Ciudad Témpera

Alpha.

Entonces con ese golpe de todo el cuerpo de mi pokémon el combate acabó. Elisa fue la primera que vino en dirección hacia mí. Estiró su mano en dirección a mi al igual que su pokémon globo lo hizo.
—Lo hicieron bien.—Le respondí estrechando su mano por unos segundos hasta soltarle. En ese mismo momento regresé a Milotic y me dirigí adentro del centro pokémon.
>>Nos vemos.—Me despedí desapareciendo en las puertas del lugar.

Estando dentro pasé de inmediato a hablar con la enfermera de turno, ya se había hecho de noche y la misma de la mañana no estaba. Aunque todas fueran iguales ésta tenía una diferencia: una venda en la cabeza, ¿cómo se había pegado? Lo menos probable es que un anciano haya pasado por ahí pegando un bastonazo en su cabeza (?).
—Gracias por curarlos.—Agradecí entonces, ya mis pokémon estaban curados al cien y regresados al cinturón dorado que sostenía mis pantalones.

Por mi parte ya tenía un siguiente destino: La torre desafío, a la cual fui de inmediato en una carrera.

 

Cuando Alpha se fue volví con Chad, la sonrisa seguía grabada en mi cara.
—Vamos a curar a nuestros amigos, luego podemos ir a la torre —dije con una sonrisa tomando nuevamente su brazo parra llevarlo dentro del centro pokémon, al mismo tiempo que Drifloon se colocaba sobre mi cabeza.

Una ves dentro del centro pokémon solté a Chad y fui dando saltos a donde se encontraba la enfermera Joy, la cual con una sonrisa restauro a mis amigos. Una ves listos volví con el entrenador.

 

Una vez la batalla concluyó, Alpha se retiró rápidamente quedando solo Elisa y yo. Me quedé mirando el suelo unos momentos, pensando en Mimi y en que Alpha debía disculparse. Se suponía que era un combate cooperativo, era normal comandar al pokémon del otro, no lo entendía... ¿estaría de mal humor por algo en específico?

"Vamos a curar a nuestros amigos, luego podemos ir a la torre" la voz de Elisa me sacó de mis pensamientos, arrastrándome del brazo al Centro Pokémon. Ya había caído la noche en Ciudad Témpera.

...

Después de restaurar la salud de nuestro equipo, estábamos listos para ir a la torre. Saqué la pokéball de mi inicial y lo materialicé.

—Bien, todavía no es muy tarde—dije estirandome un poco—. Si no estas cansada, podemos ir a la Torre—sonreí a la entrenadora.

Después de eso debería ir a la isla para seguir con mi entrenamiento, ¿cómo les estará yendo a Effy y los demás?

 

—Yo no estoy cansada —estire los brazos intentando tocar el techo, bueno quizá si estaba un poco cansada, pero eso no detenía mis deseos de ir a la torre.

Quite a Drifloon de mi cabeza y comencé a acariciarla, ella si se notaba un poco cansada, pero si entrara a su pokéball de ves en cuando, en lugar de seguirme todo el día, podría dormir un poco.

 

—¿Y tú qué me dices Fósforo?—miré al Blaziken, el cuál me respondió con una enérgica exclamación afirmativa—. Vamos, entonces—dije caminando hacia la salida, Elisa nos siguió de cerca junto a su Drifloon. Atravesamos las puertas del C.P. para encontranos con la brisa nocturna de la ciudad, era una noche fresca pero agradable.

Finalmente llegamos a la Torre desafío que, a pesar de la hora, parecía operar las 24 horas del día. Elisa, Drifloon, Fósforo y yo entramos al edificio.

 

En esta urbe que era tocaya de otra ubicada en la región Kalos, aterrizaron un inexpresivo Xatu con una alegre mujer y un entusiasta Noivern con un desganado Steve.

