Cuando escuché la respuesta a mi pregunta, lo primero que se me vino a la cabeza es un "¡Lo sabía!" celebrado. Pero en el exterior tan sólo dije un... "¡Ah! Ya veo... ¡genial!". A continuación, Phanpy pasó a oler a Emily para reconocerla, y luego olió otra cosa... Entró a la mochila de Dante, y sacó un paquete de papas fritas sin que nadie se diera cuenta; es como si se hubiera fijado que no "hubieran moros en la costa". Entonces, escuché las palabras de Dante. La verdad el hippie había sido muy amable en decirme todas esas cosas, pero hay algo que no terminaba de comprender, y no quería sonar rudo puesto que el chico estaba siendo muy amable, pero igual necesitaba quitarme la duda... —Dante, en serio te agradezco tus palabras, es muy bondadoso de tu parte pero... ¿por qué me dices todo esto? —pregunté con cierta incertidumbre—. Digo, tú te retiraste por tus motivos; ¿por qué te parece que yo debiera hacer lo contrario? —¡Phan, crunch! —susurró Phanpy, comiéndose las frituras ajenas.
"¿Por qué me dices todo esto?. Digo, tú te retiraste por tus motivos; ¿por qué te parece que yo debiera hacer lo contrario?" No me había sorprendido en lo absoluto aquello de hecho solo le limité a sonreir levemente por aquello y en un par de segundos noté a Phanpy comiendo algo y para cuando me di cuenta mi mochila estaba abierta, no me molestaba pero ¿por qué jamás me daba cuenta?, bajé a Mawile quien de inmediato se acercó al pokemon para pedirle algo de las papas que estaba comiendo. — Es una pregunta muy fácil de contestar, de hecho... podrías responderla tú mismo pero al parecer me toca responder, es lo justo — acomodé levemente mi mochila y la cerré para evitar otro robo perfecto — Porque eres mejor que yo, así de fácil... — Porque no siento que tú seas una clase de persona que se rinde tan fácil en algo que todavía hace que sientas emoción, pero se que tienes tus razones y tampoco quiero que creas que..¿intento evitar que te retires?, solo estoy diciendo lo que yo creo que es mejor. — Todavía te queda mucho camino, o eso pienso yo. — llevé mis manos a mi nuca y miré al cielo por leves segundos — ¿No lo crees?
Dante nos presentó a Steve y a mí oficialmente (si hubiera sabido que iba a conocer a alguien no hubiera salido con esas pintas... Mimi estaría orgullosa(?), para después decir una frase que hizo que me sonrojara. Iba a responderle a Steve, pues sabía que a Dante no le hacía mucha gracia hablar del tema, sin embargo Mawile llamó mi atención por lo que tuve que encargarle la tarea por esta vez. A los segundos el pokémon se bajó para comer patas fritas junto al Phanpy que antes me había olido, lo cual hizo que pudiera escuchar las palabras de Dante. —Sí, no te retires, luego preocuparás a tu futura novia y a todos tus amigos—dije en voz baja jugando con el final de la trenza—¡Bueno! Me estoy haciendo daño en los pies y tengo hambre así que me voy a desayunar. Si queréis venir...—me despedí con la mano de todos los presentes y entré al Centro Pokémon con un bostezo, seguida de Espeon. Fui directamente a la cafetería, dónde encontré a Mimi, desayunando tranquilamente en una mesa. —Buenos días~—saludé tras coger un vaso de leche y algo de bollería—¿Qué tal has dormido?—pregunté cuando me senté delante suya.
