One-shot de Pokémon - La cueva

La cueva

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¿Cómo describir una tarde abrumadora? Bueno, para Boo no era una tarea difícil, porque esta era una de ellas.

El sol estaba alto, los pokémon voladores surcaban el cielo, los árboles estaban rebosantes de vida, el aire era fresco...y en medio de todo ello, estaban ella y Mewtwo.

Se encontraba en ese instante, apoyada en un árbol, con la respiración entrecortada y el cuerpo magullado, exhausta; mirando como su contraparte parecía mofarse de su cansancio, sentado en una roca como si de un momento a otro, pretendiera recostarse y tomar el sol.

Suspiró con hastío. Realmente detestaba como muchas veces terminaban sus entrenamientos, como la gran mayoría de las ocasiones era ella la que terminaba apoyada en una roca, en una pared o, como en este caso, en un árbol, sintiendo el temblor del agotamiento recorrer todo su cuerpo, al tiempo en que él simplemente se mostraba indiferente, como si ni la más pequeña gota de sudor cayera por su frente.

Gruñó y apretó los puños. Le molestaba ser más débil que él por el simple hecho de no haber recibido un entrenamiento adecuando al llegar al mundo. Claro, se dijo ¿Cuánto tiempo estuvo él en el Equipo Rocket, luchando contra poderosos entrenadores y pokémon? ¿Cuánto tiempo llevaba ella en esto? ¿Cuándo comenzó a descubrir el potencial destructivo de sus poderes?

La diferencia era inmensa y las preguntas interminables. Y si bien, entendía que la brecha entre ambos era abismal, no podía evitar enfurecerse con esa actitud altanera de Mewtwo ¿Acaso no entendía que ella recién estaba incursionando en el mundo de las batallas?

Cerró los ojos y suspiró otra vez, cansada, aburrida, con deseos se desaparecer de una buena vez de la vista del clon mayor y permanecer completamente sola. Necesitaba un momento consigo misma casi de forma urgente. Así que abandonó su apoyo y caminó distraídamente, sintiendo un ligero dolor en el brazo, lugar donde hace un rato, Mewtwo la había atacado. Se mordió el labio y toda su musculatura se tensó en enojo.

Quería hacerse fuerte, quería demostrarle de lo que era capaz, pero él y su forma tan arrogante de ser, muchas veces le hacían desear darle una patada para nunca más volver

"Nunca más volver a verlo"

Entonces se detuvo, percatándose de que había caminado ya unos cuantos metros mientras Mewtwo no parecía darse cuenta.

No volver a verlo

¿Qué tal si simplemente se iba, si seguía su propio camino? Tal vez podría encontrar a un maestro más comprensivo, más amable que le enseñara de buena manera cómo superar sus propios límites.

Miró hacia atrás y lo vio apoyado en la roca, como si verdad no sintiera ni el más mínimo interés por ella. Entrecerró un poco los ojos, como si la luz del sol le causara una gran molestia, mas la influencia del astro era lo último que podía turbar su mente.

¿Qué tal si decidía irse? No tenía porqué darle explicaciones y, aunque tuviera, las razones sobraban a su favor. Ella, en más de una ocasión, había expresado su malestar ante las exigencias del entrenamiento, pero la respuesta de Mewtwo, si bien no era del todo directa, siempre terminaban en algo similar a un: "si no puedes con esto, entonces eres un caso perdido". Boo, enfurecida, había aceptado entonces seguir con esta rutina, presa del orgullo y del deseo de poder algún día restregarle en la cara a su maestro de lo que era capaz. Pero ahora, con el brazo adolorido y la respiración pesada, solo quería enfriar su cabeza y dejar de lado aquellos sentimientos. Sin orgullo, ya no tenia razón para seguir con él.

Alzó la vista entonces y miró el cielo, ese cielo de un azul profundo, sin una sola nube perturbando su perfección. Sonrió. Cómo adoraba poder volar en él, sentir la libertad en todo su ser sin más ataduras que sus propias decisiones. Cerró los ojos y respiró profundo, luego enfocó su mirada en aquel que tanto disgusto le causaba y se decidió.

No tenia razón para seguir con él.

Demostrar algo a un ser tan arrogante no valía la pena. Así que se volteó y continuó su camino, con el fin de encontrar un lugar donde descansar tranquila y luego partir. Sin preocupaciones. Sin despedirse.