—¡Gracias, Xatu querido! —exclamó mamá Stephanie—. Aún recuerdas como llegar aquí, veo que los años no te afectan la memoria, ¿eh?
—... —sin decir nada, Xatu arqueó una ceja ante la última afirmación de mi progenitora, ¿acaso le había dicho viejo?
—Bueno, no quiero que te dé dolor de espalda o algo parecido, regresa a tu pokébola de retiro.

Una gota de sudor grande apareció detrás de la cabeza del ave psíquica, se sintió netamente insultado. No obstante, mamá Stephanie lo devolvió a su pokébola sin notar su incomodidad.

—¿Acaso estás insinuando que Xatu es un anciano? —dije un tanto extrañado.
—¡Claro que no, Steve! Fue una broma de por ahí; si el fuera anciano que me queda a mí que lo capturé hace años cuando era un pequeño Natu...

Yo simplemente suspiré y agité mi cabeza para tratar de olvidar todo eso que había pasado. Habían veces que no entendía cuando hablaba en serio, pero bueno, eso no es tema ahora.
Phanpy se bajó del lomo de Noivern, y a continuación devolví al tipo volador-dragón a su pokébola.

—Bueno... ¡Vamos al súper mercado! —exclamó mamá Stephanie muy entusiasmada.
—Yupi... —susurré de mala gana

Contenido oculto

@Noir

 

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@Noir, mientras estaré en la Torre Desafío para entretenerme durante la espera xD

Al llegar a la entrada del súpermercado, mamá Stephani se puso a observar los carteles:

—¡Mira, mira, Steve! ¡Las esponjas y los detergentes tienen un 7% de descuento! Vaya maravilla...
—¡Oh, sí, claro...! —exclamé sarcásticamente, volteando a ver el otro lado.

Pero entonces mis ojos se clavaron en un edificio monumental, que tenía un gran letrero que decía: "Torre desafío".

Mamá Stephanie comenzó a hablar y a hablar mientras observaba dicho cartel, hasta que vio que otra señora también lo observaba con mucha cuatela... eso significaba una sola cosa: Ambas iban por el mismo producto. Intercambiaron una mirada de rivalidad y entraron corriendo al súpermercado.

Yo, por mi parte, di un paso hacia atrás y me fui corriendo hacia el edificio de batallas.

 

Y por fin había logrado llegar a Témpera... solté un suspiro de alivio y coloqué mis manos en mi nuca mirando todo de reojo, solo un par de personas acudían a lo "temprano" de la mañana, las demás personas podrían estar disfrutando de las horas de sueño, Typhlosion se encontraba a mi lado aferrada con una de sus patas a mi chaqueta y yo la miré confundido hasta que dirigí mi vista hacia lo que ella estaba mirando, una madre con sus dos niños caminando hacia un parque, los hermanos parecían estar completamente entusiasmados.

Acaricié su cabeza con una sonrisa y poco a poco fue soltando su agarre — Tú no tendrías que preocuparte por eso Typhlosion... — me coloqué a su altura y le mostré mi lengua para molestarla — Recuerda que aquello es un secreto de dos, ¿vale? — puse mi mano frente a ella mostrandole mi dedo meñique y ella imitó mi acto para "sellar" la promesa.

— Recuerda que todos son familia, por más raro que pueda sonar...

 

Pasé por el centro pokémon a paso veloz, y luego, partí como un rayo al súpermercado. Según la Stephi-alarma quedaban nueve segundos para que Mamá Stephanie saliera por la puerta de la tienda.
Corrí y corrí, hasta que por fin llegué al lugar; y ahí apareció mamá Stephanie, por la puerta principal, con varias bolsas en sus manos.

—¡Hola, cariño! ¿Te divertiste combatiendo? —me preguntó mi progenitora sonriente.
—Oh. Bueno, sí, algo... —Pero entonces hice una pausa y una grandísima expresión atónita invadió mi rostro—. Espera... ¿¡qué!?, ¿¡t-tú sabes que yo...!?