Mimi Honda La comida de la cafetería era sin dudas deliciosa, aunque por una vez me había rehúsado a desayunar pastel porque tenía la corazonada de que acabaría pareciendo un Wailord si seguía comiendo nada más que eso. Mis planes de usar un bikini de dos piezas el próximo verano se irían por el caño. Así que había optado por un par de tostadas con mermelada de Baya Aranja y una taza de té verde. Adoraba el té, era algo muy típico de la clase alta, elegante y sofisticado; y solía tomarlo siempre que podía. Así que, sin más y en silencio, me limité a disfrutar tranquilamente del desayuno. Un silencio que sólo era interrumpido por las voces de los otros comensales y el sonido de vasos y cubiertos chocando contra los platos. A veces se oía la voz de algún que otro pokémon, algunos charlando en su idioma; otros, los más glotones, demandando comida a sus entrenadores. —Buenos días~—oí entonces—. ¿Qué tal has dormido? Fue en ese momento que llegó hasta mis oídos una voz conocida, y antes de poder darme cuenta, Emily había tomado asiento en una de las sillas de mi mesa, justo en frente de mí. ¿Eh? ¿Cuándo había llegado? ¿De dónde había salido? ¿Acaso había estado escondida debajo de la mesa esperando a que apareciese? ¿Pero... qué tontería era esa? — Pues... bien, lo cierto es que me siento descansada— le dije entonces, con simpleza—. Supongo que tanto tiempo fuera de casa me ha hecho adquirir cierta tolerancia a las camas de aquí. Ya no me parecen tan incómodas. Bebí un poco más de té, y después me limité a preguntar: >> ¿Y tú que tal? ¿Has dormido bien?
Asentí con un croissant en la boca y después miré a Espeon, que se había subido a mi regazo de una salto e intentaba quitarme un trozo del dulce. —Yo he dormido bien, sola y estrangulando a una almohada pero bien~—respondí tras masticar y romper un par de trocitos para darle al pokémon—¿Está bueno?—pregunté dirigiendo una mirada curiosa a su desayuno.
Mimi Honda — ¿E-estrangulando a una almohada?— repetí entonces, con una mueca nerviosa. ¿Qué se suponía que significaba eso? ¿Era alguna especie de broma? Desde luego nunca había escuchado algo así, por lo que preferí mostrar esa media sonrisa y obviar lo absurdo que sonaba en realidad. El Espeon de Emily, mientras tanto, trataba de arrebatarle algo del desayuno a su entrenadora, y finalmente ésta había accedido en partir unos trocitos y ofrecérselos. Su segunda pregunta, sin embargo, me desconcertó. >> ¿Bueno? ¿El qué?— cuestioné, extrañada, y levanté la taza que sostenía en las manos—. ¿Esto? Es té. ¿Nunca has tomado té?
Reí levemente antes la reacción de la otra. —Sí, estaba sola y abracé tan fuerte a la almohada que posiblemente acabó estrangulada—dije y después negué con la cabeza—No, nunca. Siempre he tomado cola-cao—respondí con una leve sonrisa.
Mimi Honda —Oh... bueno, es un objeto inanimado, no creo que sufriese demasiado— le respondí, encogiéndome vagamente de hombros. Mi expresión de confusión no se borró, sin embargo, cuando escuché su respuesta. ¿De verdad que nunca había tomado té? No era una bebida tan cara ni tan elitista como para que no tuviera acceso a ella. ¿Y qué era eso que había dicho? ¿Cola-cao? Que nombre tan... curioso—. Esto... F-fingiré que sé lo que es— finalicé aclarándome la garganta y dejé la taza ya vacía sobre la mesa.
—A mi madre no le gustaba así que nunca compraba—me encogí de hombros y luego cogí el vaso de leche con ambas manos—En las tiendas normales, dónde los plebeyos compramos, venden cacao en polvo, llamado "Cola-cao". Se lo echamos a la leche y entonces se pone muy rico porque está muy dulce—dije sin poder aguantar una sonrisa divertida—Pero ya no tomo tanto como antes porque engordo con tanto chocolate—solté una pequeña risa antes de beber un poco de leche a la vez que Espeon se bajaba para empezar a olisquear a la rubia.