Sin embargo un "¿A dónde vas?", la sacó sin misericordia de su hilo de pensamiento. Boo se volteó hasta encontrar esos ojos violáceos fijos en los suyos. ̶ ¿Acaso ya estas cansada? Sabes bien que apenas estamos comenzando.

̶ Sólo descansaré un rato ̶ mintió, dispuesta continuar la marcha.

̶ Entiendo ̶ la siguió, lo que terminó irritando aun más a la hembra. ¿Cómo era posible que en ese preciso momento a él se le ocurriera mantenerse cerca? Acaso....¿acaso había adivinado sus intenciones? Se preguntó con alarma. No podía ser posible. Ella había levantado un escudo mental ante la actitud tan altanera de su compañero, por lo que él no podía tener conocimiento de sus pensamientos.

Lo vio acercarse, como quien camina tranquilo por el parque, hasta llegar a unos cinco metros de donde ella se hallaba.

̶ ¿Qué crees que estás haciendo? ̶ preguntó a la defensiva. Para cualquier otro que escuchara esas palabras, de inmediato se daría cuenta de que ella no quería compañía, pero Mewtwo parecía no entender esas sutilezas. ̶ ¿Por qué me estas siguiendo?

̶ Te estoy entrenando, no puedo dejar que algo malo te pase. Ya noté lo cansada que estas y si dejo que camines con la guardia baja por el bosque, dudo mucho que logres mantenerte a salvo.

̶ Lo que quieres decir entonces es que... ¿no puedo vivir sin ti?

̶ No es lo que dij...

̶ No me interesa, déjame tranquila ̶ se volteó con clara intención de dejarlo solo.

̶ Necesitas relajarte ̶ dijo él tras un suspiro ̶ Sígueme, conozco un lugar que podría agradarte

Ella entonces se lo quedó mirando, con el ceño fruncido y con el terrible de deseo de ignorar sus palabras y continuar con su camino, mas Mewtwo le dirigió una mirada tan penetrante y profunda, que distaba mucho de aquella arrogancia con la que pretendía ser su superior. Y esto, sin duda, fue lo que llamó su atención.

̶ ¿A dónde quieres llevarme? ̶ preguntó recelosa. Él sólo sonrió y con un gesto la invitó a seguir sus pasos. Ella, tras unos segundos finalmente accedió a su oferta, olvidando por el momento sus intenciones de escape y el orgullo que llevaba con ella. La curiosidad era demasiado grande.

Caminaron así un rato, hasta que a lo lejos se divisó la entrada de una cueva. Boo ladeó un poco la cabeza, intrigada por aquel lugar que Mewtwo aseguraba, podría agradarle, mas sólo imaginó un sitio húmedo y frío que sólo le provocaría incomodidad.

̶ Espero que esta no sea una parte de tu entrenamiento

̶ No lo es ̶ contestó sin mirarla, pero el tono de su voz sonaba serio. ̶ Ya te he dicho que necesitas relajarte. Has estado bajo mucha presión.

No le respondió, sólo permaneció a varios metros de distancia, preguntándose sobre su siguiente paradero hasta que, poco a poco la luz del sol comenzó a desaparecer mientras se internaban en la cueva. Al principio, tal y como había imaginado, el lugar era húmedo y frío y en más de una ocasión quiso girar sobre sus talones y volver al exterior, mas por alguna razón sentía que Mewtwo hablaba en serio y que debía seguirlo. Así que apresuró la marcha hasta llegar a su lado, viendo el perfil de un pokémon con una mirada fría fija al frente, como si se encontrase perdido en sus pensamientos. No obstante, cuando ella simplemente decidió mantenerse en silencio y solo esperar a llegar al lugar, Mewtwo quebrantó aquella paz.

̶ Lo lamento ̶ dijo y Boo sintió que un balde de agua fría cayó sobre sus hombros y recorrió todo su cuerpo, obligándola a quedarse estática en el lugar en donde había quedado ¿Qué acababa de decir?

Él, como si hubiese escuchado sus pensamientos, se detuvo también y se volteó a verla. Su mirada era distante, como si en el fondo estuviese profundamente distraído, sin tener idea ella de que era justo lo contrario.

̶ Entiendo... ̶ hizo una pausa y miró hacia el lado. ̶ Entiendo que he sido un idiota. Eres completamente libre de decirlo.

̶ ...

