Sakuya Izayoi acompañaba a Frost por lo del cuaderno, junto a otro de sus compañeros, cuando de repente empezó a sonar algo por los altavoces. El colegio contaba con multitud de altavoces repartidos por cada rincón del recinto, este hecho no llegaba a sorprender a nadie. De vez en cuando se utilizaba para que el director diese mensajes importantes por megafonía, o quizás para hacer publicidad de un evento próximo. Los días en los que el trabajo en el edificio se hallaba más tranquilo y llevadero, el director dejaba emitir la radio local por las instalaciones. Y aquel día no fue la excepción. La mayor parte de los alumnos ignoraban este hecho, otros se dedicaban a escuchar solo cuando emitían música amena. Lástima que a esa hora solo se daban los informativos. "[...] Y con esto damos por concluido el parte meteorológico de la semana. En otras noticias, se revela el descubrimiento de unas instalaciones ocultas a las afueras de la ciudad. Unos vecinos de la localidad llamaron a la policía, quejándose de un putrefacto olor que emanaba del lugar. Los agentes afirman que en el interior de las instalaciones podrían haber estado llevando a cabo experimentos de tortura ilegales, aún no se sabe con exactitud nada sobre su origen. El recinto estaba completamente vacío cuando llegaron, mas las luces y la calefacción aún estabas encendidas. Cabe la posibilidad de que la supuesta víctima de las torturas haya escapado de allí." Después de aquel breve informativo, continuaron pasando a los deportes. Contenido oculto Ya está comenzando lo bueno, damas y caballeros
Sinon Asada Cuando quiso darse cuenta, sus labios dibujaban una pequeña y discreta sonrisa. Sonrisa que no tardó en ocultar cuando sintió la cercanía de la chica, tirando suavemente de su inseparable bufanda. Era, posiblemente, una de las pocas personas en toda su estadía en aquel colegio del demonio que la había respondido de esa forma. Y eso, muy en el fondo, le gustaba. Dado que ninguna de las dos dio indicios de querer romper el silencio que vino a continuación, ambas pudieron percibir perfectamente el lejano sonido del altavoz dando el parte meteorológico diario. Aquella era la... tercera vez consecutiva que ponían la emisora en tan solo una semana, y desde aquella diminuta estancia, por desgracia, se oía perfectamente todas las noticias que a Sinon le resultaban indiferentes. Indiferentes y molestas, porque aquella voz repetitiva acababa con su silencio. Sin embargo esta vez le fue inevitable prestar atención a una noticia que parecía ser de última hora. Al parecer, según había alcanzado a oír, un sujeto no identificado podría estar vagando por la ciudad luego de haber escapado de una suerte de laboratorio. Todo narrado como si de una película de suspense se tratase, faltaría más. Alzó una ceja, incrédula. Aquella era la noticia más original que había oído en mucho tiempo. —Será divertido ver cuánta gente acaba creyéndose esa estupidez... —murmuró, más para ella misma que para nadie en concreto. Por alguna razón en particular, sintió una sensación extraña hacerle dudar de sus propias palabras. ¿Por qué todo esto, en el fondo, se sentía tan familiar?
Ignatious Weigel Se disponía a alcanzar la botella de su bebida a Knox cuando el sonido de los altoparlantes hizo que detuviera cualquier principio de movimiento. En un principio Ignatious prestó atención a lo que el Director tenía para decirles, para que no se le escapara ningún detalle de los acontecimientos del colegio. Pero cuando advirtió que no se trataba más que de la transmisión de la radio local, decidió volver a centrarse en su compañero y tender, por fin su botella hacia él. —No lo bebas de golpe —le advirtió con su sonrisa misteriosa. La voz de los altoparlantes continuó transmitiendo la noticia del día y, ésta vez, Ignatious no pudo quedarse indiferente ante las palabras pronunciadas por el locutor de la radio. Su sonrisa se esfumó ligeramente y alzó la cabeza, mirando fijo hacia los altavoces… La noticia, si bien resultaba interesante, no le agradó en lo absoluto. Instalaciones secretas, experimentos con humanos y la posterior fuga de aquellos sujetos, por no mencionar el detalle del aroma que de aquel lugar provenía… —Vaya —dijo, apoyándose contra la pared cruzado de brazos—. Suena a una de esas películas con científicos locos… ¿Creen que sea verdad o que el noticiero nuevamente está exagerando? —preguntó, volteándose en dirección a sus compañeros
Sakuya La noticia de última hora había sido cuanto menos, interesante a sus ojos —Suena a una de esas películas con científicos locos… ¿Creen que sea verdad o que el noticiero nuevamente está exagerando? Al hablar Weigel, Izayoi volteó su mirada al bartender —No lo creo, Weigel-kun —se limitó a decir algo corto, volvía a hablar después del tropezón con Sinon, pero al menos, no iba a callar su idea— Si fuera falso o algún truco elaborado, ¿No se darían cuenta ya? Y una vez más, su voz la puso nerviosa, ¿Que pensarían ahora sus compañeros que por fin la escuchaban vociferar, que alguien con una apariencia fría y carente de sentimiento podría tener una voz cuando menos, muy adorable?
