La niña del limonero. Es un día normal, el cielo parece llorar, o eso es lo que los sonidos de agua cayendo me hacen pensar. En este grandioso día de lluvia, la gran "heroína" de nuestra historia se encuentra acostada en su cama, viciada juega en su consola portátil. —¡Muérete maldito!— Grité mientras me reía de forma sádica, haciéndole una paliza a mi enemigo del videojuego contra la esquina. —De esta yo no te salvas, ya me hiciste sufrir mucho. —Ya cállate.— Dice mi hermana ya fastidiada de todo el escándalo que hacía al jugar videojuegos. Ella estaba en la computadora, tratando de ver sus series de humor. —Cállate tú.— Respondí en reflejo, tampoco me voy comer la cabeza para decirle algo, estoy demasiado ocupada en algo que podría cambiar mi vida y toda la existencia del mundo. Ella suspira resignada, al parecer soy caso perdido para ella. —Por lo menos abre las cortinas.— ¿Por qué siempre tiene que pedir eso? ¿Acaso nunca puede estar sin mantener cerradas las cortinas todo el día? No fastidies, ¿no puede ver que está lloviendo? ¡Ni sol hace!. —Nope, demasiado ocupada.— Simplemente la ignoré de forma cortante. —Por favor.— Lo siguiente que pude presenciar fue como el enemigo me lanzaba su ataque más fuerte mientras yo me lo como de lleno, matándome en el proceso. —¡Aaaaaarggghhhh, eres una verdadera molestia!— Abro las cortinas molesta. Casi derroto a ese maldito enemigo que me cuesta tanto y mi hermana no dejaba de fastidiar, la vida es tan injusta. Después de unos cuantos intentos más termino apagando la consola, si seguía así de frustrada y cansada no avanzaría en ningún lado y mi humor solo empeoraría. Aburrida sólo atino a acostarme boca arriba en la cama, mirando hacia la ventana. —Veo veo, algo de un verde muy bonito.— Pobre niña, es tan solitaria que tiene que jugar sola al "veo veo". —¡Exacto, es el limonero. Has ganado, yeeey!— Seguramente ahora mismo he de parecer retrasada, pero a quién le importa. Ahora que lo pienso, ese árbol a estado ahí desde que tengo memoria. Que buenos recuerdos. Cuando era una niña enérgica de cinco años sólo puedo recordar las millones de veces que me subí a ese limonero. Tengo que admitir que ese árbol fue una de las mejores cosas de mi infancia, más que nada porque me sentía como la maldita reina. Sentarme en las ramas llenas de hormigas y pretender que ese era mi trono real era divertido. No sé qué me atraía tanto de ese árbol, tal vez era la vista, no es que la calle sea especialmente bonita ni nada de eso, todo lo contrario, era una calle gris, sin vida o colores que la hicieran llamativa. Pero... es extraño, cuando veía todo desde arriba, con un marco de hojas acompañado al olor a limón que tenían estas, era simplemente inexplicable. No sé cuando empecé a dejar de subir, pero ahora el tiempo hizo marca, soy más grande y mucho menos atlética de lo que una vez fui, por lo que ya soy incapaz de subir a ese árbol, es un poco triste. Maldita lluvia, me estás haciendo pensar cosas nostálgicas de nuevo. Pero bueno, yo... realmente querría volver a subir para ver el mundo desde ahí arriba una vez más.
Claro que sí, hay cosas de la infancia que quedan grabadas, unas más que otras. Como aquí, en el caso de esta joven que, sin tener más qué hacer, su mente la llevó a reflexionar sobre ese querido limonero que le trajo gratos recuerdos y aunque sintió esa nostalgia porque ya no es fácil para ella subir al árbol, por un momento volvió a ser la niña que fue. Lindos recuerdos xD
Entiendo el objetivo de este relato, lo entiendo bastante bien, que es lo de hacer reflexionar al lector sobre cuanto hemos cambiado, cuanto hemos dejado atrás hemos dejado de 'vivir' para darle valor a cosas, que ni son trascendentes ni trascenderán en nuestra vida y seguramente, nos aporten más bien poco, como pueden ser los videojuegos. Cada uno tiene su propia forma de divertirse y del mismo modo debe hacer lo que quiera, pero es triste pensar en como uno cambia y pasa de querer sentirse la reina del mundo encima de un simple árbol, divagando sobre un montón de cosas, a simplemente, encapricharse por un videojuego. Eso te hace pensar, claro. Creo que has transmitido lo que querías transmitir, pero en mi opinión le faltó fuerza a tu relato, creo que lo has desenvuelto muy rápido y te has parado demasiado en la 'introducción' y demasiado poco en lo que querías reflexionar y en lo que lleva la carga, ya que es sobre lo que trata el título. Sobre 'la niña del limonero', quizás haber hablado sobre ella, haber hecho notar cuanto la extraña la protagonista, hubiese sido un acierto. Quizás. Te voy a señalar algunos fallitos que tienes, repasa con atención para que estos puedan eliminarse: "Este", sin tilde. "Grité", con tilde. "Haciéndole". "Hacía", con tilde. Sería "enérgica", energéticas son las bebidas. Sería "cinco" con letra. Sería de "mi infancia", ya que está hablando de sí misma. Cuidado con los cambios de persona. Y nada más que añadir. Espero que sigas escribiendo y poder leer más cosas tuyas. ¡Un saludo! :)