Mimi Honda —¿Cacao en la leche?— murmuré. Tal vez podía probarlo alguna vez y descansar un poco de tanto té, aunque me seguía sonando extraño. ¿A quién se le habría ocurrido algo así? Y ese nombre... Cola-Cao...''Cao'' por cacao, suponía... ¿Y...''Cola''? Seguía pareciéndome absurdo lo mirase por donde lo mirase—. Hmm... supongo que podría estar bien. Chie salió de su pokéball y se acercó al Espeon de Emily en mi lugar, observándolo con genuina curiosidad. Yo, en cambio, me levanté de la mesa sin arrastrar la silla. Ya había comido, y ahora lo que me apetecía era salir y disfrutar de Témpera. Apenas había tenido tiempo de hacerlo. >> ¿Vienes?— le pregunté a Emily tomando mi bolso—. Voy a pasearme por la ciudad, disfrutaré de un poco de paz y me torturaré de forma masoquista con los escaparates de las tiendas... —le dije con una media sonrisa, para segundos después dejar escapar un suspiro de profunda resignación— ... Porque no puedo comprar nada...
—¡Claro que te acompaño!—exclamé alegre poniéndome de pie—¡Me cambio en unos segundos!—cogí un par de cosas de la mesa para tragarlas del tirón y me bebí la leche que quedaba de un trago. Subí las escaleras de dos en dos y entré a la habitación corriendo. Me puse la ropa que llevaba portando los últimos días (top negro corto, un short vaquero con algodoncito en los bordes y una chaqueta verde junto a unas botines marrones), me peiné para finalmente recogerme el cabello en una coleta alta con un lazo azul marino y recogí todo el lugar, intentando dejarlo cómo estaba. Cogí mi mochila, las llaves y salí de la habitación, bajando con unos saltitos hasta llegar dónde la enfermera Joy y así poder dejarle las llaves. Mimi ya se encontraba fuera junto a las dos evoluciones de Eevee, posiblemente esperándome. —Y no te preocupes, no es tan malo ver ropa sin poder comprarla—le dije una vez me situé a su lado.
La primera respuesta no me gustó para nada, debo admitirlo. Pero antes de que pudiera protestar; el chico se siguió explicando y me hizo reflexionar. Tomé aire para responder, pero entonces la novia del hippie habló... Ignoré por completo lo primero, y me centré en lo segundo. ¿"Amigos"?, ¿cuál sería el significado real que tiene eso luego de lo que viví? Miré a Dante, y dije: —Pues... no sé que tanto camino me queda; el futuro es incierto, ¿no? —aclaré encogiéndome de hombros. Admito que había mandado a mi usual optimismo por la borda; la faceta de mí era otra que quizá nadie conocía hasta ese momento—. Quizá... quizá sí. Puede que me emocione esto y lo retome... algún día eso si. No creo estar en las mejores condiciones para hacerlo, tengo unas cuántas inquietudes que me han dado vueltas desde hace muuuucho rato; aunque debo decirte que de verdad agradezco tus palabras, Dante. Eres el primero, y hasta puede que el único que me vaya a decir algo así. Porque, bueno —agregué una risa que denotaba frustración—, todos mis "amigos" me olvidaron. Estuve tratando de llamarlos preocupadísimo cuando fueron a Sinnoh para saber de ellos y no obtuve respuesta, nadie se percató que no llegué allá, y cuando pensaba que quizá haya pasado algo grave -y hasta puede que haya pasado, no niego eso- hace unas semanas vi a varios camianr tranquilamente por ciudad Aerosol como si nada... entonces, ¿habría justificación? Suspiré hondamente. No tenía idea de cómo se tomaría Dante semejante discurso; pero más allá de que fuera bien o mal visto, era lo que tenía dentro... confusiones y sensaciones mixtas. Contenido oculto El épico encuentro con Mimi se acerca :D