Contenido oculto Me hice bolas un poco ;-; si se me pasa algo pido clemencia plox (? Law Allerbon Solamente asintió y vio como su compañero se dirigía a dirección por el pasillo. Aprovechando el momento estuvo a punto de sacar una vez mas su libro y disponerse a leer, pero se vio nuevamente interrumpido por un carismático chico pelirrojo que se había sentado minutos antes en la banca. Correspondió al saludo amablemente y termino de sacar su libro para volver a recargarse. También noto la presencia de otro de sus compañeros, no lo reconocía a simple vista, pero al parecer era de un grado menor a él. Observo de reojo como empezaban una conversación a su alrededor, no les presto mucho la atención y continuo su lectura. Cuando al momento, un inusual anuncio llamo su atención. Alzo la vista a los altavoces con una mueca confusa en su rostro y se propuso escuchar atentamente: "[...] Y con esto damos por concluido el parte meteorológico de la semana. En otras noticias, se revela el descubrimiento de unas instalaciones ocultas a las afueras de la ciudad. Unos vecinos de la localidad llamaron a la policía, quejándose de un putrefacto olor que emanaba del lugar. Los agentes afirman que en el interior de las instalaciones podrían haber estado llevando a cabo experimentos de tortura ilegales, aún no se sabe con exactitud nada sobre su origen. El recinto estaba completamente vacío cuando llegaron, mas las luces y la calefacción aún estabas encendidas. Cabe la posibilidad de que la supuesta víctima de las torturas haya escapado de allí." "Suena a una de esas películas con científicos locos… ¿Creen que sea verdad o que el noticiero nuevamente está exagerando? —Escuchó hablar al castaño respecto al anuncio. Iba a comentar algo, pero una chica se le adelanto. "No lo creo, Weigel-kun. Si fuera falso o algún truco elaborado, ¿No se darían cuenta ya?" —Concuerdo con la chica—Ignoró por completo el nerviosismo que mostró después de aquello— Los alumnos de la escuela tienden a parar mucho la oreja cuando les conviene, ya se habrían enterado que es una mala broma. Ademas, ¿no creen que es algo muy elaborado solo para una broma? No se entero de cuando se habían reunido aquel grupo de alumnos a su alrededor, pero cuando lo hizo dio un pequeño respingue a sus adentros. Ahora solo esperaba lo que los demás tuvieran que decir sobre el reporte.
Joseph Frost Saludó a todos los presentes con una sonrisa; pero a pesar de su sonrisa se sentía extraño entre sus compañeros, ya que no había pasado más de cinco minutos con cada uno y eso era decir mucho. Se generó un silencio incómodo hasta que los altavoces dieron una rara noticia, pero Joseph no escuchaba, él estaba atento a la sección de deportes que venía a continuación. Golpeó su palma con el puño izquierdo, frustrado. —Maldita sea, otra vez perdieron los Mets... —suspiró frustrado y de pronto esas ganas de estudiar se esfumaron como si de un plumazo se tratara. Se encogió de hombros, sintiendo unas extrañas ganas de ir a batear con el equipo. Pensó una excusa para irse, pero no se le ocurrió ninguna. —¿Oyeron de la fiesta de este fin de semana? —preguntó sin estar al tanto de la noticia extraña de las torturas; todo aquello que le aburría escapaba a su entendimiento. —De seguro va a estar super.
