El psíquico impactó de lleno en Sylveon, quien no pudo aguantar más, y cayó derrotada al suelo. De igual manera fue devuelta a su pokéball para que pudiera descansar al igual que su compañero, y Glaceon fue la siguiente en salir. —Volvamos con Granizo. —de nuevo volvieron a bajar las temperaturas y no pude evitar estornudar por lo bajo; como siguiera usando granizos cada dos por tres acabaría resfriada. GLACEON: Hielo (Resistente) Gélido: Cuando cae granizo, en vez de perder PS los recupera. Salud: 84/140 (10) fuerza: 200 (10) Resistencia: 245 (40) Agilidad: 0/2 (80 de Velocidad) (15) Movimientos: Ventisca (70 Potencia, Hielo) -Ataque rápido (30 Potencia, Normal; para esquivarlo, hacen falta 2 puntos de agilidad, no uno) (Usos: 5/5) -Granizo (Durante tres turnos propios, cae granizo; permite el uso ilimitado de Ventisca, causa que síntesis, sol matinal y luz lunar recuperen 1/4 en vez de 1/2, y en cada turno los pokémon que no sean tipo hielo perderán 10 PS) (Usos: 1/2) -Barrera (Psíquico, aumenta la resistencia propia en 20) (Usos: 0/4) Granizo: 1/3
— No puedo creerme que te haya debilitado a dos — dije con una leve risa — Psíquico ESPEON: Psiquico (Asesino) Sincronia: Si este pokemon tiene un problema de estado el rival tambien lo tendra. Salud: 40/170 (40) Fuerza: 215 (20) Resistencia: 205 (50) Agilidad: 1/4 (120 de Velocidad) (10) Movimientos: -Brillo Magico (50 Potencia, Hada) -Psíquico (60 Potencia, Psíquico) (Usos: 0/4) -Ataque rápido (30 Potencia, Normal; para esquivarlo, hacen falta 2 puntos de agilidad, no uno) (Usos: 5/5) -Sol Matinal (recupera 1/2 de sus PS máximos; 2/3 si hay Sol, 1/4 si hay Lluvia o Tormenta de Arena) (Usos: 1/2)
—Eso es porque habéis mejorado mucho, Emi. —asentí sonriente, a la vez que miraba como Glaceon aguantaba el ataque sin inmutarse. —Ventisca. GLACEON: Hielo (Resistente) Gélido: Cuando cae granizo, en vez de perder PS los recupera. Salud: 64/140 (10) fuerza: 200 (10) Resistencia: 245 (40) Agilidad: 0/2 (80 de Velocidad) (15) Movimientos: Ventisca (70 Potencia, Hielo) -Ataque rápido (30 Potencia, Normal; para esquivarlo, hacen falta 2 puntos de agilidad, no uno) (Usos: 4/5) -Granizo (Durante tres turnos propios, cae granizo; permite el uso ilimitado de Ventisca, causa que síntesis, sol matinal y luz lunar recuperen 1/4 en vez de 1/2, y en cada turno los pokémon que no sean tipo hielo perderán 10 PS) (Usos: 0/2) -Barrera (Psíquico, aumenta la resistencia propia en 20) (Usos: 0/4) Granizo: 2/3
— Muchas gracias~ — agradecí tras guardar a Espeon, que se debilitó por el ataque y el granizo junto, aunque se fue con una expresión de orgullo — Felicidades~ — le dije poniéndome junto a ella — ¿No has acabado nunca resfriada por culpa del Granizo de Glaceon? — pregunté con curiosidad. ESPEON: Psiquico (Asesino) Sincronia: Si este pokemon tiene un problema de estado el rival tambien lo tendra. Salud: 0/170 (40) Fuerza: 215 (20) Resistencia: 205 (50) Agilidad: 1/4 (120 de Velocidad) (10) Movimientos: -Brillo Magico (50 Potencia, Hada) -Psíquico (60 Potencia, Psíquico) (Usos: 0/4) -Ataque rápido (30 Potencia, Normal; para esquivarlo, hacen falta 2 puntos de agilidad, no uno) (Usos: 5/5) -Sol Matinal (recupera 1/2 de sus PS máximos; 2/3 si hay Sol, 1/4 si hay Lluvia o Tormenta de Arena) (Usos: 1/2)
