One-shot de Pokémon - Hacia tu corazón

Capitulo 1: Un sueño.

Después de haber conseguido las ocho medallas... yo, Ash Ketchum... me había registrado para participar en la liga de Sinnoh, tras haberme inscrito... fui informado de que el torneo comenzaría dentro de tres meses, de hecho... era tanto el tiempo que tenia que esperar, que pensé en volver a Kanto, solo por el primer mes a visitar a mi mamá.

Mantendiendo la misma idea, hablé con mis compañeros de viaje; Brock y Dawn, los cuáles no tuvieron ninguna objeción, ya que estos también aprovecharon el tiempo para volver con sus familias.

En Sinnoh... Brock y yo nos separamos de Dawn, pero luego en Kanto... Brock y yo nos despedimos y tomamos caminos diferentes, luego de un rato mas de caminar... finalmente llegué a mi hogar, entré a mi casa... y mi madre me recibió alegre y sorprendida por mi retorno tan sorpresivo.

En esa misma noche, estaba yo acostado en mi cama, mal había cerrado mis ojos para dormir, cuando de repente... los volví a abrir, ya no me encontraba en mi habitación, sino mas bien en un lugar que parecía algo así como... el cielo.

—¿En donde estoy?— Me preguntaba estando confuso pues no tenia idea de como fui a parar en ese lugar.

El suelo de dicho lugar en el que estaba parado era una nube, o al menos esa es la descripción mas clara que puedo dar, aparte... al mirar hacia arriba, el cielo estaba despejado, y se veía como en nuestro planeta Tierra... sencillamente azúl.

Tras haberme hecho la pregunta, de en donde me ubicaba en ese momento, una voz de la nada comenzó a hablarme.

—Bienvenido Ash— Fue lo primero que escuché de ese ser al cual no veía, solo oía su voz.

—Gracias pero, ¿quien es usted, y por que estoy aquí?— Comencé con las preguntas poniéndome algo nervioso.

—No temas, mi nombre es Arceus, el Dios y creador del mundo Pokémon y si estás aquí es porque te necesito para una misión—

—¿Una misión?— le pregunté con curiosidad.

—Así es, pero necesito saber si cooperarás conmigo—

—Pero, si usted dice ser un Dios, ¿por qué necesita de mi ayuda?— Continué con las preguntas.

—Te lo explicaré con detalles, tres malos espíritus de un universo alterno han irrumpido este mundo, yo me iba a encargar de ellos pero, por desgracia... tomaron refugio en las personas, para ser mas especifico... cada espíritu se sitúa en el corazón de tus amigas a las cuales tu las conoces como: Misty, May, y Dawn—

Me sorprendió muchísimo descubrir que tal hecho había sucedido, pero en el momento... solo continué a seguir escuchando el resto de lo que tenía yo que saber.

—Como ellos no pertenecen a este universo, desconozco el por qué están aquí, y para evitar cualquier mal que puedan causar... yo los destruiré, pero aún no puedo, aparte... de seguro querrás saber como liberar a tus amigas— Dijo Arcéus.

—Sí, dígame ¿como puedo hacer eso?— Fueron mis palabras acompañadas de preocupación hacia mis amigas.

—En pocas palabras, solo debes tomar un lugar en sus corazones entonces esos espíritus se verán obligadas a salir, y la mejor manera para que tengas ese lugar... es hacer que se enamoren de tí, esa es la única manera—

Me tenía mas que sorprendido todo lo dicho por Arceus.

—Pero, yo no lo entiendo, osea... yo no sé nada acerca del amor, ¿por que justamente tengo que ser yo al que usted quiera encomendar este trabajo?—

—Tengo entendido, que tu eres el amigo mas cercano a ellas, por lo tanto... eres el indicado para realizar esa tarea— Continuó a explicar.

—Pero yo...— Iba a hablar hasta que fui interrumpido.

—No te preocupes por tu inexperiencia en el amor, con mis poderes te brindaré el conocimiento suficiente sobre ese tema—

—Esta bien pero, ¿que sucederá luego de que las libere, seguiré yo en sus corazones?—

—No, cuando termines de liberar a “una” de ese mal, los recuerdos de tu conquista, que están en ella desaparecerán, así lo haré yo, eso es para que luego no tengas problemas con cada una de ellas en el tema de amistad, luego... así las liberes del mal, yo me encargaré del invasor—

—Esta bien, si es por el bien de ellas... pues acepto— Dije sonriendo y confiado.

—Un ultimo detalle, cuando te encuentres con tus amigas, serás el único que podrás sentir por unos segundos una aura maligna sobre ellas, así confirmarás por ti mismo, que nuestro encuentro de ahora no es un simple sueño, y no tengas dudas en seguir adelante—

—Si, entiendo, pero dígame... ¿como vuelvo ahora a mi mundo?—

—Solo vuelve a cerrar tus ojos por tan solo Diez segundos, ahora ya lo sabes Ash, te deseo mucha suerte—

En ese instante, probé cerrar mis ojos y de repente... de un momento a otro los volví a abrir, estaba mas que claro para mí, había regresado.

Recordaba claramente cada detalle del cual platiqué con Arceus, el tan solo pensar en que debía conquistar a mis compañeras de viaje, me hacían dar un paso atrás para no cumplir con lo que me encomendó el mismo Dios de los Pokémon, ¿será...miedo? de seguro debe ser normal tener algo de temor, ya que nunca había estado en una relación.

¿Y si todo no pasó de un sueño? Esta pregunta me la hice, pero también recordé que fui informado que sentiría en ellas un aura maligna por tan solo algunos segundos, al fin de cuentas... no me atreví a ignorar ese sueño, y entonces... decidí verificarlo por mi mismo si era cierto.

De momento, bajé a desayunar lo que me había preparado mi madre, al terminar de comer... me cepillé los dientes, le avisé que iba a salir, y dejando a mi Pikachu en casa... me puse en marcha, a cumplir con mi encargue.

Continuará...

 

Capitulo 2: Misty.

Luego de recibir una petición de parte de Arceus... la de liberar a mis amigas ocupando un lugar en sus corazones, me encaminé hacia la primera.

Iba caminando por un bosque... el cual tenía que atravesar antes de llegar a ciudad Celeste, entre tanto... no pude evitar ponerme nervioso, no sabía con exactitud que debía hacer con el tema de la conquista, a pesar de que Arceus dijo que me daría los conocimientos necesarios para este trabajo, no sentía cambio alguno en mí, pero de momento... solo me limité a confiar en él.

Finalmente salí de dicha floresta sin ninguna dificultad, para entonces entrar en la ciudad, supuse que lo mas obvio sería encontrarla en el gimnasio, entonces fui hasta ahí, con un simple plan en mente, debido a mi inexperiencia... actuaría como el Ash que soy, el resto... depende de él.

Al llegar a ese lugar, ingresé en el.

—Hola, ¿hay alguien?— Fue lo que dije en voz alta, para así ella hacer su aparición.

—Ah, hola Ash, hacía mucho tiempo que no te veía— Dijo Misty acercándose a mi.

—Si, es verdad, y... ¿como te va con el gimnasio?— Le pregunté.

—Bien, aunque el día de hoy aun no ha venido nadie a retarme, pero dime... ¿a que se debe tu visita?—

—Yo solo... pasaba por aquí, a saludarte— Fue la única respuesta que se me ocurrió en el momento.

En ese instante, algo me inquietó de golpe, fue... como una rara sensación, de la nada... los ojos de Misty se hicieron de color oscuro, realmente sentí algo siniestro en ella, pero... enseguida regresó a la normalidad, todo lo sucedido encajaba con lo que me dijo Arceus.

—¿Te pasa algo Ash?— Era su duda, ya que al percatarme de lo recién descrito sobre ella... me había puesto serio.

—¿Eh? No, no es nada, solo recordé algo sin importancia, pero... no se si tenes tiempo, pues... podríamos salir a dar un paseo por la ciudad ¿que te parece?— Rápidamente cambié mi expresión de seriedad a una mas alegre.

—Em, si... si tengo tiempo, déjame que le avise a una de mis hermanas que se hagan cargo del gimnasio por algunas horas, por si alguien viene— Al parecer ella no le vio mucha importancia a mi repentino cambio de humor, ya que no insistió en seguir preguntando, pero... así era mejor, al menos en este momento para mi.

Esperé del lado de afuera del gimnasio a que Misty saliera, unos pocos minuto se pasaron hasta que ella finalmente salió.

—Ya esta todo listo, podemos irnos— Dijo Misty sonriendo.