Pero entonces mamá Stephanie me puso un dedo en el labio y dijo:

—¡Porfavor, Steve!, ¿¡quién viaja a otra ciudad para comprar galletas!? Fue a propósito para que fueras a la Torre desafío. Era obvio que tratarías de escaparte de las compras caseras, ¡hasta tienes ese ruidito en tu reloj!
—¿Sabes de la Stephi-alarma...? —pregunté temeroso.
—¡Ay, que nombre tan chulo! —exclamó mi mamá con una corta y alegre risa—. Pues claro, si saliste en la tele, despistadito Stevito...
—¿¡En la tele!?
—¡Sí!, ¡en la tele! No sabes lo feliz que se pondrá tu padre.

En un principio me encontraba incómodo, pero al ver la tan tierna y sincera sonrisa de mi madre, no pude evitar sonreír yo también:

Contenido oculto: Sonrisa de mamá Stephanie

Sin embargo, me resigné rápidamente y dije:

—Fue divertido, sí. Pero ya me retiré y no creo que haya vuelta atrás; quizá pueda hacer esto... no sé, ¿una vez al año?

Ante esto, la sonrisa de mamá Stephanie se borró, adoptando un semblante levemente triste, y sin hallar que decir, lanzó un suspiro.

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@Noir vuelvo a estar listo xD

 

Dante [Costumbre de otros roles (?]

Comencé a caminar junto con Typhlosion por Témpera mirando cada espacio para variar, ya había estado también muchas veces en Témpera así que no había muchas cosas nuevas que podía apreciar a excepción claro de la Torre desafío que realmente no le había dado tanta importancia y de hecho casi no observaba las batallas por las diversas televisiones que poseía la ciudad [a excepción de cuando era alguien importante, allí si veía el combate como fuera] y tan solo fue una vista fugaz hacia la pantalla donde pude apreciar a una chica rubia de mirada intimidante y a...¿Steve?, ¡si era Steve!.

Sonreí levemente, él ya había re-aparecido, a juzgar por la imagen él se encontraba bien y no había perdido sus cualidades de entrenador, ojalá hubiera visto la batalla completa, estaba seguro de que podría ser incluso más interesante, pero..solo había visto el final de la pelea por lo tanto debía suponer que él estaba por aquí cerca, sin perder mas tiempo me puse a buscar por las áreas cercanas a la torre y a lo lejos pude percibir una tenue oración incompleta "Pero ya me retiré"

¿Retirado?, yo era el único entrenador retirado completamente de las batallas, ¿será alguien mayor que yo?, no podía ser alguien de los que conocía, ninguno de ellos podría tomar esa decisión tan crítica como esa; cuando logré encontrar la fuente de aquello en definitiva era Steve, Mawile salió de su pokebola y se adelantó para colgarse a la pierna de su compañero temporal en mis días de Gamma.

— ¡Hey Steve! — le grité mientras me acercaba con una sonrisa moviendo mi mano de lado a lado mientras Typhlosion por su parte encendía sus llamas como saludo cuando ya estuvo más cerca —Hace tiempo que no te veía...al parecer todos van mejorando mis tácticas de desaparición — reí un poco inconscientemente antes de proseguir — ¿Qué tanto estuviste haciendo este tiempo? ¿Volverás a tu viaje como antes?

No eran muchas preguntas pero tampoco quería acosarlo con aquello, tan solo esperaba que aquella frase no sea verdadera, y cuando me di cuenta pude apreciar que él no estaba solo había una mujer parada a su lado — ¡Oh! lo lamento...mi nombre es Dante, entrenador retirado desde hace un largo tiempo, un placer.

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Pido disculpas si respondes tú o @Noir y yo estoy en clases sin poder hacer nada así que.. si eso pasa hagan de cuenta que Dante esta escuchando todo atentamente (?

 

Repentinamente, llegó una pequeña Mawile y comenzó a abrazarme el pie. Curioso, volteé a verla y la reconocí en ese mismísimo instante... Era la Mawile de Dante, aquella que estuvo conmigo hace un tiempo atrás mientras su entrenador andaba en otros lares.

