Los Guardianes del Equilibrio

La luz de la chimenea se extinguió hace ya rato y el frió en la habitación es cada vez mayor, sin embargo eso hace tiempo dejo de importarme. El frió, mi enemigo natural es, en estos momentos el menor de mis problemas. Me levanto, y recorro una última vez la lúgubre estancia que un día llame hogar. Aquí pase muchos momentos, tanto buenos, como malos, y aunque mi pasado fue feliz, no puedo decir lo mismo de mi presente.

Decido que ya es momento de irme, recojo lo poco que llevo, mi capa ya se encuentra en mis hombros y aparte de eso, solo llevo una bolsa con lo necesario. Salgo de la casa, y automáticamente pienso en echar llave, casi lloro de la nostalgia al recordar que eso ya no será necesario. Al final, este lugar terminaría muriendo, tal como paso con él. Al tener este ultimo pensamiento, en un movimiento reflejo toco el signo que esta tatuado en mi brazo derecho. Vi como brillaba intensamente en un morado pálido antes de volver a la normalidad.

Siento en ese instante que hay alguien detrás de mí, alguien que conozco muy, pero que muy bien.

-Veo que tu resolución no ha cambiado en nada, primo- me saludo mientras cruza los brazos.

-¿Por qué tendría que hacerlo?- le contesto con una voz glacial. –¿Que incentivo me da este maldito mundo?

-Esa es una respuesta demasiado gélida, especialmente para alguien que detesta el frió.- Me contesta mirándome fijamente a los ojos.

-El frio se ha convertido en el menor de mis problemas- le contesto con una sonrisa amarga en mi boca.

-No tienes que hacer esto Lance, por favor olvídalo- me susurro mientras se acercaba mas a mí y me abrazaba.-No vale la pena.

-¿¡No vale la pena!?- Le conteste furioso y zafándome de su abrazo. – ¡Tú crees que su muerte no vale la pena!- Sentí como mi voz se alzaba pero no me importo -¿A ESO HAS VENIDO? ¿A TRATAR DE DETENERME? LO LAMENTO, PERO CREO QUE YA ES MUY TARDE PARA ESO.- Termine completamente furioso.

-Nunc a es demasiada tarde- me contesto débilmente mientras empezaba a llorar.

-¡Te digo que fue demasiado tarde desde el momento en que…!-Mi voz se quebró al recordar ese momento.- ¡Desde el momento en que lo mataron!

-Por favor, no sigas con esta locura, y ¡déjalo descansar en paz!- Casi me quiebro con estas palabras.- ¿Recuerdas lo que él siempre nos decía? “Nunca intenten inclinar el equilibrio de la naturaleza. Todo pasa por algo, y no está en nuestras manos cambiarlo” ¡Eso es exactamente lo que harás al tratar de vengarlo! ¡Alteraras el equilibrio de la naturaleza!

-Ellos ya lo alteraron con lo que hicieron, yo solo le daré un poco de equilibrio a la balanza- le respondí con una voz que ni yo mismo reconocía.

-Los sentimientos que te guían, no lo harán por el camino correcto, espero te des cuenta de tus acciones antes de que sea demasiado tarde. Vete pues, si así lo deseas. No está en mi poder detenerte.- Termino mientras se daba la vuelta y empezaba a caminar.

Vi como se detenía en el momento en que respondí –Adiós…Débora.

Ella sonrió amargamente- Adiós… Lance.

Hacia frio, mucho frio, la nieve caía de manera preciosa sobre el blanco mármol del templo, sin embargo hacia tiempo que dejaba de prestarle atención a lo hermoso. Entre al templo, y debido a la oscuridad que se cernia por todo el lugar me vi obligado a encender una antorcha. No traje a ninguno de mis pokémon conmigo, este es un viaje que yo debía hacer solo.

Al final del templo se veía un altar de mármol negro, que se cernía de manera sorprendente en contra del blanco que predominaba en el resto del templo. En el altar había 3 agujeros. Cada uno rodeado de un color diferente. Rosado el primero, azul el segundo y el ultimo era de color plateado oscuro, casi gris. Me acerque al altar y dejando la bolsa en el suelo saque el primero de los tres orbes que traía conmigo y la deposite en el agujero correspondiente. Hice lo mismo con los otros dos, dejándolos donde correspondía.

Me levante, y con voz potente empecé una plegaria -¡Dioses del tiempo y el espacio, muestren su gran poder a este humilde servidor- Las orbes empezaron a brillar tenuemente-Ayúdenme a terminar el trabajo que ustedes empezaron.- Las tres gemas aumentaron de brillo. –¡MUESTREN SU VERDADERA FORMA!-Las gemas brillaron tan intensamente que tuve que cerrar los ojos. Mi antorcha se apago, y pronto las gemas dejaron de brillar, dejando el lugar en completa oscuridad. Me levante desorientado tratando de ver qué diablos había pasado, cuando un intenso terremoto se empezó a sentir por todo el lugar. Tuve que agarrarme fuertemente de una columna para resistirlo. Cuando por fin amaino justo en frente del altar empezó a formarse una especie de ruptura. La ruptura creció hasta convertirse en una enorme grieta en la cual se veían imágenes distorsionadas.

Me separe de la columna y regrese al altar, frente al cual se había formado la grieta. Al acercarme todo empezaba a distorsionarse, vi como el triangulo tatuado en mi brazo cambiaba completamente de forma, hasta quedar completamente opuesto a como era, empecé a dejar de sentir los efectos de la gravedad, y entonces supe que había logrado abrir un camino al mundo distorsión. Pero también supe que no había vuelta atrás, si entraba ya no podría retractarme.

Pensé en todas las personas a las que conocí, sintiendo que ya no las volvería a ver. Flaquee unos instantes, pero su recuerdo me dio las fuerzas necesarias. Y sabiendo que debía hacerlo, me adentre con un único pensamiento en mi mente.

“Esto es por ti, abuelo”

Bueno Chicos, este es el primer capítulo, algo corto ya sé, pero creo que está bien para una introducción. Espero les guste la historia.

Para los que ya han leído alguna de mis historias, sabrán que soy muy fan de dejarlas a medias, espero eso no pase con esta, pues estuve mucho tiempo pensando el argumento y creo que le tomare mucho cariño a esta historia.

Cualquier review será bendecido por Arceus y muy agradecido por mí, ya que es la motivación de cualquier escritor.

He de decir que todas las opiniones, ideas serán bienvenidas mientras estas no atenten contra mi integridad moral, es decir: palabras soez dichas en serio (en broma si) Insultos, etc. (Cualquier review así será eliminado y destrozado por el hiperrayo de mi magikarp) También me podrán decir si tienen alguna idea para la trama, y yo la tomare muy en cuenta.

Bien, he cambiado el capítulo de inicio pues me he dado cuenta que si quiero seguir el fic necesitaba hacerlo, espero lo entiendan.

 

¿Solo Un Sueño?

Me desperté confundida, no sabía dónde estaba ni como había llegado aquí, la cabeza me dolía horrores y para colmo sentía la calambrazón típica del inicio de la fiebre. Me levante lo mas que pude y trate de enfocar mi vista para identificar el lugar donde me encontraba, lo primero que llamo mi atención fue la llama que ardía en la chimenea, que, aunque no muy grande, al parecer era suficiente para mantener una atmosfera agradable. Me fije un poco más en mi alrededor logrando ver que estaba en una cabaña de madera, algo descuidada pero suficientemente agradable como para afirmar que estaba habitada.

Baje la vista a mi propio cuerpo, dándome cuenta que la ropa que cargaba no era la mía, pues era mucho más holgada y demasiado grande para mí. Al pasar mi vista por mi brazo derecho note una venda que lo cubría, desde la muñeca hasta el codo, trate de levantarme, pero el mas mínimo movimiento me dejaba exhausta y mareada por lo que desistí, dejando caer mi cabeza en la almohada.

-Mhm, Veo que ya despertaste, ¿Qué tal esta tu cabeza?

Mi cabeza se levanto como un relámpago del susto al oir la voz que acababa de hablarme, mire a todos lados, hasta darme cuenta que la voz venia de un extraño personaje que se encontraba atizando el fuego de la chimenea, llámenme loca, pero ese sujeto no estaba allí unos segundos antes.

Instintivamente, lo primero que intente hacer fue incorporarme de la cama, pero el esfuerzo fue tal, que sentí un fuerte mareo y, no pudiendo mantener el equilibrio empecé a caer de frente, antes de que alguien me sujetara por la cintura. Me voltee viendo al mismo hombre que milisegundos antes estaba sentado frente al fuego… ¿Como co** había llegado tan rápido a la par mía? Me sentó en la cama, y luego, trayendo un pequeño banco de madera se sentó a la par mía. Fue hasta ese instante que lo pude ver bien. Su tez era blanca y su pelo azul claro, parecía ser alto y de constitución atlética, sus rasgos eran regulares, lo que en conjunto creaban un rostro atractivo, hasta que me fije en sus ojos, En el momento que los vi, un fuerte escalofrió recorrió toda mi espina dorsal. Y es que me resultaron familiares, aterradoramente familiares, de un color azul pálido juraría haberlos visto en alguna parte. El pareció darse cuenta de mi abatimiento, y sonriendo con aire de suficiencia empezó a hablarme.

-Estuviste mucho tiempo dormida, ¿sabes?- me dijo mientras se echaba para atrás en el banco.

-¿Como…Como llegue aquí?- Exclame profundamente aturdida.

El sonrió, -¿Azar, Destino, Quien sabe? Lo importante es que estas aquí, y estas viva ¿no?

Yo solo sacudí la cabeza, desorientada –Recuerdo el haber estado siguiendo el rio pero luego… luego… no recuerdo nada.

-Te atrapo la lluvia, encontraste esta cabaña, tocaste la puerta y segundos después habías caído desmayada, te lleve dentro, y te cambie de ropa- Respondió el al ver mi frustración por recordar lo que había pasado.

De repente me acorde de algo -¡Mis pokémon!- Reaccione de pronto -¡Tú los tienes, ¿Verdad?!

-¿Tu cinturón con las pokeballs? Si no te preocupes, están todos bien-

-Menos mal porque…espera… tú… tú ¿Me cambiaste de ropa?- exclame al caer en lo que me había dicho. El solo sonrió y se hecho un poco más para atrás en su banco mientras cruzaba los brazos.

-Pues sí, ¿que mas querías que hiciera? ¿Dejarte atrapar una neumonía?

Mis mejías se sonrojaron furiosamente ante la declaración del chico, claro era normal que me cambiara de ropa pero… Aun así era vergonzoso, aunque él no parecía avergonzado en lo absoluto.

-Bueno… Muchas gracias por haberme cuidado, y gracias también por tu hospitalidad, pero ya me tengo que ir, o mis amigos se preocuparan.

-Muy bien, pero antes déjame darte algo- Acto seguido se levanto y del bolsillo derecho de su pantalón saco un pequeño collar plateado, con un dije de oro transparente, que parecía un triangulo, y lo puso en mi cuello. Yo me le quede viendo, era realmente hermoso, asombrada levante la vista hacia el.

-¿Por qué me das este collar?- Le pregunte asombrada.

-Lo sabrás a tu debido momento, pero necesito pedirte que, bajo ninguna circunstancia te lo quites- se quedo viendo durante un rato para afuera por la ventana y luego volteo hacia mi y me dijo –Hora de que te vayas-

-Bueno muchas gracias, solo una pregunta ¿Cuál es tu nombre?

-Eso también lo sabrás a su debido momento, bueno, es hora de que regreses a tu mundo.

-¿Mi mundo? De que ha…

Serena…

Serena… ¿sta b n?

Serena… ¡Despierta!

Me levante sobresaltada viendo hacia todos lados de manera borrosa, mientras mi vista se iba adaptando a la luz. Me voltee a mi izquierda viendo a Ash y Bonnie con una mirada preocupada en sus rostros.

-Que… ¿Que paso?, ¿Dónde estamos?- Exclame sobresaltada

-Estamos en el centro pokémon de ciudad Coumarine- Respondió Ash, aun preocupado.

-Y tú estabas teniendo un sueño muy raro al parecer- Continuo Bonnie – Empezaste a Balbucear cosas y a moverte de forma extraña. ¿Estás bien?

¿Solo había sido un sueño? Pero si parecía tan real…

-Si estoy bien- le respondí a Bonnie, tratando de no preocupar a nadie- Debe haber sido solo una pesadilla.

-Ok- Dijo Bonnie más tranquila- Lamentamos haberte despertado, pero te veías muy inquieta y sentimos que era lo mejor.

-No se preocupen- Les dije con una sonrisa.

-Bien- Dijo Ash –Nosotros vamos a bajar para darte tu espacio, cuando estés lista bajas a desayunar, ¿Si?- Termino con una sonrisa

Yo solo asentí con la cabeza, cuando ya se habían ido, me senté en la cama para tratar de pensar en todo lo que había pasado en mi sueño…Había sido tan real, y esa cara, me resultaba vagamente familiar… Como si ya la hubiera visto en un cartel, o en la televisión.

Me levante, y aun con estos pensamientos en la cabeza me dirigí al baño para alistarme, casi como un robot me cepille los dientes, y luego fui a por mi ropa para bañarme y cambiarme, estaba a punto de desvestirme cuando sentí algo frio en mi cuello.

¿Pero qué rayos? ¿Sera? No, no podía ser… Lentamente lleve mi mano a mi cuello y saque un pequeño collar… plateado con un dije dorado y forma triangular.

Oh Dios…

(Continuara)

¿Quién será el misterioso chico de pelo azul? ¿Qué significa ese misterioso dije? ¿Disfrutaría cambiándole la ropa a Serena? Todo esto y más en el resto de la historia (Ok, lo ultimo tal vez no… Lo dejo a su criterio)

Bueno Chicos, aquí la segunda parte de esta historia que la verdad, al menos a mi me está gustando mucho, no se a ustedes. Cualquier opinión o sugerencia hacia la trama o hacia mi manera de escribir será bienvenida, como también felicitaciones o cualquier comentario que quieran dejar en la historia.

También he de agregar que me encanta añadirle humor a las historias que hago, pero que en esta, al menos al principio no voy a poder, pues necesito que estas partes sean serias y llenas de misterio, lo más probable es que el humor lo agregue mas tarde en la historia.

Si les gusto pueden darle a favorito y también seguir la historia, que la verdad me anima mucho.

