Frank Goose Tenía que haber oído mal. ¿Piedras? ¿Había dicho piedras? Me imaginé mi cadáver desnutrido en el suelo, mientras Hawkmon lloraba y me preguntaba que como me había dejado morir de hambre habiendo suficiente césped para ambos. Me estremecí. --Espera. ¿Has dicho fruta?--mis esperanzas habían vuelto. A lo mejor sí lograba comer algo aquí--. ¿No serán venenosas, verdad? ¿Y son perfectamente comestibles? Sentía la ansiedad crecer. Si no era fruta, ¿que rayos podía comer en aquel lugar? ¿Como había logrado aquel Gennai vivir tanto tiempo en el digimundo? No, tenía que ser fruta. Solo esperaba que la solución no fuera un Hawkmon a la plancha. No creía tener el valor para hacer aquello. Además, Hawkmon era algo así como mi amigo.
Miriam Dent El bosque se extendía ante nuestros ojos. Y con él, la posibilidad de descubrir por qué razón unos cuantos niños humanos estaban fuera de su mundo. Irina, unos pasos adelantada de mí, se giró hacia atrás para hacerme señas. Sí que luce emocionada ahora. Las aventuras deben de gustarle. Dirigí mi atención hacia los digimon, quienes lucían tan entusiasnados y alegres como si esta travesía no fuera más que un simple paseo entre amigos. Amigos... Realmente me siento segura junto a Armadillomon. E Irina y Gomamon, junto a ellos me siento como en casa. Los demás aguardaban por mí con paciencia, a la entrada del nuevo escenario. Tenía miedo de lo que pudiera llegar a pasar de ahora en más, pero estando a su lado... Tal vez deba tomarme esta búsqueda con más optimismo. Si algo mala ocurre, sé que lucharemos todos juntos. —Sí, vamos —acordé con una sonrisa pequeña. Los nervios me acompañaban aún, pero eso no importaba. Ahora tenía amigos que cuidarían mis espaldas como yo cuidaría las de ellos—. ¡En marcha!
Daerek seguía corriendo junto a Veemon tratando de tomar delantera, pero se dio cuenta ya estaban frente la entrada del bosque. El chico se detuvo abruptamente para observar el lugar por unos momentos. —Vaya, ya llegamos. Corrimos tanto que no nos dimos cuenta. — dijo Daerek viendo el bosque. El chico sonrió y comenzó a adentrarse poco a poco en el frondoso bosque, sus pasos eran seguros sin resto de miedo y tras el Veemon con una actitud valiente. —Vamos Veemon, tenemos mucho que recorrer. — finalizo el chico.
Dylan Rogues Las palabras de Lilith perturbaron mi ensoñación musical. Tuve que girarme ligeramente para mirarla. Lo único que alcancé a oír bien fue "¿Playa o montaña?", o algo así. ¿Me estaba dando a elegir, o algo? A mí me daba igual. Verdaderamente igual. A ver. En la playa me siento habitualmente más incómodo que en la montaña, porque suele ser un sitio mucho más transitado, y no me gustan las aglomeraciones de gente. Pero, teniendo en cuenta que aquí no hay humanos, la playa debería estar vacía, ¿no? Quizá era buena idea visitarla para, no sé, ver qué tal me siento delante del mar, sin nadie a mi alrededor... De modo que mis labios se movieron solos. —Playa.
Biyomon asintió con alegría ante las palabras de Hana, y no dudó en guiarla a través del pueblo hasta que lo dejaron atrás. Se dirigieron al sendero que abandonaba el aspecto infantil Pueblo de los Inicios y comenzaba a transformarse en un área boscosa. —En el bosque sí que hay comida, así que si tienes hambre podremos encontrar algo ahí —indicó Biyomon; dejó de volar como había venido avanzando hasta ahora y aterrizó junto a la chica, comenzando a caminar a su lado—. Y también hay un área del bosque llamada el Cuarto de Kunemon donde hay una fuente de agua… >> Oye, Hana, ¿qué clase de cosas comen los humanos?
