Comedia Arrendamiento de potencialidades

Tema en 'Relatos' iniciado por JeshuaMorbus, 6 Noviembre 2018.

  1.  
    JeshuaMorbus

    JeshuaMorbus Entusiasta

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    Arrendamiento de potencialidades
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    Para todas las edades
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    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1346
    El señor Marken llegó a la mesa de su despacho cargando el casi siempre vacío buzón de sugerencias. Esta caja que, por lo normal, criaba telarañas a ese lado de su puerta, estaba a disposición de sus empleados para que pudieran consignar sus ideas a la cúpula de mando de la empresa, léase, él mismo. A pesar de todo, Marken se distinguía por ser un buen empresario y mejor jefe. No parecía que ninguno de sus activos empleados le sugiriera nada más de lo que él mismo ya se iba ingeniando. Al final, no le iba mal a pesar de que la imaginación de los suyos no estuviera a la altura de su preclara mente.

    Y, sin embargo, había un papel en el buzón. Muy inusual.

    Sin más, se dispuso a abrir esa hoja doblada. En su remite figuraba el nombre del novato de la empresa, Alan Ibron, un chaval de carácter que llegó a la plantilla de una forma bastante usual a la vez que inesperada. ¿Quién iba a pensar que sería, precisamente, lo que se vendía (o alquilaba) allí mismo le llevaría a encontrar trabajo en esa oficina?

    Sin más, comenzó a leer su letra afilada y algo comprimida:

    Mis saludos, señor Vorgel.

    Le escribo esta carta para manifestar una pequeña queja acerca del ambiente de trabajo en el que me muevo desde hace ya un par de meses. No tiene nada que ver con el sueldo ni con las instalaciones, de los que no me quejo en absoluto, así como tampoco con las condiciones de trabajo que, si bien son inhabituales, no me podía esperar otra cosa de lo que llevo a cabo.

    Un chico honesto y pero que ya se andaba con demasiados rodeos a la hora de manifestar lo que quería. No destacaba como comercial pero le estaba pillando en tranquillo bastante rápido. Educado, comprensible, sociable... era una buena pieza. Y, aún así, nunca iba directo al meollo del asunto.

    Tampoco tiene que ver con el largo periodo de aprendizaje. Si bien mi compañero Amic resulta ser una persona demasiado chabacana y algo extraña (permítame, mejor, utilizar el apelativo “más raro que un perro verde”) es paciente y sus consejos y acciones nos han sacado de muchos problemas. Si eso, sugerirle que sea algo más estricto con él y que le ordene que no convierta el coche de la empresa en su segunda casa. ¿Los asientos son de cuero o sintéticos? Porque, con lo que tiene conectado al mechero, un día nos va a dar un disgusto...

    Marken suspiró exasperado. Lo decía como si no lo hubiera intentado nunca. Disgusto... más bien problema con las aseguradoras a causa del alto nivel de incendios que provocaba. ¿Podían los mecheros de los coches provocar chispas tan grandes? ¿O es que era cosa de los trastos de Amic? De todas formas, ¿de dónde carajo los sacaba? El mundo está lleno de misterios y éste era uno de los que más extrañaba al casi omnisciente jefe de esa empresa.

    El jefe de esa oficina siguió leyendo pero, antes de poder seguir, se encontró con una parte por completo ilegible a causa de los tachones y la tinta empleada en ese lugar para impedir leer algo.

    “Podría haber usado otra hoja de papel...” pensó, algo molesto por semejante estropicio. Pero, una jocosa sonrisa iluminaba sus labios. Intuyó, casi de inmediato, de quién hablaba en esas líneas tachadas. “...ah... la guapa Ulua te hace decir cosas que no quieres que se escuchen, ¿eh, jovenzuelo?”

    No se le pasaba por alto cuán embobado se quedaba su empleado ante esa chica, una de las primeras empleadas de la empresa y la mejor comercial de todas las que tenía a su disposición, amén de tener la mente más corta del universo a la hora de entender los avances románticos de sus muchos pretendientes. Sólo esa belleza de cabeza cuadrada para los negocios sería capaz de dar el pésame cuando veía que un compañero le traía un ramo de flores.

    Podría también quejarme un poco de la potente voz de Mercedes, del servicio técnico (en serio, ¿de dónde ha salido? ¿Era soprano o algo así antes de llegar aquí?). No lo hace con mala intención pero...

    “Más concretamente, anunciaba subastas en la lonja” no podía negar que esa mujer tenía una voz demasiado potente para quien tuviera la mesa justo a su lado. Incluso hacía que a Marken le dolieran un poco los oídos a pesar de estar al otro lado de la oficina y tener una puerta por medio.

    Pero era diligente.

    Extremadamente diligente.

    Diligente a matar...

