— ¿Hace una semana? — miré al hombre con una leve sonrisa — No, no es nada... me tengo que ir, disculpe. Me alejé, pensativa, viendo a Chad cerca inspeccionando otra plataforma. Le deseé suerte antes de adentrarme de nuevo en el barrio. >> Henry, la pintada de la que habla la señora Morgan... ¿tú la viste?
—Me pareció muy raro lo de la persecución en el estacionamiento... Verá, descubrimos una cinta de seguridad, del día en que usted fue perseguida. Algo raro en esa grabación es que usted corre asusta, pero nadie le sigue. Hasta que escucha un... ¿Rugido? Creo que era de algún pokémon, ¿huía usted de algún pokémon?
Escuché la voz del obrero y al voltear lo vi hablándole a Emily. Decidí no interrumpir y fui a examinar la última plataforma.
—¿Eh? ¿Qué? ¿De qué me habla usted? Yo soy el que no sabe sobre qué clínica me pregunta. No señor, como le digo, yo solo venía a entregarle un cupón para un tratamiento de limpieza a sus pokémon. Ya se lo entregué, y ahora me voy. ¡Qué tenga suerte con su memoria! —exclamé, mientras me iba. No estaba muy seguro de qué hacer ahora, así que me fui al barrio, a casa de señora "víctima". Allí habían muchas personas, algunas conocidas. —¿Alguien me pondría al tanto de la situación?
—¿Eh? No. No, nada de eso, era un tipo con capucha y un cuchillo, estoy segura. Oh, qué bonita, la plataforma. Chad había tenido su dosis de arquitectura hoy, pero las obras parecían fascinarle, por lo visto.
Me acerqué a ella, y desde mi Holomisor, le mostré la clara evidencia. La cinta acababa con el rugido, o ladrido. —Necesito que me explique sobre esto... no hay nadie detrás de usted, ¿o sí?, ¿o acaso ese encapuchado estaba acompañado de algún pokémon?
—No, no, iba solo y... dios, todo sucedió muy deprisa, sé que oí una voz, aunque quizá no fuese una voz y fuese ese ladrido... en todo caso, el encapuchado iba silo y me perseguía... no entiendo por qué ahí se me ve corriendo sin ningún perseguidor, ¡el encapuchado estaba ahí, lo juro!
—¿Conoce acerca de alguien que tenga un pokémon que pudiese hacer ese ladrido?— Le di "play" una vez más a la grabación.—Escuche bien...
Mimi Honda Y la puerta se abrió. Lo primero que hice fue prender la luz del salón, y la escena que me recibió fue caótica. Había cuadros por todas partes. ¡Todas! ¿Qué demonios...? Parecía la guarida de alguien con síndrome de diógenes. Observé a mi alrededor con el ceño ligeramente fruncido. ¿Y ese escritorio tan desordenado al fondo? Obvié por un segundo el resto del salón y caminé hasta allí, interesada. Sentía que buscar por ahí sería un buen lugar donde empezar. —Veamos que es todo esto...— dije, observando el escritorio de cerca y todo el caos que había sobre él.
—Bueno, justo ayer doña Catelyn paseó a su nuevo Herdier por todo el vecindario. Al principio me ladrón y gruñó, pero tras olerme un rato se familiarizó conmigo. Supongo que podría ser él...
Había en ela escriterio, por un lado, una serie de brochas, lápices y demás dispersas por toda su extensión. Luego, una especie de manual con una página ligeramente doblada... y, por último, muchos papeles por todas partes.
Agradecí su colaboración y me retiré de la casa, hacia donde moraba la señora Catelyn. Toqué a su puerta.
—¿Sí? ¿Quién es? Un perro la drama incesantemente desde dentro de la puerta mientras la ancianita, sin llegar al abrir, trataba de calmarlo.
Mimi Honda —Son demasiadas cosas...— resoplé, apartándome de la mesa nada más acercarme. Había más que me interesaba revisar. Volvería allí si no encontraba nada. Esta vez, fui por el cuadernito que había sobre la mesa, abriéndolo por la última página escrita.
