Long-fic Pokémon: La redención (Ash X Aria)

Capítulo 12: Un pokémon muy peculiar.​

Luego de despertar por las palabras de Ash, desayunaron todos juntos. El día transcurría normal, Ash, luego de desayunar volvió a entrar con sus pokémon. Aria también quería entrar, así que lo hacía aparte con su mejor amiga de una manera no tan loca como lo hacía Ash.

— ¿Pueden sentir esa mirada penetrante que nos observa desde que llegamos? —preguntó el chico a sus pokémon. Estos asintieron—. Es Lucario, nos está vigilando —habló muy serio. Decidieron no perder más el tiempo y volvieron a entrenar con el programa de entrenamiento de Ash. Mientras que en otro lugar, entre los arboles de los alrededores.

—Vaya, es astuto. No es como los otros entrenadores que han venido a querer capturarme —habló observando a Ash—. Su relación con sus pokémon es muy compleja como para ser una simple amistad. Él es de corazón noble, pero él está destrozado, me pregunto por qué será. Es hora de aparecer, veamos cómo reacciona cuando me tenga adelante, ¿querrá luchar? No sé —habló mientras flexionaba las rodillas y pegaba un salto de diversos metros con una velocidad tremenda.

—Está aquí… —habló Ash. Posteriormente sintió un estruendo en el suelo, acompañado de una onda expansiva que levantó un viendo mesclado de polvo. Que hizo estremecer a los árboles y el lago. Los pokémon de Ash se pusieron alerta. Aria a lo lejos veía la polvareda que se levantaba, pero supuso que era parte del entrenamiento y no quiso interrumpir, así que no le dio importancia.

Cuando el polvo se disipó, Ash pudo ver un mega Lucario muy peculiar; éste era de color rojo con detalles negros y grises.

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Screenshot by Lightshot Este es Lucario, obviamente todo lo azul es cuando desata todo su poder.

—Tranquilos… —Ketchum tranquilizó a sus pokémon, quienes querían atacarlo. Pero el trainer estaba con una posición y una mirada inmutable. Estaba serio. Tanto Pikachu como Charizard estaban sorprendidos, ellos sabían que su entrenador quería capturar a Lucario.

— ¿No piensas luchar? —preguntó el pokémon en posición.

—No… no vine aquí para batallar —habló.

—Entonces, ¿por qué estás aquí? —preguntó Lucario un poco confundido—. No tiene malas intenciones… ¿qué significa esto? —se preguntó el pokémon.

—Sé que estás solo en ésta isla —señaló el suelo—, y es aburrido. Por eso quiero preguntarte si quieres venir conmigo, seremos amigos, seremos familia —preguntó sinceramente, la palabra familia resonó en el pokémon—. Y no solo eso, conocerás diversas partes de éste mundo, comerás comida de pokémon, porque apuesto todo a que no comes ni eso aquí estando solo.

—No tienes malas intenciones, eres de corazón noble. Hablas con sinceridad. Pero es difícil confiar en los humanos. ¿Sabes cuantos vinieron acá a querer capturarme? Y todos con malas intenciones.

—Yo no soy de esos, puedes confiar en mí, enserio. Mira, pregúntales a mis amigos —señaló a su inicial y su tipo “dragón”.

La palabra familia resonaba en la cabeza del pokémon raro, él nunca había tenido una, pero sí sabía el significado de esa palabra. Por otro lado las intenciones del chico eran buenas y lo hacían dudar mucho.

Los Pokémon de Ash afirmaron lo que su trainer decía y con tanta naturalidad, confianza y felicidad.

—Es más, al interactuar puedes batallar amistosamente con otros entrenadores y sus pokémon, es muy divertido y tanto a los humanos como a los pokémon nos gustan —un brillo apareció en los ojos de Lucario, al escuchar que podía pelear sin enemistarse.

—Puedo confiar en ti… —habló mientras Ash, sacaba una pokébola, agrandaba y se acercaba al pokémon.

—Bienvenido a la familia —sonrió y tocó su pecho con la esfera. Una luz lo capturó y absorbió a la criatura extravagante. Luego lo sacó y los presentó con Pikachu y Charizard, y obviamente se llevaron muy bien.

—¡Bien, tenemos otro integrante! ¡Tenemos que presentarte con Aria, Lucario! Ella es muy buena, te agradará —el pokémon asintió. Luego se pusieron en marcha, no sin antes guardarlo de nuevo.

Mientras eso pasaba, Aria terminaba de entrenar y al parecer, había algo que la molestaba un poco.

—¡Necesito una ducha, ya! —exclamó asqueada—. Sé que yo decidí acompañarlo, pero estoy toda sucia… pero bueno, esto es así, y tengo que aguantar —habló resignada. Cuando sintió un estruendo detrás de ella (ya no tenía su amiga afuera), luego de una onda expansiva acompañado de un rugido que haría estremecer a cualquiera.

Aria se asustó por un momento, pero se relajó al ver a Ash montado en Charizard.

—¡Ay, Ash, casi me das un infarto! —exclamó un poco asustada.

—Lo siento mucho… —habló mientras se bajaba del pokémon.

—No hay problema. ¿Qué hay con tu entrenamiento? —preguntó confusa, ya que generalmente Ash no aparecía hasta después de terminar su entrenamiento.

—En un ratito lo seguiremos, pero quiero que veas esto —sacó una pokéball y liberó a Lucario. Cuando se terminó de materializar, la pelirroja quedó en shock por lo que veía. Luego respondió.

—Vaya, es un mega Lucario, muy extravagante, esos colores no son los de un shiny. Además de que es más grande que un Lucario normal. Has tenido suerte, Ash —habló mientras le sonreía—. Me gusta verte feliz.

—Gracias…

—Ash… pasando a un tema más importante aún. Uhm… como sabrás, soy una chica, y no puedo aguantar mucho tiempo sin ducharme —dijo mientras se sonrojaba. Pasó lo mismo con Ash al escuchar esas palabras—. Y el lago tiene el agua muy fría…

—Lo olvidé por completo, lo siento. Hoy a la noche Charizard calentará el lago para que tomes una ducha —habló mientras hacia un ademan de disculpas.

—A ti también no te vendría mal una ducha —reprochó la chica.

—Sí… tienes razón.

—Es verdad, hay que ducharse para estar limpios —habló Lucario.

— ¡Kya! —se asustó al escuchar la voz de alguien más, luego, Ash le dijo que el pokémon hablaba, y obviamente pensó que era más extraño aún.

Luego de esta pequeña presentación, Ash y sus pokémon volvieron a entrenar; los pokémon le explicaron el programa de entrenamiento a Lucario, éste accedió a entrenar con ellos. Por parte de Aria, volvió a la tienda, hacer no sé qué.


Por otra parte los amigos de Ash seguían buscándolo pero sin tener éxito. Al fin y al cabo se separaron, y dijeron que avisarían si sabían algo al respecto. Cada uno volvió a su lugar de origen.