Un saludo especial a luxter77, amigo, en serio gracias por comentar

Muchas gracias por leer,

¡Hasta la próxima!

Red Fox Out.

 

Guarda Los Recuerdos En El Corazón

¿Qué tal? Mi nombre es Altaír, Soy originario de Hoenn, y hoy les contare mi historia.

Empecé mi viaje a la edad de 10 años, como todo niño, emocionado y ansioso por ir a por mi compañero, ¿Adivinan a quien escogí para que me acompañara en mi aventura? ¿No? Bueno, era pequeño, verde, y con el estomago rojo. Claro está, treecko y yo nos hicimos amigos inseparables, pasamos por muchas cosas y al final, llegamos al lugar donde todo entrenador termina su viaje, la liga pokémon. Para ese entonces ya no era un pequeño gecko, si no el poderoso rey de la selva, Sceptile. No crean que llegamos allí solos, claro que no, esto hubiera sido imposible. A lo largo de nuestra aventura se nos unieron grandes amigos, que al final con esfuerzo y dedicación lograron vencer en la cumbre del entrenamiento pokémon. ¿Quieren saber quiénes eran? Bueno pues les contare.

El primero en unirse a nuestro equipo fue Vulpix, que en un momento dado evoluciono en un hermoso Ninetales.

El segundo fue un panda asustado, al cual, luego de salvar de unos contrabandistas, decidió unirse a mi grupo y hoy es un poderoso Pangoro.

¿El tercero? Un pequeño cachorro de león que me encontré por casualidad y que evoluciono en un chispeante Luxray.

El cuarto tiene una historia bastante curiosa, y es que el tenia un sueño, un único y gran sueño: Volar, así era, volar libremente por los aires… ¿Adivinan quien era? Pues sí, el que hoy en día es mi orgulloso Salamence.

Y el ultimo, pero no por eso menos importante, ni mucho menos, fue un regalo…Mas bien una adopción, Y es que fue bastante memorable, pues fue el campeón en turno mismo, quien me lo dio, Así es, Máximo Peñas en persona. ¿Por qué me lo daría?, ¿Que lo motivaría en dirigirse a mí y preguntarme si estaba dispuesto a cuidar de ese pokémon? No lo supe hasta mucho después, no se lo pregunte, y la verdad en ese momento poco me importo el por qué, y jure cuidar mucho de ese pokémon, ese mismo que el día de hoy es mi fiel compañero Metagross.

Bien, vencimos, ahora la incógnita era, ¿qué hacer ahora?, naturalmente pensé en visitar otras regiones, y ganando todas las ligas, Desde Kanto, hasta Teselia, pasando por Johto y Sinnoh, al finalizar estas regiones me sentí satisfecho, ¿Qué más podía pedir? Mi equipo era poderosísimo y tenía una increíble relación con ellos, fui reconocido como campeón en todas las regiones por las que pase, Incluso siendo invitado al Pokémon World Tournament. Despues de todo esto, me embarque en unas vacaciones, pensando que era el fin… Que tonto fui al pensar eso, Pues mi aventura apenas comenzaba.

Nunca olvidare ese atardecer, ¿Por qué? Bueno, tengo mis buenos motivos, pero la razón principal fue que esa tarde empezó todo.

Estaba en el resort batalla, disfrutando de unas vacaciones, después de haber viajado por Teselia, había alquilado un bungalow cerca de la playa para mí y para mis pokémon, si, en este punto de mi vida el dinero no era mucho problema, se preguntaran, ¿Cómo no se me subió a la cabeza? Tanto éxito, sin lugar a dudas haría que cualquiera se creyera insuperable, e inevitablemente que la fama terminara consumiéndolo.

La verdad, el motivo fue mi madre, cada vez que ganaba alguna liga , siempre me recibía con entusiasmo y halagos, pero en la noche, y nunca fallaba llegaba a mi cuarto y, sentándose en mi cama me decía estas palabras: Has logrado mucho en tu vida Altair, has superado incontables obstáculos, y nunca te has rendido, pero recuerda que por muchas habilidades y fuerzas que poseas, sigues siendo un ser humano ante los ojos de Dios.

¿Qué si me chiflaban estos sermones de mi madre? Como no tienen idea, la verdad me exasperaba mucho que me "amargara" mi victoria con estas palabras, fue hasta unas cuantas ligas después, que comprendí las razones de mi madre, ella solo velaba por mí, y por que fuera una persona con buenos principios en el futuro, y vaya que lo logro.

Ya ha anochecido completamente, decido que ya es hora de ir a dormir, por lo que llamo a mis pokémon que estaban jugando a la orilla de la playa… El bungalow no es lo suficientemente grande como para que los más grandes duerman allí, por lo que Salamence, Metagross y Pangoro tendrán que dormir afuera, el clima era cálido y agradable, por lo que ese no era un problema muy grande.

Deje mi cinturón con las pokebolas vacías en la mesita de noche, me cambie para dormir (hacía calor por lo que unos pantalones cortos y una camisa sin mangas bastaron) y me fui a dormir.

Me despertó un sonido, un sonido que yo, y cualquier entrenador experimentado reconocería, el sonido de un pokémon cuando es metido de vuelta en su pokebola, el sonido sonó 5 veces más y luego paro, alargue mi mano para recoger mi cinturón, pero por más que palpe, no estaba donde lo había dejado, confirmando mis sospechas, y con miedo de saber que pasaba, trate de levantarme, cuando olí un olor bastante familiar…Somnífero, fue lo único que pude pensar antes de caer noqueado.

Lo que paso a partir de ese momento esta borroso en mi memoria, pues solo recuerdo ser cargado, oír palabras sueltas que sonaban como "eón" y luego el sonido armonioso de una flauta, antes de dormirme otra vez. La segunda vez que me desperté sentí el inconfundible sentimiento de ser transportado por el aire, tras lo cual volví a los brazos de Morfeo. La última vez que desperté ya estaba más despejado, y pude ver bien a mi alrededor, estaba en una especia de cueva, la más rara que hubiera visto…Llena de piedras multicolores que reflejaban la luz del sol, creando un arcoíris allá a donde miraras.

-Qué bueno que ya despertaste, la verdad estaba preocupado de haberte hecho oler demasiado somnífero- Dijo alguien a quien no podía enfocar muy bien debido a la luz de la cueva, pero cuya voz me sonaba extrañamente familiar.

-¿Máximo?- exclame, totalmente confuso, y logrando enfocarlo mejor.

-El mismo- respondió con una sonrisa el campeón en turno de Hoenn (Yo era técnicamente el campeón, pero es un cargo opcional, el cual puedes aceptar o rechazar si las dos partes están de acuerdo…Yo lo había rechazado por razones obvias)

-¿Qué hago aquí?- Pregunte empezando a pensar con más claridad –Y ¿Dónde están mis pokémon?

-Tus pokémon están bien y a salvo afuera de la cueva- Respondió Máximo –Y lo que haces aquí es algo que yo no puedo explicarte, solo cumplí ordenes

-Aja, y tus ordenes fueron secuestrar a la mitad de la noche a mí y a mis pokémon ¿eh?, ¿Sabías que existen maneras más políticas de hacer las cosas?- Le respondí con sarcasmo (debo decir que suelo ser bastante sarcástico)

-Disculpa que no se me ocurriera otra cosa mejor, pero no había tiempo para negociar, y pues, tuve que hacerlo. Lo lamento- Respondió, visiblemente avergonzado

-Ok, ok no pasa nada- respondí más tranquilo- Lo único que me importa es que mis pokémon estén bien.

Me levante del lecho donde estaba, y saliendo de la cueva me encontré con uno de los panoramas más hermosos que he visto nunca, era una especie de claro en el bosque, por el que corría un rio cristalino, pero lo verdaderamente hermoso era toda la fauna y flora que habitaba en el lugar. Desplace mi vista por todo el lugar, tratando de identificar donde estaban mis pokémon, no me costó mucho encontrarlos (vamos, que no es como si un salamence, un metagross y un pangoro pudieran pasar muy desapercibidos) Ellos también notaron mi presencia, y fueron corriendo a mi encuentro. Al momento de llegar hasta ellos sentí como si un rayo me tacleara (En realidad fue en serio, cortesía de Luxray) obviamente felices de verme de nuevo.

-Veo que están muy felices de verte- salió diciendo Máximo de la cueva mientras reía al verme completamente electrizado.

-Si bueno, es ese tipo de relaciones que duelen- le respondí bromeando, Máximo solo rio.

-Yyyy, entonces, que debo hacer…O a quien debo escuchar… O…En serio ¿Por qué me trajiste aquí?

¿No conoces este lugar?- Me pregunto Máximo admirando el lugar-¿No te parece… Un lugar espiritual?

Me le quede viendo con una mirada divertida mientras contestaba –Si, si muy mistico y todo, pero no creo que me raptaste para venir a meditar- Le dije con bastante sarcasmo. – ¿O sí?- Esto último lo agregue al ver la expresión seria y profunda de su rostro.

-De hecho, eso es justamente lo que hemos venido a hacer- Me respondió con expresión neutra.

-¿Es en serio? Yo lo dije de broma, ¿Meditar? ¿No podríamos haberlo hecho en mi bungalow? También es muy tran…- Me detuve en mi alegato al ver la mirada llena de exasperación que me dirigió.

-Ok, ok, entiendo, ya, en serio ¿Qué necesitas que haga?- Le dije ya sin una pizca de sarcasmo (aleluya) en mi voz.

-Ven conmigo- me respondió mientras caminaba hasta el final del claro, frente a una cascada, justo al final había un pequeño cartel, encima de una roca. –Quiero que leas lo que pone en este cartel mientras presionas con tus dos manos la roca.

Yo solo obedecí, tratando de convencerme en mi cabeza de que todo esto tenía sentido, y de que no sería necesario ingresar a nuestro campeón en un hospital psiquiátrico. "Ojala no pase" me dije mentalmente, "Pues me vería obligado a ocupar su lugar"

Llegue al lugar y me senté frente a la pequeña roca.

"Si quieres evitar olvidar tus recuerdos, guárdalos en el corazón"

Aun hoy que lo pienso, no sé cómo no me asuste de muerte al oír esa voz venir de la nada, es que fue una voz tan cristalina, tan dulce, tan…Perfecta, que me hizo estremecerme de la emoción, sentí como si, de repente hubiera alguien que me cuidaba, alguien que vigilaba mis acciones. Con estos pensamientos, levante mi vista hacia el cartel, mientras tocaba la piedra.

"Los sueños son un mundo aparte, Recuérdalo"

Mi vista se volvió borrosa, hasta no poder ver nada.

¿Dónde estoy?, y ¿ahora qué paso? Me levante confuso del lugar donde me encontraba. Para darme cuenta que…No estaba en ninguna parte en realidad, todo era blanco y brillante, y me acuerdo que no había derecho ni al revés. La física describe la nada como la ausencia de materia, bueno este lugar también podía ser descrito de esa manera.

La luz se volvió más intensa, y adquirió un tono dorado, tan intensa, de hecho que me sentí obligado a cerrar los ojos, cuando sentí que la luz había disminuido me atreví a abrirlos, solo para encontrarme a la imagen más increíble que he visto en toda mi vida.

Frente a mí se alzaba un pokémon blanco como la nieve, con un aro dorado en su torso y sus ojos viéndome fijamente. Yo estaba literalmente sin palabras

Una voz se oyó, y aunque parecía ser la del misterioso pokémon, parecía venir de todas partes, y de ninguna al mismo tiempo.

"Mi nombre es Arceus, y te he hecho venir porque he de necesitar tu ayuda, así que presta atención"

"El equilibrio de tu universo es muy delicado, tanto así, que cualquiera de las creaturas que han sido creadas para protegerlo, son capaces, si así lo desean, de destruirlo también. Grandes cosas se avecinan a tu mundo, fuerzas increíblemente poderosas prometen con despertar y alterar el débil equilibrio que poseen, solo un objeto: El amuleto equilibrio, será capaz de traer paz y prosperidad al mundo. Este amuleto ya ha sido entregado a quien deberá portarlo, sin embargo, poderes malignos ya saben de la existencia de este objeto, y no dudaran en ningún momento a la hora de evitar que el portador cumpla con su misión. Te he vigilado durante bastante tiempo, eres puro de espíritu y noble de corazón, eso lo tengo claro. Y es por eso que te he escogido como guardián del portador. Te otorgare los dones necesarios para que puedas cumplir tu misión.

En el momento en que Arceus menciono estas palabras, un collar con una piedra en el dije apareció en mi cuello, seguidamente un haz de luz de más o menos mi tamaño floto hasta mi, transformándose en un anillo y encajando a la perfección, se posiciono en mi anular izquierdo. Por último una pequeña flauta se me fue entregada.

"Te preguntaras, y no sin razón, que tendrás que hacer con los objetos que te he otorgado, bien, eso te lo explicara Máximo cuando regreses con él. Por último recuerda muy bien esta frase: La vida y la muerte entraran en feroz batalla, sin conocer que ninguna de las dos podrá vencer sin destruir el equilibrio, pues tanto una como la otra son necesarias, y ninguna batalla entre ellas estará justificada."

"Ve a la región donde la gran torre toca los cielos, ahí encontraras a quien buscas, ¿Cómo? Solo sigue a tu corazón."

-Espera, ¿Cómo estoy seguro que recordare todo esto?- le pregunte, temeroso de que se me olvidara algo.

"Eso ya te lo han dicho, solo recuerda"

Y de repente me acorde, de esa voz que escuche en la isla

"Si quieres evitar olvidar tus recuerdos, guárdalos en el corazón"

Bueno Damas y Damos, este ha sido el tercer capítulo de la historia, espero les este gustando, les recuerdo que si es así pueden dejar su review con sus criticas y/o ideas, que la verdad los review son la mayor motivación de los escritores, y prácticamente de lo que vivimos.

También les informo que si están pensando escribir sus propias historias, pero no están seguros si sus trabajos están bien hechos, o quieren una segunda opinión, Pueden contar conmigo como un betareader, solo manden un mensaje privado para contactarme y yo con mucho gusto les ayudare.

Pd. ¿Si todos adivinaron la isla donde llevo Máximo a Altair no?

He editado este capitulo pues asi lo requeria la trama.

