Historia larga Duality Paradox

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Gamenor, 16 Enero 2017.

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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    ¡Hola, Gamenor! Cuánto tiempo, ¿verdad? Eso pasa cunado dedico mi tiempo libre en otras cosas, pero bueno. Ya estoy aquí.

    Buena sarta de capítulos. Siempre que actualizas no evito preguntarse si va a tratarse de nuestra realidad hablando del videojuego, pues sinecramente siempre me dan ganas de saber un poco más detrás del juego en sí y mira, en esta ocasión me diste gusto. Nos distes casi tres buenos capítulos de la vida fuera de la aventura del juego y me ha gustado mucho. A pesar de el capítulo del discurso fue más informativo para ver realmente el trabajo que le habían puesto al videojuego y su simulación virtual y todo el asunto con la narrativa procedural y todo eso. Me hace pensar en el hecho de es más complejo de lo que parece y claro, no es para menos si las vivencias en el juego se sienten tan reales y están combinadas tan bien para lo de la historia, las mecánicas y demás. Muy interesante.

    Luego pasó lo del acuerdo con Emar; eso tampoco me lo esperaba y me hace preguntarme cuáles son exactamente esos motivos por lo que desea que Lizzie y Cedric acaten sus instrucciones dentro del juego en lugar de dejarles decidir por su cuenta, eso esa muy sospechoso. Me gustaría ver si podemos resolver esa cuestión el verdadero por qué detrás de su petición. Pero bueno, al menos ya sé por qué Cedric sabía tanto del juego si es que testeó la pre-alpha del juego; eso tiene sentido. La mención de los Co-mas también me pareció interesante; me gustaría ver uno en funcionamiento también.

    Algo destacable tanto dentro del juego como fuera es el choque que hay entre Cedric y Lizzie siempre xD Nunca parecen estar de acuerdo en nada ni tener las mismas ideas y eso sinceramente me parece divertido; me causa gracia la relación que llevan y más ahora que casi que se ven obligados a trabajar junto para seguir las indicaciones de Emar.

    Ya en el juego, bueno, la guerra se desata y no queda más que continuar en la lucha contra los emisarios del rey, rescatar a los prisioneros de Monte Caldero y la lucha en Cima Lacrada y recuperar Ceberina. Me parece bine que se hayan divido en dos bandos. También me parece genial que el entrenamiento con Gamenor haya empezado y que Elroy lo ayude, aunque es una pena que haya podido hacer mucho por su gran fatiga y desnutrición, pero seguro que cuando se recupere, lo hará genial. Por cierto, al principio desconfiaba mucho de Elroy y quizás sigo haciéndolo, pero como que ha empezado a parecerme un personaje genial y muy inteligente; me gusta, sí señor. Entiendo que él es un NPC, ¿no? Al menos eso creo.

    Y nada eso sería todo. Me despido esperando el siguente capítulo con paciencia. Te deseo lo mejor hoy y siempre y te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Gamenor

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    Te quiero agradecer lo mucho que has apoyado ésta obra y tus comentarios. De verdad me animas a seguir adelante y terminar ésta obra.

    Sobre si Elroy es un NPC, no lo voy a afirmar categóricamente, pero ten en cuenta que hasta ahora no lo viste fuera del juego.

    Saludos y nos leemos luego.
     
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    Lariebel

    Lariebel Usuario popular Comentarista destacado

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    ¡Hola! La semana pasada empecé a leer este long-fic y quería decirte que me encantó. Mucho mucho mucho. Primero, me gusta el título y enseguida me llamó la atención. Me parece que le queda genial. Segundo, adoro a los dragones con toda mi alma. Gamenor no es un dragón, sino un guiverno, pero ya eso me pone muy alegre. Tercero, este mundo de fantasía que creaste con los guardianes y los protegidos es muy entretenido para mí. Y cuarto, todos los misterios que tiene en base a que es de un videojuego me mantienen en vilo. <3 Por todo esto, te felicito, ya que he visto que, a pesar de que no te han comentado muchos, te esforzaste a seguir con la novela y a escribir cada capítulo. ¡Ah! Y otra cosa que me gusta es que los capítulos no sean tan largos. Así los puedo leer más rápido.
    Te deseo mucha suerte con la historia y espero con ansias los próximos capítulos. <3
     
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    Gamenor

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    Muchas gracias por pasarte a comentar. Me alegra que te haya gustado. Sobre el título, bueno, en realidad lo cambié porque me parecía que el antiguo era algo feo de leer. Éste, además de cumplir su función, tiene un pequeño juego de palabras un tanto enrevesado. A ver si te das cuenta ;)

    Y bueno... Si te gustan los dragones...
    Vas a flipar cuando conozcas a ciertos personajes que tengo planeados

    Tercero... Pues sí, podría haber hecho una obra de fantasía pura con la idea de los guardianes, pero decidí darle un nuevo enfoque, al estilo del gato de Schrodinger, para dar algo más de profundidad.
    Ésto ya lo voy a abordar más directamente en un capítulo futuro que ya tengo escrito.

    Y Cuarto. ¿Cómo estás tan segura de que es un juego? Nyehehehe.
     
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    Gamenor

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    Duality Paradox
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    Fantasía
    Total de capítulos:
    37
     
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    1276
    Capítulo 27.

    Un vaso medio vacío es también uno medio lleno, pero una mentira a medias de ningún modo es una media verdad.
    -Jean Cocteau.


    Gamenor despertó más o menos al mismo tiempo que Samarra llegó con la comida que trajo para él. Pero a pesar de ello, estaba agotado. Hassuna traía alimentos para todos mientras tanto, y la gente ya estaba instalando las tiendas de campaña hechas de telaraña. Mientras tanto, el sol del desierto se ponía, y Elroy insistía en mantener oculto a su tercer guardián.

    Gamenor a penas tenía fuerzas para comer, así que no le dije nada, no le pregunté nada. Quería que estuviese tranquilo y se lo hice saber sin mediar palabra, acariciándole y vigilando que comiese bien. El azul de su piel estaba más claro desde que se desmayó, y eso me preocupaba, pero poco a poco iba mejorando. Cuando por fin pudo pronunciar palabra, ya había anochecido. Estábamos los dos dentro de una de las tiendas.

    - Gracias, señorita Lizzie. - Dijo, y luego cayó profundamente dormido a mi lado. Luego yo también decidí irme a dormir.

    Y desperté en el mismo instante, de vuelta en aquella sala blanca, dentro de aquella máquina, con el mini buffet, la mesa de comedor, la silla y la Co-Ma en la misma posición que cuando entré. Mis tareas en ése momento eran sencillas, reunirme con Cedric y los demás para ver qué tal estaban las cosas en Monte Caldero, reclamar por el error del Co-Ma, comer, y tratar de averiguar algo sobre la habitación 191M, no necesariamente en ése órden de prioridad.

    Lo primero que pude tachar de mi lista de quehaceres fue lo del Co-Ma. Fue algo sorprendente, de repente, veía a Gamenor en la pantalla y podía acceder a la interfaz.

    - Lizzie ¿Qué es esto? ¿Es aquel mundo del que hablabas? ¿Dónde los guardianes no existen? ¿Y por qué me siento como si estuviera atrapado? - Preguntó Gamenor, confundido y asustado.

    - Sí, éste es el mundo del que te hablé antes de que fuéramos hacia Ceberina. Siendo sincera, se me hace raro verte aquí. Y al parecer, estás limitado al espacio del Co-Ma.

    - ¿Y por qué estoy en esta cosa? - Preguntó.

    - Bueno, es difícil de explicar. El mundo en el que naciste y este son, digamos, incompatibles. En este mundo, eres un personaje ficticio. Aunque supongo que para ti lo ficticio será todo esto que está sucediendo. Me pregunto si será posible que algún guardián haga esto.

    - Debería ser increíblemente poderoso, tal vez podría tratarse de un miembro del Sumo Protectorado, aunque no estoy seguro de con qué motivo lo haría.

    - Entonces es una posibilidad que este mundo sea tan solo una ilusión de alto nivel. La verdad es que toda esta situación resulta algo paradójica.

    - ¿Y tú que crees? - Me preguntó. Se veía algo triste, o quizás asustado, o las dos cosas, no lo sabía con certeza.

    - La verdad es que no tengo ni la menor idea de qué pensar. Prefiero obtener algo de información antes, en ambos mundos, tal vez así pueda resolver todo esto. La cuestión es por dónde empiezo. - Dije.

    - Creo que tengo una idea. - Dijo Gamenor, mientras, podía notar cómo toda esa maraña de sentimientos negativos que inundaban su cabeza eran reemplazados con unos ojos brillantes que denotaban curiosidad y entusiasmo.

    - ¿Y esa cara? -Pregunté.

    - La verdad, estaba asustado, me daba miedo la sola idea de no ser real, pero ahora que lo pienso mejor, mi deber es ayudarla en lo que necesite, no importa si soy real o no, serle útil es algo que me hace feliz. Y ahora que también estamos juntos aquí, ya no importa qué es real y qué no. Creo que eso es motivo de sobra para no tener miedo. Ahora ¿Quiere que le cuente mi idea? - Asentí con la cabeza. - ¡Bien! Mi idea es averiguar los motivos por los que existe esta paradoja. Quizás así podamos encontrar la solución.

    - Coincido, y creo que tengo una corazonada para dar el primer paso. Había una sala misteriosa cerca de un lugar importante, al que normalmente no puedo acceder. Me gustaría ver si esa sala esconde algo que pueda servir de pista, aunque va a ser un problema entrar.

    - Suena interesante. - Cedric interrumpió el ritmo de la conversación y nos miró con detenimiento. Fué una aparición sorpresiva, no hizo el más mínimo ruido, y la puerta no se abrió en ningún momento.

    - Con apariciones cómo ésas, casi parece que buscas parecerte a Elroy. - Comenté.

    - No me fío de él. Toda esta guerra es su culpa ¿Cómo puedes defender algo así?

    - El está de nuestro lado. Busca lo mejor para todos los protegidos. - Respondí, convencida de lo que decía.

    - No, busca la mejor forma de arrebatar el trono. Por sus acciones y las de sus antecesores es que los humanos comunes temen a los guardianes. Yo lo sé, porque yo ya jugué ésto antes ¿Lo recuerdas? Lo mejor que puedes hacer es evitar que cumpla con su objetivo. - Dijo él.

    - Pero entonces, perdería a... Emar me quitaría a... a...- Tartamudeé, vacilé, aunque el mensaje estaba ahí, esperando a ésa última palabra. Algo en mi cabeza aún no quería aceptar ésa posibilidad, pero mi corazón se aferraba a ella con fuerza. Gamenor no podía ser real, pero tenía que serlo.

    Cedric me mostró su Co-Ma. Dentro pude ver a Shara, echada en el piso de espaldas a la pantalla, con la cabeza gacha. Seguramente estaba llorando.

    - Ésto, Lizzie, es chantaje emocional del más bajo que he visto, nada más. Ninguno es real. - Sentenció. En sus palabras había firmeza, aunque no parecía sentirse del todo cómodo con lo que decía. No podía pensar, simplemente huí, no quería escucharlo, o terminaría echando a llorar yo también.

    Saliendo de la habitación, me dirigí hacia el buffet. A esta altura quedaría poca comida, y no habría nadie o casi nadie en la fila. Caminé rápido, hice fila por menos de un minuto y tomé un sándwich de queso y tomate muy simplón, seco, pero comestible. Luego me senté junto a Gwendolyn. Estaba sola, en una esquina. También tenía un Co-Ma, con su guardián, hago un esfuerzo por recordar su nombre.

    - ¡Hola Gwen! ¿Ése es Alix?- Digo, con un tono burlesco, buscando fastidiarla para descargar mi propia frustración. En otras circunstancias evitaría hacer ésto, pero ahora mismo simplemente me sale así.

    - Los chicos son unos cretinos. - Dijo con la voz baja y sobrecargada de tristeza, justo lo que no necesitaba. Ni siquiera se molestó por usar el diminutivo de su nombre.

