Explícito de Pokémon - El que no sufre no aprende

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por Siletek, 24 Julio 2017.

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    LizzaRade

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    Ay... aún tengo corazón parece... Este capítulo fue... no encontré gifs :(

    Me llegó lo del Arbok y Weezing, porque yo tengo un perro de raza Pitbull y aunque digan que es peligroso, es un amor de perro y no lo cambiaría por otro menos "peligroso", al final, es el humano que no los entrenan adecuadamente y al final quien paga los platos rotos siempre sera el perro por tener a un incompetente de dueño.

    Otra cosa que tambien me llegó, es cuando les preguntaron si se iban a casar... pobrecitos, si que debe ser jodido el tener que pensar siempre en un futuro incierto donde nada se sabe, sin saber si ese futuro será bueno o malos para ellos y su hijo. Con suerte, y mucha, tienen dinero y que comer.

    En general me esta gustando como va este fic, tiene una buena pizca de feels que mucha falta me hace en estos días.
    Saludos!

    PD: Me mató lo de Pararrayos xD y Lunita es ADORABLE.
     
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    J.Nathan Spears

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    A ver, a ver... hay mucho de lo que opinar acá :P. Primero que nada, perdona el largo retraso para este comment n__nU. Planeaba dejártelo el día 25, como un regalito de navidad... pero he estado muy ocupado con las festividades y esas cosas nwnU

    Primero que nada, cito...

    Veo que sigues teniendo la macana de poner "Squartle" en lugar de "Squirtle". ¡Mujer, que es uno de los starters de la primerísima generación! ¡Debiste revisar mejor el texto! Y encima, siempre has escrito bien "Bulbasaur", siendo que es aún más difícil. Y otra cosa que recomendaría es escribir "PokéBall" o usar algún sinónimo en lugar de "pokebolas". En lo personal leer eso como que suena un poquito feo e_eU

    Pero bueno, fuera de eso, encontré el episodio interesantísimo y bonito. Esa Jessie tiene una boca de camionero xD... pero igual se entiende muy bien que haya explotado, puesto que la maestra de la guardería consideraba a Arbok y Weezing como un peligro. Y bueno, los Pokémon de tipo Veneno siempre son incomprendidos owoU. Además que estos niños de repente se ponen bruscos n_nU... pero equis, no podemos reclamarles nada. Son chamaquitos...

    Jessie ha demostrado una gran evolución de personaje al preocuparse del pequeño Timmy, a pesar de que antes no hubiese dado ni tres litros de diarrea por un chamaco desconocido. Y vaya que se emocionó también al saber que él solo quería conocer a un Meowth con espíritu de lucha n_nU. Eso debió tocarles bien hondo al ex-TRío...

    Y otra cosa que les caló bien dolorosamente hondo... Jessie perdió las muñecas que ganó en el Festival de la Princesa >__<. ¡Rayos! ¡Primera vez que siento legítima pena por ella! ;3;. Debe haber una forma de recuperarlas... seguro que se las daría a su bebé. O quizás siga "intentando" hasta tener una niña ¬u¬ jeje... pero bueno, nadie sabe qué planearán. Tal como dijo Lizza, el futuro de esos tres... digo, cinco, contando a Lunita y el bebé en el vientre de Jessie, es inciertísimo .w.

    Por otra parte, me gustaron los detalles que nos recordaron a nuestra infancia. Primero, que Ash actuara de manera semi-inmadura sobre que "no quiero llegar tarde a Isla Canela", para que al rato se terminara tranquilizando y disfrutando como se pueda OwO. Además de que no soltó a su lagartija con alas porque es un cabrón peligroso. También amé la reacción de James al recordar que Brock tiene un Zubat y eso causaría traumas en la Meowth bebé.

    Y por último, con lo de la propuesta de matrimonio. Es entendible que Jessie esté dolida por la reacción tan aversa de James ante el matrimonio... pero estoy seguro de que no estará enojada por mucho, ya que debe recordar que los padres de su ahora novio lo querían casar a fuerzas con esa desquiciada que es capaz de violarlo sin advertencia... o envenenarlo si ofrece resistencia. A ver cómo lo resuelven... espero que haya otra reconciliación furiosa y candente ¬u¬ jajaja... total, no hay peligro de embarazar de nuevo a Jessie :V

    Okey, ya me puse idiota xD. Solo esperaré la conti callado xP

    Nos vemos en otra ;)
     
  3. Threadmarks: 24. Sin comida
     
    Siletek

    Siletek Entusiasta

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    Título:
    El que no sufre no aprende
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    60
     
    Palabras:
    4535
    Capítulo veinticuatro

    Sin comida

    Habían pasado un par de días desde que partieron desde el jardín de niños y aún no veían signos de que la civilización estuviera cerca. No importaba: tenían comida para tres días más y seguramente encontrarían un pueblo antes que se acabaran las provisiones. Pero lo que a Brock le preocupaba eran Jessie y James.

    No parecían estar peleados intentando arrancarse los ojos, sino que parecían haber construido una barrera invisible entre ellos dos. Apenas si se dirigían la palabra y, cuando dormían, lo hacían dándose la espalda. Por momentos, James parecía querer acercarse, pero se acobardaba con facilidad y se sumía en silencio.

    Desde que se habían marchado de la guardería habían estado así. Cuando llevaron a Timmy de vuelta a la guardería, estaban tomados de las manos y dándose mimos. Cuando se fueron, los dos estaban cabizbajos y sin ganas de hablar con nadie. ¿Qué demonios había pasado en ese momento? Recordaba haberlos visto con un grupo de niñas, pero nada más. Estaba demasiado ocupado admirando la belleza de la maestra, a pesar de ser una gritona.

    Ahora ya era de tarde y estaban descansando después del almuerzo. James no estaba; había dicho que se iría a dar una vuelta cerca del río. Pero eso había pasado hacía casi una hora y ya se estaba empezando a preocupar. Meowth lamía la cabeza de su hijita, bañándola con la lengua; Jessie estaba durmiendo; Misty pulía a su Staryu y a su Starmie y Ash simplemente miraba el cielo junto a Pikachu. Todo muy tranquilo, si se exceptuaba la tensión entre Jessie y James.

    Brock se levantó del suelo.

    —Voy a buscar a James —dijo—. Se está tardando demasiado.

    Ash se sentó de golpe y Pikachu lo imitó, parando las orejas.

    —Te acompaño —dijo Ash casi de inmediato. También parecía preocupado. Brock negó con la cabeza.

    —No, mejor quédate aquí —le respondió. Si lo encontraba, quería hablar con él a solas sobre lo que pasaba entre él y Jessie. No quería meterse en su relación, pero tampoco quería quedarse de brazos cruzados.

    Se dirigió hacia el río y caminó contra la corriente, ya que ahí había visto que se dirigía James. Cruzaba los dedos a medida que avanzaba. No creía que James haya sido tan cobarde como para abandonar a Jessie, Meowth y Lunita con ellos, ¿o sí? O tal vez le había sucedido algo, no lo sabía. Pero ninguna opción era buena.

    Escuchó una voz a lo lejos, cerca de la cascada. Brock comenzó a acercarse cada vez más deprisa. A medida que avanzaba, le parecía reconocer la voz de James:

    —Soy un idiota… una desgracia… no la merezco.

    Brock al fin pudo distinguir a James, sentado en una roca, a dos metros de la orilla y cerca de la cascada. Al frente suyo, yacía un Slowpoke mirándolo fijamente, con la cola metida en el agua. James bebía de una botella blanca que Brock identificó inmediatamente como sake.

    —No puedo… no puedo olvidar… su… sus ojos… cuando me vio —James arrastraba las palabras y se balanceaba un poco sobre la roca.

    —Slowpoke —respondió el pokemón con lentitud. Probablemente ni supiera de lo que James estaba hablando. Brock tampoco, pero lo que si sabía era que Jessie lo iba a matar si lo veía así.

    —¿James?

    El susodicho tardó tres segundos en girarse. Sus ojos estaban enrojecidos por las lágrimas y los efectos del alcohol.

    —¡Brock! —se levantó con dificultad, casi cayéndose en el proceso. El adolescente tuvo que ayudarlo antes de que se rompiera la cara contra el suelo. Apestaba a sake.

    —¿Qué demonios estás haciendo? —le preguntó, intentando no darle un puñetazo.

    James lo miró y mostró una sonrisa amplia y borracha.

    —Después de Meowth, tú eres como mi hermano —le dijo, abrazándose a él, no sin antes estamparle un sonoro beso en la mejilla. Brock se acomodó para poderlo llevar, abochornado.

    —Si, si, como digas, pero tienes que venir conmigo al campamento. Jessie te va a matar.

    James soltó un gemido lastimero y se puso a sollozar.

    —Jessie… ella va a dejarme…

    —¿Qué? Tonterías, ella no va a dejarte.

    —No después…. Después de lo que pasó…

    —¿Qué pasó? —le preguntó.

    James tardó varios segundos antes de responder:

    —Ella quiere… casarse conmigo.

    —¿Y tú no quieres eso?

    James volvió a soltar un gemido lastimero, como un Growlithe herido.

    —No… no lo sé. Le tengo pánico… al compromiso… por Jessebelle, tú sabes.

    Brock entendió. Tendría que haberlo supuesto.

    —Esas mocosas me preguntaron s quería casarme con Jessie —continuó—. Y no supe que responder. Jessie me vio y… y se dio cuenta que estaba asustado.

    —Bueno, bueno, no es para tanto —intentó tranquilizarlo Brock—. Ya verás que todo saldrá bien, ¿eh?

    James se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

    —Gracias.

    Cuando llegaron al campamento, Jessie ya estaba despierta. Cerca de ella, Meowth había sacado su guitarra y estaba cantando una canción.

    Necesitaba conocer un poco más esta tierra

    Un día tomé mi mochila y me fui.

    Dejé todo atrás

    Y me sentí libre al fin.

    Sentir en mi cuerpo los rayos de sol

    Escalar las montañas más duras.

    Ver con mis propios ojos

    Lo que se siente estar en las alturas.

    James lanzó una pequeña risotada.

    —Creo que todo está bien —dijo James—. No es una canción de suicidio. Pero me tengo… tengo que asegurarme…

    —¿De qué hablas? —preguntó Brock.

    James se soltó del agarre del adolescente y caminó hacia Meowth en zigzag. El pokemón lo miró, sorprendido, al igual que todos los otros.

    —Meowth —James se agachó, casi cayéndose al hacerlo, y le tocó la cabeza—, ¿estás bien?

    Meowth parpadeó, estupefacto:

    —Sí, pero tú no. ¿Estás borracho?

    —Sólo un poquitito… ¿Pero estás bien?

    Meowth se puso algo tenso.

    —Estoy bien, James.

    —Porque tienes que avisarme si estás mal. ¿Sabes?

    Meowth asintió. Parecía que quería que la tierra se lo tragara.

    —Si, si, ahora…

    —No lo hagas de vuelta nunca más. No quiero perderte —le dijo, con la voz ya estrangulada por el llanto.

    —¡James! —el pokemón se acurrucó en su pecho, temblando. Lunita también se acercó para exigir que la abrazaran a ella también. Pero Jessie la levantó y lo alejó de ellos, a pesar de las protestas de la pequeña.

    —Mejor déjalos —le dijo Jessie.

    James levantó la vista, soltó a Meowth y se puso de pie.

    —Jessie… mi reina —dijo, tambaleándose para acercarse a ella. Jessie lo detuvo apoyando las manos en sus hombros.

    —Meowth, ve a preparar tú sabes qué —le dijo, con rabia contenida. Meowth se secó las lágrimas con su pata y fue hasta la mochila de James, seguido de Lunita.

    —Brock, ¿qué le pasa? —preguntó Ash, confundido.

    —Está borracho —respondió.

    Ash parpadeó varias veces.

    —¿Para qué?

    Brock intentó contenerse. ¿Es que acaso Ash había vivido bajo una roca toda su vida, como si fuera un Diglett? No, era peor que eso. Al menos los Diglett sacaban su cabeza del agujero de vez en cuando. Jessie tenía razón: tendrían que tener una larga charla con Delia.

    —Es mejor que lo sepas más adelante —le respondió.

    Misty, quien aparentemente no había vivido bajo una roca, comentó:

    —Odio a los tipos que se emborrachan. ¿Lo hará seguido?

    —No lo creo —opinó Brock—. Ya lo habríamos visto ebrio antes.

    Mientras ellos hablaban y Meowth preparaba algo en un mortero (parecía una mezcla de hierbas), Jessie y James discutían.

    —No quiero… perderte —decía James, mientras sus lágrimas escapaban sin control. Jessie estaba entre la furia y la confusión.

    —¿Por qué me perderías? —le preguntó, enojada.

    —Quieres casarte conmigo, ¿no?

    Jessie lo miró, tan sorprendida que casi rozaba el espanto, pero luego se relajó.

    —Hablemos de esto cuando estés sobrio —le respondió, más tranquila.

    —¡Pero si yo estoy bien! —exclamó. Luego, bajó la voz—. Te verías hermosa de blanco —su tono se volvió soñador—. Tu vestido tendría… un tajo al costado… y te recogerías el cabello en un rodete… ¿Te dije alguna vez… lo preciosa que te ves con un rodete? Me vuelves loco.

    Jessie se sonrojó un poco.

    —¿Meowth, cuanto falta para que termines con esa cosa? —le preguntó a Meowth, con brusquedad.

    —Un momento, un momento —respondió Meowth, machacando las hierbas y agregándole agua de un termo.

    —Jessie… si quiero… que te cases conmigo —continuó James—. Solo que la palabra "casamiento" aún me da un poco de miedo… Sabes bien que te amo demasiado, mi amor.

    Meowth volcó el contenido del mortero en una taza de lata y se la pasó a Jessie.

    —Ya está.

    Jessie le tapó la nariz a James con una mano, mientras que con la otra lo obligó a beber el contenido de la taza. James hizo ademán de querer escupir el líquido, pero ella continuó hasta que solo quedaron las hierbas en el fondo.

    James lanzó un fuerte eructo y un escalofrío sacudió su cuerpo.

    —Ajj, eso sí que fue asqueroso —dijo, limpiándose la boca con la mano. Parecía que la borrachera había desaparecido, pero se lo notaba algo descompuesto.

    —Para que aprendas a no emborracharte así, imbécil —lo retó Jessie, con los puños cerrados.

    James miró hacia abajo, como un niño regañado.

    —Lo siento… No sé lo que me pasó. Solo iba a tomar un poco de sake, nada más.

    —¡Era nuestro sake de la victoria! ¡Lo teníamos reservado para cuando capturáramos a Pikachu! —le gritó Jessie.

    —¡De todos modos ya no vamos a capturarlo!

    Meowth se puso en medio de los dos.

    —Ya, ya, no discutan. Le va a hacer mal al bebé —les dijo, intentado apaciguarlos.

    Los dos se callaron y se tranquilizaron… hasta que escucharon un llanto.

    —¡Nyaaaa! —lloraba Lunita, sentada en el suelo, a escasos dos metros de ellos. Meowth se acercó a zancadas hacia su hija y le lamió la cabeza.

    —Shhh, tranquila, cariño, no llores, no pasa nada —intentaba consolarla—. Es normal que la gente se peleé a veces.

    —Nya nya…

    —No te gusta que peleen, lo sé, a mí tampoco me gusta, pero verás que todo saldrá bien.

    Jessie y James miraron al padre y a su hija un momento antes de mirarse a los ojos.

    —Podemos esperar al casamiento hasta que nazca el bebé —le dijo James en un hilo de voz—. Así tenemos tiempo para preparar un casamiento decente y puedas lucir el vestido. ¿No?

    Jessie sonrió.

    —¿Acaso tienes alguna duda? ¡No voy a lucir gorda en mi vestido de boda!

    James soltó una risotada y la besó en la mejilla. Jessie le respondió agarrándolo de la cintura y besándolo en los labios. Brock no pudo evitar lanzar un suspiro de alivio al ver que todo se había arreglado. Incluso Misty miraba la escena con los ojos brillantes.

    —Bueno, tenemos que seguir viajando —dijo Brock en voz alta. El resto dio su aprobación y comenzaron a guardas las cosas en sus mochilas para poder dirigirse a Isla Canela, cual parecía eternamente lejana.

    ...​

    Tres días después, la comida se había acabado.

    Sentían que daban vueltas en círculos alrededor del bosque y no era para menos: Ash había perdido el mapa dos días atrás y ahora no tenían idea en donde estaban parados o donde estaba el próximo pueblo.

    —Solo tenemos un poco de arroz y algunos condimentos —dijo Brock con tono sombrío, sentado sobre una piedra—. También algunas botellas de agua, pero nada más.

    Ash lo miró de manera fugaz y bajó la vista. Se sentía culpable por haber perdido el mapa y había pedido perdón, pero aún se sentía mal. Misty estaba preocupada, abrazada a su Togepi. Al menos aún había latas de comida pokemón, pero no durarían más de dos días.

    Jessie, James y Meowth no parecían preocupados, sino pensativos. Estaban hablando en voz baja entre ellos y sintió una leve irritación porque no estaban compartiendo lo que decían con el resto. ¿Acaso no eran todos parte del mismo equipo?

    Antes de que Brock pudiera llamarles la atención, ellos dejaron de hablar. Jessie se veía decidida.

    —Necesitamos organizarnos —dijo Jessie, como si fuera una capitana dirigiéndose a sus soldados—. Ash, ve a buscar agua y leña; Misty y Meowth, a buscar bayas; James, ve a pescar; Brock, quédate aquí cuidando a Lunita y el resto de las cosas. Yo iré a ver si encuentro comida también.

    —¡Hey! ¿Quién te nombro la líder? —le cuestionó Misty,

    Jessie chasqueó la lengua hacía ella y se inclinó un poco hacia adelante, mirándola fijo a los ojos.

    —¿Acaso tienes una idea mejor? Porque me encantaría que la compartieras en lugar de quejarte. Podríamos morirnos de hambre, ¿sabes? Así que, o aportas algo útil o te callas y haces lo que te digo, maldita pelos de zanahoria.

    Misty la miró con un odio intenso. Jessie le sostuvo la mirada hasta que la chica soltó un bufido y miró para un costado.

    —¿Alguien más quiere quejarse? —desafió Jessie a los otros. Ninguno habló—. Pues bien, nos reuniremos en una hora a más tardar.

    Jessie sacó una de sus pokebolas y llamó a Arbok. El pokemón tipo veneno apenas la vio se acercó a ella, frotando la cabeza en su hombro. Jessie lo acarició y luego agarró una pequeña canasta de mimbre.

    —Tenemos trabajo que hacer, Arbok. Tenemos que ir a buscar comida. Ven conmigo.

    Jessie se internó entre los arboles junto a su pokemón. Ash y James se fueron juntos tomando otro camino. Misty, con un bufido, hizo equipo con Meowth, tomando una bolsa vacía de supermercado para poder cargar las bayas.

    —¡Nyaaa! —comenzó a llorar Lunita, al ver que sus dos seres más importantes para ella se alejaban. Corrió hacia su padre y se abrazó a él, entre lágrimas.

    —No, mi amor, no llores. Papi va a buscar comidita —le explicó Meowth—. Quédate con Brock, te prometo que volveremos pronto.

    —¿Nya nya?

    —No, no puedes venir conmigo.

    —¡Nya!

    —Mmhh… Tienes razón —se dirigió a Misty—. Podrías dejar a Togepi aquí con Brock. Será más cómodo para ti.

    Misty dudó unos momentos antes de acceder a dárselo a Brock.

    —No tardaré, ¿si? —le dijo a su Togepi y luego se marchó junto con Meowth.

    Brock puso a Lunita y a Togepi juntos. A pesar de que ya llevaban semanas viajando juntos, era la primera vez que los dos bebés iban a poder interactuar. Lunita se acercó al pokemón de Misty, con cautela, pero Togepi avanzó con normalidad hasta estar a escasos centímetros de ella. No pasó mucho rato antes de que comenzaran a jugar juntos, persiguiéndose y dándose mimos. Era una escena adorable.