Red Fox Out

 

Era una bella mañana en el centro pokémon de ciudad tempera, los fletchlings cantaban, los skiddo dormían y nuestro héroe Ash Ketchum entrenaba energéticamente con sus pokémon. Sin embargo, su energía y chispa habitual no estaban presentes con el ese día, de hecho estaba preocupado, muy preocupado, y esa preocupación tenía su origen en la pelimiel que se encontraba sentada bajo la sombra de un árbol, no muy lejos de donde Ash practicaba, volteando este bastante seguido hacia ella. La verdad no era para menos, pues desde el raro despertar de Serena hacia algunas horas, se veía…diferente, muy diferente, parecía como ida, como si no acabara de convencerse de que solamente había sido un sueño. Finalmente Ash se rindió, decidió que ya había sido bastante entrenamiento por un rato y, mandando a sus pokémon a descansar se acerco a Serena, la cual estaba viendo fijamente un dije que llevaba colgado en el cuello.

-Hey que bonito dije, ¿Dónde lo conseguiste?- Dijo Ash, tratando de iniciar una conversación con ella.

-¡Ah!- Respondió Serena sorprendida, pues no había visto a Ash acercándosele- Ah, pues… este dije me lo mando mi mama como un regalo- respondió improvisando rápidamente una respuesta.

-Pues se te ve realmente bien- dijo Ash mientras se rascaba por encima de la nariz.

-Gra..Gracias- Fue lo único que pudo responder Serena mientras se sonrojaba.

-Oye ¿Estas bien?- Pregunto Ash, entrando directamente al tema que le interesaba.

-¿Eh? S-Si, ¿por qué no debería estarlo?- Dijo Serena, mintiendo lo mejor que pudo para no preocuparlo.

-Sabes que mentir no es lo tuyo ¿verdad?, Vamos puedes confiar en mí, es acerca de tu pesadilla ¿verdad?- respondió Ash mientras se sentaba junto a ella.

¿Por qué diablos es tan perspicaz para algunas cosas y tan denso para otras? Se pregunto Serena frustrada.

-Ash, ni yo misma se lo que pasa, la verdad, estoy bastante confusa y necesito tiempo para ordenar mis pensamientos ¿Ok?- Le respondió Serena de la manera más calmada que pudo.

-Ok, no te preocupes- Respondió Ash, reconociendo que lo que ella pedía era totalmente razonable, y que nada ganaría presionándola. –Solo prométeme algo- continuo, mientras posaba sus ojos directamente sobre los de ella.-Que cuando estés lista, me contaras lo que paso, ¿Ok?

La espina dorsal de Serena se estremeció al sentir los ojos de Ash tan profundamente sobre los de ella. Tragando en seco por el nerviosismo solo logro asentir ligeramente con la cabeza. Ash se dio por satisfecho con esto. ¡Ese es el ánimo! Le dijo mientras se paraba y le ofrecía su mano para que ella también se levantase. – ¡Venga, vamos a buscar a Clemont y a Bonnie! Dijo mientras empezaba a correr. Serena no pudo hacer otra cosa más que sonreír y seguirle.

"Gracias Ash…"

Me desperté sobresaltado, otra vez hallándome en el claro en donde dormí, recordando claramente todo lo que Arceus me había dicho, tenía que encontrar a alguien, y protegerla… ¿Protegerla? Trate de recordar, y sin embargo Arceus nunca me dijo el género de quien debía proteger, sin embargo de algún modo, lo sabía.

Me levante algo mareado, y fue en ese momento que me di cuenta que todo cuanto Arceus me había dado seguía en su lugar. Los examine durante un rato. Tanto el anillo como la mega piedra que me otorgo eran dorados, y con la forma característica de el aro que el mismo llevaba en su torso. Sentí una protuberancia en mi bolsillo, y cuando saque el objeto que había en el, recordé que era la flauta. "¿Para qué me daría una flauta?" Me pregunte a mi mismo. Al instante supe que nada iba a conseguir si seguía haciendo mis propias suposiciones. Así que empecé a buscar a Máximo.

Lo encontré cuidando a nuestros Pokémon cerca de la cueva donde desperté por primera vez. Era curioso ver a los dos equipos más poderosos de Hoenn (Ni crean que estoy alardeando…Bueno, tal vez solo un poco) jugando alegremente en el pasto o el rio.

Rápidamente me acerque a Máximo que, al notar mi presencia se levanto y con una sonrisa se dirigió a mí.

-¿Qué tal le fue al señor en la entrevista?- Me recibió con una broma

-Bien, oye ¿Se va a convertir en costumbre esto de estar durmiéndose y despertándose a cada rato? Porque no es muy grato que se diga- Le respondí con otra broma. El solo rio.

-¿Y qué paso?- me dijo ya hablando seriamente.

-Pues me encontré con Arceus, y me dio una misión y unos… ¿Objetos? Que dijo tu me ayudarías a comprender.- Le respondí

-Pues hare mi mayor esfuerzo en ayudarte, ¿Qué misión te dio?- Me dijo mientras con una seña me indicaba que fuéramos a sentarnos en la sombra de un árbol cercano.

-Tengo que encontrar a alguien…Alguien que porta un dije, no me dijo ninguna especificación acerca del dije o de la persona misma… Solo dijo que la tendría que buscar en la región donde la gran torre toca los cielos…-Dije, viendo la reacción de Máximo, el solo asintió con la cabeza, invitándome a continuar- Pues tengo que encontrar a esa persona… y protegerla. Termine mi relato.

-Comprendo, ¿ya sabes de qué región te hablaba Arceus?- me pregunto Máximo

Yo asentí con la cabeza – Supongo que se refería a la torre prisma, en Kalos ¿no?

-Eso es lo que creo yo también- me dijo Máximo, ahora veamos esas reliquias que te concedieron.

Yo le mostré de primero el anillo, el cual al momento de tocarlo brillo de un dorado intenso.

Máximo lo examino un instante antes de empezar a hablar –Ese anillo guarda tu arma característica de guardián.- Al ver mi cara de confusión trato de explicarse mejor. Veras, existen algunos guardianes en el mundo, que cuidan, cada uno de un elemento. Por ejemplo,-dijo mientras pasaba el dedo por la gema del anillo que él llevaba, la joya brillo de un gris intenso, un haz de luz salió de la misma y se convirtió en una especie de mazo gris brillante que se solidifico en sus manos. –Esta arma te permite controlar el tipo del que eres guardián, al igual que tus pokémon, en mi caso, se me fue encomendado el tipo acero, y por eso mi arma es una maza.-Termino mientras volvió a convertir el arma en un haz de luz y lo guardaba en su anillo de nuevo.

-Cool- dije mientras examinaba mi anillo -¿Cuál crees que es mi tipo?- Pregunte ilusionado

-Solo hay una manera de saberlo- me respondió- Y es viendo el tipo de arma que te toco.

Siguiendo el ejemplo de Máximo, acerque mi dedo a la piedra del anillo, la cual brillo igual que la de Máximo, pero de un color dorado. Ante mi apareció una especie de Bo, el cual se solidifico en mi mano.

-¿Un Bo?- dijo Máximo extrañado – Pero, no puede ser…

-¿Por qué no puede ser?- le pregunte mientras balanceaba el bo de un lado a otro (aunque parecía bastante pesado, era muy liviano y fácil de manejar)

-Toda arma elemental se inclina hacia algún tipo especifico- empezó a explicar Maximo.- Por ejemplo, el tridente controla el agua, y la espada el fuego…Sin embargo, el Bo es neutral, no se inclina ni para un lado ni para el otro.

-¿Me estás diciendo que mi arma no tiene ningún poder?- Pregunte sin evitar sonar desilusionado (vamos que cualquiera lo estaría)

-Al contrario, el bo es el más poderoso de todos, pues puede dominar todos los tipos.- Me respondió Máximo

-¿En serio?- pregunte con estrellitas en los ojos- ¿Es decir que puedo lanzar fuego, o tierra con esto?- pregunte mientras empezaba a moverlo a ver si ocurría algo (estaba muy ilusionado ¿ok? No estaba pensando muy racionalmente)

-No tan rápido- me dijo Máximo mientras me hacía señas de que guardara el arma (a regañadientes lo hice) –Bien, muéstrame que más te dieron.

Le enseñe entonces el dije que cargaba en mi cuello.

-¡Claro!, una piedra llave, ese fue el único objeto que sabia te iban a dar.

-¿En serio?, ¿cómo lo sabías?- le pregunte con curiosidad.

-Porque se me encomendó darte esto también- dijo mientras buscaba en su bolsa, y sacaba tres collares de distinto color.

-Son… ¿Mega piedras?- Trate de adivinar.

El asintió con la cabeza –Sceptilita, Metagrossita y Salamencita- las nombro mientras las iba señalando- Deberás dárselas a tus pokémon para que puedan mega evolucionar.

-¡Increíble!- exclame mientras guardaba las piedras activadoras en mi bolsa. –Ah, lo último que Arceus me dio fue esto- dije mientras sacaba la extraña flauta de mi bolsillo.

Los ojos de Máximo se iluminaron – ¡Increíble!, ¡una flauta eón! ¡Qué suerte tienes!

Me sentí bastante confundió -¿Qué es una flauta eón?- pregunte

-Para que explicártelo si puedes verlo con tus propios ojos, anda, ¡tócala!- me dijo.

No muy seguro de lo que hacía, acerque la flauta a mi boca y sople en ella (Dios, que mal se oyó eso) Se escucho una melodía armoniosa, a pesar de que yo no tenía ni la mas mínima idea de cómo tocar cualquier flauta.

De repente, un fuerte viento se sintió encima de nosotros y al ver para arriba, aviste un pokémon de color blanco con rojo que se acerco volando hasta mí. –Que… ¿cual pokémon es este?- le pregunte a Máximo.

Esta- Me respondió el campeón- Es Latías, uno de los dos pokémon eón, y vino por que tú la invocaste al tocar la flauta. Esa flauta es, por así decirlo el vinculo entre tú y latías.

-¡Guau!- exclame mientras me acerque a Latías y acaricie gentilmente su cabeza, gesto que pareció gustarle pues inclino su cabeza un poco más hacia mí.

-Cada vez que necesites de Latías, ya sea para que te lleve a algún lado, o para que te ayude en algo, solo deberás tocar esa flauta. Ahora es tiempo que empieces tu aventura y cumplas con tu misión.

-Espera, ¿no vas indicarme como utilizar el bo?- le pregunte, pues no tenía idea de cómo se usaba.

El negó con la cabeza –Normalmente lo haría, pero el tiempo no está de nuestro lado. Es preciso que partas en este instante. Tendrás que aprender por ti solo.

Máximo me alcanzo mi cinturón con mis pokebolas, y después de atrapar a todos mis pokémon, y haberme subido en Latías voltee hacia Máximo.

-Confió en que lograras manejar el poder del arma elemental, y que lograras tu misión. Buen viaje Altair.

-Hasta pronto Máximo- Y con esa despedida, emprendí mi viaje con Latías y mis otros pokémon a la región de Kalos.

¡Qué tal!, aquí les dejo el cuarto capítulo de esta historia, si les gusto no olviden darle a favorite, y si quieren seguir leyendo la historia le pueden dar a follow para saber cuando subo nuevo capítulo.

También les recuerdo que me encantaría que dejaran un review, pues me motivaría mucho y además, ¡Es gratis!

Red Fox out.

 

-Auch, eso dolió, menos mal que solo era un sueño- le dije a mi compañera Fennekin luego de haberme caído de la cama. Recuerdo haber soñado estar en un concurso pokémon, y que me tropezaba… Y pues sí que me tropecé, pero afortunadamente fue en nuestro cuarto del centro pokémon y nadie, aparte de mi pokémon se dio cuenta.

Voltee a mí alrededor, adaptando mi vista a la oscura habitación, solo para ver que cierta persona no estaba ya en su cama. Sonreí ligeramente, claro, típico de el cada vez que luchará en un gimnasio. Siempre entrena de madrugada con alguno de sus pokémon. Me levante, sabiendo que de nada me serviría tratar de volver a dormir, y saliendo del centro pokémon me dirigí hacia una pequeña valla que evitaba que alguien cayera en el pequeño desnivel hacia la calle. Me apoye en él, y me concentre en ver la hermosa salida del sol que empezaba a alumbrar ya la mañana. De repente mi atención fue desplazada hacia mi izquierda, por donde a la altura de la calle venían corriendo un entrenador y su pokémon, (inconfundibles, la verdad).

Ash y Pikachu pasaron corriendo alegremente por la calle, para detenerse unos metros a mi derecha, y contemplar la salida del sol. Yo solo sonreí, pensando en cuanto se estaba esforzando Ash para cumplir sus sueños, y prometiéndome a mi misma cumplir los míos. Durante un momento pensé en unírmeles para ver la puesta del sol con ellos. Pero tuve que descartar mi idea, al darme cuenta que volvían a ponerse en camino, esta vez de vuelta al centro pokémon. Imagine que Clemont y Bonnie ya estarían despiertos, por lo que decidí volver también al centro pokémon.

-¿Este es el gimnasio de ciudad tempera?- le pregunte a Serena.

-Sip- Fue Clemont el que me respondió- Es un gimnasio de tipo planta, por lo que me imaginaba que el gimnasio sería algo así.

-Pues entonces ¡Vamos!- Grite, ansioso de tener mi próxima batalla de gimnasio, y empecé a correr.

-Espera Ash ¡No corras!- Oí que gritaba Serena mientras ella y los demás empezaban a correr detrás de mí.

¡Llegue el primero!- Grite lleno de energía, mientras esperaba a los demás.

-¡Yo fui la segunda!- exclamo Bonnie al llegar. La verdad no me sorprendió, con la energía que tiene.

-Pues parece que fui la tercera- dijo Serena agotada mientras trataba de recuperar el aliento.

Clemont llego de último, (como siempre) mientras resollaba y se arrastraba por los últimos peldaños del árbol.

Bienvenidos al gimnasio de ciudad Tempera, mi nombre es Ramos.- Nos saludo un anciano mientras salía de un invernadero que se encontraba a su derecha.

(A partir de aquí voy a ser yo el narrador)

-¡Que tal!, mi nombre es Ash Ketchum, de pueblo paleta, y el es pikachu- contesto Ash mientras señalaba a su amigo.