̶ Puedo imaginar tus emociones. Tu expresión refleja un gran enojo y debo reconocer que estás en tu derecho de tener esos pensamientos sobre mí. No he sido un ejemplo a seguir ni mucho menos un buen maestro. Te he impuesto un sistema de entrenamiento en base al que tuve yo hace años, sin pensar en que, a pesar de nuestro parecido, somos diferentes

̶ ...

̶ Yo...lamento mucho haberte hecho sentir así ̶ y como si en verdad sus palabras nunca hubiesen existido, continuó caminando.

Boo se lo quedó mirando, mientras se internaba más y más en las profundidades de la cueva, dejándola tan solo en la caótica compañía de sus pensamientos. Y es que para ella, Mewtwo estaba imposibilitado a ser amable, a alojar en su interior sentimientos tales como el arrepentimiento y la empatía.

La luz poco a poco fue abandonando la espalda del clon mayor, quien sabiendo que en ese momento caminaba solo, no menguó el paso. Si ella no lo seguía, ya sabía por qué. No obstante, cuando la sintió alcanzarlo, sin emitir palabra alguna, se las arregló para no exteriorizar una sorpresa a todas luces positiva. Después de todo, él quería que lo siguiera.

Caminaron así por unos minutos, siguiendo un túnel de roca que a cada segundo se internaba en las profundidades de la montaña. Boo miraba las paredes, buscando tal vez alguna pista que le revelara su destino, mas sólo veía roca húmeda y un poco de musgo.

̶ Boo ̶ dijo de pronto él, provocando en ella un notorio respingo. ̶ Hace unos días te vi compitiendo con algunos pokémon voladores.

̶ ...

̶ No deberías exponerte tanto. En esta clase de bosque abundan los entrenadores y cazadores y, de verte, no dudarían en intentar capturarte.

̶ ¿Acaso crees que no podría defenderme? ̶ cuestionó ella con algo de enojo.

̶ Por el contrario ̶ respondió él. ̶ Sé que te defenderás con maestría, pero....

̶ ¿Pero?

̶ Nada, olvídalo ̶ y aceleró casi imperceptiblemente el paso.

Ella parpadeó un par de veces con demasiada extrañeza, por lo que de inmediato se entregó a la tarea de llegar al meollo del asunto. Mewtwo estaba actuando muy fuera de sí, como si de un segundo a otro alguien más se hubiese acercado a él para intercambiar su alma. ¿Dónde estaba el arrogante pokémon que se mofaba de ella por su inferioridad? ¿Dónde estaba ese incomprensivo maestro que se afanaba en casi torturarla con su entrenamiento? ¿Dónde estaba ese idiota al que, hace unos minutos atrás, había querido abandonar con todas sus fuerzas?

̶ Mewtwo...̶ dijo su nombre con suavidad, como si en realidad no quisiera que él la escuchara, aunque finalmente logró su objetivo. El clon mayor se detuvo de inmediato, volteándose con cuidado. ̶ ¿Qué te pasa?

̶ Nada ̶ contestó cortante y siguió adelante.

En eso, cuando ella reanudó la marcha, sintió que pisaba sobre algo suave. Imaginó que se trataba del musgo que se extendía ahora hasta el suelo, entregándole un agradable colchón en esta cueva tan fría. Y fue entonces cuando el final de su camino fue revelado ante sus ojos.

La profundidad de la cueva terminaba con un lugar de enormes proporciones, una cámara cuya bóveda se elevaba unos cincuenta metros sobre sus cabezas, revestida la húmeda roca por la suave textura del musgo, el mismo que Boo ya había pisado en la entrada. No obstante, una tenue iluminación entraba desde la parte superior, dándole a estos seres vegetales, un brillo casi sobrenatural, como si de una serie de luces, un pequeño firmamento se expresara sobre su cabeza. Abajo, frente a ambos clones, una pequeña laguna era llenada por riachuelos que se deslizaban sobre las paredes, llegaban a la parte inferior y luego se perdían a un costado de la caverna, perdiéndose en caminos que Mewtwo no parecía conocer.

Boo se acercó con cuidado a la orilla de la laguna, observando que, a pesar de la oscuridad reinante, el agua se mostraba cristalina.

̶ Es hermoso...̶ no pudo evitar comentar. ̶ ¿Cuándo lo encontraste?

