Jake Matterson Cuando Renamon tomó la palabra, le escuché atentamente. Lo que decía tenía bastante lógica, en realidad. Y, sin importar si aquella hipótesis era cierta o no, si de algo estaba seguro, era de que aquel objeto misterioso iba a ser muy importante. —Tal vez lo mejor sea trastearlo un poco —dije, mientras tomaba el mío en manos. Entre más pronto tratásemos de analizarlo, más pronto sabríamos como utilizarlo. Lamentablemente resultó inútil, porque por más que intenté una y mil formas, no logré hacer nada con él. Resignado, lo regresé de nuevo a mi cinturón—. Bueno, supongo que por el momento no se puede hacer mucho. Así que, tal y como dijeron, vayamos de una vez al bosque, que a mí también me está dando un poco de hambre...
Irina Duval Y para cuando quise darme cuenta, mis pasos nerviosos y vacilantes me habían encaminado hacia las afueras del pueblo al fin. Solo hasta que perdí de vista la última de las coloridas edificaciones que caracterizaban el lugar del que venía, supe que me había alejado lo suficiente. Lo había... ¡Lo había conseguido, sí! ¡Realmente había dado mi primer paso en el mundo de los Digimon! Aún así, no pasó demasiado tiempo hasta que el repentino silencio en el que me vi envuelta me hizo volver a la realidad, dejando de observar maravillada todo cuanto me rodeaba para mirar hacia atrás, inquieta; como lo sospechaba, n-nadie más se encontraba a mis espaldas. Había avanzado demasiado rápida, quizás... Ahora que estaba completamente sola, el miedo a perderme o ser atacada durante mi camino hizo que detuviese mis pasos poco a poco, hasta casi pararme por completo en medio del camino. Necesitaba... necesitaba pensar bien lo que estaba a punto de hacer, todo era más peligroso de lo que parecía a fin de cuentas. Tomé una gran bocanada de aire, en un intento por recuperar los ánimos. Después de todo, había sido mi propia decisión venir hasta aquí la primera, ¿por qué echarse atrás ahora? Sola o acompañada por más humanos, tenía a Gomamon a mi lado. Y con él no había nada que temer. Todo... Todo iba a estar bien, Irina. Solo debía ser valiente, y eso dependería de mí misma. —Veamos... —murmuré, separando una de mis manos de Gomamon para cubrir la luz y así poder ver mejor la ruta que nos esperaba. Parecía ser algo larga, y desde allí, al menos, no veía a nadie más aparte de nosotros mismos—. No sé muy bien hacia donde hay que ir, pero... Creo que si caminamos hacia la sombra que se ve al final del camino, averiguaremos algo. Parece un bosque, ¿no crees? Contenido oculto @Nami Roronoa
Matthew Hale El bosque cada vez esta más y más cerca de nosotros y podríamos intentar buscar algo para comer, en cuanto estar más cerca de un lugar nuevo sin mucha gente lo hacía un poco más tranquilo, se podría "disfrutar" un poco mejor lugares y se podría recorrer con calma si es que no había algún problema o gran inconveniente en el camino. En cuanto a los alimentos que pudiéramos encontrar para comer no me preocupaba mucho que digamos, porque si un anciano había logrado sobrevivir aquí significaba que el alimento que había por este mundo digital debía ser seguro para humanos también. —¿Cuánto tiempo crees que les tome a los demás llegar al bosque? —pregunté una vez que me había percatado que los demás seguían bastante lejos de nosotros y no parecía que fueran a llegar dentro de un tiempo. Contenido oculto ya no se me ocurre nada para postear xDDD
Un largo bostezo salió de la boca de Daerek al no tener nada que hacer más que estar caminando muy lentamente, de echo sus compañeros iban todos delante de él. También era el hecho de que tal vez no descanso bien con todo lo que paso y como resultado ahora tenía sueño. —Tengo sueño… — susurro el chico para sí mismo columpiando los brazos. El chico termina por pararse por completo y comienza a estirarse un poco, se acomoda las muñequeras y se ata bien las cuerdas de sus tenis. Al detenerse pudo apreciar mejor el paisaje dándose cuanta de aun faltaba mucho por recorrer, tal vez aun no estaban tan lejos del pueblo de los inicios. Esto hiso que Daerek soltara un suspiro de frustración y que aumentaran sus ganas de quedarse sentado donde estaba. —No es posible, ¿tan poco hemos avanzado? — se preguntó el chico recargando su mejilla en su mano.
