Era completamente normal esa reacción, creo que nadie se imaginaría los sucesos del pasado un pasado bastante lejano, y bueno, tampoco creía que alguien supiera aquello de mi parte además que, Ian ni Alpha comentarían eso a nadie — Sí... a Alpha no recuerdo muy bien como, solo recuerdo la primera vez de cuando era un novato y era un completo acelerado conforme a las batallas, en cambio recuerdo que con Ian usé a Mawile y no dejé de usar Finta... — Creo que fue por eso que gané, vaya suerte.. ¿no lo crees?
— Y yo que no veo a Ian desde el primer día del viaje... — murmuré aún algo asombrada por la noticia. ¡No podía evitarlo! — Me siento mal, creo que se llevó una mala impresión de mi o algo, siempre pienso lo mismo. ¡En fin! ¡Serán tonterías mías! — agité la mano, desechando esas ideas — ¿Tienes planeado algo que hacer? — pregunté, repentinamente, llevando mis manos hacia los tobillos y poniéndome recta.
— Creo que nadie sería capaz de odiarte — dije alzándome de hombros tranquilamente — Eres muy adorable como para que alguien te odiara y veamos..¿algo que hacer?, supongo que solo pasar la noche a fin de cuentas es tarde como para hacer algo en la calle. — A menos claro que tú ya tuvieras planeado hacer algo, ¿no?
Alpha. —Es Cascada—Respondí ante su duda.—, e iré en este mismo momento a probar el movimiento.—Fue entonces cuando tomé la bandeja con mis pokémon y guardé a los tres directamente en mi cinturón empezando a salir del local >>¿Vienes? La noche es perfecta para entrenar, y más para nadar. Ahora al haber invitado a Mimi a probar la MO había salido del Centro Pokémon tomando una esfera de aquella prenda que sujetaba mis pantalones de la caída. De inmediato extendí mi mano al cielo liberando al Dios de los aires: Rayquaza. A decir verdad ya me había acostumbrado a volar con él, era una situación que no cualquiera podía disfrutar, lo mismo diría él sobre estar libre de su pokéball, después de todo el alboroto que causaba verlo en el cielo era demasiado, imagina en la ciudad. —Elevate, ya te hablo.—Le ordené. Al escuchar mis palabras Rayquaza se fue de mi vista.
Miré la hora en el reloj y me estiré. — ¡Vaya! ¿Ya es tan tarde? — pregunté, ignorando su primer comentario— ¡Jum! Tendré que dejarlo todo para mañana~ — me encogí de hombros también — ¿Duermes conmigo~? — cuestioné finalmente dándole palmadas al colchón.
Vaya técnica para defenderse de mis comentarios: ignorarlos. En definitiva Emily estaba mejorando en eso, pero tampoco me lo tomaría a pecho así que me limité a asentir para confirmar su pregunta, así que que sin más fui a dejar la silla en su lugar y finalmente sentarme en la orilla de su cama y mirarla con una sonrisa. — Gracias Emi, por apartar mis pesadillas — le dije de repente aun sabiendo que eso en ella podría confundirse un poco
Ladeé la cabeza, evidentemente confundida. — ¿Lo hago? ¿De verdad? Porque no sabes lo feliz que eso me haría — correspondí su sonrisa — Yo pro mi lado tengo que agradecerte estar siempre a mi lado~ — me acerqué más a él para poder abrazarlo fuertemente por el cuello.
Cuando se aferró a mi cuello para abrazarme me recosté en la cama para que ella hiciera lo mismo y asi poder abrazarla para pegarla a mi — De eso no tienes que agradecer nada Emi...siempre estaré cerca aunque no lo parezca, ¿vale?
— Ya lo sé, tonto~ — dije con una sonrisa, que quizás se adjudicaba más a ese adjetivo — Porque eres mi... ángel... guardián... — noté cómo los párpados se sentían cada vez más pesados debido al cansancio.
Comencé a acariciar su cabello con delicadeza sin poder evitar sonreir, ella era realmente muy tierna, besé su frente para después ir cerrando mis ojos poco a poco — Buenas noches pequeña... descansa...