El tiempo pasó y la noche cayó, Ash y Aria así como los pokémon se encontraban cenando. Era una noche estrellada y pacífica.

Y luego de comer el ojimarrón habló— Bien… Charizard, ¿podrías calentar el lago? —preguntó Ash, mientras miraba a su compañero que estaba abajó de la roca donde estaban situadas las tiendas. El pokémon asintió y luego se acercó al lago y largó un potente lanzallamas, pero no tan fuerte como para convertir el agua en vapor, el pokémon sabía lo que hacía y lo tenía todo controlado.

Luego de unos segundos, el agua estaba a una temperatura relajante, perfecta en sí.

—Ah~ está perfecta, gracias Charizard. Vamos a meternos, ustedes también amigos —habló tocando el agua. Me pondré un bikini, dijo para luego ir a su tienda.

Ash, por lo tanto se fue a la suya y se puso su típico short blanco nomás. Luego de unos minutos ambos salieron, listos para ir a nadar y duchar.

—Ustedes también amigos, vengan —pero ninguno hizo caso.

— ¡Tú también! —exclamó feliz la chica a su amiga. Pero algo pasó, todos se negaron.

—No queremos, volveremos a nuestras pokébolas —habló Lucario mientras se dirigía al cinturón de Ash y tocaba su ball para entrar, todos hicieron lo mismo, excepto Pikachu que se metió en la tienda a dormir y Delphox en su ball.

Ash y Aria se sorprendieron, pero no objetaron nada. Todos los pokémon querían dejarles tiempo a solas a la pareja. Posteriormente se metieron al lago.

La noche estaba muy tranquila y era hermosa. El agua caliente era perfecta. Pero hubo un silencio por un momento, muy inquietante, ambos estaban a distancias separadas.

—No te entiendo Ash… —Aria rompió el silencio mientras se sorprendía por lo dicho.

— ¿A qué… te refieres?

—O sea, me dices cosas lindas y todo eso, pero ahora eres muy tímido, ¿acaso te doy vergüenza? —preguntó tímidamente, la verdad era que la chica sentía algo por él y éste por ella. Pero no estaban muy seguros que digamos.


Notas de autor: Bueno, me tomé mi tiempo, lo siento. Es que tengo muchas cosas que hacer… nuevamente. Ahora estoy exámenes y tengo que estudiar, tengo trabajos prácticos que hacer, fics que debo de leer y comentar, animes que tengo que ver, mangas también que tengo que ponerme al día, dos actividades que estoy en otro foro y la continuación de mis long o fanfic. En verdad lo siento. De apoco voy subiendo los capítulos. Espero que este le sea de su agrado.

 

Capítulo 13: El comienzo de una historia.​

La noche era tranquila, los pokémon no molestaban a la parejita, así que estos estaban un ambiente medio raro. Hasta que Aria había roto el silencio. Había preguntado algo que desconcertó a Ash.

—No te entiendo Ash… —Aria rompió el silencio mientras se sorprendía por lo dicho.

— ¿A qué… te refieres?

—O sea, me dices cosas lindas y todo eso, pero ahora eres muy tímido, ¿acaso te doy vergüenza? —preguntó tímidamente, la verdad era que la chica sentía algo por él y éste por ella. Pero no estaban muy seguros que digamos.

—No, no es eso, en verdad digo todo lo que digo porque es cierto, y gracias a Dios que te gusta, ya que si fuera otra no sé qué pasaría. Aunque lo diga inconsciente pero es la verdad pura. Es más, traté de esconder el sonrojo cuando te vi llegar en bikini de dos piezas, estas muy linda. El color rosa te sienta bien —hablaba Ash mientras se sonrojaba.

—Gra-gracias… —dijo ruborizada, debido a lo que dijo el portador del Pikachu, recién.

—Yo… en verdad no sé qué decir, en verdad me pasan cosas que nunca me pasaron y no sé cómo actuar cuando te veo, y a veces tengo esos arranques que te digo, pero es solo el subconsciente que me traiciona. Aunque yo te lo quiera decir, no puedo por vergüenza y ahí entra el subconsciente. En verdad me pasan cosas contigo —Aria no se esperaba algo como eso, esto causó un sonrojo más grande entre ambos.

— ¿Q-qué es lo que te pasa con-conmigo? —preguntó lindamente… ella estaba esperanzada y su corazón latía muy rápido, si bien ella creía que estaba enamorada de él, ella quería descubrirlo junto a esa persona.

—Cuando te veo, como en este momento, se me acelera mucho el corazón. A veces, trato de no pensar en ti, pero hasta cuando entreno estás tú —si bien eso que dijo era verdad, no lo había mencionado antes porque se desconcentraría de su entrenamiento —. Y cosas así, no sé lo que me pasa, sé que esto es la primera vez que sucede. Nunca antes me había sentido así. Es como si fuera que mi corazón, late por ti y para ti. Pero no entiendo qué es… ahora no puedo, ni mirarte a la cara —habló mientras se daba vuelta, dándolo la espalda a Aria.

—Eso mismo me pasa a mí, cuando se trata de ti… creo que es… amor —esto hace reaccionar a Ash.

— ¿Amor?

—Sí, supuestamente son algunos de los factores o algo así —explicó mientras desviaba un poco la mirada con su semblante ruborizado.

Entonces ambos reaccionaron.

— ¡Entonces tú estás enamorado/a de mí! —dijeron ambos al mismo tiempo sorprendidos, pero felices. Hubo un silencio incomodo entre ellos por unos segundos.

— ¿Y sí intentamos salir cómo novios? Ya sabes, ambos nos gustamos, viajamos juntos, así que no creo que haya problema. Y sí en verdad lo que sentimos es verdadero y no pasajero, quiero descubrirlo junto a ti —habló Ash, sinceramente, mientras se sobaba la frente con su dedo índice. Los corazones de ambos palpitaban ligeramente. Aria se fue acercando a Ash, era como si ella hubiese perdido la timidez por un instante.

—Sí, quiero intentarlo y apostar junto a ti —dialogó, mientras le acariciaba la mejilla y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Ash se sorprendió, pero luego abrazó a Aria de la cintura mientras ella rodeaba el cuello del chico, posteriormente unieron sus frentes para así sonrojarse y dijeron al unísono.

—Cuento contigo a partir de hoy —luego se dieron un corto beso, donde se demostraban lo que sentía. Ese iba a ser el comienzo de una nueva historia de amor.

— ¿Sabes? Estaba pensando en ir a buscar a Greninja, al laboratorio del profesor Oak. ¿Qué opinas? —preguntó Ash, tratando de cambiar un poco del tema, ya que era un poco incómodo aún para la parejita que recién empezaba—. Estaba pensando en ir con Charizard, mañana. No sé, si quieres quedarte aquí con los pokémon o quieres ir conmigo. ¿Qué dices? —preguntó, ya separándose de la chica.

—Si vas tú solo, ¿no sería más rápido? —preguntó la chica.