Jake Matterson Medité un poco su pregunta. El camino que separaba al bosque del pueblo de los inicios era grande, pero no demasiado. Aunque no lo sabía a ciencia cierta, lo más probable era que llevásemos una o dos horas de recorrido. Y, probablemente, aún nos quedase otra hora más antes de que llegásemos definitivamente al bosque, por lo que, al paso que iban los demás.... —...Probablemente unas 4 horas o así —le respondí—. Es tan solo un estimado, puesto que no tenemos nada para medir el paso del tiempo y todo se basa en mi subjetiva medición de este, pero diría que, a juzgar por la distancia y el tiempo que nos está llevando a nosotros, el resto va a tardar todavía varias hora más en llegar al bosque. Aunque, claro, también existe la posibilidad de que en algún momento aceleren el paso y hagan mucho menos tiempo que nosotros. >>Aún así, si mantienen el ritmo que han seguido hasta ahora, y sabiendo que hay algunos que no han salido aún del pueblo, creo que no nos alcanzaran en un buen rato.
Matthew Hale Una pequeña risa salió de mis labios al escuchar su respuesta, más por el hecho de que no esperaba que con lo poco que lo había conocido y había podido observar de él, una respuesta tan seria y calculada me había tomado por sorpresa quizás solo quizás ese chico realmente podría ser tranquilo y no un "pequeño provocador" de digimon. —Bueno, por lo que se ve esas horas las pasaran entretenidos —me alcé levemente de hombros y noté como la entrada del bosque ya estaba bastante cerca —, mientras tanto yo me adelantaré un poco hacia el bosque, así que... nos veremos luego Jake. Llamé a Renamon y adelantando un poco mis pasos me adentré hacia el nuevo lugar de exploración, dejando atrás la pequeña ruta que habíamos tenido que recorrer y con ella a las demás personas que habían llegado a este mundo. Contenido oculto POR FIN LOS 8 POST! :'DDD
Miriam Dent E iniciamos nuestro recorrido en busca del anciano Gennai, adentrándonos en el Digimundo. Irina y Gomamon lideraban la marcha, seguidos por Kenji y Agumon. Armadillomon y yo, obviamente, cerrábamos la marcha. Viajábamos en silencio, cada quien perdido en su mente. No sabía qué es lo que los demás pensaran al respecto, pero lo cierto es que no me ilusionaba el salir del pueblo. Sin embargo, mi pequeño amigo ya me había dicho que lo único que podíamos hacer ahora era avanzar, buscar las respuestas al por qué estábamos aquí y todo eso. Me pregunto cómo estará papá... Espero que la preocupación no afecte mucho a su salud. Y los gemelos... Los extraño mucho. Ir pensando en mi familia me distrajo lo suficiente para casi caer sobre mi rostro. Dando varios traspiés, conseguí recobrar el equilibrio a tiempo. Suspiré aliviada, aguardando las risas por mi espectáculo... Pero nada llegó. —¿¡Ar-Armadillomon!? —llamé a mi amigo, quien esperaba a mi lado—. ¿¡Dónde están todos!?
