One-shot de Naruto - Obsesión [SasuHina]

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Am... es lo más extraño que he escrito hasta ahora y de alguna manera siento que traiciono mi shipp favorito con esto (y no me dejó del todo conforme :''d), pero xD ok ya, aquí les dejo lo que salió del reto 7u7 (no sé si el prefijo es el correcto, cualquier cosa me lo dicen :v)

Este escrito participa en el reto ¿Verdad o Reto? De Insane , espero haber podido representar bien esta idea :3

[Sasuke siente celos sobre la relación de Hinata y su mejor amigo, Naruto. Él desea esa mujer, desea corromperla y romperla, porque es demasiado inocente como para que no salga su crueldad a flote. ¿Cómo los alejará? Y ¿Cómo se aprovechará?]

No recordaba como había comenzado aquella atracción por ella. Sólo sucedió un día, sin que él lo hubiera podido controlar. Sakura le llamó —después de contarle aquello en completa desesperación—: «amor a primera vista». Sin embargo, él estaba seguro que iba más allá de un simple enamoramiento de cuento de hadas. Estaba muy lejos del concepto — inocente e ingenuo que la pelirrosa aún guardaba en su interior— del romance. Se debía a algo mucho más oscuro e incontrolable, que lo estaba enfermando cada vez que intentaba evitar la presencia de Hinata Hyuga.

No sabía a quién había intentado proteger realmente con sus estúpidas acciones: a ella, al idiota de Naruto o a él mismo. De lo único que era conocedor era que las cosas se descontrolaban y tomaban un rumbo peligroso en cuanto su coartada, se le salía de las manos. Lo cual siempre pasaba cada vez que Naruto se pavoneaba con ella, por cada maldito lugar que él también frecuentaba. Nacía en su interior los celos más indescriptibles y enfermizos que apenas era capaz de ignorar; la línea, aquella que lo separaba de cometer alguna estupidez, era sumamente delgada. Sin embargo, era lo único que había evitado dañar a quién consideraba aún, su mejor amigo.

Pero, siempre se había considerado alguien paciente y sabía que la oportunidad, llegaría tarde o temprano. Y la amistad, los códigos y el deber podían irse al infierno.

—¿Puedo hablar contigo?

Era inexpicable el efecto que producía su voz. Esa voz tímida y dulzona, entre adorable y tierna. Lo desarmaba por completo, lo llenaba de ira y le provocaba las fantasías más calientes de su vida. Se preguntaba cómo sería su voz bajo presión o en las mejores de las situaciones, en la cama. Definitivamente, ese tono sería completamente diferente.
Y pagaría lo que fuese por escucharlo.

Dejando de lado aquellos pensamientos inescrupulosos, lejos de ser inocentes, se giró hacia ella con su expresión habitualmente neutral. Que la mujer de su mejor amigo lo estuviera volviendo loco, no quería decir que deseara ser amable con ella. De hecho, deseaba muchas cosas y ser amable no entraba en su lista de prioridades. Corromperla, romperla encabezaban el sin número de situaciones a las que la quería orillar paso a paso. Posiblemente estuviera enfermo pensando así. No sería una novedad. Y nadie se lo había cuestionado alguna vez.

—Depende —murmuró volviendo a lo suyo con un tono frío y desinteresado. Podía sentir su pesada mirada sobre él pero intentó, con mucha fuerza de voluntad, ignorar esa intensidad acomodando un par de papeles en una carpeta negra —. Tengo una reunión en cinco minutos.

—Son más que suficientes —la escuchó hacercarse. El sonido de sus tacos chocando contra el suelo era la evidencia de ello. Estaba acorralado e indirectamente, ella también —. Es sobre Naruto.

Eso no lo tomó por sopresa en lo absoluto. Ya era conocedor del pequeño rumor de esos días sobre la «crisis» de la pareja del año. Lo que puede que lo haya sorprendido, sólo un poco, era que ella fuese hablar con él sobre el idiota de Naruto. Estaba, de hecho, intrigado más que sorprendido.

—Sakura lo conoce más que yo.

—Ella no sería imparcial, lo adora como un hermano y obviamente lo defendería.

—¿Por qué estás tan segura de ello? —ella no respondió inmediatamente y Sasuke lo tomó como ventaja —. ¿Qué esperas que te diga sobre él, Hyuga? ¿Qué es un buen tipo, qué el perdona y olvida fácilmente? Eso ya lo sabes, todos lo saben —la miró fijamente —, así que te lo preguntaré una vez más: ¿qué esperas que te diga?

—La verdad —soltó con algo de enojo. De alguna manera la actitud pedante y sarcástica del Uchiha, le había provocado algo parecido a la cólera misma. Y puede que los últimos acontecimientos de su vida, la estuviesen transformando en lo que siempre debió ser —. Eres el único que puede decírmela —él soltó un bufido y se le acercó peligrosamente.

—¿Segura? —la seriedad con la que había formulado su pregunta, provocó en ella una poderosa sensación que llenó de calor cada parte conocida y desconocida de su cuerpo. Era algo nuevo para ella y una victoria para él —. Tienes tiempo de arrepentirte, Hinata.

—Y-Yo... —no tenía palabras, hasta que obligó a su cerebro a funcionar correctamente —, estoy muy segura.

Él sonrió.

Era una sonrisa demasiado seductora, demasiado para el entendimiento de la tierna e inocente Hinata Hyuga. Sin embargo, tan pronto como se dio cuenta de su peligrosidad, se vio perdida entre los demandantes deseos de Sasuke Uchiha. Se había aprovechado del momento más caótico de su vida amorosa, hasta ese instante, carente de toda emoción. Pero supo que, bajarse de aquella montaña rusa, sería la decisión más estúpida que pudiera tomar; tuvo un poco de invidia ante ese poder nato del pelinegro. No se esforzaba en lo absoluto para dejar en claro que él era el jefe.

Por otra parte, Sasuke, después de haber subido al cielo y bajado al infierno, estaba deleitándose con su reciente obsesión como nunca antes lo había hecho. Y no se sentía arrepentido en lo más mínimo. Poco le importaba las consecuencias de sus actos. Tenía lo que quería.

Siempre.