—Sí, eso es verdad, cabe destacar que Charizard se volvió más rápido y nos tomaría dos horas llegar y otras dos para volver. Prácticamente nada.

—Entonces ve, te esperaré aquí con los demás —le dijo con una sonrisa.

—Bien…

Luego de hablar, se propusieron descansar, que mañana temprano Ash partiría hacia Kanto, para buscar su pokémon.



Las horas pasaban y todos estaban durmiendo, pero al parecer, Ash, estaba teniendo un mal sueño.

Cambio de perspectiva a la de Ash​

Me encontraba caminando por los altos pastizales de algún campo, se podía aprecias el día soleado y despejado. Estaba solo, sin nadie, no podía ver nada por la abundancia de pasto.

Luego una serie de voces se apreciaban, todas abucheándome, diciendo que no era nada. No obstante, las hierbas se empezaron a consumir, mi corazón al ver que lo que pasaba y escuchaba a mí alrededor, se aceleró a más no poder. No sabía qué pasaba.

—¡¿Qué pasa? No lo entiendo! — me preguntaba desesperado mientras empezaba a correr a través de los pastizales mientras se consumían. El cielo empezó a caerse a pedazos, yo me cubría para que no me golpease algo como eso. El suelo empezó abrirse y derrumbarse detrás de mí, mientras corría. El cielo terminó de caerse para cuando me di cuenta estaba corriendo en la oscuridad, las voces todavía me atormentaban. Era un martirio.

A lo lejos vi un resplandor muy brillante. No me quedó de otra más que ir hacia allá, además de que había algo dentro de mí que decía que vaya. Cuando vi esa luz por alguna extraña razón sentí un alivio en mi ser.

Detrás de mí todo era oscuridad, no quería que me alcanzase. Pero noté que esa incandescencia se dirigía hacia mí. Cada ver me encontraba mejor. Pero cuando me acercaba más y más, pude ver que esa claridad era… Aria, estábamos a dos simples metros, cuando llegamos, ella me abrazó, y todo se volvió borroso.

Volvemos al narrador omnisciente.​

Ash, largó un suspiro mientras se despertaba todo sudoroso y desesperado, pero al mismo tiempo aliviado y dijo en voz baja.

—Ahora lo entiendo… Aria, es la estrella que ilumina mi camino…


Notas de autor: Bueno, un capítulo corto, pero ya quería publicarlo. Espero que el siguiente no sea tan corto y no tarde tanto. Pero para ser honestos, no tengo ganar de escribir, o simplemente no tengo inspiración. Pero no quiero abandonarla.

 

Capítulo 14: “Yendo a buscar a Greninja y uno más” ​

Ya había amanecido por completo. Ash, Aria y compañía ya habían terminado de desayunar y ahora estaba preparándose para partir a Kanto a buscar a Greninja. El portador del Pikachu les había explicado a todos sus pokémon qué era lo que pasaba, que iría a buscar a Kanto a uno de sus pokémon y de su nueva relación con Aria. Era un poco difícil adaptarse a esto para ellos aún.

— Pikachu, lo siento amigo, iré solo con Charizard para disminuir peso así será más rápido —se disculpó con su pokémon. Al parecer éste había aceptado quedarse con Aria y en la isla.

Cada criatura habló en su idioma para desearle un buen viaje y que regresara pronto.

—Amigos, cuiden a Aria mientras yo no esté, ¿sí? —preguntó. Esto causó que Aria se sonrojara.

— ¡Pika pi! —aceptó el amarillo.

—Por supuesto, Ash —habló Lucario.

—Aria, espero verte pronto —ahora Ash, se sonrojó al igual que la chica.

—Tan solo serán unas horas, no será toda una eternidad —habló con una sonrisa.

—Es que desde ayer, tan solo un segundo sin ti es una eternidad —dijo aún más ruborizado.

—Lo- lo mismo pienso… —habló para ponerse roja por completo, luego de esto se dio media vuelta la cabeza para quedar de perfil a Ash.

Pero algo pasó, algo no muy común que seguramente veremos más seguido. Ash la había abrazado encerrándola por su cintura con sus brazos. Aria abrió los ojos un tanto sorprendida, sin embargo un sentimiento de confianza y seguridad se apoderó de ella. Ésta soltó un pequeño suspiro de alivio y correspondió el abraso.

—No me culpes, lo hice por instinto, o sea, sin pensar —habló el chico sinceramente.

—No te culpo, te agradezco.

Luego de un rato, Ash y Aria se separaron, se miraron tiernamente, y dijeron al mismo tiempo.

—Definitivamente te esperaré.

El chico originario de Paleta se subió a Charizard, saludó con gesto de mano

y luego le dio la orden al pokémon de partir. Éste rugió asintiendo, dio una vuelta en el lugar donde estaba y a una velocidad increíble despegó, levantando una polvareda que luego Lucario disipó con sus manos creando una onda expansiva.

—Puedo predecir algo increíble —habló el pokémon extravagante, mientras miraba a Ash desaparecer en el cielo.

—¿Tú crees? —preguntó Aria.

—Por supuesto, este chico es especial —contestó.

—Pika pí —sustentó el pokémon.


Mientras tanto en otro lugar, exactamente en un ferry yendo para Hoen; una chica de cabellos castaños se encontraba muy pensativa mirando el cielo desde extremo del medio de transporte.

— ¿Qué será de Ash, ahora? Él se enojó mucho. Solo espero que pueda perdonarnos y volver a lo que solíamos ser todos… —cerró sus parpados. Suspiró y luego de unos segundos volvió abrirlos, para así volver a mirar hacia el cielo.

De repente un ella empezó a escuchar una onda sonora, como si fuera una especie de turbina de avión, entonces se dio vuelta y vio a un Charizard acercarse por unos metros sobre el nivel del mar muy rápido… observó con atención, antes de que el pokémon pasara y vio a quién montaba era…

—¿Ash…? —se preguntó—. Se dirige a Kanto, parece —en el momento que pasó, miró su rostro atentamente, ya que pasó muy cerca del barco.

—Esa mirada… fría, seria, rencorosa de sed de venganza… Creo que algo grande está por suceder… —dijo con un tono de tristeza—. No lo culpo. Fuimos unos idiotas —terminó.


Charizard, estaba volando a toda velocidad hacia su destino, y a éste lo montaba Ash.

—Bien… espero llegar en un momento que no haya nadie y solo esté Tracey para ahorrar tiempo —habló para luego sonreír.




Ya había pasado el tiempo necesario y Ash ya había llegado a su destino. Estaba volando con su pokémon encima del territorio Oak. Cuando llegó a la casa, descendió delante de su puerta para luego tocar. No sin antes decirle a Charizard que lo esperar afuera.

Al cabo de unos minutos, Delia abrió la puerta, y como se esperaba al ver a su hijo, sus ojos se llenaron de lágrimas y empezó a repetir continuas veces “disculpas”. Ash, la miró con indiferencia y entró llamando a Tracey.

