Recuerdos del ayer

Prólogo:

Nicole decepcionada y con el corazón roto a causa de una relación marchita, pasa de nerd e invisible a rebelde, como todos los días se escapa de clases y en la cancha de fútbol conoce a un chico llamado Derek. Gracias a este lograr superarlo todo, pero jamás se imagina que vivirá en carne propia más cosas dolorosas y una terrible tragedia.

Capítulo 1.- Fría noche y una amistad.

Era una fría noche, acostada con la cobija envuelta por todo el cuerpo, de pronto llega un mensaje a mi celular:

—Nos vemos mañana, detrás de los baños, tengo que decirte algo muy importante, bye: ya sabes quién.

—¿Qué sucede con Leo? de pronto este estúpido mensaje, realmente me preocupa esto, ya mañana sabré que es. Por ahorita debo dormir, ha sido un día pésimo y encima de mucho trabajo.

Al día siguiente, mientras era el descanso.

—La señorita verónica, siempre dejando tarea la engreída ¡maldición! por poco y se me olvida que Leo está detrás de los baños esperándome.

—¡Al fin que llegas! te diré algo que necesitas saber, no tengo idea de lo que pase después, pero te aseguro que seremos unos completos desconocidos.

—¿A que te refieres con desconocidos? me estás asustando, así que habla de una vez.

—Estoy saliendo con alguien más, tenías que saberlo tarde o temprano, así que en este momento tú y yo somos nada.

—No te preocupes, estaré bien, gracias por ser sincero conmigo –respondí dándome la vuelta y caminando hacía el salón con lagrimas en los ojos, mirando como se alejaba de mí cada vez más.

Pasaron las horas y por fin llego el momento de ir a casa, las clases habían terminado, gracias a eso nadie pudo notar lo desecha que estaba, al fin y al cabo yo era alguien invisible entre todos.
Sin más preámbulos caminé a casa con la intención de olvidar lo sucedido.

—¿Ya llegaste hija?

—Mamá, por favor ahorita no, sólo quiero estar sola un momento ¿podrías salir de mi cuarto?

—Está bien Nicole, pero si necesitas algo llámame y subo rápido.

—Gracias, y no te preocupes por mí madre, después de contaré acerca de esto.

—No puedo creerlo ¿qué fue lo que paso para que se haya ido con alguien más? acaso no dí todo de mí, acaso mi amor fue tanto que no tuvo opción más que dejarme, me pregunto ¿en qué falle? –Dijo Nicole quedándose dormida.

Horas después...

—¿Nicole? hija, deberías despertar de una vez, anoche te quedaste dormida.

—Lo siento mamá, perdón por no decirte nada, con tiempo te contaré.

—No te preocupes hija, ve al colegio, que se te hace tarde.

—Adiós mamá, nos vemos más tarde.

—Adiós hija mía ¡ve con cuidado!

Nicole había llegado al colegio, lo cual le parecía extraño ahora que ya no andaba con Leo, se sentía más sola de lo que había estado.

—Creo que lo mejor será que no entre a clase, después de todo no tengo ganas de presentar el examen. -Diciéndose así misma, para correr y ocultarse en la cancha de fútbol, así pasaron los días y la chica no le tomo ni la más mínima importancia a sus estudios.

—¿De nuevo lo hiciste? –preguntó un chico alto, de cabellera negra, ojos azules y piel pálida.

—A ti no te importa nada de lo que haga, no opines donde no te llaman ¿de acuerdo?

—¿Molesta? ¿qué es lo que te sucede? ¿estás llorando?

—¡Aléjate de mí idiota! odio todo, odio a las personas, odio la vida, me odio a mí misma ¿qué sentido tiene seguir viviendo?

—Estás mal, la vida no es algo fácil, pero debemos superar nuestros problemas, por muy duros que sean.

—Quizá tengas razón, pero no se supera a quien se ama y se sigue amando.

