Hola a todos... (^u^) este es un gran día... este es mi primer fic y espero que sea de su agrado... les agradeceré infinitamente que me dejen sus críticas para seguir mejorando. Sin más los dejo con esto. Las Diferencias Entre Nosotros Prólogo Era facil dejar que me toque, era fácil sonreírle, era fácil ser yo misma, era tan fácil quererle, que podría jurar que en la vida esto es lo único que estaba buscando. Naruto era especial, era diferente y por eso le odiaba, odiaba que el fuera diferente para mí y que yo no fuera más que cualquier otra chica para él. Mi mundo se venía abajo con su simple mirada y todo lo ponía patas para arriba con su sonrisa, esperaba verla cada día, cada día del resto de mi vida. Su sonrisa, era... Es... Tan especial, tan suya y yo solo quisiera que también fuera mía. ¿Pero qué cosas digo? Es una locura, yo no quería en lo más mínimo que el compartiera su sonrisa conmigo, no quería que la compartiera con nadie... Solo para mí... La quiero solo para mí... Quiero saber que puedo tenerla y que esto no es otra de sus jugarretas para añadir mi nombre a su lista de conquistas... ¿Y cómo es que espero tanto? ¿Qué me hace pensar que soy especial? ¿Qué me hace creer que en comparación de todas esas chicas lindas con las que ha salido y de ellas se ha aburrido, yo soy diferente? Es que ese es el problema... No hay nada que me haga pensar eso. Porque no lo soy. -Yo no soy diferente- susurro por lo bajo. -A que lo eres Hinata- me contesta... Su mirada alegre, su sonrisa con ese don tan particular que me tiene justo aquí, en esta situación- A que eres diferente... lo nuestro es diferente- sonríe tomándome de la mano, y a mi se me parte el alma, el corazón, los sentimientos y todo lo que se puede partir en una persona y su interior no palpable. ¿Por qué? ¿Por qué Naruto? ¿Por qué le hacías todo tan fácil? ¿Por qué tenías que decirlo? ¿Por qué ella también tenía que ser diferente? ¿Por qué lo suyo tenía que ser diferente? Porque tú eres así, y siempre y para siempre serás así... Te odio y me odio más a mi por quererme hacer creer que te odio... Diablos... Te amo Naruto-kun. -Te amo- te digo y ahí está de nuevo tu reacción fría y dudosa, sueltas mi mano, dejas de sonreír y de mirarme fijo y yo lo sé, lo entiendo y lo odio... Me duele, pero que más da si a ti no te importa... Y esto... Esto...-Y esto se acabó Naruto-Kun.
El Amor es un bello sentimiento en el cual comparten emociones unidas como la tristeza, enojo y esperanza de querer estar al lado de ese ser y esta pareja conocida nos ha demostrado el esfuerzo y la lucha de buscar felicidad Buen comienzo
Hola, bueno aquí está el primer capítulo y espero sea de su agrado y puedan ayudarme con sus críticas y correcciones. :) Los personajes de Naruto no me pertenece y son propiedad de Masahi Kishimoto. Capitulo 1. Eres Diferente La hora había llegado, lo tenia claro, yo podía, lo lograría, lo tenía. —La tengo—pensé en voz alta. —Seguro que si Dobe—resopló Sasuke—Es toda tuya—se burló. —vamos Sasuke dame un poco de apoyo, he estado esperando por esto tres años. —Dos—me corrigió y luego miró al suelo con expresión de duda—Uno y medio.—repuso volviendo la mirada a su aburrido libro. —Tú que sabes—me defendí. —Contar Naruto—levanto su tonto libro señalandomelo—Sé contar. —¿Y a mi que me importa tu estúpido libro de "Finesas"? —¡¡FI NAN ZAS!! ¡¡Dobe!! FINANZAS—volvio a corregir; vaya que era molesto. —Si, si lo que digas, es igual—repusé sin interés. —¿Y como esperas que te acepte? No es más tonta que tú—eso era ofensivo. Él siempre igual. —¿Por qué no habría de hacerlo? ¿Qué hay de malo conmigo? —Eso pregúntaselo a todas las chicas que has botado y que evidentemente informan a toda la comunidad femenina de la clase de imbécil que eres. —Tonterías—dije algo ofendido. ¿Yo un imbécil con las chicas? Jamás... Simplemente no había llegado la indicada... Hasta ahora—Ella no les creería, ya hemos conversado, le pedí una cita, dijo que lo pensaría, si no lo deseara me hubiera dicho que no... Siente lo mismo por mi, que yo por ella... —Espero que te refieras al aburrimiento que te provocará más tarde. Ese Sasuke siempre haciéndolo parecer todo una tragedia. —Eso no sucederá. Ella es diferente-le dije mirándole de reojo. —Seguro. Tan diferente que has utilizado tú misma estrategia de conquista. —Te lo digo enserio Teme ella sí que lo es...—Su mirada lo decía todo... Lo maldecia por dentro—¿Sabes qué? Me da igual que no me creas, aunque es cierto.—Insistí—Nada lo puede arruinar, este es mi día—le dije sonriendo y es que lo era, había querido invitarla a salir desde hace tres... Dos... ¡Qué más da! Por el tiempo suficiente y este era el momento, la hora, el día, el lugar, el... —Se está llendo Dobe—me señaló el Uchiha sin levantar la mirada de su lectura. Y era verdad... Demonios. Corrí de inmediato hasta quedar justo frente a ella, se detuvo un poco desconcertada y me miró con sorpresa. —¿Se te ofrece algo Naruto?—Tan bonita, esos ojos casi color perla. —Si así es y sabes lo que es—le sonreí, de verdad que era diferente, era la única persona que me había gustado durante tanto tiempo, bueno... Después de Sakura-Chan, esto tenía que ser diferente... —No lo sé—me respondió ruborizada, eso era lindo. —Shion, quiero una respuesta, dí que saldrás conmigo por favor. —Naruto...—agacho la cabeza—Lo siento pero yo... Aún no estoy segura... ¿Enserio? ¿Qué tanto tiempo necesitaba para saber si quería ir al cine o por un helado? o que sé yo. —Pero... —Me han dicho muchas cosas de ti—me interrumpió. —¿De mi? ¿Qué...? ¿Qué te han dicho...? ¿Qué cosas?—Maldito Sasuke, tontas niñas despechadas... —Tu lo sabes Naruto—Me miro fijamente con esas perlas que tenía por ojos—Lo que ha pasado con las otras chicas. —No me digas que vas a creerles—No les creas, por favor no les creas... —Bueno yo... No estoy segura... Yo... No quiero ser un nombre más en tu lista... —¿Lista? ¿Qué lista? ¿Lo ves? Todo el mundo miente. Eso no es verdad... —No hablo de manera literal—me interrumpió—Lo que digo es que no quiero ser otra chica mas contigo. —No lo serás—le tome suavemente el rostro—Tu eres diferente, lo nuestro es diferente...—tiene que...—dejame demostrártelo, acepta salir conmigo. —Naruto...—se sonrojaba de nuevo—yo...—sonrió. La tenía—Si, si quiero... La tenía, a que la tenía. No pude evitar sonreír, le besé la mejilla y sentí su cara arder. —Perfecto yo paso por ti a las 7:00. —Esta... Esta bien—me sonrió—tengo que irme, ya se me hizo muy tarde para la clase. —Claro, claro hazlo, nos vemos más tarde. La mire hasta que desapareció, era tan linda. —¿Y bien?—Joder no podía iniciar una conversación decentemente, siempre asustando, tomando desprevenido, siempre él. —A que es mía Teme—le contesté con orgullo. —Asi que si es más tonta que tú—respondió con asombro fingido. —Eres un idiota. Te dije que esto era especial—le mire de forma retadora—Saldremos hoy a las 7:00. —Las 7:00 de la mañana ya pasaron. —Como eres tonto... A las 7 de la tarde—le miré frustrado. —Tú eres el tonto hoy debemos ir por todas las idioteces para la reunión de Itachi. ¡¡¡Maldita sea!!! ¡¡¡Joder!!! —¡¡¡Maldita sea!!! ¡¡¡Joder!!!—es verdad—¡Es verdad! —Naruto... —No, no, no, no...—le sonreí nervioso—lo tengo cubierto. —¿Cancelaras? No, pero tengo una mejor idea—Si. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° Sasuke tenía una peculiar costumbre de llegar tremendamente puntal... ¿Y yo? Pues yo... Estaba dándome prisa... —¿De verdad eso dijo Sasuke-kun? —De verdad—respondí con cierto fastidió—ya te lo dije. —Esto me pone tan feliz. Si,si,si, seguro que si... —Ahi esta—le señale y me apresure a él. —Siempre llegas tar...—¿estaba molesto? ¿Confundido? —Te dije que lo arreglaría—sonreí. —¡¡Estupideces!! Molesto. —¿Sasuke-kun? —Sakura, no sé qué te ha dicho este idiota pero... —Pero Sakura es una chica y tiene un gusto exelente para la decoración—le interrumpí—ella te será más útil que yo-eso era un 90% verdad. —Sasuke-kun, déjame ayudarte, mi madre trabaja en esto y yo se de lo que se trata... —Ya, ya—agito las manos—Es tan molesto estar contigo cuándo hablas tanto—eso era un 5% verdad, podría leer sobre "fianzas" o qué sé yo. Pero era un imbécil cuando de chicas o de aparentar que no le agradaba Sakura-Chan se trataba. —Genial—sonreí y mire mi reloj 5:55—justo a tiempo—solo tenía que salir de este centro comercial e ir a por Shion. Y eso era literal. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° —¡Una mierda tú y tus soluciones! Talvez, pero ¿por qué siempre gritaba tanto?. —Te agrado. —¡Una mierda!—grito de nuevo. —Oh vamos, le has invitado a venir hoy porque te agrado estar con ella—eso era 70% verdad. —Yo no la invite, la invitó Itachi cuando la vio llegar conmigo ayer en la noche. —Claro—cambie de canal, era temprano, no había nada bueno que ver. —Yo no le pedí que viniera y no es mi problema si quiere hacerlo. Tan falso como mis ganas de ir a mi casa. —Sasuke, si Itachi la invitó, que Itachi le haga compañía—¿sería mi pereza la que me ha puesto idiota para decirle eso? —¡Una mierda!—una mierda... —Sasuke tengo que irme...—¿Verdad? —Seguro—era tan raro...—Itachi llegará en la tarde, vienen personas importantes a cerrar tratos importantes con él—¿Podía estar molesto un segundo y tranquilo al otro? Tan raro. —Sí—Gente importante... Jiraiya lo decía a menudo. Sakura-Chan llegó un poco más tarde, nos "ayudó" (en realidad lo hizo todo ella) a organizar todo para la cena de Itachi, era genial que él hiciera fiestas en la casa Uchiha, él no era como Sasuke, era más alegre, más extrovertido. Era genial. —Por cierto Sasuke. —¿Ahora que quieres? —Veras... Esta será una fiesta increíble y yo... —Es una cena de negocios Naruto, Hyuga Hiashi viene a cerrar tratos con Itachi, es importante. —Si, seguro que sí—Estos temas me hartan, mi padrino Jiraiya lo decia todo el tiempo, odiaba ir con él al trabajo, era exasperante, esto no era para mi, al menos no mientras podía disfrutar un poco de vida sin preocuparme por ello—Sasuke le he pedido a Shion que me acompañe está noche y espero que de verdad no te moleste—que sé que lo va a hacer. —Deja tus estupideces fuera de esta casa Naruto. —Gracias por entender "amigo". Daba igual, de todas formas Shion vendría, era la oportunidad perfecta para demostrarle que era diferente lo nuestro, traerla a casa de Sasuke, nunca ninguna de las chicas con las que salí convivio con él, está era prueba suficiente para mí. Llegada la noche todo estaba dicho, listo, y yo también, esperando a Shion, con la puerta del auto abierta y ayudándole a entrar en este para no desarreglar su vestido. De pronto un auto se detuvo frente a mí mientras abría la Portezuela del conductor. —Disculpe joven, buenas noches. —Buenas noches—conteste sin entrar en el auto. —¿Sabe usted por casualidad donde se encuentra ubicada la mansión Uchiha? —Si por supuesto, puedo llevarle si gusta, también voy camino allá. —No es necesario joven, se lo agradezco, aún tengo que hacer un par de paradas antes de llegar allí. —Oh si, entiendo—le explique lo más fácil que pude. Nunca he Sido bueno en esto... Y entonces una de las ventanillas polarizadas del auto bajo solo un poco para asomar las manos pequeñas de una niña de más o menos unos 12 o 13 años, Tiro por la pequeña abertura una goma de mascar. —Hanabi, eso es tan molesto, no lo hagas de nuevo. Esa voz era un poco familiar, así que más por curiosidad que por otra cosa trate de mirar quien era su dueña. No lo logré, apenas Vi unos mechones de cabello muy largo y muy oscuro. —Se lo agradezco Joven, es usted muy amable, que pase una gran noche—el chófer interrumpió mi investigación. —Ah claro—me despedí con la mano—No es nada. Más tarde en la fiesta me di cuenta de que yo tenía razón, "una cena familiar" por Sasuke y su extrañesa que esa era una fiesta, no, era un fiestón. Y todo duró cuanto pudo... Debía haber durado menos... A Shion le gustaba bailar, a mí no exactamente pero vaya que quería complacerla. Estuve un buen rato en esa pista haciendo un poco el ridículo, haciendo un poco el gracioso. ¿Cuanto tiempo debí perder ahí? Pasadas las cero Horas Shion me pidió que la llevase a su casa, Itachi estaba por recibir la visita tan importante que espero durante toda la noche, que más daba; a mi todos esos asuntos me causaban pereza, así que decidí salir de ahí y llevar a mi futura chica a casa. Ella me tomo de la mano y sonrió y podría jurar que nada se sentía tan maravilloso como eso... Podría... Pero no lo haré porque mientras ella y yo salíamos por el jardín de la casa Uchiha vi a Sasuke y a Itachi de espaldas, no supe cómo y mucho menos en qué momento mis ojos se desviaron un poco y logré ver que había una chica enfrente de Sasuke y era malditamente raro, y era malditamente ¿lindo?. Logré ver a casi nada los ojos de aquella chica y sus ojos eran... Un par de perlas.