De momento solo nos dedicamos a caminar, mientras eso... le platicaba de como era la región de Sinnoh por la cual había viajado, y algunas aventuras que tuve en ese lugar, también le hablé de mi nueva compañera de viaje, Dawn.

Tras caminar un buen rato, nos sentamos en el banco de una plaza... uno al lado del otro, los temas de conversación siguieron siendo sobre mis ya vividas aventuras en su ausencia, ya que ella... no parecía tener mucho tema del cual hablarme, mientras tanto, en mi mente, no se me ocurría el como dar inicio por así decirlo... a la conquista.

—Sabes Ash, aveces hecho de menos nuestras aventuras— Confesaba Misty con nostalgia.

—Te entiendo, aveces me pasa lo mismo—

—¿Ah sí? y... em, ¿que es lo que mas extrañas de nuestra época?— Era su duda.

Antes de poder contestar... una voz sonó en mi cabeza, fuerte y claro me decía: Dile que a ella.

Definitivamente no era capaz de hablarle algo así, fuera cierto o no, pero aun así hice el intento, no por mí, sino por ella.

—Tu... tu... osea— Intenté decirle pero lo único que logré era susurrarle eso con la mirada al suelo.

—No te escucho, ¿estás bien?— Me preguntó.

Imposible, no era capas de decirle lo que en mi cabeza escuchaba, pero una vez más la misma voz me volvió a hablar: Tranquilo Ash, solo recuerda que es por su propio bien, inténtalo una vez más.

A pesar de que nunca he sentido algo por mis amigas, cada una de ellas eran valiosas para mí, el permitir que algo les pasara por mi cobardía... de seguro era lo que mas lamentaría, todo esto lo tuve bien claro, así que sin mas ni menos... lo intenté una vez más.

—Lo.. lo que mas extraño es...— Conseguí hablar un poco mas alto pero aun con la mirada al piso.

—¿Si, que es Ash?— Preguntó Misty con curiosidad.

Respiré hondo, y de un momento a otro la miré a la cara... para así finalmente poder decirle.

—Creo... osea, que tu eras eso Misty— A pesar de que me expresé de una forma un poco torpe por mis nervios, vi su cara... que en tan solo unos segundos se había puesto algo roja, por así decirlo: Sonrojada. Entonces dí por concluido que ella me entendió perfectamente.

—Vaya, yo... no se que decir— Habló mientras desviaba su mirada hacia abajo.

Ahora la situación se volvía muy incomoda para mí, no supe como continuar, pero por suerte... ella añadió algo más al tema.

—Dicen que las verdaderas amistades siempre son las más duraderas, creo que tuvimos suerte de conocernos— Aun continuaba pero ya levemente sonrojada.

—Sí, puede ser eso— Añadí sonriendo y rascándome la nuca suavemente.

El silencio surgió entre nosotros, pues tampoco había gente por cerca, pero... por tercera vez volví a escuchar a esa voz que una vez mas me traía el siguiente consejo: Muy bien Ash, ahora termina con esto, bésala.

Si me fue muy difícil conseguir hablarle lo primero, ¿que posibilidades habría de que pudiera cumplir con lo último? De seguro ninguna, sin embargo la voz continuó a decirme: no creas que no puedes hacerlo, es fácil renunciar a lo que es complicado, pero recuerda, que la palabra “difícil”... no es mas que una excusa para no intentar lo posible.

A continuación, sentí como que esas palabras encendieron mis ánimos y me abrieron los ojos a la verdad, estaba marcando como “imposible” a algo que solo era un grado más de dificultoso que lo anterior, ya finalmente decidido... lo intenté.

—Hay algo que quiero que sepas— Dije sonrojandome un poco pero mirándola.

—Pues... dímelo, si quieres— Contestó también mirándome.

Solo un beso era todo lo que necesitaba según lo que sabía, entonces... me arriesgué, lo aposté todo con esa creencia.

Antes de que eso pasara, traté de no pensar más, sino de actuar, con mis ojos abiertos... acerqué mi rostro al suyo, dándole a entender que realmente iba a hacerlo, iba... a besarla, pero para mi sorpresa, ella no se esquivó, ni lo evitó, al final... solo lo recibió.

No duró creo yo... mas de 5 segundos esa acción y cortamos con eso, yo me sentí algo extraño por lo que pasaba, pero no la necesidad de volver a hacerlo, aunque, lo que si me tomó por sorpresa, fue que tras eso... ella fue la que esta vez lo hizo, sin decir ni una sola palabra... me besó cerrando sus ojos y envolviéndome en sus brazos.

Durante el ultimo beso que nos dimos, tenía mis ojos abiertos, entonces claramente vi que se hizo visible en ella un aura oscura, pero en ese mismo instante, una fuerte luz del cielo nos enfocó a ambos, esa aura que mis ojos presenciaban se disipó, y así dí por concluido... la primera parte de mi misión.

Cortando con el beso, ella dejó de abrazarme, pero sin abrir sus ojos, con una mano se tomó de la frente de su cabeza, ahora... finalmente los abrió, abrió sus de forma lenta, como si recién se estuviera despertando.

—¿Estás bien Misty?— Me preocupé por mi amiga.

—Sí, eso creo, pero... ¿que sucedió? siento como si recién hubiera despertado, lo ultimo que recuerdo... fue que nos sentamos aquí a conversar—

Gracias a Arceus... su mente había sido liberada del recuerdo de este ultimo acontecimiento, tal cual como el lo había dicho, y a la vez... le fui grato por ayudarme, ya que esa voz que escuchaba en mi interior era él, esa fue mi única conclusión.

—Quizá... te aburrí con mis historias— Dije esto soltando una pequeña risa.

—Pero, que raro, nunca me había pasado esto, debe ser el estrés de atender el gimnasio— Fue lo que ella supuso.

—Es posible, pero... ¿que te parece si continuamos en otro momento con nuestra conversación? es que... tengo que regresar a Pueblo Paleta, pero antes... te acompaño de regreso si quieres—

—Bueno, no recuerdo si tenía algo que contar, pero si lo llego a recordar... será para la próxima vez que nos veamos—

Al fin de cuentas acompañé a Misty hasta su gimnasio, desde ahí me despedí de ella, con un simple apretón de manos, como buenos amigos.

Regresando a mi pueblo, crucé una vez más por el mismo bosque por el cual tuve que pasar para llegar a ciudad Celeste... hasta que finalmente llegué a mi hogar, satisfecho por haber cumplido con mi primer encargue, ahora... a pesar de haber cumplido con Misty, aun me faltaban dos más, y la próxima... era May.

Continuará...

 

Capitulo 3: Dudas y aclaraciones.

En el día de hoy... después de ayudar a mi amiga Misty, me encontraba en mi cama acostado, pues el día ya había transcurrido y la noche era el presente del momento.

Mientras tanto... yo aun no me había dormido, pero en mi mente mantenía una cierta preocupación, y eso... se basaba en lo que dijo Arceus, que lo que yo tenía que hacer... era por el bien de ella, esas fueron sus palabras, cosa que me daba a pensar en las consecuencias del no poder cumplir con mi cometido, aunque para mí... esa secuela aun seguían siendo un misterio.

Finalmente me dormir, pero una vez más fui a parar en el mismo lugar en donde hablé por primera vez con Arceus.

—He vuelto a este lugar— Hablaba conmigo mismo.

—Así es Ash— Dijo la voz del ser al cual no lo veía en el momento, solo oía como al principio.

—Estuve pensando mucho y... tengo algunas preguntas que quizás usted me pueda responder— Le dije con la intención de saciar las curiosidades que me preocupaban.

—Adelante, pregunta lo que quieras saber—

—Quisiera saber mas sobre esos espíritus, el por que están aquí, y que tienen que ver ellos con mis amigas—

—Te lo contestaré de la forma mas completa posible— Dijo Arceus para así tener toda mi atención sin interrupción.