—¿Eh? conque era eso, yo, jamás me he enamorado. No tengo idea de que es el amor, de lo que sientes cuando estás con una persona que amas, no tengo idea de lo que es estar enamorado y sentir dolor.

—Ayer él me terminó, dijo que le gustaba alguien más y ya estaban saliendo, lo que duele es que él ya se haya olvidado de mí tan fácilmente.

—Lo siento, yo no sabía eso ¡soy un idiota! jamás se enamorarán de mí.

—Aún no sabes acerca de eso, no tienes idea si le puedes gustar a alguien hoy o quizá mañana, todos los días.

—Es verdad.

—Bueno ahora que estamos hablando, perdón por tratarte mal en un principio, mi nombre es Nicole ¡un placer conocerte!

—Igualmente Nicole, por lo hace rato no te preocupes, el mío es Derek.

Así pasaron horas, minutos y segundos, pero los chicos aún seguían contándose sus experiencias el uno al otro.

—¡No puede ser! Derek lamento arruinar la platica, pero debo irme, mi mamá debe estar preocupada.

—Por mí no hay problema, te estaré esperando mañana aquí en este mismo lugar ¡nos vemos!

—Aquella sensación dejó en mí suspenso, quería verlo de nuevo, contarle más cosas, hablarle de ese sentimiento llamada "amor" el cual el no conocía. –Se dijo a si misma la chica, mientras caminaba hacía su casa.

De vuelta en casa.

—¿Porqué tan feliz Nicole? –pregunta su mamá curiosa.

—Es que conocí a un chico, él es como un amigo para mí.

—Hoy te veo tan feliz, ayer te que daste dormida y tenías lágrimas cayendo de tus ojos ¿qué fue lo que debiste de contarme ayer y no lo hiciste?

—Ayer termino todo, se acabo mi relación con Leo, él se enamoró de alguien más y aún no encuentro la razón.

—Es tan tonto, demasiado para dejar ir a alguien como tú.

—¿Acaso no soy linda? ¿o es que lo quería tanto y él no pudo con tanto amor?

—Tú eres preciosa y siempre fuiste sincera y cariñosa con él, así que no fue esa la razón.

—Espero y alguna vez pueda superarlo, aunque me costará trabajo.

—Tranquila, lo lograrás, lo sé.

—Ahora si me permites iré a dormir, vengo cansada, no te preocupes por mí si no me levanto y me quedo dormida.

—Mañana te despetaré Nicole.

Pasaron 19 horas del día y como de costumbre, la chica desayunó, se vistió, se dio una manita de gato y se fue al colegio.
Al llegar ahí estaba él, sentado en la cancha, Nicole quedo perpleja en cuanto a la cabellera negra del chico y la forma que tenía de mirar con esos ojos azules aquamarina.

—Eh, ¿otra vez tú Derek? –preguntó la chica apenada por aquel tope en las miradas.

—Sigues sin entrar a clase, deberías dejar de hacerlo ¿no crees? –respondió el chico ante aquella pregunta.

—¿Es una broma? decidí no hacerlo.

—Estás sonriendo, algo contrario al día de ayer, eso me alegra, yo creo que las chicas que sonríen son lindas.

—Gracias, pero me falta algo, realmente no soy feliz.

—¿De qué hablas? —preguntó el chico.

—¡Derek ¿quién es está naca? tengo que hablar contigo sobre algo muy importante, así que ven conmigo! –gritó una chica, llevándose a Derek del brazo.

 

Capítulo 2.- Problemas y conflictos.

—¡Derek ¿quién es está naca? tengo que hablar contigo sobre algo muy importante, así que ven conmigo! –gritó una chica, llevándose a Derek del brazo.

—¿Qué es lo que quieres? –preguntó Derek a la chica, mientras esta lo llevaba del brazo, caminando hacía la cafetería.

Ya estando la cafetería.

—¿Se puede saber que carajo hacías con ese estorbo? date cuenta, creo que deberías pensar mejor las cosas y andar conmigo de una buena vez.

