Esto realmente no podía ser más agotador. Pero en cambio, para Ukita parecía ser bastante entretenido el hecho de que yo no sabía nada de estas cosas y el tener que estar viendo uno a uno los nuevos estilos que él elegía simplemente me hacían sentir perdido. De vez en cuando miraba levemente hacia los lados intentando buscar alguien que pudiera dar una segunda opinión más valida que mis gestos diversos cuando Ukita salia para mostrarme que tenía puesto en ese momento. Por favor... cualquiera de esas prendas estaba bien. Solo tenía que escoger.. "... ¿Tenemos dinero como para alguno de estos, verdad?" Sonreí ligeramente y asentí — De mi padre, por desgracia — dije algo incómodo — No, me corrijo, de su querida esposa. O de los pequeños trabajos que realicé con la pareja de ancianos que me cuidaban antes, de igual forma en la mayoría del tiempo solo me centro en gastar para las tres personas más importantes para mí así que.. si realmente quieres una de esas prendas... no me matará en lo absoluto ayudarte a tenerla.
Después de unos 15 minutos, por fin logré un "look" adecuado para mi regreso por las rutas de Galeia. Dante parecía estar sufriendo, pobrecillo. Aunque muy en el fondo momentos como estos sólo acontecen una vez por lo que hay que aprovecharlos y vivirlos cada uno como si se tratase... Arceus, qué hambre me ha dado. —Creo que me quedo con este, viejo— Me vi un par de veces en el espejo. Dante pareció estar de acuerdo, fue muy amable en pagar la compra, ¡buena onda! Una vez afuera, mientras el sol se ocultaba, y un hermoso cielo nacía, la deliciosa y fresca Frizz! yacía recorriendo mi sistema nervioso central. Agría, dulce, con cafeina, digan lo que digan esta bebida era merecedora de todo. —¿Qué opinas de una Ode to Frizz!? Con una enorme sonrisa de inocente, le ofrecí una lata a Dante, seguro está vez sí me la recibía y con gusto.
Después de 15 largos y aburridos minutos Arceus se apiadó de mi y Ukita ya se había podido decidir que cosa iba a usar. Y finalmente nos habíamos ido pagando con el dinero de una persona poco agradable para una causa agradable, después nuevamente Ukita me guió a otro reto: tomar frizz, miré a Ukita y a la bebida repetidamente, con una mueca de cierto disgusto a mi parecer, no me agradaba mucho esa bebida y él lo sabía. Pero parecía que este día era dedicado a que él se riera con algo que me resultaba bastante raro. — Esto es horrendo y lo sabes — dije aun bastante incómodo, pero al final terminé tomando la lata con un leve suspiro y dando un rápido trago sin respirar para evitar que el sabor fuera demasiado fuerte — No se como esto te sigue gustando después de tanto tiempo...
—¡Vamos amigo, dale un buen trago!—exclamé al ver en breve sorbo que dio Dante con la lata en manos. Di un súper trago hasta dejar vacío el recipiente, como retándolo a hacerlo. Sin duda nadie disfrutaba esta bebida como yo. —¡Pero si es buenísima! Mientras Dante se atrevía o no a probar un poco más de Frizz! Yo, con la mirada y sin que nadie se de cuenta, buscaba algún puesto de comida rápida, no quería hacerle gastar a Dante, aunque sabía que para él no sería un problema. Noté un puesto de pizza, esas que vienen en un cono, en seguida me provocó un pequeño mordisco de.
— ¿Un buen trago? — pregunté alejando poco a poco la lata de mi para dejarla al alcance de Ukita — No, no.. paso...eso ya fue una gran hazaña — y llevé una de mis manos a mi boca aun sintiendo ese sabor en mi garganta, ¿que le encontraría de especial Ukita a esa bebida? ¿o por qué parecía que su sabor era bueno para él? —Bueno, es tu bebida única así que...es bueno que sea solo para ti, piensa que nunca se acabarán. — apoyé uno de mis codos sobre la mesa y luego recargué mi mentón en mi mano, como si esperara algo — ¿Ya decidiste que comerás?
Pizza en un cono era lo que quería. Nada más, ni nada menos, que Pizza en un cono. —¿Te parece si vamos allí?— Señalé el puesto de comida rápida, Dante accedió con una sonrisa por verme tan complacido. Un puesto pequeño pero acogedor servía recién horneadas más apetitosas masas cubiertas de queso y demás ingredientes al gusto. Era la primera vez que veíamos una manera tan... Diferente, de servir la pizza. Una vez que pedimos la comida, nos acomodamos en unas mesas del centro. Ahí comeríamos y platicariamos un buen rato acerca de todo. Espero sea de provecho la comida, hermano querido, muchas gracias, realmente, es un placer, nuevamente, estar contigo.