Jake Matterson ... ... ... ¿Eh? ¿Acaso había acabado con su paciencia tan pronto? "Si en algún momento resulto ser una molestia, puedes dejarme tirado a mitad del camino si así lo prefieres". Efectivamente, eso era lo que había dicho en ese momento, y no pensaba retractarme de mis palabras, simplemente me había tomado desprevenido el hecho de que hubiera sucedido demasiado pronto. Aunque en mi opinión no me había comportado como un incordio, al parecer el chico no lo había pensado así. O bueno, quién sabe, tal vez sólo tenía muchas prisas de llegar al bosque. La verdad, no merecía la pena hacerse un embrollo por algo así. —Bueno, Guilmon —exclamé, volteando a ver a mi compañero—, al parecer sólo quedamos tú y yo. ¿Qué tal s apresuramos el paso nosotros también? Después de todo, me parece que ambos tenemos ganas de conseguir algo de comer, y hay que alcanzar a Renamon y a —claro, se me había escapado ese detalle— y a nuestro otro amigo, y así aprovecho para preguntarle su nombre. Con todo el ajetreo inicial, ni siquiera se me pasó por la cabeza el hecho de que no sabía su nombre. >>Vamos Guilmon, no hay tiempo qué perder. Contenido oculto @Nami Roronoa
—Es el Bosque Nativo —informó Gomamon, siguiendo a la muchacha—. Es un bosque grande, pero los digimon que viven por ahí son pequeños e inofensivos, podemos ir por ahí sin problemas. Además seguro haya frutas o algo así, puede que encontremos algo para comer por esa zona… Detrás de ellos venían Miriam y Armadillomon, quienes se habían detenido tras la pequeña caída de la chica. Armadillomon se acercó preocupado, pero se alivió al ver que no parecía haberse hecho ningún daño. —Irina y Gomamon están allí, apenas un poco delante nuestro… ¡vamos tras ellos! —exclamó Armadillomon, echándose a correr detrás del otro dúo—. ¡Ey, Gomamon! ¡Esperanos!
—E… ¡espera, Jake! Jadeando, Guilmon corría detrás del muchacho. Ambos habían acelerado el paso, aunque parecía ser que Guilmon no era muy fanático de las carreras; sin embargo, hizo su mejor esfuerzo en seguir el ritmo del humano. —Ah, ¡puedo verlo! Allí, ¿ves esos árboles de por ahí? ¡Esa es la entrada al Bosque Nativo!
Irina Duval Me alegraba saber que al menos contaba con un mini-guía a mi lado, podía dejar entonces de temer que me perdería de un momento a otro si lideraba la marcha. Bosque Nativo, ese era el nombre de la frondosa vegetación que se podía ver desde aquí, y el que parecía ser nuestro próximo destino. Asentí varias veces, más para intentar convencerme a mí misma que a cualquier otro, y llevé ambas manos a las tiras de mi mochila. Después de todo, Gomamon había dicho que los digimons de allí eran inofensivos. ¡N-no había nada que temer! —Uhm, ¿qué te parece si nada más llegar buscamos algo de fruta entonces? Yo, si te soy sincera, estoy tan nerviosa por el viaje que no tengo ni pizca de hambre por ahora —reí suavemente, sintiéndome algo patética por el motivo de mi inquietud—. Pero seguro que tú debes tener, y será bueno guardar un poco para después. "¡Ey, Gomamon! ¡Esperanos!" Frené lentamente mis pasos, sin detener la caminata, y me di la vuelta en cuanto me pareció reconocer una voz familiar. Comenzando a caminar de espaldas aún con las manos en el asa de mi mochila escudriñé la vista, reconociendo a Armadillomon enseguida. Qué alivio, sí que nos habían seguido después de todo... Deteniéndome en medio del camino por completo, seguida de Gomamon, esperamos ahora con más tranquilidad hasta que Miriam y su digimon lograran darnos alcance.