Hana Fairchild La pregunta la tomó ligeramente por sorpresa. —Pues... En principio los humanos somos omnívoros, lo que significa que en nuestra dieta se incluyen tanto vegetales como carne— explicó sin voltearse—. Leche, huevos, frutas y verduras... Sí es cierto que hay humanos que por cuestiones de ética se niegan a comer carne, como lo son los vegetarianos. Y luego están los veganos. Ellos no toman nada que provenga de un animal. Nada de carne, ni leche ni huevos ni nada... Nada que sienta o padezca. Como si las plantas no fueran seres vivos... En ese momento la expresión de Hana se tornó en una mueca de molestia. Frunció el ceño ligeramente, con desagrado, pero duró apenas una décima de segundo. En seguida, la humana se volteó para mirar a Biyomon de nuevo. —En lo que a mí respecta, me gusta mucho el okonomiyaki— contó, al parecer sin ser consciente de que se había desviado del tema—, es un tipo de comida de mi país. El oden, el ramen y oh, ¡el sushi! ¡Amo el sushi! Y como por mis venas corre sangre británica, también amo el fish and chips. Es pescado rebozado y frito con patatas. Usualmente se usa el bacalao, pero el eglefino también está bien. Y... el té. Me encanta el té, ¿sabes? ¡El té Earl grey es...! Al ver la expresión de total desconcierto de la digimon, Hana se percató de que quizás había divagado demasiado. ¡Con contestar "de todo" hubiera bastado y servido para responderle! Era imposible que Biyomon, que era como un bebé, hubiera entendido algo de toda esa perorata. No pudo evitar sentirse ligeramente avergonzada por haberse dejado llevar de aquella forma. Y además... Una parte de ella se preguntó por qué una persona tan reservada como ella hablaría de sus gustos con tal facilidad. Hana no solía ser así. Era cerrada y pragmática con extraños, tenía una dificultad enorme para abrirse a ellos... pero el caso era que Biyomon no era ninguna extraña. Y era simplemente sencillo y natural solo charlar cuando se trataba de la criatura que le había salvado la vida. Tosió, aclarando su garganta. >> ¿Qué... comen los digimon, Biyomon?— preguntó de pronto, más por desviar el tema que por interés genuino.
Lilith Campbell [5/8] —¡Genial! ¡Entonces playa será! —repetí con alegría tras escuchar su respuesta. ¡Ojalá pudiésemos recibir ayuda en ese lugar! O aunque fuese llevarnos a otro sitio dónde si nos resolviesen alguna duda. >>¿Te gusta la playa? ¡A mí sí! Aunque casi siempre está abarrotada de gente y es bastante asfixiante, ¡más con el calor del verano! Pero el mar es muy bonito, ¡me gusta bastante! Eso sí, dudo que esta playa esté llena, como no haya muchos Digimon... —hablé, intentando sacar conversación para que el camino no se hiciese tan pesado. ¡Yo necesitaba hablar!
Dylan Rogues Cuando oí cómo Lilith empezaba a hablarme, preguntándome por mis gustos, comentándome los suyos, hablándome, tratando de sacar conversación, instintivamente comencé a fingir que escuchaba música, a silbar y tararear alguna canción aleatoria que pasó por mi mente. Pero cuando vi que no callaba y seguía hablándome de la playa, me di cuenta de que ni estaba funcionando mi estrategia ni tenía sentido, pues ella ya sabía que mi mp3 no funcionaba. En serio, ¡qué ganas de recuperarlo! —Uhm. No. Bueno, no lo sé. No suelo ir mucho a la playa —recoloqué la capucha de mi sudadera, cubriendo con ella a Patamon, que seguía sobre mi cabeza—. A mí tampoco me gusta la gente. Prefiero, no sé. Estar solo. Escuchar música, y eso. Por eso necesito mi mp3, supongo. Desvié la mirada con rapidez. Ugh. Qué situación más incómoda, ¿qué se supone que debo decir para agradar?