Contenido oculto Ay, ahora todos se cambian el look para marcar un nuevo comienzo. Yo lo hice antes de que se hiciera moda (?) Ok no x'D Buen cambio :3 —...¿el Este quedaba hacia la izquierda o la derecha? —me pregunté confundido. No recordaba que esta ciudad fuera tan grande, me perdí por completo de mi destino. Seguí caminando confusa y desorientadamente, cuando de repente, un montón de bolsas y cajas de zapatos me cayeron encima, haciéndome desplomar en el suelo. A segundos del suceso, una conocida voz para mí exclamó: "¡Ay, lo siento tanto!, ¡discúlpenme en serio! Debí haber traído una maleta para todas estas cosas..." Yo, girando mi cabeza levemente, tratando de recuperarme del dolorosamente consumista suceso, dije: —¿M-mamá? —¡Santo cielo, Steve! —exclamó Mamá Stephanie, apurada, poniéndose a quitarme de encima todas las cajas y bolsas—. Ay, querido, discúlpame. Es que tenía una torre tambaleando de estas cosas en mis manos que se me cayeron todas... —Eso veo —respondí, levantándome mientras me sobaba la cabeza—. ¿Qué es todo esto? —¡Compras varias! —contestó emocionada—. Es que no pude resistirme. Esta mañana en el programa pagado estaban dando ese especial de ofertas, ¡e imagínate! Dijeron que en el centro comercial de acá estaban con una oferta única para todos y cada uno de los productos: ¡Uno al precio de dos! Eso era algo que jamás había escuchado y no podía perderme semejante oportunidad. Miré hacia otro lado por unos instantes, procesando la información. Ay, mamita querida... esa es la oferta menos oferta que he escuchado en todo el mundo de las ofertas. Pero bueno, se veía tan feliz que no tenía caso aguarle el día aclarándole el timo, así que me limité a sonreír exageradamente. Ésta sonrió inocentemente, hasta que... "¡Groaaargh!" Enrojecido, me toqué la panza. Creo que tanta caminata, búsqueda sin pausa y montañas de compras me dieron un poco de hambre... —¡Aww! Tienes hambre, ¿te parece si vamos a almorzar? Yo tenía planeado ir a comer a algún lado antes de regresar a casa. —¡Sí, sería genial! —respondí alegre—. ¿Tenías algún lugar en mente? Yo ando un poco perdido ahora, así que no sabría llevarte a mi sitio favorito de aquí... —agregué, con una risa nerviosa mientras me rascaba la nuca. —Sí, de hecho. Aunque no es un local como tal, es un carrito donde venden pizzas en forma de cono, ¡es muy popular por estos lares! —¡Oh! Sí lo había escuchado, sólo que me perdí mientras lo buscaba... —Ay, hijo, ¡deberías usar tu holomisor!, ¿no sabes que Cindy puede ayudarte? —La última vez que le pregunté a Cindy "¿dónde estoy?" me respondió "¿bien y tú?", así que decidí yo mismo usar el mapa... —Es que aveces es medio sorda, repitiéndole la pregunta seguro te entiende... ¡Bueno, vamos a comer! Asentí y caminamos sin detenernos, hasta que a lo lejos divisamos el carrito de conos de pizza, el cuál mamá Stephanie apuntó emocionada. Compramos los conos (luego de que convencí a mamá Stephanie de que no preguntara si nos podía vender uno al precio de dos) con unos refrescos y empezamos a comer, felices de la vida. Miré al lado por unos segundos breves sin prestar mucho cuidado. Habían dos chicos al lado nuestro disfrutando de los conos de pizza. Sin embaro, algo me hizo voltear la mirada de nuevo de forma abrupta. Uno de ellos estaba tomando "Frizz!", y sólo conocía a una persona en toda Galeia que consumía de esas cosas. Aunque, parecía levemente más alto, no tenía su gorra, el color de pelo era el mismo y la alegría con que tomaba ese venen... digo refresco era exactamente idéntica. Entonces será que se trataba de... —¿...Ukita? —pregunté, inclinándome para ver al chico. Contenido oculto Necesitaba traer a mamá Stephanie para conmemorar tu regreso, @Fabian xD Así Steve no toca el violín solo mientras rolean sus personajes con @Nekita (?) *Nota aclaratoria: Cindy es una parodia directa de Siri de Apple (?)
La charla con Dante nunca había sido tan divertida: Recordamos nuestros primeros días de aventura, a los viejos amigos, un sinfín de anécdotas para contar. —¿Y y esa vez en la que casi muero por falta de Frizz!?—Recordar momentos así, era ahora divertido, puesto que había sobrevivido aquella vez, claro. Dante disfrutaba la plática, me había extrañado y realmente una reunión como esta había hecho falta hace mucho. Entre la conversación, una voz vecina preguntó mi nombre, ¿quién...? ¡Steve! —Oh Arceus, ¡Steve!—exclamé, contento de verlo. En seguida me puse de pie y fui hasta su mesa no muy lejana, tras un gran abrazo, me di con la sorpresa de que su mamá estaba con él, qué milagro. Esa señora me había ayudado bastante. También le di un tremendo abrazo, sin pensarlo.
Y la charla había durado mucho, y sorprendentemente habíamos hablado de muchas cosas, cada una muy diferente a la otra haciendo que fuera algo entretenido. — Creo que a partir de ese día aprendimos a que tienes que traer tan siquiera una Frizz en tu mochila solo por si acaso. — Y antes de que alguno de los dos pudiera agregar algo más, la voz de alguien conocido se hizo presente: Steve. Ukita no dudó ni un segundo en lanzarse a abrazarlo y hacer lo mismo con la señora Stephanie que también se encontraba allí. — Hola Steve, ¿ya no hay malentendidos? — le saludé con una sonrisa tranquila antes de girarme a ver a su madre y sonreirle de igual forma — Me alegra también verla otra vez, señora Stephanie~
La forma enérgica en que pronunció mi nombre más el fuerte abrazo que me dio con su característico espíritu de niño que sólo había visto en él: ¡Era el mismísimo Ukitashi en carne y hueso!, ¡pero qué alegría! A continuación, Ukita prosiguió a abrazar sorpresivamente a Mamá Stephanie, casi haciendo que se le cayera el cono de helado por pillarla desprevenida. Mi progenitora prosiguió a ver al abrazador y al reconocerlo, una gran sonrisa se dibujó en su rostro. —¡Ukita! —exclamé—. ¡Amigo, qué milagro! ¿Cómo y dónde has estado? —¡Tequila!, ¡pero qué alegría! —exclamó a continuación mi madre—. ¡Pequeño ingrato, donde te habías metido! Me han llegado montones de flores de la Floristería Pitiminí de la región Hoenn y no he tenido con quién conversar de ellas... —De acuerdo, no tiene lógica alguna que te hayas equivocado con su nombre si yo mismo acabo de decirlo hace unos instantes... —repliqué. —¡Déjame! —alegó Mamá Stephanie—. Es mi sello personal. Quedé estupefacto. De milagro decía bien mi nombre... debería sentirme afortunado por lo visto. Luego volteé a ver al chico con el que estaba... ¡Era el Poké-Hippie! Me saludó haciendo referencia al mal-entendido con Liza hace unas semanas. ¡Gulp! Se me había olvidado por completo pedirle disculpas a él. —¡Dante! En serio, en serio lo siento... todo fue una confusión, pero ya Liza me lo aclaró todo... Las orejas de mamá Stephanie captaron ese nombre como si fuera un radar detector. —¡Ahhh! Pero mira nada más... ¿qué pasó con la tal "Liza"? —¡N-nada... cosas de adolescentes! —exclamé, con una risa nerviosa—. En fin, ¿cómo han estado chicos? Es bueno verlos a los dos. ¿Qué ha sido de ti Ukita?, ¿qué has hecho en todo este rato? —Veo que te cambiaste de look al igual que Stevito —añadió mamá Stephanie—. ¿También estás en un nuevo comienzo, querido?
Alegría inmensa por volver a ver a al buen Steve. Su mamá parecía igual de dulce y preocupada que antes, como siempre. Mencionó algo de flores, por lo que un leve sonrojó aconteció en mis mejillas, no podría responder a algo como eso en público. ¡Cómo se le ocurría! Dante agregó un saludo, y un comentario acerca de algo ocurrido seguramente entre ellos, no le tomé importancia. A lo que sí hice caso fue a la posterior pregunta de Steve. —Yo he estado bien Steve, ¡he estado muy concentrado en un nuevo entrenamiento secreto, lejos de todo!— Quería dar la impresión de que me había fortalecido.—Y pues, me había aburrido ya de mi viejo atuendo, creo que este está bien, cortesía de Dante, claro— Sonreí hacia este último.
Sonreí levemente ante la respuesta de Steve y negué suavemente para que supiera que no tenía que preocuparse — Tranquilo, no pasa nada — Luego, escuché el comentario de la mamá de Steve, ¿flores? ¿a que se refería?, sacudí levemente mi cabeza y alejé ese comentario, no debía tener mucha importancia a decir verdad. — Y realmente me alegro de que hubiera escogido algo que le gustara, ya llevábamos bastante tiempo viendo las prendas... fue todo un milagro cuando ya tuvimos que pagar — dije entre un par de risas, ojalá que no quisiera cambiar de atuendo en un muy largo rato.
—¡Awww! Entonces Steve si tenía razón, ustedes son novi... Rápidamente le tapé la boca a mamá Stephanie, lleno de pánico. ¡Cielos mamá! Necesitas desarrollar un filtro urgente. —Novi... novi... ¡no-videntes! —exclamé torpemente—. Si fuesen clarividentes podrían ver el futuro y hubiesen sabido de inmediato qué atuendo le gustaría a Ukita —agregué, riendo de una manera extremadamente torpe. Mamá Stephanie, sin entender de a mucho que casi mete la pata, se quitó con sauvidad mi mano y prosiguió a decir: —¡Diente! No te había saludado, ¿cómo has estado, querido? Y de paso, déjame felicitarte... ¡Espero que tú y Ukita sean muy felices! Se ven muy tiernos juntos. Trágame tierra. Ya mamá Stephanie acaba de meter la pata al 100%...
Entre algunas cosas que no entendí, la mamá de Steve escapó unas inesperadas felicitaciones hacia Dante, o, Diente, como ella le había llamado. "¡Espero que tú y Ukita sean muy felices!" —¡Eso téngalo por segura, señora!— Obviamente no había entendido por completo a lo que se refería, tal vez se trataba de nuestro re-encuentro. Aunque eso de tiernos no me cuadraba, qué va— ¿Verdad, hermano? Sentí un leve fastidio en Steve, se había puesto azul como un zubat, la pizza tenía algo, ¡y yo la estaba comiendo! —¿Está bien tu pizza, amigo Ste? Me levante a verla, parecía en mal estado. —¡Sabía que la Pizza en cono no era buena idea!— De un golpe certero lancé el pequeño cono contra el piso, le había salvado la vida al pobre Steve.
Miré extrañado a la señora Stephanie, más porque no parecía encajar lo que había dicho Steve con lo que ella había querido decir, aunque...no parecía que debíamos darle importancia al asunto, no del todo o eso quería creer. Después ante su saludo centré mi atención en ella — He estado muy bien, gracias por preguntar — dije con una tranquila sonrisa antes de escuchar su comentario que me hizo sonrojar levemente, c-con el tono en el que lo había dicho no parecía estar hablando de lo que yo estaba pensando en ese momento pero Ukita se había tomado el comentario de maravilla y cuando se giró a verme para preguntarme si estaba de acuerdo, tuve que salir de mi shock. — ¡Claro!, gracias por decirlo...
—¡Oye, no...! —exclamé alarmado. Sin embargo, fue demasiado tarde. Ukita tumbó mi cono-pizza al suelo. Suspiré.resignadamente. Quizá me lo merecía por la imprudencia de mamá Stephanie... —Tranquilo, yo te compro otro —aseguró mamá Stephanie—. ¡Señor, deme uno al precio de dos! —¡No...! —alegué, fastidiado—. Deme uno al precio normal, por favor. El vendedor, confundido, me dio otro cono-pizza, y recibió el pago de uno, como debía ser a fin de cuentas. Mamá Stephanie pestañeó ante mi reacción, aún no entendía qué se le había salido lo del Brother... —Y... ¿Cuánto tiempo llevan juntos? —preguntó mi progenitora. —Mamá, creo que debes ir a casa, ¿no? ¡A estrenar todos tus productos comprados uno al precio de dos! —exclamé rápidamente, sonriendo forzosamente. —Ay, pero si todavía no me termino mi cono-pizza... —¡Xatu, sal ahora! —dije nerviosamente, sacando la pokébola del bolso de mamá Stephanie. —¡No! Xatu está viejito, pobrecito... —¡Claro que no, deja de discriminarlo así! —alegué—. Xatu, lleva a mamá Stephanie a casa, quiere estrenar todas sus compras. ¡Las bolsas puedes llevarlas con tu fuerza psíquica! Xatu, luego de pestañear un par de veces, se encogió de hombros, e hizo levitar todas las bolsas y cajas, y puso a mamá Stephanie en su lomo y emprendió el vuelo. —¡Noooo! No quiero que sufras de tu columna, querido Xatu... ¡tienes que cuidar tu edad! —gritó en el aire. —¡Adiós, mamá! Nos vemos en la cena navideña... Solté un suspiro de alivio. Volteé a mirar Dante y a Ukita, y luego de sonreír un poco avergonzado, proseguí a preguntar... —Y... ¿cuándo volvieron a encontrarse?
Al parecer la Pizza de Steve estaba bien, qué verguenza, la había tumbado por nada, Steve tuvo que comprar otra más, ¡y al precio de una! Después de una risa nerviosa, volví a sentarme, hasta que otra interrogante llegó. —Y... ¿Cuánto tiempo llevan juntos? —preguntó la mamá de Steve. ¿Y eso? —Desde no hace mucho, de hecho fue en Isla Caballete que nos encontramos después de...— Steve interrumpió mi inocente aclaración. No habría podido entender algo más allá de eso. Pero Xatu ya estaba fuera, listo para llevarse a la muy querida señora Stephanie. "Algún día Natu estará así, eso espero" pensé, mientras con la mano me despedía de la risueña señora. Tendría que visitarla en la eventualidad para ver su jardín. —Y... ¿cuándo volvieron a encontrarse?— Prosiguió Ste, luego de que su mamá nos dejase. —¡Yo estaba a punto de explicar eso antes de la interrupción!— Bromeé— Todo aconteció en la Isla Caballete, Dante paseaba sin rumbo, cuando, de pronto, un incendio inició. Yo, que por cierto descansaba de mi duro entrenamiento, vi las flamas del incendio, ¡tenía que hacer algo! En seguida, con ayuda de mis pokémon, extinguí las llamas, salvando así la vida de Dante. ¿No te lo esperabas, eh, Steve?, ¡fue un tremendo reencuentro! Después del accidente decidimos venir aquí, para alejarnos un poco de la acción. Obviamente pude haber exagerado un poquito la historia, pero, ¿quién se fija en detalles?
"Y... ¿Cuánto tiempo llevan juntos?" ¿Q-Qué?, esa no sería la pregunta adecuada para preguntar cuando había vuelto él o cuanto tiempo había pasado de su regreso, ¿no?, pero cuando Ukita comenzó a explicar lo que él creía que podría ser la respuesta traté de no darle mucha importancia, tal vez yo había entendido mal.. Y después de que la señora Stephanie se retirara en contra de su voluntad Steve que casi de inmediato nos preguntó algo como para cambiar de tema y concentrarnos en otra cosa, cosa que Ukita aprovechó para terminar su épica historia del reencuentro. No me animé a contradecirlo mucho, porque a decir verdad había sido muy diferente en ciertas partes así que solo me dediqué a ahogar pequeñas risas. — Sí, salvó tanto mi vida que me dejó completamente empapado en el proceso...
Steve Stone. —Vaya, que romántico... —dije, casi sin pensarlo—. ¡D-digo! Q-qué heroíco y amistoso acto. Te felicito, Ukitashi. Y el vicio de hablar sin pensar de mamá Stephanie se me contagió... ¡A buena hora! —Bueno es genial verlos de nuevo a los dos. A Dante no lo veía desde que sentí celos por lo de Liza, y a Ukita desde aquella batalla loca que fue suspendida por pseudo-hippies inconsecuentes —dije riendo. Luego noté que se me escapó lo de Liza, pero bah, ya alguien se había enterado en el Edificio Extraño (por favor que no haya sido Mimiko Honda), así que... ¿qué caso tenía ocultarlo ya?
—Eh... sí, ¡a que sí!—respondí, sí que se lo había creído. Buena manera de re-aparecer Ukita, muy buena manera. Terminé mi pizza y me dediqué a tomar otro gran sorbo de Frizz!, aquella bebida me daba vastas energías para continuar no muy clara travesía. Recordé la inconclusa batalla con Steve, rogando que se prosiga en algún momento posterior. —Hey Stev, ya te contamos mucho de nosotros, pero tu ni pisca, ¿qué has hecho tú en todo este tiempo?