Ruby Pero la única respuesta que obtuvo Ruby fue el silencio. Quizá no estaban en el mismo curso o puede que la chica fuese demasiado tímida. Pero, siendo tan tímida... ¿por qué se había acercado a preguntarle por su estado? ¿Le habría pasado algo en tan breve periodo de tiempo? Intrigada, Ruby acercó su mano al rostro de Rena y la agitó por delante de sus ojos. Esperaba captar su atención de aquella forma. —¿Ho~la?— preguntó, y sonó casi divertida—. Tierra llamando a chica. ¿Estás ahí? Dejó escapar una tierna risita. Lo cierto era que le divertía la situación... quizás hasta le resultase tierna a su modo de ver. En eso estaba, tratando de devolverla a la realidad, cuando los altavoces comunicaron una misiva grotesca. El timbre acababa de sonar, de modo que ya no habría manera de llegar a la primera hora de clase. La buena noticia es que con el descanso quizás pudiera recuperarse. O no. ''Y con esto damos por concluido el parte meteorológico de la semana.— decía el comunicado. La joven Ross no solía prestar demasiada atención a estas cosas... al menos no hasta que el siguiente mensaje se hizo oír—'' En otras noticias, se revela el descubrimiento de unas instalaciones ocultas a las afueras de la ciudad. Unos vecinos de la localidad llamaron a la policía, quejándose de un putrefacto olor que emanaba del lugar. Los agentes afirman que en el interior de las instalaciones podrían haber estado llevando a cabo experimentos de tortura ilegales, aún no se sabe con exactitud nada sobre su origen. El recinto estaba completamente vacío cuando llegaron, mas las luces y la calefacción aún estaban encendidas. Cabe la posibilidad de que la supuesta víctima de las torturas haya escapado de allí." Ruby sintió que su corazón se congelaba ante el shock de la noticia. Su cuerpo palideció. ¿Experimentos de torturas ilegales? No había manera de que algo así fuera posible, ¿verdad? La suya era una ciudad en la que nunca pasaba nada intersante. Donde la rutina se imponía con mano de acero, tiránica, y convertía tu vida en una prisión aburrida donde los días se sucedecían sin novedades. Pero algo así... Llevó inconscientemente su mano a sus hombros y apretó las asas de su mochilla. Su rostro, usualmente sonriente y jovial, se veía ahora palidecido, con los ojos muy abiertos y una expresión de preocupación inusual. Ruby no era esa clase de personas que se preocupaban. —Eso suena horrible...— musitó, trémula—. ¿Crees que sea verdad?
Knox. Alargó la mano para agarrar la botella que Ignatious le ofrecía, agradeciéndole con una corta sonrisa que pronto desapareció de sus labios a medida que la noticia avanzaba. Knox tenía un excelente instinto de supervivencia, y éste había comenzado a pulsar en su interior. Algo le decía que iba a empezar algo oscuro, no se molestó en conseguir un vaso sino que se empinó la botella en los labios y tomó un largo sorbo, sintiendo el tirón de su cabeza como consecuencia, pero lo ignoró. Todos estaban más conscientes de todos, excepto el beisbolista por supuesto, que estaba en su propio mundo. —En esas "exageraciones" siempre hay un poco de verdad —repuso en respuesta a Ignatious y a Ruby—, y de las palabras escapar, torturas y experimentos, no creo que salga algo muy bueno. Así que una mejor pregunta es, ¿cuánto durará en salpicarnos esto? Bebió otro trago, arrugando la cara por el sabor del líquido deslizándose por su garganta forzadamente. Se rió mientras sus ojos se aguaban, devolviéndole la botella a su dueño. —Suficiente para mí por hoy. No quiero estar borracho si me topo con un criminal —bromeó.
