Octavo Y, tal y como había sospechado, no había ningún interruptor cerca. Por supuesto, aquello dejó de tener importancia cuando escuché una explosión cerca de mí, más concretamente en el supermercado. ¡Sabía que no debía entrar! —Pero —reflexioné, pensativo—. Ahora que ya han ocurrido las detonaciones ¿Podré entrar? Tal vez. Si hay algo del supermercado que se haya salvo, podré abastecerme con muchos más víveres, sí. Comencé a dar marcha atrás y, tras algunos segundos, estaba de nuevo en la entra del centro comercial. Respirando profundo, entré.
Quinto Contemplé cómo aquellos sujetos se cernían junto a mí, intentando bloquearme las salidas para apresarme. Eché un último vistazo a los panfletos, mas dudaba que luego pudiera recordar algún otro rostro que no fueran los de Segundo y Cuarto. Esos dos sí que me habían dejado su impresión fácilmente. Pero ya no tenía tiempo para perder. Porque de no actuar ahora, tenía todas las de perder. Adiós a mis planes de relajación. —Ésta me la pagarás, niñata fea —le prometí a Murumuru antes de realizar una finta con la espada, asustando a la muchedumbre y haciéndolos retroceder. ¡Era mi oportunidad! Y, sin perder ni un segundo, escapé de allí por donde había venido. Contenido oculto Huida 2 + Tirada 6 = 8.
Séptimo Se había decepcionado un poco ante la "matanza" que había hecho. El plan había salido de maravilla sí, y en teoría no debía estarse quejando pero... ¡él quería ver sangre! ¡por algo le había puesto tanto empeño en tratar de dar el golpe primero antes de que ese tipo intentar algo más! Pero no, lo único que obtuvo fue una desaparición por arte de magia de un cuerpo que, según Murumuru pertenecía al quinto jugador. —No somos una pareja. —Fue lo primero que dije después de que el cuerpo desapareciera, pero mis facciones de decepción realmente no habían desaparecido en lo absoluto, hasta que Murumuru pareció retirar el arma que ese cuerpo tenía para darmela a mí después de haberme arrebatado ese feo tubo. ¡Tenía un arma! "Listo, ahora cada uno tenéis un arma. Nada de discutir, ¿eh?" —No sabía que tú te encargabas de repartir regalos, quien diría que con un juego de muerte la navidad se adelantaría —sonreí, esta vez mucho más contento que cuando hablé por primera vez, ni siquiera el comentario que parecía haberse escapado de sus labios borró la sonrisa de mi rostro —, ¿no es linda mi espada, tercera? —Y bien... ahora que se ha ido, creo que tenemos que buscar a la pequeña cobarde que abandonó a ese chico a nuestra suerte, ¿no te parece?
Décimo Ahí estaba yo, sin saber qué buscaba Aquel chico me dirigió una sonrisa que me pareció, y solo me pareció, sobre todo arrogante. No pude evitar mirarlo divertido. ¿Es que acaso no podía estar 5 segundos solo?, ¿o es que todos los participantes ya se habían puesto de acuerdo para acabar conmigo? Era un fastidio escapar de uno solo para toparme con otro. Y todo esto llegaba a mi mente, como un regaño llega a la sensibilidad de un infante, porque yo recordaba aquella silueta en la Catedral. Y las cosas eran diferentes con este jugador si es que estaba en lo cierto. No era como el grandulón de la primera vez ni mucho menos como el cabello de nieve de quien había logrado escapar hace poco. Ahora se me hacía muy pero muy familiar. Ahora no podía equivocarme, claro que no. ¿Cómo está ese café? —¿Cómo está ese café?—repetí en voz alta esta vez y me acerqué hasta sentarme en la misma mesa que él. Si bien no sentí una amenaza directa, mantuve mi guardia en alto. Ahí estaba yo, sin saber que había encontrado
Me quedo observando unos segundos por donde aparecio y desapareció la niña que tanto eh visto últimamente. Y no sólo vino a felicitarme, me entregó un arma, sinceramente yo no uso armas. Da igual, romper cráneos con esto puede resultar gratificante. —Hora de seguir... Sin otra cosa que hacer, colo el arma en mi cinturón y meto mis manos a mis bolsillos
Sexta Al escuchar las palabras 'compañera está afuera', sonreí ampliamente pero a manera de no dejarle sospechar sobre mis verdaderas intenciones: atacarla sin piedad. —Me encantaría, tranquila, mujer... —aún con mis manos en sus hombros, les di un par de sobadas con mis pulgares— ¿Quieres que te ayude a buscar algo? Yo esperaba que me dijera que sí y así poder encontrar un arma improvisada. Contenido oculto 3+2= 5 uwu
—Tsk... Que molestia. Por alguna razón, la puerta no cedía, a pesar de que empujaba más fuerte que antes. ¿Alguien había vuelto a trabarla del otro lado? ¿Había caído en la más ridícula de las trampas? ¿Tan preocupada había estado en localizar a mis objetivos que había evitado notar un detalle estúpidamente obvio? Bueno, no era momento de pensar en aquellas nimiedades. El fuego a mi alrededor crecía considerablemente, quizás ya estaba fuera de mi control. La única solución parecía ser salir de la cocina, pero la puerta estaba bloqueada. Si tan sólo hubiese alguna otra salida...