—Lo siento, pero creo que es mejor así, yo aún no quiero andar con alguien y si lo hago me aseguraré que sea alguien a quien yo ame.

—¡Imbécil! pero algún día te tragarás esas palabras tuyas. –susurró la chica enojada.

Derek había dicho anteriormente a la chica que aún no estaba dispuesto a quererla, siendo así regresó a las canchas, esperando encontrarse con Nicole.
Al llegar encontró a Nicole, quien estaba en una platica con un chico alto, tez blanca y cabello castaño. Prefirió no interrumpir en sus asuntos y se retiró del lugar.

—¿Quien era aquél hombre que estaba con Nicole? jamás lo había visto antes en este colegio.

Con Nicole...

—¿Me recuerdas? –preguntó aquél joven, quien no quitaba la mirada de encima a Nicole.

—¿Le-eo? ¡vete por favor! dije que no quería verte jamás, que aquél amor fue solo un juego y jamás pude ganar la partida. —Respondió Nicole con la cabeza cabizbaja, intentando contener sus lágrimas que estaban a punto de ser derramadas.

—Se que estuve mal, que fui un idiota, te lastimé, jugué contigo, pero estoy muy arrepentido y quiero volver contigo ¿aceptas? quizá no me creas, pero si te estoy pidiendo esto es porque quiero remediar todo lo que te hice anteriormente.

—Yo, ¡sí! ¡sí quiero que Regresemos! aún siento muchas cosas por ti y no puedo evitarlo.

—¡Gracias Nicole! no te vas a arrepentir te lo prometo.

Así pasaron dos semanas desde que los chicos volvieron, pero esa sería la peor desición de Nicole, no tenía ni la menor idea de cuantas cosas inhumanas le esperaban.

Una mañana de aproximadamente un frío lunes Nicole decidió por entrar de nuevo a sus clases, mientras el timbre sonaba para iniciar la clase Nicole se despedía de Leo con un beso. Eso era debido a que no estaban en el mismo grupo, la chica se dirigía al salón de clases con una gran sonrisa en el rostro, pero no llego a pensar lo que le iba a suceder.

—¡Nicole! ¡es ella chicos! la típica chica fácil, la cual se olvida de uno y se larga con otro.

—¡No lo puedo creer! ¿acaso Leo dejo a Miranda por ti? que tipo más corriente, si la iba a dejar hubiese encontrado a alguien mejor ¿no lo creen?

—Tú siempre serás hueca, fea, plana, nerd, tonta, jamás te querrán de verdad.

—¡Leo solo te usa amiga, debería dejarlo!

¡Ya paren! –gritó Nicole destrozada y con lágrimas en los ojos. —Yo no he andado con nadie más que con leo, nos amamos y por eso volvimos a intentarlo, estoy segura de que él ya se olvidó de Miranda. Él me quiere a mí, en estas dos semanas me lo ha demostrado y no pienso romper con él solo por sus estúpidos chismes sin sentido.

—¿Acaso no te das cuenta de la realidad? él te utiliza ¡entiende! –respondió una chica metiéndole el pie a Nicole para que esta se cayese y lo logró.

—¿Porque haces esto? ¿porque lo hacen? ¡jamás me he metido con ninguno de ustedes!

—Ahora que ya sabes toda la verdad no me queda nada más que decir, me retiro, pero antes te dejo un regalito. –Escupiendo a Nicole.

Acto seguido un joven se acercó y preguntó.

—¿Qué te ha sucedido? escuché gritos desde la cancha y pasé a ver.

—Una chica, unas personas, me dijeron cosas y se fueron, también me metieron el pie para que me cayera, pero aquí sigo de pie.

—¿Quienes fueron los imbéciles que te hicieron esto Nicole?

—Fue... una chica, era alta, bonita, ojos escarlata y cabe...

—Miranda.

—¿Eh? no, no puede ser.

—¿Pasa algo?

—Que ella, ella fue, no sabía que ella era Miranda. La ex de Leo.