Hola aquí traigo el segundo capítulo y espero que sea de su agrado y si no les agradezco de antemano sus recomendaciones y correcciones. Los personajes de Naruto no me pertenecen son propiedad de Masahi Kishimoto. Capitulo 2 Uzumaki Naruto Era extraño, era cálido, era bonito... Más bien pintoresco; Konoha era bella, a pesar de que fuera algo pequeña en comparación de Tokio, pero era linda. Habíamos viajado todo el día y por fin llegamos a la mansión Uchiha. —Nee-sama. Mire a Hanabi algo extrañada. —Es casi tan grande como nuestra casa. Era verdad o algo así, porque yo diría que tenía más aspecto de ser igual o más grande que nuestra casa. —Hanabi date prisa con ese caramelo que debemos bajar de inmediato—demando mi padre; mi pequeña hermana había exigido a mi padre que hiciera una parada para comprarle caramelos, vaya error. Pero con todo y su amor por los dulces Hanabi los dejó; se acomodó el peinado y estábamos listos para bajar del auto. Al bajar Uchiha Itachi y Uchiha Sasuke ya estaban esperandonos ahí. Yo no les conocía mucho, tenían muchos tratos y arreglos con mi padre y sabía quienes eran, pero jamás había mínimamente hablado con ellos salvo para saludarles. —Buenas noches Hyuga-San. Ellos tenían confianza. —Buenas noches Itachi, Sasuke—mi padre y nosotras hicimos una reverencia al mismo tiempo—Ellas son mis hijas—era la primera vez que nos presentaba formalmente—Hinata, Hanabi. —Buenas noches—dijimos mi hermana y yo al unisono. —Sean Bienvenidos—Los hermanos hicieron una ligera inclinación—Sasuke acompaña a las hijas de Hyuga-San adentro seguro que querrán familiarizarse con la reunión. Mi padre paso de largo a Itachi y ambos se dirigieron al salón contiguo al del festejo. —Por aquí por favor—nos dijó Sasuke-san señalandonos el camino. —¿Sasuke-kun? ¿Puedo llamarte Sasuke verdad?—que atrevimiento. —Hanabi eso no es...—por Dios era todo un lío, ella ya estaba colgando del brazo de Uchiha-san. —Claro...—dijo Sasuke algo confuso, ¿molesto? Una vez adentro no se podía distinguir mucho, había gente por todos lados... Oh Dios mío, tanta gente, que podría tocarme. —¿Hinata? ¿Te encuentras bien?—me miro con sus profundos ojos negros, tan fríos, tan serios. —Yo... Si Sasuke-san. Estoy bien—¿en qué clase de mundo? —Si no están a gusto aquí puedo acompañarlas a una mesa para que se siente... —Eso sería genial... Se lo agradecería muchísimo—le interrumpí. Estuve ahí por un largo tiempo sin levantarme, mientras Hanabi pasaba por el banquete a degustarlo todo. Esto era un poco frustrante, no me gustaba mucho la gente, era un poco precavida para evitar que me toquen. ¿Por qué? También a mí me gustaría saberlo, realmente no existe una razón, simplemente mi mente se adormece y mi cuerpo se llena de furia y desesperación si alguien me toca. —Asi que...—llamo mi atención una dulce voz femenina—¿tú también viniste sola?—era una chica realmente bonita, su cabello rosa y sus ojos jade la hacían parecer uno de esos personajes de las historias de hadas. —Oh, no, yo... Vine con mi padre... Y mi hermana—miré a todas partes y no pude encontrar a Hanabi—o eso creo... —Ya veo-sonrió—¿puedo sentarme? —Claro—dije, mientras señalaba toda la mesa libre. —Mi nombre es Haruno Sakura—estiró su mano. Oh caracoles. —Ammm...—no puede ser, no quería dejarle con la mano así—Yo soy Hyuga Hinata—Levante un poco mi mano y estuve a punto de tocarle—Lo siento yo...—me detuve—No soy muy buena con esto de tener contacto con la gente—me miró extrañada. —Oh ya veo, entiendo no te preocupes—volvio a sonreír mientras retiraba su mano. —Muchas gracias—me tranquilice—¿tú también vienes con tu padre y tú hermana? —jajaja no...—era una buena persona, eso me parecía. —Parece que yo si vine sola—su mirada se tornó triste. —Oh yo... Lo siento. —Esta bien Hinata—sonreía de nuevo—Dime, tu no eres de por aquí ¿o si? Nunca te he visto en el instituto y mira que Konoha es pequeña. —No, bueno... Mi familia y yo solíamos vivir aquí, o es lo que padre nos ha contado. Desde muy pequeñas nos mudamos a Tokyo. —Wooo ¿de verdad? Debe ser increíble vivir ahí, todo tan lindo y moderno ¿no es así? —No es la gran cosa-sonreí. —A mí me gustaría vivir en Tokyo—suspiró—Dime Hinata...—miró al suelo—¿Los chicos en Tokyo son igual de idiotas que aquí en Konoha?—parecia mirar a alguien de manera discreta pero no me moleste en averiguar mucho. —Yo...—comencé a decirle algo nerviosa—No... No lo sé, realmente no convivo con mucha gente y esas cosas. —Ya veo—suspiro más hondo—aqui en Konoha, los chicos son unos patanes o unos idiotas, que para el caso es lo mismo. —No puede ser tan malo...—le sonreí, me devolvió la sonrisa. Oh qué equivocada estaba. Pasaron muchas horas y juraría que no eran tantas en la compañía tan amena de Sakura-san, era divertido hablar con alguien que sabía más del mundo que tú. —Y dime Hinata, ¿no tienes amigos o amigas entonces? —Tengo una, pero ella es mayor que yo y... Bueno es su último año en el instituto. —Oh Vaya mejor que nada es desearle suerte. —Es verdad. Ví a mi padre llegar al salón junto a Itachi-san, parecía que todo iba bien. De pronto llamaron a Sasuke-san y este con cara de pocos amigos se acercó a mí. —Hyuga Hinata—Sakura-san le miró—¿Te gustaría bailar? Sakura apartó la mirada y él pareció hacerlo también. Se veía realmente molesto y también lo expresaba con su entonación. —Yo—contesté nerviosa—como lo siento Sasuke-san yo... No bailo. El pareció aliviado ante mi respuesta y vi a lo lejos como mi padre sonreía burlándose de algo con Itachi-san. —Sasuke-kun—Hanabi se abalanzó a Sasuke-san—Yo si bailo... Bueno no... pero podría hacerlo. Dios era un caso. Sasuke-san parecio aterrado ante los mimos de Hanabi y Sakura-san no devolvía la vista. Una mirada de su hermano mayor hizo que Sasuke-san no pudiera rechazar las peticiones de Hanabi. Ya era tarde y Sakura-san y yo estábamos cansadas con intenciones de dormirnos a la mesa. —Sasuke—llamó su hermano librandole de los tortuosos brazos de mi hermana—Es tarde, lleva a Sakura a casa. Ella dió un respingo y abrió los ojos con sorpresa cuando Sasuke-san le tendió la mano para levantarse de la mesa. Llámenme apresurada pero apostaba a que ellos eran pareja, seguro que habían discutido y por ello no estaban juntos en la reunión. Más horas pasaron y esto se hacía cada vez más aburrido sin Sakura-san. Pero debí haber aguantado, debí dejarlo así, porque justo ahora desearía haber muerto del aburrimiento antes que toparme con él. —Si tienes sueño por qué no tomas una de las habitaciones de Sasuke, tiene demasiadas, no le importara. Debía estar soñando, seguro que me había quedado dormida en la mesa y ahora estaba soñando, porque no podía ser más que eso. En la realidad no podría estar viéndole y mucho menos sintiendo esto que estaba por todas partes. Su cabello rubio, largo y un poco despeinado, su piel perfecta, su figura fuerte, esos ojos celestes... Esa... Esa sonrisa... ¿por qué me sonreía? ¿Qué estaba pasando?, era como si todos los caramelos y el banquete de Hanabi hubiesen caído justo en mi estómago, algo estaba revuelto y yo me sentía un poco mareada, soñada, esto que sentía parecía estar bien... ¿Bien? —Usumaki Naruto—dijo sin dejar de sonreír y sentándose casi a mi lado, extendió su mano. ¿Qué pasaba? ¿Qué pensaba? ¿Qué hacía? Sin siquiera dudarlo tome su mano de apoco con la mía. —Hy...—sentí mi voz perderse y mi cara arder. Era tan vergonzoso no poder hablar ahora—Hyuga Hinata—por fin le respondí y no sentí sofocarme, o perderme, ni mi cuerpo, ni mi mente, pero si mi alma, mi corazón y él seguía sonriendo... —Hinata...—me miro un poco perdido y pensé enseguida en que aún no soltaba su mano. ¡Que se sentía tan bien!, Pero que seguro con lo nerviosa que estaba ya había sudado lo suficiente; trate de soltarle, pero él estaba tan ensimismado que pareció no reconocer mi gesto y me sentí más avergonzada. Agache la cabeza sin saber que hacer, estaba empezando a faltarme el aire y no estaba segura de por qué. —¿Oye estás bien?—se agachó cerca de mi rostro y perdí el control por completo, pero... no como siempre, pensando en lo incómodo de que me tocasen, si no como cuando estás empezando a dormirte después de tener insomnio por 7 días y aún estás despierto pero sientes la felicidad de tus ojos al cerrarse poco a poco. —Yo... No... Yo...—tartamudeé. ¡Dios que vergüenza!. Soltó mi mano. —Ahora vengo—se puso de pie y hecho a caminar. Y... todo había Sido un sueño... ¿Qué si no? Porque en cuanto me soltó y se alejó, todos esos sentimientos extraños se esfumaron, justo como cuando despiertas de un sueño. Dude un poco y Levante la cabeza apoyandola en mis manos sobre la mesa. ¿Qué había Sido todo eso? ¿Y qué era lo que vendría? Puso un vaso grande lleno de agua frente a mí. —Es totalmente pura, lo juro—declaró sin dejarme acusarlo. Puso sus manos en alto. —Yo...gr...—este tartamudeo torpe de nuevo—Gracias—dije apresurando las palabras para que no huyeran de nuevo. Algo ocurriría porque de nueva cuenta todo se nublaba en mi ser, solo porque él había vuelto. ¡Agua!, Tomé el vaso y lo bebí hasta el fondo, cuando lo deje de nuevo en la mesa él me miraba incrédulo. —Vaya que tenías sed—sonrió. ¿Qué rayos?—Sasuke es el peor anfitrión—Se acercó de nuevo a la mesa—¿Quieres que vaya por más? Quiero que vuelvas a tocarme. ¡¡¡No!!! ¿¿¿Qué??? —N...No... Yo... Yo... Estoy bien...—cerré los ojos esperando que así la cordura volviera a mi—Te lo agradezco. —No es nada, me preocupaba que algo te pasará... Se calló de repente y casi al mismo tiempo nos miramos desconcertados. ¿Preocuparse? ¿Por mi? Me acababa de conocer. —Quiero decir... Ya sabes no puedes dejar que una persona muera de sed o eso... —Si—no podía verlo pero sabía que estaba ruborizada, sentía el calor en mi cara. —Hinata—él ya sabía mi nombre y yo estaba volviendome loca o toda una coleccionista de sueños vividos, porque se sentía tan bien oír mi nombre en su boca... No, no, no, ¿era el sueño? ¿el agua no era tan pura?. Perdía todo el conocimiento. —Aún te noto un poco mal. Tal vez... Deberías tomar aire fresco—sugirió mientras me tendía la mano y esta vez no dude en tomarla ni un segundo. Y... era bueno... Todo parecía bueno. Salimos al jardín trasero y el aire era un poco frío, me estremecí y debió notarlo porque se volvió hacia mí y frunció el seño. —¿Es frío?—parecia extraña la manera en la que me miraba—quieres... Negué con la cabeza y casi sin darme cuenta con mi mano libre me toque el hombro. Okay, si hacía frío. Si no hubiese sido porque soltó mi mano, no me hubiera percatado de que se quitaba la chaqueta para... ¿darmela? ¡No!, para ponerla él mismo en mis hombros, de esta forma quedaba totalmente frente a mí y sus brazos estaban rodeandome por completo y yo no quería estar en otro lado, ni me incomodaba su contacto. Lo mire algo sorprendida. Y el bajo su rostro hasta el mío, su nariz casi chocaba con la mía. —¿Eso está bien? Porque... Podría abrazarte si no lo está...—de nuevo sonrió... Y no pude más, me deje vencer totalmente por el sueño, para despertar con la certeza de que eso había Sido. Solo un sueño.