    - ¿Qué te pasa? - Pregunté.

    - Cedric insiste en oponerse a Elroy y los demás lo siguen. Pero él también me dijo, sin que nadie lo notara, que la ruta que va a seguir tiene muchas probabilidades de llevar a un final malo. Yo insistí en que lo mejor es asegurar un final bueno, pero parece que no me quiere escuchar.

    - Ya, lo entiendo perfectamente. Shara estaba llorando, tuve que salir de mi habitación para ignorarlo.

    - El señor Cedric es listo, pero muy estrecho de miras. - Dijo Alix.

    - Lo sé, pero ¿Qué pretende lograr? Es cruel causar un final malo adrede. - Respondió Gwendolyn.

    - ¿Por qué piensas así? -Pregunté por curiosidad.

    - Yo estudio el vínculo, y estoy cada vez más convencida de que todo esto es una farsa. - Respondió casi sin titubear.
     
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    Lariebel

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    Oh, ya voy entendiendo un poco más lo que me habías dicho. Los personajes ya están sospechando sobre qué es en realidad ese mundo tecnológico y qué es lo que pretende Cedric. Ese personaje la verdad es que me pone muy curiosa, porque no soy capaz de ver a través de él. Por otra parte, me dan mucha penita Gamenor, Alix, Shara... Los guardianes están como en el medio de todo esto, sufriendo por los dos mundos. ¡Ah! Y estoy segura que Gamenor en algún momento mostrará su verdadero poder y dejará a todos con la boca abierta. uwu
    Bueno, te recomiendo mucho utilizar el guion largo o la raya (—) en vez del guion corto (-). La raya es el adecuado para los diálogos e inclusive está en la interfaz para hacer un comentario u escrito. Si tenés varios caps ya escritos, podés ir a Word y poner "reemplazar -> - por —" y te los cambia a todos automáticamente. Con respecto a su uso, hay varios temas en el foro que te van a poder ayudar a aprenderlo de a poco. :3
    Eso es todo. Esperaré a por lo que se viene. ¡Saludos!
     
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    Gamenor

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    Capítulo 28

    Cuando las voces suaves mueren,
    Su música vibra aún en la memoria.

    -Percy Bysshe Shelly.


    Estaba claro que Gwendolyn necesitaba alguien que la apoyase y, aunque no me sentía precisamente bien, le presté mi hombro. Me resultaba increíble cómo se había quebrado, no la conocía desde hace mucho, pero no parecía alguien que llorase de esa manera a menudo. Sea lo que sea que haya dicho Cedric, definitivamente no era lo más amable del universo. Y simplemente nos quedamos sentadas, juntas. Era un alivio poder ayudarla a calmarse, para ella y también para mí. Me ayudó a poner mis pensamientos en claro.

    - Desde esta farsa podemos cambiar el destino del mundo. Pero ellos prefieren seguir jugando, porque están ciegos y no ven más allá de la perspectiva que les presenta este mundo. -Dijo una vez que se calmó, en voz baja, como un murmullo.

    - Gwen, la verdad es que si lo dices aquí, si que suena como una locura, pero puede que te crea, aunque me gustaría ver qué hay más allá, hay algo en el medio de éstos dos mundos y quiero saber de qué se trata. -Le confieso.

    - Bueno, creo que puedo ayudarte. - Me dijo.

    - No te preocupes, puedo hacerlo yo sola, no quisiera molestarte. - Dije, y volvimos a estar en silencio un rato.

    - Gracias, también quiero pedirte perdón, hice mal en mentirte. - Me dice. ¿Ella me mintió? ¿Cuándo? Estuve a punto de preguntarle pero se me adelantó. - Sí que recuerdo este mundo cuando estamos allá, cuando nos conocimos sólo estaba actuando. También te oculté mi trabajo, porque no me gusta hablar de él frente a Minerva, y a ella tampoco le gusta que lo mencione. ¿Podrías perdonarme?

    Si me molestaba con Cedric por mentirme ¿Por qué no molestarme con ella también? Sencillo, además de mentiroso, Cedric es un cretino de primera. Gwendolyn al menos tuvo la decencia de pedir disculpas.

    - ¿Está bien si te hago una pregunta? -Dije.

    - Ya lo hiciste. -Dijo, mezclando su tono de tristeza con algo de risa.

    - Esa no. Dijiste que Cedric iba a forzar un final malo, pero se supone que aceptó seguir las instrucciones de Emar, y no me cabe en la cabeza que ese hombre quiera un final malo. No tiene sentido. ¿Tu sabes algo?

    - Cedric está siguendo las instrucciones de Emar, pero está forzando a otros jugadores a tomar malas decisiones. En última instancia, el final depende de las acciones de todos. O sea que si un buen número hace las cosas mal... -Dijo, mirándome como dando a entender algo sin siquiera decirlo.

    - Uff, eso suena feo. -Respondí.

    - Pues sí. Oye ¿Cómo están las cosas por allá? - Me preguntó ella.

    - Pues el viaje a Cima Lacrada se está haciendo muy largo, no sé si Cedric te contó que iba para allá, bueno, la cuestión es que es algo agotador. Gamenor aprendió bastante, pero se desmayó por la falta de comida, aunque ya está mejor. Luego tengo preguntarte por Monte Caldero, ahora me gustaría despertarme temprano, ya sabes.

    - Coincido, y no te preocupes, te enviaré a Alix en cuanto pueda, así te puedo dar todas las buenas noticias. - Dijo, con entusiasmo. Alix emitió un sonido largo y agudo, aunque nada irritante, más bien melodioso. Quizás por la alegría de tener un nuevo deber que cumplir.

    Volvimos a conectarnos al sistema, faltaban cinco minutos así que será cómo si hubiésemos madrugado. De vuelta en el campamento, Gamenor estaba despierto y con más energía que nunca. El sol a penas se veía en el horizonte y la temperatura era algo más fresca que durante el pleno día. Estaba esperando el mensaje de Gwendolyn mientras daba de comer a Gamenor y conversaba con él.

    - ¿Sabes? Elroy piensa que quizás no hayas desarrollado tu poder debido al miedo. - Le dije.

    - No tengo miedo a desarrollar mi poder. ¿Por qué piensa eso? - Respondió el sin siquiera pensarlo.

    - No lo sé, veamos, puede ser algún tipo de amnesia disociativa. - Respondí yo.

    - ¿Y eso qué significa? - Me miró, con ganas de saber más.

    - Son palabras que se usan en "el otro mundo" para nombrar un fenómeno relacionado con la memoria. Quizás tu poder, en tu memoria, está vinculado a alguna especie de trauma, y por eso tu mismo te impides progresar, de forma inconsciente -le expliqué. - Cuando Elroy dijo que te prestaría parte del poder de Samarra no tuviste ningún problema, además de la falta de comida. Creo que eso se debe a que no sabías que estabas usando tu propio poder.

    Pasó un momento, en el que el guiverno estuvo callado, intentando comprender lo que le había dicho, pensando, o tal vez recordando, o intentando recordar.

    - Si le digo la verdad, es sabido que los dragones y, por extensión, los guivernos también, poseen una memoria casi infalible. Pero aún así, tengo una gran laguna en mis recuerdos, mis primeros dos años de vida. Ahora que intento visualizarlos, no puedo. - Me confesó, y luego comenzó a llorar. Yo me agaché para levantarlo y el se recostó sobre mi hombro. Alix había llegado mientras, pero lo ignoré por un largo rato. El pareció comprender, a pesar de que tan solo era una bolita de luz flotante, que estábamos atravesando una situación delicada.

    Y mientras tanto yo me preguntaba si era posible que Gamenor no hubiese conocido a sus padres. En cuyo caso, y a pesar de las probabilidades en contra ¿Acaso sería factible que fuese hijo de Nor? ¿Estaban hablando literalmente los sacerdotes de Ilat? Y, si es así ¿Cómo lo sabían? Pero la pregunta más importante de todas era ¿Qué había pasado durante esos años perdidos en la memoria de Gamenor que lo afectaron hasta ese punto? Debía encontrar respuestas a todos esos interrogantes, por él.
     
  8.  
    Gamenor

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    960
    Capítulo 29

    La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.
    -Isabel Allende.


    Debía escuchar el mensaje de Alix antes de que los demás se despierten, pues no quería que nadie más escuchara, ni siquiera Elroy, sólo Gamenor y yo.

    A través del Pip, escuché la voz de Gwendolyn. El mensaje era claro, y su voz estaba calmada. "Todo está bien, no hubo heridos ni muertos. Sin embargo, no hay rastro de Norgud. Todos los prisioneros fueron liberados por la gente de Ceberina, nos habían encerrado en nuestras habitaciones, y ahí es donde están los soldados ahora. No podemos acceder a muchas de nuestras pertenencias, pero al menos estamos a salvo. Un pequeño grupo se dirigirá hacia allá usando un viaje rápido. Yo y Maia vamos con ellos. Por aquí necesitan a Minerva y a Cedric, así que se quedarán en Monte Caldero un poco más."

    Bueno, eran buenas noticias. Así que no podía quejarme. Agradecí a Alix y lo envié de vuelta en el mismo momento en que Samarra me sorprendió por la espalda.

    - ¡Estoy ansiosa de poder presentarme a tus amigas! - Dijo la valquiria.

    - No se supone que espies a la gente de ése modo. - le dije.

    - No es algo que me guste, si te soy sincera. Sólo obedezco órdenes.

    - ¿Espiandome?

    - Tontita, sólo estaba vigilando el lugar. Palabra.

    La verdad se me está haciendo un poco pesada, así que lo mejor va a ser que simplemente deje pasar la conversación. - Está bien, sigue con tu trabajo- dije, esperando que se fuera.

    - ¿Sabes? Las valquirias son bastante comunes por la zona de Cima Lacrada. Si quieres puedo hablarte un poco del lugar.

    - Sí, está bien, cuéntame lo que sepas. - Le respondo. No es que esté muy interesada, pero a lo mejor consigo algo de información útil, y si no, pues al menos haré buenas migas con ella. Pareció llenarse de emoción.

    - Bueno, este sitio tiene una gran historia que data de antes de la gran catástrofe. - Y ya empezamos con cosas que no sé, desgraciadamente, lo peor es que está hablando tan continuamente que no puedo interrumpirla para preguntarle qué fue esa gran catástrofe. - Sin embargo lo único que queda de ese tiempo son ruinas de piedra que rodean la base de la Montaña Bianca. Cima Lacrada está, entonces, compuesta por tres partes. La primera son las ruinas de la ciudad vieja, que fueron calcinadas durante la gran catástrofe. La segunda parte es la ciudad nueva, construida alrededor de la vieja por respeto al legado que dejaron sus antiguos habitantes. Y finalmente, en la cima de la Montaña Bianca, la majestuosa Necrópolis de Cima Lacrada, el lugar donde viven los Celadores y dónde tanto los habitantes de la ciudad cómo los nobles del reino envían a enterrar a sus muertos. A todo el complejo de la ciudad se lo llama vulgarmente Cima Lacrada por su relación con la muerte. Aunque su nombre oficial es Tierra y Cima de la Bianca Esperanza. Un poco ostentoso, en mi opinión. ¿Alguna pregunta? - Concluyó su breve discurso con la respiración agitada debido a lo rápido y poco pausado de su habla.

    - Deberías hablar un poco más despacio, o al menos hacer pausas. - Dije. - Pero no nos desviemos del tema, hubo algo que me llamó la atención ¿Qué son los Celadores?

    - Son gente que se encarga de vigilar que no se profanen las tumbas, la gente de la ciudad les lleva una porción de sus alimentos todos los meses, aunque es un trabajo desesperado, reservado a quienes ya no tienen forma de sustentarse. Tienen prohibido hablar, y los rumores dicen que quienes se saltan la prohibición pierden la voz por siempre. - Con eso dicho por parte de Samarra, creo que sería el lugar ideal para cierta persona.