Finalmente habíamos ganado el combate, pero el equipo de Emily lo había hecho muy bien de todas formas, logrando derrotar a dos de mis pokémon y dejando cansado al último. Glaceon, tras sacudirse sobre sí misma, giró sobre sus patas y saltó ágilmente a mis brazos con una sonrisa triunfante en el rostro. Le acaricié su suave pelaje una vez la cargué, felicitándola por el combate dado, y me volví hacia la entrenadora una vez se acercó. —Gracias Emi~. Y sobre eso... —miré por unos instantes a la pokémon hielo en mis brazos y volví a mirar a la chica. —Pues, siéndote sincera normalmente la saco poco en combate, por lo que no usé mucho su ataque granizo. Pero si lo hiciera a menudo seguro acabaría mal parada. —reí ligeramente y Glaceon rodó los ojos, como si estuviera siendo demasiado quejica con el tema del frío.
Miré atentamente a la rubia mientras comenzaba a narrar una anécdota de su vida. Al principio, admito que la miré un tanto incrédulo, pero cuando fue entrando en detalles, me empecé a sentir un poco mal por ella, hasta que llego a estas más recientes palabras: ¿Estás satisfecho? ¿Era esa la respuesta que esperabas? Incliné mi cabeza hacia la izquierda en señal de que no entendía nada, ¿cuándo fue que le pedí una respuesta exactamente? Y lo que siguió me desconcertó aún más, se dio la vuelta con todos los aires de orgullo posibles para dar paso a su salida. Si bien admito que en el fondo deseaba que siguiera su rumbo y nos dejara seguir el nuestro, no pude evitar decir las siguientes palabras de lo confundido que quedé: —¿Sabes, Honda? —le dije—. Debo ser muuuy sincero contigo: eres bastante difícil de entender. Primero insistes hasta el cansancio que te diga algo, ¿y terminas respondiéndote tú sola para luego irte así de repente? Negué con mi cabeza a medida de que hacía un gesto con mi mano de no entender nada; esta conversción estaba tomando rumbos muuuy cambiantes, ha decir verdad. Contenido oculto Lamento la demora! Mi internet anda lenticirijillo de momento... Recen para que la empresa del internet apure el paso! (?)
Mimi Honda No había avanzado ni medio metro, cuando las palabras de Steve volvieron a romper el apacible silencio que acababa de formarse. Me detuve en seco y dejé escapar un suspiro irritado. ¿Insistir hasta el cansancio? ¿Yo? ¿Cuándo había hecho eso? ¡Sólo se lo pedí una vez! ¡Una! ¡Exagerado! Por alguna desviada razón que aún no logro entender me volví sobre mis talones y le encaré. — En primer lugar— empecé, con un tono aburrido, de desinterés—; sólo corregí una afirmación errónea. Sé lo que se siente al descubrir amistades falsas porque he pasado por eso. Te corresponde a ti creerme o no; ese ya no es mi problema. Le dije, haciendo un gesto con mi mano derecha. >> Y en segundo lugar, ni tú ni yo queremos continuar con esta conversación vacía, ¿no es cierto?—dije—. Por si lo olvidas tú eres quien no ''tenía ganas de darme cuerda'' y quería que ''lo dejase seguir tranquilo su camino''. Pues bien, ¿a qué esperas? ¿O acaso hay algo más con lo que quieras hacerme perder el tiempo? Contenido oculto Comprendo como te sientes, mi internet también suele trollearme... ¡y mucho! Dx
Suspiré agotado. Cada vez se sentía que esta chica se ponía más y más pesada... —Pues... adiós. Contenido oculto Corto y preciso (?) x'D Creatividad ida por un rato, pero hay que darle avance a la cosa
Mimi Honda Enarqué una ceja, escéptica, al escucharle y ver como se volvía sobre sus talones para marcharse. ¿... Adiós? ¿Y ya está? Después de todo... ¿no tenía realmente nada más que decir?... ¡Arceus! ¡Que aburrido! Sí que había sido una conversación vacía al final, quién lo hubiese dicho... Menuda pérdida de tiempo. Y sin embargo, por otro lado, aún quedaba un vestigio— mínimo, ínfimo— de curiosidad en mí. Después de todo, él había dicho algo con lo que me había sentido identificada—y no es como si me importase realmente—, a pesar de que éramos personas tan dispares. Sentí la necesidad de insistir. No me gustaba perder mi tiempo en estupideces, así que miré a Raiden, mi Luxray y él, comprendiendo sin necesidad de palabras; saltó frente a Steve deteniendo su partida en cuestión de segundos. —¡Detente ahí ahora mismo!— exclamé, señalándolo con mi dedo índice—. ¡No me gusta entablar conversaciones vacías que realmente no me aportan nada! ¡Es absurdo! ¡Si quieres que este encuentro no haya resultado tan infructuoso y banal como lo ha sido hasta este momento, dime al menos que fue lo que te ocurrió!