Hola ¿qué tal? Hoy traje un par de capítulos más y espero que sean de su agrado, nuevamente agradezco de antemano las críticas y comentarios que tengan a bien hacer de estos. Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masahi Kishimoto. Capitulo 3 Tiempo para pensar No estaba seguro si esto era remordimiento o miedo. ¡Maldito Sasuke y sus ideas tan ciertas!. Algo había sucedido conmigo y yo no sabía ni siquiera que era. ¡Era verdad!, había que afrontarlo, era un imbécil con las chicas, todo el tiempo aburriendome de todo, pero jamás, lo juro jamás me había atrevido a hacer esto; a salir con una chica y mirar a otra. Si, era cierto qué tal vez mis gustos eran volubles, pero siempre me fijaba en alguien más cuando de nuevo ya estaba solo... Jamás al mismo tiempo... ¿Me explicó? Como rayos voy a explicarlo... Si ni siquiera yo lo entiendo. Esa noche deje a Shion casi sin darme cuenta y no trate de besarla, porque no soy estúpido y sabía que eso podría hacer peor todo después, ella tampoco me pidió que la besará, pero me agradeció por aquella noche... ¿¿Mágica?? No puedo creer lo que diré justo ahora, pero mi magia fue ajena a ella y era molesto saberlo. En cuanto entro a su casa yo volví a casa de Sasuke rogando al cielo que aquella aparición no se hubiese esfumado ya. Y por primera vez mis súplicas dieron resultado; no fue fácil hallarla, aún había mucha gente y demasiado ruido aturdiendo la mayoría de mis sentidos, hasta que por los mejores azares del destino, la vía ahí, sola, en una mesa apunto de cerrar los ojos. —Si tienes sueño por qué no tomas una de las habitaciones de Sasuke, tiene demasiadas no le importará—"Oh toma una mía, hay la misma cantidad en mi casa, es más, toma la mía si quieres..." Pensé. Era un idiota. Ella no me respondió, me miró con algo de extrañeza, yo miré sus ojos adormilados, se parecían a la luna. Había algo en ella, en su expresión que me causaba... ¿Ternura?, tal vez era la calidez con la que se veía y la forma de su boca... Su boca, tal vez ella no era de este mundo, tenía uno de esos embrujos extraños que no iban con este planeta o tan solo con esta dimensión... y todo esto estaba mal, yo estaba haciendo mal. —Usumaki Naruto—me senté a su lado y le extendí la mano. Ella seguía mirando con desconcierto pero me dió la mano... o eso creo; apenas las puntas de sus dedos y luego las deslizó poco a poco por la mía y era eléctrico y especial, parecía derretirme en esa caricia... ¿Caricia? ¿Lo he dicho o pensado? Ella solo está dándome la mano, me estaba saludando... —Hy...-se le fue la voz y eso me distrajo de mis pensamientos—Hyuga Hinata—casi grito cerrando los ojos con presión y eso me pareció dulce y adorable y me hizo sonreír, me hizo feliz. —Hinata...—era Fácil decirlo, era como una canción para aquel que se entona perfecto, era bello y era frágil, ¿por qué? ¿Por qué parecía tan delicado? Sentía que decirlo podría corromperlo, que su nombre se desvanecería en mis labios y quedaría mudo para siempre sin poder decirlo. Ella trato de deshacerse de mi mano, pero más que por fuerza de voluntad, parecía estar encantado y no quería que acabase así que no se lo permití, pero de repente su cabeza cayó y respiro fuerte y no voy a mentir, me asusto, pensé que algo malo le pasaba y aún así no quería soltarle toda vía... Maldito egoísta. —¿Oye estás bien?—trate de acercarme a ella para verle el rostro, totalmente enrojecido y en ese momento todo se calló en mi interior, porque recorde haber visto a Shion sonrojada está maña y que me había parecido encantador... ¿Por qué? Si esto era encantador... Una Mierda... Sasuke, justo como tú lo dices. ¡¡¡Una mierda!!! —Yo... No...Yo Me levanté de inmediato y la solté—Ahora vengo—camine a toda prisa a servirle un vaso de agua, de agua pura lo juro, no sé quién me dijo que todo se solucionaría con eso; tal vez era mi inconsciente que deseaba un balde entero de aquel líquido totalmente helado para reaccionar de esta fantasía tan embriagadora. Regrese a la mesa y puse el vaso frente a ella quien lo miro con algo de alivio.—Es pura lo juro—declare antes de que desconfiara de mi, porque yo no quería que ella desconfiara de mi. —Yo...gr...—¿Era su forma natural de hablar? Si era así, era realmente adorable, o yo era un real idiota...—Gracias—Su cara totalmente roja. Tal vez yo era un idiota... Pero a qué ella era malditamente adorable. Tomo el vaso de agua y lo bebió todo, absolutamente todo hasta la última gota; me sorprendió, tal vez si se sentía mal. —Vaya que tenías sed—me reí de lo tonto—Sasuke es el peor anfitrión. Me acerqué un poco a ella—¿Quieres que vaya por más? Negó un poco, pero no sabía si la negación era para mí o para ella. —N...No...Yo...Yo... Estoy bien...—adorable, me gustaría besarla... ¿Podría? Qué demonios Estaba pensando, de verdad algo iba mal en mi. —No es nada, me preocupa que algo te pasará... ¿Qué? ¿Qué acaso estás mal de la cabeza Naruto? Ella te acaba de conocer y ahora saldrá corriendo a petición tuya por hacerla sentir incómoda. La mire y parecía tener el mismo desconcierto que yo en los ojos. —Quiero decir...—quise deshacerme de culpas e ideas erradas—Ya sabes, no puedes dejar que una persona muera de sed o eso...—¿Enserio Naruto? De todo lo que pudiste haber dicho... ¿Salió esto?, Tonto, tonto, tonto... —Si—una sola palabra y sonaba mejor que la música del lugar. Su rostro me parecía algo desafiante, algo que jamás había visto, y sin embargo tenía la sensación de que estos sentimientos no estaban naciendo aquí, ni ahora, si no que estaban regresando del exilio, pero ¿de cuál? ¿De dónde? —Hinata—Me gustaba decirlo, de alguna manera me parecía que hacía bien en mi boca, la mire con mas detenimiento y estaba completamente roja—Aún te notó un poco mal... Tal vez... Deberías tomar aire fresco—o podría darte directamente el mío, hasta quedarme sin nada... Le extendi la mano para que la tomara, ella podía ponerse de pie sola, pero yo ansiaba tocarla de nuevo, está vez fue más rápida, con más confianza y eso me dió confianza a mi tambien, con lentitud se puso de pie y con toda la delicadeza que pude la guíe hasta el jardín trasero; al salir sentí como su mano se estremecía y seguramente el resto de su cuerpo. Ella tenía frío, y yo un tremendo calor recorriendome el cuerpo, me gire para verla y no me agrado que algo no estuviera bien para ella. —¿Es frío?—no Hinata, no sientas frío, aquí estoy yo para cobijarte—¿Quieres...?—Negó con la cabeza casi de inmediato, pero yo si quería. Tomó su hombro izquierdo y volvió a estremecerse, le solté y lo más rápido que pude me deshice de mi chaqueta, tape su hombros y brazos con ella y ella quedo justo entre los míos. La mire y ella a mí y quería besarla, quería que ella me besará... Baje mi rostro al suyo y no sabía si esperar que ella lo hiciera o hacerlo yo. —¿Eso está bien? Porque...—quiero besarte...—Podría abrazarte si no lo está...—Besame... Y tan pronto como esto empezó acabo, cayó a mis brazos como una pluma. De verdad se sentía mal y yo haciendola perder el tiempo con mis estupideces, la lenvanté por completo y sentí la incomodidad de que no se encontrará bien; entre de nuevo al salón con ella en brazos y Sasuke fue el primero en verme. —¿Pero que diablos Naruto?—exacto. ¡¡¡Qué diablos!!! Y ahora que se suponía que... —Ella dijo que se sentía mal y se ha desmayado sin más—Culpable y mentiroso—por suerte estaba ahí teme. —¿Hinata? ¿Qué ha pasado?—un hombre alto con los ojos aperlados al igual que los de ella se acercó y en seguida me la arrebato de los brazos—¿Qué ha pasado? —Ella... —Se sentía ya muy fatigada Hyuga-San—Le respondió Sasuke—Por suerte Naruto estaba ahí para ayudarle. —¿Naruto?—me miro con algo de... ¿Recelo? —Usu...—comenzaba a decirle. —Usumaki Naruto—interrumpió Itachi poniendo una mano en mi hombro—Un digno competidor comercial y un amigo de esta casa. El hombre no podía creerse lo que Itachi decía. —Usumaki...-repitió casi furioso entonando los ojos al mirarme de nuevo—No sería bueno que te acercaras demasiado a mi hija—se dió media vuelta y yo estaba dispuesto a responder cuando Itachi me sacudió un poco. —Es tarde Naruto, debes ir a casa. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° Y mírame ahora, habían pasado ya dos noches sin poder dormir, o dejar de pensar en algo tan extraño y a la vez fascinante, y por supuesto... ¿Con qué cara iba a ir con Shion mañana? Con la maldita cara de vergüenza que tengo ahora seguramente... Y tal vez hubiese Sido mejor no ir con ninguna otra más que la de la verdad. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° —Buenos días Naruto—era lo que menos quería, lo que menos necesitaba. Ella estaba en la entrada del instituto esperándome, para tomarme de la mano y besarme. Eso era una sorpresa, no lo esperaba y tampoco estaba seguro de quererlo. —Bueno...—empezaba a responderle algo desganado. Me besó de nuevo y parecía que todo estaba mal, hasta para mí... —Naruto, la noche del sábado ha Sido magnífica—sonrió. Y yo también lo hice, por razones distintas, pero lo hice. —Y que lo digas—era un tonto, actuando como un tonto, no me di cuenta de los errores que estaba cometiendo en ese momento, o tal vez los errores los cometí después... yo que se. —De verdad quiero ser tu novia. sus ojos me hicieron dudar, no sabía que sentir o que pensar, porque eran muy similares y muy diferentes, sobre todo en lo que me hacían sentir, era todo tan confuso. —Yo...—me beso de nuevo y está vez no fue tan malo, mentiría su dijese que no hubo una mínima pisca de gusto en mi, porque la hubo y empezaba a ser bueno —Se que está vez es diferente Naruto—me miro con cierta firmeza en su expresión—se que lo nuestro es diferente. Y era verdad, lo era, era diferente y yo estaba hechandolo todo por la borda, porque, yo no vería nunca más a Hinata y lo que habíamos pasado y lo que habíamos sentido, o al menos yo, sé esfumaría para siempre y serían recuerdos de una noche... ¿Y no era lo mismo con Shion...? ¡¡¡No!! No lo es... Que no lo sea por favor... Puedo hacerlo ¿Puedo cambiar? ¿Puedo? Esto es diferente debe serlo. Tiene que... —Me alegro—le respondí y la bese y está vez fue bueno, estaba bien.
Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masahi Kishimoto. Capitulo 4 De Vuelta en Konoha Era tan temprano y tan fastidioso. Me exasperaba la manera tan tranquila que tenían los minutos para pasar durante las clases; Kakashi-sensei como siempre dirigiendo todo con calma, una lectura seguramente aburrida, seguramente interesante para Sasuke. El y yo hemos estado juntos, en la misma clase desde que éramos unos niños; sus padres jamás se opusieron a nuestra amistad y los míos mucho menos, ellos eran comprensibles, porque de no ser así, nos hubiesen negado la más mínima comunicación. La Compañía Uchiha era grande y poderosa, pero no asoraba a la de mi familia. Los padres de Sasuke se encontraban de viaje muy a menudo y ni siquiera vivían aquí en Konoha, ellos le dieron el control total de su compañía a Itachi hace unos años, lo que Sasuke aspiraba algún día, lo que Jiraiya esperaba que yo hiciera algún día. —Naruto—interrumpió mis pensamientos Kakashi-sensei como siempre—¿Puedes continuar con...? Una campana sonó de manera leve tres veces. Estaba salvado. —Podrías poner atención de vez en cuando—me sugirió Sasuke con pesadez. —Lo hago...—suspiré—De vez en cuando. —Naruto debemos ponernos de acuerdo para hacer el trabajo final. —Claro.—moví las manos para deshacerme un poco de la presión de esa tarea. —Hablo enserio, si no te dejaré solo y haré el trabajo con alguien más. Ví a Shion de lejos—Como si fuera a creerte eso—le respondí alejándome ya un poco. —No me retes Naruto. —Lo haremos, lo prometo—le dije algo lejos de él. Lo había logrado; estar con ella era fácil, quería estarlo de verdad, porque no me sentía aburrido, al contrario sentía que de alguna manera había encontrado algo que había buscado durante mucho tiempo; me causaba tranquilidad estar a su lado. —Buen día—me acerqué y la bese despacio. —Naruto...—miro a todas partes—Buen día. Había cambiado un poco, o era tal vez que yo no la conocía tan bien de antes, ya no solía sonrojarse o parecer avergonzada. Pero creo que era bueno, significaba que tenía más confianza conmigo. ¿No es así? —Seria bueno salir hoy ¿no crees? Faltan un par de semanas para el verano y te irás de vacaciones con tu familia—tomé un mechón de su rubio pelo y finjí un puchero. Ella me sonrió calmada—Tal vez podríamos...—puso su peso sobre una sola pierna y suspiro—pero tengo tareas que hacer—ahora ella hacía pucheros. —Oh vamos... Ya casi termina el año. —Exactamente—me miró con algo extraño en su rostro... ¿seguridad?—He pensado en que tú ya has hecho todas estas tareas el año pasado...—se acercó a mi boca y eso me gustaba—Tal vez tu podrías ayudarme. —Si—solté como un idiota—no espera... ¿Qué?—reaccioné. Yo estaba en este lugar, por Sasuke el siempre me ayudaba al final con las tareas y los exámenes, siendo sinceros apenas y recordaba mi primer año del instituto. —Naruto—agacho la mirada—por favor...—¡No lo hagas!—por mi...—¡maldita sea!—asi podríamos salir. Maldición era un gran tonto y ahora ¿qué iba a hacer? ¿ir con Sasuke? "Oye Sasuke, ¿recuerdas el proyecto final?, Pues por qué no lo dejamos para después de hacer el de mi novia", "Una mierda", ya podía escucharlo. Resbalaba mi lápiz por mis dedos y lo volvía a tomar cuando caía a la mesa. Escuchaba que Tsunade-obachan hablaba enfrente de la clase. Tal vez podría pedirle ayuda a Sakura-Chan ella y el Teme eran los mejores de la clase... Pero no estaba seguro si lo aceptaría, a ella no le agradaba Shion, siempre decía cosas malas de ella y por esa razón últimamente estábamos muy distantes. A Shion tampoco le agradaba Sakura-Chan y se molestaba si me veía hablando mucho con ella. No quería que se molestará. ¿Qué iba a ser? Esto era lo más frustrante que me había pasado en la vida... —Hyuga Hinata, encantada de conocerlos. Algo se movió dentro de mí, Levante la cabeza tan rápido que sentí mi cuello torcerse, esto era una broma, tenía que ser una maldita broma... Allí frente a todos con el mismo uniforme del instituto, con las manos entrelazadas por delante y una sonrisa tan perfecta, esos ojos color Luna... Esto no era una maldita broma. Mi corazón sonaba tan fuerte que yo mismo podía escucharlo y empecé a preocuparme porque los demás también lo escucharan, esto era tan asfixiante, literalmente, porque había olvidado respirar y cuando lo hice, fue realmente difícil. Sasuke se volvió hacia mí—¿Qué te ocurre?—No sabía cómo me veía pero a que era terrible porque su mirada se preocupó de verdad— ¿Te encuentras bien? —Lo...—¡Maldita sea no!, ¿como voy a encontrarme bien?, ¿es que no ves lo que acaba de suceder?, seguramente en unos minutos esta dimensión y todas iban a colapsar, al menos en mi cabeza, al menos para mí.—estoy.... —¿Esta seguro? —Yo...—Quiero vomitar... No... Creo que es hambre... O tal vez... No lo sé, diablos. ¡No sé qué es esto que siento...! Mire de repente hacia el frente y vi como Kiba le ofrecía la silla vacía a su lado. Y algo hervía, corroía, molestaba. Estaba tan jodidamente molesto. —Naruto—me puso una mano en el hombro, de verdad tenía que verme mal. —Shion me ha pedido que le ayude con la tarea—le solté con cierto tono de irritación—es eso. —Y vaya que es grave—parecía convencido—¿Cómo vas a ayudarle si no tienes ni idea de lo que harás con las tuyas? Le sonreí por reflejo, no quería que viera algo raro en mi. Siempre hacia muchas preguntas y ya tenía suficientes con la que yo mismo me hacía. No estoy seguro si tenía miedo o vergüenza de mirar al frente, pero lo hice y algo empezaba a correr dentro de mí. Algo empezaba a manipularme como si de una marioneta se tratase. En un segundo sentía un millón de emociones distintas, si es que existía tal cantidad de ellas y si no era así, juro que yo mismo las creaba en ese momento. Esto era... Lo más frustrante... Qué me había pasado... En la vida... Al terminar la clase no sabía si correr para acercarme a ella o esconderme debajo de la mesa a esperar que se fuera y el tiempo, y el día, y todo. —Naruto—Sasuke me miraba de verdad extrañado—¿Qué rayos esperas?, Vamonos. ¿Irnos? ¿A dónde? Entonces caí en cuenta que las clases habían terminado, que debía ir a casa... No, debía ir a casa de Shion. Ella estaba concentrada en los apuntes de la libreta de Kiba y él le sonreía como un idiota... Y yo, me molestaba. También como un idiota. —Basta Naruto—suspiró—De verdad. Lo de tu novia no es para tanto, en cuanto terminemos el proyecto te ayudaré. Lo mire sin querer, porque ni siquiera podía concentrarme en él. —Ah si eso...—mire de nuevo al frente, ella parecía no saber de mí existencia y era tan lógico y tan molesto.—Si, gracias...—Me Levante de prisa con la única intención de salir mientras ella no me notaba. Y odiaba la idea de que no me notará.—vamos. Camine unos cuantos pasos y Hinata le devolvió el cuadernillo a Kiba para ponerse de pie. —Te lo agradezco mucho—le sonrió, y me mataba. Tomo su portafolio y lo colgó de su delicado hombro, yo me detuve en seco y Sasuke chocó contra mi. Sentía pánico, no quería que se girase, porque aún conservaba un poco de cordura por el hecho de no tenerla de cerca. Trague duro y sentí mi sudor frío. —¡Maldita sea Naru...!—vociferó el Uchiha y ella estaba apunto de volverse. —¿Hinata?—se detuvo antes de siquiera poder mirarme—¿De verdad eres tú? Sakura-Chan entro de inmediato en el salón y se acercó con los brazos abiertos. Hinata puso sus manos al frente en una señal de auxilio. —Oh es verdad—le sonrió bajando los brazos y riendo un poco—tu asunto con el contacto humano—Hinata le sonrió de vuelta y algo en mi jodía porque su sonrisa claramente no era para mí. —Sakura, es tarde vamonos—Ino se asomó al salón y miro a las dos chicas con sorpresa. —Ven aquí Ino quiero presentarte a alguien—Sakura-Chan de verdad parecia estar feliz. —¿Y bien? Me gire casi con terror para ver como Sasuke miraba a las chicas con el seño fruncido como tratando de averiguar algo. —¿Qué les estamos viendo? Yo tenía mucho que ver... —¿Qué?—No quería que me mirara ahora porque presentía que en mi rostro había algo raro-Yo que sé. Tú te detuviste. —Creo que realmente te ha puesto tonto la Tarea de Shion. Hecho a caminar y paso por detrás de Hinata. Casi corriendo lo alcance y al salir del salón no sabía cómo sentirme. Me sentía aliviado y a la vez un poco triste... ¿O molesto?. Porque Hinata ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia. Y es que no puedo culparla, porque ella no va por ahí buscándome... ¿O si? Noooo, nadie haría tal cosa, por nadie. ¡¡¡Maldita sea!!! Me sorprendí mirando en todas las direcciones, buscándola, tratando de encontrar la más mínima señal de su presencia y entonces aterricé de lleno en el suelo y mi corazón se aceleró cuando ví un par de ojos perla mirándome directamente. —Naruto—se levantó de prisa—como lo siento. Me quedé perdido y al encontrarme, la incomodidad y el alivio no se hicieron esperar. —No te ví, pero iba justo a buscarte. Me levanté sin decirle nada, porque me sentía realmente tranquilo de que no fuera ella y sin en cambio, algo en mi interior rogaba porque hubiese sido ella. —¿Naruto? —Mmm si...—¿si que? —¿Si que?—me miró desconcertada—¿Te sientes bien? —Si eso... Estoy bien. —¿Estas seguro? ¡Dios! ¡Dejen de preguntar eso! ¿Es que no ven que la seguridad y yo no somos muy amigos justo ahora? —Lo estoy—le respondí molesto y sabía que estaba haciendo mal, pero me daba igual. —Naruto...—me miro con cierta preocupación y me moleste más conmigo—¿Algo te ha pasado? —¡Estoy bien Shion!—estaba tan exasperado. Ella frunció el seño y se alejó de mi y supe que lo había hecho todo mal. —Pues bien—tiró de su mochila que aún estaba en el suelo—Cuando te sientas mejor, puedes buscarme. Se dió media vuelta y camino con paso firme pero lento y yo sabía que quería, sabía que esperaba que la siguiera. Lo había hecho tantas veces... Pero hoy... Fue diferente.
Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. Capitulo 5 Él es real —De verdad me alegra... ¿O me impresiona?—puso una mano en su fina barbilla—Naaa... Es maravilloso Hinata. ¿Sabes? Después de esa noche le pregunté a Sasuke-kun por ti y dijo que habías regresado a Tokyo el domingo por la mañana-me miro algo triste-fue malvado de tu parte no despedirte de mí. —Lo siento tanto Sakura-san—me incline para disculparme. No quería ser una mala persona, mucho menos con ella, que estaba siendo tan amable conmigo. —Oh vamos—se río mientras me daba una palmada en el hombro y eso provocó en mi un pequeño salto—Es solo una broma. Me erguí de nuevo y le sonreí. —Y dime, ¿En dónde estás viviendo?, Ino y yo te acompañaremos a casa, ¿no es asi?—miró a su rubia amiga y ella asintió con una sonrisa. —¿De verdad?—yo no podía verme pero apuesto que mis ojos se habían iluminado por la alegría; no tenía muchos amigos, nunca los había tenido Salvo Tenten que era la novia de Neji-niisan, pero ellos estarían en la universidad el año entrante y ni siquiera se quedarían en Japón, porque habían logrado ingresar a una prestigiosa universidad en América. —Por supuesto, además estás en la mayoría de nuestras clases Hinata, te ayudaremos con lo poco que haga falta. Porque las clases ya casi terminan por suerte—Me dijo Ino—san con una gran sonrisa. De verdad que estaba feliz, ellas eran tan amables y yo no quería perder esta oportunidad de hacer amigas. —Se los agradezco tanto. —No es para tanto Hinata, Sakura me ha dicho que vivías en Tokyo y estoy de verdad ansiosa porque nos cuentes cómo es allá. Asentí sonriéndoles a ambas. —Entonces... ¿Nos vamos?—sugirió Sakura-san. —Claro. Solo... Un segundo.—me di la vuelta y corrí hasta el auto que estaba esperándome para llevarme a casa. —¿Sucede algo Hinata-sama? —Ammm... Ko-kun, Sakura-san e Ino-san se han ofrecido a acompañarme a casa... Yo quiero ir con ellas. —Pero, podría perderse. No es muy seguro. —Por favor—le dije con tono de suplica—de verdad quiero hacer amigas y Konoha no es muy grande, seguro que ellas sabrán llegar perfectamente. —Hinata-sama... —Por favor—volví a suplicar y el sonrió y lo entendió. —Esta bien, Hinata-sama, pero ¿por qué no les dice que vengan en el auto con usted? —El tiempo es valioso y en un auto se escapa como agua entre las manos—le sonreí y el soltó una pequeña carcajada. —Le seguiré de cerca Hinata-sama, por si necesita algo y no lo discuta, porque eso no va a cambiar. Era comprensible y al final yo tendría lo que quería, le agradecí y el arranco el auto para ponerlo en movimiento, lo despedí con la mano y volví con las chicas, quienes me miraban con expresión algo asombrada y graciosa. —¿Qué ocurre? —Ese... ¿Ese auto venía por ti? Mire en dirección a ko que ya se alejaba y asentí. —Oh por dios—exclamo Ino-san—¿es tu auto? —No en realidad, es de mi padre, pero lo pone a disposición de mi hermana y mía, yo no sé conducir. —Increíble—dijeron las dos al unisono. —¿Sabes lo que significa eso?—Me dijo Ino-san mirando a Sakura-san de manera cómplice. —¡Centro comercial todos los días!—gritaron al unisono y yo me reí casi a carcajadas. —Es broma Hinata. No quiero que pienses mal de nosotras—repuso Sakura-san algo sería. —Yo no podría... —No somos unas interesadas—repuso Ino—de verdad queremos ser amigas tuyas—me sonrió de una manera dulce y Sakura-san la secundo. —¿Mis amigas...?—no podía estar más feliz. —Claro, solo si tu tambien lo quieres. —Pero claro que sí, yo... Se los agradezco tanto... Y me gustaría mucho ir al centro comercial todos los días con ustedes. Compartieron una mirada de sorpresa y luego se volvieron a mi, ambas soltaron una carcajada y yo también me reí. De verdad era feliz. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° Sakura-san e Ino-san se quedaron en casa un buen rato, decían cosas extrañas y graciosas acerca de las habitaciones y de todo el lugar en general y a mí me parecía todo tan ameno, Hanabi aún no volvía de la escuela y Padre estaba en el trabajo, así que ellas eran la compañía perfecta. —Es enorme Hinata—dijó Ino-san con admiración a la vez que se tiraba en la cama con expresión de calma. —Por favor Ino—le interrumpió Sakura-san—Tu habitación es igual. —Claro que no, la de mis padres es igual—repuso—Ahora que lo recuerdo—dijo casi gritando de la emoción y levantándose de un salto—¡¡¡Ya viene el Verano!!! —Vaya sorpresa que lo hayas olvidado. —No es eso lo que recorde tonta—se defendió—Mis padres han cedido a mis súplicas y nos han prestado una de las cabañas de la playa. Así que...—sus ojos se iluminaron—¡Este será el mejor verano de nuestras vidas! Y es Genial porque has llegado en el momento justo Hinata. Me estaban invitando a participar en su verano y esto parecía como uno de esos regalos de Navidad adelantados. —Increíble Ino, no quiero imaginar cuántas rabietas tuyas debieron soportar tus padres. —No es para tanto—movió las manos deshaciendose de la culpa—y bien, ¿que dicen?. Las horas pasaron sin darnos cuenta y era prácticamente de noche cuando Ko-kun las llevo a casa. Yo extrañaba Tokyo porque había vivido la mayor parte de mi vida ahí y estaban Tenten y Neji-niisan, pero esto parecía comenzar de maravilla, parecía ser que nada malo podría pasar, porque era una nueva vida y tenía un inicio prácticamente perfecto, me hacía sentir llena de confianza, todo pintaba bien, incluso ansiaba que empezará el nuevo día para tomar las riendas de esta vida, llendo al instituto, al centro comercial, a la playa con mis nuevas amigas, a las que no parecía importarles mi extraña condición con el contacto físico. Quería seguir así y vivir... Fue una verdadera lástima, que todo ello durase solo un día. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° Llegue temprano al instituto, porque estaba emocionada, este día les propondría a Sakura-san e Ino-san que yo pasará por ellas en el auto para ir juntas al instituto... Y a todas partes. El aula estaba casi vacía, Salvo por un par de muchachos en la parte trasera y tres más desperdigados por el resto de la sala. No les presté mucha atención a todos ellos y debí haberlo hecho, porque así habría podido callar mi sorpresa en mi interior y guardarla solo para mí. Me senté y saqué un cuadernillo y unos bolígrafos. —Buen día Hinata. Miré hacia arriba y Kiba-kun me sonreía mientras se quitaba la chaqueta y la acomodaba en el respaldo de la silla, él también había Sido muy amable conmigo y parecía ser un buen chico. —Buenos días Kiba-kun—le devolví la sonrisa. —¿Y? ¿Cómo has pasado tu primer día en Konoha? —Muy agradable, conocí a dos chicas increíbles y me han mostrado un poco del lugar y me parece...—me interrumpi de inmediato, estaba hablando muy rápido y lo más importante estaba hablando, a Kiba-kun ¿por qué le hiba a importar?. Estaba tan emocionada por los acontecimientos del día anterior que lo había soltado sin más. Sentí mi cara arder. —¿Y te parece...?—movió su mano invitándome a continuar y era extraño, pero parecía de verdad interesado en escuchar. —Realmente lindo—respondí aún avergonzada. —¿Solo lindo? Vamos, no puede parecerte solo lindo, Konoha es preciosa y si no lo has notado seguro que esas increíbles chicas no te han llevado a los lugares correctos. El parecía hablarme con la misma confianza con la que yo lo había hecho y no sabía cómo sentirme al respecto, porque tal vez lo hacía por compromiso y yo...—No quise hablar demasiado... —¿Cómo dices? ¿Hablar demasiado?—soltó una leve carcajada—Yo te he preguntado algo Hinata. ¿Sabes? es bueno cuando alguien te cuenta algo que le ha gustado... Qué le ha parecido... "Lindo"—me sonrió Y yo no dude en devolverle la sonrisa, este lugar me estaba llenando de sorpresas, porque él no me causaba desconfianza, todo lo contrario, era tan amable. En un segundo sentí como si alguien estuviera viéndome fijamente y era algo incómodo porque ya lo había sentido muchas veces antes, en el instituto en Tokyo, la mayoría de los chicos y chicas solían verme fijamente, yo siempre les parecía extraña. Poco a poco me volví y vi a casi nada a Uchiha Sasuke de espaldas y me sorprendió porque no esperaba que estuviéramos en la misma clase, quería saludarle, porque era correcto, mi padre e Itachi-san tenían tantos negocios que se diría que también eran amigos. Me levanté con la intención de acercarme, cuando note que él estaba hablando con alguien más, no pude ver muy bien quien era, así que dude en ir a saludar porque no quería interrumpir. —Hinata—me sobresalté cuando Sakura-san me tomo del hombro y al ver mi reacción me soltó de inmediato—oh lo siento tanto—dijó con algo de culpa y yo negué con la cabeza y le sonreí para que lo olvidará. —Buen día—me alegra que en la primera clase estemos juntas. —Sakura-san, Ino-san, bue... —oh vamos Hinata—me interrumpió Ino-san—Solo Sakura y solo Ino ¿está bien? Asentí despacio y les sonreí, cuando entró el profesor por al salón y las tres tomamos nuestros respectivos lugares. —Buen día a todos—parecía muy calmado. —Buen día—respondimos todos al unisono. —Espero que de verdad leyeran el capítulo del libro que les he pedido, recuerden que la historia es un tesoro que pertenece a todos... No solían aburrirme las clases, ni siquiera está, con Kakashi-sensei que hablaba tan calmadamente, de verdad estaba poniendo atención y ese fue el peor error, porque debí aburrirme, debí quedarme dormida, debí hacer garabatos con los lápices de colores en las hojas limpias de mi libreta... Debí hacer tantas cosas.... —Usumaki Naruto. Algo raro había en el ambiente inundando el aula, contaminando el aire puro... Empezaba a hacer calor y el aire se sentía más pesado. Mi estómago se revolvía y algo en mi pecho repiqueteaba como un campanario entero. Mi libro resbaló de mis manos como si estás estuvieran hechas de papel y no pudieran aguantar ningún peso, cuando cayó al piso para mí fue como si lo hubiese roto y con ello creaba un terremoto. —Señorita Hyuga, ¿se encuentra bien?—salí de mis pensamientos con un salto y eso provocó que Kakashi-sensei me mirara aún más extrañado—¿Es que acaso le ha dado sueño? —N...—¿Dónde estaba mi voz?——N...No—dije con esfuerzo. —Vaya, vaya—suspiró—de verdad espero que Naruto no esté esparciendo sus malos hábitos. Ahí estaba de nuevo... Todo parecía alejarse de un tirón. —¿Que yo qué? ¿Era una broma? ¿Estaba loca? Seguro... Seguro que lo estaba... Su voz, era exactamente la misma y es que jamás podría olvidarla, aunque solo la hubiese escuchado en un sueño. —Sientate Naruto, o voy a darle una tarea extra al grupo como recompensa por tu comportamiento. —Maldita sea Naruto—Vociferó Kiba-kun. —Cállate de una vez—le grito Sakura. —Tú siempre eres el culpable—se unió Ino. —Esto es un fastidio—suspiró un muchacho de cabello negro alborotado al otro lado de la sala. Yo no podía mirar... Quería, porque de verdad quería... Pero algo no me lo permitía y ese algo me tuvo casi estática por el resto de la clase. Apenas y sentía el aire entrar a mi pulmones cuando una campana sono. —Espero que mañana vengan preparados para el examen, recuerden que es la penúltima semana de clases y la siguiente solo me ocuparé de la revisión de sus proyectos, que supongo ya estarán casi terminados. El salón se llenó de murmullos y de unas cuantas maldiciones. —Y por cierto Naruto—añadió—Espero con ansias ver el tuyo. Todos empezaron a reír y el sensei se retiró. Yo no quería levantarme porque no sabría que hacer después... Tal vez correr, hasta que se me deshicieran las piernas... —Vamos Hinata, quiero ir al sanitario antes de la siguiente clase.—Sakura e Ino estaban de pie frente a mí. —C... claro un segundo...—me volví para recoger mis cosas y guardarlas en el portafolio. Tal vez era mi oportunidad de huir, pero como siempre tan patosa, tan lenta, tan yo... Debí tardar demasiado en hacerlo todo... ¡¡¡Dios mío!!! Me gire de prisa y me levanté casi corriendo... Y... Terminé en el suelo. Había chocado con él y ahora estaba en el suelo, quería desaparecer o que la tierra se abriera y me tragase de una buena vez. Él me miró y no supe de que forma. Estaba en otra parte tal vez... Por esa razón no me había visto y se había topado conmigo. Empecé a sentir la sangre subir a mi cara y como el aire corría un maratón para abandonar mi cuerpo. —Maldita sea Naruto—Sakura lo apartó de un empujón—Podrías al menos ayudarla a levantarse—se inclinó hacia mí—¿Estas bien Hinata? Asentí muy despacio. —Por Dios Naruto—suspiró Ino—Eres un total desconsiderado. —Si yo...—parecio reaccionar—lo siento. Ammmm...—me miro con aire duduso. Parecía estar esperando algo... Y yo lo entendí. —H... Hi... Hinata—Tartamudee—Hyuga... Hinata—clave mi mirada al piso. Era una tonta y esto era extraño. —Hinata...—algo ocurría—Lo siento, tendré más cuidado—sonrió. Y mi mirada se perdió en su sonrisa. —Te ayudo—me tendió la mano y yo estaba apunto de tocarla porque quería saber si estaba en lo correcto, quería experimentar aquella magia de mis sueños. —¡No Naruto!—Exclamo Sakura—Ella puede sola. ¿No es así Hinata?-se veía un poco nerviosa y sabía que lo correcto era hacerle caso. Me apoye en una silla y me levanté tratando de sacudirme un poco la vergüenza. —Vamos Hinata—dijo Ino tirando de la correa de mi portafolio—de verdad quiero ir al sanitario. Asentí y agache la cabeza. —Lo siento N... —Oh vamos—Tiró Ino una vez más—No es necesario que te disculpes con él. Salimos de la sala casi sin darme cuenta y camine muy muy callada a su lado. —Ese Naruto, siempre es un descuidado—suspiró Ino—pero tranquila, ya te irás acostumbrado a Konoha—sonrió. Y yo no sabía muy bien que hacer porque mi mente seguia un poco pérdida. Al entrar en la siguiente clase esperé casi con ansias que el también apareciera, pero no fue así. —¿Hinata puedo sentarme aquí? —Por supuesto Kiba-kun—respondí sin concentrarme del todo en él. —Es bueno tener un compañero ¿sabes? Shino mi compañero de siempre tomo clases completamente distintas a las mías. Lo mire y me sentí mal conmigo por no prestarle la atencion suficiente, después de todo el había Sido amable conmigo. —¿Clases diferentes? —Si ya sabes... El quiere especializarse en otras cosas. —Ya veo... —¿Y tu Hinata? —¿Yo?... Ah yo... —Buen día jóvenes. La clase parecía pasar tan lento y jamás había sentido el tiempo tan eterno. Ponía atención, pero algo en mi sabía que todo lo olvidaría más tarde, porque no estaba interesandome mucho. La confusión en mi mente se disipaba y yo empezaba a entender algo de lo que aquí ocurría porque lo había vivido hace muchos años. Tengo el recuerdo no muy bien acertado de estos sentimientos; cuando era apenas una niña... Eran tan similares... La campana de nuevo, el bullicio de gente saliendo de los salones, Sakura e Ino hablando de personas y cosas cuya existencia yo no conocía; otra clase, más minutos corriendo, más tareas, de nuevo la campana. —Realmente hoy no tengo mucho apetito. —Tú siempre con esas tonterías. —De verdad me ha agotado la clase de Kurenai-sensei. —Con Mayor razón, habrá que comer algo. ¿No es así Hinata? Asentí como acto reflejo, llegamos a la cafetería y tomamos las bandejas del almuerzo; salimos a comer al jardín, porque a Ino le gustaba el aire fresco... O eso había dicho. —Sakura-sa...—me miro alzando una ceja—Sakura—corregí—Eso que llevas ahí...—señale con la mirada a un bello dije que colgaba de su cuello. —Oh—dijo mirándolo tambien—esto es...—se sonrojo. —Sasuke se lo regalo el día de San Valentín—interrumpió Ino. ¡Lo sabía! Ellos sí que eran pareja. Sakura se ruborizó a más no poder. —¡Ino! —Es la verdad, sea como haya Sido él te lo dió. —¿Cómo?—me atreví a preguntar. —Fue un divertido juego de intercambio de regalos el año pasado—me explicó Ino—Tsunade-sama lo propuso y vaya cosas interesantes que ocurrieron ahí. —A Sasuke-kun le... —El tenía qué regalarle algo a Sakura. Destino se llama. Me reí por lo bajo Ino, tenía ese aspecto de ser toda una experta en los asuntos del amor. —Es hermoso—le dije sonriendo. —Es una flor de cerezo—dijo Sakura casi soñada mientras lo sostenía en la mano. —¿Puedo verlo? —Claro—se lo quito con mucha delicadeza y de la misma manera lo tome. —Es lo único que tengo de Sasuke-kun—Su mirada se puso algo triste. —Debe ser muy importante para ti. —Lo es... —¡Oh no! Dios ¿Sakura hiciste la tarea de la clase de Yamato-sensei? Ambas se alarmaron y tomaron unas pequeñas libretillas de notas en donde comenzaron a escribir de manera casi maratónica. Me reí por lo bajo y puse el dije de Sakura al lado de su estuche. El almuerzo duró casi nada o tal vez demasiado. Al sonar la campana de nuevo las tres nos pusimos de pie. —Hinata—dijeron casi al unisono—debemos ir al otro lado del instituto prácticamente así que... —Esta bien—les respondí—vayan ustedes, mi clase queda más cerca. —Te veremos al final de las clases ¿está bien? Nosotras te buscaremos. Asentí y las mire irse a toda prisa. Recogí las bandejas del almuerzo y me di cuenta de que Sakura había olvidado el dije en la mesa y estaba segura que para ella eso podría significar una tragedia. Lo tome y lo guarde cuidadosamente en mi bolsillo. Deje las bandejas en la cafetería lo más rápido que pude y tome el camino para llegar con ellas, o eso creía... Porque termine por un pasillo con apenas unas cuántas clases y la mayoría estaban vacías; no sabía muy bien que hacer así que decidí volver, tal vez sería una tragedia más grande que yo no supiera volver siquiera a la entrada del instituto. Me perdería aquí y viviría debajo de las escaleras porque las aulas las dejan bajo llave, no sabría que comer cuando no tuviera más dinero para la cafetería si es que algún día la encontraba... Empecé a reír bajito y gire en la esquina. Choque no muy fuerte pero de no ser por qué sostuvo mis hombros con sus manos hubiera ido a parar al suelo. —Vaya, creo que alguien tiene como pasatiempo ir por la vida tropezando conmigo. Era verdad, tristemente era verdad. Le mire desde los pies hasta llegar a su rostro y todo en mi se puso de cabeza, una vez más y era tan... Bueno... —Lo... Lo siento... Tanto—cerré los ojos por instinto para aclarar las ideas. —Esta bien, todo bien—me soltó de a poco y no dejo de mirarme—Pero... ¿No deberías estar en clase?—se alejó de mi y al menos podía respirar. —S... Si... Yo...—miré a todas partes—Me he perdido. El contuvo una carcajada, lo noté por su expresión. —¿Te has perdido?—repitió—Me pasa a menudo ¿sabes? Suelo perderme por aquí sobre todo cuando Asuma o Kakashi-sensei van a darme alguna clase—Me reí un poco y él también, y después me miró justo a los ojos.—Puedes perderte conmigo si quieres. Algo en mi hacía una explosión llenandome de una sensación tan dulce como aturdidora, estaba sonriéndole, sentía la mueca en mi cara y empezaba a sentir el calor en ella. Pero no quería estar en otra parte... Sabía lo que esto significaba... Y esto parecía una fantasía porque casi todo lo que yo deseaba lo estaba encontrando aquí en Konoha. Comencé a levantar una de mis manos con la única intención de tomar la suya, porque de verdad lo deseaba, ansiaba su contacto; no pensaba en absolutamente nada más y ese es mi peor pecado, porque sucumbía a los sentimientos de una mujer enamorada. Levante por completo mi mano derecha y la acerqué a el casi con prisa, él lo noto y no se apartó, también levantó su mano y la acercó. Yo no sonreía más, porque estaba tan absorta en tocarle... Pero el aún lo hacía y me miraba y yo estaba cada vez más desesperada por algo de su contacto. Hacía mucho tiempo que soñaba con él, literalmente era el chico de mis sueños... Y ahora estaba aquí... ¡Él era real! —¡¡¡Naruto!!! Desperté de esta aturdidora fantasía y el lo hizo también, pero parecía que yo no lo hacia de una manera tan buena como él. No note su presencia, ni de donde vino, pero en un segundo, estaba rodeando su cuello y besando sus labios. Retrocedí de inmediato y sentí como si mi estómago cayera y mi corazón se estrujara... Podía correr, quería correr, porque realmente no sabía que ocurría. —¿Qué hacías aquí?—le cuestiono y de alguna manera yo sentía correcto marcharme. —Ahh yo...—titubeo. —¿Y tú?—me miro con aire desaprobatorio—¿Quién eres?—frunció el seño. —Yo...—Sentí el dolor y las lágrimas agruparse en mis ojos y era una tonta, porque estaba actuando como una. —Hinata—le respondió—es mi nueva compañera. —¿Nueva?—sus ojos me escudriñaban de manera altiva. Asentí, no podía mirarles a ninguno a los ojos así que mire al suelo. El no decía más nada y yo podía sentir la mirada de ella. Ella era bonita. —Yo soy...—comenzó a decir. —Ella es Shion—se apresuró él—Hinata ella es Shion. —Su novia. Justo en el pecho... Todo lo sentía justo en el pecho. Esto estaba molestando justo ahí. —Encantada—le respondí—Tengo que irme. —Te acompañaré... —Estoy bien gracias—aun miraba al suelo—sé cómo volver desde aquí, gracias de cualquier forma Na... —Dijiste que vendrías conmigo en esta clase—le dijo ella mientras le jalaba del brazo y él le siguió, yo di un par de pasos en dirección contraria... Y otro par... Y otro par... Despacio... Hasta que deje de oirles, no se si se habían ido o solo se habían callado, pero no me importó tampoco. Heche a correr hasta llegar de nuevo al patio de la cafetería. Tome un poco de aire que de verdad que me faltaba y corrí de nuevo y eso debí seguir haciendo... Correr... Hacia el lado contrario.
Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. Capitulo 6 Amigo Esto se sentía mal hasta para mí. Las horas pasaban y no tenía ningún control sobre ellas. Yo buscaba la calma durante la noche y parecía que esta no tenía ni la mas mínima intención de visitarme. Miraba a la oscuridad porque me parecía que era lo más cercano a la nada, como la sensación de haber quedado ciego. No me atrevía a despejar la ventana, incluso había puesto mi propia cobija en esta, para que la Luna no hiciera acto presencial, porque sabía que eso se convertiría en algo abrumador. Había pasado la tarde entera en el interior de mi habitación, no había ido tras Shion, ni siquiera había ido a casa de Sasuke a contarle cómo lo arruine con ella. Nada... Eso quería, pensar en nada o sentir... O lo que fuera. Una parte de mi quería gritar y la otra callarse lo que más pudiera dentro de mi, y yo quería ser amigo de la segunda. Todo estaba confuso y lleno cada ves más de estas sensaciones extrañas, casi increíbles... Pero no del todo; sabía de manera casi certera que me sentía atraído por ella, porque era una chica linda y eso no podía negarse, porque como cualquier ser humano me gustaba lo aparentemente bello y ella lo parecía desde la noche en que la conocí. Su apariencia física era nadamás y nada menos que atractiva, su rostro era fino y su cuerpo era algo fuera de este mundo, su sonrisa era cálida y sus ojos... Todo en ella era bueno. —Hinata—murmuré casi con gusto para mí—Eres un idiota Naruto—me golpeé la frente con la palma de la mano. Me encontraba en un mar inmenso de confusiones e ideas erradas, todo esto que sentía parecía envolverme en un aura abrumadora pero exitante. Los ojos me picaban por el cansancio y sinembargo, parecía no sentirlo. Mire de nueva cuenta a la profunda oscuridad del cuarto como si estuviera buscando algo. ¿Por qué? ¿Por qué de todos los lugares en el mundo y de todas las personas en este, ella... precisamente ella había tenido que aterrizar frente a mí? Konoha siempre fue un lugar pequeño, pero tranquilo, fuera del ajetreo de las grandes ciudades y dónde jamás nada interesante ocurría. ¿Y entonces? ¿Qué es lo que ella quería de este lugar? ¿Qué es lo que quiere de mi? Me quedé dormido sin saberlo e incluso en mis sueños está bruma dulce me acechaba sin dejarme escapar del todo de mi estropeada realidad. La mañana siguiente era terriblemente calurosa y sinembargo yo seguía completamente dormido. Me levanté de un salto cuando Erosenin entro en mi habitación abriéndola de un portazo. —Demonios Naruto levántate de una buena vez que lo único que haces es asistir a la escuela y ni siquiera eso puedes hacer bien. Con los ojos casi cerrados asentí y agaché la cabeza. De pronto sentí como me tomaba por el cuello de la camiseta y me llevaba al cuarto de baño, abrió la llave de paso de agua helada para ponerme justo debajo. —¡Maldita sea viejo!—le grité despertando del todo. Y él no pudo ocultar su expresión de satisfacción total. Era demasiado tarde, así que me vestí lo más a prisa que pude, tome mi mochila y baje corriendo a tomar las llaves del auto. Estaba a unos cuantos metros de la puerta cuando escuché el crujido de la puerta de la cocina al abrirse. —¿A dónde crees que vas? Me gire casi demasiado despacio y vi a mi madre parada frente a mí. —Es tarde—ladeé la cabeza y me rasque la nuca. —Eso no es culpa del auto—Se acercó con expresión seria. Hacia mucho tiempo que le sobrepasaba en altura, pero cuando estaba molesta, se sentía como si fuera demasiado grande para la casa misma—Eran las cuatro de la mañana y tú estabas merodeando por la cosina Naruto. Mire sus ojos azules profundo, si no los mirabas detenidamente seguro pensarías que son negros—Eso tampoco es mi culpa, Erosenin se acabó la cena anoche. —No irás a ninguna parte en el auto—me dijo con voz firme—conoces las reglas. —Pero...—Ella ya había extendido la mano para que yo le devolviera las llaves—Erosenin no puede llevarme—le dije con cierto aire de súplica pero acercándole las llaves. —Entonces te recomiendo que corras—me contesto arrebatándome el llavero. —Pero... —No soportaré que sigas faltando a clases Naruto son las últimas semanas—me sonrió con cierta burla en el gesto—Asi que te recomiendo mucho que te des prisa. —No llegaré a tiempo. —Seguramente tampoco llegará a tiempo la aprobación de tu solicitud para ir a la playa con tus amigos en verano—me sonrió de nuevo y guardo las llaves en su bolsillo. Diablos. ¡Maldita sea! ¿Por qué se lo dije antes? Se giró sin más que decirme y camino hasta que volvió a entrar en la cocina. Salí corriendo a toda prisa. Maldita noche, malditos pensamientos estúpidos, maldito Erosenin... Jamás corrí tan rápido en mi vida y por suerte para mí madre y para mí (sobre todo para mí), llegue justo cuando la campana que anunciaba el inicio de la jornada escolar apenas comenzaba a sonar. ¡Bendita Konoha y su pequeñes! Entre totalmente fatigado al salón de clases casi arrastrando los pies. Sasuke ya estaba en nuestra mesa con otro aburrido libro en sus manos. —Rayos, ¿viste las placas del auto que te arrolló?—me dijo mientras tiraba mi mochila al suelo y me dejaba caer en la silla. —No estoy de ánimo para tus bromas...—suspire. —Eso veo—se levantó de su silla y se paró a un lado a estirar los brazos—¿y bien? ¿Vas a decirme que te ocurrió? Sasuke era un maldito en todos los aspectos, en ser malditamente el mejor amigo por ejemplo. Siempre sabía escuchar y que decir, aunque a veces no me gustarán sus soluciones o consejos sabía perfectamente que era la voz de la sensatez. Y estuve a punto de decirle la verdad, de contarle que la hija de se socio comercial me había hecho perder el sueño por segunda ocasión y que había invertido perfectamente el tiempo que me obsequió el insomnio en pensar en ella. —Me he desvelado jugando videojuegos toda la noche y mi madre no me dejó usar el auto, así que corrí hasta aquí—le dije en un largo suspiro. —¿Y Jiraiya-sama? —Solo fue a arruinarme la mañana y luego se largó antes que yo. —¿Y Ku...? Lo fulmine con la mirada y el lo entendió. Mi madre no conduce, no puede ni subir a un auto, he allí la razón del porque tuve que correr está mañana. —No creo que pueda hacerlo—me queje poniendo mi cara en la mesa—Muero de sueño. —Mínimo debiste hacer algo de provecho y desvelarte haciendo tu parte del proyecto. Rayos... Otra vez con eso. —Lo haré mañana—suspiré escondiendo la cara entre mis brazos y la mesa de trabajo. —Hoy mismo Naruto—respusó molesto—Kakashi quiere avances está semana y no te salvaré el trasero está vez. —Hoy mismo—repetí y levanté la cara al momento justo, al momento exacto... Para verla entrar con su calma natural. Su piel Nivea parecía resplandecer con el soleado día y la luz que entraba por las ventanas. Y de nueva cuenta siguió su vida sin saber de mí presencia. Se sentó en el mismo lugar que el día anterior y saco con calma y delicadeza un cuadernillo y bolígrafos de su portafolio. —Buenos días Kiba-kun—dijo su delicada voz que parecía que se deshacía en el aire con una lentitud exasperante. El idiota de Kiba le sonreía y le coqueteaba tan cínico, que hacia mí sangre hervir y ella cayendo en su absurdo juego, sonriéndole como una verdadera tonta, una perfecta y hermosa tonta. —¿Qué miras? Siempre él, tomándome con la guardia baja. —Na...—me detuve para entonarme—Nada, de verdad tengo sueño. Lo mire directamente a él, no prestaba mucha atención a nada pero prefería fijar mi vista en cualquier otra cosa que no fuera esa ridícula escena de coqueteos. Unos minutos después Kakashi-sensei entro a la sala y me hizo sentir aliviado porque toda esta tensión se apartaba de a poco. Y aquí estaba de nuevo escuchando a casi nada las palabras tan calmadas de Kakashi y mirando como escribía con lentitud por la pizarra, como Sakura miraba de reojo a Sasuke y como éste le devolvía las miradas con una expresión dubitativa. Y ella... Tan frágil y tan linda, con su delicadas manos apoyadas a cada costado del libro, como cuando a un niño pequeño le enseñan a sostenerlo con cuidado para no estropear las tapas. ¿Siempre sería tan exacta? ¿Con ese aire de perfeccionista? Mis ojos se cerraron de un golpe y yo juraría que dormí una semana entera. —Usumaki Naruto—¡Oh no! Otra vez no, otra notificación para Kushina Usumaki "su hijo se durmió en clase por tercera vez en la semana" y ella estaría esperándome con los brazos cruzados y sus ojos azul profundo furiosos justo en la entrada. Y cuando apenas me levantaba de la mesa un ruido tan pequeño como una gota de agua que se escapa del grifo, me quito la atención de Kakashi-sensei. —Señorita Hyuga, ¿se encuentra usted bien?—le cuestionó y ella dió un pequeño respingo ante su voz—¿Es que acaso le ha dado sueño? Bueno, no era el único. —N... N... No—tartamudeo y sin darme cuenta esboce una sonrisa. —Vaya,vaya, de verdad espero que Naruto no esté esparciendo sus malos hábitos. Reaccione casi por inercia—¿Qué yo qué?—No estaba realmente disgustado, pero algo dentro de mí no quería que Hinata pensará que era un perezoso. Que lo era, pero no quería que lo supiera. —Sientate Naruto o voy a darle una tarea extra al grupo como recompensa por tu comportamiento. Lo había jodido todo otra vez y yo solo esperé con los ojos cerrados y volviendo a mi asiento los comentarios sarcásticos y molestos de toda la clase. No tuve que esperar demasiado. —Maldita sea Naruto. Kiba. — Cállate de una vez. Sakura-Chan. —Tú siempre eres el culpable. Ino. —Esto es un fastidio. Ahhh el buen Shikamaru. No hice, ni dije nada más porque ahora ella sabía que estaba ahí y no de la forma que me gustase porque me había conocido por un rebelde. No me gustaba la idea de ella pensando eso de mí, pero a que me encantaba que estuviera consiente de mi presencia, de mi existencia, porque si había sentido lo mismo que yo esa noche ya no era el único que estaría asorado por la marea de sentimientos raros. Kakashi hablo sobre el proyecto y el examen y bla, bla, bla... —Y por cierto Naruto—lo mire de nuevo—Espero con ansias ver el tuyo. ¿Mi qué? ¿De qué hablaba? La campana sono, una, dos, tres veces. Y mi valentía se había ido de a poco con cada repiqueteo; ya no quería hacerle frente de nuevo, no quería tenerle cerca y perder lo poco de cordura que aún el sueño me había permitido. —Levantate Dobe, ya dormirás más tarde, sabes cómo se pone Azuma con todo el asunto de la puntualidad. "Igual que tú" pensé y me puse de pie con tan pocas ganas que sentía que el suelo había desarrollado un par de manos que querían abrazarme. Mire a Hinata y estaba guardando sus cosas con rapidez pero con cuidado como de costumbre en su portafolio. "Es mi oportunidad" camine aún con toda mi pereza lo más rápido que pude y estuve a unos centímetros de lograrlo, a unos segundos de salir ileso. Pero justo cuando pasaba por el lado de su mesa de trabajo ella se levantó y chocó de lleno contra mí y mi estómago se estrujó de inmediato. Ella callo de un sentón en el suelo y levantó sus ojos color de luna para ponerlos en los míos. Estaba empezando a oír todo lejos de nuevo, y sentía como los rayos de sol entraban en la sala ahogando todo en ondas de calor. Tenía que ser, porque sentía mi rostro acalorado y ella estaba completamente roja "adorable" me repetí. —Maldita sea Naruto—Sakura-chan me aparto de un empujón y yo regrese a la realidad; las miradas desaprobatorias de las chicas y la cara de impaciencia de Sasuke—Podrías al menos ayudarla a levantarse—se inclinó hacia ella—¿Estas bien Hinata? Asintió como si le pesará la cabeza. —Por Dios Naruto eres un total desconsiderado. —Si yo, lo siento. Ammmm...