Bueno pues este ya lo había subido, como el segundo capitulo sería muy corto pues iba a cambiar el prefijo de two-shot a one-shot y el titulo que era como raro, pero se lo dejé a un primo para que lo hiciera, lo eliminó... claro poniendo "redición" como si lo solucionara. @Pumpkin Queen una disculpa, por fortuna si leí tu comentario me alegro que te gustó y bueno busque solucionar lo que señalabas. Bueno aquí mismo concluye. Él era un pikachu normal y común, deseaba evolucionar algún día, hacer lo que otros pokémon llamaban ir a la guardería, tener así una familia. Sería algo grandioso. Justo aquel día tenía el presentimiento que sería genial, iría a nadar al río donde estaban algunos Lanturn, comería algunas pokemoras y buscaría encontrar a aquella chica de mejillas rojizas que había visto en la pradera la última vez, si todos los pikachus tienen mejillas rojizas, pero para él por alguna razón las de ella le parecían encantadoras. Se dispuso a lanzarse al agua, probó primero con su pata el temperatura de esta y notó que estaba un poco más caliente, aunque no dejaría que esto arruinara su día, se estiró un poco y lanzando un alegre gritó y se lanzó adentro. — ¡Pikaaaa! — exclamó emocionado. Iba a comenzar a chapotear cuando algo que no esperaría en un millón de años ocurrió, escuchó un grito aterrador, abrió los ojos y miró hacia todos lados, se percató que no estaba en su bellísimo lago con los Lanturns si no en una bañera, antes de que intentara siquiera averiguar cómo había llegado allí una escoba salvaje aparecía frente a él, buscaba embestirlo con fuerza y él se sumergía de nuevo. Miraba entonces unas extrañas plantas arrugadas y blanquecinas estaba frente a él, buscó desesperadamente sujetarse a ellas, entonces escuchó otro grito que traspasó la barrera del agua. — ¡El demonio! —exclamó una voz tan aguda como una manada de Zubat lanzando un ataque supersonico— ¡un demonio! —cacareo de nuevo. Entonces el asustado roedor eléctrico se dio cuenta que esas plantas, eran unas piernas, esas piernas pertenecían a una mujer, esa mujer se disponía a meterse a bañar y él estaba en su camino. Tengo que salir de aquí, pensó. Dando un salto, salió corriendo por la bañera pensando en no detenerse, preguntándose por qué diablos ella podría correr tan rápido si se supone que era una anciana y pidiendo a Arcerus que no por nada del mundo la toalla que llevaba en el cuerpo se le desprendiera. Corriendo en cuatro patas llegó en cuatro patas a una habitación continua que estaba apagada y pareció perderla. ¿Por qué me atacó? ¿Qué no se supone que humanos y pokémon vivimos juntos? ¿Qué le ocurre a esa anciana?, se preguntó. La anciana se mantuvo fuera de la habitación, pero no porque lo buscara. Levantó un teléfono y se puso a marcar un teléfono. — ¿Alfonsina?, ¿eres tú?...amiga estoy asustadísima, recuerdas esas cosas espantosas chinas que comenzaron a pasar hace poco en televisión? Pocamon, algo así, ese demonio amarillo está aquí, en este lugar, quiso atacarme, sabe que intenciones tenía, lo encontré en el baño—explicó abrazando una reliquia en sus manos. — ¿Crees que debemos exorcizar la casa?. —preguntó temerosa. Pikachu comprendió en ese momento que no estaba en sus Praderas, en su mundo, ni en su universo. Estaba en un mundo distinto, más agresivo, más temeroso y paranoico, estaba en este lugar y enfrentándose a su más grande rival, un grupo de mujeres extremistas que acababan de surgir en ese mundo de 1999 que buscaban satanizar todo aquello que era distinto a lo que ellas creían. Pasaron apenas unos cuatro minutos cuando una mujer obesa de tubos en la cabeza llegó con toda clase de reliquias desde imágenes de santos de cabeza hasta un sinfín de hierbas extrañas, totalmente exaltada. — ¡Puedo sentirlo! — exclamó con una voz cantarina totalmente irritante, tan melodiosa con un tenedor raspando en un plato de porcelana. —¡ Puedo sentir las fuerzas del mal surgiendo entre nosotras, la maldad rondando en la habitación!. Se reclinó en el sillón y se encendió el televisor. —¡¿Quién es ese pokémon?! —exclamó el presentador mientras se mirada la silueta característica de un Butterfree en la característica dinámica de la primera generación del mismo nombre— ¡Es Butterfly!. Las dos mujeres echaron un grito al unísono y retrocedieron como si hubieran visto lo más aterrador del universo. Pikachu fastidiado se pasó la mano en el rostro y suspiró mientras registraba la habitación, era lo suficientemente listo para saber que eso no terminaría nada bien. Vamos, solo un Butterfree, los machos solían formar grupos juveniles con voces extremadamente delgadas, pero fuera de eso, no eran malos y menos demoníacos, razonó el pokémon y suspiró. Las ancianas se dispusieron a llenar su departamento de cientos de velas, colgaron muchas imágenes que era seguro que espantarían malos espíritus, aunque con esas caras aterrarían a cualquiera. Comenzaron a murmurar algo que eran como rezos acompañando cada palabra con un lastimero golpe de pecho como se sintieran arrepentidas hasta de respirar, luego de pronto comenzaron a cambiar por simples zumbidos y luego a media luz, a esa edad y el calor, comenzaron a quedarse dormidas, a medio ritual de exorcización habían caído desfallecidas por el sueño. El pokémon eléctrico no supo si reír o llorar. Haber registrado la habitación de la anciana no le había servido de mucho, solo había varias pelucas y un terrorífico vestido de noche muy ceñido << ¿qué rayos pasaba con esta anciana?