Anna White Al final, sólo quedó el silencio de ambas mientras observábamos el pequeño paisaje, yo no encontraba algo muy significativo en este... no era como si no me agradaba del todo esta vista, tan solo era un simple patio y aunque tuviera ese amanecer no era algo que me llamaba la atención. Si en cambio hubiera sido alguna clase de paisaje no me hubiera molestado en lo absoluto quedarme en esa ventana. Por suerte para nosotras, los altavoces comunicaron un aviso algo urgente, al parecer las cosas no estaban yendo del todo bien pero.. que hubieran torturado a un hombre en un laboratorio sonaba... bastante serio. — No esta mal creer un poco en los avisos que dan por esa cosa.. algunas veces son verdad — murmuré mientras me alejaba de la ventana, ¿cuanto tiempo habria pasado desde que llegué? ¿ya sería tiempo de ir a clase?
Sakuya Izayoi esperaba respuesta alguna de sus compañeros de clase, pero al parecer no hubo ninguna por el momento. Habían pasado unas horas desde el anuncio del descubrimiento del laboratorio, por lo que era casi medio día, pero otra vez, hubo otra transmisión de radio, está vez venía del Consejo Estudiantil. "Aviso del Consejo Estudiantil: Se ha reportado que hay un hombre de veintitantos años merodeando los alrededores de las instalaciones escolares, según los reportes de los vecinos, manifiesta cambios de humor erráticos, es muy violento y tiene marcas correspondiente a abuso físico así como ropa vieja sucia y rota, debido a que recientemente se ha descubierto un laboratorio clandestino donde se practicaban experimentos científicos y tortura física, un grupo de reporteros está haciendo una investigación al hombre debido a que nunca se le ha visto por la zona y se rumora que es el supuesto conejillo de indias de los experimentos, se le recomienda precaución a los estudiantes que vivan fuera de las instalaciones y eviten contacto con el hombre si lo ven cerca, debido a esto el director ha anunciado una suspensión de clases hasta nuevo aviso, atentamente, la presidenta del Consejo" Eso fue suficiente para ponerla nerviosa, el único sentimiento que demostraba últimamente. —T-Tengo miedo... —y junto a los nervios, empezó a sentirse intimidada y con miedo—
Law Allerbon A horas del reporte, el joven Allerbon se encontraba una vez mas divagando en las instalaciones con libro en mano. Y, aunque no lo pareciera, no se podía concentrar en su lectura gracias a aquel anuncio que daba vueltas una y otra vez en su cabeza. Torturas ilegales, laboratorio clandestino y una victima de estos suelto entre las calles de la ciudad. ¿Podría aquello mejorar? De la nada, los altavoces se hicieron escuchar una vez más. Al parecer, su pregunta fue claramente respondida en segundos: "Aviso del Consejo Estudiantil: Se ha reportado que hay un hombre de veintitantos años merodeando los alrededores de las instalaciones escolares, según los reportes de los vecinos, manifiesta cambios de humor erráticos, es muy violento y tiene marcas correspondiente a abuso físico así como ropa vieja sucia y rota, debido a que recientemente se ha descubierto un laboratorio clandestino donde se practicaban experimentos científicos y tortura física, un grupo de reporteros está haciendo una investigación al hombre debido a que nunca se le ha visto por la zona y se rumora que es el supuesto conejillo de indias de los experimentos, se le recomienda precaución a los estudiantes que vivan fuera de las instalaciones y eviten contacto con el hombre si lo ven cerca, debido a esto el director ha anunciado una suspensión de clases hasta nuevo aviso, atentamente, la presidenta del Consejo" Un escalofrio recorrio su espalda. ¿Es enserio? ¿Ahora es supuesto "conejillo de indias" rondaba a los alrededores? Genial, ahora debia cerrar las puertas y ventanas de su departamento con madera y clavos. Suspiro, deseando haberse devuelto con su padre a Alemania... —Supongo que es el karma, ¿no?—pensó, dirijiendose a la salida de la escuela, ya que al parecer, no tenia nada nas que hacer ahí.