Tras un rato, alguien me puso al tanto de todo, ¿Quién fue? Prefiero guardar la identidad de mi testigo. Mientras tanto, también escuché la declaración de la señora Morgan, mientras veía el cuadro donde aparecía la foto de todos los vecinos. Había una explicación que encargaba con varias cosas, pero necesitaba más pruebas. —Bueno, iré a hacerle una visita al señor Henry, ¿Alguien me acompaña? No, bueno. Y tras eso, fue a encontrarme con Henry.
—La policía, señora; tengo una orden y necesito hacerle unas preguntas— Traté de sonar rudo, pues la señora parecía estar muy protegida con ese pokémon dentro.
—¿Qué hay de aquella cabaña? Quizás es la sala de control para las cámaras...—le comenté a mi Blaziken y ambos nos escabullimos al lugar. Efectivamente, ese lugar contaba con una consola con un teclado y una pantalla. Los códigos de los videos que encontró Ukita. Fósforo se quedó a vigilar en la puerta, sólo por si acaso. —125...—ingresé el código del video de hace dos días y esperé a ver la filmación.
El cuadernito de la mesa parecía ser un bonito diario... Mimi lo leyó detenidamente, pero solo algunas páginas fueron de su interés. Hace un par de semanas. Hoy he conocido a alguien... bueno, realmente ya conocía a esa persona, pero no como la conocí hoy. Ah, no tenía idea que pudiese ser... así. Hemos quedado para mañana, para volver a vernos. Por algún motivo, estoy entusiasmado. Supongo que es lo que me faltaba en la vida... alguien que llenas e el vacío que mi Pi me dejó. Al día siguiente. ¡Estoy realmente entusiasmado con la relación! Hoy nos besamos por primera vez. ¡Guau, me besó sin esperármelo siquiera! Me ha pedido mantener lo nuestro en secreto, y entiendo eso, claro. Ciertas personas podrían enfadarse mucho si descubriesen nuestra relación. Pero en fin, ¡así estoy feliz! Al día siguiente. Esta noche la pasé en su casa. Sí, por primera vez estuvimos juntos en un plano más... íntimo. Lo curioso fue que, por la noche, desperté y, dado que no había nadie más en la casa,pude vagar por ella un tiemppo. Lo que encontré me llamó la atención, pero no pude seguir leyendo, porque se despertó y me pilló con las manos en la masa. Pero creo que aún no se ha dado cuenta. Varios días después. Hoy he podido, por la noche, revisar aquello que la otra vez no pude, y... lo que vi... no podía creerlo. ¿En serio... fue eso lo que le pasó a Pi? ¿Todo este tiempo, la explicación que estuve buscando, siempre estuvo en mi propio barrio? Ahora mismo no sé qué pensar. Las piezas no me encajan, o yo no quiero que encajen. Realmente, todo está claro: está clarísimo qué le sucedió a Pi y quién fue la persona que le hizo aquello. ¿Pero por qué? Oh, dios mío, solo espero que no se diese cuenta de que había hurgado en sus papeles y había decubierto todo aquello. Creo que los dejé desordenados por las prisas, ¿se daría cuenta...? Ya no hay nada más escrito. Mimi ha encontrado el Diario de Mark —Oh, más investigadores. ¿Qué sucede ahora, chico? Catelyn abrió lla puerta y sostuvo de la correa de Herdier, que tiraba con fuerza. —Oh, señor policía, ¿algún problema? ¿Es por eso de la señora Morgan...? Chad no encontró nada de especial interés en el video de hace dos días, por más que lo analizó minuto a minuto.
—Sí, bueno —me aclaré un poco la garganta—. Se que le sonará extraño pero, ¿Podría decirme por favor que es lo que estaba haciendo el día en que la señora Morgan asegura que le persiguió alguien con un cuchillo?
—Sí, se han encontrado grabaciones del día en el que la señora Morgan fue perseguida, si bien la cámara no logró captar quién el que la seguía, se oyeron ladridos de cierto pokémon... De su posesión. — Traté de ver ligeramente qué pokémon era.