—En el mundo no solo existe este universo, sino muchos más, entre tanto cada uno de ellos tiene a su propio Dios, así como yo que soy el de éste. Dice una leyenda muy oscura... que el que sea capaz de lograr acabar con el creador... obtendrá poderes aun mayores e inimaginables, calculo yo que ellos lo intentaron y no han podido con el hacedor del lugar de su origen—

—Aunque esa leyenda fuera cierta, ¿es físicamente posible llegar hacia usted?—

—El humano desconoce el método, pero por alguna razón... esos espíritus si sabían como hacerlo, ellos lo intentaron conmigo, y déjame decirte... que fácilmente pude haber acabado con ellos, pero en cuanto medimos fuerzas... ellos huyeron hacia las personas, así como te lo dije a ti, al corazón de tus amigas—

—Pero, ¿por que justamente al de ellas?—

—No lo se realmente, pero la casualidad fue muy grande por así decirlo—

—Ya veo, ¿pero que daños le podrían causar a ellas el hecho de que estén ellos en su interior?—

—En pocas palabras... ellas se volverían malas, eso en el caso de que el tiempo que transcurran dentro de ellas sea bastante prolongado—

—Entiendo—

—¿Tienes alguna otra pregunta?—

—No, creo que no—

—Ah por cierto, déjame decirte algo sobre tus amigas, la primera a la que conoces como Misty, ella ya tenía un cierto interés en ti desde antes que intentaras algo, es por eso que no te costó tanto en conquistarla, prácticamente lo que hiciste fue superarte a ti mismo, pero no te será tan fácil con las demás, ya que no estoy seguro de que ellas sientan algo mas que amistad, creo que eso es todo lo que tenía para contarte y... creo que ya es hora de que regreses, te deseo suerte Ash—

Mal terminó de hablarme Arceus y todo a mi alrededor se volvió negro, estaba regresando, así que cerré mis ojos como la vez pasada y de un momento a otro los volví a abrir, había despertado justo por la mañana.

En la misma mañana repetí los mismos movimientos que ayer, bajé a desayunar, me cepille los dientes, pero en esta ocasión sí opté por llevar a mi amigo Pikachu conmigo, al fin estaba listo, pero casi se me olvidaba algo muy importante... avisarle a mi madre, ya que ir y volver de Hoenn me tomaría mas de un día.

—Mamá, tengo que decirte algo— le hablé mientras la veía lavando los platos.

—¿Y que es hijo?—

—Necesito avisarte que iré a Hoenn... pero solo será por unos días, iré a visitar a mi amiga May y su familia—

—Está bien Ash, no hay ningún problema—

—Bien, entonces te veré en un par de días quizás, adiós mamá—

—Adiós hijo, que tengas un buen viaje—

—Sí gracias— Contesté al final.

Al salir de mi casa frené el paso, pues también se me había olvidado que May estaba en Johto, de seguro ir a Hoenn no era mas que perder el tiempo, así pensé yo, pero de repente... Arcéus me habló mentalmente, y en esta ocasión sus sencillas palabras fueron: ¡Ve Ash!

Para que Arceus me haya dicho que fuera, era muy probable que May ya haya regresado a su casa, si bien había algún motivo de su regreso... aun no lo sabía, entonces sin mas ni menos me fui en dirección a Hoenn, o para ser mas especifico... a Petalburgo.

Continuará...

 

Capitulo 4: May (Parte 1)

Anteriormente Arceus me había aclarado algunas dudas que me tenía pensativo y algo preocupado, pero ahora.... iba yo en dirección a Hoenn, disfrutando del silencio y la tranquilidad que de momento ofrecía mi camerino.

Luego de muchas horas logré llegar a mi destino, descendí del barco y fui en dirección a su casa.

Al fin había llegado, frené el paso justo en frente a su casa y en ese mismo instante comencé a ponerme nervioso, anteriormente había visitado este hogar unas dos veces, pero en la época era diferente, mis motivos eran otros, sin embargo el de ahora era distinto, a pesar de eso, afortunadamente en mi mente se escucha la voz de Arceus, la cual me decía... que no tema que el esta conmigo.

Yo ya sabía desde antes que podía confiar en el, pero en cuanto me llegaba el momento, sentía como que mi fe en esa deidad se debilitaba, pero por suerte sus palabras a mi mente siempre llegaba justo a tiempo, algo que sencillamente me hacía sentir mejor, luego... tras dejar a un lado los nervios finalmente di inicio a todo, golpeé la puerta.

Nadie la abrió, ¿habrán salido todos? eso supuse, pero enseguida escuché una voz conocida.

—Buenas tardes Ash— Decía la persona que estaba a mis espaldas, entonces me di vuelta y la vi.

—Hola May, ha pasado un tiempo ¿no?— La saludé, pues ella llevaba su pañoleta verde y una chaqueta naranja sin mangas.

—Si, es verdad, por cierto... que raro verte por aquí—

—Ah si, es que estoy tomando un descanso antes de volver a empezar a entrenar para la liga, desde entonces regresè a mi casa, pero como tenia tiempo de sobra, pensé en visitarlos—

—Ya veo, por cierto, mis papas no están, pero no creo que tarden en llegar, mejor vallamos entrando a la casa—

—Si, esta bien— Tras decir esto precenciè en ella algo que solo yo podía ver, la misma aura de la cual Arceus hablò que cada una tendría, a pesar de eso tratè de no mostrarme sorprendido, ya que eso durò algunos segundos.

Luego de eso ambos ingresamos a su residencia, ya adentro nos sentamos cada uno en un sofà, estábamos de frente.

—Oye May, ¿te puedo hacer una pregunta?—

—Si, claro—

—¿No se supone que deberías estar en Johto?—

—Lo se, pero al igual que tù me estoy tomando un descanso—

—Ah, ya veo—

—Sabes, regresè por poco tiempo a Hoenn, pero aun así, me sorprende que nos hayamos encontrado— Dijo May.

—Si, la casualidad fue bastante grande— Dicho esto seguí preguntando.

—Por cierto, ¿y tu hermano Max?—

—El tampoco està, también ha salido con mis padres—

En ese momento, comencè a ponerme nervioso, no por estar a solas con May claro, sino porque se me había cruzado por la mente, que Arceus podría hablarme en ese instante... para que intentara algo, con eso en mente sentí como que me estaba sonrojando levemente, pero para que esto pasara desapercibido para May, fijè mi vista hacia otro lado.

—¿Ocurre algo Ash?— Me preguntò aparentemente confusa.

—Em no, no es nada— Entonces me puse de pie. —Iré al baño, ya regreso— Dicho esto me fui a ese lugar, no sin antes escuchar un “esta bien” de su parte.

Ya estando ahí lo único que hice fue lavarme la cara con agua y secarmela, me pude tranquilizar un poco, pero al rato estaba de vuelta en la sala y me volvi a sentar en el mismo lugar de donde me levantè.

—Y... ¿que tal la región de Johto, es mas difícil que Hoenn?— Le preguntè.

—En realidad no, pues mis únicos rivales siguen siendo los mismos de Hoenn, Drew y Harley— Me contestò May.

—Con que Drew... me hubiera gustado haber luchado con el antes— Sonreía yo al decir esto.

—Pero Ash... si lo hiciste, ¿no lo recuerdas? el te venciò—

—Lo se, pero... ¿te acuerdas que Pokèmon ambos usamos?—

—Recuerdo que el usò a su Roselia, mientras que tu a Taillow—

—Exacto, pero me sorprende que no te hayas dado cuenta de algo—

—No te entiendo, ¿de que cosa deberìa darme cuenta?—

—Mientras el usaba a Roselia... su Pokèmon principal, yo tenìa de mi lado a Tayllow... un recién capturado—

—Es cierto, ¿como no me di cuenta antes? entonces supongo que era inevitable que perdieras ¿no?—

—No si yo hubiera usado a mi principal—

—Pero Pikachu es eléctrico, ¿no llevarìa desventaja contra el tipo planta?—

—Si, pero que el tenga esa ventaja no significa que me gàne, después de todo... hasta un Onix he vencido con Pikachu—

—Es cierto, habìa olvidado la historia de tu primera batalla de gimnasio, pero como Drew esta en Johto... no serà posible que peleen, pero háblame de Sinnoh, seguramente sus gimnasios son muy difíciles ¿no?—

—Si que lo son, pero sabes... incluso ahì tengo un rival llamado Paul—

—Y ese Paul, ¿es muy fuerte?—

—Te confieso... que hasta el momento no he podido con el, pero tengo la confianza de que lo vencerè en el torneo—

—Si... bien dicho, esa es la actitud—

Tras esa pequeña conversa, escuchamos y vimos como abrían la puerta del frente y la cerraban, eran los papàs de May que habìan llegado junto con Max.

—¡Pero si es Ash! que alegrìa verte de nuevo muchacho— Dijo Norman acercándose a mì junto a los demás, entonces me puse de piè.

—También me da gusto verlos— Dicho esto le estrechè la mano al papà de May para asì escuchar a Max dirigirme la palabra.

—Veo que no haz cambiado mucho— Dijo el niño refiriéndose a mi.