Y ambos, de un momento a otro, os percatáis de la presencia del otro. Octavo se adentró al supermercado derruido recientemente, mientras que Segundo ya se encontraba en su interior. ¿Queréis hablar? ¿Pasar de largo y seguir buscando recursos? ...¿Combatir? Consigues alejarte de allí con éxito, pero ahora sabes que no estarás seguro, ni tú ni el resto de jugadores. El barrio en el que te encontrabas había sido alertado. Deberás andar con cuidado cada vez que cambies de lugar, lanzando un (Sentir el peligro) cuando lo creas necesario. ¿A dónde quieres ir ahora? (Por si acaso, me avisaron por privado que querían ir en esta dirección) Finalmente dejáis la Torre de Tokyo atrás, con el parque acuático de la ciudad en mente. Al llegar no había nadie allí salvo vuestra propia presencia, y no sabeis si eso es bueno o malo teniendo en cuenta el juego que acababais de comenzar. La cafetería, la enfermería, una piscina estropeada y el lugar de encuentro del personal del recinto parecen ser los lugares más interesantes a donde ir, según dice el pequeño mapa que suelen repartir en el lugar. El chico se lleva el vaso a sus labios mientras te observa sentarte a su lado, y lo deposita en la mesa una vez más cuando lo creyó conveniente. Aquella mueca no parecía querer desaparecer de sus labios. —Podría estar mejor, pero no me puedo quejar. Con saber que probablemente sea el único en poder disfrutarlo en toda esta maldita ciudad me es suficientemente satisfactorio —sus palabras sonaban seguras y firmes, no había ningún rastro de culpa en ellas. Con un ligero movimiento se arqueó en su asiento, y se volteó hacia ti sin quitarte la mirada de encima—. ¿Y bien? ¿También eres otro de esos scouts que se dedican a recuperar restos de todo este desperdicio? >>Porque no siento decirlo, pero de este lugar me ocupo yo. Y volvió a tomar otro trago de su café, sin moverse ni un ápice de su asiento. Sin embargo, no parecía pasar de largo tu presencia. ¿Qué harás a continuación? (Puedes realizar cualquier acción que creas conveniente, realmente). La mujer te sonríe, encantada con la idea. Y estaba a punto de enseñarte las instalaciones que había inspeccionado cuando tomas de la mesa de al lado una objeto punzante, una de las varas que sujetan las maquetas de los planetarios, y antes de que Sofía pudiese dar media vuelta y sorprenderse ante tu acción, le asestas un fuerte golpe en la cabeza que hizo que cayera al suelo. —¡No, por favor! ¡No me hagas daño! ¡¡Basta!! —chilló, sujetando su cabeza ensangrentada por el golpe mientras se acurrucaba en el suelo, pero Sexta no tenía intenciones de atender a razones. Asestando dos golpes más, Sofía dejó de gritar, cayendo finalmente al suelo. Inerte. Los objetos que llevaba encima cayeron al suelo junto a su cuerpo. Pudiste rescatar de ella su teléfono móvil con el número de la Primera, y lo que parecían ser dos botellas de aguas, una para ella y otra para la Primera, probablemente. Aparte de ello, cogiste un par de monedas de su bolsillo. No parecía llevar consigo nada más. ¿Qué quieres hacer? ¿Llamar al número de teléfono? ¿Explorar el planetario? ¿Salir y dirigirte al parque de atracciones? ¡+1 Acción realizada con éxito! En efecto, al parecer no estaba todo perdido allí dentro. El lugar contaba con un conducto de ventilación al que probablemente podrías llegar de un salto, o quizás apilando objetos lo más rápido que pudieses (Destreza). Lo bueno es que el fuego aún no había llegado a esa parte. Lo malo... Es que le quedaba poco para hacerlo. Pero, un momento... ¿Acaso tu diario estaba reaccionando? ¡+4 Acciones realizadas con éxito!