̶ Hace unos días. Necesitaba...̶ hizo una larga pausa y luego miró hacia arriba, como si pretendiera encontrar sus respuestas en ese lugar. ̶ Necesitaba pensar algunas cosas

̶ Ya veo ̶ susurró ella y luego se quedó en silencio, mirando el lugar en toda su extensión para luego dirigirse a una gran roca en la orilla y sentarse allí. Busco la posición más cómoda, dejó caer su cola flácidamente y cerró los ojos, escuchando el suave sonido del agua bajando por las paredes, deslizándose entre el musgo para llegar por fin a su centro, a la pequeña laguna. Sonrió, sintiendo como la calma que tanto anhelaba por fin la abrazaba con suavidad, haciéndole olvidar toda la rabia que había acumulado contra Mewtwo. Definitivamente él había cumplido en llevarla a un lugar que le agradaría.

Se apoyó con cuidado en la pared que se alzaba perpendicular tras ella y abrió un poco los ojos, viendo los brillos del agua moverse con gracia en la superficie.

̶ Boo ̶ escuchó de pronto, haciéndole dar un respingo que para cualquiera hubiese resultado muy gracioso. Sin duda ese lugar había hecho efecto tan rápido en ella, que hasta se había olvidado que Mewtwo estaba allí. ̶ Ya te lo había dicho cuando entramos, pero...̶ dijo acomodado a su lado, mirando también la superficie de la laguna, ̶ ... de verdad lamento mi comportamiento en este último tiempo. A decir verdad, debo reconocer que no tengo demasiada experticia en el comunicarme con otros. Reconozco que carezco de empatía y eso, como en tu caso, ha dificultado mucho las cosas.

̶ ...

̶ También debo reconocer que...si bien me incomodaba, nunca sentí el deseo apremiante de cambiar....

̶ Pero... ̶ iba a decir ella cuando un pequeño hilo de sus funestos pensamientos hizo presencia entre la calma que ya se había arraigado, mas él, con un suave gesto, le indicó que guardara silencio.

̶ Sólo hasta hoy ̶ concluyó y ella dio un respingo. ¿Qué acababa de decir? Se lo quedo mirando un momento, olvidando todo lo que se encontraba a su alrededor, mas Mewtwo sólo mantuvo sus ojos fijos en el agua. Boo parpadeó un dos de veces. El perfil de su contraparte reflejaba algo tan distinto a lo que ya conocía de él, que de pronto se sintió acompañada de un completo desconocido. Había perdido su soberbia característica, ese orgullo, ese afán de sentirse superior a cuanto se encontrara en la superficie del planeta. Su faz ahora estaba tranquila, aunque había cierta preocupación en su mirar, mas no parecía ser algo grave, sino el hecho de hallarse inmerso en pensamientos que tal vez no le era fácil manejar.

̶ ¿Por qué? ̶ preguntó ella con sutileza, a lo que él cerró los ojos, suspiró y luego la miró con intensidad, como nunca lo había hecho antes. Porque no había amenaza en sus irises, ni un regaño, ni seriedad. No, no era eso, mas ella no comprendía de qué se trataba.

̶ Porque no quiero perderte ̶ dijo con un tono duro, como si escupiera las palabras. Boo no pudo evitar abrir la boca en sorpresa, sin poder creer las palabras del clon mayor. Este no podía ser él, era simplemente imposible.

Se puso de pie, siendo imitada al instante, mirándose con intensidad sin dar pie a acción alguna. Ella parecía incrédula, incapaz de concebir lo dicho por Mewtwo como pronunciado por él y dirigido a ella. Y en cuanto al mayor, sólo se mantuvo serio, sin una pizca de arrepentimiento por lo sucedido.

̶ ¿Te estás burlando de mi? ̶ inquirió ella, rompiendo por fin el silencio y la paz con la que gozaba el lugar. ̶ ¿Estás jugando conmigo? ̶ alzó la voz ̶ . Me tratas casi como un trapo sucio allá afuera, me impones un entrenamiento que apenas puedo seguir y más, sabes que no puedo seguir, y ahora, de la nada, ¿dices que no quieres perderme?

̶ ...

̶ ¿Qué clase de broma es esa?

̶ No es ninguna broma ̶ replicó él con cierta molestia en la voz, mas luego de unos segundos, se calmó. ̶ Me doy cuenta de todo lo que te he hecho pasar. Accedí a entrenarte porque me pareció interesante poder medir mis fuerzas con alguien semejante a mí pero ...̶ bajó la mirada. ̶ Me es difícil hacer esto, ¿sabes?

̶ ¿Qué cosa? ¿Ser humilde?