-¡Pikachu!- Saludo el roedor eléctrico

-Mucho gusto, mi nombre es Clemont, y ella es mi hermana Bonnie.- Saludo también Clemont

-¡Hola!- dijo Bonnie mientras hacia una ligera reverencia

-Y yo soy Serena- se presento Serena mientras también hacia una ligera reverencia hacia Ramos. Pero mientras la efectuaba, su dije se deslizo por encima de su camiseta, quedando visible a todos.

Ramos se le quedo viendo fijamente al dije con una expresión, mitad curiosa, mitad asombrada. "¿Sera posible…?

-Muy bien, ¿podemos tener nuestra batalla de gimnasio ahora?- pregunto Ash muy impacientemente (que raro ¿no?) mientras dirigía su vista hacia el campo de batalla.

-¿Eh?- Ramos no le había puesto mucha atención- Ah, todavía no Ash, déjame decirte que llegan justo a tiempo para acompañarme a tomar el té.- Normalmente hubiera accedido al pedido del muchacho, pero necesitaba confirmar su teoría acerca de ese dije.

-¿Tomar el té?- pregunto Ash desilusionado. -¿No podría ser después?

-Que muchacho mas desesperado- dijo Ramos mientras sonreía -no, no puede ser después, aquí en el gimnasio Tempera nunca posponemos la hora del té, ¡Venga conmigo!- termino mientras se dirigía a la parte del árbol donde residía. A los demás no les quedo más remedio que seguirlo.

-Muchas gracias por ofrecernos este té- le agradeció Serena a Ramos mientras tomaba el tazón sin asas con las dos manos (¿cómo diablos le harán para no quemarse?) Los otros también agradecieron, aunque Ash lo hizo algo impaciente y desesperado.

-No hay de que, es un honor para mí invitar a tomar té a cualquiera que venga al gimnasio- les respondió Ramos a todos. Luego hizo como si viera el collar de Serena por primera vez - ¡Qué bonito collar!- Exclamo, dirigiéndose a Serena. – ¿Donde lo conseguiste?

-¡No nos lo habías enseñado!- dijo Bonnie, percatándose por primera vez del dije.-¡Qué bonito esta!

Serena volteo rápidamente la cabeza hacia su cuello, efectivamente el collar se le había salido de la camisa, en donde lo había guardado. –Si, eh, ¡gracias! La verdad, eh me lo dio- empezó a decir, muy nerviosa.

-Se lo mando su mama- contesto Ash por ella mientras le dirigía una sonrisa.

-¡Sí! ¡Eso! Fue un regalo de mi madre, y no se los había enseñado por que fue muy temprano en la mañana y… pues eso- término mientras agarraba el pequeño dije y lo devolvía al interior de su camisa.

-Interesante- Exclamo Ramos mientras terminaba su té.

-¿Podemos tener nuestra batalla ahora?- pregunto impaciente Ash

-Primero quería pedirles un favor, ¿me ayudarían en mi jardín? Lo que pasa es que hay muchas hierbas malas en él, y hace tiempo perdí la energía que entrega la juventud.- Les respondió Ramos.

Ash se paso una mano por la cara mientras murmuraba.

-Nos encantaría señor- respondió Serena inmediatamente para desviar la atención de Ramos de el gesto descortés de Ash.

-Muchas gracias, ¡Síganme!- Les dijo el líder mientras los guiaba a uno de sus invernaderos. –Bien- Empezó una vez llegaron- Ustedes Clemont y Bonnie ¿podrían ayudarme a arrancar las hierbas de esta parte?- Pregunto a los hermanos mientras señalaba la primera parte del invernadero. Clemont y su hermana se dirigieron allí. –Tu Ash y tu pikachu podrían encargarse de esta segunda parte ¿sí?- Ash solo asintió y se encamino allí con pikachu.-Y finalmente tu, querida- dijo dirigiéndose a Serena.- ¿Me podrías seguir?- termino mientras se dirigía a una parte del invernadero cubierta con lona. –Tú y yo nos encargaremos de esta parte- le dijo Ramos mientras señalaba la ultima parte del invernadero.

-Ahora querida, ¿podrías decirme la verdad acerca de ese dije?- soltó sin más Ramos mientras miraba fijamente los ojos de Serena.

-¿Cómo?, Eh, ya se lo había dicho señor, me, me lo dio mi madre- exclamo Serena mientras miraba a otro lado.

-O vamos, podrás engañar a tus amigos con esa mentira, pero no a alguien que ha vivido tanto como yo, y menos habiendo visto ese signo tantas veces.

-Usted, ¿usted sabe lo que significa?- pregunto la pelimiel, curiosa y algo nerviosa.

-¡Claro!- exclamo Ramos mientras levantaba su antebrazo derecho y apretaba el puño. Serena pudo notar que estaba levemente resaltado el mismo signo. –Es el signo de los guardianes del equilibrio.

-¿Los que?- pregunto Serena mientras sacaba el dije y lo examinaba minuciosamente, confirmando que era el mismo signo.

-Oh, al parecer el que te lo dio no te dijo nada, la verdad no me sorprende, siempre nos encanta agregarle misterio a las cosas- exclamo Ramos sonriendo.- Te lo explicare de la manera más resumida que me sea posible, como bien ya sabes, existen los tipos es decir: fuego, agua, planta, etc. Todos ellos representan en conjunto la naturaleza. Cada uno de ellos tiene tanto fortalezas como debilidades, de modo que ninguno sobresale. Cada guardián está a cargo de un tipo, y vela por su neutralidad. Para que haya un equilibrio en la tierra, es necesario que la naturaleza este en equilibrio, y es por eso que existimos nosotros. ¿Si me explico o solo te estoy confundiendo más?- termino Ramos.

-No, si le entendí, pero ¿Qué tiene que ver todo esto conmigo?- pregunto Serena.

-Esa es una pregunta que temo no obtendrá respuesta de mi parte- respondió Ramos mientras metía sus tijeras en su funda.

-¿No me lo puede decir?- pregunto Serena, curiosa.

-Nop, es que no tengo ni idea- respondió Ramos mientras se rascaba la cabeza, avergonzado. (En estos momentos es ese tipo de escena anime en la cual, por alguna razón aparece una gota de sudor en la frente de Serena y pone una de esas caras raras, típicas de los momentos incómodos, y que sinceramente no sé cómo describir)

-Señor Ramos, ya terminamos por aquí- grito Ash mientras se acercaba a ellos -¿Podemos tener ya nuestra batalla pokémon?-

-Muy bien, muy bien, tengamos esa batalla- respondió Ramos mientras invitaba con la cabeza a Serena para que lo siguiera.

(Aquí me disculpo por no narrar la escena, pero la verdad ya todos sabemos cómo fue…Bla bla bla, Ramos es muy fuerte, y Ash no le acierta ni una, ¿Qué tiene un fletchinder que es doblemente eficaz? ¡Vale madres! Que al final un jodido weepinbel va a poder con el facilito. Saca a Hawlucha, Es eficaz, que bueno que lo saco. Nop, el weepinbel bien chingon que al parecer le pela el mundo y sus habitantes logra vencerlo también. A quien sacara Ash? Y es… Frogadier, hoy si a la chingada, si mato a dos pokémon efectivos, ¿Qué coño va a hacer con un frogadier que es débil contra el tipo planta? Ya valio ma… Espera lo logro vencer ¿Eh? ¿Pero cómo demonios? Guau. El ultimo pokémon… Un gogoat. Tiene huevos. Una pequeña bola de algodón, después una papaya con boca, y el ultimo… una cabra chetadisima , con muchísima defensa y capaz de realizar un remolino de hojas increíble con las hojas navajas. Hoy si, Frogadier se jodio, ah no espera, que al parecer adquirió el tipo psíquico y es capaz de "sentir" a Gogoat en medio del ciclón de hojas. Ni que Alakazam ni que pollas, Frogadier es el amo a la hora de sentir cabras que están "del otro lado". Pues ataca con ¡As aéreo! Es muy eficaz, ¡Eso debería hacerle mucho daño! Ah no, que no le hizo casi nada. ¡Pero otra vez doble equipo! ¡Y ahí va frogadier con! ¿Pulso de agua? ¡Por favor! Si no le hiciste casi nada con as aéreo ¿Cuánto daño crees que le vas a causar? Este Ash es gili… Ah, pos el pulso de agua si le mato. Ok, ok, lo que tu digas anime.)

Y con eso termina el día de hoy, Ash gana la medalla, y pues todo eso. (Me shoquea la lógica de esos combates, la verdad)

Yo me estaba al teléfono en el centro pokémon de ciudad Lumious. Del otro lado de la línea se encontraba Máximo. Con el cual estaba tratando de idear un plan para encontrar a mi "protegida".

-Mira, por muy rápida que sea Latias, el simple hecho de buscar a una persona de la cual no se absolutamente nada se hace difícil en una gran metrópolis como Luminalia. No digamos Kalos entera.- Le dije bastante frustrado. -Se supone que tengo que sentir algo, pero lo único que siento en este instante es hambre, y no creo que sea eso, al menos que a quien busco sea la cocinera.- Termine con bastante ironía

-Podría ser, recuerda que no la conoces, sin embargo, ¿podrías preguntarle a alguien no crees?

-Aja claro, voy y le digo "Disculpe señor, ¿no ha visto a una muchacha por aquí con un dije en el cuello? Es que necesito encontrarla para que salve el mundo y pues no la encuentro." Asi me responde algo como "Huy si fíjese que resulta que soy yo pero soy una travesti"…Fácil.

-Vamos, no seas tan insolente- me responde Máximo con una sonrisa ante mi evidente frustración- Sabes que, tengo una idea, tengo un amigo, el cual es un líder del gimnasio. Podrías preguntarle a él. Sabe del tema más que yo.- Me aconsejo.

-Bien, ¿en que ciudad tendría que buscar a ese tal amigo tuyo?- Le pregunte mientras sacaba mi mapa de la región de Kalos.

-Tendrás que ir hacia el noroeste, a ciudad Tempera…

Bien, amigos, este fue el capítulo de hoy. Me disculpo por la hora, pero tenía muchas cosas que hacer. Les recuerdo que si les gusto pueden dejar un like, y si quieren saber cuando subo nuevo capítulo, les aconsejo que le den a follow. Si lo que quieren es felicitarme, por no hacer tanto el imbécil o tirarme caca "constructiva" pueden hacerlo dejando un review, que nada cuesta (un poco tal vez) es gratis, y me motiva horrores a seguir subiendo capítulos.

Red Fox out.

 

La paciencia todo lo alcanza

"Así que este es el gimnasio de ciudad Tempera… Sinceramente, el gimnasio de tipo planta más creativo que he visto hasta ahora". Subí hasta la cima, donde me encontré con dos invernaderos, una sala de descanso y obviamente el campo de batalla.

- ¿Qué tal jovencito? ¿vienes a retar el gimnasio? - me hablo un señor ya anciano que estaba trabajando en uno de los invernaderos.

-Eh, no, de hecho, vengo a hablar con Ramos, el líder de gimnasio, ¿sabe usted si se encuentra por aquí?

-Sí, se encuentra por aquí, y da la casualidad que soy yo mismo ¿puedo preguntar que necesitas de mí? - me respondió con amabilidad el anciano.

¡Sí!, eh, pues mi nombre es Altaír y estoy buscando a alguien, una muchacha, para ser más concretos- Le dije al anciano, mientras este se acercaba hacia mí.

- ¡Qué maravilla!, ¿Cómo es ella? ¿Cómo luce? - me pregunto Ramos.

-No tengo ni idea. –Tuve que admitir

-Bien ¿Qué prendas lleva? - insistió el líder

-Tampoco se…Bueno tal vez mis respuestas no le estén ayudando de mucho ¿no? - pregunte, un poco imbécil

-Hijo, tus respuestas no me están ayudando en nada… ¿Algo singular que llevara puesto? - me respondió Ramos divertido

- ¡Ah sí! - Exclame feliz de poder darle alguna pista –¡Se supone que lleva un dije colgado en el cuello!

- ¿Un dije? Interesante… dime hijo ¿Quién te envía? - me pregunto Ramos

-Mmm, Máximo Peñas. Me dijo que era un conocido suyo y que me podría ayudar en mi búsqueda- le respondí a su pregunta

- ¡Ah! ¡Máximo! Sí, lo conozco muy bien, la verdad, esa aclaración me facilita mucho las cosas, pues a quien buscas vino ayer mismo a este gimnasio.

- ¡Genial!, eso quiere decir que no estoy muy lejos, pero eso significa que ella es una entrenadora ¿no? Por eso de que vino al gimnasio. - le pregunte.

-¡Ah! No, no es eso, ella solo acompañaba a un muchacho que vino a por su medalla de gimnasio, la verdad desconozco si ella tiene o no pokémons – me respondió.

-Entonces ¿Viaja acompañada? - pregunte, curioso

-Oh, ¡sí! Ya lo creo, viaja con un muchacho que rebosa energía, (tal vez demasiada) un joven algo más calmado y su hermana pequeña también los acompaña. Un grupo singular si me permites agregar.

-Y ¿Cómo estás seguro que es ella? - le pregunte bastante entusiasmado.

-Bueno, llevaba un dije dorado en el cuello con el signo de los guardianes del equilibrio, por lo que estoy casi seguro que es ella- me respondió el líder.

- ¿Los guardianes del equilibrio? ¿Quiénes son ellos? - le pregunte confuso, pues no entendía de que hablaba

- ¿Máximo no te dijo nada? - pregunto sorprendido Ramos

-No, la verdad, rara vez me dice algo valioso- respondí con un poco de frustración hacia la poca información que me da mi amigo. Ramos sonrió por mi chiste.

-Ya veo por qué te escogieron para esta misión, tienes un carácter que ni Arceus podría con el- me dijo en tono de broma.

-De eso estoy seguro, pues él tampoco me dijo nada, solo me dio un poco de joyería, y ¡hala!, ¡a tomar por saco! Que te lo explique otro que estoy ocupado haciendo ganar los equipos de futbol de los creyentes que me lo piden.

Ramos rio con ganas. - Definitivamente serias un gran compañero de viaje para quien sea ¡nunca se aburriría! - comento mientras seguía riéndose.

-Bien ya, volviendo al tema- dije tratando de calmar mi risa mientras Ramos hacia lo mismo. –Así que Arceus te dio unas reliquias ¿no?

-Aja, exclame mientras pasaba el dedo por el anillo que cargaba el anular izquierdo, provocando que se iluminara en color dorado, y que un haz de luz se materializara frente a mí.