Contenido oculto: Afiche publicitario :cool: Me detuve en seco. Apenas escuché "qué fue lo que te ocurrió" sentí un fuerte fogonazo en el pecho. Millones de sentimientos encontrados me invadieron por completo, y una bomba de recuerdos cayó bruscamente sobre mi cabeza. Era un conjunto de imágenes mentales bastante desagradables para mí... y lo recordaba todo perfectamente. Tragué saliva un tanto ansioso, y me dispuse a narrar como si no fuera un mañana. Si bien en otro momento me cuestionaría por qué le hablaba a Mimi Honda de mi pasado, sentí que las palabras salían de mi boca por necesidad, puesto que tantas emociones retenidas estaban en mi interior, y ya no aguantaba ni un poco más... Cerré mis ojos y tomé aire profundamente. Los abrí con un gran aire melancólico y miré al cielo, mientras el viento recorría toda mi cara, pelo y ropa. —Fue hace cinco años —expliqué—. Tenía nueve años y en ese entonces mis papás me habían inscrito en la Escuela Pokémon de ciudad Rutsboro, en la región Hoenn. >>Yo era un niño bastante tímido, por lo que no era precisamente muy conocido. Pasaba los recreos solo, sentado en mi pupitre mientras comía el sandwich que me hacía mamá Stephanie lo más lento posible... puesto que era mi única entretención en esos descansos, mientras que el resto, jugaba feliz en el patio. >>Varias veces intenté incluírme como podía, pero siempre me excluían. Sacaban escusas como qué ya estaban completos o tenían ganas de jugar otra cosa. Y bueno, esos eran claro los más amables, porque había un grupo de chicos en particular que me decía que era aburrido, sin gracia y poco interesante. Con las últimas palabras, mi voz se tornó notoriamente más nerviosa y temblorosa. A medida que narraba cada hecho, la imágen en mi cabeza se me hacía más clara; sentía que estaba viviendo eso de nuevo. —Y... bueno, yo pensé que no había remedio, hasta que un día todo cambió —continué—. Un día teníamos que llevar a nuestros padres y decirles a nuestros compañeros a qué se dedicaban. Yo fui con mi papá, Steven Stone, y todos quedaron absolutamente asombrados. Para ese entonces, papá recién había conseguido su título como Campeón de la liga, y entonces se podía decir que era toda una celebridad recién sacada del horno. >>Todos comenzaron a decirme: "¡Wow, Steve! Tu padre es lo mejor. Ojalá mi padre fuera como el tuyo", y yo sencillamente sonreía, me sentía súper halagado. Por primera vez en mi vida en esa escuela, no era invisible... vaya que me sentí feliz. >>Y, d-de repente, todos comenzaron a juntarse conmigo en los siguientes días. Me invitaban a jugar y en fin... aunque ahí no hay mucho que recordar, puesto que sólo me llevaban y jugaban entre ellos mientras yo quedaba de espectador la mayoría del tiempo. La cosa es que cada vez que me llamaban me decían: "¿Podemos ir a tu casa esta tarde?" Yo decía que sí, puesto que mamá Stephanie estaba encantada con la idea de recibir amiguitos míos. Apreté los labios con mucha frustración. La historia, de momento, parecía algo bonita, pero no faltaba mucho para que se volviera totalmente agria... —Entonces, íbamos a mi casa, y mamá Stephanie nos hacía algún