Érase una vez un hombre viejo y de ojos tristes que no paraba de llorar. De sus ojos brotaban interminables torrentes de lágrimas que le inundaban la casa, le mojaban la cama y deterioraban los muebles, le aguaban la comida y le salaban el té. Vivía en una casita en lo alto de una montaña de la que se escurrían las lágrimas por todas las rendijas, formando un río que bajaba despacito hasta el pueblo que se encontraba en el valle y enfilaba hacia el mar. En aquel pueblito la gente también era triste. El torrente de lágrimas les salaba los cultivos y el agua no se podía beber. Sin darse cuenta y poco a poco todos se contagiaron de la tristeza del pobre hombre que no podía parar de llorar. La gente del pueblo comentaba sobre qué motivos lo harían llorar tanto. Algunos decían que hace mucho tiempo aquel hombre se golpeó muy fuerte en el meñique derecho del pie, mientras otros aseguraban que era el izquierdo. Otros decían que había perdido un objeto muy valioso, quizás un sombrero muy querido o un conjunto de piedritas que le recordaban su niñez. Sin embargo, nadie lo conocía, por lo que nadie se aventuraba siquiera a acercarse para preguntarle. “¡Ay! ¡Qué triste la vida del hombre que no para de llorar!”, decía la gente que, ya contagiada con el llanto, criaba sus propios pozos y riachuelos en casa. Lo cierto es que nadie acertó con certeza al motivo de su llanto, pues el más grande de estos era que ni el mismo recordaba el porqué. Su vida era pasar secando lo poco que podía en la casa y llorar de sol a sol buscando un motivo para su llanto. Llevaba ya tanto tiempo con esa rutina que había olvidado cuándo empezó a llorar. Un día pasó lo impensable. Durante una noche de verano una silueta se le apareció en sueños. Era una mujer de cabellos rizados y de una amplia sonrisa cuyo rostro casi podía recordar. Por primera vez en mucho tiempo sintió sus mejillas secas y un calorcito en mitad del pecho. Aquella mujer se le acercó tranquilamente y dando un salto angelical le alcanzó la frente con un beso. El hombre despertó con la certeza del recuerdo de su esposa, la mujer sonriente. Ella ya no estaba con él hace mucho tiempo y esa idea casi lo hace llorar nuevamente, pero entonces se dio cuenta de que su cama estaba seca y que el calorcito le latía en el pecho y se expandía por todo su cuerpo. El recuerdo de la mujer sonriente y de cabello rizado ya no podía causarle tristeza, sino aquel calorcito en mitad del pecho. Aquella mañana abrió puertas y ventanas para dejar escapar hasta el último resquicio de lágrimas que se habían acumulado en el piso. Con el tiempo las lágrimas del río se evaporaron, eliminando la sal. El vapor se hizo nube y las nubes se hicieron lluvia. El río otrora salado se convirtió ahora en fuente de vida y alegrías para la gente del pueblo, que con el tiempo pudieron disfrutar plenamente del agua que éste les proveía. Aquel hombre de ojos tristes aún llora de vez en cuando, cuando el recuerdo de la mujer sonriente se vuelve melancólico, pero nunca volvió a llorar un río entero. Ahora soltaba las lágrimas en el río para transformarlas en vida y darle espacio a la felicidad, que si se guarda las lágrimas le desaparece ese calorcito en mitad del pecho que tanto le gusta.
