Ciudad Témpera

Sonreí y ví a Mitsuki observar a Oshawott, y después mostrar una cara de total, sorpresa, reí un poco, ya que creía que sabia porque era—No me digas que no lo habías notado—Le dije sonriendo a Mitsuki.

—Asi que si ya usastes una, y si lo intercambias, solo te quedara una más —Le dije sonriendo.

 

Reí un poco nerviosa mientras mis mejillas adquirían un color rosa.

—¿Te soy sincera?..no, no me dí cuenta jaja ya que cuando el huevo se abrió estaba en una habitación en total oscuridad—Le respondí volteando a verla—pues sí, solo me quedara una y debo pensar con claridad que pokemon intercambiar....pero eso ya sera luego.

 

Reí un poco—Jaja, entonces es lógico, no te sonroje—Le dije sonriendo mientras le daba una palmada en la espalda—Exacto, aunque ahora que lo pienso.....a mi me falta también pocas, o ninguna —Dije pensativa—Bueno ya veré —Le dije sonriendo a Mitsuki.

 

Sonreí al sentir sus palmadas en mi espalda.

—Pues ¿A cuales has intercambiado?...o ¿Algun nuevo cambio en tu equipo?—Le pregunté curiosa.

 

Mimi Honda / Noche

Swellow batió las alas una última vez antes de posar las garras en tierra, justo frente a la puerta principal del Centro Pokémon. Había sido un viaje desesperante y largo, tal vez porque yo tenía prisa y el tipo volador ni la más mínima. ¡Ni con todas mis amenazas aumentó la velocidad! Y por si eso fuera poco, la frialdad de la noche no me hacía ningún bien aún llevando la sudadera de Alpha, pues al remontar la catarata, ésta se había mojado y ahora estaba fría y húmeda.

Una vez descendí del lomo de Swellow, le dirigí una mirada de advertencia, y un ''No te muevas de aquí, ¿bien? Vuelvo enseguida,'' que sonó más a una orden que a una petición. Este se limitó a arreglarse las plumas con el pico. ¿Eso era un sí? ¿Un no? ¿Un ''puede''? ¿Cómo diablos debía tomarme eso? Decidí no perder más el tiempo, y entrar por la puerta principal del CP.

Era ya bastante tarde, probablemente madrugada, por lo que apenas se veían entrenadores ni pokémon por los alrededores, y se respiraba una calma inusual. La única que aún permanecía despierta era la enfermera Joy, justo detrás del mostrador de recepción como siempre, que me recibió con alegría y jovialidad. Tras pedirle las llaves de mi habitación, subí las escaleras y abrí la puerta, esperando encontrarme con mis pobres pokémon desesperados, deprimidos y preguntándose por qué tenían una entrenadora tan cruel que los dejaba abandonados a su suerte...

Pero no. Nada más abrir la puerta, hallé a Monomaru justo como lo había dejado esa misma mañana; roncando coma un Ursaring rabioso bajo las sábanas de la cama. Chie también estaba durmiendo, a los pies de la misma, tranquila y apaciblemente, junto al huevo de Eevee que me había dado Effy. En un principio, no supe si suspirar de alivio porque todos estaban bien, o molestarme, pues me había preocupado por nada. Lo que hice, en cambio, fue quitarme la sudadera mojada.

Y entonces sí, suspiré.

— ¿Qué voy a hacer con vosotros...?—murmuré, devolviendo a cada uno a su respectiva pokéball. Sin embargo, al regresar a Chie, el huevo de Eevee que descansaba a su lado se desestabilizó y resbaló de la cama. ¡Por las barbas de Samurott, no! Aterrada, lo primero que alcancé a hacer—y sin pensar, porque de pensarlo nunca lo hubiese hecho—, fue lanzarme y deslizarme sobre el suelo aún a riesgo de fastidiarme toda la ropa; y por suerte o por puro milagro, conseguí atrapar el huevo antes del fatídico impacto. Gracias a mi rápida reacción no se hizo tortilla contra el suelo.