postre o algo. Recuerdo que esos chicos siempre miraban el reloj, y decían: "Oye, Steve, ¿tu papá viene?" Y ahí todo cambiaba. Si les decía que sí, celebraban y seguían en lo que estaban, y si no, decían que tenían que irse porque los esperaban en sus casas y otras cosas así. >>Admito que yo nunca sospeché nada, pero entonces un día, mamá Stephanie me dijo: "Steve, ¿será que esos niños si son tus amigos?" Y yo le dije: "¡Claro!, ¿no ves qué vienen a casa siempre?" Lancé un suspiro y cerré los ojos con fuerza. —Recuerdo que mamá Stephanie luego de mi respuesta cada vez que me preguntaba eso, me quedaba mirando como preocupada, pero yo no le hacía mucho caso. >>La cosa es que un día llegué más temprano a la escuela, y mientras pasaba por los pasillos, escuché unas voces: ///Flashback/// —Oigan —dijo un niño de tez morenda y cabello negro—. Tenemos que deshacernos del ñoño de Steve , su papá ya casi no aparece, así que no vale la pena seguir fingiendo que somos sus amigos... —¡Sí! —contestó una niña blanca de pelos rizados color rojizo—. Yo hasta le dije a ese bobo que era lindo... ¡Puaj! —Sí, amigos, el tipo es taaan aburrido y molesto, ya no aguanto más —concluyó un chico rubio de lentes. Y en ese momento, decidí aparecer y me quedé mirándolos. —¿De qué hablan? —pregunté. —¡Oh! Nada —contestó el niño moreno—. Queremos deshacernos de... Stewart, ese chico es taaaan irritante. Yo asentí un tanto desconfiado y dije: —Estoy seguro de haber escuchado mi nombre... —¿¡Qué!? —protestó la niña—. ¡Cómo te atreves a acusarnos de eso Steve! Pídenos disculpas AHORA. —Pero... —¡Rápido! —...lo siento. —Bien, porque no sabes como nos sentimos de ofendidos —afirmó el rubio. Luego de eso, los tres niños pasaron por el lado mío, con unas expresiones de indignación. ///Fin flashback/// —Lu-luego d-de eso, me seguí juntando con ellos pero sacaba cualquier excusa para no llevarlos a casa, y entonces se mostraban bastante molestos. Mis ojos se tornaron vidriosos y mi voz estaba muy temblorosa, estaba llegando a la parte cúlmine del cuento. ///Flashback/// Finalmente, llegó un recreo en el que los vi en un circulo, así que me acerqué lentamente, para poder ver qué hablaban. —Bueno, ya ni siquiera nos deja ir a su casa... es hora de quitárnoslo de encima —dijo el moreno. —¡Ajá! —grité—. ¡Están hablando de mí!, ¿o hay algún otro que ya no los lleva a casa? Los tres niños se miraron unos a otros medio fastidiados y luego me miraron de una manera súper despectiva... —¿Sabes qué? —empezó el morocho—. Sí, baboso, estábamos hablando de ti. —Ajá... —afirmó la pelirroja—. Eres un niñito sin gracia, bobo... ¡y hasta feo!, ¡iugh! —Tu papá es otra historia... ¿no serás acaso adoptado? —preguntó el rubio robustamente. Luego de eso, los tres odiosos y falsos se rieron de mí y se fueron, dejándome completamente solo de nuevo. Yo estuve muy triste por varios días, de hecho hubo una lucha los siguientes días entre mamá Stephanie y yo, porque cuando me levantaba para ir al colegio, yo me escondía en las cobijas y gritaba "¡No quiero ir! Esos niños son muy malos conmigo". Mamá Stephanie decidió hablar con la profesora, y ella tuvo castigados a los niños como un mes, pero nunca me pidieron disculpas, sólo siguieron en lo suyo. ///Fin flashback/// —Y... b-bueno. Cuando nos mudamos a Galeia, que fue más o menos hace dos años, yo tenía esperanzas de tener un n-nuevo comienzo —dije afligido mientras mi voz se empezaba a quebrar más y más—. N-no lo sé, conocer gente nueva, y que me conociera por ser yo, Steve, no "el hijo del campeón". >>Al principio no le había dicho a nadie quién era mi padre por temor que pasara