—Ya debemos estar cera, ya llevamos tiempo caminando. — comento Daerek. El sonido de su estómago pidiendo comida cada vez sonaba más y más, pareciera que no se callaría. —Oye ¿Crees que los demás están viajando solos? Lo digo porque no somos los únicos humanos aquí. — dijo Daerek a Veemon. Al ver hacia el frente, Daerek juraría que vio el final del camino a unos metros más. Si se apuraba llegaría al bosque en poco tiempo, pero aun no era el momento. —¡Bien, ya no estamos tan lejos del bosque! — exclamo con entusiasmo acelerado su paso.
Jake Matterson Cada cosa tiene su final, y cada viaje lleva a algún destino. En el caso de Guilmon y yo, ese destino era el Bosque del Digimundo (aunque no sabía si era el único, probablemente no). Tras la caminata ambos nos encontrábamos frente a los primeros árboles del bosque, que nos invitaban a adentrarnos en lo profundo del lugar. —Bien, ya hemos llegado compañero, la entrada al bosque. Aquel chico se nos adelantó así que las prioridades por el momento son dos —exclamé, levantando mi dedo índice y corazón—: Alcanzarlos y conseguir comida. ¿Te parece un buen plan, hombre? Mientras Guilmon respondía miré una vez más hacia atrás. A lo lejos se veían una o dos sombras de personas, sin embargo, aún estaban demasiado alejadas. De todos modos, en algún momento nos alcanzarían, así como nosotros alcanzaríamos a Renamon y al chico serio. [8/8]!!!
Lilith Campbell [1/8] Tras la respuesta de mi parte, el chico me propuso acompañarlo aunque no parecía tan feliz con la idea, ¡pero una oferta es una oferta! —¡Bien! ¡Vayamos nosotros también, Palmon! Seguro que descubrimos más cosas sobre la... digievolución que has sufrido y sobre como puedo volver a casa. ¡Y mejor con alguien, ¿verdad?! Tras decir aquello, ambas nos encaminamos hasta la ruta que Patamon (según Dylan) había señalado, saliendo finalmente del pueblo inicial. Nos adentramos así en una especie de bosque pero... como todo lo que había visto hasta entonces, la mayoría de lo que observaba me resultaba extraño y desconocido. ¡Ojalá tuviese mi cámara ahí! Hubiera sido genial fotografiar el paisaje para después dibujarlo... —Palmon, si te cansas, avísame e intentaré llevarte~ —le dije al digimon con una sonrisa. Poco después divisamos al chico de antes y en unos pocos segundos, acelerando el paso, lo alcanzamos. >>Hola de nuevo~ —saludé nada más llegar—. ¡Perdón por tardar! Pero ya estamos aquí, ¡vamos a por ese Gennai! Dylan, ¿verdad? Contenido oculto @Nami Roronoa
Dylan Rogues Y antes de que pudiese responderme Patamon, apareció la chica de antes, acompañada del bicho feo ese que iba con ella. —Oh, has venido, uhm. Sí, soy Dylan —¿acaso no me había oído hacía diez minutos escasos, cuando se lo dije?—. De modo que... ehm... no sé, la verdad es que no tengo ni idea de adónde ir. De momento parece que no queda otra que ir hacia delante, al bosque ese que parece haber al fondo. Entonces miré a Patamon y al engendro floral. No me apetecía mucho charlar con ese dinoinsectoflor, pero supongo que debía ser educado, ¿no? Agh, maldita educación. —... ¿ese es uno de esos Digimon? Parece que cada uno de los humanos que hemos llegado aquí fue recibido por uno de estos seres. Él es Patamon —señalé a mi anaranjado compañero—, pequeño pero matón.
Lilith Campbell [2/8] —¡Encantada, Patamon! —saludé alegremente al digimon, moviendo la mano mientras le sonreía—. ¡Ella es Palmon! —presenté también a mi compañera—. Y sí, parece que lo que sea que nos haya traído aquí también nos ha dado una pequeña ayuda para no estar tan perdidos, ¿verdad? Miré hacia el frente y comprobé que el chico tenía razón, un poco mas lejos de nuestra posición se erguía un bosque. No parecía haber muchas más opciones. >>Supongo que no será fácil encontrar a Gennai pero... quizás encontremos otros lugares donde podamos recibir pistas y ayuda, así que será cuestión de avanzar y preguntar~ Contenido oculto No sé muy bien que preguntar, honestly, me da miedo (?