— Te queda mucho futuro. — dije apenas terminó de hablar — Por favor Steve, no te quedes atrás como yo decidí hacerlo hace mucho, no te enfrentes a las miradas de decepción cuando los demás quieren tener una pelea amistosa contigo, o a la mirada de decepción de la persona que más quieres — regresé a Mawile y a Typhlosion a sus respectivas pokebolas y coloqué mis manos en mis bolsillos. — Porque tienes potencial, a pesar de que ahora no quieras verlo. — Cuando te sientas preparado vuelve, pero no te resignes ¿vale? solo eso. — miré levemente a los costados para revisar que Emi no estuviera cerca, tal vez a ella le molestara el proximo comentario porque diría que debo empezar a dejar de pensar de aquella forma — Probablemente sea yo el único que puede decirte esto de esta forma, tienes razón pero no es nada... puedo decirte esto porque es lo único que se hacer Steve, solo puedo hablar... jamás actuar. — Y lo de Sinnoh... como decirlo... no puedo negar que yo también estuve como loco marcando a todos los que fueron pero tu numero mostraba ocupado así que me diste el alivio de mi vida, no puedo negarlo... pero ellos no te contestaron porque no quisieran contestarte... si no que... ellos no hubieran podido ni aunque quisieran — sentí un leve nudo en mi garganta así que solo respiré profundo antes de continuar — Todo el tiempo que estuvieron fuera solo un entrenador pudo mover un dedo... los demás... los demás... ya estaban en un mundo en el cual solo podrías ir cuando tu alma abandona el cuerpo, ya nos habían dejado pero a pesar de eso dudo que te hayan olvidado. Yo he sido olvidado muchas veces... pero siempre los tengo presentes a todos ustedes. — Para no hacerte un sermón mas largo, evitar torturarme a mi mismo y causarte una molestia innecesaria. Todos han vuelto de la muerte sanos y salvos y estoy seguro que todos tendrán ganas de verte, como entrenador o como un retirado.
Tragué saliva nerviosamente. La verdad es que Dante se había inspirado esta vez, y si soy muy sincero, no me lo esperaba para nada. No es que el chico no me pareciera buena gente ni nada, al contrario, sino más bien nuestro nivel de cercanía. Nosotros eramos básicamente conocidos a simple vista, y que él se tomara el tiempo para decirme todo eso, sin duda alguna era súper significativo. —Wow, Dante. En serio, muchas gracias, amigo. Gente como tú falta en este planeta como no tienes idea... Hubo una pausa. En ese momento Dante prosiguió a explicar lo ocurrido en la región Sinnoh. Yo escuché atentamente hasta el final, y tuve reacciones muy mixtas: ¿qué no podían mover ni un sólo dedo? Pero si yo los vi en Aerosol, ¡caminando y riendo! Y ahí vino la segunda parte, resulta que revivieron. Tomé aire y miré al suelo pensativo, y luego alcé la mirada hacia el poké-hippie y dije: —¿Revivieron?, ¿es en serio? —dije con total ironía. Estaba poniéndome de mal humor, pero no era en contra de Dante; para nada. Era rabia con la situación como tal—. Claaaro, entonces ellos fueron hasta Sinnoh y combatieron contra alguien súper vil y malvado, y... ¡ups! Al malo se le pasó la fuerza y los borró de la faz de la Tierra, pero luego llegó Xernas y con sus risitas, magia y polvo de hada los revivió. ¿Sabes? Me creería ese cuento si hubieran ido a Kalos, porque bueno, Xerneas es el único que tiene el poder de revivir a otros, ¿o no? Cuando terminé de decir lo que pensaba, apareció una frustrada mamá Stephanie. —¡Ese doctor me quedó mal! —alegó. —¿Por qué? —pregunté un poco curioso. —Me dijo: "¡oh, claro! Espere un momento por favor, la dejaré con la musiquita de espera." Y ya me parecía rara a mí esa música que era un solo tono tooodo el tiempo, "¡tuuuuuuu!". ¡El desgraciado me había colgado el teléfono! Yo suspiré un tanto avergonzado. Vamos, admito que el doctor se portó pésimo y le pudo haber dicho de mejor manera a mamá que no había de que preocuparse, pero... ¿qué esperaba? Que alguien llame tan alarmado por algo tan... loco, es un tanto estresante. —¿Y de qué hablaban ustedes, niños? —Oh, bueno... aquí Dante me había contado que mis "amigos" habían pasado a mejor vida, temporalmente —dije junto a una leve risa. —¿¡Qué!? —exclamó mamá Stephanie atónita, mirando a Dante—. Por Arceus, niño, nos digas esas cosas. Mira... ¿cómo te llamabas? Mamá Stephanie comenzó a chasquear con los dedos, tratando de acordarse del nombre. Yo intenté ayudarle, pero ésta me puso el dedo duramente