—¡Ya está!—exclamé victoriosa, una vez lo sentí a salvo entre mis manos—. ¡Mimi Honda uno, Mala suerte cero! ¡Me has ganado demasiadas veces, Karma, pero ahora tendrás que inclinarte ante el poder de Honda...!

Crack.

Aunque mantuve la sonrisa, mi expresión palideció de súbito, y un sudor frío me recorrió la espalda. ¿Y ese crujido? ¿Se... se había roto? ¡N-no podía ser, yo lo había atrapado! ¡No tenía ni idea de cómo pero lo había hecho...! ¿Arañarme las rodillas y fastidiarme el conjunto no me había servido para nada?

Se oyeron más crujidos, sin embargo, y entonces, algo tarde comprendí que sí, que sí se estaba rompiendo... pero no por el golpe, sino porque había comenzado a eclosionar. No era la primera vez que un Eevee me nacía en los brazos; ya había ocurrido lo mismo cuando Alpha me dio a Chie, en aquella ruta, hacía ya tanto tiempo.

Pocos segundos después y finalmente, allí estaba; aquella pequeña criatura de suave pelaje y largas orejas, que lo primero que hizo al verme fue sonreír.

Aún seguía rondando por mi cabeza el por qué Effy me había regalado un Eevee. No entendía su lógica... ¿Éramos rivales pero se dedicaba a hacerme regalos? Ni comprendía sus razones ni la comprendía a ella, pero le estaba secretamente agradecida. Por fin tendría el Espeon que siempre había querido tener.

Tomando a Mei en brazos—porque sí, ese nombre era perfecto para un Espeon—, salí de la habitación tras cambiarme de ropa, y a lomos de Swellow me dispuse a regresar a Acuarela.

 

—¡Espera! —exclamó una voz.

Aquel grito femenino evitó que Mimi despegara; ella lo oyó y detuvo la partida de Swellow. Era la enfermera Joy, que caminó a largos pasos hasta llegar a la entrenadora pokémon. Cargaba en sus manos un pequeño paquete envuelto en papel de regalo color rosa, con un listón rojo sellándolo.

—Entrega especial para Mimiko Honda —explicó Joy, haciéndole entrega del paquete a la muchacha—. Llegó esta tarde, por suerte pude encontrarte antes de que partieras… también vino con esta nota.

Tras hacerle entrega de la nota también, Joy le dedicó una última sonrisa y regresó al mostrador del centro pokémon. A la luz de la luna, Mimi pudo leer la pequeña nota:

"Querida hija, este objeto llegó a mi poder recientemente, y aunque quizás es un poco tarde pensé que sería un perfecto regalo de Navidad. Sé que le darás buen uso. Cariños, Papá."

Tras leerla, Mimi desenvolvió rápidamente el regalo… menuda fue su sorpresa al descubrir que se trataba de una pokedex, roja y reluciente.

Contenido oculto

@Noir no podemos permitir que Mimi siga sin pokedex… sino no sería parte de los holders XD Todos deben tener una pokedex y ya XD

 

Miré a Mitsuki y sonreí —Ah, pues casi todos los intercambios han sido por....puntos—Le dije riendo nerviosa—¡Oh! Y bueno también tuve que liberar a un a Fraxure para hacerme a cargo de Eevee—Le dije sonriendo a Mitsuki.

En eso noté que estaba oscureciendo, me levanté de la banca y me volteé a ver a Mitsuki —Será mejor volver, ya que se hizo de noche—Le dije sonriendo mientras veía como está se levantaba, ambas empezamos a caminar hacía el centro pokemon.

Eevee y Oshawott nos seguían muy de cerca para no perderse en la oscuridad, el pequeño Oshawott casi se extraviaba pero Mitsuki lo tomó en brazos para que no le pasase nada, en cambió Eevee se subió a mi hombro, en eso noté un gritó el cual llamaba a Eevee.