    - ¿Y hay alguna forma de que pueda llegar a la Necrópolis? - Pregunté, pues me llamaba la atención ese lugar. ¿El rumor de la maldición será cierto o falso? ¿Guardarán los celadores algún secreto que no deban contar, y por eso tendrán prohibido hablar? ¿De qué forma se comunicarán sin usar la voz, en caso de que lo necesiten? Supongo que usarán algún lenguaje de señas o similar. Mientras me hacía todos esos interrogantes, Samarra intentaba pensar.

    - Bueno, hace algunos años era frecuente que permitieran visitas, ahora, con la situación que hay, no estoy tan segura. Así que a no ser que tengas un ataúd y un epitafio en condiciones lo veo poco probable. - Me respondió la Valquiria.

    - Pues te agradezco la idea. ¿Dónde consigo yo un ataúd? - Luego de que dije esto, me miró con una cara rara, como preguntándome si de verdad pensaba hacer algo tan estúpido. Así que decidí desviar la conversación a otra cosa, olvidando aquello. - Perdón, no sé en qué estaba pensando. ¿Podrías contarme de la gran catástrofe?

    - Pues es una vieja leyenda, bastante conocida entre los protegidos, guardianes y seguro que también dentro de ciertos círculos de los humanos, aunque desde hace unos veinte años es ilegal mencionarla. Se dice que hubo un tiempo en que el continente de Inias estaba rodeado por agua y no por fuego, y que dentro del agua había toda clase de vida. Sin embargo hubo quienes despertaron la ira de las aguas, y estas se convirtieron en fuego, dejando poca agua y, por consiguiente, poca vida en el mundo. Luego de eso viene la parte que el rey no quiere que se escuche, a saber, que fue el Sumo Protectorado quien devolvió la estabilidad al mundo.
     
  9.  
    Gamenor

    Gamenor Usuario común

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    1233
    Capítulo 30

    En mi país, primero vas a prisión y luego sos presidente.
    -Nelson Mandela.


    Por un segundo pude distinguir el crepitar de los cascos de Shara por las inmediaciones del lugar, pero no la ví, simplemente escuché su veloz galope durante unos instantes. Y ahora, frente a mí, estaban Gwendolyn y Maia, en el centro del campamento, rodeadas de gente, acompañadas de media docena de otras personas, sin contar guardianes. Elroy recibió la noticia de boca de uno de los chicos que estaban allí, de que Monte Caldero había sido recuperado y sonrió para sí. Con la gente preparada reanudamos la marcha hacia Cima Lacrada. El camino, como siempre, era extenuante, pero se volvía ameno al compartir y charlar con quién tuviera más a mano. Intenté averiguar algo sobre el Sumo Protectorado o la Gran Catástrofe, pero no escuché nada que no supiera de antes. Al parecer la información que queda acerca de ésos sucesos es escasa incluso entre los Protegidos y Guardianes.

    Tras un par de horas de marcha alcanzamos a divisar la ciudad, sin embargo, poco después nos topamos con un obstáculo de considerable tamaño y peligro. Recordando un poco al momento en que conocí a Elroy por primera vez, aparece frente a nosotros, de la nada misma, una colosal serpiente de un color rojo tan oscuro que pareciera negro a simple vista. Semejante bestia podría aplastarnos sin esfuerzo y, de hecho, es lo primero que intenta hacer al vernos. Primero rodea el área en la que estamos con su cuerpo, luego nos mira fijamente, para finalmente acercar su boca abierta hacia nosotros. Yo me cubrí la cara por el miedo, así que no pude ver lo que sucedió a continuación. Sin embargo, unos segundos después de éso, todos estábamos en un lugar completamente diferente. Una prisión, o más bien un calabozo o mazmorra.

    Maia y yo estábamos en una celda, oscura y húmeda, que lindaba con la de Gwendolyn hacia la izquierda y la de Elroy a la derecha, y frente a nuestras celdas había un pasillo ancho con algunas antorchas encendidas. Las celdas estaban comunicadas entre sí por pequeñas ventanas con barrotes.

    Maia estaba sentada en el suelo, sosteniendo sus piernas flexionadas con sus brazos y ocultando su cabeza todo lo posible. Parecía asustada y murmuraba. – Estamos muertos, estamos muertos. – Una y otra vez, sin parar. Cuando reaccioné, me acerqué a ella, sentándome a su lado, pensando que debía consolarla, pero en cuanto la toqué, gritó. Gritó tan fuerte como le permitió su voz, durante todo el tiempo que mantuve mi mano sobre ella. Cuando quité la mano dejó de gritar, cuando volví a tocarla, ella gritó de vuelta. No parecía querer calmarse, lo cual era algo muy extraño, sobre todo para ella. Decidí que lo mejor era dejarla tranquila hasta que se calme sola. Y fui a conversar con Gwendolyn.

    – ¿Que crees que haya pasado? – Le pregunté.

    – Creo que despertamos la ira de Kendra. – Fue lo que me respondió, con cierto aire de desesperanza.

    – O sea que esa serpiente era Kendra ¿Y eso que significa? – Pregunté.

    – Si, Kendra es esa serpiente, se dice que vaga por el desierto en busca de quienes deseen el mal y los devora. Las leyendas también dicen que solía ser miembro del Sumo Protectorado. – O sea que si logro conversar con ella podría averiguar más cosas sobre el Sumo Protectorado, y tal vez sobre otros temas de mi interés, como la prohibición, Elroy, o la Gran Catástrofe. Podría ser la fuente de las respuestas que estoy buscando, al menos por este lado.

    – Si estas pensando en hablar con Kendra, me temo que será muy difícil que te escuche. – Dijo Elroy desde la otra ventana. – Tiene un temperamento volátil y tendencias extremadamente violentas, además de una fuerza acorde a su tamaño. Lo desaconsejo totalmente.

    – O sea que la conoces. – Le dije sin dudar.

    – No – dijo titubeando – bueno, en realidad sí. Uno de mis guardianes es hijo suyo.

    – El que me falta por conocer. – Continué yendo un paso por delante, lo cual pareció molestar un poco a Elroy.

    – Ya sabes que me gusta guardarme ases en la manga. – Comentó.

    – Sí, y lo detesto. – Añadí.

    –Bueno, supongo que no tengo otra opción más que presentarlo. Halaf, saluda. – No alcancé a ver al guardián, pues aún seguía del lado de mi celda que lindaba con la de Gwendolyn. Sin embargo, pude distinguir perfectamente su voz, siseante y profunda a la vez.

    – Es un honor ser presentado ante ustedes por fin. – Dijo el guardián. – Entiendo que mi madre fue quién nos trajo aquí.

    – Así es – dijo Cedric – sin embargo no tengo idea de lo que éso implica, me gustaría saber qué piensas al respecto.

    Por lo poco que sé de ella, éso es bueno, significa que no quiere vernos muertos. Sin embargo, está claro que no desea que continuemos la campaña. Es el único motivo por el cual nos encerraría, es una firme defensora del status quo actual. Cómo buena noticia, éso significa que ella está segura de que mi señor es capaz de cambiarlo.

    – ¿Por qué ella defendería ésto? – Preguntó Gwendolyn, parecía confundida. – Ella forma parte del Sumo Protectorado, no tiene nada de sentido que defienda un gobierno que oprime a los suyos.

    – Madre antaño fue miembro del Sumo Protectorado, es cierto –respondio Halaf – pero decidió alejarse de ellos. Nunca me dijo por qué. Aún así, los guardianes comunes le tienen un gran respeto.

    – Ella da miedo, está claro que la respetan por éso. – Interrumpió Samarra.

    – Sam, no interrumpas a tu hermano. – Señaló Elroy, quién por su tono de voz parecía reprimir algo de risa.

    – En realidad, tiene parte de razón. Gran parte del respeto que sentían los guardianes hacia madre se desvaneció por completo cuando ella reveló haber dejado atrás el Sumo Protectorado. Aún así, muchos la siguen tratando con un temeroso respeto, algo así como las escasas veces que Mi Señor ha visto al rey a la cara. Él sabía que el actual gobernante de este mundo no es digno de su puesto, y aún así, se apegó al protocolo. – Concluyó el guardián.

    – Es una gran lección. – Respondió su madre, revelando su presencia frente a los barrotes de nuestras celdas y oscureciendo la ya de por sí escasa luz del ambiente. – Sin embargo no es lo que esperaba de mi hijo.

    – ¿De qué esta hablando, señora? Yo no tengo madre. – Respondió Halaf, algo alterado por la intromisión.

    – Sabes de sobra lo que pienso de tus acciones, inmundo Luxnigra. – Dijo furiosa la gran serpiente, ignorando completamente a su hijo y dirigiéndose hacia Elroy sin vacilar. – Si el culpable de toda esta guerra eres tu o tus antepasados me es indiferente, los guardianes seguirán sirviendo hasta el fin de los tiempos, independientemente de quién se les oponga, por eso desapruebo que se luche por ellos. Todo combate es vanidad. – Sentenció la serpiente.

    – Yo también odio tener que hacer esto, Kendra, y sin embargo no me ves dando la espalda a los míos, ni a mis responsabilidades. Por eso he sido más un padre para tu hijo de lo que tú serás jamás. – A esto la serpiente siseó de enfado, el tono se había puesto alto y podía ver la expresión de miedo en Gamenor y Vyolette. Yo también estaba aterrada, pero debía mantenerme alerta para lo que sea que sucediese a continuación.
     
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    Capítulo 31

    Demasiados, demasiados enigmas pesan sobre el hombre en este mundo.
    -Fiodor Dostoievski


    Kendra parecía estar conteniendo su rabia hasta su límite. Aún así, su enfado era más que evidente. ¿Cómo se atrevía Elroy a cuestionar a tamaña criatura? Estaba claro que el príncipe demostraba un valor extraordinario, aunque estúpido, dada la situación. No estaba claro si podríamos sobrevivir a la ira de aquella serpiente.

    -Mi decisión para con mis hijos te es irrelevante. - Dijo la serpiente. - Permití a Halaf servirte porque ése fue su deseo, no para que hiciera mi voluntad. Yo protegeré el orden establecido, aunque eso signifique que guardianes y protegidos deban sufrir. Detesto verlos así, pero a la vez llegué a comprender que así deben ser las cosas.

    - Pues no lo comprendo ¿Por qué han de ser así las cosas? - Dijo Elroy.

    - Pobre, inocente criatura, has tenido la respuesta a este enigma todo el tiempo dentro de tu corazón y mente, y a pesar de ello no logras saberla. Orgullo, ése es tu error.

    - ¡Exijo que me digas de qué hablas!

    - Si la respuesta está en ti, no es necesario que te la diga. Aunque a veces me pregunto ¿Por qué no te destruyo ahora mismo? El pacto ya no me ata, podría quitarte todo con solo desearlo. Más por cómo veo las cosas, al mismo tiempo que eres un peligro puedes también ser útil. El derramamiento de tu sangre me es innecesario.

    - ¿Por qué nos has encerrado aquí entonces? - Preguntó Gwendolyn.

    - Necesito contenerlos por sólo un poco de tiempo, y también, cuando se vayan, llegarán al lugar que yo les tengo preparado. Allí hallarán la verdad, y luego de que la hallen, les daré libertad de seguir su camino. - Dijo.

    - ¿A qué verdad te refieres? - Pregunté.

    - Tú, jovencita, eres una criatura de visión perspicaz. Más tu desafortunada mente te impide hacerte las preguntas correctas. Éso es lo que no te ha dejado ver las verdades más profundas hasta ahora, la verdad es la suma de la pregunta correcta y el contexto apropiado.

    - Señora Kendra, no lo haga por favor. - Susurró Maia. -Ellos no... -

    - ¡Ay criatura! No temas. Todo lo que has visto y que te hace temer no son más que mentiras. Cuando todos conozcan la verdad, entonces podrán elegir sin temor. Más conozco tu sufrimiento, y espero que pronto puedas ser libre de él.

    - ¿Está hablando de lo que creo que esta hablando? - Pregunté.

    - ¡Ah, no puede ser que no haya entendido nada de lo que están hablando! - Gritó Elroy.