—¿Ash? —se escuchó la voz del artista, que vino de inmediato hacia donde se encontraba el nombrado.

—¡Ash, perdóname hijo, no quise lastimarte! —trataba de disculparse su madre.

—Lo siento… no te conozco —contestó. Estas palabras rompieron el corazón de Delia, no esperaba que él dijera tal cosa. Se preguntaba qué le pasaba a su hijo mientras lo miraba irse con el artista. ¿Por qué dijo lo que dijo?

¿Acaso lo había dicho por rencor, por angustia? Seguro. Pero la mamá de Ash no se rindió y siguió intentando disculparse con su hijo. Pero éste no le hacía caso, era como si no existiese.


—Acá está la pokébola de Greninja.

—Quiero también la de Infernape —pidió el entrenador, a lo que el artista aceptó y la buscó. Cuando la tuvo se lo entregó.

—Entonces me voy, ya no tengo más nada que hacer acá —dijo de manera fría.

—Todos merecemos una segunda oportunidad, ¿Por qué no dárselas a ellos? —preguntó el de la banda en la cabeza, al ver a la mujer arrodillada atrás del chico Ketchum, rogando por su perdón mientras derramaba lágrimas.

—Yo no tengo nada qué perdonar… —habló mientras sonreía y miraba a su madre en el suelo. Esto causó una gran felicidad en la mujer y Ash terminó de hablar—. Ellos para mí están muertos, ya no existen y no son parte de mi vida —dijo mientras salía de la residencia y se montaba en Charizard. Ash, dio la orden de despegar al pokémon. Éste rugió con malicia al volver a ver a Delia, con velocidad dio media vuelta en el mismo lugar, llenando de polvo el lugar y despegó para seguir su camino de regreso.

Delia estaba atónita, traumatizada, estaba entrando a una melancolía de la cual sería difícil salir. Cayó de rodillas al recordar esas freces llenas de ironía, odio, rencor e infelicidad.

Ash, no pudo evitar derramar algunas lágrimas, mientras volaba en su pokémon.


Notas de autor: Bueno, pido disculpas, la verdad es que con ciertos problemas técnicos, no había podido seguir con la continuación. Pero al tratar de fijarme, miré la cantidad de palabras y estaba casi terminado, así que lo traté de terminar y bueno, aquí está. También puede que tarde en subir otros capítulos, pero no quiero abandonar la historia.

 

Capítulo 15: Al límite y a superarse.
​

Ash, se encontraba yendo a la isla donde lo esperaba Aria, con los demás, volando con Charizard a una gran velocidad. Estaba a pocos minutos de llegar.

“Vuelas rápido, pero hay que superarnos, Charizard. El viaje que hoy nos tome cuatro horas, cuando terminemos el entrenamiento, nos tomará una”. El pokémon rugió con fuerza, para demostrar a Ash que estaba preparado para el entrenamiento.


Asimismo, en la isla, la chica de cabellos rosados, se encontraba mirando a los pokémon correr alrededor del lago.

“Vaya, desde que Ash se fue estuvieron entrenando” A todo esto, Lucario frenó en donde se ubicaba Aria, y Pikachu se detuvo con él.

“¿Pika pi?” preguntó el pokémon, preguntado qué pasaba.

“¿Por qué te detiene de repente, Lucario?” Preguntó la chica curiosa.

“Ash, está llegando” Dijo mirando en la dirección en la que se había ido su master, el pokémon fuego volador. A los pocos minutos, se podía apreciar a un Ash con Charizard, descender de los cielos.

“¡Ash, llegaste!” exclamó Aria emocionada, y el ratón amarillo igual, aunque en su respectivo idioma.

Al terminar de bajar de Charizard, Pikachu iba saltar a los brazos de su entrenador, pero la chica se le adelantó abrazar al entrenador.

“¿Pika?” Se preguntó el pokémon. Cuando Aria se dio cuenta de lo que había hecho, se puso roja y miró a Ash, éste la estaba mirando.

“Lo siento, Ash, no era mi intención” Dijo, queriendo separarse, pero el trainer la detuvo sosteniéndola de la cintura… aunque sabemos que es algo que Ash no hubiese hecho, lo hizo y le dijo: “Creo que estamos en una relación, así que hay que acostumbrarnos a este tipo de cosas, ¿no crees?”

A la chica la invadió una felicidad enorme cuando escuchó esas palabras de Ash.

“Sí”. Mencionó ella con entusiasmo, y volvió abrazarlo. Pasado un momento, se separaron.

“¿Cómo te fue?”. Preguntó Lucario, que se había acercado a ellos.

“Bien, traje dos pokémon”. Habló. Acto continuo sacó las pokéball y sacó a Greninja e Infernape. Posteriormente, Ash los presentó con Lucario y viceversa, (ellos se llevaron muy bien) para luego explicarle la situación.

“Bien, vamos a cambiar un par de cosas: Vamos hablar bien del tipo de entrenamiento que vamos hacer ahora que están Greninja e Infernape con nosotros”. Todos ponían atención, hasta la misma Aria. “Nos vamos a levantar todos los días a las cinco de la mañana: empezaremos trotando media hora alrededor del lago, quince minutos corriendo y quince caminando, seguido de entrenamiento que podríamos llamar normales; o sea, elongación, flexiones de brazos, abdominales, y demás, cada uno con su debido tiempo. Posteriormente: cargaremos rocas pesadas de un punto de fuga a cierta distancia, el peso de la roca va a variar del tamaño de cada uno de ustedes. Entrenaremos resistencia corporal, aguantando ataques que los dejen en desventajas, por ejemplo; Pikachu lanzará un atacctrueno, y Greninja o Charizard lo resistirán y así veremos, de lo contrario, solo resistirán ataques variados. Tendremos batallas para poner a prueba todo lo que aprendan conforme vayan entrenando. Cada uno tendrá un tipo de entrenamiento especial; Charizard, entrenará vuelo, para aumentar esa capacidad, en este caso los obstáculos serás los árboles. Greninja, Lucario, Pikahcu e infernape, entrenaran velocidad, saltando entre los árboles también y esquivando estos. Lucario e Infernape, entrenarán en combate cercano. Esto haremos por cinco meces seguidos, después si agrego algún tipo de entrenamiento nuevo, les avisaré, así como por ahí no vayamos a otros lugares de distinto ambiente, para facilitar el entrenamiento o aumentarlo. Obviamente cada entrenamiento tendrá su respectivo descanso.

Todos los Pokémon asintieron.

“No te exijas demasiado, Ash”. Dijo Aria.

“Tranquila bonita, no te desesperes” Dijo Ash con una sonrisa mirándola, ella no pudo evitar sonrojarse y desviar un poco la mirada, y Ash no pudo evitar largar una risita por la acción y gesto tan lindo que hizo Aria.


Y así comenzaba el entrenamiento de nuestro héroe, todos los días era la misma historia, entrenamiento tras entrenamiento, y a medida que pasaban los días, Ash y Aria comenzaban a tomar más confianza en un sentido más de novios.