Lilith Campbell [6/8] Asentí con la cabeza. —¡La música es genial! —afirmé, contenta—. Aunque me guste mucho la compañía, a veces también agradezco estar sola... escuchando música y pintando, ¡es estupendo! Me siento muy relajada y es... es como si estuviese en otro mundo donde solo estoy yo con la música y mi dibujo, y es un mundo muy tranquilo. Algo así debes sentirte tú también con la música, ¿verdad? Poco después miré a Palmon de nuevo, sabiendo que no le importaría tanto darme conversación. >>Palmon, ¿tenéis aquí música también? ¡O mejor! ¿Tenéis alguna manera de dibujar o pintar? ¡Eso me alegraría mucho!
Dylan Rogues. Escuché las palabras de Lilith, y no pude evitar sonreír ligeramente al oír cómo parecía sentir algo muy parecido a lo que yo sentía con la música. No obstante, en cuanto me percaté de que quizá aquella sonrisilla idiota no era apropiada y podría pensar algo raro de mí, aparté, avergonzado, la mirada, y la enfoqué rápidamente en el suelo bajo mis pies. —Uhm... sí, supongo. Es, ehm, como una vía de escape, supongo. Algo así. No suelo sentirme... —por un momento estuve tentado de empezar a contar mis inquietudes, el hecho de que no me suelo sentir cómodo con la gente, porque no estoy acostumbrado a tener amigos o a relacionarme mucho con otros. Pero rápidamenre decidí olvidar el tema—. Nada, olvídalo. Metí las manos en los bolsillos de mi sudadera, mientras miraba hacia los lados. —Plantas y más plantas. Plantas raras, de hecho. Uhm. Y entonces, traté de ocupar la falta de tema de conversación con un nuevo canturreo prácticamente interno. Quería despejar un poco mi mente, sentir como si estuviese solo. ¿Por qué tenía que haberle pedido a aquella chica que me acompañase? —All I want to do it's be less like me and be more like you. ... un momento, ¿decía así la canción de Numb? ¿No era justo al revés...? Sí, definitivamente le había dado la vuelta a la letra inconscientemente. Qué irónico...
Daryl Corrí hasta llegar al comienzo del camino, Gabumon era muy pesado me cansé bastante rápido a si que procedí a seguir caminando. —Sabes, antes eras más liviano—dije riendo un poco mientras trataba de recuperar el aliento. —Si...Sigamos caminando, tal vez alcancemos a los que han salido antes que nosotros, cuando me recupere, ¿puedes correr rápido?—me gustaba su nueva apariencia, y seguía pareciendo algo tierno, más aún se parecía a un perrito. Contenido oculto @Nami Roronoa Post 1/8
—E.. ¡ey, bájame! —exclamó Gabumon, librándose de los brazos del joven niño humano—. ¡Ya no soy un bebé para que me andes cargando! Puedo caminar yo solito, ¿sabes? Sin esperar respuesta, Gabumon comenzó a caminar usando sus propias dos piernas.
—Disculpa Ga...Gabumon, es que quería apurar el paso—dije algo apenado, y comencé a caminar a su lado, mientras observaba el lugar cambió un poco a lo que estábamos viendo anteriormente ahora solo árboles y plantas se veian, por adelante pude ver unas huellas humanas, eso me puso contento tal vez alcancé a alguien más. *¿Que pasaría si mi mundo y este se unen?No parecen ser tan malos los Digimon podríamos tener todos uno* pensaba mientras caminaba relajado Contenido oculto 2/8
Dylan Rogues Oí bastante escándalo detrás de mí, pero traté de ignorarlo por un momento, canturreando mis canciones sin siquiera pararme a escuchar en lo que me rodeaba. —Whisper words... of wisdom... let it be... Pero no, el maldito jaleo no cesaba, y es que, cuando volteé ligeramente mi cabeza para mirar hacia atrás, vi a un chico junto a un digimon extraño, con unas pieles azules sobre su cuerpo, que nos seguían de cerca y parecían haber tenido una pequeña discusión. Rápidamente volví a mirar hacia delante, y, tragando saliva, aceleré el ritmo. —Lilith, ¿te importa si vamos un poco más rápido? Empiezo a aburrirme de este sitio. Oh, por dios, el sitio me daba igual, lo que no quería es que ese tipo me alcanzase. Tres son multitud. Y además, lo decían los Beatles, ¿no? Let it be. O, en este caso, Let me be.