̶ Por favor Boo...

̶ Regresaré afuera y buscaré un lugar en donde poder estar tranquila. Agradecería que por favor no me siguieras ̶ se hizo a un lado y se acercó a la entrada, mas Mewtwo se volteó hacia ella y continuó hablando.

̶ ¿Por qué crees que no podría estar hablando en serio? ¿De verdad crees que soy la basura que se proyecta en tu mente? ¿Acaso no tengo derecho a que me des una oportunidad?

̶ No ̶ contestó con firmeza, pero pronto cambio de opinión. ̶ No lo sé.

̶ Sé que si vas sola por el mundo podrás defenderte sin problema y enfrentar a cualquiera que se atreva a cruzarse en tu camino. Sé que saldrás airosa de cualquier dificultad, y que por ningún motivo pensarás que es gracias a mí. Creo que eres más de lo que tú misma crees, que eres fuerte, valiente...̶ bajó de la roca y se acercó a la salida. ̶ Creo que eres osada, terca, que te arriesgas demasiado, como ese día en que competías con los pokémon voladores

̶ ...

̶ Te dije que creí que era peligroso, que alguien podría haberte visto y atrapado, mas no te detuve...porque quería verte hacerlo ̶ Ella se detuvo entonces y volteó apenas lo suficiente para demostrar que sí lo estaba escuchando. Después de todo, que Mewtwo hablara de ese modo tan inusual, terminaría llamando la atención de cualquiera. ̶ La expresión de tus ojos en libertad ̶ continuó él ̶ tus movimientos en el aire, la energía recorriendo cada parte de tu ser.

̶ ...

̶ No tienes idea cuánto te envidié. Cuántos deseos se ser tan libre como tú inundaron mi mente y mi alma.

̶ ...

̶ Me cautivaste como nada en este mundo, como si de la más bella danza se tratara ̶ llegó por fin hasta ella, quien se volteó por completo con la mirada aun llena de intriga, no obstante, sin la rabia recién expresada. Lo miró una vez más como si de un extraño se tratara, sintiendo tantas cosas que no comprendía o que, en el fondo, no sabía cómo manejar. Mewtwo estaba siendo amable con ella, diciéndole cosas que ni ella misma creía, haciendo que su corazón latiera con fuerza ante la emoción de sus palabras.

Se lo quedó viendo y él a ella, sin decir una palabra más. Solo se escuchaba el suave sonido del agua cayendo por las paredes de la roca. No obstante, ese pequeño instante de quietud se rompió cuando él deshizo el contacto visual, cerrando los ojos para suspirar con angustia.

̶ Te he pedido perdón por haberte tratado mal.

̶ ...

̶ Boo...tendrás que perdonarme por esto también ̶ y sin previo aviso se acerco con algo de brusquedad para tomarla de los hombros y acercar su rostro al de ella. Boo no supo cómo reaccionar al ver a Mewtwo tan cerca y sólo pudo quedarse quieta como una estatua. No obstante, su corazón latía a punto de salir de su pecho, cosa que logró ponerla aun más nerviosa.

Solo había visto algo como eso un par de veces, y fue...fue con los humanos, fue esa forma en que ellos expresaban...

Su hilo de pensamiento se cortó cuando la distancia entre ambos clones se disolvió en su aliento.

Mewtwo la besó con tal suavidad que hasta parecía temer tocarla, abrazándola con esa torpeza que jamás lo caracterizó, por completo fuera de sí. Él sintió su calor, la tensión de su cuerpo y ambas manos sobre su pecho, ejerciendo una ligera fuerza que significaba que pronto, sus brazos lo separaría de ella. No, se dijo, por un segundo en su vida quería sentirse realmente libre, sin atadura alguna que le impidiera expresar de la única forma que pudo pensar, sus extraños sentimientos, esos que se habían instalado en su corazón conforme fue conociendo al único espécimen de su raza.

Sintió que el miedo comenzó a crecer en la base de su estómago cuando ella no le correspondió, apartando la esperanza al notar que tampoco iba a separarse de él. La vergüenza, el ridículo absoluto fueron encaramándose en su cuerpo como terribles enredaderas, ahogando su tan característico orgullo al demostrarle que ni él, el supuesto pokémon mas fuerte del mundo, podía resistir el hecho de mostrar abiertamente sus sentimientos, para ser tratado con indiferencia y hastió por aquella por la que tanto cariño sentía.