    - ¿Qué clase de amigo eres para impedir que oigan la verdad? - Censuró la gran serpiente. Luego continuó - Pues eso depende, por más que pueda entender y ver las cosas con claridad, no puedo entrar en tus pensamientos. Tus preguntas, sin embargo, son ahora mucho mejores, aunque no es el momento de que responda. A mí no me creerías, debes hallar la verdad por tí misma. Ésta verdad que debes hallar es el origen de todo, y también su final. Y vas por el camino correcto.

    La serpiente, de dónde yo vengo, es símbolo de la deshonestidad y la mentira. Es extraño que me hable a mí de buscar la verdad. Pero no es lo único extraño. Que Elroy se muestre tan confundido, el miedo que muestra Maia hacia lo que sea que esté sucediendo, éste lugar en sí. Hay muchas cosas de las que quiero hablar.

    - Disculpe, pero creo que tengo dudas que usted está en posición de resolver.

    - Ahora debo marcharme, jovencita. La tradición demanda que esté presente en cierto sitio dentro de poco. Luego de eso volveré y los liberaré.

    - Pero cuando nos liberes surgirá la prisa por irnos, y no podré hablar con usted tampoco.

    - Entiende que hay cosas que no puedo decirte, aún así, tu curiosidad y tu valor me resultan admirables. Está bien, te permitiré acompañarme. A ti y unos cuantos guardianes que merezcan el saber. Halaf, Samarra, Hassuna, Gamenor. Ellos deben escuchar lo que diré.

    - Gracias, y una cosa, la verdad estoy temiendo por la salud de mi amiga. Me gustaría que Elroy y Gwendolyn pudieran cuidar de ella mientras no esté.

    - Lo que tiene tu amiga es un profundo miedo a lo desconocido. Nacido de un gran sufrimiento, ése miedo fue echando raíces cada vez más profundas en su corazón. Me temo que no puedo hacer nada por ella, más de lo que ya estoy haciendo. Pero si su seguridad es importante para ti, lo respeto.

    Tras ésas palabras, los dos aparecieron junto a nosotras, en la misma celda, intenté abrazarlos pero justo entonces yo también fuí movida cual peón de ajedrez hacia la cabeza de la serpiente. Me senté en ella, su piel era fría, húmeda y áspera, pero no me sentía para nada incómoda por ello, de hecho era una sensación extraña, pero divertida al mismo tiempo. Tras esto, en un instante que a penas me dio tiempo de amagar un silencioso saludo, perdí de vista todo. Kendra parecía estar reptando, desplazándose por un oscuro túnel a velocidades inimaginables, pero ni ella, ni yo, ni nadie se inmutaba. Quise hablar pero algo me detuvo de hacerlo hasta que finalmente, tras tan solo unos pocos segundos, la luz me dio de lleno en los ojos. Terminamos en un sitio extraño, como el bosque cercano a mi casa, pero con muchos menos árboles, que eran mucho más altos. También había algunos arbustos, y pastos verdes. Veía a Gamenor y los guardianes de Elroy, pero no alcanzaba a ver a Kendra.

    Pero si vi a Halaf, que era igual a Kendra, salvo que mucho más pequeño, como de la altura de un niño de diez años y tan largo que podría llegar a medir más que cualquiera de estos árboles. Le pedí que nos ayudara a buscar a su madre, pero se negó, así que eramos solo Sam, Hassuna y yo. Samarra buscaría por los aires y Hassuna y yo por tierra. Buscamos por varias horas, pero, aunque no la hallamos, sí vimos algo que nos dejó a todos estupefactos. Pues descubrimos que estábamos nada más y nada menos que en la capital, o, más bien, en territorio de la capital. El lugar era tan solo un pequeño islote en un lago de cristalina y fresca agua, y al otro lado se podían ver unas murallas que, por la poca cultura general que tenía, sólo podían pertenecer a la apodada Ciudad de las Cien Fuentes. Seilies.
     
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    Capítulo 32

    En mitad del invierno, finalmente encontré que había en mi un verano invencible.
    -Albert Camus.


    La capital, a penas sabía historias de este lugar, y todos ellos, todos los rumores sin excepción, no llegan a ser ni siquiera una sombra de lo imponente de la ciudad. A pesar de que la veo desde lo que parece ser la isla de un lago bastante alejado, Seilies se ve colosal, majestuosa e incomparable. Gobernaba sobre el paisaje con una elegante brutalidad, pues se fundía con las dunas del desierto, pero a la vez se plantaba firme sobre ellas. La estructura de los muros da la apariencia de ser ondulada, y el color de la roca es arenoso, en armonía con su sitio. Más también se imponen en la estructuras unos sobrios matices de verde y azul, colores de vida que se niegan a aceptar la realidad del desierto árido, como si protestasen. Todo el peso de estos colores parece tocar el paisaje e intentar fundirse en contacto con el suelo, sin lograrlo de forma completa. Desde ésta distancia no se alcanza a vislumbrar la diferencia entre la ciudad y el palacio, y la diferencia entre la ciudad y el ambiente que la rodea es a penas perceptible. Lo que sí se alcanza a ver son grandes extensiones de ríos y campos fusionándose en una armonía algo incompleta con el desierto.

    El tiempo parece acelerarse por momentos, la noche se ciñe sobre nosotros sin darnos tiempo de reaccionar. Es la primera vez en mi vida que siento un frío tan intenso cómo el de los vientos nocturnos que soplan en este sitio. Sin lugar a dudas, éste era el famoso viento de Seilies del que mi padre solía hablarme cuando volvía de sus viajes. Era como ser acariciada por la nada misma, como el profundo escalofrío de darte cuenta que algo malo va a pasar y no poder hacer nada por impedirlo. Al sentir ésto, los guardianes de Elroy, Gamenor y yo, preparamos una hoguera. No pude evitar notar que Halaf también cooperó, así que aproveché esa oportunidad para intentar romper el hielo.

    — Oye, Hal, pensé que no nos ayudarías, pero me gustó mucho verte cooperar. — Comenté cuando por fin teníamos listo el campamento. Era algo básico, una hoguera encendida con el fuego interior de Gamenor, hojas grandes y limpias de los árboles que harían de colchones, traídas por Halaf y Samarra, y las tiendas de telaraña de Hassuna.

    — Estaba siendo egoísta, chica. Por si no lo sabías soy de sangre fría, habría muerto con este frío. — Sigue intentando parecer grande y peligroso, algo que para las serpientes es de rutina.

    — Vaya, yo creí que eramos amigos. — Le dije.

    — Pues estas equivocada, yo solo sirvo a mi amo y es todo. No tengo amigos, ni los necesito.— Con estas palabras, supe que algo no andaba bien.

    — Vaya. ¿Por qué piensas que no necesitas amigos? — Pregunté.

    — No quiero responder, eso es asunto mio conmigo mismo. No te incumbe.

    — ¿Tiene algo que ver con Kendra? — Ésta vez, hizo silencio. Samarra me miró con enfado e hizo un típico gesto de reproche por lo bajo.

    No podía evitar sentirme mal, muy mal por Halaf y todo el dolor que guardaba dentro de sí y no quería dejar salir, no tanto por haber herido sus sentimientos, a veces es necesario. No sólo para resolver mis dudas, si no también para ayudarlo a él. Lo miré a los ojos, y los cerró. Respiró, y suspiró, pero no dijo nada.

    — Yo también conozco ése dolor. Es importante ser sincero con uno mismo para sanar y crecer.

    — ¿Y si no deseo sanar? ¿Qué harás entonces? ¿Arrancarme mi verdad a la fuerza?

    — No, no puedo, y aunque pudiera, respetaría tu derecho de hablar o callar lo que quieras. Aunque no esté de acuerdo, te considero un amigo, así que respetaré que no quieras decir lo que tienes dentro.

    — Elisabeth. — Dijo Hassuna, a éstas alturas pensaba que era muda o que no podía hablar por alguna otra cosa. — La verdad de Halaf necesita ayuda para salir a la luz, su corazón está destrozado. Es cómo si una casa se le hubiera caído encima, no puede salir sola. Pero quizás sea también una verdad demasiado pesada cómo para que la salve una sola persona.

    — Tiene razón. — Dijo Samarra. — Halaf se está muriendo por dentro con todo lo que no puede dejar salir acerca de su madre y su pasado. Sin embargo, en ése caso, Lizzie también tiene razón en algo. Halaf, necesitas amistades que te ayuden a superar todo éso, es lo que vengo diciendote desde... — Halaf bufó fuerte, lo cual la hizo callar.

    — Exactamente, me estoy muriendo por dentro, y es justamente por eso que no me hacen falta amigos. — Sentenció él.

    — Por el poder, ¿Verdad? — Preguntó Gamenor. — El rechazo es un sentimiento intenso, como el odio o el miedo.

    — Y a pesar de ser sentimientos de intenso rechazo pueden fortalecer al guardián que se acerque a su protegido a través de ellos. — Dijo un anciano que salió de entre los árboles tomándonos a todos por sorpresa. Su apariencia me sonaba de alguien más, pero no sabía decir quién exactamente. Estaba cubierto por una manta de pelo de algún animal, y el suyo propio le cubría casi toda la cara a tal punto que no podía distinguir donde terminaba el cabello y empezaba la barba. Así que básicamente lo único que se le veía era pelo, ojos y nariz, todo de color gris muy oscuro. Pero aún así, había algo que me decía que ya conocía a esa persona. No podía saberlo con seguridad, era a penas una sensación vaga de la que no podía fiarme del todo. Pero cuando se presentó, no me cabió duda de que estaba completamente equivocada.

    — Mi nombre es Mateo Marsh, pero me gusta que me digan Marsh, desde hace décadas vigilo este bosque día sí y día también. He refugiado a varias docenas de protegidos, y sé... bastantes cosas. Por ley estoy obligado a reportarlos, pero supongo que sería cruel de mi parte no dejarlos refugiarse al menos esta noche.

    Después de esas palabras, hubo silencio. Ya nadie tenía fuerzas para hablar, más ni Gamenor, ni Marsh, ni yo pudimos conciliar el sueño.
     
  12.  
    Gamenor

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    Capítulo 33

    La honestidad es directamente proporcional al estado de ebriedad.
    -Anónimo.




    Era algo realmente extraño que no pudiese dormir, yo jamás había tenido un insomnio tan fuerte en mi vida, no era solo que no tuviese sueño, si no que me sentía con más energía que durante el día. No pudiendo pegar ojo, salí a caminar, con Gamenor acompañandome. Marsh también tenía un problema similar, salvo porque el había tomado algún brebaje para dormirse, y tampoco tuvo éxito. Yo simplemente estaba caminando en silencio, mirando el paisaje con admiración, el cielo estrellado, la magnificente ciudad a lo lejos, la agraciada vegetación que me rodeaba y todo lo que mi vista tocaba era simplemente abrumador. Cuando veía aquel paisaje estrellado, sólo podía pensar que nada de eso podía ser falso. Pero tenía que serlo, era demasiado hermoso para ser real.