—¿Tu crees eso? pues tu tampoco haz cambiado me parece—

Enseguida todos nos sentamos en el sofà.

—Y... ¿que te trae por aquì Ash— Dijo Caroline, la mamà de May.

—Es que estoy tomando un descanso antes de volver a empezar a entrenar para la liga de Sinnoh, así que regresè a mi casa, pero como tenìa tiempo de sobra, pensè en venìr a visitarlos— Le respondì a la esposa de Norman, pero enseguida este sigue con la charla.

—¿Para la liga dices? eso significa que ya tienes las ocho medallas ¿cierto?— Hablò el papà de May.

—Si, asì es—Fue mi corta respuesta.

—¿Y como son los gimnasios de esa región, son muy difíciles?— Una pregunta similar a la de May me hacìa su padre.

—Si que lo son, pero por suerte pude vencerlos—

—Yo no dirìa que fue suerte si eran difíciles y aun asì los venciste, pero... ¿podrìas hablar màs acerca del tema?— Dijo y preguntò el padre de Max.

—Claro— Dicho esto comencè a narrar cada una de mis batallas, ya que cada gimnasio tenìa su historia, y mi manera de superar a cada uno de ellos.

A parte de eso, narraba algunas aventuras que tuve en Sinnoh, pues a todos parecìan interesarles mis historias, pero también May aprovechò para añadir alguna de las suyas en Johto.

Y asì fue como la pasamos bien durante la tarde, aunque si bien antes de que anochezca Caroline le pidiò un favor a May.

—Oye hija, antes que se haga de noche, ¿puedes ir a hacer las compras para la cena? podrìas ir con Ash hablando en el camino—

—Em... si, no hay problema— Le contestò a su madre para asì mirarme. —¿Me acompañas Ash?—

—Sì, esta bien— Fue mi sencilla respuesta para asì ella recibir de su mamà la lista de compras, luego dejando a mi Pikachu en la casa nos pusimos en marcha... al supermercado.

Ya pasado un tiempo llegamos a ese lugar, no tuvimos problemas en completar la lista que Caroline nos encomendò, al finalizar las compras comenzamos a caminar de regreso a su casa.

—Oye Ash, ¿cuanto tiempo te quedaras en Hoenn?— Fue su pregunta.

—No se, no habìa pensado en eso, quizás un día màs— Fue mi respuesta, aunque desde que llegaron los papas de May habìa olvidado por completo a que venia yo a Hoenn.

—¿Tan pronto? pensè que te quedarìas mas tiempo— Añadìa May, pues su rostro para mì no expresaba tristeza de que posiblemente me fuera mañana, pero tampoco sonreía.

—Si, pero dentro de lo posible vendrè en otras ocaciònes— Le dije yo a ella.

—Entiendo— Hablò May.

Ya en el atardecer, finalmente llegamos a su casa, entramos en dicha residencia y dejamos las compras sobre la mesa de la cocina, entonces me dispuse a marcharme.

—¿A donde vas Ash?—Preguntò Norman en compañía de Caroline.

—¿Yo? me iba al Centro Pokèmon, a pasar la noche ahí— Le contestè.

—No necesitas hacer eso, puedes quedarte aquí con nosotros, tenemos una habitaciòn extra— Amablemente me ofrecìan estancia en su casa.

—¿De verdad? muchas gracias señor y señora— Fueron mis palabras de gratitud ante lo que me ofrecían.

Al finalizar el día, la noche era el presente del momento, pues ya habìamos terminado todos de cenar lo que nos preparò la mamà de May, después de eso nos fuimos todos a dormir, cada uno en nuestras respectivas habitaciones.

Estaba yo acostado en mi cama, pues aun no me habìa dormido y era de noche claro, a pesar de eso en mi cabeza ya comenzaba a oìr la voz del que me encomendò este trabajo... Arceus, el que claramente me decìa que bajara a la cocina y tomara un vaso de agua.

No entendía con que objetivo debìa hacer tal cosa, pero tampoco me puse a cuestionar, así que sin mas que decir fui a cumplir con su petición.

Estaba yo en pijamas cuando salì de la habitación para huéspedes, me dirigì hacia la cocina, y tomè agua, tras poner el vaso en su lugar iba a regresar a la habitación, cuando de repente escuchè que alguien iba abriendo la puerta del frente, asì que me acerquè a esa persona.

—¿Vas a salir?— Le decìa yo a May en voz baja para no llegar a despertar a nadie.

—Si, solo un poco, es que no tengo mucho sueño— Me respondiò con un tono de voz bajo.

—¿Te molesta si te acompaño? yo tampoco puedo dormir— Fui honesto con mis palabras, pues tampoco alcanzaba a conciliar el sueño.

—Em... no, no hay problema— Fue su respuesta de aceptación, asì que regresè a mi habitación y sin despertar a Pikachu me saque el pijama que llevaba puesto y lo cambiè por mi principal ropa, fui hasta la puerta de enfrente en donde May me esperaba en silencio, y de ahì ambos salimos a caminar un rato... por las calles de Petalburgo.

Continuará...

 

Capitulo 5: May (Parte 2)

Anteriormente había llegado a Petalburgo y fui bien recibido en la casa de May por su familia, incluso me ofrecieron estadía, pero ya durante la noche después de levantarme e ir a la cocina por un vaso de agua me topè con May la cual estaba por salir, así que sin problema alguno de su parte la terminè acompañando a dar un paseo nocturno.

Durante la caminata...

—Si que es diferente caminar de noche que de día, ¿no May?— Le hablè a ella sonriendo, pero en su rostro se notaba un poco de tristeza el cual tras oìr mis palabras cambiò a una pequeña sonrisa forzada.

—Tienes razón— Dijo mirándome para luego volver a ver hacia adelante.

Poco a poco esa pequeña sonrisa de su rostro se iba desvaneciéndose, lo mas común serìa preguntarle que le sucede, pero antes de que hiciera eso, volví a escuchar como siempre la voz de Arceus, el cual decìa: Ash, se sincero y háblale de como te sientes al pensar en la liga de Sinnoh.

Fuerte y claro sonaron sus palabras en mi cabeza, así que solo seguí en frente con su ayuda.

—Sabes May, creo que no fui del todo honesto contigo— Le dije capturando su atención.

—¿A que te refieres?— Me hablò aun mirándome y esperando mi respuesta.

—Sobre la liga de Sinnoh, dudo mucho que la gane, pero sobre todo... no creo ganarle a Paul, mi rival— Expresè lo que sentìa viendo hacia adelante con la cabeza un poco inclinada hacia abajo.

—Que extraño, cuando viajábamos tu nunca pensaste de esa forma— Me decìa algo sorprendida.

—Si... lo sè, quizás se deba a que ya he perdido ligas anteriores, tal vez el pensar en eso afectò mi confianza— Esa era mi deducción la cual le dije.

—Sabes, yo tampoco te he dicho algo— Decìa May aun con un rostro algo triste pero ahora viendo hacia adelante.

—Y... ¿que es?— le dije viéndola de reojo, pues aun continuábamos caminando.

—Es sobre mi regreso a Hoenn— Hablò May para así seguir con lo que iba a decirme. —He regresado a casa porque no me sentìa bien— siguiò contándome sobre su dilema, pero sin interrumpirle solo la seguí escuchando.

—Mi viaje no comenzò bien, porque era difícil viajar sola, aunque enseguida me adaptè a eso y habìa mejorado, pero... después de un tiempo regresè al principio, volví a desanimarme por todo, y mis participaciones en los concursos eran un desastre, por eso al final decidì volver a Hoenn pensando... que quizás solo necesitaba un tiempo para relajarme, pero aveces temo a regresar a Johto y que nada haya cambiado en mì— Terminò May de expresarme su problema.

—Ya veo— Fue lo único que dije, pues no sabia que responderle ante ese dilema, ya que yo también estaba desanimado como para darle algún discurso de motivación.

Como seguíamos caminando mientras dijimos nuestros problemas llegamos a una plaza, ya ahì nos sentamos un rato, uno al lado del otro.

El ambiente silencioso que ambos creamos era la incomodidad del momento, pero era algo lógico ya que el desanimo era el estado presente en nosotros, no quería yo estar así, no fue para eso que quise acompañarla, no para lamentar ni hacerla estar igual que yo, y como dije anteriormente... no tenia suficiente animo como para dar un discurso con el fin de subirle los suyos, pero aun así hice al menos el intento, pensè en que debìa hacer o decir, pero tristemente nada se me ocurriò.