    Ash fue el primero en regresar con un cubo de agua y le explicó a Brock que habían encontrado un lago. James se había quedado para pescar. Ash volvió a marcharse para buscar ramas para encender un fuego.

    Jessie fue la segunda en regresar junto a su Arbok y depositó la canasta en el suelo, frente a Brock.

    —Listo. Tengo suerte de que Arbok sea un muy buen cazador —le dijo, orgullosa.

    Brock miró dentro de la canasta. Dos Pidgey y un Pidgeotto yacían muertos, apilados uno encima del otro. Aparentemente, habían muerto por una fractura en el cuello.

    —Con esto tenemos para el almuerzo de hoy —dijo Brock—. Cuando Ash vuelva con la leña, me pondré a cocinar.

    —Voy a desplumarlos mientras tanto —Jessie se sentó en el suelo, tomó una bolsa de plástico y comenzó a arrancarles las plumas a uno de los Pidgey—. Esto servirá para hacer relleno para almohadas —comentó en voz alta, más para sí misma que para Brock—. Podría venderlas a buen precio.

    Mientras Jessie cavilaba en voz alta, Ash regresó con la leña.

    —Espero que esto sea suficiente…—comenzó a decir, pero se detuvo al ver a Jessie. Se acercó hacia ella y torció la cara en un gesto de horror.

    —¡¿Qué estás haciendo?! —le gritó, horrorizado.

    Jessie levantó la cabeza y lo miró, con indiferencia.

    —Desplumando un Pidgey —respondió.

    —P-pero los pokemón son nuestros amigos, ¡no comida!

    Jessie se rió sin alegría. Brock pensó que lo hacía solo para reprimir las ganas de propinarle un puñetazo en la cara.

    —¿Nunca has comido una hamburguesa o una salchicha? No te veo cara de vegetariano y bien que has comido carne, te hemos visto. No seas hipócrita.

    —¿Qué tienen que ver las hamburguesas con los pokemón?

    Jessie abrió mucho los ojos, como si tuviera en frente a la cosa más bizarra y estúpida que haya visto en su vida. Brock miró hacia abajo, sintiendo vergüenza ajena como nunca había sentido. Hasta sus hermanos más chicos tenían una idea de dónde venía la carne que él compraba (y cazaba de vez en cuando).

    —Una cosa es que no supieras lo que era carnívoro y otra cosa es esa idiotez tan grande que acabas de decir. El Pidgey que estoy desplumando es más inteligente que tú. Y no me refiero a cuando estaba vivo, sino así, muerto como está ahora.

    Brock se puso en medio. Por muy de acuerdo que estuviera con ella, no quería peleas. Suficiente eran las riñas entre Ash y Misty como para soportar estas.

    —Basta —dijo Brock—. No quiero peleas. Jessie, sigue desplumando los Pidgey. Y tú, Ash—suspiró profundamente—, las hamburguesas están hechas de Tauros en su mayoría.

    Ash parpadeó varias veces, aturdido.

    —¿De verdad?

    —Si, de verdad —le respondió Brock, de manera tajante.

    —Así que no seas hipócrita —le dijo Jessie—. Elige: o comes a la hora del almuerzo o muérete de hambre. Estamos en una situación donde hay muy pocas opciones de supervivencia. Hasta ahora has tenido suerte, solo porque tienes a Brock. ¿Qué tal si no lo tuvieras? —Se levantó, con los ojos chispeantes de furia—. ¿Crees que estarías aquí ahora? No sé qué pensaba tu madre al dejarte ir de viaje pokemón, cuando es obvio que no puedes cuidar de ti mismo y mucho menos de tus pokemón.

    —¡Yo si cuido a mis pokemón! —gritó Ash.

    Jessie se cruzó de brazos, mirándolo de manera burlona.

    —¿Los cuidas, eh? Dime una cosa, ¿les das de comer? ¿O al menos ayudas a Brock a preparar la comida? Porque veo que él está haciendo el trabajo de alimentar a tu Pikachu —el pokemón eléctrico, posado eternamente en el hombro de Ash, la miró, movió las orejas y pareció decir algo. Si Meowth estuviera ahí, lo habría traducido—. Tampoco veo que los bañes. Y un pequeño y minúsculo detalle: ¿Cuándo fue la última vez que entrenaste?

    Ash apretó los puños.

    —¡Mis pokemón no necesitan entrenamiento! ¡Ellos valen por dos!

    En ese momento, Misty y Meowth regresaron con la bolsa repleta de bayas. Lunita, quien había estado viendo con preocupación la pelea entre Ash y Jessie, salió disparando como una flecha hacia su padre.

    —Oh, no, otra vez eso de "sus pokemón valen por cuatro" —Misty lo parodió con sorna—. Te regalaron cuatro de las seis medallas, no te creas tan importante.

    Las palabras metieron el dedo en la llaga.

    —¡Eso no es verdad! —gritó Ash.

    —Brock te regaló la medalla, al igual que mis hermanas, Sabrina y Érica; sin los consejos de Brock jamás le habrías ganado al Teniente Surge. No sé ni cómo le pudiste ganar a Koga —parecía que hacía tiempo que quería decirle todo esto—. Cada tonto tiene su día, ¿no?

    Brock se puso de pie. Ya habían llegado demasiado lejos.

    —¡Basta!—gritó. Todos se giraron hacia él, Meowth incluido. Se dirigió a cada uno de ellos, intentando no perder los nervios—. Jessie, no te alteres, estás embarazada y al bebé no le va a hacer bien; Misty, por favor, ahórrate los comentarios; y tú Ash, más vale que comas lo que voy a cocinar, ¿está claro? ¡En este campamento se come lo que hay! ¡Sin chistar!

    —Si —dijeron los tres, bajando la vista.

    Brock asintió, satisfecho de sí mismo. Era igual que tratar con sus hermanos menores al fin y al cabo. Mientras esperaban a James, comieron unas pocas bayas de la bolsa que Misty y Meowth habían traído.

    James regresó cuando el plazo de una hora estaba a punto de terminar. Tenía un Goldeen muerto agarrado de la cola.

    —Fue todo lo que pude conseguir en una hora —dijo James, algo desilusionado de sí mismo.

    Misty lo miró con los ojos como platos.

    —¡Como te atreves a matar un Goldeen! ¡Es una de las criaturas más hermosas del mundo!

    —Y deliciosas —agregó Meowth.

    —Dijimos que yo iba a pescar, pero no te quejaste —le dijo James, sorprendido.

    —Bueno… pensé que pescarías un Magikarp…

    —Ah. ¿La vida de un Magikarp vale menos que la de un Goldeen? —Meowth lo dijo con tono burlón, pero sus ojos destilaban ira.

    —Claro que sí —respondió Misty, decidida—. Todos saben que los Magikarp son inútiles.

    Meowth solo se la quedó mirando, sin mover un músculo.

    —Ajá —Meowth aparentó indiferencia—. Con esa lógica, tu vida vale menos que la de Brock porque eres una inútil que solo sirve para molestar a los demás.

    Misty colocó sus manos en las caderas, furiosa:

    —Al menos soy una líder de gimnasio. Tú solo eres un fenómeno.

    El silencio que se sumió sobre ellos fue tal que Brock creyó por un segundo haberse quedado sordo. Ni el viento parecía soplar. Meowth miró a Misty, ofendido y dolido. James dejó el Goldeen en el suelo, se acercó y le tocó ligeramente la pata.

    —Meowth, deja, no hagas caso…

    —Al menos Jessie y James quieren estar conmigo y no se sienten obligados porque me deban nada —dijo, con los dientes apretados—. Nadie te soporta, Misty, y si Ash y Brock fueran menos caballerosos, hacía rato que te habrían mandado al carajo. Ellos no te quieren y de seguro tus hermanas tampoco. Estoy seguro que, si fuera un poco más listo, Ash sería capaz de trabajar y pagarte los diez mil o quince mil yenes que debió salir tu bicicleta para que dejes de molestarlo.

    Meowth se dio media vuelta y se internó entre los árboles. Jessie se levantó de golpe.

    —Iré con él —dijo Jessie y también se marchó. Arbok, quien había estado dormitando cerca de ella, se levantó del suelo y siguió a su ama.

    Nadie se atrevió a hablar. Misty se sentó de espaldas a ellos, sacó una de sus pokebolas de la mochila y comenzó a limpiarlas con lentitud.

    —Espero que Meowth esté bien —murmuró James, preocupado.

    Brock comenzó a sospechar que algo raro pasaba con el felino. James cuando estuvo borracho, le preguntaba a Meowth constantemente si estaba bien. Ahora el pokemón gato se había marchado, con Jessie detrás, y James estaba sentado, retorciéndose las manos y mirando cada tanto hacia donde Meowth, Jessie y Arbok se habían marchado.

    —James, ¿pasa algo con Meowth? —preguntó

    Él abrió la boca como si quisiera decirlo, pero sus ojos se desviaron hacia Misty y Ash y pareció cambiar de opinión.

    —Nada, solo estoy preocupado —dijo.

    —¿Nya?

    Casi se habían olvidado de Lunita. La pequeña estaba intentando treparse a la pierna de James con sus pequeñas uñas, preocupada probablemente por la discusión. James la alzó y la puso sobre las rodillas. Forzó una sonrisa.

    —Tu papi ya vendrá, tranquila —intentó tranquilizarla.

    Ash, por otro lado, miraba a Misty, sin saber muy bien qué hacer. Pikachu se acercó a ella y se trepó a sus piernas.

    —Hola, Pikachu —Misty acarició con suavidad a Pikachu. Su voz parecía quebrada. Ash se acercó a ella, sin saber que decir.

    —O-oye, Misty…

    No se giró.

    —¿Qué quieres? —intentó sonar ruda y solo logró tener un tono lastimero.

    —Lo que dijo Meowth… no es cierto —murmuró Ash, en un intento de consolarla—. Somos amigos, tú sabes.

    Misty se giró. Tenía los ojos enrojecidos.

    —Gracias —respondió sin ganas. No le creía ni una sílaba.

    Ash no supo más que hacer. Consolar a la gente no era precisamente su terreno. Quiso decir algo más, pero no pudo. Pensándolo bien, ella sí era una persona molesta a la que no se podía sacar de encima por culpa de la tonta bicicleta. Meowth tenía algo de razón al fin y al cabo, pero de ahí a decírselo en la cara de la manera en que el pokemón lo había dicho era otra historia.

    Jessie y Meowth tardaron media hora en regresar. Para ese entonces, Brock ya había cocinado el Goldeen a la parrilla mientras James se encargaba de hacer estofado de Pidgey. James dio un suspiro de alivio al verlos.

    —Qué bueno que llegaron, la comida está lista —dijo Brock, sacando el Goldeen del fuego y sirviéndolo en dos platos—. Pero antes de comer, quiero que Meowth y Misty se pidan disculpas por lo que se dijeron.

    —¡No tengo por qué disculparme por lo que dijo esta discriminadora de pokemón! —gritó Meowth.

    —Yo tampoco voy a disculparme —replicó Misty.

    Brock tenía que forzarlos de alguna manera.

    —Nadie va a comer hasta que se pidan disculpas —sentenció Brock.

    —Pero…

    —Sin peros.

    Misty y Meowth se miraron a los ojos con odio. Ninguno quería dar el brazo a torcer, pero sus estómagos estaban hambrientos y el olor solo provocara que les gruñera. Meowth miró el rostro hambriento de su pequeña hija y no lo soportó.

    —Lo siento —gruñó Meowth.

    Misty pareció entender por qué había pedido disculpas en realidad y sus músculos se relajaron.

    —Lo siento —murmuró ella.

    Brock se dio por satisfecho. Cortó el Goldeen en varios pedazos y se los repartió a todos.

    —Sé que para algunos esto no es la mejor opción, pero es esto o arriesgarnos a morir de hambre —dijo Brock—. Así que digamos buen provecho y a comer.

    —Buen provecho —dijeron todos y, algunos con menos culpa que otros, empezaron a comer.

    Hay situaciones que sacan lo peor de cada uno y esta es una de ellas. ¿Pueden creer que casi me olvido de publicar hoy? XD

    Lizza: Arbok y Weezing son adorables para mí y son fieles a Jessie y James. Se ven peligrosos, pero tienen un corazoncito entre tanto veneno.
    Bah, no se si provoca tantos feels, ni que fuera Jetto XD. Solo que el camino de la vida está llena de sufrimientos. Y es muy difícil seguir adelante sin aprender de ellos y superarlos.

    Nathan: Squirtle es mi maldición, lo juro. A veces se me escapa escribirlo así. Y prefiero seguir escribiendo "pokebola", ya que así le dicen en latino (en el juego sí dicen Pokéball). Tal vez lo llame "Aparato esférico atrapa-pokemón" XD
    Si, si, los niños, los niños. Tuve que pasar tres días rodeados de seis que gritaban, lloraban, molestaban y se ponían en medio de la tele. No pienso ponerlos como unos angelitos, ¿eh? XD
    Jessie cambió mucho desde que se enteró que estaba embarazada y se ha vuelto un poco más sensible y empática (y no creo que sea sólo por las hormonas). Ya no es la misma Jessie de antes. Quiere ser una buena madre y esposa en un futuro.
    Ella las mandó al Cuartel General porque con las voladas de Pikachu se iban a romper enseguida y prefirió dejarlas a salvo. ¿Sabes lo caras que son esas muñecas? Una fortuna.
    Presiento que te gustarán esta cantidad de burns XD

    Bueno, ya se termina el año. Espero que la pasen muy bien y que el próximo año sea mejor que el anterior. ¡Feliz año nuevo!
     
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    J.Nathan Spears

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    A ver, al menos en este episodio no encontré yerros ortográficos -w- jeje.

    Pusiste a todo el "equipo" en una situaciones difíciles encadenadas, y de forma casi maestra. La escena de James borrachito es algo que nunca se hubieran permitido poner en el animé, por mucho que no imperase lo "políticamente correcto" :V. Bueno, aún estaba esa cagada de 4Kids! también... pero no hablemos de eso :V

    Y además de todo eso, se puede explorar más lo que otros piensan de la inocencia de Ash (en especial me divirtió el comentario de los Diglett). Hablando de los Pokémon, es interesante que Misty sea de esas supremacistas de clóset que piensa que la vida de un Magikarp vale menos que la de un Goldeen (o bien solo es su trauma referente a los Gyarados lo que la hace decir esa boludez). Nunca, pero JAMÁS, debes decir semejante burrada en frente de un Pokémon, sea quien sea, y mucho menos uno con una lengua tan ácida como Meowth... y claro, si se lo hubiese dicho a Arbok, sería peor... que agradezca a Arceus que éste dormitaba, porque o si no, se la comían a ELLA para el almuerzo :V

    No podían faltar esas "quemadas" hacia Ash y hacia Misty... aunque igual la inocencia/estupidez de Ash era parte de su encanto. Misty no tiene esa excusa :V. Nadie la quiere, todos la odian, y no puede siquiera comerse el gusanito porque le aterran :V. Pero bueno, al final todo terminó relativamente bien... no todos realmente la odian. Por alguna razón, Ash aún la considera su "amiga" xP

    Y bueno, esto deja el camino despejado para cualquier otra situación que se les de a esa pandilla :P. Y eso que Jessie no sacó en cara en ningún momento que a Ash se le perdió el mapa... espera, que Serena no viajaba con ellos para ese entonces xD. Okey, no. Tenía que sacar el comentario pendejo del día -w-U. Sana costumbre...

    Por último, si te esfuerzas e intentas imaginarte a Lunita jugando con Togepi, te derrites de ternura... AAAAAWWWWW >/////<

    Nos vemos en otra :P
     
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    El que no sufre no aprende
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    Romance/Amor
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    Capítulo veinticinco

    La academia de Growlithe

    Estuvieron dos días más dando vueltas casi en círculos, sin encontrar un camino. Arbok era un excelente cazador y siempre traía Pidgey o Pidgeotto para comer y, en un par de ocasiones, Rattata. No se morían de hambre, pero estaban deseosos de comer en un Centro Pokemón y dormir en un futón. Si bien los tres bobos tenían bolsas de dormir, Jessie y James dormían en el suelo tapados por una manta.

    Al fin pudieron encontrar un camino cuando ya estaban a punto de desesperarse y pensar que pasarían otra noche en el bosque. Si había un camino, tenía que ir para algún pueblo o ciudad. Con los ánimos renovados y con la mira próxima en el próximo conjunto de casas que podrían llegar, fueron caminando alegremente por el polvoriento camino.

    —¡Ladrón!

    El grito de una voz femenina hizo que Jessie, James y Meowth pegaran un brinco. ¿Acaso los estaban buscando a ellos?

    —¿Ladrón? —preguntó Ash—. De seguro es el Equipo Rocket.

    Jessie carraspeó con fuerza.

    —Niño, estamos aquí.

    —Ehh… pero ustedes no son todo el Equipo Rocket, ¿o sí?

    Por el camino de tierra, detrás de ellos, apareció un hombre gordo y bajito, de cabello negro y corto con bigote. Traía un costal color verde cargando en sus espaldas y un arma de fuego en una mano.

    —Ese debe ser él —gruñó Brock. James se alivió en parte porque no los estaban persiguiendo a ellos, pero el tipo que tenían en frente estaba armado. No los había notado todavía, pero si llegaba a hacerle algo a Jessie…

    —A mi si me parece el ladrón —comentó Misty, algo asustada.

    —¡Ve, Pikachu! —le ordenó Ash.

    Pikachu, desde el hombro de Ash, parecía listo para entrar en acción, pero notó el arma en la mano del ladrón y se escondió, asustado.

    —¿Qué te pasa, Pikachu? —preguntó Ash, confundido.

    —¡Ataquen! —se escuchó la misma voz de antes.

    Un Growlithe salió de los arbustos, pegando un salto tan grande que pasó por arriba del grupo y aterrizó a escasos dos metros del ladrón. Se puso en posición de ataque, mientras el supuesto ladrón lo miraba aterrorizado.

    —¡Detenlo, Growlithe! —gritó la voz.

    El ladrón entró en pánico y se echó a correr, pero nada podía hacer para escapar del Growlithe. El pokemón de fuego se abalanzó sobre él y lo tiró al suelo. El arma salió volando de las manos del ladrón y rodó por el pasto. Por suerte, no se había disparado.

    Ash aprovechó la oportunidad:

    —¡Bien, Pikachu, Impactrueno!

    Pikachu saltó del hombro de Ash y lanzó su ataque en el aire, impactando de lleno contra el ladrón. A James le pareció raro que el pokemón eléctrico no lo estuviera atacando a él, para variar.

    —¡Bien, Pikachu! ¡Demuestrale quien es el jefe!

    Se escuchó el sonido de un silbato en el aire, interrumpiendo los gritos de victoria de Ash. Muchos pasos comenzaron a escucharse de todas partes. Pikachu se subió asustado al ver que ocho Growlithe más los rodearon, entre gruñidos. No parecían para nada amistosos y amenazaban con morderlos en cualquier segundo.

    —¿Qué sucede? —preguntó Ash, confundido y asustado a la vez.

    Jessie se agarró con fuerza al brazo de James. Lunita, desde el bolsillo, comenzó a llorar.

    —¿Crees que podamos contra ellos? —preguntó Jessie en voz baja.

    James iba a responder, pero algo hizo que se quedara mudo del asombro, algo que veía por primera vez en años.

    Un rayo rojo salió del bolsillo de Jessie y Arbok se materializó delante de su entrenadora. Estaba en pose defensiva y enseñando los colmillos de manera amenazante a los Growlithe más cercanos. Murmuró algo entre dientes.

    —Arbok dice que si llegan a moverse un milímetro más, no dudará en atacar y matar —tradujo Meowth. Se había subido al hombro de James para estar cerca de su hija y tranquilizarla.