>>, había intentado usar sus ataques pero el único que no provocaría un desastre en el edificio –el puño eléctrico- hizo que terminara en el departamento de un chico con una computadora que sin prestarle atención saltó a su cama y se cubrió con las sabanas. —¿Jovencito sigues en la computadora no es así? —preguntó su madre molesta. —No mamá, estaba dormido—fingió el muchacho. —Esto lo sabrá su padre, no estarás feliz hasta que esa cosa estalle— le espetó. —Por favor mamá, eso es demasiado exagerado. — le respondió el muchacho. Pikachu sin embargo pudo ver como su ataque eléctrico para infortunio del niño había encendido una chispa en el conector del ordenador y la chispa avanzaba hacia él cpu provocando que explotara segundos después. — ¡Vez!— le recriminó la mujer— y no me creíste cuando te dije que enfermaste de varicela por estar pegado en este aparato. El chico suspiró cabizbajo, pikachu se sintió mal por él así que decidió dejar de intentarlo de esa manera. Al volver con las dos mujeres dementes entonces se dio cuenta que algo ocurría, había demasiado humo y el aire apestaba a plástico. Asomándose por el umbral vio que el pelo de una de las mujeres se estaba incendiando, era la primera de ellas, se había recostado sobre una de las velas y con todos los productos que usaba en el cabello eso era una fogata perfecta. Su amiga simplemente gritaba dando unos saltillos sin hacer nada más. Pikachu como la mayoría de los pokémon, era bondadoso, poco le importaba si esa mujer pensaba lo peor de él y quería atacarlo, él debía salvarla, miró hacia arriba y miró un detector de humo en el techo los había visto alguna vez en los edificios humanos donde las pokémon acuáticos no podían estar a causa del calor, servían para alertar de un incendio y soltar agua para apagar el incendio. Eso bastaría, solo tenía que reactivarlo porque estaba apagado. — ¡Pikachu! —exclamó lanzando un Impactrueno al detector y el foquito rojo en un extremo destelló un poco pero se apagó. La mujer estaba por quedarse calva y el fuego alcanzar su cabeza, debía de actuar. —¡Pikachu! —repitió con más intensidad el ataque. En ese momento la mujer llamada Alfonsina la vio, el detector de humo comenzó a pitar y comenzó a salir agua de él. El alivio fue instantáneo, el fuego se apagó en unos segundos. La mujer tranquilizándose poco a poco vio a su salvador, Pikachu se sacudía para secarse del agua. Se observaron por unos segundos y la anciana tomó con sus manos su escoba, él se dispuso a correr de nuevo, pero ella la inclinó para que subiera, él dudando un poco trepó por ella. Abrió la ventana y lo dejó en la entrada de ella, dando un pequeño salto podía alcanzar las escaleras de servicio debajo del borde. —Vete… Pikachu dio un salto y comenzó a bajar por las escaleras perdiéndolas de vista. Pensando que es lo ocurriría con esas mujeres de ahora en adelante y así sin darse cuenta de la misma forma en la que había llegado allí reapareció en su bosque. FIN
¡Interesante escrito! Planeaba comentarte ayer pero estuve ocupado n_nU. ¡Sigo siendo el primer post! xD En fin, vamos a ver, primero en lo técnico... Quisiste decir: "Dando un salto, salió corriendo por la bañera, sin pensar en parar". Estoy seguro -w- Solo ese errorcito pude detectar... también quiero decir "AQUI YACEN LOS RESTOS DE UNA COMPUTADORA INOCENTE" ._. pobrecilla... pero el Pikachu es buena gente (?), así que al menos salvó a Alfonsina de quedar quemada o al menos calva tostada xD. Realmente las desventuras del Pikachu me hicieron reír... él solo quería bañarse y conseguir la Piedra Trueno... y termina siendo confundido con esbirro de Belzebú xD A ver si te animas a escribir más cosas así :L ==Nathancito estuvo aquí °3°==
El 99 y yo tenemos una historia horrible detrás, una que ya estas alturas me da más risa que pena, pero vaya... ¿quién diría que de un evento tan... ocurrente... se podría sacar una historia tan original? Seguramente en un universo paralelo, cualquier pokémon se hubiese dado de topes ante la incredulidad de la gente de aquel entonces... bueno... hasta la fecha... Muy lindo que al final pikachu hubiese demostrado la falsedad del asunto aunque las ancianas no se lo terminaran tomando de tan buen modo y bonus por la hipocresía de la gente 9/10 le faltaron referencias a Josue Yrion y los pokiman xD