. Así, nos dirigimos a la sede de la CSG, acercándonos después a Erwin en cuanto observé lo que había en el lugar. Supe que necesitaba un poco más de información antes de investigar. >>Erwin, ¡hola! Cuanto tiempo... ¿qué me puedes decir del caso? Contenido oculto Sorry, yo vengo a lo que vengo, luego fangirleamos (?
No te perdonaría aunque me dijeras que moriste y acabas de revivir justo ahora por la gracia divina de Arceus No pude evitar una ligera risa por la forma en que ella rememoró aquel incidente. Sí; definitivamente Mimi no había cambiado para nada desde la última vez que nos vimos. No sabía si eso era algo bueno o malo… pero bueno, era algo, ¿no? Tendrás que vencerme en un tres a tres si quieres tener la más mínima posibilidad de que te disculpe en los próximos cien años. —Jo, eso sono como un desafío —respondí con un tono desafiante a la Honda, antes de que se alejara—. Muy bien, pues aceptaré tu reto. Cuando terminemos con esta investigación, tendremos ese tres a tres y me ganaré tu perdón. Y luego de aquella promesa, partimos en caminos opuestos. Mimi se dirigió hacia el patio a investigar, que debía admitir que era bastante curioso, ¿por qué había pokémon allí? Sin embargo, dejé que ella se encargara de esa área; había mucho por investigar por allí. Y sin más, me dirigí hacia las habitaciones… Y en una de aquellas celdas, que más que celdas parecían salas, vislumbré al que breakdancer que había sido encarcelado tras el crimen del caso contaminado, el único caso de la CSG en el que había participado activamente. Parecía ser un buen lugar para empezar. Y sin mas, decidí acercarme a hablar con Sear.
Ernst frunció el ceño, con preocupación. —A decir verdad, no tengo ni idea... he oído que era alguien de otro módulo, así que ni siquiera me he cruzado con él. Aunque por lo visto el muerto era un vecino de Pam, ¿no? Quizá ella sepa más que yo. En cualquier caso, reconozco que estoy un poco asustado. No me queda mucho tiempo aquí, por suerte, pero... no quiero t-tener que dormir aquí los pocos días que me falten con miedo, ¿sabes? Y tragó saliva, tenso. —Oh, uhm. Yo solo trabajo en este módulo, así que, eh... no sé mucho de lo que pasa en el módulo norte. Pero he oído que ha sido allí donde ha sucedido, así que supongo que la víctima era de peligrosidad intermedia, ¿no? No sé si puedo decir mucho más, la verdad... estando aquí, en el módulo este, no puedo haber sido testigo de nada que suceda fuera. Y se rascó el cuello con intranquilidad. No le gustaba ser interrogado, desde luego... parecía ponerse nervioso con facilidad. ... tenía suerte de no estar en el módulo sur. Entre refunfuños, Mimi exploró el animado patio. Allí había bastantes pokémon, y, a diferencia del resto de patios, estaba decorado con estanques, zonas de hierba, montículos de arena... y el techo, en vez de estar libre, estaba cubierto con redes especiales que seguramente evitarían que todos los pokémon que estaban ahí se fuesen volando, trepando y demás. Pero, ¿qué hacen pokémon en una cárcel humana? Uhm. Tal vez el guardia pudiese solventar esa duda. Erwin, al verla llegar, alzó la cabeza, y, con una sonrisa, saludó a Emily. Contenido oculto —¡Ah, hola! ¡Qué alegría verte, Emily! ¿Ya habéis llegado todos? Como sea, es un placer recibirte en "casa" —rio ligeramente ante el comentario que él mismo acababa de hacer—. No es un lugar especialmente bonito ni nada así, pero bueno, ¡es donde trabajo! >> Pero bueno, dejémonos de formalidades... tenemos un caso serio entre manos, como supongo que sabrás. Soy tu hombre si quieres que te facilite toda la información necesaria, ¡ya lo sabes! >> ¿Cómo va la autopsia? >> ¿Cómo le mataron? >> ¿Qué hay de la escena del crimen? >> ¿Hay algún sospechoso? Sear, encorvado y con su bufanda puesta, parecía estar jugando, feliz, con su pokémon, Pansear, que estaba justo allí. Al ver llegar a Effy, el breakdancer pareció reconocerla, y le miró con malicia. —¡Mwahahaha! ¡¡Ah, habéis llegado, escoria!! ¡Es hora de vengarme por lo que me hicisteis! ¡Te vas a enterar! Contenido oculto Así, Pansear saltó sobre la cabeza de Sear, y el breakdancer se irguió, dejando caer su chaqueta bajo los hombros. Tomó pronto una actitud desafiante, como aquella vez en que se reveló como el autor del crimen. Y entonces comenzó el interrogatorio final contra la mente maestr... —... vale, no, era broma —se volvió a encorvar, con unas sonrisa pícara, y alzó la mano—. Eeeh. Qué