sobre la boca, diciendo "¡Shh! No me digas, yo puedo sola". —¡...Diente! Sí. Que nombre tan gracioso por cierto. —Dante... —aclaré. —Bueno, bueno —continó mamá Stephanie—.Como te decía, si quieres excusar a tus amigos puedes decir que les dio amnesia o estaban jugando a "ignoremos a Steve por hoy", ¡pero no que perdieron la vida! Eso puede ser muuy serio, aunque admito que te hubiera quedado bien si hubieran ido a Kalos, porque Xerneas los hubiera revivido. —¡También dije eso! —comenté. —Además, una de tus amigas... creo que se llamaba Emmy, pasó a tomar el té un día, ¿ella fue a Sinnoh? —¿Effy? —pregunté—. No tengo idea... —Bueno, supongamos que fue. Hasta donde yo sé, los fantasmas no toman el té, Dante. Lancé un suspiro, y dirigí la mirada al chico: —Bueno, pero eso no es lo importante. Dante se tomó el tiempo de querer animarme con el viaje de nuevo; y eso que no nos conocíamos mucho, así que es algo que rescato bastante —dije con una amistosa sonrisa—. Gracias, amigo, creo que voy a considerarlo. Mamá Stephanie me miró y volvió a ver a Dante. —¿Tú hiciste eso? —Rápidamente, se acercó al hippie y le agarró el cachete—. ¡Aww! Ojalá hubiera más gente como tú en este planeta, querido. —¡También dije eso! Debe ser cosa de genes—exclamé. —Me dieron ganas de que fueras otro hijo mío... —E-eso no lo hubiera dicho yo —dije, rascándome la nuca.
Mi rostro permaneció sereno a pesar de estar escuchando las palabras que salían de la boca de Steve, tener un rostro tranquilo y sonriente siempre había sido la barrera a todo, así que no se pudo apreciar la sorpresa que tuve al oirlo hablar así, pero suponía que era normal, yo también pensaba de esa forma cuando solo me notaban cuando volvían a verme, cuando me notaban solo para una batalla fácil de ganar. Ante lo primero me limité a reír nerviosamente y balancearme de delante hacia atrás, no me había esperado ese agradecimiento, pero antes de hablar ya había vuelto a la "normalidad" — Me gustaría decirte que todo es una broma inventada por mi, pero la verdad es que... ¡Ese doctor me quedó mal! La señora Stephanie ya había hecho acto de presencia bastante molesta porque el doctor pareció haberla ignorado por completo, luego preguntó de que estabamos hablando y Steve se tomó la molestia de decirle nuestro tema de conversación pero allí fue donde al parecer volví a encender la mecha de enojo de la señora Stephanie, tenía ganas de decir algo para interrumpir esta clase de regaño pero no interrumpiría a la madre de Steve, no sería nada educado. Finalmente decidió hablar él y yo suspiré bajando la cabeza un poco hasta que oí las gracias de Steve nuevamente y cuando quise hablar la señora Stephanie volvió a hablar, dejandome una gran sorpresa. Su mano atrapó mi cachete de repente mientras comenzaba a decir lo mismo que Steve hasta la última frase que me hizo abrir los ojos de golpe "Me dieron ganas de que fueras otro hijo mío...", no sabía si lo decía por decir o que estaba pasando pero me había hecho sonreir inconscientemente, estaba seguro de que mi madre jamás habría dicho eso de mi, menos mi padre pero... que ella dijera eso por solo haber ayudado a su hijo me alegraba un poco... Tomé la mano de la señora Stephanie para librarme lentamente de su agarre y cuando pude hacerlo solté su mano tranquilamente sin perder aquella sonrisa — Steve, tienes mucha suerte de tener a una madre así — reí suavemente mientras lo miraba antes de mirar a Stephanie — Eso es un gran halago para mi, enserio... no sabe cuanto. — Y... a lo del tema anterior.. Steve... y-yo no te miento en ningún aspecto pero yo no podría explicarte lo que ha pasado con el tema de, para ti las "falsas muertes de todos", porque no es algo que pueda comentar sin torturarme a mi mismo por mi in-eficiencia en ese tema... pero Effy, que ella sabe lo mismo que yo respecto a eso, ella te podría explicar lo sucedido de una forma mas concreta. De hecho podrías preguntarle a Ukita como estuve yo en ese momento...