    Podré soportar la chabacanería de Amic, que Ulua no me haga ni caso, que Mercedes me cause una rotura de tímpanos el día menos pensado o que usted me ordene hacer lo imposible con los recursos mínimos en un tiempo imposible.

    Pero CDC no.

    Ese tipo está en una liga muy diferente a la de cualquier loco, idiota o psicópata que me haya encontrado a lo largo de toda mi vida y... ¡por amor del cielo! ¿¡De qué agujero lo habéis sacado!? ¡Está como una regadera agujereada! ¡Me ha hecho recordar películas de terror al perseguirme con un hacha! ¡Me ha hundido en una depresión con sus discursitos! ¡Sin olvidar que estoy harto que baile el Lago de los cisnes sobre mi mesa con ese tutú de papel higiénico! ¡Y no olvidemos el baile en el que...!

    ...casi mejor, olvidemos esto último.

    Sé que el género que vendemos es inhabitual pero CDC es demasiado para mi cuerpo y mente. Por favor, se lo imploro: haga algo con él.

    Con todos los respetos,

    Alan Ibron

    “Mucho me temo, chico, que es de CDC de quien menos puedo prescindir” se dijo el hombre al tiempo que se levantaba e iba hacia su puerta, a través de la cual ya escuchaba los gritos de guerra de CDC mientras perseguía, por enésima vez, a Alan que tenía la mala suerte de ser vecino del encargado del control de calidad.

    Tras abrir un poco la puerta vio esa rara estampa de oficina en la que el joven Alan corría a la desesperada mientras CDC, sin camisa, silla en mano, con una papelera a modo de casco y poseído por el alma de un berserker lanzaba su ira contra la persona que tenía más cerca.

    —¿¡Por qué carajo le tenéis que poseer siempre con las mismas!? —chilló Alan, aterrorizado por la estampa guerrera de su vecino de mesa. Pasó frente a su compañero Amic, convenientemente oculto debajo de su mesa, a la espera de que pasara el temporal, se cruzó con Ulua que ignoró a la pareja mientras llevaba una carga de fotocopias y no fue hasta que Mercedes llamó a Marken que ese berserker de oficina no se encontró con un kraken al que temer.

    El jefe se dirigió hacia el cubículo de servicio técnico, se cruzó con un CDC en retirada ante ese poderoso grito procedente de las profundidades de Niflheim y, antes de que ese poderoso guerrero en ese mar de papeles dirigiera su ataque contra él, le arrebató el alma que estaba dominando sus acciones.

    Sí, un alma, precisamente lo que esa empresa alquilaba a todo aquel que pudiera pagar su precio.

    —Hora de tomarse un café, compadre —le dijo el jefe a su subordinado—. El material está en perfectas condiciones.

    Ya sin un alma ajena que le hiciera ser otra persona, un alma que, a cualquiera que pagara el precio, le habría solucionado problemas de iniciativa, de valor, de confianza y de todo aquello en lo que un vikingo destacara, CDC dejó sus cosas en su cubículo y se volvió a poner la camisa como si fuese el pan suyo de cada día.

    Porque así era todos los días: solucionar los desmanes de CDC que comprobaba que el género siguiera en perfecto estado, que sus comerciales se las arreglaran para entregar las almas a sus clientes, lograr que el público los tomara en serio...

    No había dos días iguales pero era rematadamente entretenido.
     
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  2.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Ahora entiendo porque CDC es el encargado del control de calidad. Que buen relato, me ha divertido mucho la verdad. Y no puedo decir nada de la narración porque fue impecable y muy buena y nada pesada de leer, por lo menos la leí de pies a cabeza sin detenerme ni un minuto, estaba completamente absorta en la lectura.

    Y que fuera, Alan Ibron, mediante su carta una forma de hacernos llegar lo que era trabajar en ese lugar, fue muy bueno e imaginativo. Sin contar que pude imaginarme el ambiente y las características de cada empleado con las descripciones que Alan dio.
    Me gustó mucho eso de que la empresa alquila potencialidad, muy creativo.

    No me gustaría ser Alan.

    Fue un gusto leerte.
     
    Última edición: 11 Noviembre 2018
  3.  
    Velvet

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    Un flash total. Me encanto la presentacion de todos los empleaditos de la empresa fantástica y como podrían pasarse facilmente por una empresa común. Hasta que empieza lo sobrenatural. Esto tendría que irse a r/WritingPrompts porque tiene muchísimo material para ser una historia mas larga.
    A decir verdad, no me molestaría leer algo de este estilo - medio oficinista basado en la realidad pero tomando lo sobrenatural como si fuera lo mas normal del mundo.
     
  4.  
    JeshuaMorbus

    JeshuaMorbus Entusiasta

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    De hecho, el plan era una historia larga, pero no pudo ser. Un amigo mío dibujó un pequeño manga basado en esto para un número especial de la revista "¡No lo leas!".
     

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