    Arbok jamás había se había salido de la pokebola en su vida o al menos desde que James lo conocía. El médico había dicho algo sobre que Arbok podría volverse demasiado agresivo si sentía que su entrenadora estaba en peligro, dada su fidelidad y el hecho de que ella estaba embarazada. Pero jamás se había imaginado que sería capaz de salirse de la pokebola para defenderla hasta las últimas consecuencias.

    Como si eso no fuera suficiente, una oficial Jenny fue corriendo hacia donde se encontraba el ladrón y el Growlithe que lo había detenido, acompañada de dos oficiales más. James comenzó a transpirar frío y sintió como la mano de Jessie apretaba su brazo con más fuerza. Mierda, todo estaba saliendo muy mal.

    —¡Que terrible! ¿Estás bien? —le preguntó la oficial Jenny al ladrón, agachándose.

    —Si… creo que si —contestó el hombre, con tono dolorido.

    La oficial Jenny se giró hacia el grupo, enojada.

    —¿Quieren decirnos por qué interfieren con nosotros? —les preguntó.

    —¿Interferir? —preguntó Brock.

    —Pero si nosotros solo tratábamos de ayudarles a capturar al ladrón antes de que se escapara —dijo Ash.

    —No es un ladrón, es un policía entrenando a nuestra unidad de Policía Canina.

    —¿Policía Canina? —preguntó Ash, sin entender.

    —Son policías pokemón.

    Ash sacó su Pokedex y apuntó al Growlithe más cercano.

    Growlithe, el pokemón cachorro. Siendo fiel a su amo, alejará a sus enemigos ladrando y mordiendo —dijo la voz robótica de la Pokedex.

    —Eso debería hacer a Growlithe el pokemón perfecto para ayudar a la policía —comentó Misty.

    —Así es —agregó Ash. Su Pikachu hizo un gesto de asentimiento.

    —La Policia Canina —dijo Brock, pensativo—. Esos Growlithe están muy bien entrenados —se agachó para estar a la altura del Growlithe más cercano—. Y son… simpáticos —agregó, extendiendo su mano a la cabeza del pokemón.

    James lo vio e intentó decirle que no podía tocar a un Growlithe si no era su entrenador o alguien de la familia y menos cuando estaban en pose de ataque, pero Jessie se le adelantó:

    —¡Cuidado! —le advirtió Jessie, agachándose para tomarlo del hombro. El Growlithe les gruñó a ambos y enseñó los dientes.

    Todo se fue al demonio.

    Arbok se movió, haciendo silbar el aire y golpeó a Growlithe con un Cabezazo, haciéndolo volar por el aire. Arbok se replegó enseguida y, con su cuerpo, hizo un círculo alrededor de Jessie, desafiando con la mirada a cualquiera que osara acercarse.

    —¡Quietos! —ordenó Jenny a los otros Growlithe para evitar que atacaran. Se acercó al que Arbok había golpeado—. ¿Estás bien?

    El Growlithe se levantó enseguida y ladró en señal de que todo estaba en orden. Arbok, desde su lugar, lanzó un siseo.

    —Arbok dice de que advirtió que, si se movían un milímetro más, atacaría. Y que agradezca que no lo haya matado —tradujo Meowth.

    Jessie acarició la cabeza de su Arbok. Aún parecía agitado.

    —Tranquilo, Arbok. Estoy bien, no te asustes.

    James, en contra de lo que quería hacer, dio un par de pasos hacia Jenny.

    —Disculpenos, por favor. Mi novia está embarazada y Arbok está siendo muy sobreprotector con ella y muy agresivo con quienes considera una amenaza. Realmente lo lamento —agregó, mientras se inclinaba en noventa grados. Deseaba con toda su alma que nos los arrestaran por eso.

    Jenny se puso de pie.

    —Entiendo. Ese Arbok debe serle muy fiel a su entrenadora —comentó—. Es algo que casi cualquier pokemón haría.

    Ash se adelantó:

    —Oficial Jenny, ¿podría ayudarnos? Hace una semana que estamos perdidos en el bosque.

    Ella asintió.

    —No se preocupen. La academia está cerca de aquí. Pueden pasar la noche en los cuarteles.

    James se mordió el labio. Lo que menos quería era estar en el mismo edificio que una Jenny. Pero Jessie necesitaba descansar y necesitaban provisiones. No tenía opción.

    ...​

    La academia era un lugar gigantesco, como si todos los policías y Growlithe de Kanto se entrenaran allí. Eso solo logró que James tuviera más miedo. Por otro lado, estaba impresionado por los Growlithe que estrenaban duro día a día para poder detener incluso a ladrones armados y comenzó a pensar si no se estaba dejando estar con sus pokemón al no entrenarlos. Tal vez debiera hacerlo, especialmente con Growlie y Caterpie.

    Jenny les sirvió en la cocina unas croquetas de pescado con salsa de soja, arroz blanco, miso y verduras salteadas en un bol. Para Pikachu, Meowth, Togepi y Lunita les dieron comida pokemón (a Meowth no le hizo gracia, pero no se animaba a discutir con una Jenny). Después de estar una semana perdidos en el bosque, les pareció el paraíso. Comieron con una voracidad increíble, sorprendiendo a la oficial Jenny. La mujer policía los dejó comer tranquilos y apareció más tarde con seis tazas de té (tuvo que hacer una extra para Meowth).

    —¿Viste como ese Growlithe atacó al ladrón, Brock? —dijo Ash, mucho más alegre de lo normal por estar comiendo como la gente—. Fue mucho más valiente que Pikachu.

    El pokemón eléctrico, quien estaba comiendo a su lado, lo miró distraído, como si no lo hubiera entendido.

    —Pero el oficial que hacía de ladrón tenía una pistola—razonó Brock—. No esperarás a que Picachu se enfrente a alguien armado, ¿verdad?

    —Brock tiene razón—opinó Misty—. Apuesto a que no pensaste lo mucho que pudieron lastimar a Pikachu.

    —¡Claro que lo pensé! —le respondió Ash, enojado.

    Jenny dibujo una sonrisita, como quien ve a sus dos pequeños hijos pelear. James, al igual que Jessie y Meowth, preferían estar en silencio y no opinar al respecto. Sentían que cualquier cosa podría ser utilizada en su contra.

    —Hacer que un pokemón se enfrente a alguien armado es muy peligroso si no se tiene un entrenamiento especial —le dijo la mujer policía.

    Ash la miró con una seriedad y preocupación que daba miedo.

    —Creo que es cierto.

    Ash dejó su tazón de arroz vacío sobre la bandeja. Aún había un poco de croqueta, miso y verduras en conserva. Era como si se le hubiera quitado el hambre de repente.

    —Hasta ahora, yo solo he usado a Pikachu para pelear y atrapar a otros pokemón…

    Jessie se rió, intentando hacerlo pasar por una tos. Ash se dio vuelta hacia ella.

    —¿Tienes algún problema? —le preguntó Ash, a la defensiva.

    Jessie le dedicó una sonrisa torcida.

    —El que lo tiene eres tú. ¿Atrapar pokemón? ¿Tú? Tienes seis medallas y has atrapado… ¿Cuánto, ocho, nueve pokemón como mucho? No me hagas reir. Cualquier entrenador que se precie tendría unos quince como mínimo.

    —Por supuesto —opinó James, sintiendo como un poco de maldad que quería escaparse de su lengua—. Como ese otro entrenador de Pueblo Paleta… ¿Cómo se llamaba? Creo que Jerry…

    —¡Gary! —gritó Ash— ¡Y yo soy mucho mejor que él!

    —Cálmense, ustedes dos —Brock los regañó como si fuera una madre regañando a sus hijos. Se dirigió a Ash—. ¿No estarás pensando en entrenar a Pikachu con la policía como si fuera un Growlithe, verdad?

    —¿Y que tiene de malo esa idea? —replicó Ash—. Eso haría mucho más fuerte a Pikachu —se volteó hacia la mujer policía—. Oficial Jenny: ¿Podrías entrenar a Pikachu como haces con los Growlithe?

    —Esta academia es solo para adiestrar a los Growlithe. No podemos admitir a otros pokemón.

    —Tal vez Pikachu no esté preparado para esa clase de adiestramiento —le dijo Brock.

    Una idea cruzó la mente de James como un relámpago.

    —¿Solo admiten Growlithe? —le preguntó a la oficial.

    —Si, eso dije.

    —Yo tengo un Growlithe que necesita entrenamiento. ¿No puede ayudarme con él aunque sea unas horas mañana?

    Jenny asintió con la cabeza.

    —Si, pero debo verlo primero.

    James sacó la pokebola de su bolsillo. Jessie corrió su silla para un costado, alejándose de él.

    —¡Sal. Growlie!

    El pokemón de fuego salió de su pokebola, lanzó un ladrido de felicidad al ver a James y se arrojó sobre él, tirándolo de la silla, para luego comenzar a lamerle toda la cara, mientras movía la cola como loco.

    —Es este —le dijo James a la oficial cuando los lengüetazos amainaron un poco. Ni se molesto en levantarse del suelo. La espalda le dolía mucho como para querer pararse.

    —Se nota que es un Growlithe sano, con mucha energía y que ama mucho a su entrenador —le dijo, sonriendo—. Pero parece que le falta un poco de disciplina y entrenamiento. No te preocupes, mañana mismo empezamos.

    Growlie miró a la oficial Jenny y luego a James, confundido.

    —Oh, cierto, ¿quieres entrenar mañana, Growlie?

    Growlie ladró en señal de aprobación y volvió a lamerle la cara.

    —Lo tomaré como un sí.

    —Es un sí —le dijo Meowth.

    —Oficial Jenny, por favor —se metió Ash—. Quiero ser el mejor entrenador pokemón del mundo y quiero que Pikachu sea el mejor pokemón.

    Jenny lo miró pensativa durante un rato.

    —Si realmente quieres que tu Pikachu sea el mejor, ¿Por qué no vienes con él al entrenamiento de mañana?

    Ash se levantó de la silla, feliz.

    —¿De verdad? ¡Gracias! ¡No la decepcionaremos!

    ...​

    El grupo durmió en una de las habitaciones que usaban para los reclutas de la policía, dividiéndose en tres camas cuchetas. James decidió dejar que Growlie durmiera con él en la cama y el pokemón de fuego aceptó feliz acurrucarse con él. Meowth y Lunita durmieron con Jessie en la litera de arriba.

    Estaban durmiendo plácidamente cuando el agudo sonido de un silbato los sacudió de su sueño. James se despertó de un salto, mientras la oscuridad del cuarto era iluminada de golpe por la luz de la lámpara que colgaba del techo.

    —¿Qué pasa? —preguntó James, refregándose los ojos. Su Growlithe también se levantó, bostezando audiblemente.

    —¡NYAAA!

    Era evidente que a Lunita no le había dado gracia que la despertaran de golpe. Meowth intentaba consolarla.

    —Tranquila, mi bebé, vuelve a dormir —le decía, pero ella solo pataleaba como si no quisiera ser calmada.

    James se levantó de la cama, más dormido que despierto. Recordó cuando Misty había intentado "rescatar" a Lunita hacía… ¿Cuánto tiempo ya? Parecía que habían pasado años.

    —¿Tiene leche y miel? —le preguntó a Jenny.

    —¿Eh? Si, si. Te acompaño a la cocina.

    Durante todo el camino y mientras calentaba la leche en una pequeña olla, Jenny no paró de pedir disculpas por haber sido tan desconsiderada al sonar el silbato y encender la luz sin recordar que había un pokemón bebé (dos en realidad, pero Togepi no había llorado). James apenas murmuró un "está bien", le preparó la leche con miel en la mamadera (que había creído que nunca volvería a usar con ella) y la llevó al cuarto.

    Lunita lloraba a los gritos todavía cuando regresó, pero estaba amainando, no porque se estaba calmando, sino por cansancio. Aún tenía fuerzas para retorcerse y no dejar que la toquen, ni siquiera Meowth.

    —Ven aquí —le dijo a la pequeña, mientras la alzaba.

    Lunita se retorció con más ganas y James tuvo que sentarse y acomodarla sobre sus rodillas. Como la primera vez, le costó un poco que tomara la mamadera, pero luego la aceptó y comenzó a beber su contenido de mala gana. Cuando lo terminó, cerró sus ojitos, se acurrucó y se durmió enseguida.

    —Hasta que se calló —murmuró Jessie desde la cama de arriba.

    James la puso en la litera de arriba, junto con su padre.

    —Listo, ya está.

    Meowth miró a su hija y luego a James.

    —Fui un mal padre. No pude calmarla —musitó.

    James se rió.

    —Joy me lo enseñó. Yo tampoco pude calmarla la primera vez.

    Jenny carraspeó.

    —Bueno, ahora que la pequeña se durmió, es hora del entrenamiento.

    Ash, sentado en la cama como si fuera a acarrear piedras durante doce horas, bostezó audiblemente.

    —¿Qué hora es? —preguntó.

    —Las cuatro de la mañana —respondió Jenny alegremente, como si dijera que eran las siete de la mañana del día Navidad

    —¿Cuatro de la mañana? —gimió Ash.

    James se frotó los ojos.

    —Por Dios, no me levantaba tan temprano desde el entrenamiento con el Equipo Rock…

    James se interrumpió de golpe. Miró a Jenny, asustado, pero ella no pareció darse por enterada.

    —Vayan a lavarse la cara, desayunen y luego los llevaré a la pista de obstáculos —les dijo Jenny.

    James lanzó un suspiro de alivio. Nunca volvería a ser tan idiota.

    ...​

    James, Ash y Jenny, con sus respectivos pokemón, fueron hacia la pista de obstáculos donde se entrenarían. James llevaba puesto una playera blanca y unos pantalones azules de gimnasia. Ash y Jenny tenían la ropa de siempre. Brock y Misty estaban también allí, mientras que Jessie, Meowth y Lunita habían decidido seguir durmiendo.

    —Bueno, primero vamos a probarlos en la pista de obstáculos.

    Ash miró a Pikachu, lleno de orgullo.

    —Es tu oportunidad, Pikachu. Demuéstrales lo que puedes hacer. No dejes que esos dos Growlithe te ganen.

    Pikachu miró a Ash, como si le quisiera decir que solo quería seguir durmiendo. Ash lo interpretó erróneamente como inseguridad.

    —No te preocupes, Pikachu, sé que vas a ganar.

    —Pikachu no es el único que tiene que correr, porque tú correrás con él, Ash.

    —¿Yo? ¿Por qué? —preguntó Ash, sin entender.

    James sacudió la cabeza. Sospechaba que él tenía que hacer gimnasia también y se había cambiado de ropa justamente para eso. Que chico más idiota…

    —Ash, un entrenador jamás será respetado si no hace lo que quieres que tu pokemón haga.

    —Pero yo no puedo hacer un Lanzallamas —le dijo James. No era que tuviera un problema con hacer ejercicio, pero tampoco podía actuar como un pokemón y tomarse un litro de nafta y usar un encendedor.

    Jenny se giró hacia él.

    —Lo sé. Pero tampoco puedes quedarte ahí sentado comiendo una bolsa de papas fritas mientras tu pokemón hace el trabajo. Si el entrenador no se compromete, el pokemón no siente que deba hacerlo. Un pokemón es un compañero, no un empleado.

    —¿En serio tengo que correr? —se quejó Ash.

    Jenny le puso una mano en el hombro.

    —Yo correré también. Vamos a empezar. ¿Listos, Ash y James?

    —Creo que sí.

    —Estoy listo y creo que Growlie también está listo, ¿verdad?

    Growlie ladró y agitó la cola en señal de aprobación.

    —En sus marcas, listos… ¡Fuera!

    Los seis empezaron a correr. Jenny no tardó nada en situarse delante de todo con su Growlithe. James iba segundo; su pokemón de fuego no parecía tener problemas para seguirle el paso. Ash iba más atrás junto con Pikachu. Se notaba que el ejercicio no era lo suyo.

    Ash no quería ser el último, claro que no. Hizo un esfuerzo para poder quedar primero y lo logró por unos pocos segundos hasta que se topó con el primer obstáculo.

    James ya conocía ese tipo de obstáculo. Era una porción de pasto de varios metros cuadrados con un enrejado de alambre de púas cubriendo la superficie, dejando unos centímetros de espacio suficiente para poder pasar por debajo arrastrándose. Mientras Ash y Pikachu se quedaban viendo el obstáculo como idiotras, Jenny y Growlithe se pusieron cuerpo a tierra y comenzaron a avanzar. James la siguió.

    —Tú imita al Growlithe de Jenny y estarás bien — le dijo, mientras se arrastraba por el pasto—. Ten cuidado con las púas.

    James se maldijo a si mismo por ir en playera de manga corta en lugar de ponerse algo más largo. El pasto le hacía picar los brazos y la playera se le levantaba un poco, raspándo su estómago. Growlie, detrás de él, hizo un gemido lastimero, probablemente porque algunas de las púas le estaban arañando en el lomo.

    Apenas los dos superaron el obstáculo, escucharon unos gritos detrás de él. James se giró justo a tiempo para ver como Pikachu usaba su Impactrueno en el enrejado, electrocutando a Ash en el proceso.

    —Por poco —murmuró James. Miró a su Growlie. Se había arañado el lomo y sangraba un poco en algunas partes, manchando su pelaje anaranjado. El corazón se le estrujó al verlo así—. Creo que mejor paramos aquí.

    Growlie ladró y negó con la cabeza. No parecía querer parar.

    —Si tú lo dices… adelante, no quiero quedar detrás del bobo de Ash.

    Siguieron corriendo y encontraron un gran panel de madera. El Growlithe de Jenny lo pasó sin problemas, prácticamente corriendo en vertical a través de la pared. Mierda, no creía que su Growlithe pudiera hacerlo. Jenny se trepó con facilidad y no tardó en pasar al otro lado, cayendo con agilidad felina.

    James se trepó con facilidad por el panel de madera: ya estaba acostumbrado a treparse a las paredes sin ayuda. Pasó una pierna del otro lado y miró hacia abajo para ver a su pokemón. Growlie hacía todo el esfuerzo posible por alcanzarlo a los saltos, sin lograrlo. Más atrás, Ash y Pikachu estaban saliendo por debajo del alambrado de púas.

    —¡Solo toma impulso y salta con todas tus fuerzas! ¡Usa las patas contra la pared como si corrieras y no pares! —le gritó a Growlie.

    Growlie obedeció. Le costó un poco, pero pudo saltar lo suficientemente alto para que James pudiera tomarlo de una pata y ayudarlo a pasar del otro lado. Una vez que Growlie aterrizó en la tierra, James lo imitó.

    —Vamos bien —James miró hacia el horizonte y logró ver a Jenny saltando unas vallas con su Growlithe—. Sigamos adelante, Growlie. Unos pocos obstáculos no nos vencerán.

    ...​

    Al final, James y Growlie terminaron con el cuerpo agarrotado, sentados en el suelo contra la pared del edificio. Ash estaba tan cansado que sólo se limitó a sentarse a los pies del banco de concreto que se usaba para descansar y Pikachu, a su lado, estaba tendido sobre él, boca abajo, con todo el aspecto de no querer levantarse de allí por un buen rato. Misty y Brock lo acompañaban

    —¿Estás bien? —le preguntó James a su Growlie. El pokemón respondió con un ladrido lastimero que no pudo decifrar.

    —Dice que sí y te pregunta si hizo un buen trabajo.

    James se giró y vio a Meowth y a Jessie, con Lunita en sus brazos.

    —¡Claro que lo hizo bien! —exclamó James—. Solo qué yo soy un idiota. Debí haber empezado con algo más básico —agregó, acariciando la cabeza de su Growlie. El pokemón de fuego se refregó en su mano y lamió los dedos de su entrenador, como si quisiera consolarlo.

    —¿Qué hicieron? —preguntó Jessie.

    —Fue como el entrenamiento que tuvimos en… tú sabes, pero con pokemón.