Me voltee a ver quien había gritado, al girarme observé a un joven entrenador corriendo hacía mi.

—Oye tú.....¿Qué haces con mi Eevee?—Me preguntó el chico, el cual intentó tomar a Eevee, pero tomé a Eevee justo antes que ese entrenador se lo quedará.

—No es mi culpa que tú lo dejarás—Le dije al chico, algo preocupada por Eevee.

Quizás ese entrenador vio que Eevee se hizo más fuerte, aunque aún no había combatido contra nadie, solo con observar algunas batallas, se hizo más fuerte y defensivo que como lo encontré.

—Con que esas tenemos.....—El chico lanzó la pokeball de algún pokemon, en ese momento tenía pensado, sacar a Typhosion o a Salamance, pero Eevee se interpuso para combatir, en ese momento me di cuenta....me di cuenta que Eevee sabía que su entrenador lo abandonó, y que yo no lo conocía para nada....lo supe por la forma de mirar a su entrenador, sonreí y elegí a Eevee para esta batalla, el entrenador le ordenó un ataque a su pokemon, y este le dió de lleno a Eevee, tras varios golpes....pensé que sería mejor dejar a Eevee descansar, pero en ese momento una luz envolvió a Eevee, evolucionando en Umbreon....si algo que sabía de las Eevee-Evoluciones es que Umbreon evolucionaba por amistad....eso significa que ya me tenía mucha confianza, eso me dejó tanto a mi como al entrenador en Shock, pero después sonreí.

—Bien, Umbreon, utiliza Juego sucio—Le ordene, el pokemon del chico cayó de inmediato debilitado, el chico lo regresó a su pokeball, y tras una mirada desafiante, salió corriendo hacía algún centro pokemon, en eso miré a Umbreon y sonreí, me arrodillé y extendí mis brazos, en eso Umbreon corrió hacía mí, y me lamió la cara—Jaja, bien hecho—Le dije sonriendo, después me levanté del suelo, y sacudí el polvo de mi ropa y miré a Mitsuki.

—Vaya espectáculo ¿no?—Le dije con una sonrisa nerviosa, mientras colocaba mi mano en mi nuca.

 

Mimi Honda

Me disponía a partir cuando un grito llamó mi atención desde la puerta principal del CP. Swellow dejó de batir las alas, y con curiosidad, esperé hasta que la enfermera Joy se acercara hasta nosotros, portando en sus manos un paquete envuelto en papel rosa. El rosa era mi color favorito, y aquello llamó mi atención poderosamente. Aunque no era demasiado grande, resultaba llamativo, y estaba decorado por un precioso lazo rojo.

—Entrega especial para Mimiko Honda — le oí decir. ¿Ah? ¿Una entrega para mí? ¿Qué podría ser? Si era algo más de parte de Effy iba a empezar a pensar que esta chica tenía algún problema conmigo... Extendiendo los brazos, me limité a tomarlo en mis manos mientras Joy se dedicaba a explicarme que había llegado aquella misma tarde, y me hizo entrega de una nota. Una nota escrita con una caligrafía que conocía demasiado bien. Antes de leerla, ya supe quién era el remitente, y mi emoción no hizo sino acrecentarse.

"Querida hija, este objeto llegó a mi poder recientemente, y aunque quizás es un poco tarde pensé que sería un perfecto regalo de Navidad. Sé que le darás buen uso. Cariños, Papá."

¡Kyaaah, un regalo de papá! Mi corazón se aceleró, y mis ojos brillaron como si contuviesen todas las estrellas del universo. Tratándose de mi querido padre aquello no podía ser sino algo súper exclusivo y genial. ¿Un móvil nuevo, quizás? ¡Oh, me hacía tanta falta un móvil nuevo, de esos con pantalla táctil!