La preparación de los pokémon y de Ash eran arduos, los pokémon resistían ataques en desventajas o variados. Entrenaban vuelo y velocidad, para luego ponerlo en práctica en batallas entre ellos. Aria de vez en cuando tomaba entrenamiento con su pokémon.

Y así pasaron tres meses de adiestramiento y de sonrojos de parte de la pareja.


En la isla donde Ash se encontraba con Aria y sus pokémon, ya faltaba una hora para amanecer, y Ash, como de costumbre ya estaba despierto junto a sus pokémon para para preparación diaria.

“Bien, chicos, como ya saben, pasaron tres meses y el entrenamiento ha dado sus frutos. Pero hoy, voy agregar dos cosas más en su preparación y la mía, obviamente. Uno, Pikachu entrenará su electro ball para hacerla más grande de lo normal, también sus ataques de rayos para poder controlarlos como le plazca. Lo mismo para Lucario con su aura esfera, y su hueso veloz. Charizard e infernape, harán bolas de fuego y eventualmente aumentarán su tamaño. Lo mismo para Greninja y su pulso de agua. También nos entrenaremos mentalmente, ya que nos podría servir de mucho el día de mañana. Esto es todo por hoy, vamos a comenzar como de costumbre”. Dijo Ash, para luego empezar aplaudir y trotar junto a sus pokémon alrededor del lago.

“Lo que más raro se me hace, es que el equipo Rocket no haya aparecido para molestarnos” Pensó Ash, mientras corría.


Por otro lado, en la base central del equipo Rocket, se estaba llevando acabo un experimento.

“Señor, el pokémon prácticamente está listo. Su tamaño ha cambiado, su potencia de fuego y ataque, así como también un aspecto más aterrador cuando se enoja. Solo nos falta el crecimiento de sus colmillos y alterar su rugido para que se vea más poderoso, ya que sus ojos al enojarse se vuelven rojos carmesí. A rededor de dos meses estará terminado”. Anunció uno de los científicos Rocket.

“Bien, bien, eso me agrada”. Dijo sentado en un escritorio, con un traje rojo, para luego reír diabólicamente.


De vuelta con Ash, éste estaba viendo cómo avanzaban los resultados de los nuevos entrenamientos que puso. Veía como Pikachu había podido aumentar su tamaño de electro ball durante un corto periodo de tiempo, Greninja estaba igual que Pikachu, pero la diferencia es que él podía mantenerla por un poco más de tiempo. Infernape y Charizard, intentaban formar una bola de fuego, pero era muy difícil para ellos, ya que cuando menos lo esperaban largaban un lanzallamas. Por otra parte, Lucario era un caso diferente, él sí había podido dominar una aura esfera unas seis veces más grande que una normal, y no solo eso, también podía crear varías, para ser exactos, dos en cada pata. Pero no era para sorprenderse, al fin y al cabo era un Lucario fuera de lo común, tan solo teniendo en cuenta su color.


Notas de autor: Bueno, la verdad es que… no, no tengo nada para decir. Espero que hayan disfrutado éste capítulo así como yo lo disfruté un montón al redactarlo.

 

Capítulo 16: “Otro nivel”
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Otro día se hacía presente en la isla, Ash y sus pokémon estaban entrenando. En estos meses, la apariencia de Ash se estaba tonificando más, ahora se podría apreciar marcas de abdominales, tenía la espalda marcada, al igual que los brazos y piernas, y así. Había logrado obtener un cuerpo más esbelto en el tiempo de entrenamiento.

—Me gusta cómo está tomando forma mi cuerpo —pensó Ash, al verse así mismo.

—Cambiaste bastante en estos meses en los cuales estuviste entrenando sin parar —se escuchó una voz, era Aria, la cual se había despertado y estaba detrás de Ash viendo como este se miraba.

—Sí, no pensé que iba a ser un cambio tan radical —comentó pensativo.

—Ash… me estoy aburriendo un poco en ésta isla, ¿no podemos cambiar de lugar? Siempre vemos el mismo paisaje —dijo la chica un poco triste—. Pero claro, que si no quieres, no me opondré.

—Mmm, hace unos días estuve mirando en “pokégoogle” y dicen que a unos kilómetros al sureste de aquí, hay una montaña, la cual posee una cascada, un lago, una zona boscosa, y hay varios tipos de pokémon; asimismo, ha habido avistamientos de un Articuno merodeando por la zona —habló Ash mirando a su novia.

—Pero eso… ¿no sería peligroso? O sea, estamos hablando de un pokémon legendario… —mencionó ella un poco sorprendida.

—Me extrañan esas palabras de la que alguna vez fue reina de Kalos. Yo me siento capacitado para derrotar a un Articuno. Es más, en su momento derroté uno.

Aria lo quedó viendo con los ojos entrecerrados.

—¿Qué, no me crees que derroté un pokémon legendario? —preguntó el joven.

—No es eso, es solo que, yo no soy entrenadora, solo soy una ex performance que por circunstancias de la vida se tuvo que retirar. Nunca me entrené en lo potente, sino en la estética de los ataques — habló un poco decepcionada de sí misma. Ash fue y la abrazó y Aria, aun con un poco de timidez y pequeño sonrojo, respondió a esa acción.

—Uno no puede ser perfecto en todo, pero si puede ser perfecto en algo, y cuando lo hiciste, haciendo tus actuaciones, tú fuiste perfecta.

—Gracias… tú siempre me sacas una sonrisa con lo que dices —declaró sonriendo sinceramente.

—Volviendo al tema, iremos a esa montaña y explotaremos al máximo su ambiente y nuestro poder. Si tenemos la suerte de encontrarnos con Articuno, pelearemos contra él, para fortalecernos más.

—¡Así se habla! —exclamó la chica y todos los pokémon que estaban preparados para entrenar, que se habían quedado mirando la escena de su entrenador con su chica. Obvio que cada quien con su respectivo lenguaje. Posteriormente, Ash y Aria se separaron del abrazo.

—Chicos, hoy no entrenaremos, nos tomaremos un día de descanso para mudarnos, y recargar provisiones y demás. Cuando lleguemos a destino, aprovechen para divertirse al máximo, que mañana, no nos para nadie —comentó Ash, con una sonrisa confiada. A lo que todos los pokémon asintieron.

—Me gusta su determinación y fuerza de voluntad que tiene —dijo la chica levemente, que casi ni se escuchó.

Luego de eso, Ash y compañía comenzaron a juntar sus cosas para irse a un nuevo lugar.

En otro lugar, más en específico, en Kanto, al parecer algo había terminado.

—Está terminado señor Giovanni, el pokémon ha completado su metamorfosis en estado iracundo. Ahora solo falta que usted lo pueda controlar, pero para eso necesitaremos de su presencia —dijo uno de los científicos de la mafia de Kanto.