    —Oh, ya. Entiendo. Pobre Growlie.

    —¿James?

    El aludido giró la cabeza y vio a Jenny parada a un par de metros de él. No parecía para nada cansada por el entrenamiento.

    —¿Si, oficial Jenny?

    —¿Puedo hablar contigo un momento?

    James parpadeó, extrañado, antes de incorporarse.

    —De acuerdo —se giró hacia donde estaban Jessie y Meowth—. Los veo en un momento.

    James y Jenny comenzaron a caminar por el costado de la pista de obstáculos. Los Growlithe policía estaban dispersos por los alrededores. Jenny estaba muy callada, así que James decidió dar el primer paso.

    —Creo que le he exigido demasiado a Growlie, ¿verdad? Soy un entrenador horrible.

    —De los errores se aprende, James. Todos los cometemos alguna vez.

    James tragó saliva. Algo iba mal. Debían salir de allí lo más rápido posible.

    —Bueno, gracias por tomarse la mañana para entrenar a mi Growlie y a Pikachu. Nosotros debemos partir y encontrar un Centro Pokemón antes de que…

    —Escuché lo que dijiste en la habitación, James.

    James volvió a tragar saliva. Tenía la garganta seca. Forzó una sonrisa.

    —¿De que habla? —preguntó.

    Jenny se detuvo en seco.

    —Sobre el Equipo Rocket. ¿Crees que soy tonta? ¿Cuáles son sus intenciones?

    —¿Qué? ¡Ninguna! ¡Llegamos aquí por casualidad!

    —¿No estarán planeando robar a nuestros Growlithe, verdad?

    —No tenemos ningún interés en ellos. Sólo nos perdimos y nos topamos con usted —James soltó un profundo suspiro—. De acuerdo, era parte del Equipo Rocket, pero deserté cuando me enteré que Jessie y yo esperábamos un hijo. No tiene que preocuparse por eso.

    Jenny lo miró fijamente. Su mano enguantada acariciaba ligeramente las esposas que colgaban de su cinturón.

    —Puedo detenerte a ti y a tus compañeros por veinte días por sospechosos… a menos que me proporciones información sobre el Equipo Rocket.

    James podía sentir su propio corazón bombeando con fuerza en los oídos. No le importaba ir a la cárcel… ¿pero Jessie? ¿Y los otros tres? No era justo, nadie había hecho nada malo últimamente.

    —Si se llegan a enterar que los he delatado, nos matarán….

    —No te preocupes. Todo esto será estrictamente confidencial. Nadie sabrá que fuiste tú…

    James temblaba. No quería hacerlo, realmente no, pero él y sus amigos estaban en riesgo. No podía dejar que todo se arruinara por su culpa.

    —De acuerdo —dijo—. En Ciudad Azulona hay un casino llamado "El parque de los adultos". En el sótano de allí se almacenan pokemón robados de la zona y objetos de valor. Allí se seleccionan los que van a ser vendidos. No puedo decir más, lo siento. Fui alguien de bajo rango y nunca tuve acceso a información clasificada.

    Jenny siguió acariciando las esposas con la punta de los dedos. ¿Y si la información no le era suficiente? Dios sabía que él no tenía demasiada información útil.

    —Voy a creerte esta vez —le dijo la oficial Jenny y James soltó un suspiro de alivio—. Pero si mientes, lanzaré una orden de captura regional contra ti y no estarás seguro en ningún lugar de Kanto, ¿está claro?

    James asintió rápidamente

    —Muy claro.

    Jenny sonrió.

    —Regresemos. Les daré un mapa y algunas provisiones para el viaje.

    Jenny giró sobre sus talones y tomó su camino al edificio. James la siguió. Iba a tardar mucho rato en calmarse de nuevo. Pero estaba seguro que todo estaría bien.

    Hasta que llegaran al próximo pueblo.


    No iba a publicar este capítulo porque me parecía puro relleno. Pero bueh, ya que lo había escrito...

    Nathan: Ni que ezkibriera haci XD. Bueno, de hecho escribí mal Pikachu en alguna parte, pero ahora no recuerdo dónde. Diviértete señalándome en donde.
    Yo no me considero una persona graciosa, pero gracias por resaltar el comentario de los Diglett. En cuanto a Misty, es bastante discriminadora con los pokemón en canon, si le prestas atención.

    Cuando ese tema estaba de moda en Argentina, era una mocosa de 13 años, fanática de Robbie Williams y de Harry Potter XD

    ¿Sabes? Jessie debió haberlo puteado a Ash por lo del mapa, pero se me olvidó. Aunque tal vez ya lo haya puteado fuera de escena


    ¡Hasta la próxima semana!

    PD: estoy muy nerviosa por el capítulo de la otra semana. Muy, muy nerviosa.
     
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    J.Nathan Spears

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    Vaya, te basaste esta vez en aquel episodio donde todos van a una academia de policías xD. Jeje... bueno, si te soy sincero, odié ese episodio. Tuvo sus partes graciosas, pero es el primer episodio de Pokémon del que no tengo buenos recuerdos realmente... no sé por qué. Quizás porque a Ash lo trataron de la verga o porque su voz pasada por helio era un asco. Y viéndolo en una época más actual, tampoco me parece muy gracioso que digamos.

    Como sea, eso aparte, esta "adaptación" fue muy buena, a decir verdad. Hasta tiene sangre... pero no de la que agrada tanto, sino que muestra a James y a Growlie realmente inseguros. Y aún así, lo hicieron mejor que Ash y Pikachu xD

    Y claro, el pobre no iba a parar de sufrir >__<. Soltó la sopa sin querer y Jenny casi lo apresa a él y a su "familia". No me imagino a Lunita en la cárcel TwT. Y claro, como comenté varios episodios atrás, la cárcel no es un lugar siquiera parcialmente adecuado para una embarazada >__<. Qué miedo, linda... qué miedo. Pero creo que ESO es lo que lo vuelve un buen episodio y no mero "relleno" como decías.

    Y al parecer el próximo sábado se viene un capítulo mucho más pesado o__oU. Uuuuuh... espero que todo salga bien para tí, Sile-chan owo... y puedas publicarlo con puntualidad.

    Y sí, se nota que el humor no es tu verdadero fuerte... pero siempre puedes mejorar esa parte con práctica. Aún así, esta historia toca temas muy serios, así que no hay que sobrepasarse con lo del humor. Tú lo has manejado bien OwO.

    Nos vemos en otra ;)
     
  7. Threadmarks: 26. Bajo la fábrica
     
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    Capítulo veintiséis

    Bajo la fábrica

    Al día siguiente, Ash y compañía llegaron a una gran ciudad, conocida por contener en su interior una fábrica de juguetes para pokemón llamada “Estrella Fugaz” Por alguna razón, Brock notó incómodos a los ex integrantes del Equipo Rocket. ¿Malos recuerdos? ¿Antiguas fechorías esperando ser cobradas? Algo de eso era, estaba seguro

    Se alojaron en el Centro Pokemón, felices de estar de vuelta en la civilización. Jessie y James apenas comieron y no tardaron en levantarse de la mesa, alegando estar cansados y que deseaban acostarse temprano. Al poco rato, Brock se levantó con la misma excusa. Se acercó a la puerta de la habitación compartida y pegó la oreja a ella.

    —Creo que es un poco arriesgado —decía Jessie, preocupada.

    —Sé cuidarme solo. Solo me ausentaré un par de horas. Es lo mejor que puedo hacer ahora — respondió James, en un suspiro.

    —¿Cuándo te vas?

    —A la medianoche, cuando todos duerman. No quiero que los otros se enteren. Ni siquiera Meowth. Él no puede ir conmigo.

    —Déjame ir contigo…

    —No —respondió James, cortante—. No es lugar para una mujer embarazada.

    Hubo una pausa.

    —De acuerdo. Cuídate mucho.

    —Lo haré, Jessie.

    Brock puso la mano sobre la perilla, la giró y se metió en la habitación. Jessie y James, quienes estaban sentados en una de las camas cuchetas de abajo, se sobresaltaron.

    —Pensé que ya se habían acostado —dijo Brock con suavidad, como si no hubiese escuchado nada.

    —En eso estábamos —dijo James, rascándose la cabeza.

    Jessie bostezó y estiró sus brazos hacia arriba

    —Sólo hablábamos un poco antes de irnos a dormir.

    Brock asintió con la cabeza.

    —Estoy muy cansado yo también. Me iré a dormir ahora —dijo, mientras se sacaba el chaleco.

    Jessie y James se acostaron en sus respectivas camas. Mientras se cambiaba, Brock decidió esperar hasta la medianoche y ver que se traían entre manos

    ...​

    La medianoche al fin llegó. Brock fingía dormir y James también, pero el resto dormía plácidamente en sus camas. El adolescente estaba alerta, esperando a que el ex miembro del Equipo Rocket haga su movimiento.

    Y lo hizo. James, en la cama de debajo de una de las cuchetas, se levantó de la cama con lentitud, para no hacer ruido. A través de los rayos de la luna, se vistió y luego fue hacia su mochila. Sacó una pequeña bolsa de allí y lo guardó en el bolsillo delantero de su pantalón. Una vez hecho esto, se dirigió a la ventana. La abrió con cuidado, pasó a través de ella y luego la cerró, dejándola ligeramente abierta.

    Brock se levantó de la manera más silenciosa posible. Bajó de la cama cucheta, con cuidado de no despertar a Ash, quien dormía en la cama de abajo con su Pikachu. Abrió la ventana y salió por ella.

    Estaba en medio de la ciudad. No había casi nadie en las calles, así que fue fácil ver a James caminando por el lado izquierdo, con las manos en los bolsillos de su abrigo. Brock corrió hacia él, sintiendo la cálida brisa nocturna de primavera acariciando sus mejillas.

    —¡James, espera! —le gritó, ya cuando llevaba unos pocos pasos detrás de James.

    El ex miembro del Equipo Rocket paró en seco y lo miró, con los ojos desorbitados.

    —¡Brock! ¿Qué demonios haces aquí? —lo increpó James, conteniendo las ganas de gritarle.

    —Lo mismo me pregunto yo —respondió Brock con total aplomo.

    —No es de tu incumbencia. Vuelve al cuarto.

    —Te seguiré a donde vayas.

    —No seas idiota, Brock.

    —No soy un idiota. Y no me vas a convencer de que no vaya contigo.

    James se apretó el puente de la nariz con una mano.

    —Es peligroso…

    —No importa. Iré de todos modos.

    James resopló por la nariz y cerró los puños.

    —¿Acaso desconfías aún de mí?

    Brock sonrió.

    —Desconfiaría de cualquiera que salte por una ventana a la medianoche. Seas tú o Ash o cualquiera de nosotros. No te lo tomes personal.

    James se cubrió los ojos con una mano, intentando pensar. Después de uno segundos, la bajó y lo miró a los ojos.

    —De acuerdo, te diré lo que voy a hacer—miró a los costados para ver si nadie los escuchaba—. Necesito deshacerme de algunas cosas ilegales que me podrían meter en problemas si llegan a verme con ellas encima. Hay un mercado negro aquí cerca, así que las venderé y obtendré algo de dinero, ¿entiendes? Dos pájaros de un tiro.

    La expresión de Brock no cambió.

    —Vamos.

    James parpadeó.

    —¿Cómo que “vamos”? Ya te dije lo que iba a hacer.

    —Solo quiero acompañarte.

    James respiró hondo.

    —No es lugar para gente como tú. No lo vas a soportar.

    Brock permaneció impasible.

    —No me vas a convencer.

    James gruñó.

    —Está bien, ve conmigo. Pero solo si sigues mis reglas, ¿de acuerdo?

    Brock asintió.

    —Bueno, vamos.

    Los dos se pusieron en marcha. Mientras caminaban bajo las vacilantes luces de los faroles, James le hablaba en voz baja.

    —Cierra la boca, cuida tus bolsillos, mantén tu vista en el camino y jamás mires para los costados, ¿está claro? Es todo lo que tienes que hacer si quieres salir vivo y cuerdo de allí.

    James se detuvo frente a un gigantesco portón de hierro pintado de negro. Estaban en el frente de la fábrica Estrella Fugaz. Por algún extraño motivo, Brock sintió un escalofrío en la columna que le congeló un poco el estómago. Podía ver la luna reflejada en las ventanas del edificio. ¿Qué demonios estaban haciendo frente a la fábrica?

    Escucharon un tintineo de llaves y un hombre de unos cincuenta años apareció del otro lado de la reja, probablemente un vigilante, de cabello canoso y ojos claros.

    —¡La fábrica está cerrada! —les gritó.

    —Lo sé, lo sé, pero…

    —¡Si viene por una entrevista de trabajo, vuelva mañana!

    James se acercó a la verja.

    —Escuche, señor: olvidé mi sombrero encima de mi escritorio, ¿sabe? Necesito recuperarlo.

    El tipo miró de arriba abajo a James y a Brock, estudiándolos. Sacó una llave de su cinturón y abrió la puerta.

    —Adelante —dijo simplemente.

    —Muchas gracias, señor —James inclinó la cabeza y entró en el terreno, con Brock siguiéndolo detrás.

    Brock pensó que entrarían por la parte de adelante, pero en lugar de eso, rodearon la fábrica por el lado izquierdo y se detuvieron en una puerta de metal pintada de rojo. James golpeó tres veces primero de manera rápida, hizo una pausa y golpeó dos veces más, más espaciados. Escucharon unos ruidos de cerrojos abriéndose y la puerta se abrió.

    —Bienvenidos —un hombre de unos cuarenta años los saludó del otro lado y los dejó pasar.

    Apenas se podía ver algo. Estaban en un pasillo ancho, con varias puertas a los costados, probablemente oficinas. Solo la luz de la luna y las luces de emergencia a los costados iluminaban algo, pero no lo suficiente. No se oía nada, más que sus propios pasos haciendo eco y el latido de su corazón.

    No se metieron por ninguna puerta, sino que se detuvieron frente a una máquina expendedora de dulce. James extendió las manos y tocó tres botones juntos. La máquina hizo un siseo y James corrió la máquina entera como si fuera una puerta, mostrando un hueco que daba a una escalera iluminada por más luces de emergencia. En ese momento, Brock pensó que si lo mejor sería no enterarse de nada y regresar al Centro Pokemón, pero ya era demasiado tarde para echarse atrás. Tragó saliva y siguió a James escaleras abajo.

    Las escaleras de cemento terminaban en un ascensor industrial, con capacidad hasta para seis personas. Los dos entraron allí y James apretó un botón. Las puertas se cerraron y el ascensor empezó a bajar.

    James lo miró de reojo.

    —¿Quieres volver? —le preguntó, con tono burlón.

    —No —respondió Brock, intentando que su voz suene firme.

    —Menos mal, porque no hay vuelta atrás —su voz se tornó seria—. Recuerda lo que te dije. Tal vez jamás seas el mismo después de salir de aquí.

    El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron automáticamente. James tuvo que arrastrar a Brock hacia afuera, porque el adolescente no podía creer lo que veía.

    Se parecía mucho a una feria ambulante. Había puestos de madera de todas las formas y tamaños por los costados, con los vendedores gritando a los cuatro vientos sus mercaderías. Algunos de los puestos tenían pokemón hacinados en jaulas, con un aspecto tan triste y desolado que sintió que su corazón se partía. Algunas personas de aspecto siniestro iban y venían por los puestos, comprando, vendiendo o solo observando la mercadería.

    —No mires a los costados —le gruñó James—. Tú sígueme.

    Caminaron por el pasillo entre el gentío. Los gritos de los vendedores y los murmullos de la gente se mezclaban con los gritos de los pokemón. Una parte de él quería desobedecer a James y seguir mirando las jaulas. James sí miraba a los costados, como si buscara un puesto en específico.

    A medida que seguían adelante, Brock vislumbró una estructura adelante. Era más bien un vallado de metal, donde la gente hacía fila para poder entrar por una de sus puertas

    —¿Qué pasa allí? —le preguntó a James.

    —Batallas pokemón —respondió—. Se pelea por dinero y también se hacen apuestas. Es el motor central de este lugar. Pero no vamos a ir allí.

    James paró en seco y se detuvo en uno de los puestos. Un tosco cartel anunciaba que era un lugar de compra y venta de objetos para cazadores.

    —¡Oh, muy buenas noches! —el vendedor le mostró una sonrisa desdentada a James y a Brock—. ¿En qué puedo servirles? Tengo unas jaulas eléctricas muy resistentes para pokemón de la talla de un Charizard…

    —No, gracias —se excusó James—. Vengo a vender.

    La sonrisa del hombre fluctuó un poco.

    —¿Vender? Bueno, ¿Qué es lo que ofreces?

    James metió la mano en el bolsillo y sacó una pokebola. Pero no era una de las que se vendían en las tiendas. Era completamente negra, a excepción de una R roja en la parte de arriba.

    —Son pokebolas del Equipo Rocket —explicó James—. Están “fuera de sistema”, por lo cual puedes llevar más de seis pokemón contigo.

    El hombre tomó la pokebola, la abrió y la estudió con detenimiento antes de devolvérsela.

    —Sí, son genuinas. Te daré quinientos yenes por cada una.

    James guardó la pokebola en el bolsillo.

    —Lo siento, no puedo venderlas a ese precio.

    —No conseguirás una oferta mejor que la mía…

    —Una Ultraball vale mil doscientos yenes —gruñó James—. No la venderé a menos que eso.

    —Ten en cuenta que el precio de compra y el precio de venta no es lo mismo…

    —Hablo de pokebolas fuera del sistema, señor —James lanzó un suspiro y miró a Brock—. Vámonos…

    —¡Espera! —balbuceó el hombre. James lo miró, a la expectativa—. Te daré mil quinientos yenes por cada una. Más que esto no puedo ofrecerte.

    James miró la pokebola y luego al vendedor durante varios segundos.

    —De acuerdo, acepto.

    —¿Cuántas pokebolas de esas tienes?

    —Diez.

    —Las quiero todas.

    James hizo el intercambio con el vendedor. James contó cuidadosamente los billetes; unos quince mil yenes en total. Los guardó en el bolsillo y le hizo un gesto a Brock para que se marcharan. Se alejaron un poco del puesto y luego se detuvieron.

    —Listo. Ya nos vamos de aquí. ¿Necesitas algo antes de que nos vayamos, por casualidad? Aunque no lo creas, aquí se venden medicinas que sólo hay en los Centros Pokemón y no se venden en las tiendas…

    —No, gracias —Brock no quería saber nada de ese lugar. Sólo quería subir y olvidarse de que ese lugar existía.

    —Entiendo. Vam…

    James se detuvo de golpe y miró hacia su pierna. Brock no lo había notado, pero se habían parado muy cerca de unas jaulas. James tenía la vista clavada en una de ellas, a la altura de sus muslos.

    Era una Pikachu pequeña, más que el Pikachu de Ash. La cola en forma de corazón indicaba que era hembra. Su patita estaba enganchada al pantalón de James, como pidiendo ayuda. Estaba sucia, flaca y no parecía tener fuerzas más que para respirar de manera entrecortada, rodeada de sus propias heces. Brock no era médico de ninguna clase, pero sabía que, de seguir así, a la pequeña no le quedaba mucho tiempo de vida.

    James se agachó. Pareció temblar un poco cuando sus dedos tocaron la diminuta pata de la Pikachu.

    —Nunca mires las jaulas —parecía decírselo a sí mismo en lugar de a Brock, como si se retara por hacerlo.

    El vendedor, un joven de unos veinte años, se acercó enseguida a ellos, con una sonrisa de oreja a oreja

    —Ah, veo que están interesados en esta traviesa y pícara Pikachu, ¿no? Es muy despierta, vivaz, muy juguetona y una buena elección para las batallas.

    Brock nunca había escuchado tantas mentiras en dos frases seguidas. Tenía ganas de sacar a su Onix y aplastar a ese tipo con él. Esa Pikachu iba a morir.