—¡Ey! ¡Espérame, Daerek! —exclamó Veemon, acelerando el paso al igual que el muchacho—. Muy bien, si esas tenemos… ¡juguemos una carrera hasta la entrada del bosque! ¡El último en llegar es un excremento de Numemon! Y Veemon comenzó a acelerar aún más rápido. Hawkmon los veía correr y no pudo evitar suspirar, viendo al dúo como si fueran dos bebés inmaduros. Dirigió su mirada hacia Frank, quien había mencionado el tener hambre. —Claro que hay comida, bueno, no se a qué llamarán los humanos comida… ¿qué comen? Hay hojas, frutas, semillas, tierra, piedras, césped…
Patamon apartó la mirada, aparentando enfado ante la mención de sus patas tan cortas. Sin embargo, el enfado no le duró mucho, pues se mostró feliz de que Lilith y Palmon los alcanzaran, y pudiesen avanzar todos juntos. Voló feliz un par de metros y finalmente se posó sobre la cabeza de Dylan, descansando allí mientras el muchacho avanzaba. —¡Claro que soy un digimon! Mi nombre es Palmon —se presentó la digimon con alegría—. Lo siento, Lilith, pero jamás había oído sobre otro humano en esta isla, así que… no sé donde podríamos buscarlo. —¡Pero podríamos preguntar! —intervino Patamon—. Si Elecmon oyó de él, entonces otros digimon puede que hayan oído acerca de ese tal Gennai… hay muchos digimons amables que de seguro nos ayudarán, estoy seguro.
Gomamon le sonrió a Irina; al parecer, le parecía adorable como la muchacha hacía un esfuerzo por socializar con la otra chica, y con su expresión la alentaba a animarse a llevarse bien con la otra joven. Armadillomon, por su parte decidió ser el primero en responder a la pregunta de Miriam. —Conocemos casi toda la isla, o al menos yo… estoy seguro que Gomamon conoce más, ya que podía flotar cuando era Bukamon —opinó Armadillomon—. Conozco todo, excepto la Montaña Infinita… —La Montaña Infinita es un lugar siniestro, se dice que muchos digimons malos viven allí… así que por lo general evitamos ese lugar —añadió Gomamon—. Pero ese lugar está lejos de aquí, por lo que no hay problema… pueden verla desde aquí, allí a lo lejos; es esa montaña enorme. La montaña más alta de la Isla File. —De todas formas, si seguimos por este camino llegaremos al Bosque Nativo —comentó Armadillomon—. Allí habitan muchos digimon pequeños y pacíficos… y de seguro que si les preguntamos nos podrían ayudar, todos los que habitan por ahí son muy amables.
Dylan Roges. Me encogí de hombros. —Bueh, entonces, si nadie sabe a dónde ir, no queda otra que explorar un poco. Supongo que iremos de momento hacia ese dichoso bosque, y ya vamos viendo. Bostecé enérgicamente, mientras caminaba. Miré de reojo hacia atrás, para asegurarme de que Lilith y el engendro (¡resulta que de verdad era otro digimon, y hablaba!) me seguían. Y luego, con manos en los bolsillos, comencé a silbar. La ausencia de música me estaba volviendo loco, así que no tardé en canturrear en voz baja. —I'm boring, so I'm taking my time on my ride... ... rápido, necesitaba arreglar mi MP3 rápido.