Décimo De verdad eras tú, Séptimo. A ti era imposible olvidarte, pequeño bocón. De verdad eras tú... ¿De verdad? El chico volvió a su taza de café, ahora mirándome frente a frente. Parecía calmado, quieto, civilizado. —Nada para, estimado Séptimo, para nada—pronuncié sin dejar de mirarlo detrás de mis gafas—. Tengo mejores cosas en mente para nosotros, ¿sabes? Pero algo no andaba bien y pude darme cuenta, como solo un aspirante a dios se da cuenta, de que el asco no llegaba a mí. Efectivamente, la forma de hablar de Séptimo me había provocado unas terribles nauseas hace un buen rato en la Catedral; ahora no era así. Aquel joven que me acompañaba bebiendo lucía sobre todo menos bestia y uno podía darse cuenta al oír sus palabras. No era tan humano como él a simple vista podía serlo. ¿Estaba fingiendo?, ¿era una trampa? Sí, debía serlo. —Sin embargo debes saber que no me gusta mucho esa actitud— Me acerqué, inofensivo, hacia él. Su rostro era fino y tan bello y vulgar como solo el rostro humano podía serlo. Sería pena que se estropease. Una verdadera pena—. Y mucho menos los impostores. En una fracción de segundo, tomé con firmeza la taza de café que sostenía y, despojándola de sus manos, la estrellé contra su rostro.
Novena Menos mal había una escalera, por lo que no escatimé en utilizarla y treparme hasta el tejado, el perro estaba mas que fúrico, si me atrapaba, lo mas seguro es que me haría un bien de daño —No jodas, este perro debe de tener rabia —suspiré aliviada, al encontrarme a salvo ahora en el techo— Examiné las opciones que tenía a mi alrededor, las casas estaban bastante juntas como para poder irme por los tejados, aunque un paso en falso y tal vez caería y pasaría un muy mal rato con el cachorro —Debería jugármelas —me recompuse, para luego levantarme y empezar a caminar— ¡Adiós, Firulais! Luego de eso, empecé a avanzar por los tejados, aunque... —El diario está... ¿Reaccionando?
Séptimo Mientras nos dirigíamos al nuevo destino, saqué mi celular sin mucho ánimo y tal y como lo había hecho con doceavo le mostré mi número telefónico sin especialmente muchas ganas, pero si ya estabamos viajando como un "equipo", suponía que esto era lo más sensato de hacer pero, con ella dudaba que fuera a ser algo realmente divertido. —Espero nunca tengas que llamarme, escuchar tu voz es más que suficiente por ahora, no quiero imaginar lo que sería leerte —bufé, haciendo que nos adentraramos a lo que parecía ser la enfermería, ya teníamos comida así que algo para curarnos no podía ser tan malo. Ojalá no fuera algo tan aburrido de investigar. Contenido oculto Amane uvu
Octavo —El lugar esta completamente derruido —sin duda, la explosión había sido potente, pero probablemente podría encontrar algo interesante—. Además, las luces aquí están encendidas, lo que confirma que alguien esta o estuvo aquí. ¿La explosión podría... ? No pude terminar la frase, claro que no. ¿Quién podría después de percatarse del enorme monstruo que tenía en frente? Nunca vi su rostro, pero su enorme silueta era inconfundible de todos modos. ¡Era el segundo con el que me estaba enfrentando! Su mirada se fijó en mí en unos segundos, y una oleada de electricidad azotó mi cuerpo repetidas veces; su mirada, si bien era diferente a la de la Primera, transmitía una alerta de peligro igual de fuerte, puede que incluso mayor. No pude detectar sed de sangre o alguna otra emoción violenta en su persona, todo lo contrario: La frialdad en su mirada era la de un asesino profesional, completamente vacía. Sin duda alguna, el segundo no vacilaría en ningún momento. ¿Y-Y yo? ¡Pues temblaba, claro! Me había encontrado ya con un portador de diario. ¿Cuáles eran mis opciones, huir, intentar conversar? Incluso si no lucía violento, esa falta de expresividad hacía que fuese imposible intentar entablar un trato con él. Nunca sabría si mentía o no. Comencé a temblar con más fuerza, pero el miedo se había mezclado con adrenalina, ¡En un encuentro entre portadores de diarios, la batalla es inminente! —Parece que al fin tengo el placer de conocerte, segundo —exclamé, al tranquilizarme un poco, tratando de mantener mi tono sereno y agradable—. Lamentablemente, ambos sabemos que un juego como este no es el mejor lugar para conocernos. Me gustaría al menos intentar conversar pero... sería una pérdida de tiempo, estoy seguro. Es hora de combatir.