    —Podría atrapar a una Pikachu en cualquier lado. Es un pokemón muy común en los bosques —murmuró James. A Brock le habría dado risa lo que James había dicho, de no ser por la situación.

    —Pero ninguna como esta —insistió el hombre—. No te arrepentirás, ya verás.

    James miró a Brock y luego miró a su alrededor. Un tipo de gabardina marrón estaba mirando la jaula de la Pikachu, con una mirada que a Brock no le gustó para nada. James también lo notó, porque dijo:

    —Oh, no lo sé. Depende, ¿Cuánto pides por ella?

    —Diez mil yenes.

    El tipo de la gabardina lanzó un gruñido y se alejó, como si el precio le pareciera demasiado exagerado. James negó con la cabeza.

    —Escucha: una Pikachu es muy común en Kanto y Jotho. En otras regiones capaz sea una especie exótica, pero aquí son tan comunes como los Pidgey o los Ratatta. Te daré seis mil yenes por la pequeña, ¿ok?

    —Me parece poco. Nueve mil yenes.

    —Siete mil yenes.

    —Ocho mil yenes.

    —Siete mil quinientos yenes y es mi última oferta. Probablemente esa Pikachu está aquí desde hace casi un mes y no puedes venderla.

    El chico miró la jaula donde estaba la pequeña Pikachu, no muy convencido.

    —Es una boca menos para ti y siete mil quinientos yenes más —continuó James.

    El hombre resopló por la nariz.

    —De acuerdo, llévatela. Espero que tengas suerte con ella.

    James no se hizo esperar. Hizo la transacción y el vendedor le entregó a la Pikachu dentro de su jaula. James apenas murmuró un seco “gracias” y le hizo un gesto a Brock para que lo siguiera.

    —¿Qué vas a hacer con ella? —le preguntó Brock, intentando no alterarse. Era raro para él ver que era otro el que controlaba la situación.

    —Conozco un lugar donde pueden ayudarla.

    Doblaron en un pasillo, donde había más gente y más puestos y se detuvieron en un lugar bastante grande donde la leyenda “Insumos Médicos” estaba estampada en un cartel viejo y oxidado de metal.

    —Buenas noches, ¿Qué necesitan? —les preguntó el que atendía el lugar. Desentonaba con el ambiente, con la bata blanca de médico y una disposición sincera.

    James levantó la jaula.

    —Acabo de comprar a esta Pikachu.

    El rostro pálido del médico (si es que realmente era uno) se ensombreció.

    —Ah, sí. Esos imbéciles… Dámela.

    James abrió la jaula y sacó a la Pikachu. No solo estaba sucia y flaca, sino que tenía algunas costras de sangre en algunas partes. No eran grandes, pero eran notorias. Como aspirante a criador, Brock sintió por primera vez ganas de poner una bomba dentro del lugar.

    El medico tomó a la Pikachu y la palpó con cuidado en todo su cuerpo. Con una pequeña linterna, examinó los ojos, su boca e incluso los genitales.

    —Sufre de una grave desnutrición y también tiene anemia, cosa que no me sorprende para nada. Por suerte, está intacta. En este lugar, nunca se sabe —suspiró—. Si no vas a llevarla al Centro Pokemón, te daré este polvo nutricional que te servirá durante una semana, un kilo de comida pokemón especial para ganar peso y un litro de agua mineral. Todo esto por cuatro mil yenes.

    —¿Cuatro mil yenes? —protestó James.

    —Los polvos nutricionales solo se dan en los Centros Pokemón. Tómalo o déjalo, pero te digo una cosa: no hay que escatimar en gastos cuando se trata de la salud. Te dejaré todo por tres mil quinientos yenes. Además, le daré un baño rápido, porque apesta a los mil diablos.

    James suspiró y miró el polvo nutricional. Lunita tomaba eso cuando apenas había salido del huevo. Abrió el tarro donde estaba el polvo, metió el dedo y lo probó con la lengua.

    —Trato hecho.

    El médico se agachó debajo del mostrador y sacó una palangana. Se dirigió a un tonel de agua que estaba en el fondo, situado a dos metros detrás del puesto y lo llenó con agua. Tomó a la Pikachu y la puso dentro de la palangana. Le sacó la suciedad pegada al pelaje y luego la secó con una toalla. Finalmente, le roció encima un perfume que sacó de un bolsillo

    —Listo. Es todo lo que puedo hacer por ella. Dale el polvo nutricional tres veces por día junto con las comidas hasta que se lo acabe. Si ella no quiere comer, no le des de comer. Es aún un bebé, así que cuando tenga ganas de jugar, sabrás que está bien. Y, por las dudas, que no participe en batallas ni le exijas mucho esfuerzo durante dos meses por lo menos,

    James extendió la mano y le dio el dinero.

    —Muchas gracias.

    —Vayan con cuidado.

    James miró la jaula con asco y decidió no llevarla. Tomó a la Pikachu en brazos y la colocó sobre su pecho, dentro de su abrigo. Se alejó del puesto, suspirando.

    —Jessie va a matarme —le dijo James—. Me he gastado casi todo el dinero que he ganado en la Pikachu y en la comida.

    —¿Qué vas a hacer? —preguntó Brock.

    La vista de James se clavó en el lugar donde se hacían las batallas pokemón.

    —Rezar porque la fortuna esté de mi lado esta noche —murmuró James.


    ...​


    Pagaron mil yenes la entrada para poder entrar en el lugar. Era una arena improvisada, cercada por paneles de vidrio, mientras la gente se apiñaba para estar cerca de allí. Ya había dos personas dentro con sus pokemón, listos para pelear. En una parte alejada, había un puesto de comida y en otra parte un lugar donde un viejo tomaba apuestas. James ya había estado allí antes, algunas veces dentro de la arena. Pocas veces había ganado.

    —Señoras y señores, lo que estaban esperando —una voz masculina retumbó por unos parlantes situados en las esquinas—. ¡Una nueva batalla está por comenzar! ¡En la izquierda, el campeón de la casa, con cuarenta y nueve batallas ganadas consecutivas, Armagedón! ¡Y el pokemón que usará hoy es… Raichu!

    Un tipo gordo, de cabello rojizo y espesa barba, levantó los brazos hacia la multitud, quien comenzó a gritar y vitorear al hombre. El Raichu que estaba a su lado parecía fuerte,

    —¡Y en la derecha, un retador que viene aquí por primera vez! ¡Démosle un aplauso a Golden y su Psyduck!

    Nadie aplaudió. Al contrario, todos comenzaron a burlarse cuando vieron al participante. No debería tener más de dieciocho años. Pálido, delgado y de cabello corto y oscuro: la piel parecía brillar con la luz de los reflectores. El Psyduck estaba sentado en el suelo, con la mirada vacía.

    —¡Tienen dos minutos para apostar antes de que la pelea comience!

    La gente comenzó a correr hacia el lugar de apuestas. James tomó a Brock con una mano y lo llevó hasta allí.

    —Iré a lo seguro: el Raichu —comenzó a decir James—. No es mucho lo que ganaré, pero es mejor que nada…

    —Ve por el Psyduck…

    James lo miró, despavorido.

    —¿Acaso quieres que Jessie me descuartice?

    Brock negó con la cabeza.

    —Escúchame: el tipo del Raichu parece haber peleado antes. Está esforzándose por mantener la postura y tiene marcas de golpes. El Psyduck de Golden parece que no ha peleado en todo el día. Además, ese pokemón está en esa pose para desconcertar al rival. Créeme, he sido líder de gimnasio y he peleado con Psyduck. Ten fe.

    James dudó. No tenía demasiado dinero, pero si Brock tenía razón, podría regresar al Centro Pokemón con mucho dinero. Pensó en el Psyduck de Misty y sintió que la sangre se le helaba.

    —Mira: si pierdes, te devuelvo el dinero, lo juro —le dijo Brock—. Ve a apostar.

    James sacó setecientos yenes y se los dio al viejo que anotaba las apuestas.

    —Setecientos yenes a favor de Golden. Anóteme como Kojiro.

    El viejo lo miró de manera inexpresiva por un segundo antes de anotar algo en su libreta. Luego, anotó algo en un pedazo de papel y se lo extendió.

    —No lo pierdas —le advirtió.

    James se alejó junto con Brock, apiñándose para ver la pelea. En su pecho, la pequeña Pikachu parecía haberse quedado profundamente dormida. Por las dudas, tanteó su cuello en busca de pulso. Sí, latía despacio.

    —¡Las apuestas se han cerrado! —se escuchó la voz a través de los parlantes—. Ahora… ¡que comience la batalla!

    El Psyduck estaba simplemente sentado en el suelo, con los ojos mirando a la nada, mientras que el Raichu lo miraba, desconcertado.

    —Esto va a ser rápido —Armagedón soltó una risa burlona—. ¡Raichu, Impactrueno!

    —¡Sustituto! —gritó Golden.

    Psyduck movió sus manos un poco y materializó una especie de muñeco, quien recibió de lleno el ataque del Raichu.

    —¿Qué demonios…?

    —¡Ahora, Confusión!

    Los ojos del pokemón de agua se tornaron de un místico color azul. El Raichu flotó un metro y medio encima del suelo y luego fue despedido hacia uno de los paneles de vidrio. El pokemón eléctrico se estrelló con fuerza contra la pared y se deslizó hacia el suelo, cayendo de cara.

    La gente quedó muda en el recinto. James jamás había visto a un Psyduck pelear, excepto el de Misty. Al parecer los otros tampoco habían visto algo así. Brock sonrió:

    —Te lo dije.

    —¡Levántate, Raichu! ¡No dejes que un tonto Psyduck te venza!

    El Raichu se levantó de un salto, listo para volver a pelear.

    —Esto solo fue un descuido, mocoso. ¡Ahora verás! ¡Raichu, Megapuño!

    El Raichu se lanzó sobre el Psyduck, con el puño levantado. Si llegaba a golpear a Psyduck, podría llegar a noquearlo.

    —¡Protección!

    Raichu se estrelló contra una barrera invisible, deteniendo así el ataque. Golden miró al pokemón eléctrico, con rostro inexpresivo.

    —¡Bofetón Lodo!

    Psyduck arrastró su garra contra el suelo de tierra antes de abofetear a Raichu con todas sus fuerzas, manchando su rostro de barro y tirándolo hacia un costado como si fuera un muñeco de trapo.

    —¡Imposible! —gritó Apocalipsis, sin dar crédito a sus ojos. Su Raichu estaba perdiendo contra un pokemón con el que supuestamente tenía ventaja de tipo y de nivel—. ¡Raichu, has Doble Equipo!

    Raichu se dividió en ocho y todos ellos rodearon a Psyduck. El pokemón de agua miró a su alrededor, observando los Raichu que lo rodeaban. Cualquiera de ellos podría ser el original.

    —Ahora verás, mocoso de mierda, ¡Impactrueno!

    Golden no se dejó amedrentar.

    —¡Excavar!

    El Psyduck hizo un agujero en el suelo y escapó antes de que los peligrosos rayos lo tocaran.

    —¡¿Qué?! —Apocalipsis parecía al borde de la histeria—. ¡Tú Psyduck es un puto cobarde, eso es lo que es!

    Golden tan solo sonrió, con una confianza total en su rostro.

    —¡Hidrobomba!

    Psyduck salió por el mismo agujero por el que había entrado, girando sobre sí mismo como si fuera una bailarina, y tiró un potente chorro de agua hacia todos los Raichu. Logró golpear al original y lo tiró al suelo. En circunstancias normales no lo habría dañado, pero el Raichu ya estaba muy agotado por los golpes y las batallas anteriores.

    —¡Raichu, levántate!

    El pokemón a duras penas se pudo parar, mirando a Psyduck con el cuerpo tembloroso.

    —Es todo —murmuró Golden—. ¡Rayo Hielo!

    El Psyducj abrió su boca y un rayo azul brotó de su garganta. El Raichu no pudo esquivarlo y se congeló instantáneamente, quedando como una escultura de hielo.

    Apocalipsis miró a su Raichu, luego a Psyduck y finalmente a Golden, con los ojos inyectados en sangre. Ya había perdido. James ya podía sentir los billetes entre sus dedos.

    —¡Hijo de puta! ¡Ya verás la próxima vez que te encuentre! —le gritó, humillado—. ¡Mi Raichu es uno de mis mejores pokemón! ¡Te haría pedazos!

    —No creo que lo haga.

    James sintió un escalofrío en su columna, como si el Rayo Hielo le hubiera pegado a él. Algo muy malo iba a pasar. Pero no podía hacer nada al respecto.

    Golden lanzó un suspiro de cansancio y miró a Raichu como quien mira a una escultura.

    —Psyduck, Confusión —ni siquiera gritó el ataque, tan solo habló con un tono de voz normal. Se pudo escuchar el ataque con total claridad, ya que nadie estaba hablando. Tal vez porque no podían creer lo que veían o pensaban en los yenes que habían perdido en la apuesta.

    El Raichu congelado se elevó en el aire, un metro sobre el suelo. James inconcientemente apretó a la pequeña Pikachu contra su pecho. A su lado, Brock miraba, sin entender lo que pasaba.

    El Raichu se resquebrajo a partir de su cabeza. Antes de que alguien pudiera decir nada, el Raichu explotó en varios pedazos de hielo y sangre, golpeando los paneles de vidrio. Al ser resistentes, no se rajaron por el impacto.

    Apocalipsis no se movió. Miraba el lugar donde su Raichu había estado momentos antes de que el Psyduck lo hiciera estallar como un petardo. Luego, miró a Golden y apretó los puños.

    —¡TE MATARÉ!

    Apenas pudo correr unos pasos hacia Golden, cuando el Psyduck usó Confusión contra él, tirándolo hacia el panel de vidrio.

    —Si no quieres que mi Psyduck te rompa el cuello, te sugiero que te calmes —Golden giró sobre sus talones y salió de la arena, seguido por su Psyduck.

    James tragó saliva y acarició la cabeza de Pikachu. Había visto actos de crueldad antes en esa clase de batallas, pero esto lo había tomado por sorpresa. Brock estaba pálido y con aspecto de querer vomitar.

    James no quería saber nada con estar allí ni un momento más. Con el brazo libre, tocó a Brock por el hombro.

    —Tenemos que cobrar la apuesta —le dijo, mientras el ruido regresaba otra vez, como si fuera un zumbido de Beedril furiosos.

    ...​


    James y Brock estaban cerca del Centro Pokemón, caminando por las desiertas calles de la ciudad. No había casi un alma, tan solo algún que otro policía. Pikachu dormía en su pecho, respirando suavemente.

    No lo podía creer. Había ganado setenta mil yenes en la apuesta. Eso era mucho dinero y podrían empezar a planear algo para el futuro por primera vez. Pero en solo pensar en el Raichu que había sido asesinado le cortaba cualquier sentimiento de alegría. Se sentía casi como el cómplice. Brock no había despegado los labios desde la batalla.

    —Oye, Brock, gracias por hacerme ganar la apuesta —dijo, por decir algo—. Esto nos beneficiará a todos.

    —Supongo… —le respondió Brock, en un hilo de voz. James hubiese preferido que gritara, golpeara una pared o llorara. No le gustaba verlo así, como un robot.

    —Brock, entiendo que lo que viste te haya afectado, no creas que no me dolió en el alma lo que vi, pero no se pudo hacer nada y no había manera de…

    —Entiendo —lo cortó Brock—- Sólo tengo que asimilar esto.

    James se mordió el labio y asintió con la cabeza. No volvieron a hablarse hasta que llegaron a la puerta del Centro Pokemón.

    —No puedo entrar con ella —dijo James—. Traería demasiadas preguntas. Tú entra por la ventana y vuelve a dormir. Yo iré a dormir a la plaza o algo. Ten —James le extendió una bolsa con los setenta mil yenes—. Guárdala hasta que regrese.

    Brock asintió y tomó el dinero.

    —Ten cuidado.

    James sonrió.

    —No te preocupes por mí. Tengo un pequeño plan para mañana. Si alguien se levanta y pregunta por mí, dile que salí a comprar algo.

    Brock volvió a asentir y comenzó a caminar hacia el costado del Centro Pokemón, donde estaba la ventana de la habitación.

    El Centro Pokemón no abriría las puertas hasta las siete de la mañana. James suspiró y comenzó a caminar, acariciando la cabeza de Pikachu como si fuera un tic nervioso. A diferencia de lo sucedido con Lunita, esta vez sí tenía todo listo.

    El capítulo que había planeado originalmente era mucho más inocente, lo juro. Lo único que conserva es la aparición de la Pikachu XD. Es la primera vez que narro una batalla (la vez anterior no cuenta, era una del capítulo del animé)

    Nathan: No es un capítulo muy interesante, la verdad. Pero ya que James tenía un Growlithe, quise aprovechar ese capítulo para mostrar que James si se toma las cosas en serio.

    Jessie y Lunita en la cárcel... No quiero ni pensarlo. Sería horrible.

    Bueno, este era el capítulo al que yo consideraba "pesado" Tal vez haya exagerado un poco, pero como fue un cambio a último momento...

    ¡Hasta el próximo sábado!
     
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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Woooooow... simplemente wow. O____O

    Nunca creí que nos toparíamos con un Mercado Negro en toda regla. Bueno, mejor dicho, que James y Brock se toparían con uno :V

    La fortaleza que tiene James para no dejarse amedrentar por el ambiente, mientras que Brock terminó prácticamente pálido y casi muerto por dentro, con ganas de dinamitar todo el sitio... me sorprendió para bien OwO. Menos mal que Jessie accedió a no ir con él desde el principio, ya que eso le hubiese causado un aborto espontáneo >___<

    Si en un episodio anterior te acusé de "desperdiciar potencial", pues en este te redimiste con creces ;). Sobre todo le encantaría a quienes les encanta que se explore el aspecto Grimdark de Pokémon... además de que tus descripciones fueron todas increíblemente acertadas. Se podía sentir hasta náuseas al leer todo lo que acontecía. Pobre pequeña Pikachu .__. Así que para ESO los quieren estos Rocket ¬¬... para ponerlos a pelear contra su voluntad ._. Pero equis, es una organización mafiosa después de todo, así que era de esperarse...

    El concepto de las RocketBall me parece muy acertado también, ya que ellos pueden engañar al "sistema" gubernamental, si es que lo hubiera xD. Aunque me hace pensar que es todavía menos excusa como para que los Rocket lleven menos de seis Pokémon siempre que vemos uno, ya sea en los juegos o en el animé :V. En el Manga... ni puta idea, a decir verdad.

    Para ser tu vez primera en eso, lo hiciste muy bien OwO... ¿Tomaste algo de mi guía en el Poké-Recreo o qué? xD. Aunque igual el tipo que venció al campeón "Apocalipsis" realmente se pasó al romper en pedacitos (literalmente) al Raichu de su rival. ¿Acaso son batallas a muerte o qué? O_o... como que eso faltó por aclarar. Pero son minucias -w-U

    En fin, a ver qué hace Brock después... pobrecillo. Realmente quedó IMPAKTADO xD

    Bueno, no debería reírme .w. ... pero igual me alegro por cómo avanzaste todo esto OwO.

    Nos vemos en la próxima, estimada :P
     
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    Plushy

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    Pensaba seguir el consejo de comenzar a comentar a partir del cap 10 que fue donde me quedé en FFNET pero FUCK EVERYTHING tengo una amnesia de slowpoke y aquí puedo comentar con hermosos gifs para fangirlear y nada me lo va a impedir, lo que si es que esperen posibles doble-triple-cuatruple post al menos hasta que me ponga al corriente de la historia. Igual seré breve en los capítulos que ya leí y omitiré correcciones técnicas porque seguro que algo de eso hice en su momento. Lo que si es que no me voy a poner a comprar versiones porque asumo que al ser una republicación se habrá prestado atención a detalles menores de puntuación.

