Victoria Stone — Bien, yo creo que volveré a la sala común o puede que entrene un poco~ — expliqué alejándome un poco — ¡Oh! ¡También he escuchado que los elfos de la cocina están en problemas! — me encogí de hombros. Tras despedirme con la mano empecé a caminar con tranquilidad hasta el interior del castillo una vez más.
Ryder Parker —¿Quién lo diría? Era 6 de diciembre. El exterior de Hogwarts estaba heladísimo, ya los pastos están escarchados y los días están más nublados. Winter is coming, babies. Me encontraba, en esos momentos, caminando junto a la tocaya de Supergirl hacia la cabaña de Hagrid, el gran, literalmente, y simpático guardabosques de Hogwarts. Ese día era su cumpleaños, y el susodicho siempre hace una invitación abierta (pero al parecer no tan difundida) para ir a tomar el té con él ese día. ¡Y la verdad es que me parece un buen panorama! Con estos fríos, feliz acepto bebidas calentitas gratis. —Resulta que estos niños de segundo decían que luego de la clase de Herbología todo pasaba volando, al no haber sucesos interesantes, hasta llegar al partido de Quidditch. ¡Pero nadie se refirió al cumpleaños del guardabosques! Eso me pone feliz y enojado. Digo, es injusto que sean tan ingratos con él, sabiendo que es de la gente que en verdad uno puede caerle bien en este edificio, pero por otro lado, me hace sentir que mi trabajo para ser mejor persona está dando algún fruto ahora que estoy haciendo una buena obra que ellos no hacen, y por ende, estoy siendo mejor que ellos, ¿comprendes? Kara me miró con cara de duda, como si estuviese colgada en la conversación. —Ay, claro que sí entiendes —asumí, luego de que me aburriera de esperar respuesta. A los pocos segundos, llegamos por fin a la cabaña y toqué la puerta, esperando que nos dejara pasar para no tener que seguir aguantando este frío de horrores. ¡Detesto el invierno! Contenido oculto Nami Roronoa sé que estaban las actividades de los partidos de Quidditch para hacer el salto de tiempo, pero al menos yo no me siento preparado aún *deditos de Whatsapp* y como no muchos han estado roleando, quisimos hacer esta actividad antes, ¿está bien? :3 Son las 3 pm, así que llegamos a la tarde como dijiste (?)
Kara Willson El tiempo había pasado ya desde que Ry-Ry y yo nos habíamos reconciliado ya había llegado la época navideña, la nieve comenzaba a cubrir los pastos de Hogwarts, el frio comenzaba a llegar al castillo y las grandes fiestas de navidad se venían en no muchos días y las cosas realmente no podían ser mejor. Además, el frio de esta estación me daba excusa para pasar más tiempo frente a la chimenea de la sala común, tomar algo de chocolate caliente... dormir con Jay en la cama para tener algo más de calor. Y si ahora le sumabas que era el cumpleaños de Hagrid era algo simplemente perfecto. Así que, junto con Ry-Ry fuimos hacia la cabaña de Hagrid mientras él me platicaba unas cosas de los niños de segundo pero... todo iba tan rápido que solo podía captar ciertas cosas, como lo de su trabajo para ser una buena persona (esto no lo entendía muy bien, a decir verdad... porque a mis ojos Ryder ya era una buena persona), que por alguna razon el cumpleaños de Hagrid lo hacía estar feliz y enojado, y entre otras cosas Ryder tocó la puerta del guardabosques para que supiera que estabamos aquí. Y en ese momento, con cierta emoción, saqué una pequeña bolsita de tela donde tenía unas galletas para acompañar el té que los elfos domestico me habían dado amablemente cuando les conté a lo que iba hacer en la tarde. ¿No eran emocionante las fiestas de cumpleaños?
