Griselda, era una niña de 5 años, la cual toda su vida había estado sola. Ella no tenía ningún amigo, el único que siempre la acompañaba a todos sus viajes en busca de comida era su oso. Esta pequeña solía recorrer caminos largos y llenos de gente, en busca de sus papás, ni siquiera conocía su propio nombre. En el colegio solían llamarla Griselda, debido al color gris, a ella siempre la notaban gris, sola, sin amigos, por eso la llamaban así, su familia la abandonó cuando tenía tan solo 1 año. Era huérfana, no tenía ni que comer, ni un techo en el cual no pudiera enfermarse con la fría lluvia y las pocas veces que nevaba. Una tarde aquella pequeña despertó del lugar en el cual se encontraba, ella había pasado la noche en una casita abandonada que se ubicaba en una antigua granja, al darse cuenta de que no conocía el lugar la pequeña salió a pedir agua y pan. Las personas eran egoístas y vulgares, y que no le regalaban ni una bendición, al fin llego la noche y la pobre pequeña se detuvo en un lugar poco aluminado, aquél lugar era una frutería. Al dueño de esta se le olvidó verificarla y al cabo de un rato se incendió, la pequeña se encontraba ahí, estaba tan dormida que ni siquiera se dio cuenta de este incidente, lo cual las llamas ya estaban mucho más altas, el huerto pintado en llamas rojas y la pequeña ahí dentro murió calcinada.
A ver me ha gustado, pero me ha roto el corazoncito con el final. ¿Esto es una historia en proceso? Porque aunque sí, puede haber una continuación, ahora mismo no me imagino muchas cosas. Griselda es adorable y se me ocurre que pueda volver en forma de fantasma o algo así, no lo sé. Es realmente interesante. Te voy a citar unos fallitos que encontré: Eso debería ser "propio". Esto está mal formulado, debería ser "Aquel lugar" o "el lugar aquel", como prefieras. Bueno, si tiene continuación, espero leerla. A ver con qué nos sorprendes. ¡Un saludo! :)
Me alegro que te haya gustado, aunque estoy pensando si tendrá una continuación, a lo mejor se me ocurren nuevas ideas y todo el rollo. Gracias por corregir mis faltitas ¡saludos!