—¿Leo? ¿quien es él?

—El es mi novio.

—¿Tú novio?

—Derek yo...

—Nicole, perdón pero debo irme, tengo prisa.

—Derek ¿que es lo que sucede? –se preguntó la chica así misma.

Nicole llegó a su casa, la misma rutina de siempre, cayendo así la noche.

—Mamá voy a dormir.

—Ve a dormir hija.

—Derek...te extraño.

Había amanecido, la noche se hizo corta y sonó la alarma, despertando a la chica.

—Mamá, nos vemos más tarde. –Dijo la chica, salir de su casa, rumbo al colegio.
En el camino recordaba la actitud de Derek al decirle que regresó con su novio.

En el colegio...

—Amor, debo irme al salón ¡nos vemos! –dijo Leo retirándose.

—Nos vemos Leo. –Besándolo.

—¡De-derek!

—Nicole, creo que lo mejor es que dejemos de vernos, no quiero volver a verte ¡nunca!

—¿Qué pasa contigo Derek? desde ayer has estado extraño ¿acaso es por Leo?

—No es por él, no me interesa lo que hagas, tú y yo jamás fuimos amigos ¿ok? ahora sí, paso a retirarme. –Alejándose cada vez más.

—Fue su decisión, quizá en otra ocasión podamos volver a hablarnos. –Pensó la chica retirándose de aquél lugar.

Más tarde...Nicole había llegado a casa y mientras dormía su celular sonó.

—¡Rinnnnng!

—¿Bueno?

—¿Nicole?

—¡Leo! perdón por no reconocerte, estaba durmiendo.

—Perdoname a mí por molestarte, quería invitarte al parque de los cisnes.

—¿Lo dices de verdad? es un parque hermoso.

—Completamente ¿aceptas?

—¡Por supuesto! a las 6:00pm está bien ¡te veo ahí saludos!

Minutos después...

—¡Ya estoy lista! ¿amor? voy en camino.
–Llamando al chico para avisar que estaba llegando.

6:00pm, parque de los cisnes.

—¡Que bueno que te animaste!

—Quería verte Leo, pasar un día increíble junto a ti.

—Digo lo mismo, por si no te lo había dicho, te vez preciosa.

—¡Que va! gracias amor.

—Vamos por unas sodas ¿te parece? –preguntó Leo.

—Claro, vamos. –respondió Nicole caminando de la mano de Leo.

—Te amo Leo, te amo demasiado. –exclamo Nicole tocando los labios del chico para así darle un dulce y tierno beso.

Un chico pelinegro bajaba de su auto y al voltear se percató de la pareja que estaba a un paso de él.

—¡Vaya Nicole! tienes muy malos gustos. –Dijo un joven riendo de aquellas palabras.

—¿Quien eres tú imbécil? –preguntó Leo al joven.

—¿Derek?

—Ese mismo Nicole.

—¿Quien es este imbécil Nicole?

—Soy el imbécil que la hacía feliz antes que regresarás tú, soy el imbécil que la quiere tanto, imbécil que la escuchaba cuando tú la hacías llorar y aquél imbécil que se enamoró de ella. –Acto seguido le clava un beso, el más sincero que jamás había dado.

—Lárgate de una maldita vez, o te enfrentarás a mí y sabrás las consecuencias maldito y deja en paz a mi novia. –Insinuó Leo furioso.

—¡No! ¡Leo! por favor calmense los dos ¿si? por favor.

—Jaja, me voy, adiós Nicole no quiero tener problemas con este imbécil. –Dijo Derek subiendo a su auto.

Ya conduciendo hacía su departamento...

¡Mier...! soy tan idiota, jamás pensé que estaría con él. –Sin saber las consecuencias Derek estaba tan furioso que no se dio cuenta que movió el volante a dirección contraria chocando con un tráiler que lo dejo hecho fuego, muriendo al instante.

 

Capítulo 3.-Deseo verte de nuevo.