    — No sé que me alegra más, el alcohol que me dan todos los meses en parte de pago, o el hermoso y solitario paisaje. — Marsh me había tomado por sorpresa, me di vuelta y estaba parado unos metros por detrás mío, parecía estar divagando, hablando solo en voz alta, con un tono melancólico, e hipo, bastante hipo. — Y de vez en cuando vienen estos jóvenes aventureros en busca de nuevas experiencias, rebeldes, audaces, con la vida por delante ¡Hic! Y llenan por un rato ese vacío y se van, siempre se van, nunca me queda nadie. Se fueron mis colegas, se fue Eugenia, mi amor, el cruel... ¡Hic!... Destino me la arrebató muy joven, y finalmente se fue mi hija ¡Tan inocente ella! Cada día soporto aún menos la idea de haberla dejado extender sus alas y volar. ¡Volar! El sueño de humanos... y de valquirias mancas ¡Hic! Valquirias, dicen que los huevos de esas cosas son una exquisitez, yo digo que me parece repugnante comer algo que se parece tanto a una persona. Si vas a comer huevos, los mejores son los de Grifo, saben amargos y algo salados, pero el sabor se pega en el paladar y... ¡Hic!... Se va suavizando con el tiempo, es una experiencia para recordar. Pero a la gente ya no le importan esos huevos, con el carácter de porquería que tienen los grifos, es mas fácil conseguir huevos de valquiria ¡Hic! Se comen fritos, con potatas o bellocas, a veces condimentados, o tal vez con carne ¡Hic! Muchas veces he visto, en la ciudad, esas fábricas que tratan la vida con la frialdad de una máquina, esos capataces que son capaces hasta de destrozar familias para satisfacer sus ansias de poder. Por poder, yo puedo beber agua — Tras ésto, sacó una cantimplora de entre sus matas de pelo, quizás para calmar el hipo— pero no el agua de los ríos sin más, hay que destilarla, está llena de esa porquería que le tiran para que los esclavos que se hacen llamar ciudadanos trabajen sin cuestionar nada. Y aquí estoy yo, con mi destiladora improvisada, mi querida cantimplora , mi ración mensual de comida y alcohol, una cucha de perro que mes a mes se cae a pedazos, y un deber que jamás he tomado en serio... Me importa un pip lo que le pase o deje de pasar a los guardianes, pero si ese tarado del rey se llegase a enterar de que esos fenómenos anduvieron por aquí, matarme... va a ser quizás los más bonito que me haga. ¡Eh, chica! — Dijo mirándome —¿Lo escuchaste todo? No importa, seguro que tarde o temprano lo verás tu misma. La verdad, le debo agradecer a Kendra por tener alguien que escuche mi ... ¿Cómo lo decía ella? ¡Ah sí! Verborrea. Cuando tomo ésto no puedo parar de hablar hasta que me duermo. Pero por alguna razón, no tengo nada de sueño.

    — Disculpe. — Dije para interrumpirlo y encaminar un poco su peculiar discurso. — ¿Le puedo preguntar qué sabe de Kendra?

    — ¡Claro, sin problema! Es una criatura maravillosa, y una gran amiga. Lástima que esté del lado equivocado, pero admiro su fuerte convicción, sus ideales y sobre todo su forma de ser. Nos conocimos cuando fuí al funeral de mi amada Eugenia en Cima Lacrada. ¡Ése lugar da escalofríos! ¿A quién se le ocurre que pudiera ser sano vivir rodeado de tanta muerte? Claro que por ese entonces yo era joven y prefería no pensar en esas cosas. Ahora que estoy viejo veo las cosas con otro lente, el problema de esto es que jamás me gustó usar lentes, de hecho ni siquiera tengo. ¿Cómo podría tener si a penas me pagan comida y agua?

    — Céntrese en Kendra, por favor.

    — Cierto... El día que nos conocimos ella se presentó a mí como Mattia, peculiar nombre, por cierto. Si no hubiera sido el funeral de mi esposa, probablemente me hubiese enamorado a primera vista. Se suponía que era una especie de sacerdotisa o algo así.

    — O sea que fingía ser una persona. — Apuntalé.

    —Exactamente, pero no era una sacerdotisa, sus ropas decían otra cosa. Vestía algo que parecía uno de los vestidos que usarían las novias de la nobleza, amplio, salvo sobre la cintura, de complejos y elegantes bordados, con un velo que le cubría la cabeza y la cara. Pero ése vestido tenía una particularidad, no era blanco, si no negro. Si con ese vestido quería dar algún mensaje o si simplemente le gustaba era algo que desconozco, pero sí que lograba llamar la atención. Y ya saben lo que pasa cuando un oficial superior grita ¡Atención! Todos deben ponerse firmes y prestar atención.

    — ¡Señor Marsh! — Ésta vez, Gamenor le llamó la atención para que se concentrase.

    — Oh, sí, cuando quise preguntar a los monjes quien era ella, me di cuenta de que no le prestaban la más mínima atención, entonces pensé que se trataba de la misma muerte, que venía a buscarme para que hiciera compañía a mi mujer. En ése momento deseaba que fuera así, pero no, ella venía buscándome a mí, en mi momento de mayor necesidad, para mostrarme todo lo que estaba pasando en secreto. Los secretos oscuros del rey de Seilies. — En ése momento, Marsh cayó profundamente dormido por fin. Pero yo seguía despierta, tomando notas mentales sobre todo lo que sucedía, tratando de procesarlo.

    — Pues creo que entiendo varias cosas. Me gustaría compartirlas contigo, Gamenor, dos cabezas piensan mejor que una. ¿Te parece?

    — Sabes que te ayudaré cuanto pueda.

    — Gracias. Bueno, sé que desde que soy tu protegida no he tenido problemas para dormir hasta ahora. También creo que Kendra y Marsh tienen algo que ver, no es coincidencia que ella nos haya traído hasta aquí, tampoco creo que sea coincidencia que Marsh se durmiese justo ahora.

    — Bueno, desde hace rato vengo pensando que quizá la propia Kendra es quien no nos deja dormir. —

    — ¿Conoces algún guardián que pueda hacer eso? — Pregunté y empecé a caminar en cualquier dirección, por lo general caminar me ayuda a pensar con más calma.

    — No, pero sí conozco guardianes capaces de causar el sueño, Vyolette lo intentó varias veces, incluso. — Respondió Gamenor.

    — Entonces, dices que quizás si hay guardianes capaces de poner a la gente a dormir, podría haber quienes impidan el sueño, tiene sentido. O sea, éso significa que Kendra nos trajo con la intención de que conocieramos a Marsh, para que él nos diga lo que acabamos de escuchar.

    — Me parece correcto. Pero incluso sin contar sus desvaríos creo que dijo demasiado. — Señaló Gamenor. — Creo que hay información que sobra en todo lo que dijo.

    — Quizás lo que le interesaba a Kendra fuese lo último, el cómo se conocieron. Pero ¿Por qué?

    — No lo sé. — Yo lo miré y el me miró, ambos con la misma expresión de desconcierto.

    — Creo que éste rompecabezas hay que verlo desde otro ángulo. — Dije. — Pero ¿Cual?

    Nos quedamos en silencio, pensando mientras nos movíamos sin rumbo por la penumbra. Las estrellas y la luna alumbraban nuestro paso, y por un momento me pareció notar una sombra en el camino, moviéndose junto a nosotros.
     
  13.  
    Gamenor

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    Capítulo 34

    ¿Está barriendo la vereda? ¿O su transporte no arranca?.
    -Anónimo.


    Gamenor y yo estábamos pensando cómo enfocar lo que estábamos descubriendo, más no conseguíamos dar con la respuesta. Pensarlo como parte de la respuesta al enigma de los dos mundos no parecía ser la solución, aunque estaba segura de que sí eran piezas de un rompecabezas más grande. ¿Podría tratarse del dolor de Halaf?

    — No sabemos si para ése entonces Kendra y Halaf ya se habían alejado. — Dije empezando a pensar en voz alta. — Pero estoy casi segura de que así es. Primero que nada, porque si no, lo más probable es que Marsh hubiese reconocido a Halaf, que no lo hizo. Y segundo, al revés, Halaf habría reconocido a Marsh.

    — ¿Con todo ese pelo? Imposible. — Dijo Gamenor

    — Cierto, con tanto pelo se parece más a un perro que a una persona— Dije, y me reí — y dudo que alguien de la nobleza se dejara el pelo así.

    — Por curiosidad ¿Por qué supones que es de la nobleza?

    — Bueno, recuerdo que me dijeron que los enterramientos en Cima Lacrada estaban reservados a la nobleza. — Respondí.

    — Sí, visto así tiene sentido, pero ¿Qué hace un noble trabajando en una isla? — Era una buena pregunta.

    — Lo habrán despojado de su título, o quizás él mismo renunció. — Dije, algo pensativa. — Puede que no naciera como noble, que hubiese conseguido el puesto al casarse y, al morir Eugenia, hubiese perdido la nobleza. No estoy realmente segura pero son las respuestas con más sentido que se me ocurren.

    — Y están todas erradas. — Distiguí la voz de Kendra, pero no la veía por ninguna parte, aunque parecía estar justo detrás de mi. — Te doy una pista, él sigue siendo un noble, siempre lo fue y no hay nada que el rey pueda hacer que lo quite de su estatus. El orden de Seilies es tal que el rey no tiene poder sobre asuntos relacionados con su sociedad, más allá de contar con la jurisdicción de nombrar cargos oficiales.

    — Entonces ésto debe ser una especie de cargo oficial. — Kendra asintió a mis palabras.

    — Un cargo oficial aislado, alejado de todo aquel en quien Marsh pudiese influir. — Dijo Gamenor.

    — ¡Qué pequeño más perspicaz! — Kendra responde con entusiasmo— Entonces ¿Por qué Marsh está aquí y no, por ejemplo, muerto? Digo, si está lejos de la gente por pensar diferente ¿Qué mas da que esté vivo o muerto? Además, el rey seguramente da por hecho que Marsh encubre a los protegidos que casualmente llegan a esta isla, que tampoco son pocos, antes de Marsh pasaban unos seis o siete grupos al año, y, casualmente, todos escapaban antes de que las patrullas pudiesen hacer nada. Entonces ¿Por qué el rey deja a Marsh a cargo?

    — ¿Porque no ve necesario el esfuerzo de matarlo y quiere una excusa para no invertir en patrullas? — Dije, algo nerviosa. No estaba segura de lo que decía.

    — Estas cerca, toma algunos datos más — Kendra estaba aumentando el ritmo. — La gente odia a los guardianes, éso deberías saberlo, pero lo que seguramente no sabes es que hace más de quince años que no sucede una ejecución en ningún sitio, salvo por el delito de golpear al rey, que no tiene nada que ver con los guardianes. De hecho, a manos de éste rey y su administración no ha muerto un solo guardián, además, ningún protegido fue ejecutado sólo por serlo.

    — ¿Quieres decir que no ha habido ataques en Monte Caldero, ni en Ceberina, ni en Cima Lacrada? — Pregunté. Recordando el hecho de que, en realidad, no fui testigo de ninguno de dichos conflictos.

    — Los ataques son un hecho, de éso no hay duda, pero las bajas son casi cero en ambos bandos, si no contamos heridos. — Kendra seguía aportando información. —Es muy difícil, por no decir casi imposible, que un soldado humano pueda atravesar las defensas de los guardianes. Aunque existen trucos para hacerlo. Mientras tanto, los protegidos en general se muestran pacifistas, se niegan a devolver el daño a sus enemigos, aunque hay excepciones. Y, sin embargo, a pesar de que muchos creen que hubo muertos, no fue así. ¿Cómo crees que algo cómo eso pueda llegar a suceder?

    — ¿Hay testigos que afirmen haber visto protegidos heridos de muerte? — No podía creer lo que estaba preguntando, si yo misma había visto a mi padre ejecutar a varios de ellos cuando era pequeña. Pero éso sólo podía significar algo, y la respuesta no me gustaba en lo absoluto.

    — Sí los hay, y veo en tu rostro que ya sabes lo que eso significa. — Kendra sonreía, o al menos, su voz delataba un tono alegre, no podía vislumbrar su rostro debajo del velo negro que cubría su cara.

    — Hacer parecer que alguien ha muerto, impedir que lo maten de verdad, y hacerlo desaparecer... Es algo que sólo pueden hacer los guardianes. Llevar a cabo algo así a nivel mundial es una locura, requeriría de tantos guardianes con ésos mismos trucos que es, simplemente, imposible.

    — Si eliminas lo imposible, sólo puede quedar la verdad. — Tras decir estas palabras, Kendra corrió su velo, y me miró a los ojos. — Mírame ¿Cómo soy?

    Kendra era una criatura de tamaño colosal, y un poder abrumador, capaz de desvanecer a un ejército completo en un instante, sin hacerles ningún daño, o incluso de aplastarlo si así lo deseaba. Podía ser tan grande cómo una montaña, o mostrarse como una igual. Ser iracunda cómo un incendio, y aún así mantenerse bajo control cómo el fuego de una lámpara de aceite. Y algo me decía que no había visto ni una fracción de todo lo que podría hacer, al fin y al cabo, ella había pertenecido al grupo conocido como el Sumo Protectorado.