De la nada... una pequeña sonrisa era lo que se dibujò en mi rostro, pues recostado mirando hacia el cielo estrellado pronunciè su nombre, el de ella... “May”, dando inicio al hecho de repetir lo que en mi mente acababa de recibir... el consuelo de una deidad.

—¿Eh?— Pronunciaba May, nuevamente su atención era mía, con eso comencè a hablar lo que ella tenìa que oír, sin dejar de ver el cielo, pero ahora poniéndome un poco mas serio.

—Sabes., aveces pienso... en todas las veces que lamentè el ser vencido, mi sueño como todos sabemos es ser Maestro Pokèmon, el mejor de todos, pero como yo hay muchos, los sueños se chocan, y puedes terminar desanimado o desanimando a los demás, tengo la creencia... de que nosotros elegimos nuestro estado de animo, podemos buscar maneras de mejorar sin importar cuan mal estemos, pero aveces preferimos lamentar en silencio— Repetí lo que masomenos me dijo Arceus, pero a mi manera.

—Yo... no se si tenga esa cualidad de elegir— Decía May desviando su mirada hacia abajo y cerrando sus ojos, pero ya viéndola de reojo añadì lo siguiente.

—O quizás dependes mucho de los demás— Mencionè esto provocando un poco màs su desanimo.

—Tal vez tengas razón— Añadiò ella aun triste.

—¿Pero sabes una cosa? yo no creo que estè mal depender del animo de los demás, el problema en este caso seria... cuando te separas de esas personas que son tu apoyo— Dicho esto puse mi mano sobre su hombro y sonriendo le dije. —Pero eso no significa que dejamos de apoyarte, se que decidiste viajar sola, y sè... que ni Brock ni yo podemos estar contigo ahora que crees necesitarnos, pero quiero que recuerdes esto, como amiga... eres muy importante para mi, por eso yo siempre te estarè apoyando, aun cuando sea a distancia, aun cuando no te pueda ver, ni tù a mì, yo siempre estarè contigo, no lo olvides nunca— Tras terminar con mi discurso saquè mi mano de su hombro, mi sonrisa no la había desvanecido, pero para mi satisfacción logrè sacarle una sincera a ella.

—Gracias Ash, yo... de verdad te lo agradezco mucho— Con sus ojos cerrados recibìa de ella palabras de gratitud.

Justo en ese momento escuchè una ves màs la voz de èl, sì... de Arceus, el que traìa a mi mente una orden màs, y dijo así: Es ahora Ash... ¡abrázala!

Aparte de que estábamos sentados en el banco, uno al lado del otro, me imaginè que serìa algo incomodo hacerlo, pero no debìa perder la oportunidad, un abrazo... algo que no me era tan difícil de hacerlo fue lo que necesitaba para comenzar a terminar con esto.

Nada mas cerrè mis ojos y me sonrojè un poco, ya sin pensarlo mucho avancè hacia ella y envolví su cuello con mis dos brazos, supuse que en ese instante la sorprendì, ya que era la primera vez que le hacìa algo así, pero en mi oído solo llegò a ser audible de su parte un susurro, si... el que decìa mi nombre “Ash”.

En esa misma escena sin dejar de abrazarla, recibì de ella lo mismo que yo le estaba aplicando, un abrazo, entonces ambos sin cortar con esa acciòn hicimos que eso durara lo suficiente para esperar a que ella se sintiera satisfecha e intentara soltarme, pero a fin de cuentas yo ya sabìa como debìa continuar si ella llegara a afastarce de mì, esta vez no podìa esperar a Arcerus, ya que estaba claro para mì cuales iban a ser sus siguientes palabras para este momento, entre nosotros... solo era cuestión de segundos para que ella me soltara, dando lugar a mi siguiente movimiento, el intento de besarla.

Aquí se venìa lo mas difícil para mi, pero no imposible, entre tanto sabìa que si lo hacìa esto llegarìa a su fin, como con Misty, si bien que Arceus me dijo que con ella el caso fue especial, esta sentìa algo por mì, ya con May debìa crear ese hecho de que ella me quisiera, pero teniendo en cuenta todo lo que pasò hasta ahora, dudo mucho que pueda hacer algo mejor para llegar a su corazón, creo que si añadir un beso al final de esta escena entre nosotros no es efectivo, nada en el mundo lo serìa, ya en pocas palabras, podríamos considerar esto como mi ultimo recurso.

Ya casi era el momento, mi unico temor a besarla era ver cual serìa su reaccion, pero ya no quedaba mas tiempo para dar lugar a dudas, el momento al fin llegò, ella dejò de abrazarme, y lentamente se iba separando de mì, normalmente yo deberìa ir soltándola, y asì lo hice, ya con los abrazos finalizados me habìa llegado la hora, lentamente... aun con mis ojos abiertos aserquè mi rostro al de ella.

—Ash, ¿que...— Era lo que May articulò unos segundos antes de que mi intento se diera por hecho, pues el beso fue bien sucedido.

Nos besamos... o mas bien yo la besè con los ojos abiertos, el acto durò quizas unos cinco segundos, un tiempito corto pero creo que efectivo, ya que ella no me cortò repentinamente cuando hice tal acción, ya dado por concluido el beso nos separamos.

—¿Por-por que hiciste eso Ash?— Me preguntaba una May sonrojada desviando su mirada al suelo, entonces supuse que quizás no fue suficiente lo que hice, asì que tuve que continuar con la trama de esto, en pocas palabras... actuando.

—Yo... yo solo quería que supieras lo que siento, de verdad discúlpame si te molestò eso— Dije también sonrojado y mirando al suelo, al igual que ella.

—No, no es que me hayas molestado, es solo que... nunca esperè algo asì de tu parte— Hablò May.

—Ahora que sabes como me siento, quisiera preguntarte... ¿que opinas, crees... que pueda haber algo entre nosotros?— Aun no apartè mi vista del suelo, pero si me tomè algo enserio mi papel, pues tenìa que sonar convincente de que ella realmente me gustaba.

—Yo no estoy segura de que sienta lo mismo por ti, pero... te confieso, que ese beso me acelerò un poco el corazón, no se si lo hizo porque no me lo esperaba, pero si sè... que aun no soy capas de distinguir lo que realmente siento— Se expresò May.

¿Que hago ahora? pensaba yo, ya no sabia mas que hacer o decir, pero como buen auxiliar que era Arceus me acosejò una vez mas, intentarlo de nuevo, el beso, asì que por mi parte le ofrecì esa idea.

—¿Que te parece si... si pudiera hacer que distingas lo que sientes?— Dije tratando de alcanzar la meta, pero ya mirándola a ella.

—Y... ¿como lo harìas?— Preguntò curiosa y también fijándose en mì.

—Creo, que la única forma es...— Hasta aquí hablè, sin mas palabras intentè acortar una vez mas la distancia entre nuestros rostros.

En ese ultimo intento, ella cerrò sus ojos aun con la cara en dirección hacia mì, no habìa mas que decir, sinò que ella aparentemente también querìa probar ese método que con mi acercamiento le habìa dejado tan claro de què se trataba, ya sin mas preámbulo por segunda vez nos besamos.

Esta acción habìa durado según yo lo mismo que antes, cinco segundo, entonces ella separò sus labios apenas unos centímetros de los míos, para apenas poder decir algo corto.

—Creo... que te amo Ash— Fue lo ultimo que dijo para que esta vez sea ella quien provocara la unión de nuestros labios y asì envolverme en sus brazos, y al igual que ella... yo también la envolvì en los míos.

Al final mis ojos los había cerrado durante ese momento, pero los volvì a abrir solo un poco, lo suficiente como para percatarme, que sobre ella el aura oscura era visible por segunda vez, entonces en ese momento sucediò lo ultimo que tenìa que pasar, del cielo una fuerte luz nos enfocò a ambos, ya esa aura presente que veìa se disipaba, ya satisfecho con mi trabajo solo una cosa había de pensar ahí, y eso era... “Misión dos completada”.

Cortando con el beso dejamos de abrazarnos, pero ella sin abrír sus ojos con una mano se tomó de la frente de su cabeza, ahora... finalmente los abrió, abrió sus ojos de forma lenta, como si recién se estuviera despertando.

—¿Que- que me pasò?— Dijo May ya libre de todo mal.

—Creo que te diò sueño y casi te duermes sentada— Era la única cosa que se me ocurriò inventar.

—Que extraña me siento— Volviò a hablar.

—Ya es muy tarde, mejor regresemos ¿si?— Le dije yo a ella.