Mientras desenvolvía el regalo a la luz de la luna, estaba tan feliz que prácticamente me podría haber puesto a cantar. Y de hecho, lo hice, tarareé una melodía clásica que había oído harto a lo largo de mi vida... hasta que el contenido del paquete quedó al descubierto. Y mi expresión de absoluta y total facilidad dio un cambio radical en segundos. Pasó de la ilusión, a la incredulidad más absoluta, y gradualmente... al enojo.

—... ¿U-una pokedex?—fue lo único que salió de mis labios, cuando el objeto, de un pulcro y brillante rojo quedó al descubierto. Parpadeé un par de veces, anonada—... ¿Ah?

¿Ese era mi súper regalo de Navidad? ¿Lo más desfasado y mainstream que había en el mundo después de la música pop? ¿Era una broma? ¿El padre al que no veía desde hacía meses me reglaba algo que odiaba con todo mi ser y se quedaba tan tranquilo? ¿Cómo podía dormir por las noches? ¡Me ponía de muy mal humor!

Arrugué la nota en mis manos.

—¡Papá, ojalá pasases más tiempo conmigo en lugar de regalarme estupideces!—grité al aire, rabiosa, pero dolida en el fondo. No sólo porque el regalo me había decepcionado y más, sino porque realmente me gustaría pasar más tiempo con Papá. Pero él siempre estaba ocupado con el trabajo—. ¡Ni siquiera sé como se usa esta cosa...! ¡Odio esta maldita y estúpida pokedex, la odio! ¡No la necesito para nada! ¿Me oyes? ¡No la necesito!

Y pataleé un buen rato como toda buena niña mimada—realmente patético—, hasta que me cansé. Swellow se mantuvo apartado todo el tiempo, por si, entre mis frenéticos manoteos y pateletas le daba algún golpe sin querer. Mei—mi nueva Eevee— se había quedado dormida hacía rato.

Minutos, o tal vez horas después—realmente no lo sé—, suspiré, cansada y vencida. De nada me había servido ponerme histérica. Ugh... No quería que me comparasen con una niña pequeña, pero seguía comportándome como una, ¡y era patético! ¡Realmente me avergonzaba de mí misma! Si seguía haciendo esas cosas, ¿cómo pensaba madurar y vencer a Effy en combate? ¡Se volvería a reír de mí! ¡Hasta yo me reiría de mí!

—... Supongo que tendré que preguntarle a Alpha como funciona...—acepté finalmente, derrotada, con una voz baja y débil. Alcé la cabeza hacia el cielo un instante antes de partir—. Gracias, papá. Prometo darle un buen uso.

 

Tras levantarme descansado (Y libre de esas molestas ojeras) decidí liberar a Aerodactyl
—¡Ciudad Barniz! -me trepé al lomo del volador para luego sentarme y ordenar mi destino—
Y haciendo uso de Vuelo, abandonamos la ciudad

 

Me puse de pie siguiendo a Mizuki en la oscuridad de la noche, Oshawott no dejaba de tropezarse así que lo subí a mi hombro y seguí caminando detrás de Mizu, cuando de repente un extraño entrenador apareció de la nada y quería llevarse al Eevee de Mizu. Fruncí el entrecejo al ver lo abusivo que era este, pero Mizuki peleo con él ganando ya que Eevee evoluciono en Umbreon.

Una vez el idiota se fue me acerque a Mizuki y a Umbreon.

—¡Qué emoción! ahora tienes un Umbreon...que si no mal recuerdo es tú evolución favorita de Eevee ¿No?

 

Sonreí para después asentir—Jaja, pues sip—Le dije sonriendo a Mitsuki para después mirar a Umbreon.

—En fin....¿Vamos al centro pokemon?—le pregunte sonriendo.

 

—Ahh, qué bien sienta una victoria para recuperar las fuerzas— dije desperezándome lentemente—. Creo que como de costumbre me pasaré por el centro pokémon, tanto tangrowth como slowbro y claydol se merecen descansar.