    — Sea quien sea que esté creando estas ilusiones, debe de ser un único guardián, uno con un nivel de poder parecido al tuyo.

    — Creeme, nada me hubiera gustado más que salvar a toda esa gente, lamentablemente no puedo llegar a tanto, tengo mis límites. Sin embargo, estás cerca de la respuesta.

    — Entiendo , era Nor, siempre fue el guardián de los reyes. — Contestó Gamenor.

    — Estaba pensando lo mismo. Pero hay algo que no termina de cuadrarme, si el rey es un protegido ¿Por qué hace todo éso?

    — No lo tengo claro. — Respondió Kendra. — Nor no me deja avanzar más. Si quiero averiguar qué sucede con el rey, debo preguntarselo en persona, pero Nor jamás me permitiría acercarme a él, y es mucho más fuerte que yo. Éste es mi límite, es todo lo que sé. ¿Quieres saber más? Haz caso a lo que yo te diga, y ambas conseguiremos respuestas. ¿Trato?

    — Ya tengo un compromiso parecido. — Dije, pensando en Emar. — Pero voy a dar lo mejor que pueda.

    — Me parece raro, pero supongo que será suficiente. — La serpiente parecía estar sospechando algo. — En fin, supongo que hace un rato que deberías haber "despertado" ¿Verdad?

    — ¿Lo sabías? — Estaba confundida por su reacción.

    — Jovencita, hay muchas cosas que aún no sabes, pero te diré algo, y espero que lo recuerdes muy bien. Conmigo, no hay secreto que esté a salvo.

    Tras estas palabras, caí dormida, tal cómo Marsh había hecho momentos antes.
     
  14.  
    Gamenor

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    Capítulo 35

    He puesto muchos laberintos y enigmas que mantendrán ocupados durante siglos a los profesores discutiendo sobre lo que yo quería decir.
    -James Joyce.


    Volvía a aquel sitio una vez más. Ésta vez, supuestamente tendría más tiempo, unas doce horas de descanso del juego. Llegada a este punto, me dí cuenta de lo mucho que había vivido en tan poco tiempo. Tal vez cuatro días, tal vez sólo doce horas, pero todo lo que había pasado era completamente emocionante, a tal punto que estaba agotada. Tomé el co-ma y salí nuevamente al pasillo, cómo había hecho otras veces. Ésta vez era la oportunidad perfecta para intentar averiguar que se ocultaba en la sala 191M. Tenía tiempo de sobra, tenía información, a Gamenor y, al parecer, también un aliado, alguien quese había dignado en darme la llave magnética de la sala. Sólo me faltaba poder acceder al elevador, para ello podría llamar la atención de Emar de alguna manera, pero ¿cómo?

    Absorta en mis pensamientos, no ví que se acercaron hacia mí Cedric, Gwendolyn, Luke y Hans.

    — Tenemos que hablar. — Dijo el capitán imbécil sorprendiéndome por la espalda. Yo me sobresalté y, cuando me di cuenta que era él, le tiré de la oreja con todas mis fuerzas y mi cara más enfadada.

    — ¿De qué tenemos que hablar exactamente? — Le pregunté sin soltarle la oreja.

    — ¡Sueltame y te digo! — No le hice caso. Los demás empezaron a reírse de lo ridículo de la situación.

    — ¿Eres consciente de que no estás en posición de negociar ahora mismo? Dime lo que me tengas que decir y ya decidiré cuándo soltarte.

    El chico parecía rugir por lo molesta que se estaba poniendo ésa situación. —Está bien, tu ganas. Vine a advertirte sobre Kendra. — Dijo. Yo lo miré con curiosidad y aflojé un poco la tensión sin llegar a soltarlo del todo.

    — Continúa. — Dije, mientras, noté que Luke y Hans intercambiaban palabras en lengua de señas y se reían cómo hienas de la situación.

    — Estoy casi seguro de que ella quiere matar a Nor. — Dijo mientras intentaba mirarme a los ojos.

    — ¿Y cómo sé que no estás mintiendo? Ya no confío en tí, así que será mejor que me des un buen motivo. — Le dije, firme.

    — En realidad, lo supe por los demás. — Los miré para confirmar si era cierto y asintieron con la cabeza, entonces lo solté.

    — Bien, será mejor que me expliquen dos cosas. La primera es cómo lo descubrieron, y la segunda es cómo repercutiría en la historia.

    — Calma, calma, ya estamos entre amigos ¿Okey? — Dijo Luke, que seguía riendo por lo bajo.

    — Quiero que te disculpes con Shara. — Dije en tono severo a Cedric, antes de darle un bofetón. — Listo, ya estoy calmada. — Relajé mi tono de voz y suspiré.

    — Bueno, resulta que Cima Lacrada está en territorio de Kendra, y da la casualidad de que Hans y yo vivimos ahí. — Comenzó a explicar Luke. —Las leyendas de ése lugar hablan de una tal Mattia, una mujer que vaga por las laderas de la montaña, prometiendo bendiciones a quien conozca su verdad.

    — Su verdad es que Mattia es Kendra. ¿Correcto? — Pregunté.

    — Sí, supuse que lo sabrías. — Añadió Luke. — Cómo iba diciendo, Kendra otorga ciertos privilegios a quienes la reconocen en su faceta de Mattia, pero es arbitraria y muy astuta, así que va a usar a estas personas para lo que ella quiera. Y, al parecer, lo que quiere es el puesto de Nor.

    — ¿Y eso cómo lo sabes? ¿Otra leyenda? — Pregunté.

    — Sí, no la recuerdo muy bien, ésta la debería saber Hans mejor que yo. — Luke miró a su compañero con algo de complicidad. Éste sonrió y comenzó a hablar mediante señas, mientras Luke traducía.

    Hans comenzó señalando sus labios con sus dedos índice y mayor, juntando sus dedos pulgar e índice y llevándolos a la altura de los ojos, para luego separarlos y volverlos a juntar rápido, y concluyó girando su mano sobre si misma mientras tenía levantado el índice.

    — Ella atacó a Nor.

    Mostró su puño y lo tapó con su otra mano, luego pasó a frotar ambas manos, para luego separarlas

    — El Sumo Protectorado comenzó a pelear entre sí, y luego se separó.

    Luego volvió a señalar sus labios, y luego cubrió su oreja con el pulgar. Juntó su pulgar y su índice y se los llevó a la frente en un gesto de saludo militar, igual al que ví hacer a Samarra, para luego elevar su mano hacia arriba, repitió el gesto de girar su mano con el índice levantado y puso su mano a la altura de la mitad de su cara, cómo dividiéndola en dos mitades.

    — Kendra no quiso escuchar a nadie, Ilat partió volando, y Nor les mostró a todos su otra cara.

    — Perdonen que interrumpa —dije,— pero habiendo visto un poco de su lengua de señas me surge la duda...

    — ¿De qué idioma es? — Respondió Luke, adelantándose a mi pregunta. — En realidad tomamos algunos gestos de aquí y allá, pero por lo general se trata de nuestro código propio. Bueno ¿Continuamos? — Asentí con la cabeza, y los demás conmigo.

    De nuevo, Hans parte señalando sus labios, por lo que parece, éso significa que está hablando de Kendra. A ésto le sigue una superposición de sus manos en horizontal frente a sí, para luego dibujar con el dedo un círculo alrededor del sitio donde estaban las manos. Siguió con un giro de su mano sobre sí misma, lo cual parecía ser el gesto que nombraba a Nor, repitió la superposición de las manos, pero ésta vez concluyó juntando tres dedos, el pulgar, el índice y el mayor, y ubicandolos en el centro de su palma.

    — Creo que lo entiendo ¿Puedo probar? — Pregunté.

    — Adelante. — Luke sonrió.

    — Kendra tomó los terrenos costeros, los cercanos a los ríos de fuego, cómo su territorio. Nor hizo lo propio con los terrenos del centro del continente.

    — Y al parecer, ninguno de los dos puede entrar al territorio del otro. — Añadió Gwendolyn.

    — ¿Es cómo un código de honor? — Pregunté.

    — Más bien cómo un trato, sellado de común acuerdo por ambas partes. Pero al parecer Kendra está arrepentida de haberlo sellado.

    — Pues a mí me parece muy estúpido, de no haberlo sellado, Nor podría neutralizarla cuando quisiera. — Añadió Cedric. — Con el contrato, Nor no tiene jurisdicción sobre el poder de Kendra y viceversa. — No entendí mucho ésto último.

    — Y siendo Nor el orígen del vínculo... ¡Un momento! — Gwendolyn pareció encontrarse ante un descubrimiento sorprendente. — Si Nor es el orígen, y en cuanto perdió jurisdicción sobre Kendra, ella ya no necesitó vincularse para mantener su poder, entonces, la clave para liberar a los protegidos y guardianes es que Nor pierda la autoridad sobre todos.

    — ¿Por eso Kendra podría querer matar a Nor? — Pregunté. Todos me miraron cómo señalando lo obvio que era. — Ugh. Bueno. De vuelta, dos preguntas ¿Por qué me advirtieron sobre Kendra, entonces? Y... No, al final ésa pregunta resume todo muy bien, me deben una pregunta.
     
  15.  
    Gamenor

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    Capítulo 36.

    El pensamiento bien dirigido es una habilidad que se aprende.
    -Dan Brown

    — Te advertimos sobre Kendra porque no tenemos idea de lo que puede pasar. —Dijo Cedric.— La muerte de Nor es cómo... ¿Conoces el experimento del gato de Schrodinger? — Asentí con la cabeza y siguió hablando. — Bueno, me puse a calcular las variables que conozco y más o menos creo que la muerte de Nor da un 50/50 para un final bueno o malo, pero no llega a un final neutro en ningún caso, es un evento demasiado duro.


    — ¿Debo suponer que buscas algún final neutro, entonces? — Pregunté.


    — Algo así, la gente está jugando demasiado bien. — Respondió.


    — ¿Y por qué te interesa tanto conseguir ese final, si ni siquiera crees que ese mundo pueda ser real? — No estaba conforme con la información que me daba, necesitaba más respuestas.


    — Lizzie, no creo que ése sea el punto, —Dijo lentamente. — tampoco creo que puedas entender si te dijera toda la verdad. Pero espero que con ésto te sea suficiente... Hay vidas en juego, aquí mismo.


    No pude entender lo que me dijo, tenía que asimilarlo, así que me despedí. Debía centrarme, conseguir mis propias respuestas. Ya habiéndome alejado del grupo, en busca de alguna forma de llegar a la dichosa sala 131M, no pude evitar hacerme una pregunta tan obvia que me sentí estúpida de no haberla hecho en su momento. ¿Cómo habíamos llegado a Seilies si Kendra no tenía poder allí? No pude evitar calmar mis pensamientos escudándome en la idea de que aún hay mucho que no entiendo acerca de los guardianes, era algo vago, pero al menos me daba cierta tranquilidad.


    Tomé asiento en el comedor, que ahora estaba lleno de sillones y mesas. Más bien parecía ser una sala multipropósitos, pero yo voy a seguir llamándola comedor. Dejé el Co-Ma en la mesa vacía más cercana que encontré frente a mí, y me dejé caer en el sillón justo detrás de ésta. Reboté un par de veces para probar la comodidad y elasticidad de mi asiento, estaba perfecta. La verdad es que podría pasarme todo el rato en ése sillón, era demasiado cómodo, pero debía centrarme en lo que tenía que hacer. Miré la pantalla del Co-Ma y ví a Gamenor tocando unos bongós. Me resultó divertido, aunque raro, así que decidí preguntarle. — ¿Dónde conseguiste esos bongós? — Me miró, seguía tocando y hablaba al mismo ritmo.