La puerta de la Cabaña del Guardabosques se abrió de par en par luego de que Ryder tocara, y por ella se asomó la cabeza de Hagrid, quien tenía su aspecto usual excepto porque además llevaba puesto un delantal floreado bastante feo. —¡Oh! ¡Ryder, Kara! ¿Han venido a tomar el té? ¡Pasen, pasen! —dijo el guardabosques, entusiasmado; como pudieron adivinar por su animado tono de voz, no parecía haber recibido otras visitas. Por dentro la cabaña estaba igual que siempre, excepto que sobre la mesa había una humeante taza de té bastante grande, y un bowl lleno de lo que parecían ser caramelos de café con leche. Hagrid les preguntó qué querían tomar, ofreciéndoles té, café o jugo de calabaza. Contenido oculto ¡Claro que no hay problema! Se puede comenzar por esta actividad primero; pero por otro lado, hasta no estar completa no podrán comenzar los partidos de Quidditch :O Y no hay límite de participantes, así que cualquiera que esté leyendo esto puede sumarte :3
Kara Willson Poco a poco la puerta de Hagrid se fue abriendo hasta que por fin pudimos verlo con un gran delantal floreado que lo hacían ver muy tierno a mi parecer, y sin esperar mucho más nos invitó a pasar a su cabaña con un tono de emoción en su voz, pero... ¿por qué nadie estaba aquí todavía? Sacudí levemente mi cabeza para restarle un poco de importancia y cuando nos adentramos a su casa no dudé ni un segundo a lanzarme a abrazarlo con emoción —Muchas felicidades Hagid —dije mirándolo con una gran sonrisa en mi rostro, cuando me separé le mostré la bolsa de tela que traía conmigo —, ¡mira, traje galletas para acompañar las bebidas! >> Oh y... a mi me gustaría un té, por favor..
Victoria Stone El frío empezaba a apoderarse del castillo de Hogwarts, el invierno se acercaba y con ello la nieve y el uso de abrigos cada vez más gruesos que diesen el calor suficiente. En esos días, lo único que le apetecía a uno tras las clases era quedarse en la sala común con una buena cerveza de mantequilla y un buen fuego encendido. Sin embargo, ese no sería el plan para aquel día. Tras haberme arreglado lo suficiente, salí del castillo emocionada. Es cierto, debía admitirlo, por el camino me distraje bastante admirando el paisaje nevado, era demasiado bonito como para no hacerlo. Pero, por fortuna, parece ser que conseguí llegar a tiempo a la cabaña de Hagrid. Algo tarde, sí, pero relativamente a tiempo. —¡Felicidades, Hagrid! No sabes lo que me alegra poder estar aquí celebrando tu cumple, eres una gran persona —le dije con una sonrisa enorme, tierna, nada más alcanzar su cabaña. Contenido oculto Sé que me echabais de menos, sobre todo Ryder XDD
Ryder Parker —Gracias, Big Man, y feliz cumpleaños —dije, con una sonrisa serena, y entré a la cabaña. Big Man era como le llamaba a Hagrid, porque bueno, es un hombre y es grande, no tiene mucha ciencia a decir verdad—. Me gustaría un café para estos fríos por favor. Me imagino que tienes café Colombiano, ¿verdad? Es de ese el que tomamos en mi casa, por bueno, dah, es el mejor. Al ir caminando por su casa, puse una mueca torcida, tratando de que fuese una sonrisa a duras penas. Hagrid tiene un gusto un tanto... particular. A quién engaño, tiene un gusto pésimo. A mi abuela le daría un patatús tremendo; para ella, como diseñadora de interiores jubilada, esto sería un crimen. Pero bueno, se supone que uno debe respetar el mal gusto ajeno, ¿verdad...? De eso se trata ser buena persona, supongo. "¡Felicidades, Hagrid! No sabes lo que me alegra poder estar aquí celebrando tu cumple, eres una gran persona." Me di vuelta un poco asustado apenas escuché ese gritito inicial, ya que me tomó desprevenido, y apenas vi quien era, mi intento de sonrisa se transformó en una mueca de fastidio. Giré los ojos con ironía y solté un suspiro. —¡Felicidades, Victoria! No sabes lo que me alegra poder verte parada en todo evento que ocurra en este lugar, eres una, literalmente, infaltable persona —comenté con una sarcástica sonrisa. Inmediatamente tomé a Kara del codo y la llevé conmigo para observar lo que sea (literalmente nos puse a ver una pared que ni sabía lo que tenía). Había que imponer límites de grupos aquí para que larubiaestoyentodoslados no esté en nuestras conversaciones también.