—Bien, vamos —dijo el jefe con una sonrisa. Luego se levantó de su silla y se dirigió hasta el lugar donde se llevaba a cabo el experimento.

Dentro de esa misma base, en otra parte. Se encontraban James, Jessie, y Meowth, haciendo de barrenderos en los pasillos de la central.

—No puedo creer que el jefesito nos haya llamado para que limpiemos, ya que no tienen personal de limpieza —dijo un desanimado James, mientras barría.

—Sí, yo tampoco no puedo creerlo —dijo el gato en el mismo estado que James.

—Nosotros no estamos para esto, tengo la sensación de que algo va a cambiar…

Volviendo con Giovanni y los científicos, estos últimos estaban colocando una muñequera en el brazo derecho de Giovanni, mientras éste veía al pokémon iracundo, desesperado dentro de una jaula de hierro reforzado y cristales blindados. La criatura estaba muy enojado. Tenía ojos color rojos, colmillos superior de tres pulgadas de largo, y los inferiores de una pulgada. Su rugido era como el de un león en plena lucha, a tal punto de poder generar miedo. Su tamaño era superior a cualquiera de su clase.

—Tranquilo, dentro de poco estarás bajo control… —dijo el jefe, para luego sonreír malévolamente.

—Mientras usted tenga éste aparato en el brazo, puede hacer el control sobre él. Luego, con la frase iracundóx, así como suena, podrá sacar el poder, todo. Pero hay que saber usarlo, podría ser “muy” peligroso —dijo el de bata blanca, haciendo énfasis en la palabra muy.

—Activando control de ondas electros cerebrales: en tres, dos, uno, cero —el científico hizo la cuenta regresiva mientras oprimía un botón rojo en la muñequera del jefe, para luego dar vuelta una perilla que le enviaba cantidades de ondas electromagnéticas al cerebro del pokémon. Pero algo pasaba, el pokémon no respondía a esas ondas, sino que lo alteraba más y se salía más de control. No obstante, la criatura abrió sus ojos de color carmesí, y empezó a liberar llamas de su cuerpo. El acero reforzado comenzaba a derretirse, y una vez que las llamas lo cubrieron por completo, con potencia y velocidad, embistió la pared de la jaula y siguió embistiendo, haciendo un agujero de la pared y así escapando de la sede de los Rocket. Una alarma empezó a sonar, y todo mundo entró en alerta.

Un gruñido aterrador se escuchaba, el pokémon aún envuelto en llamas seguía corriendo por la arboleda, prendiendo fuego todo a su paso. Los pokémon que estaban en su paso escapaban, y los que eventualmente se cruzarían con él, despejaban el área.

Miembros de la mafia de Kanto, rodearon al pokémon, y comenzaron atacar con potentes lanzallamas. Eran como quince efectivos Rocket y Houndour.

Cuando los ataques de todos los efectivos colisionaron contra el pokémon iracundo, una pantalla de humo alrededor de éste se hizo presente. El pokémon pisó con fuerza el piso con su pata derecha, creando una onda expansiva que hizo que el humo desaparezca, posteriormente dio unos pasos adelante y rugió mostrando que no sede por más enemigos que haiga. A todo esto, los pokémon dieron un paso para atrás, salieron corriendo despavoridos, acto seguido sus trainers hicieron lo mismo. No obstante el pokémon siguió su camino, aunque ya no estaba envuelto en llamas, pero sí corría a una gran velocidad. Sin duda, estaba a otro nivel por culpa del equipo Rocket.


Notas de autor: Aquí dejo otro capítulo, espero que les guste. La verdad es que me está gustando tanto esta parte de la historia, que éste pokémon que en el próximo capítulo ya se revelará, o creo que en el otro era, al que le sigue. Aunque creo que ya lo sacaron al pokémon. En fin, si creen saber, háganlo saber. Y creo que ya se hizo algo, predecible lo que pasará después, no sé, creo yo. En fin, hasta el próximo capítulo.

 

Capítulo 17: Legendarios. ​

El pokémon se había escapado, el jefe estaba muy satisfecho con el monstruo que habían creado. Pero inmediatamente mandó a buscar a la criatura.

— ¡Jessie, James! —dijo, cuando vio al trío —. Vengan, les otorgaré nuevos pokémon, para que capturen a mi obra maestra. Es una misión muy importante.

El trío se emocionó mucho debido a que obtuvieron una misión salida por la boca del mismo jefe que ellos tanto admiran y respetan.

Mientras en la sede del equipo Rocket era un caos, con Ash y compañía era todo lo contrario. Ya habían llegado a su destino y desempacado sus cosas, ahora solo quedaba divertirse por orden de su master.

El lugar era muy llamativo, había una montaña y de ésta bajaba una cascada que desembocaba en el lago, aunque este no era tan grande y de este salía un río que bajaba directo a la pequeña ciudad que había debajo de la montaña, y alrededor del lago a unos metros, una zona boscosa.

Ash y Aria, junto con Pikachu y Greninja, se pusieron a nadar en el lago. Infernape y Charizard estaban los dos juntos mirando el agua, posteriormente se miraron y se fueron a recostar entre los árboles, a la vista de Ash.

Lucario, por otra parte, se encontraba mirando serio el cielo despejado.

— ¿Qué sucede Lucario? —preguntó el master.

—Se aproxima una tormenta… y una grande —le contestó aun mirando hacia el firmamento.

— ¿Enserio? Pero si está despejado… —dijo Aria incrédula.

—Puedo leer el Aura de todas las cosas —comentó.

—En ese caso, habrá que buscar refugio. Vamos a juntar las cosas —dijo mientras salía del lago, yendo a donde estaban las tiendas de campañas.

—Aparentemente, debajo de la castada hay una cueva, en la cual podemos refugiarnos —compartió información con sus amigos el pokémon.

— ¡Delphox, ayúdanos a llevar las cosas detrás de la cascada! —Aria sacó a su pokémon para que ayudara.

— ¡Charizard e Infernape, vengan ayudar! —llamó el entrenador, posteriormente los pokémon llegaron.

Cuando terminaron de juntar las cosas, Aria le dijo a su Delphox que detenga temporalmente para poder atravesarla. El pokémon obedeció.

Luego de pasar todas sus cosas a otro lugar más seguro, debido a que antes estaban en la intemperie, ellos se pusieron a preparar la comida para el desayuno, debido a que aún no habían comido nada desde que se levantaron.

En otro lugar, más bien en la residencia Oak, había una conversación dentro de laboratorio de éste.

—Sabes, los pokémon desde que pasó el incidente con Ash, han tenido un comportamiento hostil, pero solo hacia mí, Gary, Misty, Delia… pero a ti… —comentó, pero el joven dibujante no lo dejó terminar.

—Es debido a que yo no le di la espalda a su entrenador; Ash, cuando vino a buscar a Charirzard, les contó a ellos qué fue lo que pasó y con quienes pasó, por eso no me afecta ese comportamiento —respondió.