Contenido oculto Esto del cambio de hora me desconcierta un poco hasta a mí xD Sinon Asada Pero antes de que Law pudiese siquiera intentar abrir la puerta de salida que comunicaba con el exterior del edificio, sintió como alguien se interponía en su camino y, de un manotazo, cerró la puerta, alargando su brazo con fuerza e impidiéndole dar un solo paso más. La joven peliazul le miró con dureza en su expresión, recriminándole con la mirada lo que había estado a punto de hacer. Al parecer, había llegado justo a tiempo para detenerle antes de que cometiese lo que ella consideraba una locura. —No des un solo paso más. ¿Qué crees que estás haciendo? —inquirió, con la respiración entrecortada debido a la carrera que estuvo obligada a hacer para detenerle a tiempo—. ¿Acaso planeas salir aun cuando la posibilidad de encontrarte con ese hombre sea tan alta? Las horas habían pasado más rápido de lo usual desde que el primer anuncio llegó a oídos de todos, y cuando quisieron darse cuenta, el segundo informativo volvió a sembrar en la escuela el terror y la duda. Si bien al principio había respondido algo reacia a todo aquel asunto del hombre torturado, el detalle de que este tipo pudiese rondar los alrededores de la escuela, sumado al hecho del mal presentimiento que la asolaba... le daba a entender que no debía quedarse indiferente. Al menos, no esta vez. Fue entonces cuando la idea de que los estudiantes quisiesen abandonar el edificio luego del anuncio de la suspensión de clases encaminó sus pasos hacia la salida, justo a tiempo para pillar al joven estudiante a punto de abandonar la estancia. Sabía que la mayoría de ellos se replantearían el hecho de aguardar hasta tener más noticias de lo que estaba ocurriendo, pero ese chico... —Si después de pensar lo que has estado a punto de hacer sigues queriendo irte a casa, adelante, no voy a detenerte —y, sin apartar la mirada del sorprendido chico, se hizo a un lado, cruzándose de brazos junto al marco de la puerta—. Luego no me digas que no te he avisado. Por su mente pasó la fugaz pregunta de si aquella chica rubia de antes habría sido tan insensata como para abandonar la escuela en aquel mismo instante.
Law Allerbon "No des un solo paso más. ¿Qué crees que estás haciendo?—Una chica de ruda expresion le cerro la puerta en sus naricez de un golpe, haciendolo dar un paso atras y dejarlo con una expresion ligeramente soprendida—¿Acaso planeas salir aun cuando la posibilidad de encontrarte con ese hombre sea tan alta?" Chasqueo la lengua y giro su vista a los adentros del instituto, buscando si otro estudiante se dirigia tambien a la salida como él. No mentiria de que aquella pregunta no aparecio en su mente, sin embargo, la idea de quedarse en el edificio tampoco le agradaba del todo. No sabia el porque, simplemente no le agradaba. Dirijio su vista a la menor en cuanto volvio a pronunciar palabra, esta vez, al parecer se quitaria de la puerta. —Gracias por tu "preocupacion", pero si te soy sincero, algo en esto me mosquea un poco. Si fuera tu, me alejaria lo mas posible de la zona—La miro sin mostrar expresion alguna decidido a irse esta vez, abrio la puerta de salida y atraveso esta, sin dejar de sentir la mirada de la joven en ningun momento—...Tsk A tan solo tres pasos de la salida y apunto de cerrar la puerta, Law dio media vuelta y entro de nuevo al establecimiento, dando un notable portazo detras de él. —No admito que tengas razon, que quede claro—Caminó sin rumbo fijo a los adentros de la escuela, mirando por encima del hombro a la chica que seguia recargada en el marco del porton. Su cabeza estaba que daba vueltas, extrañamente y por primera vez, no sabia que hacer. ¿Qué estaba pasando?
Anna White Esto era absolutamente genial. Bastante genial. Me había esforzado para venir a clases con la intención de tomarlas pero no, el destino se había encargado de hacerme saber que hoy no era el día en el cual debía estar dentro de esta escuela o bien, no era el momento de asistir a clases (aunque había tomado tan solo un par de clases), pero bueno... yo no hubiera podido adivinar de ninguna forma que un conejillo de indias fuera a escapar de su tortura y eso alertara a todos a tal punto que las clases se habían cancelado. Acomodé levemente mi bufanda y sali del salón de clases donde me había quedado un par de minutos más después de que los demás compañeros hubieran salido de esta por el anuncio, si no tenía clases... me dedicaría a vagar por allí, de igual forma nadie me esperaría en casa hasta más tarde. Me encaminé lentamente por los pasillos y dejé mis útiles en mi casillero para nada mas tener mi mochila conmigo, esta vez si me la llevaría conmigo. Y ahora... ¿qué rumbos debería tomar para terminar de explorar el instituto?