Kyle Gray Me acomodo la bufanda negra y amarilla para taparme la boca. Hace un frío del demonio fuera, por lo que mi paseo por los jardines tendrá que esperar y me encamino a paso rápido hacia el castillo. Voy todo cargado, con la cartera bamboleándose con mis andares, y sujetándome la bufanda cada dos por tres para que no se me caiga. Entro en el castillo, y sin ningún sitio específico al que ir, relajo los hombros con el nuevo calor del sitio. Deambulando por el Hall, la bufanda se me va deslizando poco a poco, cosa que agradezco a causa de la temperatura actual. Como no podía ser de otro modo, distraído que voy viendo los pasillos que aún me fascinan, llega un momento que la bufanda acaba tocando el suelo, con la mala suerte que la piso. El consiguiente efecto es tropezarme, y precipitarme contra el suelo. En un intento de no estamparme la cara contra la fría piedra, comienzo a agitar los brazos en hélice para equilibrarme. ¡Yupi! No me caigo. Aunque si que unas chicas de Gryffindor que pasaban cerca de mi sueltan una risita, y cuchicheando a la vez que me miran giran la esquina. Me pongo todo rojo, pero el giro de cabeza me hace fijarme en el tablón que hay en la pared. ¡Es el cumpleaños de Hagrid! Maldita sea, y yo sin darme cuenta. Voy a ir a tirarle de las orejas ahora mismo. Pero al avanzar unos pasos, me doy cuenta que no puedo presentarme con las manos vacías. Corro por el pasillo y las escaleras, aminorando la marcha en uno de los corredores cuando me cruzo con la profesora McGonagall. Con un gesto de cabeza la saludo, y en cuanto desaparezco de su ángulo de vista vuelvo a la carrera. Llego a la sala común de Hufflepuff, voy a mi habitación, y tras encontrar lo que quería salgo a todo correr hacia la cabaña. El día es tan frío que intento no mantenerme mucho fuera. Con paso acelerado, recorro el camino empedrado hasta la cabaña, y una vez delante llamo a la puerta. ¡Espero que haya algún compañero más en la fiesta del té!
Danielle Abbadie. Me acomodé la bufanda azul mientras emprendía camino a la casa de Hagrid, había escuchado de unos alumnos mayores que hoy era su cumpleaños, por lo tanto me había animado a ir a darle un saludo, el era tan amable siempre, era lo menos que podía hacer. Mientras me acercaba a la cabaña pude notar a Kyle frente a la puerta, continue mi camino con paso calmado, así hasta llegar junto al chico. —Hola, Kyle —saludé amable —, ¿también vienes por el cumpleaños de Hagrid?
Hagrid le agradeció a Kara y Ryder los saludos por el cumpleaños, y de inmediato se puso a hervir una tetera para servirles el té y café que ellos habían pedido. Y entonces fue cuando llegó Victoria, y su tierno saludo lo tomó por sorpresa. —¡Felicidades, Hagrid! No sabes lo que me alegra poder estar aquí celebrando tu cumple, eres una gran persona El rostro de Hagrid se enrojeció ante la felicitación de Victoria. Parecía que sus palabras lo hacían bastante feliz, al punto de que quizás lloraría por la emoción, pero claro que no quería que eso se viera reflejado, por supuesto. —¡Ah, están llamando a la puerta! —dijo el guardabosques, aprovechando la excusa para voltearse a la puerta y ocultar su rostro—. ¡Kyle, Danielle! Pasen, pasen… tomen asiento. Creo que hay suficientes sillas para todos, ¿no? Y hay dulces también, ¡y Kara incluso trajo galletas para todos! ¡Pasen, pasen! ¿Quieren algo de beber?
Victoria Stone Sonreí ante la reacción de Hagrid. Aunque no lo quisiese mostrar, se notaba que le habían emocionado mis palabras y eso me hacía tremendamente feliz, pues no había nada mejor que ver a una persona tan amable sabiendo lo que significaba para los demás. Me adentré posteriormente en la acogedora cabaña, comprobando en el proceso que tanto Kara como Ryder se encontraban ya en el lugar. Que Kara estuviese ahí no me sorprendía, ¿pero Ryder? Vaya. Ladeé la cabeza al escuchar sus palabras. ¿Yo, una persona que estaba en todos los eventos? ¿Así me veía él? Oh, pero eso no era malo, ¿no? Simplemente, me gustaba ayudar... Me encogí de hombros y simplemente me dediqué a tomar asiento en una de las sillas que Hagrid ofrecía. —Me gustaría un poco de té, por favor~ —respondí ante su ofrecimiento, con una sonrisa.