—Vaya... en ese caso, ¿puedes encargarte de ellos, debido a que parece que cuando quiero darles de comer me arrancarán la cabeza? —dijo, algo nervioso al recordar el estado en el que se ponen los pokémon cuando lo ven.

— ¡Claro, no hay problema! —aceptó alegremente el de banda roja en la cabeza.

—Gary está buscando el paradero de Ash, al parecer quiere disculparse a toda costa al igual que todos… —dijo arrepentido mirando el piso.

—Yo creo que cunado Ash entre en razón de alguna manera, entenderá y los perdonará —dijo algunas palabras de apoyo—. Pero eso sí, la relación que tendrán cambiará a tal punto de no volver a ser la de antes. Desgraciadamente es así.

—Lo sé, solo espero que nos perdone.

Luego de eso siguieron con lo suyo…

En donde Ash se encontraba, ya se había nublado y se podían escuchar los truenos, se podía ver cómo refusilaba el cielo, y los rayos viajaban entre las nubes, pero no había lluvia. No obstante, de una sola vez cayeron cinco rayos acompañados de una onda sonora muy fuerte, que fueron directo al centro del lago, esto causó un terremoto, aunque no tan grande.

Ash sintió que alguien lo abrazó con fuerza por la espalda, miró y era Aria.

—Linda, ¿qué te pasa? —preguntó Ash por la repentina acción de la chica. Posteriormente se volteó para corresponder el abrazo.

—Le tengo pavor a las tormentas tan fuertes —dijo mirando a Ash, éste notó que ella tenía lágrimas en sus ojos hermosos.

—No llores, no me gusta verte así… —le dijo el de cabellos azabache mientras que con su pulgar le limpia las gotas que se armaban alrededor de sus ojos.

—No es una tormenta por causas naturales… dos aura bastante grande…

— ¿A qué te refieres, Lucario? —preguntó Ash, pensativo.

—Zapdos y Articuno… al parecer éste último estaba descansando en el lago y Zapdos lo despertó con esos rayos.

—Ya veo, ya se me hacía raro. Pero no me gusta que hagan poner triste a mi linda Aria —dijo el azabache enojado. Esto causó un sonrojo, pero una gran felicidad en Aria, aunque no sabía qué iba hacer Ash.


—¿Qué harás Ash? —preguntó la chica.

—Pikachu, Infernape, Greninja y Delphox, cuiden de Aria. Lucario y Charizard, vengan conmigo —dijo, mientas salía de la cueva —Ya regreso, Aria —habló antes de salir del todo y los pokémon lo seguían.

Cuando salió de la cueva, se puso aún costado del lago, miró hacia arriba, y dijo:

—Lucario… tú ya eras muy poderoso, pero ahora que has entrenado lo eres más. Salta hasta las nubes, y utiliza fuerza de palma para despejar la zona —dijo, serio, mirando el cielo.

El pokémon saltó con gallardía, fue tan potente el salto, que como dijo Ash, llegó hasta las nubes. Cerró sus parpados el pokémon, y enfrentó sus palmas, creando una fuerza de onda expansiva, acompañada de una onda sonora, que hizo que las nubes retrocedieran como doscientos metros a la redonda; dejando así a la vista al pokémon legendario y detrás de éste, aún mucho más alto, un sol tremendo. Posteriormente, Lucario cayó en picada, y cuando tocó suelo volvió a crear otra onda expansiva, que agitó el lago, haciendo que éste desbordé. No obstante, un pokémon volador salió furioso del agua hacia el cielo. Éste miró a Zapdos, pero éste miró a Lucario por su acción.

Desde otra perspectiva, Aria y los demás pokémon, miraban desde un costado del lago.

—Vaya, el entrenamiento dio resultado… ahora solo espero que Ash y los demás estén bien —dijo mientras tocaba en donde se encontraba su corazón…

—Pika pika pi —alentó el amarillo a su trainer y los demás apoyaron igual.


Narrador: ¿Qué será de Ash, Lucario y Charizard, ya que aparentemente Zapdos los tiene en la mira? ¿Articuno se unirá a éste para acometer a nuestros héroes? ¿Quién ganará ésta pelea, el team de Ash, Articuno o Zapdos? Eso veremos en el próximo capítulo… nos vemos…


Nota de autor: Hola. Bueno, aquí les dejé el capítulo 17. Espero que haya sido de su agrado. Espero respuestas de las preguntas del narrador. Un error de cálculo, se desvelará en el capítulo anterior. Sorry.

 

Capítulo 18: Esa es la verdad…
​

Zapdos, volaba con ferocidad a donde se encontraba Lucario, y a uno seis metros se encontraba Ash y Charizard. El pokémon extravagante miraba hacia arriba al pokémon volador eléctrico, sin inmutarse esperaba en el mismo lugar una orden de su amo.

—Aún no, espéralo, espéralo… —cuando el pokémon legendario estaba a dos metros, Ash ordenó—. Esquiva y usa hueso veloz —ordenó tranquilamente.

Y así fue. Cuando Zapdos estuvo a punto de envestir al pokémon rojo, éste lo esquivó con un movimiento ágil, y creó un hueso hecho de energía, con la cual golpeó al pokémon amarillo en el lomo cuando pasó de largo. El golpe que le dio de arriba abajo, lo hizo estrellarse contra el suelo, creando así una pequeña polvareda de polvo.

—Aléjate —volvió a ordenar y el pokémon obedeció, dando un salto de tres metros del pokémon que estaba temporalmente caído para atrás, luego, Articuno colisionó contra Zapdos en el suelo, creando una cortina de humo pero más grande.

—Bien… aunque obviamente no se van dejar por tan poco — dijo Ash, y a los pocos segundos los legendarios volvieron a volar para luego ponerse a pelear entre sí.

—Lucario, llama la atención de Zapdos con auras esferas —dijo el master—. Charizard, tú, neutralizarás los movimientos del enemigo con lanzallamas, mientras te acercas y lo golpeas con cola de dragón.

Lucario empezó a crear auras esferas de tamaño normal, para arrojárselas al pokémon eléctrico-volador y como dijo Ash, llamó la atención del pokémon. No obstante, Articuno vio la oportunidad de golpear a su contrincante legendario, pero antes de poder atacar, lo sorprendió un potente lanzallamas, el cual limitaba mucho sus movimientos y apenas podía mantenerse volando. Charizard, se acercaba manteniendo su lanzallamas en pie, mientras su cola se envolvía en un resplandor verde. Y cuando llegó a una distancia considerable, le pegó con una fuerte cola dragón haciendo retroceder al pokémon celeste, pero generándole daño.

—Lucario, vamos a usar tu combate cercano independientemente en cada movimiento —dijo el master.

—Como digas —respondió el pokémon.

Zapodos se volvió a levantar y al igual que Articuno, estaba enfadado a más no poder. El pokémon eléctrico empezó a largar rayos contra Lucario desde arriba.

Ash se cruzó de brazos, y miró a pokémon legendario amarillo.