Sí, dijo una parte de su conciencia, se lo tenía bien merecido. ¿Cómo pretendía que ella albergara algo en su corazón dirigido a él luego de cómo se había comportado? Esperar eso era una postura aun más arrogante. Y sin embargo, lo esperaba, lo ansiaba con todas sus fuerzas, a pesar de saberse inmerecedor de aquello.

Deslizó su rostro por la mejilla de ella y dejó caer su cabeza hasta su hombro, con el fin de poder abrazarla y sentir su cuerpo por última vez. Había asumido ya, que Boo no lo aceptaría y quería aprovechar al máximo los últimos segundos que tenía. No obstante, estos se terminaron antes de que pudiera cerrar sus brazos en su espalda, por la hembra de inmediato puso distancia entre ambos, destruyendo para siempre la atmosfera que él, en vano, quería formar.

Mewtwo, tan o más tenso que ella, solo atino a mirar a otro lugar. Luego de esta actuación tan fuera de sí, donde hizo por un momento a un lado su razón, no supo cómo enfrentar los hechos. Esperaba a que Boo lo golpeara, le gritara y diera media vuelta para desaparecer de su vida, mas ella se quedó en su lugar, mirándolo fijamente sin que él aceptara el contacto visual, cosa que se hizo aun más tortuosa que cualquier muestra de violencia.

Ya no podía esconder sus sentimientos. Él los asumía y ella los conocía, mas con esa separación y el silencio que los envolvía, la esperanza de que este instante terminara de manera positiva, poco a poco iba desvaneciéndose en su cabeza.

Debía admitirlo. No había tratado bien a Boo en todo este tiempo, se había comportado como un verdadero idiota porque no tenía idea de cómo expresarse o, más bien, temía que al hacerlo pasara precisamente esto, el rechazo. Que ella, luego de quererla, luego de imaginarla a su lado para siempre, decidiera alejarse de él porque bajo ninguna circunstancia iba a corresponder a sus sentimientos.

Disfrazó todo aquello de arrogancia y soberbia para convencerse a sí mismo de que ese cariño no existía, para provocar en ella ese rechazo que solo los mantendría como maestro y alumna. Sí, sabía que existía el riesgo de que en un momento ella prefiriera continuar sola. Eso lo había entendido a medida que fue conociendo ese carácter terco y osado que tanto le gustaba de ella. Mas al mismo tiempo sabía que el deseo progresar, de hacerse más fuerte, la mantendrían con él en busca de ese conocimiento.

Sin embargo, no esperaba a que llegara el día en que se hartara tanto, que sus ambiciones de poder menguaran ante la rabia que sentía por él. La imaginó levantar vuelo para tomar su otra forma y desaparecer en un haz de luz que partiría en dos el cielo y también su corazón.

̶ Lo... ̶ balbuceó con torpeza, aun sin atreverse a mirarla. ̶ Lo siento. Si deseas salir como tenías planeado, puedes hacerlo, no te detendré ̶ Pero ella no se movió, por lo que, intrigado ante su comportamiento, por fin puso sus ojos en los de el clon menor. Ella, al ver su expresión de arrepentimiento logró reaccionar ante el estupor, inhalando con fuerza para alzar luego el brazo y darle un fuerte puñetazo al que hasta ahora había sido su maestro.

Mewtwo sintió que el mundo se remeció, como si de pronto se hubiera producido un fuerte terremoto que, tal y como sucedió con ella, lo hizo volver en sí y eliminar esa terrible y asfixiante atmosfera que los había envuelto. La miró con la sorpresa estampada en la cara, dispuesto a arremeter contra su violencia, a pesar de estar consciente de que esa respuesta sería muy propia de ella.

̶ Deja de mirarme así ̶ siseó Boo con rabia. ̶ Reacciona de una buena vez. ¡Ese no eres tú! No con esa cara de idiota que lo único que busca es que yo sienta lastima por él

̶ ¿De qué estás hablando? Dices que lo que siento sólo te provoca lastima? ̶ inquirió él, ya un poco más alterado y olvidando sus temores ante el rechazo. Podría quererla mucho, pero no soportaba que le hablaran de ese modo.

̶ Dije que esa mirada provoca lástima ¡Y yo no pienso aceptar ni un beso ni nada de alguien asi! ̶ Él entonces la miró sorprendido, lo que dio pie a que ella prosiguiera. ̶ Así que, o dejas de mortificarte o.... o te daré verdaderas razones para que lo hagas.