—Claro… ¡ah, el agua ya hirvió! Siéntate, Victoria, enseguida te sirvo algo de té. Y, tal y como había dicho Hagrid, el agua había comenzado a hervir. El guardabosques tomó tres tazas y sirvió dos de té y una de café. Se las entregó a Victoria, Kara y Ryder respectivamente. Kyle y Danielle aún no habían dicho si querían algo, pero por las dudas Hagrid les sirvió un vaso de jugo de calabaza. —Ah, que bueno que hayan venido, sí… ¡incluso Dumbledore pasó hace un rato! Es un gran hombre, Dumbledore… —musitó Hagrid, con un poco de emoción en su voz—. Justo se fue cuando ustedes llegaron, estaba un poco preocupado… ah, pero no es momento de eso, ¡hablemos de otra cosa! >> Opción A: Hablar acerca de Dumbledore >> Opción B: Hablar acerca del cumpleaños de Hagrid >> Opción C: Hablar acerca del perro del corredor prohibido
Ryder Parker. Tensé la boca, por lo que era muy notoria mi sonrisa falsa que denotaba más bien ira e incomodidad. ¿De qué se las dan de únicos y especiales estos otros que también vinieron a ver a Hagrid en su cumpleaños? Ush... me arruinaron mi buena acción del día, ahora pasó a ser simplemente "una acción" ahora que todos vinieron. Bueno, habrá que tomar cartas en el asunto. Seré el más considerado de todos, y así mi acción dejará de ser una común y volverá a ser una buena otra vez. "Ah, que bueno que hayan venido, sí… ¡incluso Dumbledore pasó hace un rato! Es un gran hombre, Dumbledore… Justo se fue cuando ustedes llegaron, estaba un poco preocupado… ah, pero no es momento de eso, ¡hablemos de otra cosa!" —¡Hablemos de tu cumpleaños! Pues a eso es a lo que vinimos, Big Man. Kara y yo... —Miré a los otros de re-ojo, boté un suspiro de mala gana y completé la frase— y bueno, el resto. Contenido oculto Había olvidado incluir esta aclaración jhdlk. Opté por esta opción para "romper el hielo" con el personaje :3 con las otras de seguro se obtendría info valiosa, pero pensé que quizá había que esperar a tener la confianza de Hagrid primero
—¡Ah, excelente, buena idea, Ryder! —exclamó el guardabosques mientras le servía el café al chico—. Lo siento, este es el único café que tengo… no será de Colombia ni tan bueno como los que hacen los elfos del castillo pero… ehm, espero que te guste igual Ryder… >> ¿De qué hablábamos? ¡Oh, sí, mi cumpleaños! Dumbledore me dio el día libre e incluso me trajo unas Grageas de todos los sabores como regalo… es un gran hombre Dumbledore, sí señor. Y menos mal que tuve el día libre, porque ayer fuimos a celebrarlo a Cabeza de Puerco con Mundungus Fletcher… ¡y apostamos una barbaridad! Pero ganamos, ganamos luego de una intensa partida de gobstones contra un extranjero… >> Ehm, creo que a Dumbledore no le haría nada de gracia saber que anduve apostando, así que mejor dejemos eso en secreto entre ustedes y yo, ¿de acuerdo? >> Opción A: Hablar acerca de Dumbledore >> Opción B: Hablar acerca de Cabeza de Puerco >> Opción C: Hablar acerca del perro del corredor prohibido Contenido oculto De hecho, necesitáis hacer las tres opciones, así que no importaba realmente por cual comenzaran XD
Victoria Stone Agradecí al hombre cuando me extendió la taza de té y empecé a tomar pequeños sorbos mientras escuchaba la conversación que empezaba a aflorar. ¿Así que también Dumbledore había pasado a felicitar a Hagrid? No me extrañaba, el director era una persona tremendamente amable y atenta, estaba segura que felicitaba y dejaba libre a Hagrid todos los años durante su cumpleaños, él era así. Dejé un momento la taza en la mesa, permitiendo que se enfriase un poco ya que estaba hirviendo. Así podría hablar también. —Oh, ¿Cabeza de Puerco? ¿Qué es ese sitio? Creo que me suena su nombre pero solo lo escuché de pasada... [Hablar acerca de Cabeza de Puerco]
—Ah, es un bar del pueblo de Hogsmeade —explicó Hagrid—. No me sorprende que no sepáis de el; es un bar para gente mayor de edad, a diferencia de Las Tres Escobas, que es un pub para todas las edades… >> En fin, la cuestión es que un extrajero aclamaba ser mejor que cualquier inglés en los gobstones… ¡ja! Mundungus le dijo que yo era mejor, y le demostré apostándole unos galleons… ¡y él estaba desesperado por la revancha! Apostó todo lo que tenía, incluso… bueno… algo raro que llevaba y… ¡ah, Fang! ¿Dónde te habías metido? Fang, el enorme perro negro de Hagrid, acababa de hacer acto de aparición en la cabaña. Caminó con pasos lentos y pausados hasta donde Victoria se encontraba, y colocó la cabeza sobre el regazo de la chica, como esperando que le acariciara. >> Opción A: Hablar acerca de Dumbledore >> Opción C: Hablar acerca del perro del corredor prohibido
Victoria Stone Hagrid nos explicó que, efectivamente, era un bar para mayores y que por eso era posible que no hubiésemos entrado en él. Claro, yo lo tenía que haber escuchado de mis abuelos o hermanos que en su momento tuvieron que visitar el lugar. Tomé otro par de sorbos del té mientras el cuidador de animales nos contaba sobre la apuesta sucedida. Dijo algo de un hombre que se creía mejor y qué había apostado todo su dinero e incluso un... ¿un qué? Justo cuando iba a seguir con esa frase, un enorme perro negro entró a la casa y se acercó a mí con pasos pesados, apoyando posteriormente su cabeza sobre mi regazo, como pidiendo que lo acariciase. Y así lo hice, claro, porque me pareció adorable. Reí levemente al pensar la reacción de Sulli cuando volviese a la habitación. —Bueno... ¿y qué nos puedes decir de Dumbledore? ¡Parece que tenéis muy buena relación! [Hablar acerca de Dumbledore] Contenido oculto Yo solo quería contestar a los del perrito pero </3
Melinda Frenerich Si algo existía en este mundo que no me dejaba indiferente, ni siquiera aplicando mis mejores esfuerzos por ignorarlo, eso era la nieve. Cuando me levanté aquella mañana y noté, a través de la ventana, el blanco manto que cubría los terrenos del colegio, di un breve, pero profundo suspiro. Días como este hacían que padeciera un molesto y frío dolor en las manos, los pies y, sobre todo, el rostro. Mi piel era demasiado delicada antes las bajas temperaturas y, por lo general, mis mejillas, mi nariz y mis orejas adquirían un tono rosa fuerte. El color era lo de menos, lo que no me dejaba indiferente era la sensación de tener la piel tirante, al punto de que me parecía que con un simple soplido se me cortaría. Fui de las primeras en llegar al Gran Comedor. Había sacado mi capa para el frío e incluso unas orejeras azules. Tomé un té caliente y esperé a que mis compañeros de clase llegaran, sobre todo Kara y Andrew. Sin embargo, ni ellos ni ninguno de los de primer año acudieron al gran salón en las horas que acostumbraban llegar, lo cual me resultó llamativo. Para cuando terminé mi segunda taza de té, seguía estando sola… Al salir del Gran Comedor, pasé frente a un tablón en el que, tal vez, encontré la respuesta a las enigmáticas ausencias de mis amigos y compañeros. En él había un cartel escrito por Hagrid en el que invitaba a celebrar su cumpleaños, en su cabaña, durante la fecha de hoy. Y dio la casualidad de que escuché el comentario de unos alumnos mayores, que pasaron cerca de mí: decían que habían visto a un grupo de estudiantes de primer año dirigiéndose a la cabaña del guardabosques. Haciendo conocido esta información, me dirigía nuevamente al Gran Comedor, tomé un pastelillo relleno de crema dulce, que envolví cuidadosamente en una servilleta. Tras lo cual me acomodé las orejeras sobre mi cabeza y partí hacia el exterior. Si había otra persona que merecía que pasase tanto frío por ella, ese era Hagrid. Mi familia lo detestaba. Y eso significaba, para mí, que era una gran persona. No me gustaba la nieve. Sentir que se hundía y crujía bajo mis pies era desagradable e incómodo, más teniendo en cuenta mi estatura. Habré tardado tal vez el doble de tiempo de lo que normalmente me hubiera llevado llegar hasta la cabaña, pero finalmente logré postrarme frente a la puerta, con el pastelillo a salvo entre mis manos. Las cuales temblaban. De hecho, me había encogido un poco bajo mi abrigo, sintiendo las mejillas encendidas. Alcé una mano y llamé a la puerta con tres golpes algo enérgicos. Ojalá no tardara demasiado en abrirme… Contenido oculto Nami Roronoa Iá iegué :'D