—¡Mier...! soy tan idiota, jamás pensé que estaría con él. –Sin saber las consecuencias Leo estaba tan furioso que no se dio cuenta que movió el volante a dirección contraria chocando con un tráiler que lo dejo hecho fuego, muriendo al instante.

—Nicole, voy por unas compras al súper.

—Si mamá, está bien, ve con cuidado.

—Nos vemos hija. –Respondió doña Estela a su hija, trepando al automóvil.

Mientras la señora iba por el camino se encontró con el cuerpo inmóvil y con heridas del chico ¿qué pasó aquí? ¡pobre joven! aún le quedaba mucho por vivir para que sucediera esta tragedia, rápidamente como pudo doña Estela llamó a la ambulancia.

—¿Disculpe ¿cuál es su emergencia señora?

—Hay un chico en la carretera, camino al súper ¡vengan inmediatamente por favor, no le quedan muchas esperanzas!

—Iremos enseguida, espere unos minutos.

Al termino de doce minutos llegó la ambulancia a verificar el casi y llevar al joven al hospital.

—¿No sabe si tiene algún número telefónico o algo?

—No lo sé señorita enfermera, no lo conosco, quizá en el automóvil haya uno.

—Enseguida lo atenderemos e iremos por información al automóvil ¡gracias señora! puede retirarse si lo desea.

Al cabo de una hora llegaron los papás de Derek.
La madre casi desplomada sin aliento observó así hijo y en menos de unos instantes lloró, grito y se ahogó en llanto.

¡Hijo! ¡hijo mío! ¿porque tú? ¿porque tenías que ser tu? porque quitarme a lo que más quiero en este vida ¿porque? –preguntó la señora a su esposo, quien tampoco tenía palabras.

—Tranquilizate Emma, por favor.
No eres la única que está sufriendo, que yo también lo estoy.

—¡No puedo! ¡no! ¡hoy no! hoy perdí a mi hijo, a alguien a quien tanto amé, jamás volveré a verle y eso duele...es un dolor que jamás había sentido, un tipo de dolor que mata.

—Señores lamento interrumpir, sé que esto es algo difícil, pero lamentablemente su hijo falleció y no hay ni información, ni signos de vida. Así que confirmado ¡su hijo murió!

—¡Nooooo! ¡él no! ¡Derek! ¿porque nos abandonaste! eras una gran persona, la que debió haber muerto fui yo. –Gritaba la madre sin respuesta alguna.

—Emma, amor tranquila, aquí nadie se tiene la culpa.
Y estoy seguro de que Derek no querrá vernos tristes.

—Señorita me retiraré con mi esposa, por favor lleven a mi hijo al cementerio.

—Claro señor, nosotros nos encargamos.

Con Nicole.

—¡Ya llegué Nicole!

—¿Qué sucede mamá? te noto diferente.

—Es que iba camino al súper y un chico estaba en el suelo de la carretera, sin vida.

—¡Dios mío! que fuerte mamá, espero ppueda descanzar.

1 día después de la tragedia.

—¡Mamá! me voy al colegio, nos vemos.

—Adiós hija ¡cuidate! –decía doña Estela dándole la bendición a su hija.

—Ahora sí, adiós. –Dijo Nicole retirándose del hogar.

En el colegio...

—Maestra ¿puedo ir al baño? –preguntó Nicole.

—Ve Nicole. –Respondió la mestra.

—Chicos la señora directora tiene algo muy importante que comunicarles, les pido que comprendan y que lo puedan entender. —Pase señora directora. –decía la maestra.

—Bien, alumnos:
Hoy vengo a comunicarles algo que seguramente a muchos les dolerá, muchos llorarán, pero lamentablemente así es.
Ayer por la noche un compañero de este salón iba camino a su casa después de haber peliado con el novio de Nicole, el joven Leo, lamentablemente el joven dobló en dirección contraria y falleció. Me refieren a su compañero Derek.