—Si, creo que tienes razón, mejor volvamos a casa— Añadiò May.

Durante el regreso...

—¿Te sientes bien May?— Le preguntè preocupado por ella.

—Si, no te preocupes, ahora me siento mejor, gracias por preguntar— Me contestò sonriéndome.

Ya despues de caminar un poco màs estábamos de regreso en su casa, pues no habíamos tardado en llegar, asì que silenciosamente nos introducimos a ella.

—Buenas noches May— Le deseè antes de irme a dormir en voz baja.

—Gracias, que descanses Ash— Me contestò también en un tono de voz apenas audible para mì.

Desde ese momento nos separamos, ella se fue a su habitación y yo a la mìa, tras llegar ahì no hice nada mas que acostarme en mi cama a descansar, pues mañana partirìa de regreso a mi pueblo.

Al día siguiente me levante de la cama y me vestì con mi ropa de siempre pero sin la gorra, ya que había ido a desayudar con la familia de May.

Luego de eso ya era el momento de irme, ya en la puerta del frente el señor Norman y su familia se despidieron de mì.

—Muchas gracias por la estadía señor y señora— Fueron mis palabras de gratitud para asì Caroline hablar.

—De nada, vuelve cuando gustes— Dijo la señora Balance.

—Seras siempre bienvenido a èsta casa Ash— Añadiò el señor Norman, para asì Max seguir.

—Cuando vuelvas, creo estar listo para que podamos tener una batalla, ¿que te parece?— Me decìa el niño entusiasmado.

—Claro que si Max— Le respondì yo a el.

—Mejor demonos prisa Ash, o perderás el barco— Dijo May la cual me acompañarìa hasta el puerto.

—Si, tienes razón— Le dije a May para así ver una vez mas a sus papàs. —Bueno, que pasen bien, nos veremos otro día— Les dije para asì despedirme de ellos los cuales sonriendo me veìan partir, entonces me fui al puerto.

Llegando a ese lugar faltaba algunos minutos para el barco retirarse a Kanto, antes de subirme a èl me despedì de ella.

—Bueno May, aquí nos separamos, espero que tengas mucha suerte cuando regreses a Johto— Le deseaba dicha ventura yo a ella.

—Sì, y espero que puedas ganar la liga Ash— Me dijo sonriendo.

—Claro, a eso voy— Añadì yo al tema.

—Ah, y una cosa màs— Dijo May, la cual se asercò a mì y para mi sorpresa... me abrazò. —Gracias por lo de anoche Ash— Añadiò ella durante el abrazo.

—De- de nada May— Dije levemente sonrojado, pero ella al soltarme se veìa normal y sonriente.

—Bueno, ahora sì debes irte— Mencionò May.

—Em... sì, pues entonces nos vemos otro día, adiós— Le hablè para así escuchar un “adiós Ash” de su parte, entonces finalmente abordè el barco para regresar a Kando.

De camino a casa en mi camerino, me puse a pensar en que quiso decirme con ese “Gracias por lo de anoche”, ella no podrìa recordar lo de ayer, se supone que su memoria estarìa libre de esos recuerdos, pero a la conclusión que he llegado, es que Arceus no le habìa borrado la memoria completa de esa noche, ya que la motivación que le dì tras un discurso era lo que ella necesitaba oìr, por eso ella aun recordaba esa parte, aun asì, a pesar de todo regresè satisfecho, contento por poder ayudar a una amiga, no solo con el dilema de los espíritus, si nò que también con un asunto personal.

Luego de algunas horas finalmente el barco había llegado a su destino, decendì de èl, y entonces me dirigí a mi pueblo, no tardè mucho en llegar ahí, pues en poco tiempo ya estaba de regreso, por el momento solo llegue a mi casa cansado del largo viaje, saludè a mi mamà, y me fui a mi habitación a descansar para mi próxima y ultima misión, la de ir por el corazón de Dawn.

Continuarà...

 

Capitulo 6: Dawn

Anteriormente había ido a Petalburgo a ayudar a mi amiga May, la cual en la actualidad ya está libre de todo mal, pero ahora en Kanto... me encontraba yo durante la noche acostado en mi cama aùn despierto pensando en como haría para llegar hacia Dawn, no seria tan sencillo meterle una excusa a mi mamà de ir a visitarla cuando hace poco acabo de separarme de ella, por lo tanto tuve que pensarlo detenidamente, siendo así no había tardado en sacar una idea bastante aceptable, asì que al final sin mas dilemas intenté dormirme una vez más cosa que lo había logrado.

Al día siguiente me levanté dispuesto a poner mi plan en marcha, mientras mi mamá me preparaba el desayuno hice una llamada hacia la casa de Dawn, cosa que ella fue la que me atendió.

—Hola Ash, ¿Cómo haz estado?— Dijo Dawn tras verme desde su casa en la pantalla.

—Yo bien, ¿Y tu, como la haz pasado por estos días?—

—Igual que tu, he estado bien pero algo aburrida, pues no hay mucho que hacer en casa—

—Oye, siendo así... ¿No quisieras venir de visita? Serìa un nuevo lugar al que conocerías, ¿Qué me dices?—

—Claro, ¿por qué no? Pero... ¿No habrà problema con tu mamà?—

—No te preocupes por eso, conociéndola... dudo mucho que haga algún drama, así que puedes estar tranquila—

—Bueno, pues entonces tomarè el barco que llega por ahí a la tarde, ¿Estás deacuerdo?—

—Si, como quieras, bueno... me tengo que ir, pero a la tarde te estarè esperando en el puerto—

—Bien, nos vemos entonces, adiòs Ash—

—Adiòs— Y asì finalizò la llamada.

Tras eso fui a la cocina, pues mi mamà ya habìa terminado de preparar el desayuno, asì que me sentè en la mesa.

—Aqui tienes hijo— Decia ella mientras me lo servìa.

—Gracias mamà, por cierto... a la tarde vendrà mi amiga Dawn de la región de Sinnoh, no hay problema en que se quede unos dìas con nosotros ¿Verdad?—

—Em, supongo que no, ya que tenemos una habitación extra—

—Bien, gracias igual mamá— Entonces continué con mi desayuno.

Y asi todo marchó a la perfección, no había mas inconvenientes por ahora, mientras tanto solo me quedaba esperar a la llegada del momento en el que me fuera a encontrar con Dawn.

Mientras las horas pasaban el dia transcurria, siendo así finalmente había llegado el momento de salir, nada mas tras estar listo para irme le avisé a mi mamá que me iba, entonces me puse en marcha yo solo.

Luego de eso recorrí todo el camino hacia el punto de encuentro, logré llegar al puerto sin dificultad alguna, tras estar ahi esperè un poco ya que el barco que venìa de Sinnoh ya estaba por llegar.

Tras pasár un rato al fin había llegado el barco, mucha gente decendía de él hasta que finalmente la vi, y ella a mi tambien, entonces nos acercamos el uno al otro hasta estar de frente.

—Hola Dawn, ¿Qué tal el viaje?— Sonriendo le preguntè.

—Hola Ash, am... algo cansativo, por cierto... ¿Y Pikachu? Es extraño que no lo estés llevando contigo—

—Està en casa con mi mamà, pero veo que tu sí andas con tu Pokémon— Respondí viendo a Piplup entre sus brasos.

—Claro, decidí traerlo conmigo por si acaso— Añadió.

Mal me había terminado de hablar y volví a ver en ella esa aura oscura, al igual que en Misty y May, cosa que se hizo visible por unos segundos nomas, sin embargo traté de ignorar eso para evitar preguntas del tipo que si me pasa algo... o sucede.

—Em, bueno... ¿Qué tal si nos vamos?— Le dije yo a ella.

—Sí... está bien— Me contestó para así irnos.

De regreso veníamos conversando.

—Oye, ¿Y tu mamá... que dijo cuando supo que iba a tu casa?— Me preguntó.

—Nada de más, le dije que venías a mi casa y le pregunté que le parecía, pues me dijo que no había ningun problema, y hablando de madres... ¿Cómo se encuentra la tuya?—

—¿La mía? Pues bien, se había alegrado un poco conmigo, de que iba a una región a la que no conocía—

—Ya veo, la mía se preocupa por mí cuando salgo de viaje, pero creo que al final le tranquiliza saber que no lo hago solo, porque Brock siempre está conmigo—

—Cuando comencé mi viaje no noté si mi madre estaba preocupada, pero si ese fuera el caso de seguro le tranquilizó saber que ya no andaba sola—

—Entiendo, veo que así son las madres, siempre tan preocupadas por sus hijos—

—Si, tienes toda la razón— Dijo Dawn sonriendo.