-Así que un Bo ¿eh? - dijo Ramos acercándose –Definitivamente estas destinado a cosas grandes, hijo.

-¿Por qué? ¿Qué tiene de especial este Bo?- pregunte.

-¿Ni siquiera eso te dijo Máximo?- devolvió la pregunta Ramos, irritada.

¡No, no! ¡Nada de eso!- empecé a defender a mi amigo.-Lo que pasa es que aunque me explico que tiene que ver con algo de la neutralidad, no consigo entender que tengo que hacer con él.

-El bo, tal como te dijo Máximo representa la neutralidad, no se decanta ni por un elemento ni por otro, por lo que es capaz de controlarlos todos. Sin embargo, un arma solo será tan buena como lo sea su poseedor, por lo que si quieres que ese bo sirva de algo, tu también debes hacerlo.-me explico Ramos.

-¿Usted, usted me podría enseñar a usarlo?- le pregunte al anciano.

-En parte, si-Empezó a hablar- Aunque yo solo podre enseñarte uno de los 18 poderes elementales, para aprender los demás, deberás buscar a los otros guardianes.

-¿Entonces usted es un guardián?- le pregunte a Ramos

-¡Claro!, desde hace mas de 50 años que soy el guardián del tipo planta- Me respondió mientras sacaba sus tijeras

-¡Increíble!- exclame ilusionado –Usted podría enseñarme a dominar el tipo planta ¿no?

-Claro que sí, pero primero necesito que me ayudes a decorar el árbol- me respondió Ramos

-¿Qué árbol? ¿Este árbol?- pregunte extrañado

Ramos afirmo con la cabeza.-Hoy se celebra la fundación de ciudad Tempera, y por ello se hace una gran fiesta en la noche, al pie de este árbol. Mi energía ya no es lo que era, y necesitaría la ayuda de un joven vigoroso y sus pokémon. ¿Me ayudarías?

-Me encantaría, pero no quisiera perder el rastro que llevo de…Eh, ¿cómo se llama a quien busco?- exclame no muy convencido.

-Por ella no te preocupes, hable con ellos en la mañana y se quedaran al festival de hoy.- Me respondió Ramos. (Aclaración al público: Siguiendo la cronología de la serie de pokémon xy, esta conversación ocurre durante el capitulo "¡Bajo el árbol de la promesa!)

-¡Pues en ese caso claro que le ayudare!- exclame con energía.

-Bien, necesitaría que sacaras a tus pokémon para poder asignarles alguna tarea- Me dijo Ramos

-Si, en ese caso creo que sería mejor que primero vayamos afuera- exclame –Puede que algunos no quepan por la puerta.

Ramos solo me sonrió y así empezamos a trabajar. Salamence ayudaba en las partes altas del árbol, mientras Pangoro se encargaba de llevar los materiales a los subordinados del líder (sinceramente nunca he hallado una manera respetuosa de llamarles a los entrenadores que hay que vencer para poder llegar al líder del gimnasio) Vulpix se encargaba de prender las antorchas. Metagross fue bastante útil, al momento de necesitar alguna plataforma para llegar a algún lugar. Y Luxray nos proporcionaba la energía necesaria para comprobar si las luces que poníamos en el árbol estaban en buen estado. Finalmente Sceptile ayudo a los pokémons de Ramos y polinizar y embellecer el árbol, y hacer crecer flores en torno a él.

¿Yo?, bueno yo pase un hermoso día sosteniendo la escalera que estaba ocupando Ramos para cortar no se que con sus tijeras en una parte del follaje del árbol. La escalera era tan alta que no se veía a Ramos, pues estaba oculto por las ramas del árbol. (Por favor, noten la ironía de la oración, pase ahí recibiendo sol durante casi 3 horas.) Para cuando terminamos yo estaba hambriento, sediento y juraría que unos 3 tonos más moreno de a como estaba para cuando termine.

Estaba a punto de tirar todo a la chin**** cuando vi a alguien salir por la puerta que comunica al gimnasio.

-¿Ramos?- exclame mientras soltaba la escalera -¿No estabas arriba de la escalera?

-Claro que si- exclamo como si desaparecer y aparecer en otra parte fuera lo más normal del mundo-¿Por qué?

-¿Tal vez por que acabas de aparecer por la puerta?-Exclame sin podérmelo creer.

-¡Ah sí! Eso fue porque necesitaba terminar unos asuntos con el cableado de las luces en lo alto de la torre- Me respondió, como si nada.

-¡¿Y no podrías haberme avisado?!-No me lo podía creer, es que ¡NO ME LO PODIA CREER Co**! -¿Cuánto tiempo del que estuve ahí parado sosteniendo la cochina escalera estuviste tu sobre ella?

-Déjame ver- Dijo Ramos mientras se ponía en actitud pensativa.-Alrededor de veinte minutos-

-Veinte minutos, veinte minutos- me repetí a mi mismo tratando de hallarle el maldito sentido.-¡No podría haber gastado ese tiempo en otra cosa, no se aprendiendo a dominar las plantas o algo así?- Estaba furioso MUY furioso.

-¿Quién dice que no lo has hecho? Todo este tiempo has aprendido valiosas lecciones de cómo dominar a las plantas.- Respondió Ramos

Bien, lo compruebo, este viejo está más loco que su cabra (nunca mejor dicho)

-¿De qué hablas?- le pregunte a Ramos ya desesperado. Vi como Ramos me dirigía una mirada compasiva.

-Ven, vamos a que comas y bebas algo mientras te explico- Ramos me puso una mano en el hombro y me empezó a guiar hacia dentro del gimnasio. –Veras- Me empezó a explicar mientras ponía un plato con sándwiches y un vaso con limonada en frente mía.-La clave para dominar un elemento o tipo, es lograr dominar el valor que representa. Cada tipo tiene mucho que ver con un valor del ser humano, y no podrás controlar un elemento hasta que hayas dominado su respectivo valor. En el caso del tipo planta este valor es la paciencia. Y se le atribuye, pues como sabes una planta no crece de un día para otro. Para lograr que las plantas nos respeten, y nos hagan caso hay que saber esperar.-Termino su explicación Ramos

Yo no interrumpí a Ramos en ningún momento, básicamente porque estaba bastante ocupado comiendo, pero mientras más oía su explicación más empezaba a comprender. Finalmente termine de comer y le pregunte a Ramos.

-¿Tu tuviste que pasar por lo mismo cuando aprendiste?

-En realidad no, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas- Respondió mientras se reía. -Te queda mucho camino para poder utilizar el poder de la naturaleza a tu favor- pero si confías en ti mismo, y tienes paciencia lo lograras. Parece que ya casi es hora ¿Nos acompañaras a la fiesta?- Me pregunto.

-Después de tanto esfuerzo no diría que no- le respondí.

-Ah por cierto, tengo información útil para tu búsqueda de mañana, resulta que la muchacha que buscas participara en el espectáculo pokémon de mañana. Tal vez sea buena idea que te la encuentres ahí.

-¡Gracias!- exclame mientras me levantaba de la silla –Uhm, una última pregunta ¿usted cree que será mejor que viaje con ella y su grupo, o seria mas practico sin ellos?

-Bueno eso lo dejo a tu criterio- Me respondió mientras él también se levantaba de su silla –Pero recuerda que, aunque viajando solo llegaras más rápido, viajando acompañado llegaras más lejos.

Yo solo sonreí ante estas palabras.-Muchas gracias por toda la ayuda, Señor.

-Fue un placer- me respondió Ramos amigablemente. –Si algún día ves a ese cabezota de Máximo otra vez, no olvides comentarle que este viejo lo saluda.

-No se preocupe señor se lo diré.

Y con estas últimas palabras nos separamos. Ramos hacia el podio para dar las palabras de bienvenida, y yo me fui hacia el publico para escucharlo.

Todo fue normal, hasta que una especie de maquina empezó a succionar todos los regalos que la gente había depositado allí. Mientras trataba de asimilar lo que pasaba, vi a un Frogadier lanzar un pulso de agua hacia la copa del árbol, e inmediatamente cayeron tres bultos en un matorral. Oí como Ramos pedía explicaciones, y de repente esas personas empezaron a hablar algo acerca de denunciar los males del amor y extender su reino hasta las estrellas o algo así. Pero lo que en realidad me shockeo fue su Meowth parlanchín. Al final lo único que entendí fue que querían pelear por algún motivo. Y la verdad después de esa desesperante introducción ganas no me faltaban de patearles el c***. Pero antes de que pudiera sacar a cualquiera de mis pokémon se me adelantaron un joven de mi misma edad el cual al parecer era dueño del Frogadier, y también de un pikachu. Los otros pelotudos (ni idea de cómo se llaman) sacaron un punkaboo y un inkay, y con esos cuatro pokémon se inicio una batalla. Después de un rato al muchacho dueño del Frogadier se le unieron un chico rubio con un Bunnelby y un Chespin (si, me tome el rato para estudiar a los pokémon de esta región) y una chica y su Fennekin. Al ver a la chica sentí algo…Como una especie de mareo instantáneo, ¿sería ella a quien buscaba? Pensé en preguntarle en cuanto terminara el combate, pero primero lo mejor sería cerciorarse que tenia consigo el dije. Vi como al final la chica ordenaba al Fennekin usar lanzallamas (el único Fennekin que he conocido que sabe el movimiento lanzallamas) El chico rubio ordenaba a su Chespin misil aguja y al Bunnelby disparo lodo, y finalmente el pikachu utilizaba impactrueno. Al final me di cuenta que el ataque no solo iba dirigido a los pokémon del otro equipo, sino a ellos también. Mi último pensamiento antes de que el ataque impactara fue que eso iba a doler, y mucho.

Finalmente el ataque impacto y los mando a volar, mientras ellos gritaban "El equipo rocket ha sido vencido otra vez" me reí mientras me preguntaba a mi mismo que significaría eso ¿sería que ya les había pasado antes?

Finalmente todo volvió a la normalidad, y la ceremonia continuo sin ningún otro contratiempo

Dejando mis pensamientos de lado me volví hacia los culpables de esa graciosa escena y me di cuenta que estaban dándoles ya sus regalos a sus pokémon. Me acerque más a la chica pelimiel sin que lo notara, cuando estuve lo suficientemente cerca, me concentre en detectar algún dije que estuviera en su cuello, si ahí estaba, me alegre internamente de haberla encontrado por fin. Ahora estaba el asunto de si revelarles el asunto si revelarles mi propósito, o aparentar durante un tiempo. Decidí que sería estúpido revelar todo de golpe, y que sería mejor conocerlos un poco.

Ahora que la había encontrado solo quedaba una pregunta ¿Y ahora qué?

¡Que hay gente!

Estoy consciente que fue un capitulo algo aburrido, pero es más un capitulo de transición, en donde dejamos ya las presentaciones de la historia y todo, y ya entramos en la trama principal.

Agradecería de sobremanera sus reviews, follows y favorite (comentarios, que sigan la historia y el botón de que les gusta la historia) es totalmente gratis, y dicen que si haces cualquiera de estas cosas, se te concederá un deseo (no me hago responsable si esto no pasa)

Agradezco a todos los que ya han dado me gusta (solo son seis, deja de hacerte el famoso) y también gracias a todos los que siguen la historia.

Agradecimientos especiales a LionFlute y a Omegavantage por tomarse el tiempo para leer y comentar la historia. Espero sigan haciéndolo.

Red Fox out

 

Atando Cabos

Estaba confuso acerca de si acercarme a hablar con su grupo, o mejor dejarlo para mañana, y hablar con Máximo acerca del asunto. Tenía la seguridad de que se quedarían en ciudad Tempera esta noche pues ella tenía que concursar en un espectáculo Pokémon, de modo que me decidí por la segunda opción y me encamine hacia el centro Pokémon para pedir una habitación y usar el teléfono.

Llegue al centro y lo primero que hice, efectivamente fue pedirle un cuarto a la enfermera Joey, afortunadamente yo había llegado temprano, y por consiguiente logre un cuarto para mí solo en lugar de tener que compartir uno. Acto seguido me desplace a una de las cabinas de teléfono del Centro Pokémon y marque el número de Máximo.

-¿Alo?- Me respondió un individuo de cabellos azules del otro lado de la línea.

-¿Que tal Máximo?, ¿Cómo te va?- Le pregunte con una sonrisa que el devolvió.

-Aquí, llevando a cabo los trabajos de campeón que TU deberías estar realizando- me respondió en broma.

-Vamos, que el que me secuestro para que hiciera esta…cosa fuiste tú.-L e respondí de la misma manera.

-Sí si ya lo sé. ¿Por qué fue tu llamada? ¿Alguna pregunta?- me pregunto de una manera más seria.

-Sí, de hecho varias, aunque la llamada es más que nada para informarte que ya encontré a quien buscaba, pero que no sé qué decirle exactamente, es decir ¿Cómo voy a explicarle algo que ni yo sé?- le pregunte frustrado.

-¿La encontraste? ¿Estás seguro que es ella?- me pregunto con curiosidad.

-Sí, esta vez lo que sentí no fue hambre- le conteste con una sonrisa.

-Muy bien, acerca de tus preguntas no te preocupes, espero que sea esta noche que podamos responderlas- me contesto Máximo con una sonrisa maliciosa.

-Máximo… Te juro que si te encuentro hoy en la noche en mi habitación con intenciones raras, me va importar madres lo muy amigos que seamos y voy a mandar a Salamence a que te viole- Le conteste asustado y sacando una pokebola.

-No seas imbécil, hablo de que hoy en tus sueños tus preguntas van a ser respondidas.- Me respondió con cara de "no mames".

-Mas te vale cabrón- le respondí en broma mientras guardaba dramáticamente la pokebola que había sacado.

-Que hice para tener que lidiar con este imbécil- susurro en voz baja Máximo, pero aun así fui capaz de oírle aunque lo único que hice fue sonreír.

-Entonces quedamos con que mañana me presento a la rubia y a su grupo ¿no?- le pregunte para dejar claras las cosas.

-Supongo que sí, de cualquier manera no sería conveniente lanzarse al asunto con los ojos vendados- Me contesto Máximo.

-Muy bien, espero a mañana entonces. Buenas noches- Me despedí de Máximo.

-Buenas noches- Contesto el antes de cortar la llamada.