—Esquiva y acércate con velocidad máxima y fuerza de palma para bajarlo —dijo—. Charizard tú usa cuchillada con Articuno, luego usa cola de dragón para bajarlo —volvió a ordenar.

Así como dijo Ash, pasó. Los rayos potentes del pokémon volador-eléctrico llegaron a Lucario, éste esquivó con velocidad máxima y dio un salto con este mismo ataque, haciendo que llegue mucho más rápido hacia el pokémon que se encontraba a unos seis metros de altura. Cuando subió hasta donde el pokémon, usó fuerza de palma en la cabeza del pokémon, haciendo que baje en picada al lago, cuando cayó creó una lluvia pequeño con lo que salpicó de agua. Para luego Lucario bajar con fuerza.

Charizard se acercaba a Aricuno y viceversa, ambos estaban en su campo de batalla, en el firmamento.

—Eso es un, ¿picotazo? —preguntó Ash incrédulo al ver el ataque en el cual su pico crecía un poco y tenía un resplandor blanco. Charizar de su garra derecha hizo crecer con energía azul, y tenía como dos metros de largo esa garra.

Cuando llegó el momento, la garra de dragón y el picotazo chocaron, creando una pantalla de humo, luego de esta, a los pocos segundos, se podía observar a un Articuno caer del cielo hacia un costado del lago.


—Ash está muy tranquilo… está como si estuviese peleando con alguien de bajo nivel… —dijo Aria mirando a un costado. Y los pokémon que la acompañaban asintieron.


Volviendo con Ash, éste estaba esperando que los legendarios se repusieran.

—Esto se complicó un poco, no esperaba que apareciera Zapdos… Bueno, miremos el lado positivo, esto hace las cosas más interesantes… —el entrenador mostró una pequeña sonrisa confiada.

El pokémon amarillo fue el primero en reponerse, estaba en medio de lago a un metro de la superficie, mirando con rabia a Lucario, posteriormente comenzó acercarse a éste.

—Espera, aún no… —hablaba Ash su pokémon raro, y cuando Zapdos ya estaba llegando a Lucario—. Da una patada giratoria a la altura de la cabeza —dijo Ash.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Lucario en movimiento ágil, le dio una patada giratoria al pokémon, mandándolo a volar contra la montaña y quedó atrapado entre los escombros… Zapdos estaba fuera de combate.

—Podría atraparte si quisiera… —dijo levemente mirando al pokémon inconsciente—. Pero no lo haré… aunque no sé por qué… —dijo pensativo—. Charizard, lleva a Zapdos lejos de Articuno, aun lugar que esté desierto y vuelve aquí.

No obstante Ash terminó de decir esto, el pokémon celeste se había repuesto nuevamente para el combate, y estaba segado de la rabia.

El pokémon volador-fuego obedeció a su trainer, cazó al pokémon de la nuca, y se lo llevó volando.

—Vamos a terminar con esto rápido, que no nos dimos cuenta ya está por oscurecer —dijo Ash mirando el cielo.

—Quiero que combines velocidad extrema con combate cercano, es una combinación mortal, pero Articuno lo soportará —habló Ash a Lucario.

—Bien… —contestó.


—¡Vaya, Ash ya derrotó a Zapdos! En verdad que ha mejorado mucho —dijo feliz la chica de pelo rosa.

—Pika pi —asintió el pokémon y todos los demás en su respectivo idioma.

—Pero ahora que lo pienso detenidamente… Lucario no recibió ningún golpe… Y Charizard apenas confrontó con el picotazo y calculo que apenas se habrá llevado daños —pensaba.



Volviendo con Lucario, a éste lo cubrió un pequeño resplandor blando alrededor del cuerpo, posteriormente con movimientos agiles se acercó a Articuno, y éste no se quedaba de brazos cruzados, también se acercó a Lucario para embestirlo con un cabezazo. Cuando estaban a punto de colisionar, Lucario lo frenó de un golpe en su cabeza con su pata derecha que lo aturdió bastante, y acto seguido empezó a propinarle una serie de puñetazos y patadas tan rápido debido a la velocidad extrema que la limitación del pokémon legendario era inmensa.

—¡Basta! —ordenó terminar. Lucario obedeció, y Articuno pasó de esta de a pie a estar en el piso—. Ya está fuera de combate.

Lucario se acercó a Ash y le dijo.

—He mejorado mucho gracias a ti Ash. En verdad eres un gran entrenador —agradeció al ver todo lo que pudo hacer contra los legendario.

—No lo hice yo, fuimos todos. Que nos ayudamos como equipo… Ya regresó Charizard —dijo al ver que el pokémon naranja descendía.

—¿Ahora puedes llevarte a Articuno en dirección opuesta de a donde llevaste a Zapdos? —el pokémon asintió e hizo caso a su master.

Al cabo de unos segundos, Aria, Pikachu y los demás llegaron al lugar donde estaba Ash.

—Pika pika chu —dijo el roedor feliz mientras subía al hombro de su amo.

—Dijo que nos felicita por haber derrotados al duo de legendarios —Lucario hizo de traductor.

—Gracias compañero…

—Ash, Lucario y Charizard no recibieron ningún golpe en concreto… te volviste muy fuerte.

—Sí, lo noté, pero aún falta mejorar. Pero cambiando de tema… me pareció muy rara ésta serie de sucesos.

—¿Qué cosa? —preguntó Aria y todos prestaban atención.

—Solo se habló en las noticias en internet de que habían visto a Articuno no más. Pero aparece un Zapdos de la nada y ataca a Articuno. Éste que es hielo volador, estaba descansando en lo profundo del lago. Cuando un pájaro se moja las alas, le cuesta volver a volar, sin embargo, Articuno y Zapdos entraron al agua en un par de ocasiones y volaban como si nada. ¿No es raro todo esto? —preguntó pensativo.

—Tienes razón… —contestó Aria.


En otro lugar del espacio tiempo, el creador de todo… Arceus se encontraba mirando todo lo que le pasaba a Ash en una especie de pantalla gigante hecha de energía cósmica.

—Lo siento mi querido Ash… esas son preguntas a las cuales no encontrarás respuestas… jajaja. Yo soy el creador de todo, puse a Lucario en tu camino, así como también puse a Zapdos y todos esos hechos raros que dijiste —hablaba mientras miraba la pantalla—. Ya que el destino está escrito y cada ser humano hace su propio destino. Yo, al ser omnisciente, lo sé todo… sé tu pasado, tu presente y tu futuro. Por eso yo puedo escribir el destino de ante mano, y ese destino es el que tu decidirás en base a las decisiones que tomes. Esa es la verdadera verdad…


Notas de autor: Buenos, acá dedo otro capítulo. Espero que sea de su agrado. La verdad es que no lo tenía pensado subir hoy, sino dentro de un mes, pero dije que iba a subir un capítulo hoy (24 de diciembre), y otro el 31, para año nuevo casi (si Dios quiere y me da las ganas de escribir, jaja)