    Cap 2.
    Me gusta el aprovechamiento de recursos; no los narrativos sino cómo los personajes aprovechan muy bien lo poco que tienen y realza más sus necesidades, lo dice alguien que ha tenido varias carencias y que ha tenido que sacarle el máximo provecho a cosas como la comida. También el que eso mismo justifica algo que seguramente mucha gente ha pensando en algún momento: "Herp derp pero que tontos son, si capturan otros pokémon seguro que atraparían a la rata". Sí... y luego con qué los mantienen, de hecho son muy pocas las historias que caen en esa cuenta que tener pokémon es tener bocas que alimentar y cuidar y eso requiere tiempo y dinero.

    Al igual que en la serie, resulta agradable verlos en un oficio decente ganando plata de forma honrada y con la posibilidad de tener una vida tranquila; y pese a que podrían ser felices así la verdad es que si terminan largándose a la intemperie a sufrir penurias es porque en el fondo prefieren eso a una vida de rutinas...
    Que a final de cuentas su "libertad" se volvió eso y lloro... pero eso es para otro tema ;__;

    Y awww es que Meowth siendo orgulloso pero a la vez medio inocente y satgsassasa
    [​IMG]
    Sobretodo porque la bola de pelos pocas veces recibe atención de los fans del TR y muchos ya dan por "superado" su dilema de querer ser humano, pero ya que aquí todavía no pasa "Meowth ve al oeste" normal que el pobre se ofenda porque se lo trate de pokémon.

    Cap 3
    Ayyy no se que decir, es que me da pena. No por el lemon que se tuvo que rebajar a lime sino porque siento que hice un mal trabajo. No que esté mal redactado pero la versión "apta para el público" se siente mucho que la escribí yo, y sí, obvio que me encantan descripciones mamonas y adornadas con muchos feels y la fregada, pero es que me pasé por el forro analizar el trabajo para adaptarme un poco más al estilo y lo hice como a mi me hubiese gustado leerlo. ¿Problema? Desentona bien feo xD

    De hecho, cuando se aprobó lo del contenido adulto pensé que ese capítulo se iba a modificar a la versión original de FFNET y de hecho me quedé con esa idea, así que me tomó por sorpresa leer la versión local O_o
     
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    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    (Re)Leído hasta el 6, sólo que salí y perdí un poco el hilo argumental de lo que iba a comentar e.e

    Siempre he pensado que la cualidad de esperar a un mejor futuro es algo muy rocket, con tanta mierda que les pasa y que sigan adelante es algo muy loable, sobre todo porque la gente siempre le admira eso al prota cuando a final de cuentas es un niño alegre con pocas preocupaciones reales en la vida y no un adulto frustrado a quien le llueve sobre mojado y que con eso quiere seguir de pie haciendo lo que cree mejor para sí aunque realmente no lo sea. Ojalá esta clase de historias de pronto sirva para que el lector pueda empatizar con los personajes y notar que pueden ser algo más que un chiste con patas.

    Creo haber comentado en el original que encontraba ingenioso el uso de Koffing en la historia pero no está de mas remarcarlo. Y pobre chimuelo, yo también me sentiría mal si de pronto mis compañeros de trabajo se pusieran hornys a mi costado e.e

    Pasamos al cap 5 y uno se cuestiona ¿qué chucas hacen niños de 10-12 años pasando por una ciudad de mala muerte como si fuera excursión escolar? Arceus que ya de por si andar en bosques con bichos que te pueden comer de un mordisco es riesgozo como para irte a meter a la boca del lobo de ese modo, hasta le voy a tomar gusto al headcanon que puso Morde sobre lo de la población diezmada. Pero de nuevo, al diablo el bobo, yo solo quiero abrazar a mis bebés y darles el amorsh se que merecen

    [​IMG]

    Veamos que tengo entre notas...
    Ah si...
    MIS FEEELS!!!
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    [​IMG]

    Y después cuando conoce a la chica es como que en el fondo quieres que se quede con ella y que por fin vida una vida linda y bonita pero sabes que NOOOOOOO y que jode que piensa que a Jess no le va a importar porque el acuerdo decía "sin ataduras" pero uno como lector sabe que no es cierto y...

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    Noux

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    Siletek xD ok, para nada me espere un desarrollo como el del final, pense que seria mas tipo "romance comun" pero me tomo completamente por sorpresa el capitulo uno pienso leerme los otros despues con mas calma, por ahora te ganaste un lector xd
     
  12. Threadmarks: 27. La guardiana
     
    Siletek

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    Acuario
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    Título:
    El que no sufre no aprende
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    60
     
    Palabras:
    2613
    Capítulo veintisiete

    La guardiana

    Brock no durmió en toda la noche. Las imágenes del Raichu explotando en frente de sus ojos, sin que nadie pudiera o quisiera hacer algo. Era una de esas cosas que jamás se borrarían de su memoria, por mucho que los años pasaran.

    Cuando el reloj marcó las siete, Brock se levantó de la cama, tomó algo de ropa, toallas y todo lo necesario para bañarse. Tal vez si se sacaba de encima los restos de esa horrible feria subterránea, lograría descansar un poco, aunque sea un par de horas antes de que los otros se despertaran.

    Brock se desnudó, guardó la ropa sucia en el locker, se dirigió al banquito, abrió la canilla y esperó a que el balde se llenara. Vio su reflejo en el agua a medida que el agua subía. Parecía como si súbitamente hubiese envejecido, a pesar de que lucía igual que el día anterior.

    Una vez que se lavó la cabeza y el cuerpo, entró a la cálida bañera para relajarse un poco. Sus músculos se relajaron, pero no por mucho tiempo. Pensó en los pokemón que había visto apretujados dentro de sus jaulas, sin ver el sol, sentir una caricia o caminar con libertad. Pokemón que seguramente habían tenido vidas plenas y felices antes de terminar allí, ya sea en libertad o con sus entrenadores.

    ¿Quiénes compraban a esas pobres almas desamparadas? ¿Y con qué propósito? James probablemente lo sabía y Brock lo sospechaba, pero no estaba seguro de querer meterse en ello más a fondo. Prefería no saber. Habían salvado a esa Pikachu, pero solo había sido una de entre muchas condenadas. ¿Cuáles serían sus destinos ahora?

    Pensó en un instante en llamar a Jenny y contarle todo lo que sabía sobre lo que sucedía debajo de la fábrica Estrella Fugaz, pero luego lo pensó mejor. James había ido ahí a vender mercancía más que ilegal. Si Jenny quería averiguar de donde había sacado la información, tendría que delatar a James. Y si Jenny descubría sus antecentes penales, podría estar en la cárcel por años. No sería justo. No cuando Jessie esperaba un bebé y estaban esforzándose por salir adelante.

    Brock salió del agua, se secó, se vistió, sacó sus cosas del locker y volvió a la habitación. Jessie ya se había despertado y estaba de pie, mirando la cama donde James debería estar dormido. El vientre de ella se estaba notando un poco más. ¿Cuánto tiempo llevaba de embarazo? ¿Cuatro meses, acaso?

    —Hola, Jessie.

    Ella giró su cabeza hacia él, distraída.

    —¿Eh? Ah, si, hola, Brock —saludó Jessie—. ¿Has visto a James?

    Brock se acercó hacia ella y miró a su alrededor. Ash y Misty dormían como troncos tirados en medio del bosque.

    —Vendrá en cualquier momento. Está durmiendo afuera.

    Jessie parpadeó.

    —¿Cómo lo…?

    —Aquí no —le susurró Brock—. Pero sé que vendrá en cualquier momento. No te preocupes.

    Jessie se mordió el labio y asintió con la cabeza. Tomó su mochila y la cargó en su hombro.

    —Iré a darme un baño. Espero que James ya regrese cuando termine.

    —Probablemente.

    Jessie suspiró y salió de la habitación. Brock tomó un libro de la mochila titulado “Guía por Kanto” y salió hacia la recepción. Se sentó en uno de los mullidos sillones y se puso a leer algunos párrafos al azar, así se entretenía un rato…

    La puerta automática del Centro Pokemón se abrió y Brock levantó la vista. James pasó corriendo delante de él a la velocidad de un rayo hacia el mostrador donde Joy se encontraba.

    —¡Ayúdela! —gritó James, desesperado. Brock se levantó y fue hacia él.

    —¿Qué sucede? —preguntó Joy, ya yendo a verlo.

    —M-me encontré a esta Pikachu en la entrada de un callejón cuando salí a comprar provisiones. Se ve muy mal…

    Joy alzó a la pequeña en brazos y ahogó un grito.

    —Ya mismo voy a internarla. Será mejor que esperes aquí…

    Apenas corrió unos pocos metros, cuando la Pikachu se puso a llorar de manera histérica, moviendo sus débiles y pequeñas patitas hacia James.

    —No quiere alejarse de ti —murmuró Joy.

    James acarició la cabeza de la Pikachu, sonriendo.

    —Estaré cerca. Confía en ella, ¿si? Va a curarte. Prometo que iré a verte hoy mismo.

    El llanto de la Pikachu bajó hasta reducirse a unos hipidos lastimeros.

    —Gracias —le dijo Joy y salió corriendo hacia el pasillo donde estaban los consultorios. James se dio vuelta y sus ojos se cruzaron con los de Brock.

    —Ahí estás —dijo simplemente. Parecía que no había pegado un ojo en toda la noche, con la ropa manchada de tierra y hierba.

    —Menos mal que estás aquí. Jessie estaba preocupada por ti.

    James sacudió la cabeza.

    —La que me espera cuando la vea. Va a matarme —sonrió de manera triste—. No te ves muy bien. ¿Dormiste algo?

    —Admito que no. ¿Tú?

    —Lo mismo. Estoy acostumbrado a dormir en plazas, paradas de autobuses y casi en donde sea, pero tenía miedo de dormirme y que la pequeña se me muriera a mitad de la noche, asi que… —bostezó de manera audible, sin terminar la frase.

    —Ve a descansar —le dijo Brock—. Nos quedaremos aquí un día más por la pequeña. Ash va a protestar, pero entenderá.

    —Espero…

    James se alejó, arrastrando los pies. Brock volvió a su asiento y siguió leyendo. Si Jessie iba a moler a golpes a James, no quería estar allí.

    ...​

    James se acostó a dormir, pero su sueño no llegó a durar ni media hora. Se despertó porque alguien empezó a sacudirlo de un lado a otro como si fuera un muñeco.

    —¡Despierta!

    James abrió los ojos. Jessie estaba delante de él, agarrándolo por la parte delantera de la playera.

    —Hola, cariño —murmuró, dibujando una sonrisa.

    —¿Se puede saber por qué diablos no viniste a dormir anoche?

    —Estaba con tres rubias preciosas —bromeó.

    —James…

    James le rodeó la cintura con los brazos.

    —Eran tipos con peluca rubia, pero nadie puede competir con mis hermosas piernas, ¿sabes?

    —James, te voy a…

    James la calló tirándola sobre él y besándola en los labios. Jessie le respondió el beso de manera apasionada, como si quisiera comérselo vivo. Mucho tiempo había pasado desde la última vez que habían tenido sexo. James no era un fanático de las relaciones sexuales, pero mierda que extrañaba la manera en la que Jessie lo tocaba.

    James acarició los pechos de Jessie por encima de la playera, logrando que ella comenzara a gemir, mordiéndose el labio. Estaba cansado, pero quería hacerla suya ahora…

    —¿Qué es todo ese ruido?

    Jessie y James dieron un respingo. Habían olvidado que Ash, Misty, Meowth y Lunita seguían ahí.

    —Nada, Ash, nada —gruñó Jessie, acomodándose la ropa. Ash, desde la otra cama cucheta de abajo, los miraba frotándose los ojos.

    —¿Qué es todo este escándalo? —Misty estaba en otra de las cama cucheta de abajo, bostezando.

    —Dejen dormir al prójimo —Meowth habló desde la cama de arriba en donde Jessie y James se encontraba, seguidos de un muy conocido maullido.

    Jessie se salió de la cama y se acomodó la ropa, molesta. James, sintiendo que no iba a descansar tranquilo, se levantó y tomó la mano de Jessie.

    —Vamos a la cafetería y hablamos —le dijo, mientras abría la puerta.

    ...​

    Varias horas después, James estaba en una de las habitaciones para los pokemón. La pequeña Pikachu estaba en la cama, conectada de cables como si fuera una astronauta a punto de salir disparada hacia el espacio.

    Le había contado a Jessie todo lo sucedido abajo. Al principio se puso furiosa por haber gastado siete mil quinientos yenes en una Pikachu, pero se calmó cuando le dijo que había ganado setenta mil en las apuestas.

    —Aunque gracias a él tenemos mucho dinero, no puedo imaginarme lo que debió haber sentido estando ahí abajo, rodeado de toda esa mierda de gente —le dijo Jessie, con un gruñido—. Ese no era lugar para él, ¿por qué tuvo que ser tan cabeza dura?

    —Lo que pasó, pasó —le respondió James—. Lo único que importa ahora es que la pequeña se recupere…

    —Tendremos que quedarnos un día más por lo menos, para que Joy la revise y ver que tiene. Pobrecita.

    —Si, pobrecita…

    James acarició la cabeza de la pequeña Pikachu y su pulso le tembló cuando la vio sonreir un poco y mirarlo con los ojitos brillantes, hundidos un poco en sus cuencas. Si pudiera poner una bomba en ese maldito lugar, lo haría.

    La puerta se abrió y Meowth entró a la habitación. Se lo veía pálido.

    —Quiero verla —dijo, sin ningún rodeo.

    James se apretó el puente de la nariz. Sabía que iba a enterarse de la verdad en cualquier momento.

    —Meowth…

    —Déjame verla.

    James suspiró, lo alzó y le mostró a la pequeña, la cual lo miraba con sus ojitos cansados. Sintió el cuerpo de Meowth temblar en sus manos.

    —¿Qué te han hecho? —le susurró Meowth, como si temiera que el sonido de su voz la lastimara. La pequeña comenzó a hablar lentamente en ese idioma sagrado que solo los pokemón conocían y que los humanos no podían entender.

    Meowth la escuchó atentamente, casi sin respirar o hacer algún sonido. Cuando vio que la Pikachu amenazaba con llorar, decidió parar.

    —No hace falta que cuentes todo si no puedes. Además, estás cansada y necesitas dormir —saltó de las rodillas de James a la cama donde la Pikachu yacía y le dio unos tímidos lengüetazos en la frente—. No te preocupes, James cuidará muy bien de ti.

    La pequeña sonrió a través de sus lágrimas y cerró los ojitos. Meowth se giró hacia James, con los ojos brillantes por las lágrimas.

    —Ve a dormir un poco, James. Apenas has comido o descansado.

    James miró a la pequeña durmiendo profundamente. Si llegaba a despertarse y él todavía no había llegado, una Chansey podría calmarla.

    —De acuerdo, ya vámonos.

    James y Meowth salieron de la habitación. Una vez afuera, le preguntó:

    —¿Qué te dijo?

    Meowth suspiró.

    —Ella era la mascota de una niña pequeña en un pueblo. Un día, ella estaba en el bosque junto con su hermano, cuando un hombre malo apareció y los atacó. Luego la pusieron en una jaula y le pegaban cada vez que intentaba escapar. No me contó mucho más, estaba cansada.

    —Por Dios…

    —¿Por qué no me contaste que fuiste a la fábrica?

    James sonrió de manera amarga.

    —No quería preocuparte. Ya era malo que Jessie lo supiera. El caso es que los bobos no deben enterarse de nada de esto, ¿si? Mantengamos la mentira. Esta Pikachu la encontré abandonada. Punto.

    Meowth asintió y entraron a la habitación.

    Sólo encontraron a Jessie, acostada en la cama de abajo. Lunita estaba sobre su vientre, aparentemente hablándole al bebé. James se acercó y besó a Jessie suavemente en los labios.

    —Hola, cariño —le dijo, recibiendo una sonrisa de parte de Jessie. Luego se acercó a Lunita y le acarició la cabeza—. Hola, mi pequeña.

    —Nya —le respondió de manera brusca y giró su cabeza contra la pared.

    —¿Qué le pasa? —preguntó James, confundido.

    Meowth suspiró y sonrió un poco.

    —Se enteró que estás con otra “nena” y se puso… algo celosa.

    James sonrió también.

    —¿Estás celosa? —le preguntó con dulzura, mientras acariciaba a Lunita entre las orejas. Se rindió por unos instantes, dejándose llevar por los mimos, pero luego golpeó la mano de James con su patita, alejándola de ella.

    Jessie tomó a la pequeña y la puso sobre el colchón, mientras se levantaba.

    —Mientras ustedes solucionan sus problemas de celos, me iré a caminar un rato.

    Jessie se levantó, le dio un beso a James en la mejilla y se marchó. James bostezó. Estaba agotado y no tenía ganas de explicarle a Lunita que no tenía ningún motivo para ponerse celosa. Se acostó en la cama donde Jessie había estado tan solo un momento atrás, intentado no tocar a Lunita.

    —Despiértame a la hora de la cena, Meowth —dijo y cerró los ojos.

    No habían pasado ni cinco minutos cuando sintió unos toques suaves en las mejillas. James abrió los ojos y vio a Lunita a escasos centímetro de su cara.

    —¿Qué quieres? —le preguntó.

    —Nya —dijo simplemente y le dio la espalda. James miró a Meowth, confundido, mientras este se reía.

    —¿No te enseñaron a que no se ignora a quien te ignora? —le preguntó Meowth.

    James hizo un gesto con la mano y volvió a cerrar los ojos. No pasaron cinco segundos, cuando sintió las patitas de Lunita en su nariz.

    —¿Si? —preguntó James, sabiendo lo que pasaría.

    —Nya —respondió con tono altanero y volvió a darle la espalda.

    James suspiró.

    —No me dejarás dormir, supongo —murmuró, mientras se sentaba y ponía a Lunita en sus rodillas—. Lunita: no tienes que estar celosa. Yo te amo igual que siempre.

    Lunita siguió evitando su mirada, como si no le creyera.

    —Esa nena me necesita, Lunita. Ella está muy enfermita y no puede valerse por ella misma.

    Lunita giró un poco la cabeza, mirándolo de reojo.

    —Yo esperaba que me ayudaras, Lunita. Ya no eres una bebé.

    —¿Nya? —la pequeña ahora lo miraba atentamente. James continuó.

    —La nena necesita una amiguita, alguien que la quiera y la proteja mientras esté débil —suspiró—. Pero si no quieres… tal vez Togepi acepte…

    —¡Nya! —chilló Lunita, negando con la cabeza. Luego siguió con una serie de maullidos furiosos.

    —¿Te traduzco eso, James? —le preguntó Meowth.

    —No, no hace falta —respondió, mientras calmaba a Lunita con pequeñas caricias en las orejas—. ¿Quieres cuidarla, entonces?

    —¡Nya!—chilló ella, hinchando el pecho en señal de querer tomar la responsabilidad. James extendió su dedo meñique y ella posó su patita sobre él.

    —Ahora que ya está todo claro… a dormir —dijo James, volviendo a cerrar los ojos. Lunita se subió a su cuello, bostezó y se acurrucó. Meowth también subió a la cama, se apoyó en el estómago de James y también se quedó dormido.


    ¿Otro capítulo relleno? Tal vez. Pero ya que lo había escrito...

    Nathan: Veo que te ha gustado el capítulo. Creo que hay cosas ocultas que los bobos no tienen idea y que Jessie, James y Meowth conocen demasiado bien. James ha estado en mucho de esos lugares y está curado de espanto... pero no lo suficiente como para no rendirse ante esa Pikachu.

    Ja, y yo que creí que no lo había hecho bien... Ese lugar no es de los Rockets, sino del dueño de la fábrica, quien tiene toda esa mierda en el sótano de su fábrica. A veces los del Equipo Rocket van ahí, pero no tienen nada que ver con el dueño.

    ¿Tenés una guía? No lo sabía. Yo no tomé nada de ninguna guía, solo me fijé los ataques que podían aprender Psyduck y Raichu y ya. Nop, no eran batallas a muerte, solo que el pibe era un conchudo.