̶ ¿Qué quieres decir con eso?

̶ Muchas de las cosas que he aprendido, tal y como tú, han sido mediante la observación. He visto tanto a humanos como pokémon expresar sus emociones y sentimientos de muchas maneras. Conozco cómo se relacionan los humanos, aunque sea de lejos, así que sé lo que hiciste... ̶ bajó la mirada.

̶ ...

̶ Yo... no puedo darte una respuesta, porque ahora no estoy segura de lo que siento ̶ susurró. ¿Esto podía significar que a pesar de todo, podría existir una esperanza? ̶ Pero sí sé una cosa. ̶ continuó ̶ Juro que me iré para siempre si vuelves a mirarme con esos ojos otra vez. Los ojos de alguien temeroso y arrepentido, de alguien tan patético... ̶ respiró intranquila ̶ ¡Esos no son tus ojos, Mewtwo! Y te golpearé cuantas veces sea necesario si vuelves a hacerlo, ¿oíste?

̶ ...

̶ Jamás aceptaré a alguien así ¿me entendiste? ̶ y lo miró de forma intensa, como si de pronto fuera a lanzarse al ataque, mas poco a poco fue relajándose cuando el clon mayor asintió. ̶ Ahora voy a salir...agradecería que no me sigas. Necesito pensar

Boo dio media vuelta y comenzó el camino de regreso por el túnel, ante la mirada atenta de Mewtwo, quien no se movió de su lugar. La hembra estaba confundida, intrigada por los sentimientos de su compañero, como por los propios. ¿Cómo seguirían conviviendo con el conocimiento mutuo del cariño que ahora el pokémon mayor no se limitaría a demostrar? ¿Cómo podrían vivir así, en una suerte de teatro que se acabaría cuando ella diera la última palabra?

Aceptarlo o rechazarlo, eran las dos únicas alternativas y en ese momento, ella estaba muy lejos de siquiera considerar una seriamente. Hace menos de una hora había deseado abandonarlo para siempre y jamás volver a verlo, pero ahora...ahora ya no estaba segura de nada.

En eso, vislumbró la salida de la cueva, alegrándose de llegar al exterior y alejarse de el por un rato. Mas cuando se disponía a poner un pie afuera, la voz de su contraparte llegó desde atrás.

̶ No olvides que este fue sólo un descanso. Mañana seguiremos con el entrenamiento

Ella se volteó un poco y lo miró. Qué gracioso, se dijo, afuera de la cueva, volvía a ser el mismo pokémon arrogante de siempre, cosa que en cierto modo, la alegró un poco. Prefería enfrentar a un Mewtwo antipático y petulante, ya que era un terreno que conocía y podía manejar, y no a ese desconocido que por poco se ponía de rodillas para suplicarle que aceptara su cariño.

Aunque a decir verdad, la mirada del pokémon que ahora se aventuraba a la luz del sol, era muy distinta a la de aquel que había entrado.

̶ Antes de que te vayas, quiero decirte algo más ̶ susurró mirando al cielo. ̶ Puedes volar cuando te plazca bajo tu propia responsabilidad. No te detendré....no porque no me importa, sino porque me gusta que lo hagas.

̶ ...

̶ Y...déjame decir, que haré lo posible para que aprendas a mirarme de otro modo ̶ y sin más se volteó y se internó en el bosque, con la excusa de buscar algo para comer. Boo se lo quedó mirando pensativa, y luego negó con la cabeza, tratando de despejar su mente de todo lo sucedido dentro de la cueva.

̶ Lo tendré en cuenta ̶ contestó simplemente, sin poder ocultar una leve sonrisa que se dibujó en su faz y caminó en la dirección contraria. Después de todo, debía aprovechar que el entrenamiento había terminado el día de hoy.


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Nota de autor:

Por que Boo se llama Boo? Es una gran pregunta simpático lector, y yo, como la enana loca que soy, te la responderé con gusto....

Su forma mega se parece a majin boo de DBZ. Eso es todo.

Bueno, hace demasiado tiempo que no escribo y estoy un poco oxidada, así que si tienen comentarios, correcciones y eso, adelante, digánmelas, pero con suavidad por favor, que tengo otros proyectos abandonados y eso me carcome el alma. Debo retomarlos, pero antes, debo estar en forma

Eso, comenten y...no habrá segunda parte (por si alguien llega a preguntárselo)

Saludines