Ukita, Effy... Un montón de nombres de conocidos que no veía hace rato. La situación ya estaba siendo un vórtice de ideas en mi cabeza, y las cosas se ponían cada vez más y más extrañas. Necesitaba tiempo para digerir un par de cosas. —Dante... gracias, en serio. Pero por ahora, dejemos el tema hasta ahí, ¿vale? No quiero que sigan apareciendo nombres de personas que hace tiempo no veo y que quizá anden en otra ahora. Phanpy y Mawile terminaron el paquete de frituras, entonces Phanpy fue a lamerle a Dante una de sus manos; el elefantito el tenía cariño y evidentemente sentía sus buenas intenciones. —Ya, querido, bájale a la ternura, por favor —dijo mamá Stephanie a Dante, enternecida, revolviéndole el cabello—. ¿No ves que tengo que guardar las lágrimas para la novela de esta tarde? ¡Hoy al fin se reconcilian Luis Miguel y Maria Berta!
Asentí ante lo dicho por Steve, sería mejor dejar ese tema aun lado era lo mejor para ambos, además que debía dejarlo de bombardear con tantas cosas, no sabía si en algún momento lo llegaría a hartar por todos mis comentarios, pero bueno... ese era mi fuerte, y si lo había podido animar un poco ya consideraba que había hecho un progreso, en pocas palabras habría conseguido ayudarlo. "Ya, querido, bájale a la ternura, por favor" Junto con esa frase la señora Stephanie paso su mano por mi cabello revolviendolo al parecer enternecida por lo que había dicho — Espero que disfrute esa novela y que la reconciliación de Luis y María sea lo que usted espera. — dije inclinándome a acariciar a mi ex elefantito con una sonrisa, aun me tenía aprecio al parecer
Sonreí ante las reacción del hippie. No obstante, el momento se vió abruptamente interrumpido por la alarma de mi Holomisor. Dirigiendo la mirada a dicho aparato, vi un mensaje que quizá en tiempos anteriores me hubiera motivado mucho, pero hoy, no señor. Para mí esta vez era una noticia más bien cansonsita... —Ugh... —¿Qué pasa, Steve? —preguntó mamá Stephanie. —Tengo que ir a la batalla por el bronce de torneo Acrílica porque... "nos hemos tardado demasiado" —dije estas últimas palabras con tono de arremedo, bastante mosqueado con aquella obligación. —¿¡Qué!? —gritó mi progenitora— ¡Son unos patanes! —¿¡Verdad que sí!? —afirmé. —¡Sí! —respondió ésta—. ¡Van a televisar esa cosa en el horario de mi telenovela! Ahora tendré que esperar una hora más... Fruncí el ceño un tanto confundido al ver cuales eran las razones de enojo de mamá Stephanie. Suspiré. Es comprensible en ella... —Bueno, creo que voy atrasado —Le hice una seña a Phanpy para que volviera conmigo, y luego saqué a Togekiss de su pokébola—. ¡Volveré aquí apenas acabe! >>Gracias por todo Dante, eres un grande. ¡Nos vemos mamá! Y así, Phanpy yo salimos por los aires en el lomo de Togepi. ¿Blaziken? A él lo había regresado a su pokébola, porque vamos... Togekiss no podría con tanto peso. Mamá Stephanie voleó la mano, y luego miró a Dante... —Bueno, querido, iré a ver que otras gangas hay en el súper mientras veo a Steve por la tele. La joven mujer dio unos pasos hacia la entrada, pero antes de dar el primer paso en el lugar, se volteó a mirar al hippie por una última vez y dijo: —¡Oh! Cuando quieras, eres bienvenido a tomar la merienda a mi casa en ciudad Aerosol. ¡Avísame con tiempo cuando decidas ir!
Después de ciertos momentos tranquilos una llamada hacia Steve interrumpió el sereno ambiente, al parecer tenía que ver con el Torneo Acrílica y se podría decir que ni Steve ni su madre estaban contentos con respecto al trato con el que él había sido tratado, yo me mantuve al margen, no me interesaban los torneos, claro... apoyaba a mis amigos y demás pero participar a voluntad creo que ya no. — No hay de que Steve....— dije antes de que se montara en su Togekiss y partiera por los cielos — ¡Y mucha suerte a ti y a Liza! — tomé una bocanada de aire y suspiré para después sonreirle a la señora Stephanie como si fuera una clase de despedida pero cuando estuve apunto de marchar ella nuevamente volvió a hablar, invitándome a algo en un futuro. — ¡Muchas gracias señora Stephanie! — reí levemente y coloqué mis manos detrás de mi nuca — Yo le avisaré...— sonreí y me di media vuelta observando el cielo caminando a ningún rumbo en específico a fin de cuentas había logrado que Steve se animara un poco, suponía que él iría poco a poco "Los días ya no son tan oscuros.. verdad ¿Chloé?"...
Mimi Honda Y así, Emily y yo iniciamos nuestro paseo por Témpera. Para ella podía no ser tan problemático el hecho de no poder comprar aquello que tanto llamaba mi atención en los escaparates de las tiendas que lindaban la acera. Pero para mí... era un absoluto y total infierno. Acostumbrada como estaba a tener siempre y al instante todo lo que quería, el hecho de no poder hacerme con aquellos fabulosos conjuntos, zapatos, y joyas se me hacía difícilmente soportable. ¡En todos los aspectos, ser pobre era un horror! Con los ojos brillantes de emoción, pegaba tanto la cara y las manos a los cristales que fácilmente podría pasar por una pegatina. —¡Mira eso, mira eso!— no dejaba de gritar, corriendo de un lado para otro con una alegría casi infantil—. ¡Oh, esos zapatos irían tan bien con mi bolso de Versayce*! ¿Sólo 1560 pókecuartos? ¡Están regalados! ¡No, no, estos son mucho mejor, el negro combina con absolutamente todo! ¡Y esos zapatos, son de la colección de primavera de Roberto Ricci*! ¡Kyaaah ~ ! ¡Creo que me acabo de enamorar! Y a aquella explosión de emoción, le seguía una escena de lamentaciones y comentarios depresivos. En aquellos momentos, mi mente de compradora histérica se aclaraba para recordarme que estaba sin fondos... y que no podía adquirir nada de lo que allí había expuesto; ninguno de aquellos fabulosos artículos de moda que no paraban de gritarme algo que sonaba sospechosamente parecido a ''Cómprame''. Ugh, realmente era horrible ser pobre... Ahora sabía como debía de sentirse Alpha. Contenido oculto Notas aclarativas: *Versayce: Forma cambiada de la conocida marca de moda Versace. *Roberto Ricci: Fusión de los nombres de los diseñadores de moda Roberto Cavalli y Nina Ricci.