Joseph Frost Se quedó en silencio intentando adivinar el motivo de los nervios de la mayoría de los presentes, entre ellos sus compañeros. Había escuchado la noticia, pero muy por encima, atento a la sección de deportes que venía a continuación. Notó que Sakuya temblaba y por instinto fue a reconfortarla; le abrazó con calma. —Hey, tranquila... —y le regaló una de sus mejores sonrisas, intentando que la oriental se calme un poco. Mientras la tenía en sus brazos, escuchó y vio la conversación de Law con otra chica al parecer un grado menor. Alzó una ceja, sin comprender tanta paranoia. Soltó a Sakuya. —Podemos estudiar después; debo ir a entrenar. —le susurró y le sonrió por última vez. Caminó hacia el casillero, colocó la clave y retiró su bate de béisbol que colocó en uno de sus hombros. Caminó hasta la puerta y la abrió, mirando al resto. —Voy a entrenar; por favor digan que Frost se ausentará por la práctica... y no se preocupen, nadie que no tenga dos dedos de frente se me acercará con esto. —agitó el bate y saludó antes de cerrar la puerta detrás de si. Contenido oculto En realidad no sé si puedo salir, pero salí :P xD
Sakuya El abrazo y consuelo de Frost la tomaron por sorpresa completamente, no se esperaba eso, un enorme sonrojo se apoderó de su cara, ningún chico hasta ahora había actuado de esa manera para con ella, la mayoría simplemente se sentía intimidada por su coraza sentimental. —... —se quedó en silencio viendo como el beisbolista se iba, se había calmado un poco, pero lo que la ponía nerviosa ahora era aquel intento de consuelo— Recuperó el aliento y siguió caminando por el instituto, donde por casualidades se topó a las salidas con Sinon y Law, y al ver a la peliverde, apartó la mirada rápidamente y empezó a temblar de nuevo, estaba un poco más pálida de lo normal, como si hubiese visto a un fantasma, y si, el fantasma de ese encontronazo había calado a lo más profundo de su memoria, perdió la compostura y empezó a derramar lágrimas sin siquiera darse cuenta hasta que era demasiado tarde
Sinon Asada "No admito que tengas razon, que quede claro." Y cerró la puerta tras de sí con un sonoro portazo, dando media vuelta de nuevo hacia las instalaciones. Sinon frunció el ceño mientras observaba al chico marcharse, visiblemente mosqueado, y se preguntó si haber dejado atrás su orgullo dificultosamente e intentado hacer razonar a aquel estudiante habría valido la pena. —Tsk, ¿y así es como me lo agradece? —murmuró, apartándose de la puerta sin salir aún de su asombro. Comenzó a caminar hacia las escaleras, alejando la vista del muchacho cuando se hubo asegurado de que estaría a salvo. Por cosas como esta no entendía qué mosca le había picado para siquiera molestarse en ayudar a nadie. Definitivamente, el asunto le estaba afectando demasiado. No pasaron ni dos minutos hasta que volvió a toparse con una figura conocida, aquella extraña joven de hacía unas horas. A pesar de que a primera vista a Sinon le hubiese resultado indiferente y hubiese continuado su camino de largo, algo hizo que frenase sus pasos, y alzó la cabeza en un intento por saber qué era lo que estaba ocurriendo ahora. Una pequeña mueca de incomodidad se dibujó en sus labios al comprender que aquella chica de antes estaba llorando. Allí, frente a ella. Y aquella molesta sensación en su pecho le hacía creer que era por su culpa. Quizás, y sólo quizás, esta vez no estaba tan errada del todo. Sakuya Izayou estaba temblando, su rostro más pálido de lo normal, y Sinon pudo notar que estaba evadiendo su mirada. Y ahora... ¿q-qué demonios se suponía que debía hacer? ¡Ella no sabía cómo reaccionar ante estas cosas, maldición! ¿Por qué le tenían que ocurrir estas cosas, y peor, justo ahora? Más, cuando Izayou quiso darse cuenta, tenía sobre sus hombros la chaqueta de la joven por alguna razón que se escapaba a su comprensión. Sinon desvió la vista, avergonzada, sintiendo sus mejillas colorearse débilmente. Se aseguró en una acción disimulada que nadie la estaba viendo actuar así, y entonces, habló. —¿Pero... qué es lo que te pasa ahora, Izayoi? ¿Tanto frío tienes para temblar así, acaso? —la chica, quizás demasiado ingenua en aquel momento, no supo a qué atribuir sus lágrimas. Ladeó la vista, mordiendo su labio inferior con nerviosismo. La situación la superaba—. Vamos... deja de ponerte así. ¿Acaso crees que las lágrimas van a solucionar todo esto? Solo... mantente dentro del edificio y no te pasará nada, ¿sí?