Miriam Dent —Entonces será lo mejor seguir —comenté, emprendiendo nuevamente la marcha. Bien a lo lejos, el pico de la Montaña Infinita sobresalía entre los árboles verdes. Las palabras de Gomamon me preocuparon un poco y, por ningún motivo, quería acercarme a ese lugar. Sólo esperaba que Gennai no se encontrara cerca de allí... Contenido oculto @Liza White
Irina Duval "Pueden verla desde aquí, allí a lo lejos; es esa montaña enorme. La montaña más alta de la Isla File". Un repentino escalofrío recorrió mi cuerpo en cuanto alcancé a vislumbrar aquella formación rocosa en la distancia. Como si con tan solo verla, un mal presentimiento me avisase, por si quedaba alguna clase de duda, que no se me ocurriese poner un solo pie en aquel siniestro lugar. Sentí algo de curiosidad por observar la reacción de mi compañera, y al observarla de soslayo, advertí en su expresión mi misma inquietud al respecto. Lo mejor sería olvidarse del tema por el momento. A pesar de que, muy, muuy en el fondo, parte de mí quería descubrir lo que se ocultaba en el interior de tan peligroso lugar. Después de todo, y si mi imaginacion no me fallaba, esos digimon se comportarían así porque quizás trataban de evitar o defender algo. No creía que existiesen seres malos porque sí, siempre... siempre debía de haber una razón para su comportamiento, ¿no es así? A lo mejor, simplemente soy demasiado ingenua. Cuando quise darme cuenta y giré sobre mis pasos para ver más allá, me sorprendió notar lo lejos que nos encontrábamos ya del pueblo de los inicios, y por ende, faltaría muy poquito para adentrarnos en el bosque. Di media vuelta una vez más para continuar hacia delante, escudriñando con la mirada el lugar al encontrar la posible entrada al bosque. —Creo que esa de ahí es la entrada, ¿no? —murmuré, señalando algo vacilante la zona donde dos árboles parecían dejarnos el suficiente espacio como para poder entrar—. Estamos muy cerquita.
Miriam Dent Asentí en silencio a las palabras de Irina, continuando con el camino. La entrada al bosque nos esperaba a unos cuantos metros de distancia, un nuevo lugar para explorar y, quizás con un poco de suerte, descubrir la razón de nuestra llegada al Digimundo. —Cuando lleguemos al bosque quizás podamos buscar algo para comer, ¿no creen?
Lilith Campbell [3/8] Asentí con la cabeza tras las palabras de ambos Digimon. —¡Claro! ¡Seguro que encontraremos ayuda en muchos lugares! Seguimos caminando, en tranquilidad y silencio, unos pocos pasos más hasta que el chico empezó a silbar una canción. En pocos segundos comenzó a canturrear. Vaya, en realidad echaba en falta su música... >>Y dime, Palmon, ¿sabes lo que hay después del bosque? ¿Puede que algún otro pueblo o algo así? —le pregunté al Digimon, no queriendo molestar al chico.
Irina Duval Dirigí mi vista principalmente a Gomamon ante su propuesta, recordando que antes de que Miriam y su digimon se uniesen a la caminata teniamos planeado justo buscar comida, y no tardé en asentir por lo bajo. Seguía sin tener hambre, eso era cierto (¿acaso la emoción se iría en algún momento?), pero imaginé que los demás podrían necesitarlo más que yo. Un picnic en el bosque nativo rodeados de digimon pacíficos no sonaba nada mal después de todo, sería divertido descansar un poco allí. —A nosotros nos parece bien...¿verdad, Gomamon? —le dirigí una pequeña sonrisa a la criatura en cuanto se giró, y tal y como lo supuse, no pareció negarse. Era nuestro plan inicial después de todo. Sin embargo, y cuanto más cerca comenzamos a encontrarnos de la entrada al bosque, la idea de encontrarnos con más humanos durante el paso por la zona me puso algo nerviosa. Sabía que Miriam había optado por ir en grupo, que su idea principal era esa, y dado que aquel chico de antes no pareció seguirnos era muy seguro que quisiese que más personas se uniesen si se daba la oportunidad. Y... y a mí no me parecía mal del todo, pero... con la única persona que había logrado hablar un poco había sido con Miriam, no sabía si volvería a lograrlo tan pronto con otros desconocidos, después de todo... —M-Miriam... —murmuré con un hilo de voz, casi sin pensarlo, y cuando quise darme cuenta, la chica ya me estaba prestando atención. Desvié la mirada presa de los nervios, con las mejillas ardiendo una vez más, y no me quedó más remedio que continuar hablando—. T-tú... ¿Tú crees que nos encontremos... con los demás niños en este bosque? >>La verdad... n-no sé si seré capaz de hablar con los demás, y-ya sabes... Y agaché la cabeza, sintiéndome de nuevo demasiado avergonzada como para hablar.
Miriam Dent —Oh, bueno... Supongo que sí —reflexioné—. Hubieron chicos que salieron de la guarida de Elecmon cuando llegamos, ¿recuerdas? >>Aunque ellos lucían más mayores que nosotras —recordé de pronto, comprendiendo el repentino nerviosismo de Irina. Uno que fácilmente se me contagió—. Si te soy sincera, yo tampoco creo que me sienta a gusto... Claro que mi apatía para tratar con los demás no se debía a nada personal, pero sólo con Irina y Laila había conseguido sentirme a gusto desde mi llegada. Quizás fuera porque eran chicas cercanas a mi edad... —Puede que nos encontremos de nuevo con Laila, ¿no crees?