Luego de caminar un rato más entramos a mi pueblo, entónces nos dirigimos directo a mi casa, cosa que enseguida llegamos.

—Bueno... ésta es mi casa— Dije mostrandole desde afuera, hasta que ingresamos en ella.

Ya adentro nos dirigimos a la sala y nos sentamos en el sofá, al instante apareció mi mamá para saludarla.

—Buenas tardes señora— Dijo Dawn tras verla.

—Buenas tardes, eres Dawn ¿Cierto?— Habló mi mamá.

—Sì, asì es, mucho gusto señora— Le contestó.

—El gusto es mío, siéntete como en casa, tambien puedes dejar tus cosas en la habitación si quieres—

—Sí, está bien—

Entonces guié a Dawn a la habitación la cual ella ocuparía, dejó sus cosas ahí, y luego resolvimos salir a caminar.

Y así nos despedimos de mi madre y salimos dejando en casa a Piplup en companía de Pikachu, por el momento como aún era de día y faltaban quizás un par de horas para la noche pues me dediqué a mostrarle los alrededores, el laboratorio del profesor Oak y un par de lugares más.

Siendo así, las horas pasaban y no faltaba mucho para el anochecer, pero en esos momentos volví a escuchar la misma voz del que siempre estubo conmigo dispuesto a ayudarme, sí... era Arceus, el cual traía a mi mente nuevas indicaciónes.

—Oye, creo que hemos terminado de visitar casi todos los lugares y... ya casi es de noche, pues... ¿Qué te parece si vemos la puesta del sol?— Le dije a ella, pues esa era la indicación recibida de él.

—Sí, pero... ¿En dónde la veríamos?— Era su duda.

—Eso dejamelo a mí, solo sigueme— Le respondí.

Tras hablar eso nos dirigimos a las afueras del pueblo en donde había una colina no muy grande, fuimos hasta la cima de la misma pues habìamos llegado a tiempo, el sol aun no se ocultaba y solo nos quedaba esperar para apreciar el ver tal hecho, almenos eso para Dawn, pues en mi caso solo me quedaba recibir nuevas instrucciónes de Arceus.

Ya en la cima quedamos parados observando en dirección al sol mientras éste lentamente se ocultaba, entonces comencé por recibir una orden bastante sensilla; que no hablára por mi cuenta, mas bien que solo repitiera lo que él me decía y se lo dijera a ella y así lo hice.

—Sabes... cuando era niña admiraba algunas veces las puestas como éstas con mi mamá, siempre me hacían sentir mejor— Dijo ella mientras sonreía viendo hacia el sol.

—Es cierto, siempre nos hace sentir bien, y más cuando lo haces con una persona en especial— Me sonrojé levemente.

—Creo... que tienes razón— Me respondió.

Aún yo viendola de reojo no había notado cambio algúno en su actitud, quisas no alcanzó a entender la aparente indirecta, pues a decir verdad ella tampoco es muy madura en ese tipo de cosas al igual que yo.

El sol aun continuaba a ocultarce lentamente para así dar lugar a la noche, pero como aun no llegaba ese momento en el cual anocheciera, pues había yo de seguir con los intentos.

—Oye, ¿Aún recuerdas... cuando nos conocimos?— Le pregunté sin verla.

—Claro, como olvidarlo— Me respodió.

—¿Tu crees... que fue coincidencia?— Le dije yo a ella.

—Lo dudo mucho, yo creo... que cuando las cosas tienen que pasar ellas simplemente suceden—

—Ya veo, pero... en ese caso... siento que me pasa algo más, algo... que es como tu dices, que simplemente sucede—

—¿A qué te refieres?— Pasó a fijarce en mí de reojo, pero yo seguí con la vista al frente.

—A lo que voy... es que siento algo extraño en mí, algo... que jamás me había pasado antes, pero tambien siento... que es algo que debo decirte— Entonces pasé a mirarla estando aún levemente sonrojado.

—Y eso... ¿Qué podría ser?— Me preguntaba algo confusa.

Entonces me acerqué más a ella, ya estando serca, mirandonos cara a cara cerré mis ojos por unos segundos y al instante los volví a abrir, para así arriesgarme, de la misma forma que lo he hecho antes, con una declaración.

—Dawn, lo he pensado mucho, pero hoy quiero que sepas... que tu... de verdad me gustas— Valientemente pude expresarme sin titubear.

Tras la confesión estaba muy sorprendida, entonces su rostro parecía triste, desvió un poco su mirada de mí hacia otro lado y continuó a hablar.

—Yo... jamás pensé que me dirías eso, pero... la verdad es... que te considero el mejor amigo que pueda tener y nada más que eso, almenos eso es lo que yo creo que siento por tí—

—Pero... yo personalmente creo que nadie nace queriendo, por eso... quiciera pedirte una oportunidad, solo una, para que puedas sentir lo mismo que yo siento por tí— Aun continué a mirarla estando algo serio, de la misma forma que con las demas tuve que serlo con dawn, ser convincente con mis palabras y actitudes, al fin y acabo solo estaba repitiendo y actuando deacuerdo a lo que a mi mente llegaba de parte de Arceus.

—Yo no se casi nada sobre este tema, pero lo poco que sé... es que si no funciona entonces nuestra amistad se perdería, y no quisiera perder la tuya Ash— Aun mantendía su vista hacia el costado, no hacia mí.

Entonces me acerqué aún más a ella, para así aplicarle un sorprendente abrazo, envolví mis brazos en su cuello, algo que realmente creo que ella no se lo esperaba, sin dejar de abrazarla continué hablando.

—Pase lo que pase te prometo... que no perderás mi amistad, solo dame esa oportunidad— Entonces dejé de abrazarla pero cada una de mis manos estaban en sus hombros, yo la miraba a la cara con una sonrisa, pero ella dejó de ver hacia el costado para así fijarce en mí susurrando mi nombre; “Ash”.

Ya en ese momento partí para el ultimo páso, muy lentamente acerqué mi rostro al de ella, claramente daba a entender las intenciónes de mis acciónes, un beso... algo que no fue evitado por Misty ni por May que yo les diera... tampoco había sido por Dawn, ella no fue la excepción.

Corto fue el tiempo en que la he besado, ya cortando con eso y sacando mis manos de sus hombros solo me quedaba hacerle una corta pregunta.

—¿Tu... me aceptas?— Le dije yo a ella esperando su conclución.

En ese momento ella cerró sus ojos, pues levemente estaba sonrojada.

—Yo... aun sigo algo insegura de esto, pero...—

Ahora fue ella quien vino hacia mí y me abrazó, duránte ese hecho ella continuó a darme su respuesta.

—Está bien Ash, te daré la oportunidad, pero no creas que te tengo lástima, te la doy... porque quizas sea mejor enamorarce de alguien en quien confío en que sus intenciónes son buenas, solo te pido... que no me decepciónes Ash—

—No lo haré, te lo juro— Dije tambien envolviendola en mis brazos, así como ella me lo hacía.

—Gracias Ash, a partir de ahora cuento contigo—

Aun manteníamos el abrazo, pero en esta ocación gustosamente ella aceptó los hecho, ya que ambos lo hicimos esta vez, ya no era solo yo, sinó que los dos juntamos nuestros rostros y finalizamos con el drama, terminamos por besarnos una vez más.

Durante el beso sus ojos estaban cerrados, pero yo apenas abrí los míos, para así contemplar por tercera vez la disipación de ese último espitiru que quedaba, gracias a los poderes de Arceus pudimos dar un punto final al tema.

La noche se hizo presente y con todo esto Dawn se perdió la puesta del sol, pero en cambio yo me había ganado su corazòn, aunque solo fuera por poco tiempo, ya que esa memoria la perdería ella tras cumplir con mi misión.

Cortando con el beso, ella dejó de abrazarme, pero sin abrir sus ojos, con una mano se tomó de la frente de su cabeza, ahora... finalmente los abrió, abrió sus ojos de forma lenta, como si recién se estuviera despertando.

—Pero... ¿Qué me ha pasado?— Se preguntaba.

—Quizas el viaje y el recorrido que hemos hecho te tiene cansada, eso creo, ¿Qué tal si volvemos?—

—Creo que será lo mejor— Dijo ella a mí.

Entonces regresamos a mi casa, ya ahí entramos en la misma y fuimos a cenar junto a mi mamá.

