Mimi Honda La puerta la abrió una chica. Por sus gruesas gafas y la compañía de Porygon, supuse que debía tratarse de la joven que Lady Morgan identificó como Pam. Escogí con cuidado mis palabras. Raiden se detuvo justo a mi lado, traspasando a Porygon con una mirada serena. —Buenas noches—empecé—. Soy Mimiko Honda y este es Raiden; estoy ayudando a la CSG con el caso de Lady Morgan. Su vecina ha estado recibiendo amenazas desde hace relativamente poco. ¿Puede decirme todo lo que sabe sobre esto?
— Está bien, está bien~ — dije con una sonrisa, cogiendo a Espeon que se había escondido detrás de mi pierna — Y sí. No sé si ha escuchado algo pero la señora Morgan ha estado recibiendo amenazas de muerte, ¿no sabía nada al respecto?
Miró con los ojos entrecerrados, en gesto de sospecha o duda. —¿Eres tú? ¿¡Eres ese maldito de Henry!? ¡¡Qué más quieres de mí, eh!! —¿Morgan, amenazada? No tenía ni idea... no sé nada sobre ese asunto, cielo santo. Es un espanto —Porygon dio un giro, y quedó flotando del revés. —¡Oh, dios mío! Así que la amenazan de muerte... ¿está segura de eso, mi niña? ¿Es totalmente seguro que la están amenazando? Es algo tan... espantoso... No era más que cemen... —¡Eh! —gritó un hombre fornido con casco de obrero—. ¡Quita tus sucias zarpas! Este cemento acaba de solidificarse hace poco, ¡justo ayer, de hecho! ¿Qué te interesa tanto de mis cimientos? ¿Acaso estás interesado en que te hable de la obra, o algo? ¡Si no es así, no molestes!
— Bueno, eso es lo que ella afirma aunque es todo muy sospechoso... — dije — ¿Cómo es su relación con la señora Morgan?
—Es una buena mujer... —entonces, Herdier empezó a ladrar otra vez—. ¡Herdier! ¡Ya vale! Este pokémon... ¡me tiene harta! Siempre hace lo mismo.
El dueño de la casa estaba enfermo al parecer, tendría que tratar con él de forma paciente. —Guarde la calma señor, no soy Henry... ¡Yo soy Ukita!— me detuve.— ¿Henry lo ha estado fastidiando últimamente? Traté de sonar amigable, pues me intención era entrar a la casa y rescatar mayor información como sea posible. @GalladeLucario
—¡A mí no me engañas! ¡Eres Henry! ¡Fuera, imbécil, patán! —Oh, mi Herdier. Quería... compañía. Pero es muy irritable, y ladra siempre que ve a un desconocido o a alguien a quien no es capaz de reconocer... Herdier de Catelyn añadido a las pruebas
Mimi Honda Y... la chica no sabía nada. Intercambié una breve mirada con Luxray. Aquello no había sido muy inteligente. —Es un espanto, sin duda— corroboré con una ligera mueca ante el grito que soltó Porygon, poniendo las manos frente a mí—. Por eso debemos descubrir quién es el culpable de este pavoroso suceso y pararle los pies antes de que cumpla sus amenazas. No iban por ahí los tiros, pero no podía desverlar mi teoría a nadie hasta que no tuviese pruebas que la probasen. O que al menos pudiesen dar la idea de que podía ser cierta. Mi expresión volvió a ser serena. —¿Cómo es su relación con Lady Morgan?— continué—. Al parecer es una persona bastante apreciada en el barrio. ¿Cree que alguien podía querer dañarla de alguna manera?
—Claro que no lo soy, ¿acaso me ha visto cara de afeminado?— Bromeé, y traté de que por si quiera un segundo me reconociera como alguien que no era Henry, convencerlo. Habría que insistir hasta llegar por algún lado
Un obrero se acercó visiblemente molesto de que escudriñase en su mezcla. Me preguntó que qué buscaba ahí y si no tenía nada que ver con su obra, que no le interesaba. Entonces saqué el mando extraño de mi bolsillo, dejando que lo viera. —Uhm... ¿pertenece éste mando a alguna de sus máquinas?
—Oh, por supuesto, Morgan es muy buena con todos... no imagino cómo podría ser que alguien quisiese amenazarle... ¡es absurdo! Ayer por la noche... sucedió algo raro. Puedo, eh, "declarar", si quieres. ¿Se le dice así? —Ah, cierto, cierto, te he debido confundir con él... tú no eres Henry, eres... ¡eres ese estúpido de Mark! ¡Patán, imbécil, pintorucho! El obrero analizó el mando con detalle. —Eh, no, ese mando no es de nuestras máquinas. Parece uno de esos mandos para abrir las puertas de los garajes por control remoto, ¿no?
¿Quién demonios sería Mark? Me sonaba. —Casi le atina, pero no, siga intentando, ¿sí le suena Ukita?— Por dentro me preguntaba si alguna vez tendría que ver así a mí padre. @GalladeLucario
¿Garaje? repetí en mi cabeza confundido e intercambié una mirada de desconcierto con Fósforo, mi inicial. —Ya veo... —dije guardando el mando de nuevo—. ¿Podría indicarme dónde quedan dichos garajes?
Mimi Honda —Deduciré por eso que su relación es buena y que no vio ni oyó nada extraño— respondí entonces, con una expresión ligeramente escéptica, sin embargo—. Entonces... ¿conoce al anciano que vive en la esquina derecha? Que tontería, obvio que lo conoce... ¿qué puede decirme sobre él?
—No sé nada, ¡sólo sé que tú eres Mark! —Sí, en el barrio hay unos aparcamientos para todos los residentes, espaciosos y amplios. Están justo al otro lado, cruzando el barrio en la otra dirección.
Suspiré habría que probar algo nuevo. Saqué una Frizz! Y se la di al señor, entonces aproveché para ligeramente entrar a casa. Poco a poco. —Wow, qué casa de lujo que tiene usted, ha sabido invertir muy bien para vivir en lugar como este, ¿o se trata más de una fortuna heredada? @GalladeLucario
Aparcamientos, ¿eh? Hubert me había contado sobre el recibo de aparcamientos que encontró en el escritorio de Lady Morgan. Quizás era hora de ir a averiguar qué fue a hacer la organizadora de concursos ahí. —Gracias por su ayuda, ¡nos vemos!—me despedí y salí corriendo de vuelta, seguido como siempre de mi Blaziken. De un momento a otro habíamos llegado a los aparcamientos residenciales. Me quedé parado frente a ellos, recorriendo con la vista la escena para tratar de notar algo fuera de lo normal.