Anna White Al final, mis pasos me habían traido a un tumulto de gente en mi intento de llegar al almacén donde se suponía que había materiales deportivos, mi intención era pedir prestado una que otra cosa para llevarme a casa y pasar un rato de caridad con mi padre si es que las cosas lo permitían. Aunque.. ahora que lo pensaba, él debería estar buscando a esa persona o a los psicópatas que estuvieron torturándolo de esa manera. Pero volviendo al pequeño tumulto de gente, la situación era algo.. extraña, la chica que antes le había dado un pañuelo nuevamente estaba llorando, solo que ahora tenía la chaqueta de la chica peliazul sobre sus hombros, ¿que habría hecho ahora para que se pudiera así de nuevo? Así que sin más, me recargué sobre una pared para observar la escena, sin duda podría ser algo interesante ver como manejaba la situación. Ya tendría tiempo para buscar el gimnasio y pedir prestado un par de cosas. Contenido oculto Post random (?
Sakuya La muestra de preocupación de la peliverde bastó para calmarla a raudales, se tranquilizó, pues el miedo a aquel individuo fue sobrepasado a la sorpresa, ¿Estaba soñando? Quería pellizcarse, a ver si la chica con la que tuvo un lío un poco fuerte hace unas horas ahora la estaba calmando, la sorpresa se coló en lugar del miedo —A-A-Asada-san —comenzó a titubear, nerviosa, no sabía cómo agradecer— Gracias... Sus mejillas empezaron a teñirse de color carmesí, dando algo de color a su pálido rostro, donde lo único que resaltaba aparte de la piel blanca eran sus ojos de azul marino brillante, que empezaron a aguarse, se sentía agradecida de tener aunque sea a alguien que se preocupara, pero al parecer, algo estaba fuera de lugar, había una transmisión de radio, pero sólo había estática por ahora...
Sinon Asada Solo cuando los sollozos de la chica parecieron calmarse poco a poco hasta casi desaparecer, Sinon pudo sentirse algo más... ¿tranquila? Sí, algo así. El hecho de montar un numerito y llamar la atención justo ahora no sonaba demasiado tentador para ella, lo que la obligó a hacer un esfuerzo casi titánico por sonar "amable" (dentro de lo que cabe, claro) y lograr calmar de alguna forma a la joven que tenía justo en frente. "A-A-Asada-san... Gracias..." —¿A-ah? —aquel suave titubeo la sacó de su ensimismamiento, y volvió a centrar su atención en la chica. Sakuya la observaba con sus orbes brillantes, aún aguados por los restos de lágrimas que quedaban en sus cuencas—. No es nada, supongo. Solo deja de llorar, no es agradable. No esperaba que aquella fuese la última vez que la viese llorar, quizás incluso ocurriese de nuevo en el día, por lo que sintió que su chaqueta estaría mejor con ella. Después de todo ella no la necesitaba tanto, ya se la devolvería más tarde. Lo que sea con tal de no volver a tener que hacer algo así. Ambas chicas parecieron enmudecer por unos instantes al sentir indicios de otra retrasmisión mediante los altavoces del colegio, pero esta vez, pareció ser difícil la comunicación. ¿Serían noticias nuevas sobre el paradero de ese hombre? ¿Lo habrían encontrado ya?