—¿Qué tal les fué en el paséo?— Preguntaba mi madre para así yo contestar.

—Yo me la pasé bien, ¿Y tu Dawn?—

—Yo igual, pero saben... siento que me he olvidado de algo—

—¿Ah sí? Que extraño es eso— Añadió mi mamá.

—Pero bueno, no importa— Dijo Dawn sonriendo al final.

Después de la cena cada uno de nosotros nos fuimos a nuestras respectivas habitaciónes a descanzar.

Y así terminó el día, con un aparente final feliz, al final de cuentas ya podía estar tranquilo, ya no tenía de qué preocuparme, a excepción del tema del campeonato, pero por el momento no pensaré en ello, creo... que eso es todo por ahora.

Continuará...

 

Capitulo 7: Hacia la liga ( Final )

Anteriormente había liberado a Dawn del mal, siendo así mi misión había llegado a su fin, pero en la misma noche mientras dormía... por tercera vez volví al mismo lugar en el cual podía hablar libremente con Arceus aún sin poder verlo.

—Bienvenido de nuevo Ash—

—Gracias, pero ¿por qué estoy aquí? Creí que ya se había acabado el asunto de los espíritus—

—Es cierto, pero te traje una vez más porque quería darte las gracias por todo... por cooperar conmigo—

—Em... de nada, pero yo no he hecho mas que seguir con lo que usted me decía—

—Cierto, pero aún así tuviste el valor suficiente de seguir adelante—

—Creo que en eso tiene razón— Dije sonriendo.

—Aparte de eso quisiera preguntarte algo, sobre tus amigas... es cierto que ellas no recuerdan la conquista, pero tu sí, y mi pregunta es... ¿desearías que te borre esa parte de la memoria?—

—Creo que no será necesario, a pesar de lo que pasó entre yo y ellas pues no me he sentido incomodo con recordar eso—

—Ya veo, bueno... esto era lo ultimo que tenía por platicar contigo, dudo que volvamos a hablar pronto, así que por ahora te deseo mucha suerte en tu vida—

—Muchas gracias— Fue lo ultimo dicho por mí para así finalmente despertar por la mañana.

Después de todo este reciente tema con mi amiga Dawn y Arceus había transcurrido ya un par de días más, siendo así ella aun estaba en mi casa, pero ya lista para despedirse de mi mamá en el lado de afuera de mi casa.

—Muchas gracias por todo señora— Dijo Dawn.

—De nada, puedes volver cuando quieras— Le respondió.

Y así nos despedimos de mi mamá y nos dirigimos al puerto, también había ido yo a acompañarla hasta ese lugar, pero llegando ahí terminamos por despedirnos entre nosotros.

—Bueno Dawn... aquí nos despedimos, cuídate mucho—

—Sí, tu también cuídate mucho, entonces... nos veremos en Sinnoh ¿no?—

—Claro, así será—

Y así extendí mi brazo derecho hacia arriba con la mano abierta, ella hizo lo mismo con el suyo izquierdo, ambos chocamos nuestras palmas en el aire el uno con el otro, ese fue nuestro saludo de despedida mientras sonreíamos, después de eso ella abordó el barco, yo por mi parte regresé a mi casa, a seguir descansando hasta el día en que regresaría a Sinnoh.

Después de un tiempo al fin llegó el día en que partiría para Sinnoh, pero no sin antes despedirme de mi mamá, estábamos del lado de afuera de mi casa.

—Es hora de marcharme— Dije ya preparado para tal acción.

—Que tengas un buen viaje, cuídate mucho, y espero que esta vez ganes— Sonreía mi mamá.

—Descuida, así será, bueno... ahora si me voy, nos vemos— Hablé para así marcharme con mi amigo Pikachu en mi hombro.

Después de caminar un tiempo llegué al puerto, ahí me estaba esperando mi amigo Brock, pues anteriormente nos habíamos puesto en contacto para que viajáramos en el mismo horario.

—¿Qué tal Ash, cómo haz estado?—

—Muy bien, ¿Y tu Brock?—

—Igual que tu, bueno... ese es nuestro barco, mejor vallamos subiendo—

—Sí— Contesté para así abordarlo.

Y así salimos de Kanto en dirección a Sinnoh, el viaje de por sí había durado varias horas, pero a la tarde habíamos llegado.

Tras el barco llegar a su destino descendimos de él, pero al hacerlo vi a la persona que estaba esperando nuestra llegada y nos acercamos a ella, sí... era Dawn y su Piplup.

—Hola chicos, ¿cómo la han pasado?— Sonreía ella para así Brock contestar.

—Bien, gracias por preguntar— Entonces yo continué a hablar.

—Yo igual, y veo que tu también haz estado bien ¿no?—

—Así es, pero vallamos yendo ¿quieren?—

Entonces Brock y yo respondimos positivamente para así irnos con Dawn a su casa, pues nos quedaríamos ahí el tiempo restante practicando hasta que diera inicio a la competición.

Nuevamente ha pasado el tiempo y por fin era el día en que participaría de la liga, pero antes de partir nos despedimos de la mamá de Dawn.

—Le agradecemos señora por todo el tiempo que permitió que estuviéramos en su casa— Dijo Brock.

—No se preocupen por eso— Sonreía, pero luego me miró a mí. —Ah... y te deseo mucha suerte en la liga Ash—

—Gracias señora— Le contesté.

—Bueno mamá... ya nos vamos, cuídate mucho— Dijo Dawn, para así escuchar un simple “adiós” de Johanna.

Luego de esa escena nos fuimos, caminamos un tiempo para llegar a ese lugar, ya estando ahí en la entrada íbamos a ingresar, pero Brock nos detuvo.

—Aguantemos unos minutos, ya deberían de estar por llegar—

—¿A quién te refieres Brock?— Pregunté confuso.

—Ya lo sabrán— Simplemente contestó.

Quedamos parados esperando masomenos unos cinco minutos hasta que volví a preguntar.

—Oye Brock, ¿Cuánto más tendremos que esperar?— Le dije.

—Ya están aquí— Sonreía Brock mientras veía en dirección a mis espaldas.

—Tan impaciente como siempre... ¿he Ash?— Palabras escuchadas por todos los presentes pero no identificadas por mí.

En sí la voz me sonaba familiar, pero aun no la reconocía, hasta que me dí media vuelta.

—¿Qué? Pero... ¿qué hacen ustedes aquí?— Pregunté muy sorprendido.

—¿Esa es manera de tratar a tus animadoras?— Me decía nada más y nada menos que ella, mi primera compañera de viaje... Misty, y no solo ella, a su lado estaba mi segunda compañera de viaje... May.

—No lo entiendo, ¿No se supone que Misty debería estar en el gimnasio y May en Johto?— Pregunté confuso.

—Bueno... el gimnasio puede esperar un par de días ¿No?— Dijo Misty sonriendo para así May continuar.

—Y yo pues... tampoco le ví lo malo a tomarme unos días libres para venir a apoyar a un amigo— Contestó May.

—Ya veo— Simplemente dije para así ella seguir hablando pero mirando a Dawn.

—Ha pasado un tiempo desde que nos vimos ¿no Dawn?— Dijo May.

—Es verdad, desde la copa Wallace— Añadió, pero de ahí dirigió la mirada a Misty. —Y tu debes ser...— Dijo Dawn esperando a que ella completara la frase.

—Yo soy Misty, líder de gimnasio en Kanto— Terminó por presentarse, de ahí continué yo a hablarle a Brock.

—Oye, ¿cómo es que sabías que ellas vendrían?— Era mi duda.

—Hace un tiempo atrás ambas se pusieron en contacto conmigo para avisarme que vendrían, por eso sabía que ellas estarían aquí—

—Ahora lo entiendo— Dije comprendiendo la situación.

—Pero bueno, ahora que todos estamos presentes... pues creo que es hora de que nos vallamos— Dijo Brock, a lo que todos respondimos positivamente para así ponernos en marcha.

Y hasta aquí va esta historia, dejando inconcluso el tema de que si he de ganar o no la liga, ya que estoy seguro de que me tocará contra oponentes difíciles, pero eso no me preocupa, pues ya lo dicen por ahí... que para ser el mejor debes vencer a los mejores, y para ello estoy listo, sin tratar de contar con la suerte, sinó con simples preparación, y con la compañía de con quienes sí puedo contar... mis amigos, todo lo tengo ahora, solo me resta dar un solo paso, y ese será... hacia la victoria.

Fin.

Nda: Mis agradecimientos a los que llegaron hasta aquí. c: