Todos hemos empezado por alguna parte. He aquí una imaginaria conversación con el primer personaje que me tomé en serio en toda mi bibliografía. Seguro que vosotros intercambiáis palabras con vuestros personajes de vez en cuando y os daís cuenta de cuántas cosas os quieren decir en la cara... —Aquí estamos. —¿Crees eso? ¿Crees que “estoy” aquí? —Aunque sea en forma de letras, aunque seas un simple pensamiento, una idea fugaz, sí, creo que estás aquí. —Pero no has dicho “como recuerdo”. Cuando soy un recuerdo, es como si estuviera muerta para ti. —¿Me vas a culpar de lo que hago por naturaleza? Lo que se me pasa por la cabeza es siempre fruto de la casualidad y si te mantuve ahí más tiempo fue porque me resultaste más atractiva, nada más. —¿Entonces mi existencia es una de usar y tirar? —Tu existencia es la misma que para todos, querida mía. Naciste, creciste, dejaste tu legado y, en fin, digamos que nunca has terminado de morirte. Quiero decir, ahora estás ante mí, quejándote de que te estoy relegando al olvido. Lo quieras o no, sigues existiendo, si no en mí, en la mente memoriosa de alguien con mejor cabeza que yo. Eso, para cualquiera, es algo rayano a adquirir la inmortalidad. —No acaba de gustarme... —Hey, que yo he llegado a la vida con las mismas condiciones que tú, sólo que mi entorno no depende tanto de la volátil personalidad de un creador. —¿Y te conformas con eso? —¿Me queda otra? Yo acabaré sucumbiendo a la muerte. Pero, por el camino, dejaré partes de mí para el disfrute de generaciones futuras. Partes de mí tales como lo eres tú, que ahora se lamenta de que no piense lo suficiente en ti. ¿No te basta que haya encontrado medios para perpetuar tu existencia? ¿Que me haya molestado en al menos intentar que tu personalidad, tu cuerpo, todo tu universo se plante y prospere en una mente que no sea esta que va a morir, quién sabe, el día de mañana? Te convertí en una diosa por alguna razón, te di el alma de una cobarde por otra, y te di una razón para no perder la esperanza por cosas que tú no intuyes. Eres parte de mí, eres lo que alguna vez fue mi sentido de la responsabilidad hacia esta afición que siento como un deber inexcusable; eres aquella que representa mis miedos, la que refleja las consecuencias de lo que hago con tanto placer; aquella que, a pesar de ser una entre un millón, trata de destacar por sus propios medios. Dices que te olvido, afirmas que no pienso en ti y osas decirme que “no existes”. Pero si todo esto no demuestra lo contrario, ya me dirás tú qué he de hacer para que estés satisfecha. —...y aún así... —No temas por el futuro. Si no eres tú, eres la miríada de seres que han surgido a partir de tu inocente base. Siempre tan ingenua como fuiste, ¿imaginabas que tus descendientes serían tan intensas? —Nunca elegí la furia como el camino, y veo mis ojos en la mirada de la dama de gris; nunca pensé que pudiera ser más inocente y ahí tenemos a la señora de la tinta; mi derrotismo es grande, pero no mayor del que acabó siendo mi amante; mis esperanzas siempre vanas encontraron hogar en esa pianista de puños de acero; mis ideales se cruzan con los de otros... sí, reconozco mi figura en todos ellos. Pero, ¿por qué no yo misma? —Vienes, vas y vuelves, lo quieras o no, todos y cada uno de los días en los que dedico mis dedos a trazar la figura de un nuevo personaje, de un nuevo universo, de toda una historia que empieza pero nunca acaba. Has nacido, has crecido y sigues dejando semillas de tu ser en todos mis pensamientos aunque ahora mi recuerdo hacia ti te resulte tan difuso. Estás conmigo, en todos mis pensamientos, en todas mis letras y palabras, en cada una de mis historias. >>Porque siempre has sido y serás mi primer personaje. Dedicado a Juana Umbra. Aunque no hable de ti, siempre estás ahí
De repente, ha sido muy interesante de leer, una charla con un personaje, sí, de verdad, al menos, me incluyo en que a veces suceden estas cosas XD es curioso. Me gustó el desarrollo, aunque lo he encontrado bastante pobre en dos sentidos: carece de acotaciones, de repente, la prosa no era el género ideal para llevarlo a cabo, pues, sí, hicieron falta muchísimas acotaciones en esto para darle un poco más de énfasis y mostrar un poco mejor la relación entre los interlocutores y de paso las emociones, que se puede llegar a deducir alguna por el diálogo, pero no debería ser así. El autor debe mostrarlo. La segunda carencia es la ausencia total de narración. De repente, insisto, la narración en prosa no debía de haber sido el género elegido —quizás, una escena, tipo obra de teatro habría quedado muchísimo mejor, que de paso, se justifica la ausencia de narración y las escasas acotaciones, aunque aún en este género, debe haberlas). Por lo demás, me ha gustado mucho. Un gusto leerte. ¡Un abrazo!
Me alegro que te haya gustado. La razón para que no haya acotaciones es una muy simple: toda esta conversación ocurrió en mi cabeza XD. No es que ella sonriera o se moviera a mi alrededor, o golpeara el suelo porque nada de eso ocurrió ni podría ocurrir: ahí estaba, para dar su opinión acerca de su existencia ante mí. No hay nombres porque, en fin, tampoco importa: cuando sólo hay dos personajes, todo se reduce a "yo" y "tú". Lo del teatro no es una mejor solución, sólo es diferente, si lo que quieres es que sea interpretado, lo cual no es el plan aquí. Uso un diálogo para mostrar ideas, no tanto para mostrar lo que tú llamas "una escena". Aprecia tus personajes y hazlos prosperar haciendo que tengan tanta "descendencia" como ha tenido esta linda da
La verdad es que me ha gustado mucho el resultado de esta conversación, sobre todo porque es muy parecida (o en realidad muy lejana pero con algo de similitud) con un par de personajes. Me gustó mucho el comienzo, donde el personaje pregunta si en verdad cree que está allí y tú respuesta, por que sí, para uno como autor, hacemos nuestras creaciones con tal detalle que los sentimos reales. Y el final, porque hay de esos personajes a los que apreciamos y llegan a convertirse en una inspiración para la creación de otros. Pero si lo vemos de esa forma planteada, la verdad es muy triste darle una "voz" a esos personajes. Es algo raro, pero muy interesante. En lo que respecta a la nula narración o acotaciones, nada de que quejarme porque un relato funciona bien con solo diálogos, y mejor si está bien ejecutado y logrado, como en tu caso, no es necesario describir una narración. Por lo menos yo he disfrutado mucho los diálogos. Me gusta mucho leerte, aun a pesar de que a veces no sé que decir o comentar, disfruto de tu imaginación. Un saludo.
Es un buen ejercicio construir una historia a partir sólo de diálogos sin ninguna acotación. Si eres capaz de dar rostro, expresión e imaginar la situación de los personajes sólo a partir de lo que hablan, entonces lo estás haciendo bien y tales habilidades se transmitirán a tus narraciones acotadas. Intentemos no hacer lo que Borges anunciaba acerca de los novelistas, intentemos no ser los "maestros del relleno". En mi novela "Escuela", toda la segunda parte es sólo diálogos y, por lo que comenta el único comentador que tengo ahora mismo, la narración es creíble a pesar de que no hay ni una sola acotación. Gracias por tu comentario. Realmente aprecio cuando alguien se molesta a pararse a señalar los pros y las contras de mis letras ^_^