Frank Goose —Jum... Traté de que no se notara de que había vuelto a pensar en el motivo por el que el anciano Gennai estuviera viviendo en el Digimundo. ¿Le había gustado mucho la zona? ¿O no había podido salir de aquel lugar? Si seguía vivo luego de tantos años, significaba que cerca del lugar debía de haber algo comestible. Esperaba que ese algo comestible no fuera nuestro compañero Digimon, o todo sería una triste ironía. —Yo también tengo hambre—admití, mientras continuabamos nuestro recorrido—. ¿Habrá comida en el bosque? Ya debe ser hora del desayuno... Si la hora en el Digimundo funcionaba de la misma forma que en el mundo de los humanos, por supuesto.
Miriam Dent —¿Qué? ¡Oye espérame, Armadillomon! —exclamé sorprendida antes de salir corriendo tras él. Más adelante, la siluetas de Irina y Gomamon esperaban por nosotros. Cuidando esta vez de no tropezar, mi amigo y yo avanzamos el mediano tramo que nos separaba de la otra chica y su digimon. Me sentía feliz porque, después de todo, parecía que la idea de formar un grupo para mayor seguridad podría funcionar. —Irina, Gomamon... Eh, hola de nuevo —murmuré. Contenido oculto @Liza White
Laila Dampart No tardamos demasiado en atravesar la salida del pueblo de los inicios. Nos encontrábamos en una vía llena de vegetación de numerosos colores. —Me pregunto que clase de flores son éstas —pregunté a nadie en concreto mientras acercaba mi rostro a una extraña flor enorme de color anaranjado—. Este lugar es bastante bonito. El paisaje me maravillaba, lo cual hacía menos pesado el hecho de estar allí atrapada. Decidida, continué mi camino hacia adelante, donde ya se encontraban algunos chicos.
Jake Matterson Al parecer me había excedido un poco con el ritmo de avance, y al pobre Guilmon eso le estaba pasando factura. El digimon se encontraba jadeante, a penas y podía hablar por el cansancio. —Tienes razón Guilmon, ya estamos muy cerca —le respondí—, así que ya podemos bajar un poco el ritmo de avance. Era cierto que llevábamos algo de prisa, pero pedirle a Guilmon que se sobreesforzase no era el plan. Además de no queremos llegar cansados al bosque o nos dará más hambre.... Con esto en mente continuamos nuestro recorrido por la ruta del bosque, a las calmado pero constante. Con el afán de avanzar pero sin cansar a Guilmon.
Irina Duval —H-Ho-hola... —agaché la cabeza rápidamente, nerviosa por el contacto visual repentino. Y mi voz, a pesar del esfuerzo por responder a su saludo, salió muy, muy bajita de mis labios. Tanto, que me pregunté si acaso Miriam había logrado siquiera oírme. Por unos instantes, intenté añadir algo más. Hice un ademán de querer agregar lo que rondaba por mi mente en aquel momento, pero de ellos nada pareció salir esta vez. Impotente, me limité a negar con la cabeza suavemente, sonriendole con esfuerzo a la chica, y con la ayuda de Gomamon decidimos ponernos una vez más en marcha. Ahora con un grupo algo más grande y seguro. Me alegra mucho que estéis con nosotros de nuevo, ¡de verdad! Suspiré por lo bajo, resignada. Supongo que Miriam debería de imaginarse por su cuenta lo feliz que me hacía estar en compañía de ambos, ¿no es así? Ojalá... Ojalá todo fuera más fácil, jo.
Miriam Dent Pese a la incomodidad del momento, empezamos a caminar. Apenas si conseguimos intercambiar algunas palabras, pero el ambiente que nos acompañaba se sentía ameno y tranquilo. Irina parece ser mucho más tímida que yo... Y de mi misma edad. Si vamos a viajar juntas, creo que lo mejor sería conocernos un poco mejor... —Ah... Bueno, eh... ¿Cuántos años tienes, Irina? —balbuceé atropelladamente. ¡Argh, me siento tan estúpida ahora!