lo mismo, hasta que un día me llegó un mensaje anónimo al holomisor que algo pasaba y tenía que llevar a mis amigos. Ellos supieron que era hijo de Steven Stone, pero ninguno dijo algo como "¡Steve!, ¿por qué nunca nos dijiste?", entonces yo quedé tranquilo, porque aparentemente nada había cambiado. Hasta que me empecé a quedar paralizado con el viaje, y bueno, perdí el contacto con la mayoría... Las primeras lágrimas comenzaron a caer de mis ojos, estaba liberando el cúmulo de emociones negativas que había tratado de guardar para hacerme el fuerte, pero vaya que no me había funcionado como yo quería. —L-luego pasó esto del viaje de Sinnoh... y-yo no subí al avión y nadie se dio cuenta. Estuve tratando de llamarlos... y... y... ¡nadie contestó! Pensé que les pudo haber pasado algo, pero luego los vi super felices en ciudad Aerosol como si nada. ¡No sé que pasó en realidad!, ¡y tengo miedo de descubrirlo! Pensar que tan sólo existe la posibilidad que esa horrible historia se repita me destroza por completo... no sería capaz de soportarlo, sería como un maleficio. Digo, estoy muy feliz de ser hijo de Steven Stone, es súper genial, pero es realmente triste que a veces lo que puede ser un privilegio termine siendo blanco de tantas falsedades, envidias... y bueno, ¡no sé! Me siento horrible ahora. Me ensimismé tanto en ese momento, que me había olvidado por completo a quién específicamente le estaba revelando todo mi pasado. Yo tan sólo me acurruqué y rompí al llanto silenciosamente, escondiendo mi cara contra mis piernas, mientras esos amargos recuerdos se reproducían una y otra vez en mi cabeza. Contenido oculto Notas aclaratorias: Sé que dije que Steve tenía 15 años al inicio del rol, pero decidí cambiarlo a 14 ^^ Por si hay alguuuuna duda, ciudad Rutsboro es la misma que ciudad Férrica en español :3
— Oh, bueno, comprendo~ — me permití acariciar un poco la cabeza del pokémon de hielo y luego me alejé un poco, mirando a Dante. En el momento que iba a decir algo más sentí cómo mi holomisor sonaba. Lo encendí y vi que era un mensaje de la sede del torneo de ciudad Óleo, avisándome que éste iba a comenzar y bueno, debía inscribirme ¿no? — ¡Liza! ¿A ti te ha llegado el mensaje también? — pregunté, volviéndome otra vez a la chica. Contenido oculto So sorry~ Las clases, ya sabéis u.u
¡Liza! ¿A ti te ha llegado el mensaje también? Un aura deprimente me invadió por completo y mis fuerzas decalleron por unos instantes, sentándome en el sitio a la vez que Glaceon saltaba de mis brazos al suelo. Abracé las piernas contra mi pecho y escondí mi cabeza entre ellas, desganada. Había recibido el mensaje, sí, pero ni yo ni Des, ni Alpha e Ian podíamos participar, pues ya lo hicimos en su momento. Y pensar que ese torneo fue frustrante para mí y quería una revancha... —No puedo participar porque ya lo hice en el primer torneo Óleo... —le respondí a Emi sacando la cabeza por unos instantes e inflando los mofletes con enojo infantil. Volví a enterrar mi cabeza, deprimida, y comencé a murmurar por lo bajo repetidas veces un "no es justo", aunque en verdad comprendía que sí lo era. Glaceon me miraba junto a las piernas de Emily soltando un suspiro de abatimiento y negando con la cabeza, pensando algo como "vaya entrenadora me ha tocado". A veces me gustaría saber qué cosas pasan por su cabecita. Contenido oculto No importa~
— Oh... vaya... — dije dejándome caer a su lado — Es una pena, yo quería hacer equipo contigo así súper chachi — me encogí de hombros y me eché hacia atrás — Bueno, ahora tendremos la Torre toda para nosotras porque seguro todos estarán en el Torneo — añadí con una risa.