—¡Hola!, ¿qué haces aquí? —le pregunté.
—¿Es idea mía o te está abrazando una planta carnívora, Steve? —preguntó mamá Stephanie, muy confundida.
—¡Claro que no, mamá! —exclamé entre risas—. Es una Mawile, ¿qué nunca habías visto uno?
—¡Oh! Sí, obvio, como no —respondió mirando hacia otro lado para disimular su desconocimiento—. Yo he visto muchos Magüir en mi vida...
—Mawile... —la corregí.
—¡Eso dije!

Posteriormente, Phanpy comenzó a olfatear el suelo, reconociendo que alguien llegaba a lo lejos...

—¡Phanpy, py! —celebró el elefantito.

Volteé a ver un tanto curioso, y apareció nada más y nada menos que el dueño del Mawile... ¡mi amigo, el simpático y relajado Poké-hippie!

—¡Dante! —exclamé. Luego me puse a reír con su afirmación de "todos desaparecen", y finalmente me puse a escuchar sus últimas dos preguntas, y mi ánimo bajó un poco.

Antes de que pudiera responder, Dante se percató de la presencia de mi madre y se presentó ante ella.

—¡Hola, queridi...! —Sin embargo, mi mamá hizo una pausa. Su sonrisa amable cambió a una expresión de preocupación máxima—. Espera... ¿¡tú también estás retirado!?, ¡santo cielo!

Mamá Stephanie sacó su celular y comenzó a teclear rápidamente; andaba como con pánico.

—¿...a quién le llamas? —pregunté.
—¡Al médico!
—¿¡...qué!? —pregunté confundidísimo.
—En un principio pensé que eran tus mañas pubertas, pero si ya hay más de uno que está retirado, quizá esto sea un virus epidémico, ¡tienen que intervenir las autoridades de la salud!
—¡Pero, mamá...!
—¿Hola? —me interrumpió al ver que le contestaron la llamada—, ¿Doctor Medicina?
—Ned Encina... —susurré.
—¡Ned Encina! —se corrigió inmediatamente—. ¿Cómo le va?, aquí ando muy preocupada con dos niños...

Mamá Stephanie nos miró y luego se alejó para explicarle la supuesta situación al doctor. Yo por mi parte, suspiré y negué con la cabeza; y luego le hice un ademán a Dante para que no hiciera caso a las palabras de mi progenitora.

Luego, Phanpy se acercó a los pies de Dante y comenzó a acariarle los pies con su cabeza. Yo sonreí ante el gesto del elefantito con el chico, y luego proseguí a decir:

—Respondiendo a tu pregunta... nope. Como dijo mamá Stephanie, la que llamó al doctor —aclaré, puesto que mamá Stephanie no había alcanzado a decirle su nombre—, somos dos retirados.

 

Cuando la señora que estaba al lado de Steve que, al parecer era su madre atendió mi saludo mi expresión cambio de alegre a preocupada al igual que la de ella cuando su saludo se quedó a medias y la sonrisa de su rostro desapareció y su expresión comenzó a ser de preocupación al parecer una preocupación algo extremo.

Espera... ¿¡tú también estás retirado!?, ¡santo cielo!

Llevé una de mis manos a mi nuca y reí levemente nervioso, ¿tan malo era eso?, de pronto sacó su celular y comenzó a marcar rápido un número, gracias a Steve pude enterarme que estaba marcandole a un doctor para consultar sobre nuestras decisiones de retirarnos como entrenador estuve apunto de intentar explicarle Steve me hizo un ademán de que no hiciera caso a eso... ¡pero si estaba marcando a un doctor! ¿realmente no había que preocuparnos?