Momentos antes de que Mimi me respondiera con un "Gracias, no eres la primera persona que me lo dice" cargado de dignidad, Emily había entrado al Centro Pokémon dándonos una saludo bastante fugaz. Maractus ni siquiera llegó a saludarla con sus danzas circulares y yo apenas alcancé a levantar la mano en su dirección; suficiente tiempo como para notar cierto dejo de decepción en su mirada... Acto seguido pidió a la enfermera Joy que curara a sus pokémon, por lo que intuí que acaba de perder una batalla. —La derrota fortalece y enseña más que una victoria —dije en voz baja mientras observaba su retirada en dirección a la escalera que daba a los niveles superiores del Centro Pokémon. Claro está, hablé más para mí mismo, el único que me escuchó fue Serperior, quien me respondió con una mirada solemne. Para cuando quise darme cuenta, Mimi ya se encontraba con Alpha en el mostrador. Me acerqué de igual forma, pero procurando ser ajeno a la conversación que estaban manteniendo. Desconocía si la hija de Honda tenía algún problema personal con el entrenador; ante la duda, preferí que les incumbiera sólo a ellos. Entregué cuatro pokébolas a la enfermera Joy y esperé la recuperación de Scrafty, Tyranitar, Goodra y Lucario. Fennekin y Shinx correteaban alrededor de mis piernas, jugando, en tanto que Maractus generaba música con un movimiento calmado de sus caderas. Pero mi curiosidad jamás dejaba de ser más fuerte que yo... No pude evitar aguzar el oído al escuchar lo siguiente: —Y dime, ¿qué es eso? ¿Una Máquina Oculta? —Sí, Cascada, e iré en este mismo momento a probar el movimiento. —Aquí están sus pokémon. Di un ligero respingo. La enfermera Joy me había hablado en un momento de distracción, generándome un ligero susto. En sus manos sostenía una bandeja con cuatro pokébolas sobre su mullida superficie. —Muchas gracias, enfermera —dije mostrando una sonrisa y guardando los esféricos donde correspondían. Al levantar la vista, me percaté de que el entrenador se estaba retirando del Centro Pokémon. Acto seguido, sentí el inconfundible gruñido de Rayquaza... Debía alcanzarlo cuanto antes. Corrí hasta la puerta, seguido por mis pokémon. —¡Espera, Alpha ! —exclamé al alcanzar las calles— ¿Dónde conseguiste esa MO?
Cuando Alpha me iba a responder, una chica le lanzó un zapato, en ese momento me pareció ver a Hubert también por allí, la última vez que lo vi creo que fue en el torneo, Alpha estuvo hablando con la chica, que por lo que escuche se llamaba mimi, y cuando me quise dar cuenta Alpha se fue del centro pokemon con ella ¡Sin siquiera despedirse! Suspiré y Typhosion salió de su pokeball. —Bueno....no importa—Murmuré para después pensar que hacer, salí del centro pokemon junto a Typhosion para buscar a Mitsuki y si no la encontraba... Pues a alguien con quien combatir, ya que había cierto pokemon el cual quería evolucionar. Mientras caminaba Typhosion me paró para llamar mi atención señalando a la torre desafío y a Mitsuki entrando en esta... —Pues busquemos a alguien que quiera combatir—Le dije sonriendo mientras empezaba a caminar de nuevo.
Salí de la torre feliz por la victoria, hablando solo y rememorando el combate. Había disfrutado bastante, ya que en mis dos batallas anteriores contra Liza no tenía oportunidades de ganar, puesto que sus pokémon están entrenados y evolucionados, pero en cambio esta batalla había estado bastante reñida. Me dirigí al centro con el fin de curar a mis pokémon y una vez se hubieron recuperado, regresé a la habitación que me prestaron la última vez que vine. Todo seguía tal y como yo lo dejé. Nuevamente, saqué el huevo de la mochila y lo dejé en la mesa, mientras ordenaba un poco esta y después me tumbé en la cama a descansar, estaba agotado.
—Cofa... creo... creo que... que fueron ya demasiadas compras por hoy... —murmuré medio adormilada, subida en la espalda de Cofagrigus y dejando ambos brazos caer a cada lado de su... ¿cuello? —Glaceon, Gla... —suspiró la pequeña pokémon al lado del fantasma, caminando a duras penas por las nocturnas calles de la ciudad. ¿Llegaría aquella noche a la mullidita, suave y cálida cama que me esperaba en la lejanía del centro pokémon? No lo veía muy viable, por el simple hecho de que creo, y solo creo... que nos hemos perdido. Con solo abrir mis ojos pesadamente y alzar la cabeza un poco me percaté de ello; no conocía aquellas calles en absoluto. Volví a recostarme en el pokémon y bostecé, tratando de mantenerme despierta lo máximo posible, pero hoy había sido un día muy ajetreado. Luego de habernos pasado el día entero recorriéndonos literalmente todas las tiendas, o al menos la gran mayoría de la ciudad en busca de conjuntos para mí y mis pokémon, pocochos y dulces para ellos y todo lo relacionado con los concursos que se nos avecinaban, acabamos por terminar perdidos en algún punto de la ciudad y para colmo: de noche. Cofagrigus portaba en sus dos manos un par de bolsas, mientras otras las metí en mi mochila para evitar cargar con ellas. Bostecé de nuevo y mis pokémon me miraron; para ellos era normal que acabase rendida ahora, la emoción descargada durante toda la tarde me agotó por completo. —Si pasa cualquier cosa llamadme, yo voy a cerrar un poquito los ojos... —susurré con una tenue voz, cerdando lentamente mis ojos. Pero justo entonces, Cofagrigus chocó contra algo en la oscuridad y caí al suelo de golpe, sobándome la zona adolorida con un leve quejido. Resfregué mis ojos, somnolienta, y traté de ver quién era la otra persona, pero entre el sueño y la oscuridad me fue difícil identificar. —Auch... ¿quién... quién eres?