Me levante y me puse a pensar en si cenar o no. Al final acabe decidiendo que el sándwich que Ramos me dio sería suficiente para pasar la noche. Estaba a punto de subir a mi habitación, cuando oí como la puerta principal del centro pokémon se abría. Gire mi vista para ver quién era el que había entrado, y grande fue mi sorpresa al topar mi mirada con la chica de antes y su grupo. Fue en ese instante en que note que sus ojos eran de un azul claro. Al verla sentí otra vez esa especie de mareo raro que sentí la primera vez. De repente sentí como su vista se clavaba en mí y sus ojos se abrían con sorpresa durante un milisegundo antes de desviar la mirada. Supuse que sintió lo mismo que yo, y decidí que antes de cometer una estupidez, estaría mejor subir a mi habitación y esperar al día de mañana.

Entre al cuarto y prendí la luz. Nada fuera de lo común o que lo diferenciase de cualquier otro cuarto de los centro pokémon. Había una cama imperial pegada a una ventana, una mesita de noche pegada a esta, y un pequeño ropero. Una mesa y una silla completaban el mobiliario del sencillo aunque acogedor cuarto.

Había sido un día muy cansado para mí, por lo que me cambie, cepille y prepare para dormir de forma automática. Deje mi cinturón con pokebolas en la mesita como siempre y me fui a dormir.

Sentí como algo o alguien me zarandeaban por el hombro, me levante sobresaltado y trate de adaptar mi visión a la oscuridad, no fue difícil dado que había luna llena y al parecer me olvide de cerrar la cortina. Recordando el motivo por el cual desperté, me gire rápidamente a mi izquierda solo para encontrarme con la mirada penetrante de Máximo.

-¡Te lo advertí cabron!- Fue mi única reacción mientras buscaba la pokebola de mi pokémon dragón, solo para darme cuenta de que no estaba mi cinturón. -Máximo… ¡devuélveme mis pokebolas maldita sea!- Ok lo acepto, Máximo empezaba a darme un poco de miedo.

-Altair, yo no tengo tus pokebolas- me respondió de forma tranquila Máximo –Debes estar muy confundido con todo esto y no te culpo, pero dentro de un rato te prometo que todas tus preguntas serán respondidas- termino de hablar mientras se acercaba a la ventana y tocaba una flauta muy similar a la mía. Allí con la luz de la luna, me di cuenta que Máximo no vestía su ropa normal, esa ropa ni siquiera era…De nuestro tiempo por así decirlo. Llevaba una especie de túnica gris oscuro con un cinturón plateado y capa de color gris claro. Se oyó un rugido del otro lado de la ventana, y vi como Máximo me invitaba a acercarme. Me levante de la cama y automáticamente se me cayó el alma a los pies, la ropa que cargaba no era mi ropa habitual de dormir sino una vestimenta parecida a la de Máximo pero completamente blanca con bordados dorados al final. Máximo al ver mi confusión solo sonrió y me guio a la ventana, donde un pokémon blanco con azul nos esperaba. Me intente recuperar rápidamente del shock mientras me subía en Latios y Máximo se sentaba delante de mí. Fue entonces que me di cuenta que en realidad ni siquiera estábamos en ciudad Tempera, sino que mi habitación del centro Pokémon estaba ahora dentro de una cabaña en medio de un enorme valle.

-Máximo, en serio esto me está asustando mucho, ¿Dónde coño estamos?- dije totalmente aterrado.

Máximo no respondió, simplemente empezó a descender hasta llegar a un extenso prado con una especie de altar en el centro. Máximo bajo de Latios, y a mí no me quedo otra que hacer lo mismo. Sin una palabra Máximo se acerco al altar y usando una especie rara de mechero encendió una antorcha que se encontraba arriba del altar que ahora parecía más un estrado dorado. Acto seguido se situó a la izquierda del mismo. Yo estaba a punto de preguntar otra vez que que diablos estaba pasando en ese lugar cuando aparecieron unas luces flotantes formando una media luna alrededor del estrado donde se encontraba la antorcha. En un santiamén las luces pasaron de ser simples haces de luz a ser personas hechas y derechas. (Yo para este momento estaba que "flipaba en colores" y nunca mejor dicho). Cabe destacar que todas esas personas estaban vestidas del color de la luz que las había precedido. Por último observe como dos últimas luces doradas caían del cielo y se posaban suavemente justo frente al estrado. Estas, igual que sus compañeras se convirtieron en dos personas, específicamente dos ancianos; hombre y mujer, que vestían de color dorado intenso.

-Que tal Altaír, es un gran honor que nos acompañes en esta velada- rompió el silencio el señor anciano mientras hacia una ligera reverencia.-Como ya todos sabemos, estas aquí por mandato de Arceus, con el fin de completar una misión, también sabemos que tienes muchas interrogantes pero no te preocupes pues todas serán contestadas. Sin embargo me gustaría presentarme como se debe, mi nombre es Aurelio y soy uno de los maestros del equilibrio.-termino mientras se ponía una mano en el pecho.

-Que tal, mi nombre es Aliena, y también soy uno de los maestros- se presento la otra anciana. –A partir de este momento podrás preguntarnos cualquier pregunta que se te venga a la mente y nosotros con gusto la contestaremos.

-Bien, eh primero ¿Quiénes son todos ustedes?- pregunte, tratando de sonar lo más calmado posible.

-Todas estas personas que ves aquí –Empezó a explicar Aurelio –Son los guardianes de cada uno de los 18 tipos elementales, ellos se encargan de velar por su tipo, para que este no se salga de control, ni pierda poder. Cada uno de ellos ha sido elegido por sobre sus compañeros por sus habilidades y logros.- Termino de explicar el anciano.

-Supongo que por tus viajes alrededor de las regiones conocerás a más de uno- agrego Aliena con una sonrisa.

Me fije en las caras de todas las personas ahí reunidas, y me sorprendí de todas las caras familiares que vi. La mayoría eran líderes de gimnasio, o incluso miembros del alto mando de alguna región. Entre ellas estaba Ramos portando ropas de color verde bosque. Reconocí también a Plubio uno de los mejores amigos de Máximo el cual cargaba una túnica color azul marino. Entre otros a los cuales reconocí estaban:

Alecran de la liga de Sinnoh con un color verde opaco.

Lectro de la misma región Sinnoh con un color amarillo brillante.

Fatima, Alto mando de la región Hoenn y buena amiga mia con ropas morado oscuro.

Reconocí al viejo Blaine el cual portaba una túnica roja.

También estaba Marcial, quien es líder de gimnasio de mi región natal con ropas corintas.

Vestido de azul gélido se encontraba Fredo, un anciano señor de la región de Johto.

Vestida con ropas cafes oscuras se encontraba Karen, perteneciente al alto mando de Johto.

Vestida de color amarillo mostaza se encontraba Gaia, miembro del alto mando de Sinnoh (esa señora fue capaz sacarme de quicio en combate más de alguna vez)

De color morado claro se encontraba Koga líder de gimnasio de Kanto.

Vi a Debora de la región de Johto portar ropas morado casi azul.

Y al último que reconocí fue a Pegaso, el cual vestía de color celeste pálido.

A los que no reconocí y supuse eran de Kalos fueron:

Un joven de piel oscura con ropas café rustico, una mujer alta con pelo morado que portaba ropas rosadas y finalmente una chica azabache con un traje rosa pálido. (Se los dejo para que lo adivinen)

(Volviendo al tema)

Volví mi cara hacia los dos señores que esperaban pacientemente a que terminara mi reconocimiento de las personas que los rodeaban.

-Muy bien, eso lo entiendo pero… ¿Por qué estoy yo aquí?- lance la pregunta del millón.

-Déjame te explique desde el principio- Me dijo Aurelio mientras empezaba a relatar. –Arceus creó el mundo al principio de los tiempos, creando también a los pokémon que después serian conocidos como legendarios. Necesitando un entorno donde creaturas simples pudieran sobrevivir, Arceus creó a Dialga y Palkia, quienes a su vez crearon el tiempo y el espacio respectivamente. También creó a Giratina para tener controlados a los titanes de las dimensiones. Sin embargo Giratina se negaba a escuchar órdenes y abusando de su poder, creo conflicto entre el tiempo y el espacio, alterándolos. Arceus, al ver todo esto decidió que lo mejor sería alejar a Giratina de su creación lo despojo de su poder y lo mando al mundo distorsión, en el cual habita actualmente con sed de venganza. Su poder fue guardado en un orbe y escondido en lo profundo de una cueva.-Termino su relato Aurelio

-Tú conoces a Lance ¿verdad?- esta vez fue Aliena quien pregunto.

Yo asentí con la cabeza –Fue uno de los campeones más difíciles de vencer- respondí mientras recordaba al campeón de Johto.

-Él era el guardián del tipo dragón hasta hace unos días- empezó su explicación Aliena –Sin embargo nos hemos enterado que planea liberar a Giratina.

Un escalofrió recorrió mi espalda, conocía a Lance y sabía que era una buena persona ¿Por qué estaba haciendo esto?

-Tiene… ¿tiene alguna razón para ello?-pregunte

-Venganza- me contesto Aurelio con voz amarga –Hace muchos años mandamos a su abuelo, quien en ese entonces era el guardián del tipo dragón a encargarse de unos asuntos relacionados con un experimento del equipo rocket. Lucho valientemente, pero ese extraño pokémon acabo con todos sus pokémon y al final, Giovanni acabo con su vida. Cuando Lance tomo su puesto entre los guardianes, todos sabíamos que tarde o temprano trataría de vengarse y aunque nunca lo dijo en voz alta, podíamos ver en sus ojos el dolor y la ira. Lo que nunca imaginamos fue que llevaría su sed de venganza tan lejos. Y este es el punto donde necesitaremos su ayuda. Lance logro abrir un portal hacia el mundo distorsión, sin embargo aunque él es capaz de cruzarlo, esta misma acción es imposible para Giratina, quien necesitaría su verdadero poder para poder cruzar a este mundo. Ahora mismo Lance se encuentra en la búsqueda del orbe donde se oculta el verdadero poder de Giratina. -Finalizo Aurelio.

-Entonces ustedes necesitan que Lance no encuentre esa…cosa- resumí tratando de comprender todo. -¿Dónde se supone que esta?- pregunte.

Aurelio negó con la cabeza –Ningún ser humano conoce esa información, la única manera de saberlo es mediante el mundo espiritual.

-¿Mundo espiritual?- pregunte confundido.

-Es una dimensión que esta más allá del tiempo y el espacio. Es donde habitan los espíritus, y el único lugar donde se conoce el paradero de la griseosfera.- Me respondió Aliena.

-Y ¿entonces qué pinto yo aquí?- pregunte confuso

- Esa chica es la única capaz de entrar al mundo espiritual y si Lance no sabe eso, no tardara en averiguarlo, y ten por seguro que la buscara, tú deber será evitar eso a toda costa. –Me respondió Aurelio

Yo por mi parte empezaba a entender la gravedad de la situación.- ¿Y que se supone que debo hacer? ¿Qué le debo decir?- pregunte.

-Cuéntale la verdad, es necesario que ella lo sepa, hazle entender que se encuentra en peligro y que es necesario que tengan mucha precaución. Mientras tanto nosotros concentraremos todos nuestros esfuerzos en detener a Lance, pero si logra conocer el paradero de la griseosfera…-dijo Aliena.

-Estamos perdidos- finalizo Aurelio

-¿Cómo Lance puede ser tan poderoso, para que no puedan detenerlo?- dije sin comprender

-Giratina le ha otorgado poderes oscuros increibles, y no sabemos hasta qué punto puede llegar su poder.-Me respondió Aliena

-Pero si ustedes no pueden detenerlo, ¿Cómo lo hare yo?- Me sentía bastante impotente y confuso para ese momento.

-Arceus te ha elegido y te ha otorgado los dones necesarios para que lleves a cabo tu tarea- me respondió Aurelio. –Habiéndote dicho todo lo que necesitabas saber. Es hora de que despiertes.

-¿Entonces todo esto era un sueño?- pregunte confundido

-Claro que es un sueño- me respondió Aliena –Pero también es real.

Me desperté lentamente, tratando de asimilar todo lo que había pasado. Si todo esto era verdad el mundo corría peligro, un gran peligro.

¡Qué onda! Aquí les vengo con el 7mo capítulo de esta historia que espero les este gustando, y aquí por fin explico de que va todo esto.

Les aviso que acepto cualquier idea, corrección o cualquier cosa que se les ocurra decir en los reviews. Si les está gustando les recomiendo también que le den me gusta, dos cosas que me animarían muchísimo a seguir escribiendo.

Les invito también a leer la historia de "Los príncipes del equilibrio" creada por la hija de la luna :D nah en serio, creada por una autora que se llama "The daugther of Moon" una historia interesantísima.

Sin nada más que agregar Red Fox Out.

 

Primer Ataque

Me desperté temprano y con muchas preocupaciones en mi mente, si era cierto lo que soñé anoche el asunto era mucho más gordo de lo que creí. Sabia quien era Giratina, y también estaba consciente de su inmenso poder. Muchos lo comparaban incluso con el mismísimo diablo y no sin razón, pues el solo pensar que su presencia en este mundo es posible es capaz de hacer temblar a cualquiera. Lo peor era que yo tenía que evitar eso, básicamente me estaban pidiendo que fuera un héroe, y yo no creía tener la fuerza o la valentía suficiente para mi misión.

Me levante, consciente de que dándole vueltas al asunto no lograría nada y que lo mejor sería despejar mi cabeza, así que me duche, me vestí y decidí salir para un entrenamiento mañanero con mis pokémon con la esperanza de alejar todos esos pensamientos confusos de mi mente. Salí del centro pokémon y grande fue mi sorpresa al darme cuenta que no era el único que se disponía a entrenar tan temprano, en la parte de atrás del centro, donde se encontraba la arena para combates estaban un entrenador y sus pokémon ya entrenando. Me acerque con curiosidad y me di cuenta que quien ocupaba la arena era nada más y nada menos que el entrenador el cual la víspera había hecho despegar a los tipos raros que intentaban robar los regalos. De repente pareció darse cuenta de mi presencia, bueno él en si no se dio cuenta, pero su pikachu, el cual se encontraba a la par de él le advirtió que yo estaba cerca. El entrenador con curiosas zetas en sus mejillas se me quedo viendo durante un instante antes de sonreír amistosamente y saludarme con la mano, yo hice otro tanto con la mía mientras me acercaba a él.