    Plushy:

    ...
    ...
    ¡La sempai me noticeó el fic!

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    No tengo más palabras que esas. En el cap 10 ya te quiero ver, cariño...

    Noux: Me alegro haberme un lector. Espero que disfrutes los demás capítulos.

    Eso es todo. ¡Hasta la próxima semana!

    PD: el martes es mi cumpleaños!!
     
    Última edición: 20 Enero 2018
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    Plushy

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    7 y 8, me iba a aventar el 9 pero me parece que cierra bien el arco, de todos modos mis comentarios al respecto son pocos.

    Tan pocos que...

    Popplio usa voz cautivadora:
    Popplio: Tu husbando tiene traumas tan feos que nunca podrá tener una relación bonita y estable y estará condenado a sufrir solo el resto de su vida
    Yo: AAAHHH MIS SENTIMIENTOS!!!

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    AAAH!!! por eso había dejado de leer rocket, cuando no es todo super fluff meloso es puro dolor y sufrimiento, y odio que sufran, porque no sólo es James, es Jessie la que se lleva la peor parte al tener que lidiar con su pasado y la imposibilidad de tener a la única persona que podría hacer su presente menos culero ;__;

    Me iré en corto hasta llegar al 10, de ahí ya comento como se debe

    Este creo que fue donde me quedó verdaderamente claro que no iba a ser un calco de la historia del anime donde además de haber un buen rollo y situaciones gentiles no es como que realmente alguien saliese herido, digo, al TR los electrocutan, queman, disparan con chorros a presión y los hacen caer en barrancos de no se cuantos metros con apenas unos cuantos raspones. Luego mostraban cosas como en la carrera pokémon de que una caída de rapidash y te hacías mierda lol pero todo en pos de la conveniencia argumental.

    Recuerdo que uno de mis long precisamente me plantee como iba a ser lo del daño físico y decidí irme a un punto medio de mostrar cosas que posiblemente en la vida real te matarían o dejarían lisiado rebajarlo a una herida física que tarde su buen rato en sanar. Parece que esta no va a ser tan compadecente ;__;

    No mires cielo, no mires...no...noooo....NOOOO!!!!
    [​IMG]

    Sólo dime que aquí no quedan tan dañados como en "The Dark Side of Innocence" y entonces estaré bien :anicry:
    No, realmente no, voy a sufrir de todos modos :aniscream:

    Aunque el medio lemon del final lo compensa :eyebrow: I mean, me gustó como se fue generando esa tensión sexual que terminó por explotar y ya que no he leído mucho más allá del siguiente episodio y he tratado de no spoilearme me pregunto si esos desfogues se terminarán volviendo frecuentes o si por el contrario serán contraproducentes.

    Ahora sí, a reeler el otro que nunca comenté porque de ese hay bastante para hablar :/*-*\:
     
    Última edición: 20 Enero 2018
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    Plushy

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    Ahora sí, alguien pidió comentarios en modo fangirl? [​IMG]

    Capitulo clave no sólo para rocketshippers sino para todos los fans del TR en general, y el que, por desgracia, nos dio todas las esperanzas de que sí iba a pasar algo entre esos dos... ¡maldita sea serie! Pero bueno, siempre llega el fanfiction a arreglarlo todo, wuuuu!!!

    Me encantó que arrancó muy similar a como lo hizo el episodio, pero con el setting previo de la cita frustrada y visto los tonos oscuros que puede agarrar la historia, aquí es cuando uno se ve en la necesidad de agarrarse del asiento, cerrar los ojos y esperar a que la historia no te la meta sin vaselina.

    Esa frase en particular me encantó, deja ver que sí, es su casa mas no su hogar y que daría lo que fuese por no estar ni pintado ahí.

    Ains, sí dejaste esa parte :omg<3: es que por muy estúpido que suene es demasiado genial cuando todos se ponen a llorar lamentado su muerte y sólo Misty se da cuenta del mega fail de la misma.

    Ahí creo que hay un pequeño error y seria Jessie y Meowth.

    Y aquí es la parte en la que todos gritamos:
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    Lo peor de todo es que en inglés sí leí un fic que justo iba de eso, en ese mismo episodio como un What if y se me partió el alma leer cómo abusaban del pobre mientras sólo suplicaba y lloraba :anicry:

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    Lo peor es que sí fue algo que pensé en su momento, aunque uno podría asumir que Growlithe es inteligente y sabría defenderse del Vileplume, pero no estamos hablando de alguien que juegue justamente, el veneno sería otra opción ;__; Tampoco quiero imaginar a Meowth viendo a un pokémon moribundo... gosh, ese gato aquí si que la ha pasado crudo.

    Pero después de la tormenta llega la calma y...

    YAAAAAS!!!!!! LO QUE LOS FANS QUERÍAMOS VER EN EL MALDITO EPISODIO!!!! Y con toda la mierda previa es como sgahsagsasgashs :\*u*/: cosa que irónicamente hablando del canon, a estas alturas es como que prefiero que mejor no pase porque si lo hacen sería del modo más forzado y random posible, mejor que James se quede con su estrellita de mar >_>

    Lo que sí es que ahora que tienen una relación consolidada, asumo que las tensiones y problemáticas tendrán que venir de otros lados y que posiblemente sean peores. A ajustarme bien la ropa interior y ver qué pasa después.
     
    • Fangirl Fangirl x 2
  15.  
    Dr Kaos

    Dr Kaos Guest

    Bueno, súper atrasado… pero al menos ya termine de leer lo que podríamos decir fue el “arco del centro pokemon”…. (¿)

    (disculpa la demora… sabes que no fueron mis mejores meses >_>….)

    en resumen de lo que me parecio....
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    -Si bien fueron capítulos mas bien apacibles… pienso que abarcaron el tiempo justo para plantear la situación de los ahora ex – rocketts…

    Porque realmente después de lo de Meowth no podían quedarse tranquilos pensando que sus vidas podían seguir igual… y eso se vio reflejado en como el cansancio emocional se marcó en lo ficico…. (sin mencionar de las tareas que les toco en el centro Pokémon…) mas que nada en James siendo el único que no tenía comprometida su físico en comparación a sus otros dos compañeros….

    En cierto sentido, fue genial verlo medio aislado (por decirlo de alguna manera) dándole la oportunidad de tratar con otras personas que le aconsejaran… dándole continuidad a que el tiene suficientes habilidades para ser más que un ladrón… suficiente para que se diera cuenta que realmente puede obtener algo si deja al TR…

    Sus escenas con la pequeña luna se me hicieron bien hermosas, así como chistosas…. :D buena forma para empezar aprender lo bueno y malo de ser padre… creo que fue el elemento decisivo para que nuestro trio de rufianes tomaran el peso de lo que se les viene…. :D me encariñe con este personaje….

    -
    …..caso contrario al de caterpie, entiendo lo que quisiste expresar con el… mostrar ese lado de james de que puede crear empatía con cualquier Pokémon (incluso mejor que el bobo principal) y que realmente podría tener futuro como criador… Aun así, siento que se podrías haber llegado a mismo resultado perfectamente sin capturar el pequeño…. En lo MUY personal, me hubiese sido más interesante que ese rato en reforzar los lazos de james con Growlithe (aunque el sigue siéndole fiel… fue años sin verse… :D hay que recuperar el tiempo perdido)

    …como planteaste en un comentario, tal vez la idea funcionaba mejor en su planteamiento original. En fin cosas mías….


    - Debo decirlo, con lo que más sufrí durante los cap… a pesar de que solo tuvo un par de momentos en escena… fue con jessie cuidando a Meowth…. T_T demonios la pesadilla si fue tántrica…. Sobre todo, porque probablemente si siguen como están, todo terminara en eso….


    Aun asi, >_> estoy disconforme… si quería ver más como Jessie meditaba la situación, ella es una huérfana que prácticamente a tenido que arreglárselas como puede para salir adelante y, realmente quería verla meditar sobre que quiere una mejor vida para su bebe….


    Nose era un momento acorde pa eso…



    :D bueno el chimuelo no tuvo mucha acción… pero su rencuentro con su “hija” fue tierno… merese gif
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    -Los roles invertidos me saco más de una risotada… ni que decir lo sentí muy in-character… si algo siempre me sacaba de quicio en OS era el que los impulsos y rabietas de Misty que terminaban provocando un desastre… no tuvieran ninguna consecuencia o castigo en la pelirroja…

    Pobre Ash, pero se lo merece XD…

    Y si lo imagine todos esos días rabiando y reclamándole todo el tiempo a Misty de ser la culpable de que su viaje se esté retrasando…

    Si que debieron ser horribles días para los pelos de zanahoria XD…

    [​IMG]

    :D y por supuesto ame la jugarreta que le hizo jessie, después de todo… ella no es de las que se quedan tranquilas…

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    Tal vez me choco un poco que Brock no hubiera recibido un daño colateral de la metedura de pata de su amiga… (si ya sé que no estaba en escena…) pero él sabe lo impulsivos que pueden ser Ash y Misty…

    No se… tengo un sentimiento encontrado con su participación en el arco… no me desagrado… pero siento que su actuar se vio algo forzado inicialmente…

    -la resolución del arco… realmente no tengo mucho que decir al respecto… fue algo esperable en cuanto al desarrollo del arco, dejando en claro que el Equipo Rocket solo era una excusa para mantener unida esa “familia”… una excusa que ya no necesitan…

    me sorprendió si que se diera de la forma en que se dio, más bien que fuera brock el que desencadenara lo inevitable con su propuesta…


    XD el que Ash lo siguiera no fue tanta sorpresa, digo… durante ese viaje Ash realmente hizo buenas migas con brock… y sabe que él no hace las cosas a la ligera (a menos que tenga una linda chica enfrente XD), que dejara a Misty atrás tampoco fue sorpresa... para ese entonces a mi parecer esa amistad aún no estaba consolidada...

    ademas...


    Al menos admite que es un bueno para nada…

    Eso si es sorprendente la suerte de gorrón que tiene… eso de lograr que la gente lo siga para donde el quiere… peor, si no hubiera sido por Misty ahora hasta tendrá medio de transporte (el globo)



    No tengo más que comentar, continuare leyendo… tengo curiosidad por ver si estos tres podrán iniciar una verdadera nueva vida…. O terminaran regresando a sus viejas mañas….

    Un saludo!
     
  16.  
    Plushy

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    Leído el capítulo 11...
    Oh... ¿divergencia del canon? ¿Qué de malo podría pasar?

    OOOOOOOOOOh...... oh......
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    Bueno, no es como que se lo mereciera pero no se puede negar que toda acción tiene consecuencias y cuando uno anda en malos pasos...

    De hecho me agradaron detalles sobre el funcionamiento del veneno, que se pasase de la picadura cómo se supondría que atacaría una cobra real para usar el disparo venenoso y usar cada pua como una especia de ampolleta que se disuelve en la carne y entra directo al torrente... fuck, esa debe ser una muerte horrible. Por otro lado también imagino que dentro de una batalla el mismo pokémon es el que se mide para apenas lanzar un escupitajo, no se si más adelante se haga algo de enfasis en ese detalle pero igual no es relevante a la trama.

    Oh lo del presentimiento de Arbok... bueno no me hago la sorprendida porque eso si me lo spoileraron... culpa mia por haberme tardado tanto en retomar la historia xD

    Y se hizo justicia! Sí, a mi también me caga que los protas tengan plot armor y que ganen de formas ridículas y estúpidas sólo por ser los protas cuando tanto el TR como otros personajes claramente tienen un mejor desempeño (hola concursos y performance donde Jessie merecía patear traseros... hola mitad de los combates de May)
     
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  17.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Ya que de momento la Pl0ch0 paró con su fangirleo, aprovecho de comentar el episodio 27. Iba a hacerlo anoche pero tuve problemas de conexión n_nU.

    No tengo mucho qué agregar esta vez. La narración y ortografía estuvieron perfectas a mi gusto. Mostraste muy bien lo que Brock sintió luego de todo aquello del mercado negro. Oh, eran los de la fábrica los responsables de eso y los Rocket solo eran comerciantes de ocasión... y sí, pobre Meowth n_nU, menos mal que tampoco lo llevaron. Ese sí que es capaz de dejar explosivos ahí, con lo maniaco-depresivo que es el pobre owoU

    Está bien que la Pikachu haya tenido un final feliz para variar n_nU. Si James se la queda, irónicamente habrán cumplido su cometido: Tener un raro Pikachu (al menos son raros en Kanto... o lo eran en aquella época, cuando menos :V). Me pregunto yo si Caterpie interactuará con ella en algún momento :V... digo, para que le des un poquito de pantalla, que falta le hace.

    Y claro, las reacciones de Lunita... me parecieron tiernas y graciosas. Aunque igual, siento pena por James, porque intenta descansar y no lo dejan -w-U. Ay, intentar ser bueno a veces jode mucho.

    Y espero que Ash no joda demasiado... recuerden que él fue el causante de tres días de retraso por perder el mapa xP.

    Nos vemos en el siguiente episodio, que seguramente tendrá mejor contenido -w-U

    Chau~
     
  18.  
    Dr Kaos

    Dr Kaos Guest

    Bueno dejo comentarios de los cap 20 y 21

    20:

    En grandes rasgos… diría que es un capitulo correcto, tal vez algo flojo comprado con los demás, pero cumple al mostrarnos a los bobos y el trio adaptándose a convivir entre… más la inevitable tensión (para mala suerte de Brock, me gusto que su roll de mediador fuera más que nada por una necesidad social… )

    :D aun así lo compensa con uno que otro momento divertido… y otros tiernos…

    :D aun así lo compensa con uno que otro momento divertido… y otros tiernos…

    ¬_¬… y luego tratan a Serena de inútil… maldición sí que me molestaba la hipocresía de los pelos de zanahoria que podía ser toda una hipócrita, hacerse la loca inocente y llamar inútil a otro después más adelante….

    Por otro lado, ver servicial a Meowth tan a las primeras se me hizo raro, no se… el chimuelo puede ser atento… pero a regañadientes…. (aunque se entiende al ser el que menos tenso se veía del trio)

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    ……ok me falto un buen remate…. Una Jessie burlándose de los bobos por su inocencia en el amor… o un Meowth diciéndole a jessie que no es tan diferente a ellos XD….

    :D falto su sape y chichón en la cabeza del perrito... (ok no...) pero bue ya se a visto que Meowth puede ser peligroso cuando se trata de enfrentar alguien (ya sea por amor. o proteger) …no me sorprende que le pudiera dar su espantada.


    Además es entendible que Growlithe tenga miedo de separarse otra vez del que fue su amo o, más bien amigo durante la infancia… espero más desarrollo de esto en los prox cap.
    [​IMG]

    linda escena, aunque siento que falto interacción del resto de los pokemon del trio... después de todo ninguno debe quedar fuera de ese círculo llamado familia que es el el TRIO y cia.


    Cap 21

    Ok… este capítulo debo decir que, no me gustó mucho… más que nada porque me quedo la sensación de “potencial” desperdiciado…

    Ósea, si bien era obvio que el trio no la tendría fácil para abandonar viejos hábitos… siento era un ito para sacarle más provecho, (más aun al ser desde el punto de vista de Brock)

    En ese sentido pienso que falto una tención previa que para ellos el conseguir trabajo estaba siendo algo más complicad de lo que esperaban… y que yo como lector me preguntara cuando van a volver a las viejas usanzas… después de todo para ellos su razón de robar era la sobrevivencia…

    Por otro lado, está el tema de los bobos, o más bien la “confianza” de Brock… marcar más su frustración querer creer en ellos o su intuición (llegando a negarla) …. creo que falto un verdadero ambiente de incertidumbre en el que realmente no supieras si eran culpables o no… incluso si brock les acusaran… ellos quisieran negarlo solo para “no defraudar” …

    En concreto, falto jugar más con las expectativas… creo yo...


    Aun así reí con su buen par de momentos…

    Sobre todo con el pobre Brock teniendo que explicarle a alguien que es un “embarazo” y de donde vienen los bebes…

    (aunque realmente no creo que el chico crea que para tener hijos una persona tenga que estar casada… en fn)


    ¡Ni que decir la descripción de la atención de Brock yéndose a la mierda al ver a la oficial Jenny, fue genial!


    Ok, no tengo mucho más que decir… @_@ perdón si el comentario este algo enredado, lo arme a la rápida…

    En fin seguiré leyendo pa terminar poniéndome al dia.
     
    Última edición por un moderador: 23 Enero 2018
  19. Threadmarks: 28. El fotógrafo
     
    Siletek

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    Capítulo veintiocho

    El fotógrafo

    A la hora de la cena en la cafetería del Centro Pokemón, James tuvo que soportar las mil y un preguntas de parte de Ash y Misty sobre la Pikachu que había encontrado. No quería hablar de ello, solo quería comer y ver cómo se encontraba la pequeña.

    —Necesita muchos cuidados y ni siquiera sé si será apta para pelear. La verdad, no me interesa si le gana a un Golem con un Impactrueno o no; con que esté sana es suficiente —les respondió James a los dos, cuando sus preguntas empezaron a molestarlo un poco.

    —Eso es algo malo —comentó Ash.

    James, que estaba prácticamente atacando su bol de arroz, paró de comer, tragó y replicó:

    —¿Acaso lo único que importa es que peleé? —gruñó.

    —No, no quise decir eso —se apresuró a decir Ash—. Pero, cuando ella vea a todos lo demás peleando, puede que se sienta mal por no hacer lo mismo.

    James suspiró y bajó la guardia..

    —Tienes razón. Pero eso ya lo veré cuando ella se sienta mejor.

    —¿Ya sabes que fue lo que le sucedió para que terminara así? —preguntó Misty.

    James se mordió el labio. No había pensado en eso.

    —La abandonaron por haber perdido varias batallas —respondió, de manera seca—. No supo como sobrevivir por su cuenta y terminó casi al borde de la muerte.

    —Es muy raro que, siendo Pikachu un pokemón popular, nadie la haya notado y querido cuidar. O al menos llevarla al Centro Pokemón.

    Antes de que James pudiera responder, Meowth se metió en la conversación.

    —Los Pikachu son tímidos con los humanos y no es tan raro verlos por la ciudad buscando comida —respondió Meowth, en un intento de que la mentira no saliera a la luz.

    —Pero eso es con los pokemón salvajes y ella ya tuvo un entrenador…

    —Su entrenador, en cual ella confiaba, la tiró a la calle como bolsa de basura, ¿crees que va a confiar en otro humano otra vez? Pues yo digo que no.

    —Bueno, eso es verdad, pero…

    —¿Qué ganas con todo esto? —Jessie por fin habló después de observarlos y comer en silencio—. ¿Qué, crees que James la robó y estás buscando una excusa para denunciarnos con una Jenny?

    Misty dio un leve respingo.

    —No, no quise decir eso, pero…

    —¿Pero qué? Sólo admite que James ha hecho algo bueno y que no tenemos ningún motivo oculto detrás de todo esto.

    Misty la miró en silencio, más con sorpresa que con enojo, como si la hubiesen pillado en una trampa.

    —Supongo —gruñó y no volvió a dirigirles la palabra durante el resto de la cena.

    Al día siguiente, James tuvo una muy larga charla con la enfermera Joy sobre la pequeña Pikachu. Incluso anotó los puntos más importantes en una libreta para no perderse detalle alguno. Una vez que terminó de hablar con ella, al fin pudo sacar a la pequeña Pikachu del hospital, dentro de la canasta que le pertenecía a Lunita y tapada con una gruesa manta. Se sentó en el sillón de la recepción, apoyando la canasta al costado y comenzó a repasar los puntos que había anotado:

    *Pikachu carece de grasa muscular, por lo que siempre sentirá frío. Mantenerla abrigada constantemente hasta que gane algo de peso, ya que los temblores quemarán más calorías.

    *Tomar mucho líquido y evitar los sólidos por un tiempo. Sus intestinos están dañados por la desnutrición.

    *No sobrealimentarla, la hará vomitar

    *Visitas constantes a cada Centro Pokemón que te cruces.

    *Los suplementos probióticos ayudarán a sanar sus intestinos.

    *Alimentarla en pequeñas cantidades seis veces al día.

    *Almohadones muy mullidos, ya que le costará dormir al estar muy delgada y no ser más que un saco de huesos.

    —¿James?

    James dejó de leer, sorprendido de ver a Misty parada frente a él, sola.

    —¿Qué quieres, Misty?

    La pelirroja evitó su mirada y se posó sobre la canasta.

    —¿Es ella? —preguntó.

    James puso la mano sobre la canasta de manera subconsciente.

    —Si, es ella.

    Misty se inclinó sobre la canasta para verla mejor. La Pikachu estaba profundamente dormida, como casi todo el tiempo.

    —Se ve muy flaquita —murmuró.

    —En unos cuantos meses estará como nueva, siempre y cuando siga al pie de la letra todo lo que Joy me dijo.

    —Ya veo.

    Misty se retorció las manos. Parecía querer decirle algo importante, pero no se animaba a decírselo.

    —James —dijo al fin—, yo… yo… lo siento por molestarlos tanto, buscándoles siempre el lado malo.

    Era algo grande, viniendo de ella y James lo sabía. Debió haberle costado mucho decir esas palabras sin atragantarse o morir en el intento.

    —Supongo que no puedo echarte la culpa por eso. Al fin al cabo som… eramos del Equipo Rocket —suspiró.

    —Pero estuvo mal. Ustedes cambiaron y en cuanto a mí… yo solo buscaba pretextos para pensar lo contrario…

    James negó con la cabeza.

    —Está bien, no tienes que disculparte más. ¿Has hablado con Jessie y Meowth?

    —Si. También me perdonaron.

    —Es bueno saberlo

    Misty sonrió de manera tímida. Si no se equivocaba, era la primera vez que la veía sonreir. Se veía como una chica simpática a primera vista.

    —Nosotros vamos a desayunar ahora. Será mejor que vayas.

    —En un momento. Que Jessie ordene por mí mientras tanto; ella sabe lo que me gusta.

    Misty sonrió otra vez y se marchó. James también sonrió y acarició apenas la cabeza de la Pikachu. Las cosas estaban mejorando un poco más.

    ...​

    Todos quedaron muy impresionados al ver a la pequeña Pikachu. Meowth, Brock y Misty ya la habían visto, pero Ash y Jessie no y se sintieron muy afectados, sobre todo Ash, ya que él tenia a su Pikachu. Entre todos prometieron protegerla y mimarla durante su recuperación. Lunita también lo juró, entusiasmada de ser "una guardiana".

    Antes de salir de la ciudad, James pasó por una tienda donde vendían artículos para acampar y compró dos bolsas de dormir, uno para parejas para poder dormir junto a Jessie y una para niños para Meowth y Lunita. La pequeña Pikachu dormiría en la canasta de Lunita. Misty preguntó de donde había sacado el dinero y James respondió de manera vaga que había vendido algunas cosas que ya no necesitaba. Tambien compraron provisiones para el viaje y algunas cosas necesarias para la recuperación de la Pikachu.

    Cuando al fin salieron del Centro Pokemón, James caminaba despacio, con temor de sacudir demasiado la canasta, quedándose atrás más de una vez y teniendo que esperarlo. Curiosamente, Ash no hizo ningún comentario al respecto y Pikachu miraba la canasta a cada momento, preocupado. Estuvieron así hasta pasado el mediodía, donde decidieron parar a comer en una de las paradas de descanso que encontraron por el camino.

    Era un lugar precioso. Estaban en un rectángulo de tierra rodeado de un arroyo artificial, con un puentecito de madera para poder cruzar. Había un par de bancos de cemento en un extremo, separadas por dos metros y una mesa de madera en el otro extremo. Brock se puso a hacer bolas de arroz en la mesa junto con James, mientras que Jessie y Meowth se sentaban en uno de los bancos y Ash y Misty en el otro. La canasta donde la Pikachu reposaba estaba en el suelo, entre los dos bancos, mientras Lunita la vigilaba atentamente, caminando alrededor de la canasta en un intento de parecer intimidante. En un momento, corrió hacia los pies de Jessie y comenzó a maullar, señalando el bolsillo de su pantalón con sus patitas.

    —¿Qué quiere? —le preguntó Jessie a Meowth.

    —Quiere que saques a Arbok —respondió.

    Jessie parpadeó, sorprendida, pero no puso objeciones. Sencillamente era imposible decirle "no" a esa carita.

    —De acuerdo —sacó la pokebola de su bolsillo—. ¡Sal, Arbok!

    La serpiente salió en todo su esplendor, delante de Lunita, que comenzó a maullar, entusiasmada.

    —Ve con Lunita y vigílala un poco —le dijo.

    Lunita corrió hacia la canasta, seguido de Arbok. La Meowth señaló la canasta, mientras hacía poses para verse más seria. Meowth se rió.

    —Es adorable —comentó.

    —¿Qué pasa?

    —Lunita le está mostrando a Arbok lo buena guardiana que es. Arbok parece confundido por la Pikachu, pero mi nena le está explicando todo. Ya vendrá a preguntar.

    James se acercó a todos con una bandeja de bolas de arroz. Se veían bastante deliciosas.

    —Tomen. Hay muchas más en camino.

    —Gracias, cariño —le dijo Jessie, mientras le daba un mordisco.

    Brock estaba muy entusiasmado. Parecía cocinar para diez personas en lugar de cinco y un Meowth. El ambiente estaba relajado y tranquilo. Prácticamente perfecto.

    No por mucho tiempo.

    Arbok se desentendió de Lunita por un momento y fue hacia Jessie. Refregó un poco la cabeza en el vientre de su entrenadora, lo cual Jessie reaccionó acariciándole la cabeza.

    —Vas a cuidar bien de mi bebé, ¿verdad? —le dijo Jessie, sonriendo—. Te amará, lo sé.

    —A propósito del bebé, ¿Qué nombre le pondrán? —preguntó Meowth.

    —Ni siquiera sé si será niño o niña…

    Arbok se puso rígido y levantó la cabeza de golpe, mirando hacia los arbustos, no muy lejos de donde estaban Ash y Misty junto con Pikachu y Togepi.

    —¿Arbok?

    El pokemón venenoso no respondió. Se enderezó, hizo la cabeza un poco hacia atrás, abrió la boca y al menos una docena de Picotazos Venenosos salieron disparados de su garganta hacia los arbustos. Cuando las agujas atravesaron el lugarº, escucharon un alarido de allí.

    Ash y Misty saltaron de sus asientos como un resorte. Brock y James dejaron de hacer las bolas de arroz y miraron a Arbok.

    —¿Qué pasó? —preguntaron todos, alarmados.

    —Parece que Arbok notó que había alguien espiándonos —dijo Meowth, ya bajando del banco y yendo hacia Lunita para reconfortarla y revisando a la pequeña Pikachu.

    De entre los arbustos salió un chico de la edad de Ash, sosteniendo una cámara dañada por el ataque de Arbok. Delgado, de piel clara y de cabello castaño con rulos. Un par de agujas se le habían clavado en la mano derecha.

    —Dios —Jessie se levantó del banco y quiso ir hacia el chico, pero Arbok se interpuso en el medio—. ¡Arbok, déjame pasar!

    —¡Chabok! —sonaba casi como si la estuviera retando.

    —No quiere que te acerques a él —tradujo Meowth

    Todos se estaban acercando al chico herido. Jessie se mordió el labio y sacó la pokebola.

    —Lo siento, Arbok, regresa.

    Metió a su pokemón dentro de la pokebola y corrió hacia el chico. Ella era plenamente consciente de que el veneno de Arbok podía llegar a ser mortal, especialmente en humanos y ella sabía como tratarlo.

    —Apártense —les dijo a los que estaban alrededor de él. El chico estaba acostado en el suelo, ya descompuesto. Se estaba poniendo pálido y transpiraba.

    —Necesito guantes, un trapo con agua, y el antídoto, ¡rapido!

    Todos comenzaron a correr hacia las mochilas, buscando lo que Jessie les había pedido.

    —Tranquilo —le dijo Jessie, casi en un susurro—. Estarás bien.

    Misty fue la primera en regresar, con unos guantes de goma, y un trapo mojado. Jessie se puso los guantes y levantó con cuidado la mano del chico. Una aguja se le había clavado en el dedo medio y otra en el dorso de la mano. Jessie le retiro las agujas con brusquedad, provocando un grito de parte del chico.

    —¡El antídoto y la gasa! —gritó, mientras le limpiaba la herida con el trapo mojado.

    El que volvió esta vez fue James. Tenía preparada una jeringa con antídoto, una gasa y una banda elástica. Jessie ató un brazo del chico por encima del codo.

    —Abre y cierra la mano —le ordenó.

    El chico obedeció lentamente. En cualquier otra circunstancia, Jessie le abría inyectado el antídoto en el hueco del codo, pero no tenía tiempo para tantear la vena, así que le inyectó directamente en el dorso de la mano. El chico dio un leve gemido de dolor, pero nada más.

    —Listo. Te hará efecto en pocos minutos. Ahora siéntate y espera a que te haga efecto—se dirigió hacia James—. Llevalo bajo un árbol y que se siente ahí. No dejes que se duerma.

    Jessie se levantó, agotada. Recién ahí pudo notar los acelerados latidos de su corazón y la transpiración que le corría por la cara. Dios, que nervios. Eso no le haría bien a su bebé. Sabía que debía quedarse con el chico, pero estaba nerviosa y necesitaba sentarse en uno de los bancos, con las rodillas temblorosas.

    —¿Te sientes bien? —era Misty la que se había acercado a ella, preocupada.

    Jessie le sonrió débilmente. La chica había estado amable con ella todo el día. No era solo una tregua, era un ofrecimiento de amistad. Tenía que admitir que hacia años que no tenía una amiga desde que se había peleado con Cassidy años atrás por un asunto que no tenía ganas de recordar en ese momento.

    —Estoy bien. La adrenalina, tú sabes.

    —Brock y James se harán cargo de él. ¿Crees que haya que llevarlo a un hospital?

    —Lo mejor sería llevarlo, pero vaya a saber donde haya un hospital por aquí cerca. Igual, estará bien con el antídoto.

    Misty suspiró, aliviada.

    —Eso es un alivio pero… ¿Qué hacía en los arbustos con esa cámara de fotos?

    Jessie se encogió de hombros.

    —Ya se lo preguntaremos cuando se recupere.

    ...​

    Después de asegurarse de que el chico ya no corría peligro, lo interrogaron sobre que era lo que hacía entre los arbustos con la cámara. El chico se apresuró a explicarles: se llamaba Todd, tenía diez años y era fotógrafo pokemón. Vivía no muy lejos de allí, en una casa frente al arroyo. Estaba paseando por el lugar, cuando notó a Lunita jugando en el suelo. Las crías de Meowth solían estar rodeadas de miembros de su clan y no era común verlos solos, a menos que fuera de un entrenador o una mascota.

    —No había notado al Arbok, estaba ocupado intentando sacarle una buena foto a la pequeña Meowth —dijo Todd, aún sentado donde lo habían dejado.

    —Pero si mide como cuatro metros, ¿Cómo no pudiste notarlo? —preguntó Ash.

    —Estaba ocupado viendo a la pequeña —se excusó.

    —Si realmente querías una fotografía, debiste pedir permiso —lo retó Brock.

    —Es que no sería lo mismo si notara que le estaba tomando una foto. No me gusta que los pokemón posen. ¡Y es que soy el maestro fotógrafo pokemón número uno!

    Meowth se acercó hacia él.

    —Tendrás que pasar sobre mi cadáver si quieres sacarle una foto a mi hija…

    —¡Un Meowth que habla! —exclamó Todd.

    Meowth puso los ojos en blanco.

    —Si, si, soy maravilloso.

    El chico se levantó con dificultad.

    —¿Les gustaría ir a mi casa a tomar una taza de té? Por las molestias que les causé.

    Después de debatirlo un poco, el grupo aceptó el ofrecimiento de Todd y el fotógrafo los llevó a su casa, que quedaba a apenas un par de kilómetros de donde se encontraban. Era una casa preciosa y pequeña, de madera blanca y tejado rojo, justo al frente del arroyo, con un gran ventanal al frente. Para acceder a la casa, había que cruzar un pequeño puente sobre el arroyo.

    El interior era claro, luminoso y limpio. Todd les sirvió varias tazas de té y se sentó con ellos en una mesa grande de madera cubierto con un mantel blanco.

    —Tal vez no reconozcan mi nombre, pero seguro habrán oído del único que ha tomado una fotografía del legendario Aerodactyl.

    Se miraron entre ellos. No recordaban haber oído jamás sobre eso.

    —¿Lo has oído? —le preguntó Misty a Brock.

    —No, la verdad no —admitió Brock.

    Todd se mordió el labio.

    —¿Cómo es posible que no hayan oído hablar de mi? —gimoteó, mientras se iba por una puerta que probablemente fuera hacia su habitación. Volvió a los pocos segundos con una revista en sus manos.

    —¡Miren, este es el Pokemon Times! ¡Y aquí está la fotografía del Aerodactyl! —exclamó, poniendo la revista abierta sobre la mesa. Todos se acercaron a mirar.

    La fotografía no era clara. Era más bien la sombra de un Aerodactyl, más que el pokemón en sí. En sus garras llevaba algo, como una figura humana. Ash soltó una exclamación.

    —¡Soy yo! —exclamó.

    —¿Qué? —preguntó Todd, sin comprender.

    —¡El que está en las garras del Aerodactyl soy yo!

    —No puede ser…

    Todd fue hasta un rincón de la sala, donde tenía una computadora. Buscó la foto entre sus archivos y la analizó detenidamente, haciendo zoom a la imagen. Así, logró ver la silueta de Ash con mayor claridad.

    —¿Quién lo diría? —murmuró Todd, asombrado—. Esa pequeña silueta eres tú. Es increíble.

    —No quiero recordar ese día —gruñó James. Casi habían muerto cuando cayeron en ese pozo infestado de pokemón prehistóricos.

    —Nadie quiere recordarlo —agregó Meowth.

    —En fin, ¿les gustan los pancakes? Haré algunos.

    —¡Me gustan los pancakes! —exclamó Ash, entusiasmado.

    —No he comido pancakes en mucho tiempo —dijo Brock.

    Todos asintieron, deseosos de comer. Les hubiera gustado que se los hubieran servido junto con el té, pero la vida no era perfecta.

    —Y supongo que no les molestará que le tome unas fotos a la pequeña Meowth, ¿verdad?

    —¿Nya? —Lunita lo miró desde los brazos de James, confundida.

    —No te preocupes, captaré tu mejor ángulo.

    Lunita torció la cabeza, sin comprender. Meowth miró a ambos y lanzó un suspiro de resignación.

    ...​

    Un rato después, estaban todos sentados en la mesa, disfrutando los pancakes que Todd había hecho. Se veían deliciosos y realmente lo eran. Todd no comió. Estaba muy ocupado intentado sacarle una foto a Lunita. El problema era que cada vez que ella miraba a la cámara, hacía una pose que, según Todd, era "artificial". Cuando le preguntaron por qué era tan importante que no posara, Todd señaló una de las paredes de la habitación.

    Eran fotografías de distintos tipos de pokemón en su vida salvaje. Un Pidgey posado en una piedra al atardecer, mirando el horizonte como si fuera un desafío; un Eevee lamiendo la mejilla de otro con ternura; una Chansey sosteniendo su huevo con la felicidad que solo una madre podía mostrar.

    —Es por eso que quiero tomarle una foto sin que ella lo note —se lamentó Todd—. O al menos que ella no pose.

    —Es un caso perdido —dijo Meowth—. Lunita es muy vanidosa y lo le gustará que le tomen una foto por sorpresa.

    Lunita ya no miraba a Todd con curiosidad o confundida, sino que estaba enojada. Le dio la espalda al fotógrafo, como una diva ofendida.

    —Ya la ofendiste, espero que estés orgulloso —le dijo Meowth.

    —Pero…

    Jessie, quien aún seguía en la mesa, carraspeó.

    —Muy lindo el té y todo eso, pero nosotros debemos seguir viajando —dijo, ya levantándose—. El chico quiere ir a Isla Canela, yo quiero relajarme en una playa y no podemos seguir perdiendo el tiempo, lo siento.

    —Jessie tiene razón —la apoyó Brock—. Debemos irnos.

    —Isla Canela… —murmuró Todd—. Tomarán la ruta 20, ¿verdad?

    —Si, ¿por qué lo preguntas?

    Todd sonrió de oreja a oreja.

    —Es que justo estaba preparando un viaje a las montañas y tengo que tomar esa ruta —explicó, entusiasmado—. Por favor, déjenme acompañarlos. Así tendré oportunidad de sacarle a esta preciosa Meowth algunas fotografías, ¿qué dicen?

    Todos se miraron. En realidad, no tenían ningún problema en que el joven fotógrafo se uniera. Además, el chico no tardaría en tomar otro camino y podrían tomar fotografías de sus pokemón como recuerdo.

    —De acuerdo, ven con nosotros —le dijo Ash, dándole la bienvenida al nuevo integrante pasajero del equipo.

    Tal vez todos ustedes piensan que poner a Todd es una pérdida de tiempo. Y yo les respondo: tienen razón (?). Pero quise darle una lección por andar sacando fotos sin permiso a ese mocoso.

    Veo que a los sempai les está gustando mucho el fic. Sigan así y terminarán el fic en el año 2084, cuando haya presidentes abiertamente homosexuales en EEUU. El caso es que yo también fangirleo con los comentarios que me dan-

    Nathan: Mientras los demás escuchan los gemidos lastimeros de los pokemón, Meowth entiende todo lo que dicen. Eso le partiría el corazón al medio, no podría soportarlo.

    En el juego son raros, creo que en el animé no son tan raros, es un pokemón común. Y en cuanto a James, se merece dormir en la cama más cómoda del mundo y con aire acondicionado.

    ¡Hasta la próxima semana!
     
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    J.Nathan Spears

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    Ay, Lunita :V ya te pusiste toda diva... creo que lo heredó de su padre -w-.

    Me gustó cómo lo pusiste en el comentario de autor

    Y menos mal que quedó en eso, en una lección owoU. Arbok casi se cobra otra víctima más... menos mal que Jessie sabe de antídotos y esas cosas. Haber estudiado con las Chansey allá en Johto dio sus buenos frutos (es lo único que vale la pena tomar como "canónico", la verdad, además de la muerte de Miyamoto-san... el resto de mi headcanon actual es lo que tomo prestado del tuyo. Ya sabes...)

    Y algo que noto curioso es que... desde que están cuidando a esa Pikachu desnutrida, ha habido CERO aparición del Pikachu de Ash xP. Se supone que Todd quería sacarle una foto "natural" también... ahora, que Lunita sea más fotogénica es una cosa... pero por favor, no ignores a la rata de Ash xD

    Lo único que eché en falta en este episodio fue...

    Creo que el doblaje latino lo hizo mucho mejor en ese episodio en particular. Todd diciendo "Ah, con que esa cosita eres tú", y Ash ofendido como niño de diez años que es (y sigue siendo :V).

    Pero equis, seguro tienes tus motivos para alterar esa parte...

    Ah, antes que se me olvide, me gustó ver a Misty al fin suavizándose en frente de los Rocket... y Jessie no necesitó de insultos ni nada, solo un "regaño" muy honesto, del corazón. O quizás desde DOS corazones... lo digo porque si los cálculos no me fallan, va por el cuarto mes (?)

    Y bueno, espero todo vaya bien por ahí... y que Brock logre apartar todo pensamiento acerca del Mercado Negro...

    Nos vemos en otra ;)
     
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