Irina Duval "Ah... Bueno, eh... ¿Cuántos años tienes, Irina?" Parpadeé varias veces, sorprendida, como tratando de comprobar si de verdad estaba hablando conmigo. ¡Pues claro que sí, tonta! ¿Acaso había alguna otra Irina por los alrededores? Sentí mis mejillas arder con intensidad al ver que el silencio perduraba, y Miriam estaba esperando una respuesta. Quizás... si me escondía de nuevo detrás del pequeño Gomamon, las palabras saliesen de mí con más fluidez al sentirme más protegida a su lado... ¿N-no? Pero no, no iba a molestarle de esa forma, más aún cuando se encontraba charlando con su compañero digimon tan amenamente. Lo menos que quería hacer ahora era hastiar a la criatura en la que más confiaba aquí dentro. Así pues, alcé la mirada de nuevo del suelo, y me permití intentar responder a la chica como se debía, sin desviar la vista hacia lo primero que pasase en frente. Apreté las asas de mi mochila una vez más, infundiendome algo de valor. ¡En... en algún momento debía de superar mi temor! —D-doce. Tengo... tengo doce años —respondí finalmente, y me sentí internamente orgullosa al ver cierto avance en mis palabras. Al menos, esta vez sí me habría escuchado... O eso espero. Entonces, con cierta curiosidad, y mientras volvía a mirar al frente, me permití preguntar—. ¿Y... Y tú? N-no pareces mucho más mayor... Al terminar de hablar, sentí el corazón golpear mi pecho con insistencia, y el rubor en mis mejillas parecía amenazar con permanecer un buen rato ahí. ¿No habría dicho ninguna tontería, verdad? ¿L-lo hice? ¡Estaba muy nerviosa!
Dylan Rogues —Hmpf —bufé al salir del Pueblo de los Inicios y ver el nuevo paisaje que había ante mí. De pronto, estábamos en un lugar diferente, un camino donde había demasiado color para mi gusto, vegetación extraña, y, en definitiva, ese aire tranquilo del Pueblo de los inicios, pero con algo en el ambiente que me causaba una extraña sensación de desasosiego. Tal vez fuese el hecho de que los colores de las plantas de ese sitio eran más erráticos y no tan simétricos y armoniosos como los del Pueblo. Yo qué sé. Me gustaba la armonía, auditiva y visual. La tranquilidad. Y eso me recordaba que... Miré hacia atrás. N-No era como si estuviese preocupado por que Lilith me siguiese o no, eso me daba igual, creo. Pero, no sé. Tenía curiosidad por saber si me acompañaría o no. Aunque a la larga probablemente me alegraría si no lo hiciese. En todo caso, Patamon sí que seguía conmigo. —Con esas patitas tan cortas, ¿no te cansas de andar mucho? Un paso mío son como ocho tuyos. Y además, te he visto revolotear, y se ve que te cuesta un poco también —me mofé un poco, decorando las palabras con una sonrisilla burlona—. Pero no te enfades, es broma. Sabes, si quieres puedes subir a mi cabeza, ahí estarás más cómodo, e iremos más rápido. Coloqué la capucha una vez más sobre mi cabello, para asegurarme de que, si Patamon optaba por subir, no enredase sus patas en mi pelo o algo así. —Oye, cuéntame, ¿cómo acabaste tú allí, en el Pueblo? Sigo sin entenderlo del todo bien. Contenido oculto @Amane, aquí estamoh, nena (?) @Nami Roronoa, hola Patamon :D (??)
Miriam Dent —Tengo once —respondí con premura, contenta de no haber incomodado a Irina. El paisaje avanzaba al ritmo de nuestro pausado caminar. Las plantas que nos rodeaban lucían exóticas y coloridas, mas temía tocarlas por si fueran venenosas. Y, más adelante, la entrada al bosque ya podía vislumbrarse. —Parece que ya estamos cerca... —comenté a mi compañera, señalando hacia el frente. Y me dirigí hacia nuestros pequeños amigos—. Armadillomon, Gomamon, ¿qué tanto de esta isla conocen?
