—No hemos dicho que sea un hecho asegurado... era una suposición. ¿Es acertada? Contenido oculto Se suponía que al presentar la prueba debías decir que la encontraste en su cuarto, pero al no haberlo dicho, he tenido que hacerlo de este modo xD En conclusión, que no ataques por ahí, que no es esa la cuestión
Contenido oculto Faq, me lo suponía. No perdía nada con probar (?) "¡Que haya un bote de pintura no es prueba de que justo ese bote sea el causante de la pintada en esa fachada blanca! ¿Verdad que no?" —¿"Justo ese bote"? ¿hay otro? Antes aseguraron que no hubo pintada alguna.
—... no parece entendernos, ¿verdad? —No, parece que ni nos entiende. Ambos se aclararon la voz al unísono. —En ningún momento hemos dicho que haya otro bote. Sólo decimos que, con la cantidad de botes de pintura que hay en esta ciudad, en este barrio, en Galeia, ¡en el mundo...!, no puedes afirmar que ese bote concreto sea el que se usó para pintar la fachada, ¿no crees? Por no olvidar que nunca vimos que dicha pintada existiese, tal y como hemos dicho en la declaración...
No se me ocurría qué más preguntarle a la pareja, así que decidí dejar las preguntas por el momento. Al menos hasta que consiguiese más pruebas o algo que pudiese ser de ayuda. —Agh... —me quejé por lo bajo rascándome la cabeza—. Gracias por su ayuda, volveré si necesito hacerles más preguntas... Y con eso me alejé del extraño dúo, al menos ahora tenía parte de una declaración. O Lady Morgan quería engañarnos con lo de la amenaza o el criminal al que buscábamos era tan listo como para hacer quedar a la mujer como una loca. Cuando llegué a la casa de la mujer, sorpresivamente vi a Brendan junto a Emily. Lo saludé y de pronto recordé a Ukita. —Oigan, chicos—los llamé en un tono bajo—. Uhm... Ukita averiguó por donde andaba Morgan cuando la persiguió el hombre con el cuchillo. Él y el ayudante de Farrow fueron a una zona de obras a la vuelta de la esquina. Creo que deberían ir a echarle una mano... Contenido oculto Deberían ir a examinar las 5 superficies de 6 que Fabian no pudo investigar. Yo ya me quedé sin usos xD
Mimi Honda Así que eso ocurría, el tipo realmente estaba enfermo. Enfermo hasta tal punto que se había olvidado del paso del tiempo y de su propia higiene personal. Por eso el aspecto tan deslucido y los dientes picados y ennegrecidos. Ugh. Una persona que no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales no iba a ayudarnos con el caso. No podía darnos una información fiable si su deterioro mental llegaba a tal punto que incluso confundía a su propio pokémon. Sentí un ligero pinchazo de culpa. Ligero, porque aunque no fuese consciente de lo que hacía no dejaba de ser perturbador. Definitivamente no quería volver a acercarme por allí en mucho tiempo. Recorrí el barrio en silencio, montada sobre el lomo de Raiden desde que Emily terminó de enseñarle las fotos a Lady Morgan. Después de aquellas breves palabras tras salir de la casa, había sacado una conclusión por mí misma. Todo parecía indicar lo contrario, pero... —Hay algo que me escama... —dije con un tono modulado, pensando en voz alta—. La pintada invisible, el bote de pintura en el cuarto de Lady Morgan... pruebas inexistentes o que desaparecen de la nada... La gente rica suele ser excéntrica, pero no creo que esa mujer esté mintiendo... >> Es más, tengo la impresión de que alguien intenta hacer creer que está loca y que de la lleven a un centro cómo pasó con el anciano... No sabía muy bien como había llegado a esa conclusión, pero a pesar de que me había mostrado escéptica cuando escuché del bote de pintura y las respuestas nerviosas de Lady Morgan, una parte de mí creía firmemente que no mentía. Aunque no sabía qué exactamente... Todo era demasiado extraño, nada parecía indicar lo contrario. Y sin embargo... Yo quería creer en algo sin pruebas. ¿Pero cómo demostrarlo? —Y aún peor, Raiden...— continué—. No tengo idea de como probar esta teoría... Luxray me miró por el rabillo del ojo, en silencio, y señaló no lejos la silueta de Chad, en el umbral de uno de los adosados del barrio.
Bueno, tenía que hacer esto por el bien de la investigación. — Lo siento, Brendan, pero debo preguntar una última cosa. ¿Me puede hablar de la anciana que sale también en la foto? No tiene ningún pokémon.
—Oh, doña Catelyn. Es una anciana, mujer viuda de un gran empresario. Hace tiempo que no la veo, últimamente pasa mucho tiempo en su casa... >> Los Robin viven en la casa de al lado; Henry vive en frente; Mark vive justo al lado de Henry. En la esquina izquierda vive Pam, y junto a ella, doña Catelyn. Y justo en la esquina derecha vive el señor anciano. Podéis ir a ver a alguno de ellos, si gustáis.
— ¡Muchas gracias! — le dije a la mujer cuando me posicionó las viviendas, realmente agradecida. Después miré a Chad. >> Iré después, estoy interesada en hablar un poco con los vecinos~ Y con esas salí de la casa para dirigirme hacia la correspondiente del joven pelirrojo, Mark. Llamé a la puerta.
Mimi Honda Chad se marchó, y después fue Emily la que salió de la casa de Morgan. Yo, por mi parte me acerqué hasta una de las casas de la esquina de la izquierda. La primera. No sabía quien podía vivir allí, pero en un barrio tan pequeño alguien debería saber algo. Caminé acompañada de Raiden hasta el umbral, y con la férrea determinación de probar mi hipótesis llamé a la puerta.
No había nadie. Vaya problema, era de las personas con la que más me interesaba hablar... bueno. Me alejé un poco y caminé hacia el otro lado del barrio, quedándome frente a la casa de Catelyn. Ojalá tuviese más suerte.
Tras mi fracaso, me dispuse a seguir buscando pistas, alguien en este loco vecindario tenía que saber. El código faltante, una extraña mancha, el mando descuidado, algo loco había pasado en el lugar de construcción. Di un breve paseo hasta que, sin darme cuenta, llegué a la casa de algún misterioso descuidado. O al menos eso deduje, pues de notaba algo abandonada entre tantas casas lujosas. @GalladeLucario
Abrió la puerta una chica con gruesas gafas. Junto a ella, flotaba su Porygon. —¿Qué sucede? Se oyó un fuerte ladrido, y una voz débil pidiendo calma. Luego, una voz suave preguntó desde detrás de la puerta: —¿Quién llama...?
Cuando Emily se fue decidí ir a ver cómo le iba a Ukita por mi propia cuenta. Fósforo y yo corrimos de vuelta a la zona de obras y encontramos al entrenador, acompañado de Erwin. —¿Averiguaste algo?—dije acercándome a él. De paso le eché un vistazo a la superficie de cemento que observaba Ukita, era la más cercana a la entrada de la obra. Cuatro ojos siempre ven mejor que dos, ¿o no era así el dicho?
Chad de cruzó corriendo, le di un breve consejos antes de seguir, pues traía prisa. —Una misteriosa mancha... Y nada más, deberías fijarte en las superficies de cemento—concluí.
—¿Qué quiere? —gritó malhumorado el hombre que abrió la puerta acompañado de su Liepard—. ¡Que no quiero comprar nada, leñe! Abrió el cerrojo y lentamente abrió la puerta. La señora tenía los ojos caídos y casi no se le veían entre tanta bolsa, además de que llevaba unas gafas translúcidas que no permitían apreciárselos bien. Junto a ella, había un Herdier que ladraba y gruñía fuerioso a Emily. —¡Chico, tranquilo, es buena! Ay, lo siento,, hija, este pokémon aún no me obedece, justo lo conseguí ayer, y... en fin, niña, ¿qué sucede? Eso que decías parecía algo importante.
Por un instante se me ocurrió tumbar la puerta e intervenir como la policía lo hace en las películas en esos casos de vida o muerte. Pero no, era un pobre anciano, y yo un pobre debilucho. —Señor disculpe, quisiera saber cómo le ha ido en estos días... —pregunté, engañoso.