tal. Tiempo sin veros. Las cosas bien por aquí y tal, no me quejo... supongo. Se acarició la nuca con su mano. Al menos parecía haber dejado atrás esa personalidad villanesca que mostró en el primer caso, ¿eh? Contenido oculto —Yooooooo' —alzó la mano mucho, todo lo que pudo, y Pansear le imitó, en gesto torpe y vago. Luego bostezó, y su pokémon hizo lo msimo—. ¿En qué puedo ayudarte...? >> ¿Qué sabes sobre el incidente? >> ¿Cómo te va por aquí? >> Preguntar sobre Ernst. La mujer, que cubría con su cabello uno de sus ojos, le miró desde el otro lado de los barrotes con un aire lúgubre. —... ¿quién eres? ¿Qué demonios quieres? No tengo ni tiempo ni ganas de lidiar con palurdos como tú. ¡Largo! Y se cruzó de brazos, girándose y dándole la espalda con la silla en la que estaba sentada. Se la oía refunfuñar aún entonces... ... alguien no llevaba del todo bien su encarcelamiento, vaya. >> ¿Qué sabes del incidente? >> ¿Qué tal tu estancia aquí? >> Preguntar sobre los McRoy
Alpha Xenodis. Ernst no me contó mucho realmente, pero sí que dio una pieza de información clave. Debía hablar con la tal "Pam". Y... Creo que me daba un poco de pena el hombre... Ojalá se haya arrepentido por sus crímenes. —Tranquilo, mis colegas arreglarán esto y yo ayudaré cuanto pueda. Confía en nosotros... O en ellos.—Levanté mi pulgar hacia él antes de alejarme de su persona. Revisé entre los mensajes y los registros de los casos y ahí figuraba el rostro de la siguiente persona a la que me tocaba interrogar: Pamela. >>Yo~ Señorita Pamela, mucho gusto, soy Alpha. Vengo por lo del caso. >>Hablar: Pamela.
Mimi Honda Effy y yo tomamos caminos opuestos. Y me sorprendió que el patio estuviese lleno de pokémon, en un espacio que parecía más un patio de recreo que una prisión. Me llevé la mano al mentón, pensativa. ¿Qué demonios...? ¿No era extraño que hubiese pokémon allí y que el entorno estuviese casi diseñado para ellos, como si buscase a propósito su confort y bienestar? Con estanques de agua limpia y plantas... casi parecían querer emular su hábitat natural. Tenía una teoría, pero no me bastaba con una hipótesis. Necesitaba una prueba de que estaba en lo cierto. —Disculpe ¿por qué hay pokémon en el patio?—le cuestioné al guardia que custodiaba la entrada al módulo—¿Es una especie de refugio temporal para los pokémon de los reclusos? Era lo única explicación posible. >>Si me va a decir que estos pokémon han cometido delitos—añadí cruzándome de brazos— su prisión parece mas un resort de lujo que un zulo sin ventanas.
Contenido oculto Posteais muy rapido y eso me da miedo (? Anyway es mi primer caso así que si hago algo errado decidmelo pls ;^; <3 ¿supongo que está bien si solo pongo en negrita mi acción no? (?) Talía Wells~ Nikolah no me había bajado de sus hombros desde que llegamos a aquella preciosa isla, e incluso en el barco me mantuvo bien agarrada a él, y debía admitir que la sensación me empezaba a agradar. Quiero decir, ¡podía ver mucho mejor que desde el suelo! No había nada que tapase mi vista, podía verlo todo sin problemas. Y no es porque yo fuese bajita, por supuesto. Llegados a la cárcel, y como si no fuera nada raro ya, apoyé mis dos brazos en la cabeza de Nikolah y presté atención a las palabras del que parecía ser el que nos envió el mensaje, Farrow, respondiendo las dudas del muchacho que me cargaba, siendo estas las mismas que las mías. Cada uno se empezó a separar y entonces sentí un palmeo en mis piernas, observando hacia donde se dirigía esta vez Nikolah: la sede de la CSG. “Muy bien pequeña, dos cabezas piensan mejor que una. Y estás además en posición de ser mi otra cabeza, así que ¿qué te parece si continuamos con este misterio?” Me reí por el chiste de las dos cabezas y asentí emocionada. Nikolah hacía ver esto un juego con lo animado que se veía, así que por el momento no pensé en el hecho de encontrarnos en una cárcel llena de criminales en el que se cometió un asesinato misterioso. El aspecto de la sede era realmente curioso y llamativo, y allí nos encontramos a un hombre que asumía era Erwin, y una de las muchachas que vino con nosotros en el barco se había acercado a hablar con él. —¡Hey, Nikolah, bájame! ¡Seré una mejor cabeza si me puedo mover!— Le comenté dándole toquecitos en la cabeza y meneando levemente mis piernas para que me bajase ya—. Yo me acercaré a aquel cartelito que hay ahí y tú ve a unirte a esa chica, ¿vale? ¡Seré muy rápida!