Tras decir esto, comencé la caminata hasta llegar a mi destino. Una vez llegué, mis pokémon fueron recuperados y justo cuando me devolvieron mis balls me percaté de una cosa: hasta ahora había llevado a mudkip en brazos, ya era hora de que regresase a su pokeball. Para mi sorpresa, al encerrarlo en la pokeball se escapó y salió corriendo.

—¡Espera, mudkip, a dónde vas! ¡Vuelve aquí!— grité en vano, puesto que el tipo agua ya había echado a correr fuera del centro. Sin demorarme, salí en su persecución. Definitivamente, no le gustaba estar encerrado en su pokeball.

Contenido oculto

@Uomi

 

Suspiré hondo una vez estaba por salir del Centro, hasta que un entrenador parecía estar en busca de su Mudkip cual había salido "volando" del lugar, salí afuera y vi al entrenador y su Pokémon, incluso fui a perseguir al tipo agua tambien para ayudarlo.

 

—¡Mudkip, para ya!— grité exaltado por la huida, pero este frenó repentinamente, pasó por debajo de mi piernas y salió corriendo en dirección contraria para lanzarse a los brazos de una muchacha—. Buf, muchas gracias por cogerlo, estaba muy preocupado. Eh, no te preocupes chiquitín, si no quieres no te meteré en la pokeball, pero no vuelvas a salir corriendo, ¡menudo susto me has dado!— tras decirle esto el pokémon volvió se tranquilizó un poco —. Muchas gracias de nuevo— dije dirigiéndome a la muchacha —. Me llamo Lucas, ¿y tú?

 

Estaba persiguiendo cambien el tipo agua, hasta que llegué a notarlo encima mía, a mis brazos, me había agachado para poder pillarlo a tiempo, suspiré y vi al entrenador.—No hay de qué, jeje..—Dije con una sonrisa mientras me levantaba—Kim, un placer Lucas—extendí mi mano para extenderla con el entrenador, aun presente mi sonrisa.

 

—Encantado de conocerte Kim. ¿Tú también eres entrenadora? Bueno, ¿te parece bien si entramos y te invito a algo en compensación por haber capturado a mudkip?

Rápidamente volvimos al centro. Una vez allí, cumplí mi promesa e invité a la chica a un refresco. Justo en ese momento, me pareció divisar a lo lejos a Mizuki acompañada de otra chica, así que me acerqué a saludarla—. Hola Mizu, ¡cuánto tiempo! ¿Qué tal acabó el último combate? Me quedé dormido en mitad— dije mientras me llevaba la mano a la nuca

 

Asentí con una sonrisa a su propuesta, y fuimos al centro por el refresco, cual disfrute bastante bien.

 

Una vez que Mitsuki y yo llegamos al centro pokemon, recuperamos la salud de nuestros pokemons, o por lo menos yo lo hice en eso escuche que alguien me llamaba a lo lejos por lo que me volteé.

En eso me fijé que era Lucas y Kim, sonreí levemente y extendí mi brazo para saludarle—Hola, chicos cuando tiempo—Les saludé para después escuche su pregunta—¿Cuál combate? ¿El cooperativo? Por que si es ese lo ganamos—Le dije sonriendo, orgullosa mientras colocaba mi dedo en la nariz.

 

—Guay, enhorabuena.—dije con una sonrisa—. La verdad es que tuvo que ser entretenido el combate... Hmm, quizás pueda parecer algo atrevido, pero ¿que os parece si hacemos nosotros un combate cooperativo? Estamos cuatro, es perfecto, ¿os apetece?

 

—Gracias Lucas—Le dije sonriendo para después escuchar su propuesta, y asentí—Claro—Me voltee y miré a Mitsuki.

—¿Hacemos equipo tu y yo?—Le pregunté con una sonrisa.