—¿qué debía hacer ahora? ¿tomarle de la mano aquí frente a todos? No parecía tan buena idea por razones obvias. —H...Hi...Hinata—me dijo y me sorprendió—Hyuga Hinata—¿Por qué se presentaba conmigo? Yo ya la conocía y ella a mí. O es que... ¿acaso no me recordaba? Eso dolió... Dolió tan adentro de mi ser que apenas pude responderle. —Hinata... Lo siento—sonreí y sentí que me ponía una de esas máscaras pesadas de cartón que usaban en los festivales—Tendré más cuidado. Te ayudo—le tendí la mano porque era un completo tonto y estaba ansiando tocarle sin importar el lugar o el que ella no me reconocía. —¡No Naruto!—me grito Sakura-Chan de nuevo. Por qué siempre me gritaba?—Ella puede sola. ¿No es así Hinata?—la mire incrédulo, apenas unos minutos atrás me había maldecido por no ayudarla a levantarse. Hinata se apoyó en la silla y se puso de pie, de verdad podía sola. —Vamos Hinata—Ino tiró de ella—de verdad quiero ir al sanitario. Miro al suelo—Lo siento N... —Oh vamos, no hace falta que te disculpes con él. Se volvió a Ino y las tres salieron del salón. —Naruto...—Reconocía ese tono en la voz de Sasuke, lo había hecho todo mal, el sabía ahora que algo andaba mal, no necesitaba que yo se lo dijera justo ahora—Tú... —Vamonos—agache la cabeza, sentía vergüenza—Ya sabes cómo es Azuma con eso de la puntualidad. Ya lo dije, era un maldito, pero un maldito buen amigo, jamás compartimos palabras de afecto, ni siquiera nos llamábamos mejores amigos, no era necesario porque los dos ya lo sabíamos. Sinceramente podría decir que él era la parte más afectada de este equipo. Siempre estaba ayudándome en todo, a regañadientes y con su sarcasmo irritante, pero ahí estaba. En este momento lo estaba, callado sin preguntar más nada, ni en el almuerzo donde parecíamos estar apartados de todo el mundo en la parte más alejada del jardín trasero. No me cuestiono, o se burló, o me preguntó porqué no iba con Shion, solo se sentó y almorzó con su expresión seria de siempre. —Sasuke...—por fin rompí el silencio y el no pareció nervioso o extrañado—Creo que voy a quedarme un rato aquí. —No es asunto mío—se levantó y saco de su mochila un encuadernado muy delgado—Esto es lo que tienes que hacer para el proyecto Naruto, está todo aquí, solo tienes que volver a escribirlo. Se dió media vuelta y yo me levanté de un salto. —Sasuke—se detuvo sin girarse y también se lo agradecí—Gracias. Se marchó sin responderme porque sabía que yo no quería que lo hiciera. Levanté con toda la calma del mundo las bandejas de ambos y con la misma paciencia las lleve a la cafetería. No sabía muy bien que hacer o a dónde ir así que tome un camino libre por el edificio de la especialidad de artes, esas clases solían estar vacías la mayor parte del tiempo y también era entretenido ver los dibujos y fotografías en sus paredes. Comencé con la parte de arriba y podía reconocer las obras de la autoría de Sai. Ahora que lo pensaba, no lo había visto desde el año anterior; cuando todos elegimos una especialidad el fue el primero en decidirse por lo que quería. A veces era molesto tener que lidiar con su manera tan directa de decir las cosas, pero también admiraba mucho esa cualidad tan suya; todo en el mundo podría ser más fácil si todos fuéramos tan sinceros como él. —Vamos Naruto, se sincero contigo—murmuré mientras analizaba detenidamente un dibujo a lápiz de Ino, del que él le había regalado una copia el año pasado. No pude evitar reírme al recordar cómo había dicho frente a todos que había invertido su tiempo en ese dibujo porque no esperaba menos de ella que el aceptar ser su novia. —Ese Sai tan especial. Baje lentamente las escaleras también repletas de fotografías y garabatos de colores. Tal vez si yo fuera como él no estaría en esta situación, seguramente haría un dibujo de la chica se ojos como la luna y le diría lo mismo. —Podría... ¡Pum! Sentí como algo o alguien se inclinaba hacia atrás después de chocar conmigo. Así que como acto reflejo le tome por los hombros para detener su caída. Al percatarme de quién se trataba no tuve más que ponerme realmente contento. Justo como aquella noche. Sus ojos se abrieron y me miraron con sorpresa y mi boca y mis palabras actuaban por su propia voluntad. —Vaya, creo que alguien tiene como pasatiempo ir por la vida tropezando conmigo— le sonreí pero ella no me miraba, parecía estudiarme de pies a cabeza y algo molesto en mi pecho otra vez. ¿De verdad no me recordaba? —Lo...Lo siento... tanto—cerro los ojos con fuerza y yo quería oír más de su dulce manera de tartamudear. —Esta bien, todo bien—"Ahora lo está". Le solté porque temía querer abrazarle como la ocasión pasada—pero...—quise que mi mente olvidará el tema—¿No deberías estar en clase?—di un paso atrás. Por seguridad de ambos. —S... Si... Yo...—miró a todas partes como confundida—Me he perdido. No pude evitar contener una carcajada, parecía ser que lucía como la mujer perfecta, la que cualquier hombre desearía en su vida y al tratar con ella, no era más que una dulce chiquilla. —¿Te has perdido?-repetí-Me pasa a menudo ¿sabes?-ella me miró algo sorprendida-Suelo perderme aquí sobre todo cuando Asuma o Kakashi-sensei van a darme alguna clase. Su rostro se llenó de entendimiento y empezó a reírse por lo bajo y yo también, porque me hacía feliz escuchar su frágil risa. Ambos nos miramos a los ojos y de nuevo el mundo se me iba, no podía pensar más en nada que no fuera lo bien que se sentía este momento. —Puedes perderte conmigo si quieres—para siempre, para la eternidad. Ella me sonrió y eso me llenaba el alma, estaba sonriéndome a mí por primera vez desde que la conocí y sentía como el vacío de mi ser por todo lo que había vivido en el pasado se hacía cada vez más pequeño. ¡Oh Hinata! ¿Qué me estabas haciendo? Levantó su pequeña y delicada mano con una lentitud increíble y que por primera vez no me impacientaba, porque quería que se tomará su tiempo, podría estar aquí para siempre se ser necesario. Al fin la levantó por completo y con un poco más de prisa la acercó a mí, yo le ofrecí la mía, porque esa era su respuesta, si ella tomaba mi mano quería decir que si quería perderse conmigo, aquí y ahora, en este momento y para siempre, justo como yo lo deseaba; significaba que ella me recordaba, sabía quién era, y me acompañaría de nuevo afuera, para permitirme cobijarla en mis brazos y quedarme a su lado. No podía evitar estar feliz y hacérselo saber, estaba apunto de tener lo que deseaba. —¡¡¡Naruto!!! Reconocí la voz de Shion como si de la de mi propia madre se tratase. Y yo no quería, no ahora... No la vi venir, ni sus acciones, ni las mías. Se lanzó sobre mí y me rodeo por el cuello para luego internarme en un profundo beso. Por detrás de ella mire con el corazón encogido como Hinata retrocedía con prisa. Shion se separó de mi y me sentí aún peor, porque debí ser yo quien se separara de ella. —¿Que hacías aquí? —Ahh yo...—Estúpido. —¿Y tú?—se volvió hacia Hinata y la miro se manera extraña. Y no me pareció.—¿Quién eres?—frunció el seño. Estaba furiosa y lo que me costaría más tarde. Ya sería difícil tratar con lo de ayer como para agregarle más a la bolsa. —Yo...—No quería que Hinata hablara con ella, ni ahora, ni nunca, ni con ella, ni con nadie, quería que sus palabras y su voz me pertenecieran. Solo a mi. —Hinata—me apresure a decirle—Es mi nueva compañera. —¿Nueva?—Entornó los ojos hacia ella como si quisiera encontrar algo que le confirmara lo que yo acababa de decirle. Hinata asintió y tenía la mirada clavada al suelo, no sabía en realidad que es lo que pasaba con ella, porque... ¡vamos ni siquiera la conocía!, aunque todas las chicas reaccionan igual ante situaciones como estás. Como Shion lo hace ahora. Seguro que estaba molesta. No necesitaría que alguien le dijera que yo era "un imbécil con las chicas". Pero... "Espera Naruto, espera... Ella no sabe que Shion y yo tenemos relación alguna, Salvo por ese beso... Pero podría encontrar una manera". Tal vez pueda... —Yo soy...—¡Oh no, Dios no! —Ella es Shion—le interrumpi y temía que ambas descubrieran que algo no iba bien—Hinata ella es Shion—dije con más calma. —Su novia. Sentí cada letra atravesar mi pecho y taladrar mi cabeza. Demonios. Todo esto me lo había buscado yo, están vez estaba perdido. No había más, no había forma. —Encantada—le respondió cabizbaja—Tengo que irme. No, no, por favor no, no te vayas, puedo explicarlo, puedo... —Te acompañaré... —Estoy bien. Gracias—¡por favor! Una oportunidad solo una...—Se como volver desde aquí. Gracias de cualquier forma Na... ¡Hinata si te vas déjame ir contigo! —Dijiste que vendrías conmigo en esta clase—Shion me jalo del brazo y como el gran tonto que soy, le seguí el paso. Dejaba atrás algo que quería y que buscaba desde hace tiempo, justo como hacen los imbéciles. Estaba caminando al frente, como si hubiera algo bueno ahí, y es que no lo había... Sin ella no lo había. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° —¿A sí que tu nueva compañera? —Es de Tokyo—suspire y mire al cielo, porque claro de ahí iba a caerme la solución a mis problemas. —¿Como lo sabes? ¿Le has preguntado? —Sasuke me lo dijo—trate de reparar al menos algo por aquí. —¿Es amiga suya? Eso jodía, la idea mataba por dentro lentamente, apreté los puños sin notarlo apenas... Yo no, pero Shion si. —¿Que pasá? Exacto Naruto ¿Qué Demonios te pasa? —Es hija de uno de los socios de Itachi—liberé la presión de mis manos. —Ya veo—se detuvo en seco—¿Y que hacías tú con ella? —Se perdió en los pasillos y estaba...—rogandole que me dejara acompañarla—ayudandola a encontrar el camino. —¿Quién se pierde en el instituto?—me contesto burlona. —Shion—me libré de su agarré—Tengo que irme, debo ir a clase. —No parecías muy interesado en ir a clase hace un momento. Me miró con ese gesto tan suyo de molestia, la razón por la que ya no solía charlar mucho con Ino y Sakura-Chan. —Dime Naruto—se cruzó de brazos—¿Esa chica te atrae? Como la gravedad a las manzanas. —¿Qué? ¿Qué estás diciendo Shion? Para nada. —Vamos Naruto dime la verdad. ¿Ella te gusta? Más que el mismo ramen. —¡Ya te he dicho que no! Tú eres mi novia Shion, por favor. Sonaba molesto y lo estaba, porque más que mentirle a ella, quería engañarme a mi. Mentiras... Odio las mentiras. —No me agrada verte con ella—dijo con un poco más de calma y luego me miró esperando mi respuesta. No la hubo. —¿Naruto? —No volverá a suceder. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° Llegue a casa y caí rendido, está vez no tuve tiempo de pensar en nada y ni siquiera me enteré si mi madre había recibido alguna amonestación cortesía de Kakashi-sensei para mi. Entre a mi habitación arrastrando los pies y cayendo en la cama con inmenso alivio, algo hacía más amena la estancia aquí. Me deshice del uniforme y solo me puse unos pantalones cortos. Era tarde, porque Shion me había pedido que fuéramos al centro comercial en compensación por todo lo malo que yo había hecho. Era un bullicio de gente y aún así parecía que yo estaba solo, incluso con ella tomándome de la mano. Mire el reloj digital en la mesita de noche 8:33 p.m. veía parpadear las líneas de luz azúl. Me extendí por toda la cama y mis ojos se cerraban sin permiso, sin poder más. Mire con lo último que me quedaba de lucidez hacia la ventana y alguien, (probablemente mi madre) había quitado la cobija que la cubría. La luna llenaba con su luz la habitación entera y no me parecía incómodo... Más bien me sentí arrullado. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° Lo malo de desvelarte aunque solo sea un día, es que para recuperarte necesitas todo un año. Y ahí estaba yo bajo la ducha con agua fría, mirando burlarse a Erosenin, corriendo por las escaleras y está vez evitando perder los minutos en una charla por haber tomado las llaves del auto. Corrí de nuevo, pero está vez no estaba tan cansado así que fue más pasadero. Entre en el salón y para mi sorpresa Hinata ya estaba sentada en su mesa de trabajo; mi corazón se aceleró, porque sabía que no tenía cara para acercarme a ella, pero aún así quería tratar de explicarle las cosas. ¿Cómo? La verdad es que no tengo la menor idea, pero aún así quería intentarlo. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta de que ella no estaba sola. Sakura-Chan e Ino estaban diciéndole algo que la hacia reír y de nueva cuenta me jodía que esa risa no la provocará yo. Camine directo hasta mi mesa y me senté sin siquiera saludar a Sasuke. Él tampoco se inmutó por mi presencia y siguió en lo suyo. Miré por la venta y vi que Shion hablaba con su grupo de amigas, más bien parecía estar mostrándoles algo. ¿Como podía estar tan equivocado?, ya casi un año con esto y justo ahora lo poco de credibilidad que me quedaba estaba bajando por el inodoro gigante que solía ser mi cabeza. Sasuke puso una carpeta grande en medio de la mesa. —Falta lo que te correspondía Naruto. ¡¡¡Maldita sea el proyecto!! Ayer no había hecho más que perder el tiempo con Shion y luego dormir en casa. —¿Por qué ya lo tienes verdad? Iba a matarme y luego cortaría mi cabeza y la pondría en la sala de reuniones de su casa para que todos sus socios la vieran y le congratularán por la gran hazaña. —¿Naruto?—insistió. Empezaba a negar con la cabeza y ya sentía que estaba matandome con la mirada. —Lo olvidé por completo—le solté de un grito escondiendo la cara entre mis manos. —Maldita sea Naruto estaba todo echo.—De verdad estaba furioso y no era para menos. —Lo se... Es que yo...—yo nada, no tenía excusa. —Te lo advertí Naruto—se levantó de su asiento. —¿Que? ¿A dónde vas? —Hoy me sentaré en otra parte—tomo sus cosas y se dirigió a la mesa contigua que siempre estaba vacía. —¿Sasuke pero que rayos?, Vamos no seas dramático, deja eso para los niños—a estas alturas los que estaban en la sala nos estaban mirando.—Sasuke... No me respondía. Era una locura, ¿De verdad me dejaría a la deriva? ¿O más bien era que yo lo había dejado? —Buen día a todos. Rayos... Kakashi-sensei entro sin mucho ánimo como siempre y escribo en la pizarra "7:00-7:40" Oh Demonios, ¿Había un examen el día de hoy? ¿Por qué no lo sabía? "¡Oh claro Naruto, talvez porque estabas demasiado ocupado contando cuántos cabellos había en cada mechón del pelo de Hinata!". Y por eso el Teme se había cambiado de lugar... No me daría las respuestas está vez. —Antes de empezar, quiero que un miembro de cada equipo ponga el adelanto de su proyecto en mi escritorio. Todos los integrantes del equipo pondrá su nombre en la esquina superior derecha, para asignar los puntos correspondientes a cada uno. Sasuke fue el primero en ponerse de pie y se puso frente a Sakura-Chan. Deslizó la carpeta en su mesa llamando así su atención. —Escribe tu nombre—le dijo con su tono frío de siempre. Ino y ella sí miraron con sorpresa y Sakura-Chan dudo. Ino se puso de pie de repente y se apresuró a Hinata. —Escribe tu nombre Hinata—le dijo con una sonrisa. —Pero... Hinata miro su propia carpeta con expresión dudosa y luego la dejó en el escritorio sin más. Tomo la de Ino y la mire escribir. No era posible que incluso ella lo había hecho... Tenía tan solo un par de días aquí y ya lo había hecho. Sakura-Chan con un rubor en sus mejillas, le entrego la carpeta a Sasuke. Este la tomo y le extendió la mano a Ino. —Yo la llevó—le dijo señalando la suya. Ella asintió y se la entrego. —Muy bien ahora que están todos los proyectos en mi escritorio, voy reasignarlos con sus respectivos compañeros. Diablos, estaba perdido, completamente perdido. —¿Donde...? —¿Perdón señorita Hyuga? Hinata se levantó de apoco desde debajo de su mesa—Ah... No... No es nada—le respondió, mientras parecia seguir buscando algo. —Muy bien. Tomaremos cinco minutos en reagruparnos y tendrán 30 minutos exactos para resolver el examen. Todos asintieron y Kakashi empezó a nombrar a las parejas correspondientes a su trabajo. Agache la cabeza y la puse en la mesa. Mi madre iba a matarme. —Haruno Sakura y Uchiha Sasuke. Él no se movió así que Sakura-chan dejo su asiento para ir a tomar el lugar libre a su lado. —Yamanaka Ino e Inusuka Kiba. —¿Qué?-gritaron los susodichos al unisono. —Pero...—dijo Hinata. —Eso es un error—defendió Ino dirigiendose al escritorio. —Aqui lo dice—Kakashi sensei les mostró la carpeta de Ino y en dónde estaban escritos su nombre y el de Kiba. —Pero yo no... —Dense prisa y tomen sus lugares, no quiero perder más tiempo o se quedarán con solo cinco minutos para responder el examen. Ambos se miraron y de mala gana regresaron a sus lugares. —Yo no voy a moverme de aquí-dijo Ino con firmeza. —Date prisa Inusuka o perderás el examen—le apresuró Kakashi-sensei. Estaba tan atento viendo cómo Kiba de mala gana tomaba sus cosas se sentaba junto a Ino, que lo siguiente me tomo por sorpresa. —Hyuga Hinata y... ¿Usumaki Naruto? Mis ojos se abrieron a más no poder y los de ella se encontraban de la misma forma. —Valiente elección señorita Hyuga, es todo un reto. Ella no respondió nada. —Naruto, date prisa y ven aquí. —Yo puedo moverme—interrumpio ella aunque yo ya me había levantado—No quiero molestar. Se puso de pie y fue directo a mí, por instinto moví la silla para que ella se sentará y lo hizo, pero no me miró en lo más mínimo. ¿Qué clase de plegarias me habían llevado hasta este punto? No lo sé, ni me importa. No podría creer que alguien como yo corriera con tanta suerte. Kakashi nos entrego los exámenes y comenzamos a resolverlos. O eso hicieron los demás porque yo estaba completamente en blanco. Y de pronto con su pequeña mano ella deslizó su prueba hacia un costado, de manera que quedaban todas las respuestas frente a mí. —Hinata—era tan considerada. Aún después de lo que había ocurrido ayer no estaba dejándome morir solo. Como otros. Mire a Sasuke por reflejo—Yo... Te lo agradezco mucho pero no puedo, eso sería incorrecto. Vi como su cara se enrojecía y me sentí mal porque yo no quería que pensara que la despreciaba. —Hinata... Yo... —Naruto. Demonios. —Ven aquí—Kakashi me señaló el escritorio—No molestes a Hinata en su prueba. —No él no... —Ya voy—interrumpi levantándome sin ganas, daba igual que no supiera nada del estúpido examen, pero era la primera vez que estaba durante tanto tiempo con ella. Me cambié de lugar y el tiempo pasó. Sasuke y Shikamaru fueron los primeros en entregar sus pruebas, seguidos por Sakura-chan, el salón empezó a quedar vacío y yo apenas tenía un par de respuestas en el papel, resignado, levanté la vista y me percate de que la última que quedaba era Hinata, lo que me sorprendió porque cuando me había ofrecido ayuda su prueba estaba casi terminada. —Les quedan solo dos minutos muchachos—advirtió Kakashi y yo dejé el lápiz a un lado, no podía ni engañarme a mi pensando que pasaría esa prueba. —Bueno, se acabó el tiempo. Hinata se puso de pie y le entrego su prueba a Kakashi-sensei, volvió a su asiento por sus cosas y salió de la sala. —Bueno Naruto. Parece que te veré durante el verano. Trague duro. No mi verano. Al salir del salón busqué a Hinata con la mirada , todos compartían respuestas y se alegraban o maldecían y ella estaba casi al final del pasillo rodeada por Sakura-Chan, Ino y Kiba. Quería agradecerle, pero no ahora, más bien, cuando estuviéramos solos. Me volví y vi a Sasuke recargado en la pared con su libro en las manos. —Diablos Sasuke, eres el peor del mundo. No me respondió y esbozó una sonrisa. Estaba furioso al principio porque me había dejado a la deriva, aunque no era culpa de nadie mas que mía. Pero de verdad me alegraba estar con ella, eso me garantizaba tiempo a su lado y tal vez hasta ánimos de hacer la tarea me darían. Y eso era. La excusa perfecta. Le preguntaría cuando quería que nos reuniremos para terminar la tarea, la vería en las tardes y podría incluso llevarla a tomar un café, o por un helado, lo que a ella le gustase más. —Vamonos Dobe, quiero un caramelo. —¿Un caramelo?—repetí con asombro. ¿Sasuke un caramelo? ¡Pero claro! De todas las personas que Sasuke podría haber elegido, le pidió a Sakura que fuera su compañera. No pude evitar preguntarme si Sasuke tenía los mismos pensamientos melosos que yo... Lo dudaba, podría ser imposible, podría... pero Sasuke quería un caramelo. °=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=°=° —No estoy seguro de querer almorzar Dobe, ingerimos demasiado azúcar por la mañana. —Yo aún tengo hambre. —Eso no es sorprendente en ti—tomo una bandeja y me cedió otra. —Oye Sasuke... —¿Mmm?—Empezó a caminar por la barra del almuerzo y a llenar su bandeja. —Sabes... Yo... —¡Naruto! Ambos miramos en dirección a Shion quien corría por el centro de la cafetería. Sasuke se volvió y continuó con lo que hacía. —Ya lo sé—me dijo serio—pero solo tú puedes poner las cosas en orden. Seco como siempre, sin más, tan acertado como toda la vida. Se dió media vuelta y fue a comer solo a donde solíamos estar siempre. Shion me alcanzó y me abrazó y respondí el abrazo de forma casi mecánica. Porque justo ahora pensaba en todo lo incorrecto que había hecho durante casi un año. Sasuke jamás me dejó solo a menos que yo se lo pidiera y desde niños habíamos estado tan unidos, que no era necesario que habláramos a estas alturas, el sabía lo que me pasaba, como yo sabía lo que el sentía... El año pasado él me había pedido que mirase un dije en forma de Sakura precisamente para Sakura-Chan; buscó por días el regalo adecuado y solo tuvo la confianza para pedirme una opinión a mi. Yo había llorado por noches durante meses después de que mi padre Murió y un día el había llegado sin más a instalarse en mi habitación, con ropa, cama y videojuegos como si de algo permanente se tratase, mirábamos televisión hasta tarde y competíamos en las partidas de los juegos de video; habíamos gritado y reído tantas veces que empezo a gustarme de nueva cuenta a la compañía, más que nada la suya. Shion me decía algo que no podía escuchar, pero seguro que era algo bueno, porque mientras yo sonreía por recordar tantas cosas ella parecía complacida. —Shion—me interrumpí a mi mismo—Sabes, hoy a sido un gran día y tengo algo muy importante que hacer, te veré luego ¿está bien? Ella me sostuvo del brazo y no me pareció ni el acto, ni el modo en el que lo llevó a acabo. —No Naruto, tú debes estar conmigo, yo soy tu novia. —Lo se pero... Tengo que hablar con Sasuke. —¿Sasuke es más importante que yo? Esto no estaba gustandome para nada. —El es mi mejor amigo, tu eres mi novia, son cosas diferentes. Ella se veía molesta, con tanta furia en los ojos que sentí desconocerlos y de pronto, cambio, me beso de repente y yo no entendía nada. —Esta todo bien Naruto—me tomo la cara y se acercó a mi—Sabes que lo nuestro es especial, yo estoy aquí para apoyarte en lo que sea. Me beso de nuevo y me sentí agradecido con ella, no por el beso, o por la cercanía, tan solo porque entendía que tenía algo importante que hacer, y durante mucho tiempo, era la primera vez que parecia entender. Le sonreí en agradecimiento y salí corriendo de la cafetería. Cruce el patio sin apenas notarlo y lo mire a lo lejos, ahí estaba, comiendo con tanta calma como de costumbre, completamente solo. Yo solía estar completamente sólo, aún con mi madre y Erosenin, me sentía perdido y no quería ser encontrado. Camine despacio hasta él. Parecía que me escondía por debajo de todo, porque empezaba a atesorar la soledad y él había aparecido con la mirada decidida y su calma arrogante para rescatarme, para encontrarme. Llegue a su lado. —¿Se acabo la leche frutal no es asi?—me dijo bebiendo lo que quedaba de la suya—Es una verdadera lástima. Yo me reí y me deje caer junto a él, porque eso era lo que el hacia, llegar sin avisar para imponerse ante la soledad y decirle que el era más amigo mío que ella. Maldito Sasuke. Siempre él. Siempre conmigo.