    — ¿Así que estos se llaman bongós? Pues mira, los encontré aquí. — Dijo mientras deslizaba una barra lateral con su cola, y seguía tocando. En la barra salían varios instrumentos musicales. — Estuve explorando éste lugar, y varias cosas pude encontrar. — Éso último me hizo reír un poco.


    — ¿Ahora rimas? Te sale muy bien. A ver, Nor, muéstrame que más encontraste.— Le dije.


    — En realidad fué la única rima que se me ocurrió. — Me dijo.


    — Bueno, voy a ver qué más puede hacer ésta cosa. — Dije, y comencé a deslizar mi dedo por la pantalla táctil, el Co-Ma parecía manejarse cómo la típica tableta, y así fué cómo encontré algunas aplicaciones interesantes. La primera era "Enciclopedia", podría ser interesante que Gamenor leyese mientras me movía con el Co-Ma a un lado, al fin y al cabo, había mostrado bastante curiosidad en su momento. "Skillboard", según el bocadillo de información que tenía a un lado, era una base de datos del juego con habilidades de los guardianes. Y finalmente "Booktracer" era otra base de datos del juego, pero ésta contenía datos importantes de los diferentes tomos del compendio. Puse las tres aplicaciones en acceso directo para que Gamenor no tuviera que buscarlas.


    — A ver, Gamenor ¿Qué te parece si tocas el ícono de Skillboard? — Le dije, mientras noté cómo un chico que noconocía de nada se sentaba demasiado cerca mío. Tenía el cabello rojo, bastante intenso pero parecía natural, llevaba lentes, una camiseta con un estampado de la banda "Doppelganger Club", una chaqueta y pantalones de jean, y zapatos rojos marca "Supernova". Decidí ignorarlo y seguir con lo mío.


    Al parecer, Skillboard iba desbloqueando datos con la cercanía, y supongo que Booktracer debería tener una mecánica similar. Así que sólo podía acceder a cierta información, antes que nada, de la lista que tenía desbloqueada me gustaría ver la ficha de Gamenor, toqué su retrato, el cual aparecía en la pantalla al lado de su nombre.


    — Es increíble cómo cambian las paredes y el suelo tan rápido. — Comentó. Fué algo que me pareció bastante interesante ¿Así que desde su perspectiva está en una especie de caja enorme y lo que se ve en la pantalla equivale a las paredes y el suelo? Curioso cuando menos.


    La ficha cargó en tan sólo unos segundos, tenía tres apartados: Datos básicos, historia y habilidades. Entré casi instintivamente en habilidades. La ficha decía lo siguiente:


    Guardián; Guiverno.

    Proyección básica ("Llama Interior") [Ilusión>Agua>Fuego]

    Marca [Ilusión>Fuego] (!)

    Renovación [Agua] (!)

    Escudo corporal [Ilusión] (!)

    Unidad {Don} (!)

    En proceso:
    Proyección avanzada ("Doble") [Ilusión>Agua>>>Tierra+Viento] 72,3%
    Deformación del tiempo [Ilusión G1] 18,7%

    Potencial: 70/900.

    — ¡Guau! Novecientos es mucho potencial. — Dijo el chico que se sentó a mi lado. — Espero que sepas usarlo bien.

    — Disculpa —le respondí — ¿Tú quién eres para mirar mis cosas? ¿Y cómo sabes éso?

    — Lo siento —me dijo con la cara algo apenada— ví que tenías un Co-Ma y no pude evitarlo, me dan curiosidad. El señor Emar los está repartiendo de a poco, antes de la última sesión le dió uno a un colega y, bueno, lo estuve husmeando un poco. Yo aún no tengo el mío. Pero el potencial del guardián de mi compañero es de seiscientos setenta y cinco, y es bastante fuerte.

    — ¿Qué tal, Gamenor? — Le dije. —Al parecer serás muy fuerte ¿No te alegra?

    — Sí, pero me preocupan todas ésas habilidades que tengo y no puedo utilizar. — Me contestó.

    — A mí también me llamó la atención éso, y la parte dónde dice "Don" ¿Qué será éso? — Pregunté.

    — Todos los guardianes que he visto tienen uno. — Respondió el chico. — Es un talento que no se manifiesta dentro del juego, pero actúa cómo modificador de algunas habilidades, o al menos ésa es mi teoría. Mi guardián es una mantícora, y su don se llama "Aprendiz". Supongo que hace que aprenda nuevas habilidades más rápido.

    Si eso era cierto ¿Qué haría "Unidad"? Bueno, era hora de pensar en otras cosas más urgentes, cómo la sala misteriosa. Pero antes, podría solucionar mi duda sobre Kendra, así que me despedí de ése chico. No quería darle una ventaja tan importante. Claro que estaba agradecida, pero no iba a darle información tan importante sin conocerlo mejor.

    — Por cierto ¿Cómo te llamas? — Respondí cambiando rápido de tema, aunque me dí cuenta que había estado pensando unos segundos, mirando a la nada.

    — Llámame Will. — Me dijo con tono alegre.

    — Will, te debo una, en serio, pero — aproveché que estaba diciendo éso para levantarme— debo hacer algo importante ahora. Nos vemos luego.

    — Comprendo — Dijo él, y levantó la mano en signo de despedida mientras me alejaba caminando de la mesa.

    Volví caminando rápido a mi cuarto, Gamenor ya había abierto la pestaña de Kendra en el Co-Ma. Teníamos bloqueado el acceso a la pestaña de Historia, pero la que me interesaba era la de habilidades.

    Suma Protectora; Serpiente Coloso.

    Proyección Absoluta [Ilusión G5+Fuego+Tierra+Viento+Agua]

    Ira [Fuego G3]

    Sangre Fría [Tierra]

    Bifidez [Mente]

    Somnífero Bilateral [Mente>>>>>Ilusión]

    Escudo Ilusión [Mente G10]

    Materialización Avanzada [Materia G5]

    Espacio Doblado [Tierra+Ilusión G7]

    Panóptico [Mente G9]

    Pipfolk [Ilusión G5]

    Energía Oscura [Fuego G10>Sombra G9]

    Subyugar [Mente G10]

    Muro Infranqueable [Tierra]

    Impulso [Fuego>Tierra]

    Calor Abrasador [Fuego G7]

    Personalizado 1 "Llama Oscura" [Fuego G10 + Sombra]

    Corazón de Fuego {Don}

    En proceso:
    Nada

    Potencial: 8600/9000.

    La nomenclatura parecía básicamente la misma que en la ficha de Gamenor, y aunque no podía saber con seguridad qué era lo que significaba cada cosa, podría hacer una suposición y trabajar desde ahí.

    — Bueno, creo que ésto vendría a abrir con algo cómo un rango y luego pasa a indicar la especie. — Dije.

    — Así parece. — Respondió Gamenor.

    — Luego, al parecer Kendra no nombra sus habilidades.

    — Siendo independiente, supongo que no lo necesita.

    — Puede ser— Dije. — Y lo que está entre corchetes sería la composición de las habilidades, al parecer.

    — Distingo los componentes, Agua, Fuego, pero ¿Qué significarán los símbolos entre medio?

    — Es sólo una teoría que se me acaba de ocurrir pero quizás el símbolo de suma y el mayor — Dije haciendo breves pausas para señalar los símbolos con el dedo— indiquen prioridad de uso de los elementos, en una suma podrían aparecer al mismo tiempo, mientras que un símbolo mayor indicaría que el componente de la izquierda aparece antes que el de la derecha, más símbolos acumulados en éste caso indicaráin una prioridad mucho mayor. En cuanto a los símbolos G —De nuevo señalé con el dedo—Podrían indicar la potencia de un componente dado.

    — Bueno, cómo guardián, no creo que estés muy lejos de la verdad con esa teoría. —Apuntó Gamenor.

    — Entonces veamos qué habilidades pudo usar con nosotros. —Dije. — Supongo que utiliza Proyección Absoluta o quizás Materialización Avanzada para mostrarse cómo Mattia.

    — Fijo que usó Somnífero Bilateral para mantenernos despiertos.

    — Claro. ¿Y para llevarnos a Seilies? — Pregunté a Gamenor.

    — ¿Crees que sea... ésta? — Preguntó señalando a Espacio Doblado.

    — O tal vez se trata de Proyección o Materialización. — Comenté.

    — No creo, suelen tener un efecto general, los demás también lo habrían visto. Pero no se me ocurre cómo podría conocer nuestros secretos.

    — ¿El panóptico, tal vez? — Justo terminé de formular ésta pregunta cuando golpearon la puerta.
     
  16.  
    Gamenor

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    Capítulo 37.

    No quiero vivir en un mundo donde todo lo que digo, todo lo que hago, todo lo que hablo, toda expresión de creatividad o de amor o de amistad queda grabada..
    -Edward Snowden

    Alguien tocaba mi puerta, a un ritmo apresurado. Pero no iba a abrir sin saber quién era. Estaba por preguntar, cuando escuché la voz de Cedric.
    — ¡Lizzie, abre! Tengo que decirte algo.
    Si el capitán cretino iba a atravesar mi puerta con mi consentimiento, antes tendría que convencerme. No le dije nada.
    — Es sobre la sala secreta.
    Me tomé dos segundos para odiarme un poco a mi misma por lo que iba a hacer, y luego, abrí la puerta.
    — Puedo ayudarte a entrar, sólo necesito algo a cambio. — Fué lo primero que dijo.

    — No te voy a vender mi alma. — Le respondí y se rió un poco.
    — ¿Te parezco tan malo cómo para hacer ése chiste? En fin, quédate con tu maldita alma y escúchame. — Dijo, conteniendo la risa. —
    Sé lo que hay en ésa sala, y no te va a gustar. Si aún así quieres entrar, no voy a acompañarte, pero necesito que me hagas un favor una vez que estés ahí.
    — Todavía quiero entrar, y quiero saber qué está pasando allí. Supongo que tendré que verlo por mí misma. ¿Cual es el favor? — Estaba decidida a resolver ése misterio cueste lo que cueste.
    — Si encuentras un puerto USB, conecta ésto. — Me mostró una memoria flash. Extraño favor el que me estaba pidiendo.
    — ¿Ésto no es ilegal? — Le pregunté.
    — Si sabes lo que hay dentro, sí. Si no, es solo una travesura. — Me respondió. —Además, aún sigues bajo el rango de inimputabilidad, yo ya tengo expediente.
    — ¿Te dije alguna vez que me pareces basura?
    — ¿Te dije que ésta cosa podría salvar una vida? — Puso su característica sonrisa de lado. Confiaba mucho en si mismo, aunque ése gesto a mi mas bien me inspiraba desconfianza. Pero tenía un punto.
    — Veré qué puedo hacer. — No pensaba conectar el dispositivo, salvo que estuviera segura de que no me mentía, de lo contrario, planeaba delatarlo. Tocaba preguntar por lo importante — ¿Y cómo vas a hacerme subir al piso de arriba?
    — Con azúcar, flores y muchos colores. — Mi detector de sarcasmo se puso en más de nuevemil.
    — En serio. — Le dije.
    — Tengo mis trucos. — Respondió.
    — Querrás decir hacks.

    — Dame dos horas, más o menos, voy a forzar los controles del elevador.
    — Y supongo que éso es... — Comencé a acusarlo, pero me interumpió para justificarse.
    — ¿Ilegal? Si, pero he hecho cosas peores para llegar aquí.
    — ¿Por qué lo haces? — Ya me había picado la curiosidad, nadie hace las cosas porque sí.
    — ¿Cuál es la fuerza que mueve el mundo?