-¡Que tal!- me saludo mientras quedábamos frente a frente – ¡Mi nombre es Ash y este es pikachu!- termino con energía y señalando al roedor amarillo

-¡Pika!- me saludo también el ratón, cosa que me hizo sonreír

-Mucho gusto- respondí devolviéndoles el saludo

-¿Ibas a entrenar?- me pregunto Ash

-La verdad es que si, pero puedo esperar a que ustedes terminen- respondí con cortesía.

-¿¡Que te parece si entrenamos los dos en un combate!?- me sugirió con entusiasmo.

Yo sonreí levemente -¡Claro! ¿Por qué no?- le respondí

-¡Bien!, será un combate 3 contra 3 y ganara el que tenga por lo menos un pokémon en pie ¿de acuerdo?- dijo Ash estableciendo las reglas del combate.

-De acuerdo- le respondí mientras nos posicionábamos en el campo de batalla.

-Bien, ¡ve Hawlucha!- exclamo Ash mientras arrojaba una pokebola, de la cual salió el pájaro rojo.

-Ve Ninetales- exclame mientras tiraba la pokebola donde se encontraba mi pokémon dorado.

-Así que un Ninetales ¿eh?- dijo Ash mientras sacaba su pokedex y señalaba a Ninetales con él.

Se escucho la voz computarizada de la pokedex "Ninetales, el pokémon zorro, Tiene nueve colas y un pelaje de color dorado. Dicen que este Pokémon llega a vivir 1000 años.

-¡Bien Hawlucha, usa golpe karate!- ordeno Ash. El pokémon inmediatamente obedeció y se acerco corriendo hacia Ninetales.

-¡Esquiva y utiliza lanzallamas!- le ordene a Ninetales quien inmediatamente obedeció casi desapareciendo del camino de Hawlucha debido a su increíble velocidad. Acto seguido ejecuto un poderoso lanzallamas que alcanzo al halcón dañándolo seriamente y dejándole tirado en el suelo.

-¡Hawlucha! ¿Estás bien? ¿Puedes continuar?- le pregunto Ash preocupado a su pokémon.

Sinceramente me sorprendí cuando el Hawlucha se levanto y se puso en posición de combate, pues se notaba que el lanzallamas lo había lastimado mucho.

Estaba a punto de ordenar el siguiente ataque a Ninetales cuando sentí de repente como una fuerza me tiraba al suelo y me agarraba firmemente de los brazos y piernas, impidiéndome el escape. El golpe me atonto, por lo que no pude distinguir la forma de lo que fuera me estaba sosteniendo, sentí entonces unos segundos de forcejeo antes de dejar de sentir el peso que me mantenía en el suelo. Como pude me levante y me fije en la creatura que se encontraba enfrente mía, distinguí fácilmente las cuchillas que portaba en el estomago y me di cuenta que era un bisharp. También vi a Ninetales enfrente mía, en posición defensiva por lo que supuse que fue quien me quito al bisharp de encima. El pokémon en cuestión no parecía normal, estaba como ido, como si realmente no nos estuviera prestando atención. Sentí como Ash se posicionaba a la par mía junto a su Hawlucha y su pikachu.

-¿Estás bien?-me pregunto.

Yo respondí con un casto "si" antes de prestarle atención al pokémon el cual daba vueltas en círculos como si estuviera loco.

-"Dime donde está la chica y los dejare libres"- La voz de ultratumba me sorprendió bastante y mi primera reacción fue voltear hacia todos lados para identificar al dueño. No había nadie aparte del pokémon y no parecía que viniera de él.

-Te daré una última oportunidad o tú y tu amiguito mueren"- yo instintivamente dirigí mi mano hacia el sitio donde guardo mis pokebolas y me mantuve callado.

-¿Nada? Bueno, es una pena- dijo la voz de manera burlona –Acábalos- al momento de haber pronunciado esas palabras vimos como el bisharp reacciono enfocando los ojos y dirigiéndose a nosotros con una velocidad de vértigo. Apenas me dio tiempo de sacar una pokebola y lanzarla, vi como mi enorme oso panda salía de ella y en un acto reflejo detuvo el golpe del bisharp con su enorme puño. Sin embargo el bisharp moviéndose por cuenta propia no se detuvo allí y moviéndose a la velocidad del rayo le propino un fuerte zarpazo en la cabeza a pangoro, haciéndolo trastrabillar. No deteniéndose allí la cuchilla en su brazo se volvió de un color negro y dando una vuelta sobre si mismo descargo el tajo umbrío sobre pangoro. Iba a volver a hacer otro tanto cuando le ordene a mi pokémon que detuviera el brazo del bisharp y usara machada en el momento en que quedara desprotegido. Así lo hizo y aunque lo hizo retroceder unos cuantos metros, no pareció haberle hecho mucho daño a pesar de haber sido un golpe muy efectivo.

El pokémon pareció perderse de nuevo en sus pensamientos y empezó a caminar de manera rara (como si fuera un spinda) antes de volver a enfocar la mirada y lanzarse de nuevo al ataque. Esta vez quien reacciono fue Ash, quien ordeno a Hawlucha que detuviera al bisharp con plancha voladora. El pokémon obedeció y a gran velocidad fue y se lanzo en contra del descontrolado pokémon tipo acero. Sin embargo y aunque Hawlucha fue muy rápido, el otro pokémon lo esquivo con suma facilidad y le propino un tajo umbrío que lo K.O. Después de ese golpe el bisharp empezó a moverse de nuevo, pero no hacia pangoro, sino hacia otro objetivo. Desconcertado, voltee en la dirección que tomo el bisharp, solo para darme cuenta de que se dirigía hacia Ash.

-¡Cuidado!-Fue lo único que pude gritar, sin embargo fue demasiado tarde pues el veloz pokémon embistió a Ash haciéndolo golpear el suelo. Estaba a punto de golpearlo con un tajo umbrío cuando fue abruptamente lanzado lejos del entrenador. Voltee mi vista hacia donde había caído el pokémon para darme cuenta que este no se podía mover debido a unas lianas que lo sujetaban de todas las extremidades. Recorrí el terreno con mi vista, tratando de identificar al salvador de Ash, cuando me di cuenta que era nada más y nada menos que Ramos. Este tenía en sus manos sus tijeras, las cuales señalaban hacia el pokémon mientras brillaban de color verde intenso. Al estar seguro que las lianas estaban bien atadas y que el pokémon no podría zafarse, Ramos bajo las tijeras y guardándolas en su estuche se acerco a Ash quien se encontraba inconsciente debido al golpe que se dio al momento de caer. Ramos chequeo sus signos vitales y al notar que estos eran normales, se paro y volteo su mirada hacia mí

-¿Qué paso?- pregunto con duda mientras paseaba la mirada por todo el escenario y observaba a mis lastimados pokémon y el Hawlucha debilitado de Ash.

Yo negué con la cabeza, aun sin saber qué diablos había pasado –El bisharp apareció de la nada y empezó a actuar como poseído. Después oímos una voz que vino de la nada y que ordeno al bisharp atacar- fue la única explicación que pude darle.

-Esa voz que dices… ¿no dijo nada mas?- me pregunto Ramos con curiosidad.

-Si…Dijo algo acerca de que le dijera dónde estaba la chica, o nos mataría- respondí mientras algo hacia "click" dentro de mi cabeza -¿Cree usted que fue…?- deje la frase al aire de manera insegura. Sin embargo Ramos pareció entender lo que quería decir pues movió afirmativamente la cabeza.

-Lance lo envió para acabar con ustedes- dijo con sequedad y preocupación.

Un escalofrió recorrió mi espina dorsal. –Eso quiere decir que sabe quién es ella- Exclame.

Ramos solo asintió con la cabeza de nuevo

-Sin embargo ese pokémon no es normal- señale mientras me le quedaba viendo al bisharp el cual trataba desesperadamente de liberarse de las lianas.

-No, no lo es, y eso me preocupa- exclamo Ramos mientras se acercaba al pokémon, el cual al verlo solo redoblo sus esfuerzos por liberarse de las lianas.

-¿Qué le pasa?- exclame mientras me acercaba a ellos -¿Está siendo poseído o algo así?

-Puede ser- exclamo mientras lo examinaba –No lo tengo muy claro, pero es como si le hubieran lavado completamente el cerebro- comento. –De cualquier manera, lo mejor será llevarlo con Aurelio para que lo examine y descubra que le pasa. Si todo sale bien nos comunicaremos contigo por la noche.- Termino de hablar, y acto seguido hizo un leve movimiento con las tijeras, lo que creo un poco de polvo somnífero que termino durmiendo al pokémon. Después saco de su pokebola a su Gogoat y con la ayuda del látigo cepa del pokémon, montaron al bisharp aun sujetado por las lianas sobre su lomo.

-¿Qué se supone que debo hacer mientras llega la noche?-Le pregunte con frustración al líder de gimnasio.

-Por el momento sigue el plan original, preséntate, hazte amigo de ellos y no la dejes sola nunca, avísale en privado que sabes que porta un dije y que corre peligro, aunque no le cuentes nada de lo que paso el día de hoy.

-¿Bien pero que hacemos cuando Ash despierte?- pregunte volteando mi mirada hacia el azabache.

-Mmm, lo mejor sería inventar alguna excusa, que se desmayo por el esfuerzo o algo y si te cuenta algo de lo que paso niégalo argumentando que se lo imagino o que por el mareo empezó a ver cosas que no eran. El punto es que no se preocupen por todo lo que está pasando.

-¿Y sus pokémon?- pregunte mientras señalaba al pikachu que estaba muy interesado en nuestra conversación y el Hawlucha debilitado.

-Estoy seguro que entienden la gravedad del asunto y que sabrán guardar el secreto- comento mientras miraba al roedor amarillo esperando una respuesta. El roedor solo asintió seriamente.

Yo asentí con la cabeza –Pero ¿Qué hago si esto vuelve a ocurrir?- pregunte.

-No creo que Lance intente otra cosa por hoy, sin embargo, si estoy equivocado y vuelve a suceder tendrás que usar todos los medios a tu alcance para que no lleguen a ella. Tus pokémon pueden megas evolucionar ¿no? Pues que mega evolucionen. Si aun así no logras vencerlo saca tu arma y haz lo que puedas. ¿Tienes una flauta eón? Usa a latías como último recurso para escapar si es necesario. Recuerda que tu único objetivo es que ella permanezca a salvo.- finalizo con voz grave.

-Lo hare- exclame con una determinación que estaba lejos de sentir.

-Bien, he de irme si quiero que Aurelio verifique lo que le pasa al pokémon, cualquier cosa te confirmaremos de inmediato- me dijo Ramos mientras se ponía en camino. –Ah, y Altaír un último consejo- comento mientras paraba su camino y se daba vuelta

-¿Si?-Pregunte curioso mientras devolvía a Pangoro y a Ninetales a sus pokebolas.

-Manténgase vivos- Fue lo último que dijo antes de seguir andando.

-Lo intentare- respondí con un atisbo de ironía mientras iba y me ocupaba de devolverle la conciencia a Ash. –Claro que lo intentare.

¡Hey gente! Aquí les vengo con un nuevo capítulo, y muchas gracias por leer la historia a todos los que la han leído.

Se agradecerán comentarios, correcciones favs, follows, etc, ya que todo eso me haría muy feliz y me ayudaría a seguir creciendo como escritor.

Sin nada más que agregar ¡Red Fox out!

 

Llorar no es signo de debilidad.

Me encontraba en el interior de la legendaria cueva retorno. A mis espaldas se encontraba la puerta que llevaba al mundo distorsión. Creanme, no es un lugar en el cual quieran entrar. La primera vez que entre por poco y me vuelvo loco, es como si te invadiera un sentimiento de angustia y dolor, Sientes que ya no hay esperanza en tu vida y empiezas a rememorar una y otra vez los sucesos más tristes y traumáticos de tu vida. Toda orientación que se puede tener en la tierra desaparece al entrar en ese mundo del demonio, donde no hay arriba ni abajo, y no puedes distinguir con claridad entre izquierda y derecha. Es un mundo que sobrepasa completamente las leyes del tiempo y el espacio, logrando que una eternidad sea un segundo y que un segundo dure una eternidad. Creo que aunque mi encuentro con Giratina fue breve, quedo grabado con cincel dentro de mi mente. Y es que se sintió como si hubiera pasado mil años dentro de ese lugar de porquería.

Siento como mi mente ya no responde con la misma lucidez de antaño y a veces pierdo el control y la memoria. Giratina me dio el poder para poner a cualquier pokémon a mis órdenes, aunque estas órdenes fueran a distancia. Me entere que la única manera de liberar al pokémon espectro para que vuelva a este universo es con el poder de la Griseosfera, que en estos momentos yace quien sabe dónde, oculta por Arceus. Mande a varias legiones de pokémons a que buscaran tan preciada reliquia, todos volvieron con el mismo mensaje. Nadie ni nada conoce el paradero de esa piedra. Frustrado supe que si quería más información tendría que entrar de nuevo al mundo distorsión. El simple pensamiento me causo un horrible escalofrió de angustia. En estos momentos comprendía perfectamente la sed de venganza que impulsaba a Giratina. Ese horrible lugar es capaz de trastornar a quien sea.

Me prepare mentalmente para lo que se avecinaba, tenía que volver a entrar y hablar con Giratina de nuevo para que me dijera cómo conseguir la ubicación del orbe. Me levanto y me dirijo a la entrada del portal, siento otra vez la extraña distorsión de la realidad y siento como el signo invertido que yace en mi brazo empieza a brillar y arder en mi piel. Empiezo a ver diferentes escenas que empiezan a dominar mi cerebro. Veo la tumba de mi abuelo, me imagino su muerte una y otra vez, veo como mi madre intenta ser fuerte por mí, pero por dentro está destrozada. No aguanto más este dolor y grito, grito lo más fuerte que puedo y sin embargo de mi boca no sale ningún sonido. Siento la angustia natural de estarme ahogando pues aquí no existe el oxigeno, empiezo a sentir las típicas arcadas que se realizan cuando el cuerpo se queda sin aire.