Hagrid se encontraba a punto de responder a la pregunta de Victoria cuando de repente el sonido de la puerta llamó su atención. Se volvió hacia allí y le abrió a la niña que esperaba allí fuera. —¡Melinda! Pasa, pasa, que hace mucho frío como para estar fuera —dijo Hagrid, invitándola cálidamente al interior de la cabaña—. Toma una silla… ¿quieres algo de beber? Hay té, o sino también jugo de calabaza o café… Mientras hablaba Fang se levantó de donde había estado reposado junto a la joven Gryffindor y caminó un poco por la cabaña. Se colocó ahora junto a Melinda y puso su cabeza sobre su regazo apenas se sentó; el perro era inmeso pero cariñoso e inofensivo. Sin embargo, Melinda descubrió que al poner la cabeza sobre su regazo le llenó el regazo de baba. —¿En qué estábamos? ¡Ah, sí, Dumbledore! Es un gran hombre, Dumbledore, y un gran mago también, pero sobre todo una gran persona. ¡El mejor director que ha tenido este colegio, sin duda alguna! Mucho mejor que el director Dippet, quien era el director cuando yo asistía al colegio… Dumbledore era solamente el profesor de Transformaciones en ese entonces, pero siempre fue muy amable y gentil con todos. >> Uno pensaría que, siendo el mago más poderoso de la actualidad, Dumbledore podría ser un snob elitista que mirara desde arriba a los demás… pero es todo lo contrario. Es amable con todos, desde los elfos domésticos de las cocinas a los alumnos del colegio… incluso con alguien como yo… es una gran persona, sí señor… Hagrid se volteó y se puso a admirar el fuego que ardía en la chimenea, tapado por una larga sábana para evitar que el humo entrara en la cabaña, como si fuese lo más interesante del mundo. Parecía que de verdad admiraba mucho al director. >> Opción A: Hablar acerca del perro del corredor prohibido >> Opción B: Hablar sobre lo ganado en Cabeza de Puerco >> Opción C: Hablar sobre la chimenea
Kara Willson Habían pasado cosas muy extrañas desde que habíamos llegado. Cuando iba a saludar a Victoria, Ry-ry pareció tener un interés extraño en las paredes de piedra de Hagrid, realmente no sabía la razón de esta extraña decisión pero me había esforzado en intentar notar la curiosidad o fascinación que había visto en ellas, realmente lo intenté. Por suerte, Hagrid tuvo nuestras bebidas listas y tomamos asiento y gracias a la pregunta de Ryder Hagrid nos comenzó a contar sobre su cumpleaños mientras las visitas siguieron llegando para el festejo. Me alegraba que al final, muchos lograran venir al cumpleaños del guardabosques. Las preguntas y las pláticas continuaron mientras bebíamos nuestras tés o cafés y alguna que otra galleta, y no sabía de los demás pero a mi me estaba pareciendo muy interesante... había aprendido de cierta forma muchas cosas nuevas o datos interesantes de lo que hablaban. Y cuando llegó Melinda, miré atentamente al gran perro de Hagrid: Fang (que había estado intentando sobornar con galletas para que viniera a mi lado pero... eso no había sucedido), lo que me hizo recordar algo importante. —Oye Hagrid~ —llamé su atención con una pequeña sonrisa de curiosidad, moviendo mis pies de arriba a abajo aprovechando que no podía tocar el suelo —¿El perrito del corredor tiene un nombre? —pregunté —Porque... estoy segura de que si hubiésemos sabido su nombre hubiera sido algo más agradable... como el pequeño gran Fang~ >> Opción A: Hablar acerca del perro del corredor prohibido