¡Buenas noches! Yoko-chan se reporta para hacer criticas B) *saca su libreta de apuntes* Bueno, vamos a empezar con la parte técnica (que siempre es la más pesada) lo que es tu ortografía y tu redacción. Debo decir que en cuanto ortografía no tengo muchas quejas, a decir verdad, no puedo decir que tengas faltas de ortografía, vi todo en su lugar. A nivel redacción, bueno, ahí si tengo algunos detalles a remarcar. Usas muchas muletillas. Conforme avanza el texto las vas soltando, pero al inicio incluso me resultaron incómodas. Debo decir que algunas son jocosas, ya que encajan perfecto con la inocencia de tu escrito, pero muchas de ellas entorpecen la lectura y evitan el disfrute, en su totalidad, del mismo. Hay veces en que la redacción es muy madura, pero llegó un punto en que empezaste a usar diminutivos (esto no es necesariamente malo, quizá yo me sentí incómoda por no estar acostumbrada) y me desconcertaste en mi lectura. Cuando era la parte de explicar el por qué aquel hombre lloraba, los diminutivos siento le quitaban madurez a tu historia y no me permitían sentir la empatía que debía sentir por aquel hombre. Ahora, bien, una vez dicho todo sobre la parte más engorrosa. Ahora vamos a hablar de la historia. ¿Qué puedo decir? La verdad es muy sencilla, y es por su sencillez que brilla y resalta sobre otras historias. Una estructura admirable, y pues de alguna forma fue una historia enternecedora. Aunque, yo como lectora, me hubiera gustado un poco de profundidad a la relación de aquel hombre con su mujer, ¿Por qué sentía ese calor en su pecho? ¿Por qué le enternecía recordar el rostro de su amada esposa? Lloro tantos años por ella (¿Por qué murió?), y soñar con ella le hizo feliz, ¿Qué cambió? No son detalles graves, quizá soy la única que los comente. Pero a mí como lectora, me faltó ese saborcito que hiciera encajar todo en la historia. Vas por buen camino, ¡Sigue así! Y pues... suerte. ;)
¡Gracias por pasarte a leer! Me alegra que este foro se esté llenando de gente crítica que toma su tiempo para comentar como es debido. Respecto a lo de las muletillas, me gustaría que fueras más específica, aunque admito que es parte de mi estilo de escritura. Fuera de eso, los diminutivos son parte de mi acervo como chileno jajaja (sí, los utilizamos demasiado) y quizás debiera tener más cuidado al utilizarlos, sin embargo, me parecieron pertinentes al pensar que el escrito fue concebido en un principio como un cuento infantil. Sólo para finalizar, el trasfondo de la historia (la historia de la mujer, cómo murio, etc...) no los puse, puesto que los consideré irrelevantes para la historia. La idea del cuento como tal es tratar el tema de la tristeza y nuestra relación con ella, por lo que la historia se centra en ese aspecto de la vida del hombre que llora. El resto de las conjeturas queda a interpretación e imaginación del lector (no se puede dar todo en bandeja). Si te gustó el cuento, ¡te invito a pasarte a cualquiera de mis antiguos escritos! Siempre las críticas son más que bienvenidas. :)
Siempre me ha encantado leerte, mi querido Lionflute. Hacia el inicio de la lectura, pensaba en lo triste que se veía el hecho de que, todos se aventuraban a especular el por qué de la tristeza del hombre, pero sin ni siquiera preguntar, sin querer ayudarle, sin querer involucrarse un poco en su vida para tenderle una mano. Simplemente seguían con sus vidas, aunque la tristeza de aquel hombre les afectase, no querían tomarse esa molestia, me causó tristeza pensar en ello. Después te das cuenta de que, estaba en el periodo de depresión después de la muerte de un ser querido, como era su esposa, hasta que un día ese recuerdo triste, se tornó en la alegría de haberla conocido. Aunque, supongo, que la melancolía nunca se va. Y no sabes hasta qué punto entiendo totalmente como se puede sentir nuestro protagonista. Ha sido un relato verdaderamente hermoso, querido Lion. Gracias por dejarnos esto por aquí. Un saludo.
que bueno leerte otra vez mi buen leonflauta (? La verdad me ha sorprendido gratamente el escrito, la originalidad y el tono desenfadado con el que lo cuentas entra muy bien, suena bastante tierno al inicio y luego se transforma en algo un tanto más dramático. Me gusta el enfoque y, a mi parecer, aquellos diminutivos no hacen más que acrecentar el tono desenfadado o "infantil" del inicio para contrastar más con la parte final que trata de dar un poco más de impacto. Fue agradable de leer la verdad, y aunque si es cierto que aquellas muletillas te sacan un poco de contexto si tratas de analizarlo bien, también es cierto que se podría incluso pasar por alto si solo tratas de disfrutar el escrito. En definitiva, es original y divertido de leer. Me gusta, no hay mucho más que pueda decir.