    — Si no me estás hablando de física, supongo que te refieres al dinero. — Le contesté.
    — Fallaste por un kilómetro, ahora, me pondré a trabajar.
    Se alejó hacia los sillones, y yo también salí de nuevo. Ya tenía un plan para entrar, podía ponerme a investigar algo más tranquila, por unas dos horas. Fui hasta la zona del ascensor, vi algunos jugadores charlando, Will entre ellos. Entonces Emar salió del elevador con el móvil en la mano. Will estaba cerca, hablando con un grupo, y a mí me picaba la curiosidad de saber qué hablaba el CEO. Lo que iba a hacer era un tanto vergonzoso, pero valía la pena. Me acerqué a su grupo sin dudar.
    — ¡Hola! ¿Les molesta si me llevo a su amigo un segundo? — Pregunté con una fingida sonrisa, y lo tomé de la muñeca.
    — Claro, no hay problema. — Me respondió uno con ropa gansta y cabello teñido de azul. Comencé a llevar a Will a rastras, manteniéndome unos metros detrás del objetivo.
    — ¿Sí sabes que ésto cuenta cómo acoso, verdad? — Susurró Will.

    — Ayudame a escuchar a éste tipo y te debo dos favores. — Le dije, mientras escuchaba la conversación de Emar.
    — Sí, claro, Koji-San, — Decía— es una lástima que su representante no haya podido venir a la presentación, pero me preguntaría si es posible que aún así nos pueda dar una mano con ésto.
    — Soy algo así cómo mi propio guardián, supongo que con éso me debes tres.— Me volvió a susurrar Will.
    — Cállate y te debo cuatro, vuelve a abrir la boca y no te debo nada. — Le dije en respuesta. Y comencé a escuchar la charla.
    — Mira, hemos sido colegas por casi dos décadas. ¿No podrías echarle una mano a un amigo? — Hizo una pausa de unos segundos. —Está bien, mucho mejor que antes, pero me temo que —Una pausa algo más larga que la anterior.
    — Claro, claro. Pero voy a necesitar que un profesional lo autorice. —Una pausa parecida a la primera.— Cálmese, Koji-San. Recuerde por qué le estoy pidiendo ésto, usted es —Parece que ésta vez lo interrumpió su interlocutor.
    — No, el sistema del juego está escrito en un lenguaje especial optimizado para el mismo, el circuito está casi totalmente cerrado, con la exepción de los Co-Mas, pero la cantidad de órdenes que pueden emitir es ultra limitada, es imposible que le pase nada. — Buen dato para intercambiar favores con Cedric, quizás sirva para darle na excusa para no usar la memoria flash.— Sé que no es analista de seguridad. — ¿Y entonces por qué le dijo lo del juego?— Casi me olvido ¿Qué tal su familia? — Temas personales, espero que vuelva a lo interesante pronto.— ¿Y qué me cuenta del cachorro que le regalé a sus hijos? —Pausa corta.— Ugh, qué triste. ¿Y el gatito? — Pausa media.— Comprendo ¿Qué tal los peces? —Pausa larga.— ¡Éso debe doler! ¿Me imagino que al menos el canario estará bien? —Un minuto de silencio.— Ya veo. ¿Tiene alguna buena noticia? —Espero que ya no hablen de mascotas presuntamente muertas.— ¿Otro trailer más? ¿Cuántos van ya? —En éste punto, ya pude deducir con quién estaba hablando.— ¿Para Juilo, dijo? Espero que sea mejor que los del anteaño pasado. —Aquí confirmé mis sospechas.— Nada, sólo le digo que se tome su tiempo, en fin, ¿Va a enviar el archivo que le pedí? — Un silencio acompañado de una sonrisa.— Muchas gracias Koji-San. — Se dio vuelta tras colgar el teléfono.— ¿Creen que no noto los pasos cuando me siguen a menos de un metro? — Dijo mirándonos a la cara.
     
  17.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Hola. He leído el primer capítulo y voy a comentarlo.

    Creo que el concepto de la historia y la forma en la que se presentaron fueron muy buenos. La verdad es que no entendía por qué Lizzie tendría confusión con sus recuerdos de su personaje y de su vida real, pero al ver que se trata de un dispositivo completamente nuevo que será probado por primera vez, es lógico pensar que pueda tratarse de una falla.

    Tengo curiosidad de ver cómo va avanzando el resto de la historia, y ver que aventuras vive dentro del mundo virtual y que tanto afecta a su realidad.

    Creo que la narración está muy bien llevada, al menos no he visto ningún error en este capítulo.

    Y si te lo preguntas, sí, tengo varias preguntas que me hacen querer seguir leyendo. Como, ¿es posible que sus recuerdos se mezclen de tal forma que ella sueñe con el videojuego en la realidad, y viceversa? ¿Habrá algún tratamiento para que ella pueda diferenciar entre realidad y ficción? ¿Quién era el hombre que se encontró en el bosque, y qué le quiso decir en realidad?

    Supongo que queda mucho para que esas respuestas se resuelvan.

    Lo único que no me convence tanto son los diálogos, ya que creo que necesitarían un poco más de trabajo (al menos en el capítulo 1), además de qué no es el símbolo correcto. El símbolo correcto para el guion largo que se usa en los diálogos es este ( — ). Lo puedes hacer usando Alt + Ctrl + -.

    Seguiré leyendo.
     
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    Agus estresado

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    Bueno, ya me leí los capítulos 2 y 3 de la historia. Tengo que decir que la historia se mantiene interesante, aunque solo se vea el punto de vista de la realidad del videojuego. Parece ser que incluso la Lizzie de esa realidad está teniendo dificultades relacionadas a la vida real.

    Me sorprende lo mucho que Lizzie sabe a pesar de no haber ido a la escuela, pero tal vez, esos conocimientos vengan de la vida real. Lo cual tendría mucho sentido.

    Si Lizzie y Maia son protegidas, eso quiere decir que están en peligro constante en aquella realidad, aunque tal vez puedan salvarse por ser las hijas de Alexander y Thomas que, según lo que se ve en los capítulos, son personas con peso en esa realidad. Me pregunto si Maia tendrá un guardián al que Lizzie no pudo ver antes porque ella no era una protegida, pero sé que eso se verá en el futuro.

    Solo voy a marcarte una cosa, aunque es probable que alguien más ya te lo haya mencionado. Una vez que va el diálogo, se debe acompañar con una acción que realiza el personaje al momento de decirlo, y no con una descripción completa de todo lo que ocurre.

    Ejemplo:

    Así sería bien usado:

    — ¿Cómo estás? — me dijo ella levantando su mano y con una sonrisa en el rostro.

    Y así no:

    — ¿Cómo estás? — sonrió y levantó su mano, la cual yo estreché con gusto. Ella portaba un libro, el que tomó con la mano izquierda. Lo miré más atentamente y vi que era un libro de paisajes. No sabía que le gustaban los libros, en especial, los de esa clase.

    Lo que corresponde a la narración debe estar separado de los diálogos, al menos así la lectura es más cómoda. Incluso hay una parte en el capítulo 3 donde Thomas habla, en el mismo diálogo se describe lo que hace, y luego va seguido un diálogo del mismo personaje, lo cual es confuso.

    Debería ser algo así:

    - Lizzie, un gusto verte. - Dijo el Profesor Thomas mientras bajaba del segundo piso.

    El padre de Maia era un hombre bastante bajo para su edad, de forma que a penas era mas alto que su hija por unos pocos centímetros, llevaba el pelo negro un poco largo, hasta detrás de las orejas, cubierto con un sombrero de paja, aunque no me explico el motivo de dicho sombrero .Además vestía una túnica parecida a la de Maia, pero de color blanco con patrones de rombos dorados en todo el tejido. Legalmente no se me estaba permitido dirigirme a el salvo por su título, por lo que ya me había acostumbrado a llamarlo Profesor Thomas incluso cuando estaba de visita en su casa.

    - Si quieren subir al cuarto, yo en un rato ordeno esto y las llamo para que me ayuden a preparar el almuerzo. ¿De acuerdo? - Era un hombre admirable, sin duda, pero si tenía algún defecto que yo conociera, ese era la cocina.

    Antes de que la madre de Maia desapareciera sin dejar rastro, hacía más de dos años, el Profesor nunca había necesitado pisar una cocina en su vida. Supongo que eso fue lo que propició su falta de talento en ese ámbito, al punto de depender de su hija para servirse una comida decente. Fue entonces cuando, según me contó la propia Maia, el notó su talento para la enseñanza.


    Probablemente alguien más ya te lo haya mencionado, pero si es así, sería mejor recordarlo para que lo corrijas y lo tengas en cuenta para el futuro.

    Una cosa más: ya que la historia tiene varios capítulos, deberías agregarle un índice a los capítulos. Así me sería más fácil ir de un capítulo a otro sin tener que buscar cuidando de no spoilearme nada importante en los demás.

    Por ahora eso es todo. Continuaré la lectura en otro momento.
     
  19.  
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    Hola. Paso a comentar los capítulos 4 y 5. Sí que han sido breves, creo que terminé de leer ambos en menos de veinte minutos.

    Estos, a diferencia de los anteriores, no me gustaron demasiado. Y eso se debe a que la mayor parte del capítulo estuvo concentrada en los diálogos y la narración (la poca que había) estaba metida ahí dentro. Cosa que va relacionada con algo que dije en el capítulo anterior. Se da la sensación de que los diálogos son lo único importante y que la narración no lo es tanto.

    Eso es algo que deberías editar tanto en capítulos pasados como los que están por venir. Después de todo, no es algo que llevará mucho tiempo, hará la lectura más cómoda y los capítulos se sentirán algo más largos, además de que narración y diálogo estarían bien distribuidos.

    Los guardianes me recuerdan en cierta forma a los shinigamis de DN (no haré comparaciones porque no sé si no conoces el anime y no me gustaría spoilearte). Me pregunto cómo habrán descubierto a la centauro y si Gamenor y Vyolette habrán tenido algo que ver en eso. Ahora Lizzie verá a su padre hacer su trabajo, me pregunto como afectará eso en ella para el futuro de la historia. Además, de que su pesadilla podría estar cerca de volverse una realidad.

    Y hablando de realidad, los recuerdos de la "otra vida" parece que están intentando meterse a la fuerza en su interior y que eso la está afectando. Con eso, podría llegar a pensar que la realidad donde Lizzie prueba el videojuego es la ficticia y la que parece más de fantasía es la real. Eso sumado al hecho de que se nos ha mostrado mucho de esa parte y casi nada de la otra, incluso en el primer capítulo. Pero antes de sacar conclusiones, tendré que seguir leyendo.

    No creo que lea más por hoy. Mañana intentaré seguir leyendo.
     
  20.  
    Agus estresado

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    Hola, otra vez. Dado a que eran algo cortos, me leí los capítulos 6, 7, 8 y 9 de corrido. Entiendo que tal vez te guste escribir capítulos cortos, pero te recomendaría que los hicieras más largos (en un futuro, los que ya están ya están). Creo que lo que acontece en los capítulos 6, 7 y la primera parte del 8 pudieron ir en uno solo, y que lo que pasa al final del 8, y el capítulo 9 podrían haber ido juntos.

    También creo que deberías incluir más narración (esto va para todos los capítulos). Dado a que, de un momento a otro, los personajes están en un lugar, y de repente, en solo un renglón, ya están en uno totalmente diferente. También deberías revisar un poco más las comas, dado a que hay partes algo confusas y que tengo que leer más de una vez para entenderlo perfectamente.

    Creo que las descripciones físicas de las personas y los objetos están muy bien.

    Sobre la trama, cada vez me va gustando un poquito más. Tenía curiosidad por ver que era lo que ocurría en el monte Caldero ahora que Maia y Lizzie se irían a refugiar a ese lugar, y el cambio a la otra "realidad" de forma inesperada tuvo un buen efecto. De hecho, creo que era algo imposible de predecir, y que es eso lo que lo hace bueno.

    Tal y como pensé, Lizzie llevó algunos recuerdos de la vida real al mundo de los juegos (eso explica por qué sabe cosas de las que nunca escuchó en esa realidad). Me da curiosidad los efectos del juego sobre Cedric, dado a que él se apareció en el juego también. Aunque, como no se sabe si tuvo el mismo problema que Lizzie, habrá que esperar para ver que es lo que el recuerda del juego. También me llama la atención la chica Gwendolyn. Me pregunto cuando aparecerá en el juego, o si ya aparecido con otro nombre.

    Eso será todo por ahora. Continuaré la lectura en otro momento.
     

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