—Sí... supongo que ese es un buen punto... —murmuré, aún sin moverme de mi posición cuando se sentó a mi lado. Entonces caí en algo, y alce ligeramente la cabeza para verla. —Espera, ¿entonces no vas a participar?
— Podría pero, pensándolo un poco mejor, no tengo posibilidades. Y tampoco quiero dejarte sola — respondí mostrándole una sonrisa.
No pude evitar sonreír un poco ante su respuesta, y me senté de una manera más cómoda para poder responderle. —Si Effy entra estará complicado, no te voy a mentir, pero podrías intentarlo... ¡y quién sabe, quizás quedas en un buen puesto y todo! Los puntos nunca vienen mal. —reí ligeramente, y comencé a jugar con uno de mis mechónes de pelo. —Aw, y no te preocupes por mí, me entretendré animándolos a todos desde la pantalla de alguna heladería. Al menos pasaré el rato tomando algo rico. —finalicé, pasando mi mano por la barriga imaginando ya los diferentes sabores que podría probar mientras tanto.
— Si que podría servirme para entrenar — asentí levemente con la cabeza — ¿Pero seguro estarás bien? ¡Bueno! Podrás estar con Dante, dudo mucho que vaya a participar — lo último lo dije en susurridos, cómo si fuera algo confidencial — Y no comas demasiado helado que luego te duele la barriga — reí levemente pensando en que seguro haría todo lo contrario — Aunque tendría que pedirte otro favor... — jugué con mis dedos índice delante de la cara.
—Sii~, sii~, estaré bien, puedes irte tranquila. —asentí varias veces con una sonrisa divertida, incluido cuando dijo lo de Dante, y luego pasé al tema del helado.—Pero... Pero es que están muy buenos... Es difícil contenerse. Probaré uno de cada y ya. —respondí sin borrar la sonrisa y bajando un poco el tono de voz con lo último para que no me oyera, y ladeé la cabeza con curiosidad ante su petición. —¿Qué necesitas?
— ¿Podrías llevarme a Óleo? — le pregunté con expresión de súplica — Cuando llegué ahí ya le enseño vuelo a Tranquill. Es que aún no he decidido por que movimiento cambiarlo y eso — le expliqué después.
Nada más escuchar su petición apoye ambas manos en el suelo y me impulse para levantarme ágilmente del suelo, estirando ambos brazos al aire mientras me desperezaba. —Claro, yo te llevo sin problemas. —le respondí estirando el brazo para ayudarla a levantarse y Glaceon asintió animada al pensar en volar de nuevo a otra ciudad. En verdad le emocionaba hacerlo. Togekiss, como si tuviera el oído puesto en nosotras, salió de su ball alegremente y se estiró un poco para calentar los músculos de su cuerpo ante el viaje que le esperaba. La tipo hielo ya se nos adelantó acomodándose sobre su lomo en primera fila.