Doceavo~ “No, lo siento... No sé nada. Solo lo sé porque una niña de cabello blanco y piel bronceada me dijo que huyera... Justo cuando unos chicos aparecieron y empezaron a hacer daño a la gente.” Me rasqué la mejilla confuso y algo sorprendido. ¿Una niña de cabello blanco y piel bronceada? Eso sonaba mucho a la pequeña que estaba junto a Deus… Murumuru. ¡Vaya! Al menos fue simpática con el chiquitín. Pero, uh… ¿por qué estaba sucediendo aquello? ¿Tenía que ver con ellos dos? No estaba bien pensar en eso. —Hey, Victor, ya no llores…—le acaricié con suavidad la cabeza, tratando de calmarlo—. Vayamos juntos a buscarlos. Vayamos juntos a buscar a nuestras familias. Temía, sí. Temía que le hubiese ocurrido algo malo. ¿Era posible que…? No, tampoco estaba bien pensar en eso. Ahora tenía al pequeño Victor a mi cuidado. >>Bueno, esperemos que esas personas no anden por aquí… —me levanté y le cogí de la mano para que estuviese a mi lado en todo momento—. Por ahora sigamos por este camino~ Todo se ve silencioso y tranquilo. Contenido oculto tengo miedo porque todo avanza muy rápido y yo ya no sé qué hacer ay :c im scared por favor daditos ;-; Tengo 1 en acierto... 1 + ??? Contenido oculto: EDIT hola me fui a la buerga :c
¿Hmm? Un portador de diario... Si, solo era cuestión de tiempo para que me encontrara con uno, la verdad es que fue más rápido de lo que creí. ¿Esta temblando? ¿Por qué? Detesto cuando tiemblan... Me pone de mal humor. Su mirada, yo e visto esa mirada en muchas de mis víctimas anteriores, el también era un objetivo. — No muestras miedo... Comienzo a respetarte... Mis ojos ahora no se apartaran de el, y creo que ya sabe que es lo que hay que hacer, probablemente uno de los dos no salga vivo —...
Sexta Sin dudarlo, tras tirarla en el suelo con el primer golpe, sonreí y terminé con ella con otros dos porrazos. Joder, ¡qué bien se sentía hacer eso! ¡Sangre, sangre, sangre! ¿Será que era alguna portadora de diario? Me arrodillé ante el cadáver para ver lo que tenía y me encontré con un móvil y dos botellas de agua... Tomé estas últimas y luego me puse de pie. Me recargué en la pared más cercana para poder revisar el celular con tranquilidad, encontrándome con un contacto como 'Primera'. Entonces ésta no era portadora, pero le agradecía por haberme traído hasta una verdadera... Reí malévolamente por lo bajo. Decidí mandarle un mensaje. Tenía que atacarla por sorpresa, no sabía cómo sea su físico y en cuánta ventaja o desventaja me encontraría. Envié el mensaje diciendo así: He encontrado varios víveres que pueden venir bien. Nos encontramos en la entrada del parque de atracciones, ¿sí?
Cuarto No, no encontraba nada... No había huecos entre las rocas, no había árboles en los que ocultarse, no había nada... ¡Jo, qué cruel! Este juego... No quería estar aquí, si realmente el destino existía, ahora mismo se estaba burlando de mí con crueldad. Si realmente el destino existía, quería acabar conmigo... Comencé a llorar desconsoladamente, presa de la ansiedad al ver que no tenía posibilidades de sobrevivir. Sentía una gran impotencia, ¡todo me estaba saliendo mal! Y era el menor de todos los presentes. Fue una auténtica locura aventurarse a competir en mi estado... Me tiré al suelo, o más bien me caí, pues mis rodillas me fallaron, y hundí mi rostro entre mis brazos. Estaba completamente bloqueada, no se me ocurría ninguna salida y aquel perro volvería en cualquier momento. Notaba cómo mis fuerzas flaqueaban y mi ánimo caía desorbitadamente. ¿Cómo iba a salir ahora de este peligro? Pisadas. De repente, escuché pisadas. El animal volvía y esta vez... quizás no aguantaría. —¡Oh! —exclamé gratamente sorprendido, tapándome luego la boca al instante, sobresaltado. Coloqué el índice en mis labios, y repetí, para recordarme que me perseguían—. Shhh... Ahora era una chica quien andaba, no un perro asesino. Lo cual, en otras circunstancias, hubiera sido una amenaza y no se me habría pasado por la cabeza dejarme ver. Pero en esta situación, era vital acercarse... —Hm... H-hola, uhm... —llamé la atención de la chica, agarrando su ropa y dando un leve tirón de ella—. E-eh, yo... —trataba de articular, aún entre sollozos, mientras cogía todo el aire que podía, en un intento de calmarme. >>S-socorro... Un perro me persigue y me he hecho una pupa y... Joo. ¿M-me vas a ayudar? Manu no está y me siento muy solo... ¡¡Ayúdame, por fi!! —supliqué secándome las últimas lágrimas que aún humedecían mi rostro.