Lilith Campbell [7/8] Mientras esperaba la respuesta de Palmon, escuché de nuevo la voz de Dylan. —¿Hum? Cuando levanté la cabeza vi que el chico se había adelantado un par de metros, estando ya cerca de la salida. Miré alrededor asustada, pero lo único que distinguí fue a un chico detrás. >>¡Espera! ¡Ya vamos! —exclamé, y tras hacerle una señal a mi digimon, aceleramos el paso para alcanzar al rubio—. Uf... sí, claro. Además, ¡ya casi estamos en el bosque!
—¡Claro que no son venenosas! —exclamó Hawkmon, como ofendido—. Hay hongos venenosos, hiedras venenosas, espinas venenosas, raíces venenosas… ¡pero la fruta es perfectamente comestible! Hawkmon miró hacia el frente; la entrada al Bosque Nativo se encontraba a unos pocos metros de distancia. Abrió sus alas y voló en esa dirección. —¡Vamos por aquí! ¡Encontraremos algunas frutas de seguro!
Biyomon asintió ante la explicación de Hana. Honestamente, no tenía ni idea de la mitad de las comidas de las que hablaba la chica, pero pensó que era realmente adorable como se entusiasmaba ante la idea de aquella comida originaria de su mundo. —En general todos los digimons suelen comer comida diferente, dependiendo de cómo sean —mencionó Biyomon—. Creo… creo que en general suelen ser omnívoros la mayoría, como yo, y comen de todo… ¡a mi me gustan todo tipo de cosas! >> ¿Tienes hambre, Hana? Yo suelo encontrar todo tipo de comida en el bosque… no sé si será como la de tu mundo, pero tal vez encuentres algo que puedas comer allí también, ¿no?
—N-no es que me molestara… pero, iremos más rápido así, ¿no? —replicó Gabumon, apenado también. Después de todo, el digimon era mucho más grande y pesado que cuando era un pequeño Tsunomon…
Dylan Rogues [¡8/8!] Mientras Lilith correteaba junto a mí, pude ver cómo el bosque se extendía justo a un par de pasos de mi posición. Y me detuve por un segundo para contemplar su extensión, desde fuera. —Hmpf. Aquí estamos. El caminito se ha hecho más largo de lo que pensaba. Hablaba conmigo mismo, más que con Lilith, pero en cualquier caso, lo dije en voz alta. Luego, tomé aire. Un nuevo lugar que explorar nos aguardaba. —Voy a entrar. Sin siquiera fijarme en si Lilith me perseguía, puse los primeros pies dentro del Bosque. Esperaba de corazón que dentro de poco llegásemos a algún sitio donde hubiese alguien capaz de arreglar mi mp3, ¿era tanto pedir?
Lilith Campbell [8/8] Cuando alcanzamos la salida, tanto Palmon como yo miramos la misma con admiración. Quizás yo más que ella. Lo cierto es que introducirnos en un bosque parecía arriesgado, no sabíamos que nos íbamos a encontrar. Si en un lugar tan pacífico como el Pueblo de los Inicios tuvimos que luchar, no sabía que podía pasar en algo menos seguro. Pero tenía a Palmon conmigo, y sabía que me defendería si algo llegaba a pasar. ¡Y no estábamos solas! Aunque Dylan no fuese muy hablador, parecía una muy buena persona, así que sabía que estaríamos a salvo. —Vamos~ Y finalmente nos adentramos.