Finalmente todo cesa, me encuentro en la oscuridad absoluta, no puedo ver nada ni aunque este a dos centímetros de mis ojos. Siento que algo me mira por la espalda y trato de darme vuelta, pero es en vano. Una presencia aterradora empieza a rodearme hasta quedar frente a mí. Lo único que veo son dos malignos ojos que me miran fijamente. Trato de hablar pero ningún sonido sale de mi boca. Veo como esos temibles ojos se entornan y siento como Giratina se ríe de mi desesperación, tengo ganas de decirle que sin mi ayuda no podrá salir nunca del mundo distorsión y que por lo tanto esta a mi merced. Sin embargo siento como si no fuera así, aquí en este horrible lugar no soy capaz de nada, aqui en este lugar estoy a su merced. Oigo su voz aterradoramente tranquila entrar en mi cerebro. No es más que un susurro más aun así entiendo perfectamente todas sus palabras.

—Tu pregunta solo tiene una respuesta, la princesa de la luz será la única que podrá ayudar al señor de las tinieblas. Solo ella conoce la ubicación del orbe oscuro, deberás buscarla y traerla ante mí. Ella será capaz de liberarme de mis cadenas. Busca al portador del arma neutral y la encontraras…— La voz se extinguió de repente. Sentí como la gravedad volvía a hacer acto de presencia sobre mí. Vuelvo a sentir el aire entrar en mis pulmones con ardiente placer y finalmente siento como caigo en la fría y dura roca antes de desmayarme.

Despierto con esas palabras grabadas con fuego en mi cabeza "Busca al portador del arma neutral" Tratando de encontrarle algún sentido. Lo mejor sería preguntarle a algún guardián, y tenía en mente a la persona perfecta…
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Saque de mi botiquín dos frascos, uno con esencia de baya atania y el segundo con esencia de baya latano. Me acerque a Ash y destapando el frasco que contenía la baya atania, vertí dos gotas en su boca. El efecto fue inmediato, Ash tosió un poco a causa del seco sabor del fruto y luego despertó, quejándose del horrible sabor que sentía en su boca. Por toda respuesta yo solo le di el frasco con esencia de baya latano para que bebiera. El dulce sabor del fruto fue suficiente para calmar a Ash.

— ¿Qué paso? — Preguntó mientras se sobaba la cabeza con una mano. —Tengo un horrible dolor de cabeza — Después abrió los ojos mientras recordaba los sucesos que habían pasado hacía unos momentos. — ¡El bisharp que nos atacó! ¿Dónde está? ¿Qué le paso? —

Yo me hice el desentendido — ¿De qué hablas Ash? No ha venido ningún bisharp, lo único que paso fue que te tropezaste y perdiste la conciencia por un golpe en la cabeza — Mentí descaradamente para no preocuparlo, tal y como había acordado con Ramos.

— ¿Pero cómo? ¡Si hasta derroto a Hawlucha! —Exclamo el pobre entrenador, confuso.

—Ash, fue Ninetales quien derroto a Hawlucha, ningún bisharp ha venido hacia nosotros, lo más probable es que te lo imaginaste o algo así, pero si no me crees pregúntale a tu pokémon —Exclame mientras señalaba a su pikachu. Ash volteo a ver de manera interrogativa al roedor eléctrico, el cual negó con la cabeza. Esto al parecer fue suficiente para Ash pues se conformo con invitarme a comer con ellos en el centro pokémon. Yo viendo la excusa perfecta para meterme en su grupo acepte la invitación gustoso y nos encaminamos de vuelta al centro.

Cuando llegamos pude distinguir a dos de los acompañantes de Ash, uno de ellos era un joven rubio que parecía de nuestra edad o un poco menor y a una pequeña que imagine que era su hermana. El primero estaba sentado en una de las mesas del comedor con un instrumento metálico en sus manos y en el que, al parecer estaba trabajando. La menor parecía muy entretenida mientras peinaba la cola de un Fennekin. Ninguno de los dos pareció darse cuenta de nuestra presencia hasta que Ash hablo.

—Clemont, Bonnie ¡Buenos días! — saludo el entrenador.

—Ash, no te oí entrar, buenos días a ti también — Contesto el rubio mientras dejaba de trabajar en su proyecto.

— ¡Buenos días! — Exclamo la que respondía al nombre de Bonnie, sin dejar de peinar al pokémon.

-Yo me encargo de las presentaciones — Exclamo Ash al ver que los hermanos me dirigían una mirada curiosa. —Bonnie, Clemont el es Altaír. Altaír ellos son Bonnie y Clemont —

—Mucho gusto — Exclame con cortesía. Los hermanos también me saludaron y me invitaron a que me sentara con ellos.

—Y ¿Dónde se conocieron? — Pregunto la pequeña mientras nos miraba expectante a Ash y a mí.

—En el campo de batalla del centro pokémon — Respondió Ash a la pregunta de la rubia —Yo estaba entrenando con mis pokémon cuando Altair llego con la misma intención y tuvimos una batalla…O algo así. — Termino Ash algo avergonzado por lo de su "tropiezo"

— ¿Algo así? ¿A qué te refieres? — pregunto el mayor de los hermanos.

—Digamos que tropecé y me di un golpe en la cabeza, y pues no pudimos terminar la batalla — respondió Ash con un brazo detrás del cuello.

— ¡Eso significa que entrenas pokémon! ¿Me dejarías verlos? — Exclamo la menor con exagerado entusiasmo.

—Eh, yo creo que no sería buena idea el sacarlos dentro del centro pokémon — Dije mientras me imaginaba los destrozos que causarían si los sacara aquí dentro.

— ¡Awww! — exclamo la rubia con un puchero.

— ¿Sabes qué? — Se me ocurrió una idea para no decepcionar a la niña — ¿Por qué no después de desayunar vamos afuera y te muestro a mis pokémon? —

— ¡Siii! — Exclamo Bonnie recuperando su buen humor.

—Por cierto — dijo Ash al parecer percatándose de algo — ¿Y Serena?

Yo me tense al oír ese nombre, si mis cálculos no me fallaban, era la única que faltaba del grupo y por lo tanto, era quien me estaba causando tantas preocupaciones.

—En la cocina — exclamo Clemont —Se ofreció a hacer el desayuno. —

Como si la hubiéramos invocado de la puerta de la cocina salió una joven haciendo equilibrio con dos bandejas en sus manos. Automáticamente tanto Ash como yo nos paramos con la intención de ayudarla, agarrando una bandeja cada uno y dejándolas en la mesa.

—Muchas gracias — Exclamo la pelimiel agradecida, para después levantar la mirada y fijarse en quien la había ayudado. Igual que la noche pasada, sus ojos se abrieron con sorpresa al verme antes de voltear la mirada hacia Ash.

—Supongo que me toca hacer las presentaciones otra vez — dijo el azabache con una sonrisa —Serena, el es Altaír. Altaír, ella es Serena. —

—Mucho gusto — Salude, tratando de aparentar normalidad aunque por dentro no sabía que pensar.

—Lo mismo digo — dijo ella con amabilidad, mas fui capaz de ver la misma turbación en sus ojos.

—Bueno — Empezó Clemont al ver que el momento era algo incomodo — ¿Desayunamos?

— ¡Sí! —Exclamamos tanto Serena como yo al unisonó, felices de tener una excusa para romper el incomodo silencio.

Empezamos a comer, y pude ver como la más pequeña del grupo miraba alternadamente entre Serena y yo, consciente de que algo pasaba. "Para ser todavía una niña, es muy perspicaz" pensé al notar su mirada de "Algo extraño está pasando"

El desayuno fluyo con Clemont, Bonnie y Ash como los principales interlocutores, ya que tanto Serena como yo no participamos mucho. Yo tenía la excusa de ser nuevo, y que por eso no me incluía a la conversación, y la pelimiel también podía excusarse con que estaba nerviosa por lo de su presentación, que como recordaran, era el día de hoy.

El desayuno termino, y nos quedábamos sin tiempo para ir al estadio donde se realizarían las presentaciones pokémon. Y me incluyo en la frase ya que fui invitado por el grupo para acompañarlos, invitación que claramente acepte. Para frustración de la menor, no teníamos tiempo para mostrarle a mis pokémon, y tuvo que conformarse con la promesa de que en la tarde lo haría.

Llegamos al estadio pokémon, por alguna razón podía ver el nerviosismo en los ojos de Serena a pesar de que lo disimulaba bastante bien con su entusiasmo. Al momento de llegar nos topamos con unos entrenadores a los cuales al parecer ya conocían, pues se saludaron cariñosamente. Me fije en que eran tres, un chico rechoncho y alto, que al parecer respondía al nombre de Tierno. Una chica morena y de ojos verdes cuyo nombre era Xana, y el ultimo era un pelirrojo el cual tenía por nombre Trovato.

Para este momento me estoy dando cuenta que llevo ya bastante tiempo narrándoles esta historia y aun no les he descrito como soy. En cuanto estatura dejemos en que le gano una media cabeza a Ash. Mi pelo es color negro, mis ojos son cafés y soy de tez blanca. Mi indumentaria son una camisa negra y un pantalón del mismo color y zapatos rojos con marcas negras. Llevo una mochila morral de color negro y mis pokebolas al cinto. Y con eso creo que ya puedo proseguir la historia.

La cosa es que nos encontramos con estos tres entrenadores y me entere que la muchacha de ojos verdes también competiría. Decidimos sentarnos juntos en una fila mientras las dos concursantes se iban hacia los vestidores para prepararse.

Empezó el espectáculo, y una por una fueron participando las concursantes del show. Hubo una escena que me hizo reír de una mujer mayor al resto, la cual disfrazo a su punkaboo de espectro o algo así y que no recibió casi ningún voto. El conjunto no estaba mal si lo que se pedía era algo macabro, pero ya que no era la cuestión perdió y se fue refunfuñando y maldiciendo y con el punkaboo cómicamente saltando detrás de ella.

Finalmente llego el turno de Serena, cuando le toco salir con su Fennekin me sorprendí de lo bien que lo había hecho. Pasaron las dos radiantes por la pasarela hasta que ocurrió algo que hecho al garete todo el espectáculo. Fennekin tropezó debido a la larga cinta que traía en su cuello. Yo me mordí la lengua y cerré los ojos ante el fallo que acababa de suceder. Vi a Serena, la cual parecía destrozada por lo que había pasado. Lo curioso fue que sentí el sentimiento como si yo mismo hubiera estado allí, en el lugar de ella. Claramente perdió después de eso y fue descalificada. Y el show continuo, sin embargo ninguno del grupo le estaba poniendo atención.

Termino el espectáculo y Xana gano, la verdad lo hizo muy bien pero yo en ese momento tenía otro asunto en mente y en ese momento el asunto estaba saliendo del estadio con un Fennekin es sus brazos. Parecía bastante más animada y lo aparentaba también, pero yo por alguna razón sabía que no era así. Serena y Bonnie se adelantaron jugando mientras Clemont, Ash y yo nos quedábamos atrás.

— ¿Ustedes creen que Serena estará bien? — Nos pregunto Clemont.

— ¡Claro que sí! Ella es muy fuerte — Le respondió Ash con energía.

Yo por mi parte me quede callado, se veía que Serena era fuerte, lo demostró al mostrarse tan convincente frente a nosotros después de su fallo. Pero también sabía que la primera vez que pierdes en algo duele, por mucho que trates de ocultarlo.

Nos dirigimos al centro pokémon, y ya que lo prometido es deuda, le mostré mis pokémon a la pequeña Bonnie la cual se quedo un momento sorprendida (vamos que es normal quedarte un poco en shock al ver un Salamence así de jajas) Antes de decir que eran muy lindos antes de correr hacia ellos y empezar a jugar. Su hermano la siguió bastante nervioso mientras no le quitaba el ojo de encima a Salamence. Yo solo reí antes de hacer las presentaciones y tranquilizar a Clemont diciéndole que mis pokémon no les harían nada.

El día transcurrió normal, y después de cenar, cada uno se fue a sus asuntos. Clemont y Bonnie se quedaron en la sala de espera del centro pokémon, Clemont trabajando con su máquina y Bonnie jugando con los pokémon de Ash. Este por su parte fue hacia la cabina de teléfonos a hacer una llamada. Serena aviso a todos que saldría y se fue con todo y sus pokémon.

Yo por inercia salí también del centro pokémon siguiendo a Serena sin que se diera cuenta. Después de lo de hoy en la mañana no hubiera sido prudente dejarla salir sola a caminar por ahí. O al menos esa era la excusa que yo mismo me estaba dando para no parecer tanto un acosador.

Finalmente llegamos al muelle de la ciudad, desde el cual se observaba un bellísimo atardecer. Serena camino hasta más o menos la mitad del muelle y se detuvo junto a sus pokémon. Yo decidí acercarme a ellos

— ¿Serena? ¿Está todo bien? — pregunte mientras me acercaba a ellos

Ella dio un brinquito de sorpresa antes de voltearse — ¡Altaír! —Exclamó — ¿Qué haces aquí?

—Esa misma pregunta podría hacerte a ti ¿Está todo bien? —

Ella simplemente asintió mientras se volteaba a contemplar el mar.

—Sabes— dije yo mientras me ponía a la par suya —A veces aparentamos frente a nuestros amigos para que no nos tachen de débiles, pero guardar tus emociones para ti misma y fingir solo va a terminar haciéndote daño. Ser fuerte no es no reaccionar frente a las situaciones, ser fuerte es que, a pesar de la adversidad seguimos luchando por lo que creemos y nunca nos daremos por vencido. Sentirse triste no es un signo de debilidad, es de hecho todo lo contrario, pues significa que has aguantado todo lo que has podido. Significa que has hecho frente a la tormenta y aunque fallaste te entregaste en cuerpo y alma. A veces lo que necesitamos para seguir adelante es simplemente un hombro en el cual llorar. —

Al terminar de decir estas palabras sentí como Serena me abrazo fuertemente y empezó a llorar. Yo sólo la abrace de vuelta, sin decir ninguna palabra pues no era necesario. Lo único que ella necesitaba en ese momento era eso, alguien en quien apoyarse. Y así nos quedamos hasta que el sol se oculto en el mar.
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Muchas gracias a todos los que han leído el fic hasta ahora. Y gracias a todos los que han dado algún consejo o comentario para que esta historia siga siendo mejor.
Hasta este momento estoy pudiendo aplicar lo que me dijeron del guion largo pues por que cuando me lo comentaron todos los capítulos hasta el ocho ya estaban hechos. Sin embargo gracias a omegavantage por el tip.
Soy consciente de que tal vez hayan algunos fallos con las tildes, pero entiendan que son mi mas grande enemigo.