Tercera Al final, el plan había resultado exitoso y Séptimo pudo atacar al perseguidor. Por fortuna, solo él resultó herido y nosotros estábamos bien. Sin embargo, lo que nos tomó por sorpresa fue el hecho de que desapareció, así sin más. Por supuesto, Murumuru apareció segundos después mostrándose como la verdadera culpable de todo aquel embrollo. ¿Una réplica del quinto? Interesante. Aquella acción hizo que Séptimo se ganara una espada y así yo tendría mi tubería de vuelta. Bueno, una espada era mejor, pero las dos armas juntas no serían ninguna broma. —Felicidades~ —le dije con sinceridad. Lo siguiente fue salir del edifico y dirigirnos al parque acuático, que no quedaba demasiado lejos. Me sorprendí cuando me dio su número y, obviamente, rodé los ojos cuando escuché su comentario. Ni que a mí me gustase aquello de depender de otra persona. Tenía sus ventajas, sí, pero tampoco debía creérselo tanto. Pero así era Séptimo, lo estaba aprendiendo, y en el fondo me estaba cayendo bien. No éramos tan distintos. Guardé el número en mi móvil y posteriormente le pasé el mío. Era bueno mantener el contacto, dijese lo que dijese. >>Vamos don perfecto, no seas tan cascarrabias. ¡A ver si tenemos suerte! —dije, mientras íbamos a la enfermería.
Octavo Lo sabía; esta era una batalla a muerte, no cabía duda alguna. Las posibilidades de huir eran básicamente nulas. —Supongo que tendré que usar el regalito de Mururu —me dije, sacando la navaja que me había dado. ...¡¿Qué hacía enfrentando una navaja contra unos nunchakus?! Simplemente lancé dos golpes normales. Stats: Vida: 100/100 Fuerza: 10 Defensa: 10 Agilidad: 7 Contenido oculto Creo, CREO que la cosa sería así: 10 de fuerza + 10 del arma + 5 del golpe normal + 1 que tengo en armas blancas = 26-6 de defensa tuya= 20 y como son dos golpes normales, pues entonces 40 de daño. Si algo está mal, que Liza me corrija x'D
Hmm... Sinceramente no me lo esperaba... Dos golpes que recibí y no pude prevenir, era la primera vez que me pasaba, ¿tan viejo estoy ya? — Si muero, habré obtenido lo que quiero... — Respondí escupiendo un poco de sangre Nunca use armas, nunca en mi maldita vida las use para nada y ahora pago mi error... Un simple golpe es todo lo que mi cuerpo puede dar. Stats PS: 60/100 Fuerza: 9 Defensa: 6 Agilidad: 5 Corpulencia: 8 Contenido oculto pues entonces sería... 9 de fuerza + 10 del arma + 5 del ataque 24 - 10 de tu defensa sería = 14 de daño, yo solo puedo dar un golpe. ¿Si es así, o me estoy equivocado? :3
Contenido oculto Es así, pero también se cuentan los puntos que se tiene en la habilidad de Corpulencia y eso se añade a la defensa. Como tengo 4 puntos en corpulencia, en vez de recibir 14 de daño recibo 10. Octavo Incluso yo me sorprendí cuando el Segundo encajó de lleno ambos ataques, quedando seriamente herido. Y eso se notó en su ataque, puesto que, sorprendentemente, pude recibirlo sin sufrir mucho daño. —Parece que a veces las apariencias engañan —corrí hacia él, haciendo un corte en sus dos extremidades derechas, buscando dificultar su movimiento—. Me alegro de que pienses así segundo; tienes razón, podrás descansar en paz. >>Aunque mueras, el mundo se volverá un lugar ideal. No necesitas remordimiento alguno. Stats: Vida: 90/100 Fuerza: 10 Defensa: 10 Agilidad: 7 Contenido oculto 10 + 10 + 5 + 1 = 26-6= 20*2= otros 40 de daño.