Hola buenas noches! El titulo de la historia me atrajo honestamente. En mi ounto de vistas manejas muy bien el tema de la ortografia, respecto a la redaccion y la forma de crear esa necesidad de envolverte en la historia no la senti. No me causo el sentimiento de empatia y me sentia contrariada con los diminutivos. Pero en general me parece un buen cuento. Estare pendiente de tus nuevos proyectos ;)
Hola, Lionflute. :3 No sé si había leído algo tuyo antes, aunque lo dudo. Tengo que admitir que no termino de captar a qué se referían quienes comentaron antes con lo de las muletillas, es decir, no noté ninguna, sinceramente. Tampoco me chocaron los diminutivos, no sé si sea porque aquí también suelen usarlos mucho. Por otro lado, me gustó mucho el toque infantil de la historia en sí. Las suposiciones sobre por qué lloraba el hombre me sacaron una pequeña sonrisa, porque pensé "Uno no puede llorar tantísimo por eso". La actitud de los demás ante su tristeza en realidad es bastante realista, pocas veces la gente se atreve a preguntarle a alguien el porqué se siente así, aunque también, tengo que admitir esto, llega un punto en el que uno mismo no sabe por qué llora específicamente. Con la aparición de su esposa en sueños comprendí de inmediato por qué lloraba así, cuando se pierde a un ser amado es lo más natural. Lo que más me gustó de todo esto es que de alguna forma ejemplifica un proceso de duelo genuino, llorar el río y luego avanzar. Luego del gran dolor, de no sentir más que tristeza, se llega a un punto en el que se es capaz de recordar al ser querido sin crearnos un río, que en vez de eso sentimos un calorcito en el pecho, sí, a veces todavía es necesario llorar pero es diferente, cosa que también se ve en el escrito. Muy bonito, de verdad. Creo que no me quedo nada.~ Saludos.
Muy buenas, antes de todo agradezco la invitación que hiciste para leer tu relato. Primero entraré en el apartado técnico y de ahí con la historia. Lo de las muletillas que mencionó nuestra compañera Yoko, creo que se refiere a la conjunción "Y", esto es muy personal ya que en la forma que aprendí a redactar, me regañaban bastante por solo usar tres veces dicha conjunción en un párrafo y cito De aquí puedo quitar tres conjunciones y quedaría mas o menos así Contenido oculto: Variante Érase una vez un hombre viejo de ojos tristes. De sus ojos brotaban interminables torrentes de lágrimas que le inundaban la casa, le mojaban la cama, se deterioraban los muebles, le aguaban la comida y le salaban el té. Vivía en una casita en lo alto de una montaña de la que se escurrían las lágrimas por todas las rendijas, formando un río que bajaba despacito hasta el pueblo que se encontraba en el valle y/que se enfilaba hacia el mar (cualquiera de las dos está bien). En aquel pueblito la gente también era triste. El torrente de lágrimas les salaba los cultivos y el agua no se podía beber. Sin darse cuenta, poco a poco todos se contagiaron de la tristeza del pobre hombre que no podía parar de llorar Pero bueno, eso es cuestión mía. Ya entrando de lleno al relato, cabe decir que cuando leí "Érase una vez", yo empecé a leerlo como un cuento infantil, mi voz interna fue de un narrador y al final pues estas tratando un tema bastante serio que es la depresión post-muerte, algo que es bastante difícil de manejar si se continúa en esa línea de "cuento" un ejemplo que se me vino en mente fue "Sesame Street" con el fallecimiento de Mr. Hooper o la despedida de Mr. Rogers en su último programa, mantener el contacto al público infantil es tener mucho tacto y mantenerlo simple para que ellos capten la idea, si es que fue tu intención hacerla cuento infantil, porque si no fue así, ya tienes algo con que defender tu relato. Creo que por mi parte sería todo, solo decir que fue grato leer tu trabajo, de nuevo gracias por la invitación, que pases buen día.
Qué bonito. Al principio sentí que era un relato bastante influido por el estilo del Gabo y compañía, muy disfrutable. Conforme avancé en la lectura, me fue recordando mucho a un compendio que yo tenía sobre leyendas prehispánicas. Una historia atemporal sobre un anciano que vive penando por amor, con un final de algún modo conmovedor, que tiene elementos que podrían prestarse a esas clásicas y deliciosas hipérboles dignas de las leyendas. Luego lo releí y creí ver que el relato, más que hacerse pasar por una de esas historias orales bonitas, pretendía personificar sentimientos. La pena encarnada en el anciano solitario de ojos tristes; la esperanza y las lágrimas de vida. En parte, la necesidad humana de darle cuerpo y forma a las emociones que lo dominan. Todos hemos sido ese anciano que llora un río; todos anhelamos ese beso en la frente. Creo que al final me quedo con aquellas características de los viejos relatos rurales, que es muy grato encontrar aquí: el ángulo desde el que lo veas, y tu visión misma de los acontecimientos determina lo que quieres descubrir.
me encanto... a pesar de su estreches son pocas las lecturas que me atrapan, eapero que si le llegases dar una continuación tenga tanta buena calìdad como lo hiciste