—¿Qué? –decían todos, otros comenzaban a llorar, a buscar estrategias para vengarse de la chica.

Nicole había regresado del baño.

—Con su permiso maestra. —Eh ¿pasa algo? todos me están mirando.

—Porque eres una asesina. –Respondió una joven quien se sentaba al lado de Nicole.

—¿De que están hablando? yo no he matado a nadie.

—No te hagas, eres una maldita asesina, una maldita. No sabes cuanto odio te tengo, yo hubiera podido ser feliz con él, pero lo arruinaste todo.

—¡No! ¡diganme de que hablan!

—Derek murió, por tu culpa.

—¡Basta chicas! Nicole estás suspendida por una semana, vete a tú casa por favor.

—Pe-pero señora directora, no puede hacerme esto. –Gritó furiosa la chica con lágrimas en los ojos.

—Claro que puedo jovencita, así que vete o quedarás expulsada definitivamente ¿entendiste?

—Por supuesto, yo...me voy. –Dijo Nicole saliendo del aula.

—¡Largate asesina! –gritaron todos!

—¿Es verdad? Derek no pudo haber muerto, lo mejor será ir a su casa. –Dijo la chica caminando a casa del joven.

Nicole había llegado a casa del chico, enseguida tocó el timbre.

¡Ring!

¡Enseguida! –Se escuchó una voz de alguien que contestaba.

—¿Sí que pasó? -preguntó una señora con ojeras, y pálida como si fuera a desvanecerse.

—Señora...yo...

—¡Largate de aquí maldita! ¡Largate! ¡asesina! ¡por tu culpa mi hijo falleció!

—Señora le juro que yo no lo maté, él condució en dirección contraria y... –Insinuó Nicole con lágrimas.

—Vete. –Respondió la madre deDerek cerrando la puerta.

—No puede ser, Derek está muerto, quisiera que todo esto fuera mentira, me encantaría desaparecer y nunca haber nacido, será mejor ir a casa.

Nicole se encontraba caminando a su casa, la chica estaba triste, más que destrozada.

Pasados unos minutos la chica llegó y subió a su cuarto.

—Nicole ¿te encuentras bien?

—No mamá, no estoy bien, por favor quiero estar sola.

—Bien hija, me voy.

—Sera mejor si muero. —Dijo tomando una navaja que sacó de la cocina.
Al hacer eso escuchó unos pasos que cada vez se hacían más fuertes, y en la pared pudo darse cuenta de que habían manchas de pintura torneadas en colores pastel, formando una rosa con espinas.
—¿Qué significa esto? –se preguntó a ella misma, pegando un fuerte grito.

 

Capítulo 4.-Derek.

—Sera mejor si muero. —Dijo tomando una navaja que sacó de la cocina.
Al hacer eso escuchó unos pasos que cada vez se hacían más fuertes, y en la pared pudo darse cuenta de que habían manchas de pintura torneadas en colores pastel, formando una rosa con espinas.
—¿Qué significa esto? –se preguntó a ella misma, pegando un fuerte grito.

—¿Pasa algo Nicole? –decía su mamá desesperada.

—Mamá es que antes de que tú llegarás vi algo que me dio mucho miedo.

—Hija, será mejor que te vayas a dormir, tal vez esas cosas estén pasando por el sueño.

—Está bien, tal vez tengas razón mamá. –Respondió Nicole quien se había llevado un gran susto.

Mientras la chica subía a su recámara cerraba poco a poco los ojos del cansancio, al llegar ya al cuarto dudó en encender la luz y se aventó, le pareció un poco extraño lo que sucedió hace unos momentos. Hasta que empezó a quedarse dormida, al poco rato escuchó una voz, quien parecía ser de un chico y no de alguien vivo, la ventana se abrió y las cortinas se alzaron provocando que la chica sea despertara.

—¿Quien está aquí? –preguntó asustada.

—Nunca lo sabrás Nicole.

—Por favor sea quien sea estoy hablando encerio que deje sus jueguitos. –Sijo la chica.