Caminaba vagamente por las calles de la ciudad ¿Por qué rayos desaparece la gente cuando se les necesita? Suspire algo indignada. —Bueno.....volvamos al centro pokemon, esta anocheciendo—Le dije a Typhosion el cual estaba a mi lado, cuando empecé a caminar hacía el Centro pokemon, se hacía más y más oscuro.... —Typho...Typhosion..—Murmuraba Typhosion el cual pensaba que me había perdido....quizás tenía razón pero no se la iba a dar. —¡Qué no! Todo esta controlado—Le dije mientras seguía caminando, hasta que llego a un punto que ya no se veía nada....escuché unos pasos detrás mía cosa que me asustó algo, me voltee y al ver que no había nada seguí caminando, hasta que noté que alguien se chocó contra mi. "Auch...¿Quién... Quién eres?" Me voltee y al ver a aquella persona que por culpa de la oscuridad no podía ver le pedí a Typhosion que encendiera sus llamas... Sin fijarme de quien era le ofrecí mi mano para ayudarla. —¿Estas bien?—Le pregunté algo preocupada....—.....¡Anda pero si eres Liza!
Alpha. Unos segundos fueron los que pasaron antes de tener a Hubert conmigo preguntando sobre la MO. ¿Effy no le envió una? Y yo que los veía tan amigos, o quizá a él prefería dársela en persona. —La dejó Effy para mí—Le respondí.—, quizá haya alguna para ti. Pero dime, ¿Estás listo para pelear en el torneo? Chad se ve más fuerte que la última vez, y según la televisión tú igual, aunque te tuvieron en apuros.—Analicé pasando mi mano por mi nuca acariciando mi cabello, parece que yo era el único que no avanzaba.. Ni imaginar el cómo Ian o Effy deberían estar.
"¿Estás bien? ¡Anda pero si eres Liza!" —¿A-Ah? —ladeé mi cabeza con confusión al oír cómo me reconoció aquella desconocida, pero al escuchar más atenta su voz me percaté de quién era, y fue cuando se dejaron ver gracias al fuego de su Thyplosion que me levanté tomando su mano con una sonrisa. —¡Mizuki, cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo has estado? —la saludé con alegría, pues hacía mucho que no la veía. Pero entonces recordé la situación y me llevé una mano a la nuca, avergonzada. —Perdón por el choque, pero entre el agotamiento y la oscuridad no os vimos. Glaceon y Cofagrigus se aliviaron al ver que no ocurrió nada y que aquellos desconocidos eran amigos de su entrenadora, por lo que se permitieron acercarse ambos a cada uno de mis lados, con cierta curiosidad. —¿Qué hacéis por aquí a estas horas? ¿También os perdisteis? —pregunté rascándome la mejilla con una sonrisa nerviosa.
—Pues muy bien, entrenando un poco ¿y tu?—Le pregunté sonriendo a Liza para después escuchar sus disculpas—jajaja, tranquila, no pasa nada. Miré a sus pokemons y vi a un Glaceon y a un Cofagrigus Sonreí, parecían muy cercanos a su entrenadora. "¿Qué hacéis por aquí a estas horas? ¿Tambien os perdisteis?" —Typhosion Typho.....—Typhosion miró a Liza y asintió. —¿Pero que dices? ¡Yo lo tengo todo controlado!—Dije mientras miraba a mi alrededor—.....o eso creo —Murmuré mientras Typhosion me miraba con mala cara.
—¿En serio? ¡Qué bien! Yo igual he estado bien, mejorando al equipo poco a poco. —le devolví la sonrisa, y me fijé en su inicial con cierto asombro. —Vaya, se nota el cambio, parece que tu Thyplosion está muy bien entrenado ya. El pokémon me miró de igual forma y asintió a mi anterior pregunta, a lo que Mizu se negó al instante. No pude evitar mirarlos con una gota recorriendo mi rostro mientras una leve risilla nerviosa salía de mis labios; se habían perdido, era definitivo. —Puees... a mí me da que el centro queda muy lejos... —bostecé, observando el cielo estrellado sobre nuestras cabezas. —Y tengo mucho mucho sueño... ¿Qué tal si vamos todos juntos hasta él? A lo mejor lo encontramos antes.
Miré a Typhosion y sonreí—Jajaja, pues si, y no solo el todos mis pokemons—Sonreí. Por algunos bostezos de Liza noté que tenía sueño, cosa que me afirmó más adelante. —Claro—Le dije—Typhosion ve tu adelante y nos guías con tus llamas—Le dije y este empezó a caminar —Vamos—Le dije a Liza mientras empezaba a caminar.