Daerek sonrió ante el reto de Veemon y como respuesta a esta pequeña competencia el chico empieza a correr junto con su compañero. —Vamos jaja, ya estamos cada vez mas cerca. — sonrió para luego seguir con la carrera. Aunque la pequeña criatura azul era realmente rápida, a pesar de sus patas cortas. La carrera era pareja.
Irina Duval —Creo... creo que tienes razón... ¿Te imaginas que somos de las más pequeñas por aquí? —murmuré, dándole vueltas a las palabras de Miriam en mi cabeza. Eso imponía aún mucho más respeto, si acaso era posible. Ojalá no fuese mucho más difícil que hablar con Miriam—. Me pregunto si no serán malas personas... Aquellas últimas palabras salieron de mis labios casi como en un susurro, más para mí que para nadie más. Los niños que llegaron junto a nosotras al mundo Digimon... ¿cómo serían? ¿Serían igual de amables que Miriam? ¿Preferirían estar solos en su viaje, como Laila? ¿Estarían igual de asustados o emocionados... como yo? Tantas preguntas e incógnitas, que no podrían ser resueltas de otra forma que comprobándolo por mi misma. Suspiré, liberando cierta tensión sobre mis hombros, y volví a prestar atención al poco trayecto que quedaba por pasar. —S-sí, eso creo. Solo... espero que ella y su Digimon estén bien.
>>Y dime, Palmon, ¿sabes lo que hay después del bosque? ¿Puede que algún otro pueblo o algo así? Palmon se volvió hacia Lilith, tras meditar un segundo su pregunta. —El bosque tiene dos salidas, una lleva para las montañas y la otra lleva a la playa —respondió Palmon—. Dependiendo de qué camino se tome, claro.
Lilith Campbell [4/8] —¡Oh! Así que es eso... —dije como respuesta ante lo que Palmon me dijo como información. La montaña o la playa, ¡parecía una de las típicas preguntas que hacen para conocerte mejor! "¿Qué prefieres: la montaña o la playa?" Siempre había pensado que era difícil de elegir solo uno, ¡y claro! ¡Dependía mucho de la época del año! En verano prefería ir a la playa, aunque siempre estaba llena de gente y es imposible encontrar un sitio. ¡Así que prefería la piscina! Aunque el mar de noche era precioso y dibujarlo... ¡Pero la montaña tenía mil cosas que explorar! En invierno, mis padres y yo solíamos ir a una pequeña cabaña con unos amigos y... ¡era genial! ¡Joe y yo nos divertíamos mucho explorando el campo! ¡Y cuando nevaba! ¡La nieve sí que era bonita para dibujar! Oh, que difícil... >>¿Por dónde prefieres ir, Dylan? —pregunté, girando mi cabeza hacia el chico tras salir de mi pequeño trance—. ¡A mí la playa y la montaña me gustan por igual! Y seguro que hay Digimon en ambos lados, así que no debería haber problema al elegir cualquiera... Contenido oculto Cuando no sabes como rellenar el post, ponte a desvariar xDDD
Irina Duval Comencé a sentirme más nerviosa a medida que nos acercábamos hacia la entrada del bosque. Varios árboles nos daban ya la bienvenida bajo su sombra, y coloqué una de mis manos sobre mi corto cabello al agitarse debido a la repentina brisa. Se sintió tan refrescante, tan... real. Si no observase las extrañas criaturas que nos rodeaban, nunca adivinaría que me encontraba en otro mundo diferente al mío. Gomamon y Armadillomon ya se encontraban en el límite de ambas rutas, esperando por nosotras para finalmente adentrarnos en la espesura del bosque. Casi sin pensarlo mis pies aumentaron la velocidad con cada paso, y cuando quise darme cuenta, ya estaba allí. Tomé una buena bocanada de aire, relajandome un poco ante la tierna sonrisa que me dirigía Gomamon. No hicieron falta palabras para saber que me estaba infundando ánimos con la mirada. Asentí, contagiada por su sonrisa, y me giré por última vez hacia la ruta para agitar mi mano y avisar a Miriam de que nos adelantariamos un par de pasos. —Está bien... Vamos allá.