—¿Ya te enojaste? acaso no recuerdas mi voz? solía hablar contigo antes, solías pasar el tiempo a mi lado, hasta que me olvidaste.

—¿Eh? ¡no! ¿Derek? es la única persona con ese tono de voz.

—Por supuesto, soy Derek.

—¿Estás vivo? ¿porque no puedo verte?

—Quizá porque estoy detrás tuyo. –Respondió el chico con un tono amargo.

Nicole volteó enseguida al escuchar esas frías palabras y pudo darse cuenta de que Derek no tenía una apariencia igual a la de los humanos, al contrario, este tenía un tono blanco como si solo ella pudiese notarlo.

—¿Qué te ha pasado? ¿tú voz? ¿cómo has sabido mi hogar?

—Nicole, nadie puede verme, solo tú, no puedo mentirte. Estoy muerto y te estuve siguiendo todo este tiempo, pero tú nunca me notaste.

—¡Derek! lo lamento tanto...yo lamento todo lo malo que te hice, la vez que dejé de hablar contigo, la vez que pasó todo... –decía la joven con lágrimas.

—Por favor no sigas, odio verte llorar, yo, yo te quiero.

—No, es que yo, pensé que esto fue mentira y que nunca me abandonaste, creí que todo lo inventaste solo para poder sacar provecho.
Todo este tiempo siempre estuve equivocada, jamás supe quererte, solo pude perderte.

Lentamente Derek caminó hacía la chica quien estaba llorando y cuando estaba a punto de besarla...

—¿Qué estás intentando hacer? yo no puedo, no quiero enamorarme de alguien más que no sea Leo.

—Siempre lo quise intentar por segunda vez. –Respindió Leo besando los labios de Nicole, quien se había sorprendido por aquel acto, pero no se separó.

A la mañana siguiente.

—Espero y todo lo que pasó ayer haya sido solo un sueño.

—¿Ya te vas Nicole? no has desayunado nada.

—Lo siento mamá, tengo prisa.

Al salir Nicole de su casa corrió con mucha prisa al colegio.

—Falta poco para que llegue.

Estando ahí.
Colegio Netroy.

—¡Leo! –gritó la chica sorprendida al verlo caminando con alguien más.

—¿Qué deseas? habla rápido ¿si? que no tengo tu tiempo.

—¿Quien es ella y que te sucede? jamás me habías hablado así en ese tono, desde la última vez que me terminaste.

—Ah, hablando de terminar tú y yo ya no somos nada.

—¡No! ¿de qué hablas? no estés jugando conmigo.

—¡Ya basta Nicole! no te soporto, ni estoy para escuchar tus lamentos. Vámonos amor. –Decía Leo a la chica que era su nueva novia.

—¡No! ¡Leo! no puedes hacer esto por segunda vez, yo te amo y...

—Adiós Nicole.

¿Qué? ¡maldición! lo he perdido todo de nuevo, será mejor si dejara de existir.

—No es así Nicole, no seas tonta, me tienes a mí y yo siempre te querré.

—¡Derek! quiero que estés aquí, que no solo yo pueda verte, los demás también.

—No vayas a llorar, sabes que no me gusta verte así, odio a nas personas como Leo, tú eres una chica muy hermosa, yo no soy el único que te ve así, hay otras personas que también te quieren, pero yo te quiero más.

—Jaja, eres el mejor amigo que tengo, siempre lo serás y si me disculpa debo irme. –Dijo la chica retirándose de la cancha.

—Pe-pero Nicole.

—No te preocupes, nos veremos más tarde. –Dijo Nicole volteando.

De regreso a casa la chica...

—Que día más estúpido, como todas las cosas que no tienen sentido.

Nicole cada vez caminaba para poder llegar a su hogar, pero con prisa y cansancio tropezó, lo cual le causo una herida grande.
La lluvia comenzó a caer y Nicole caminaba bajo ella, esperando el regreso de Derek, preguntándose a donde había ido este.