Suspiré y comencé a acariciar a Phanpy con una sonrisa, tenia mucho tiempo sin ver al pokemon, pero al parecer no se olvidaba tan rápido de mi. Pero.. al oir lo úlitmo que dijo mi expresión pasó a ser de confusión

— ¿Steve retirandose de ser entrenador? — murmuré cesado las caricias hacia el pokemon para mirarlo — Alguien retirado no iría a la Torre desafío como tu lo hiciste... creo yo realmente que no quieres dejar las batallas realmente...

— No creo que te divierta... te lo dice alguien que ha estado fuera de eso desde hace mucho... no lo sé, todavía tienes muchas que hacer como entrenador, o así lo veo yo..

 

¡Dante!

Me giré rápidamente hacia donde venía la voz que pronunciaba mi nombre y pude darme cuenta que era una amanecida Emily que corría hacia mi descalza, en pijamas y algo despeinada, reí suavemente cuando me abrazó con brazos y piernas y yo correspondí su gesto abrazandola con uno de mis brazos para que con mi brazo libre acariciar levemente al Espeon, mi anterior Eevee.

— Muy buenos días Emily...— murmuré sin poder contener un par de risas más, eso había sido algo repentino y estaba seguro que ni Steve se lo había visto venir, de hecho, creo que él sería el mas sorprendido

— ¿Dormiste bien?

 

Mimi Honda

El alegre trinar de un Fletchling junto a la ventana fue lo que me despertó cuando el sol estaba ya muy alto. No me quejé por el brusco despertar, eran aproximadamente las once y media de la mañana y la luz se colaba por cada rincón, disipando la oscuridad a la que se había visto sometida la habitación toda la noche. En el fondo resultaba reconfortante... Me incorporé sobre la cama frotándome el ojo derecho, tratando de volver completamente en mí, y después me desperecé en silencio. Chie, a los pies de la cama movió una de sus orejas, mientras Monomaru, junto a mí, se arrebujó más en las mantas, rehusándose a abandonar el calor de la cama.

— Buenos días— saludé, reprimiendo un bostezo.

Sin hacer ruido, aún medio dormida, llevé mis pies hasta el espejo que había junto a la pared, y me peiné el largo cabello rubio como cada mañana—solía tenerlo hecho un absoluto desastre cuando despertaba—, y me lo recogí en dos sencillas coletas. ¿Cuándo me había crecido tanto el pelo? Prácticamente me llegaba a la cintura... recordaba haberlo tenido hasta la mitad de la espalda. Pero, por el amor de Arceus... iba a terminar tropezándome con él si no hacía algo pronto.

Escuché un bostezo, más parecido a un rugido que a otra cosa, y al volverme ligeramente, la imponente figura de Raiden me devolvió una mirada serena. Había dormido en el suelo, bajo la ventana. Y se tomó un tiempo en desperezarse, sin dejar de lado ese aire regio y majestuoso que lo caracterizaba. Tenía entendido que Luxray era un pokémon agresivo, pero Raiden no parecía conocer el significado de esa palabra. Después fue Chie quién bostezó y se incorporó, para bajar de la cama de un ágil salto. Mi Leafeon, en cambio, había dormido junto al huevo de Eevee que me había regalado Effy la noche anterior.

Suspiré en cuanto terminé de vestirme. Y sin embargo, ni aún tras un reparador sueño había logrado quitarme esa sensación amarga del estómago. ¡No entendía por qué me afectaba tanto! ¡Si era una estupidez! Tal vez por puro orgullo... suponía que por la forma en la que Alpha se me había dirigido, me sentí más como una sirvienta que cumple órdenes que como una rica señorita... Se mirase por donde se mirase aquello era imperdonable. Si él sólo era... un plebeyo. ¡Debería suplicarme perdón de rodillas! ¡Ugh, más le valía hacerlo si quería seguir viajando conmigo!

— Hum... Será mejor que baje a desayunar— fue todo lo que salió de mis labios entonces, mientras trataba de despejar mi mente. Dirigí mis pasos hasta la puerta de la habitación. Me volví un breve instante hacia mi Dewott, que con una expresión de absoluta satisfacción se había acurrucado entre las sábanas de la cama. De su boca entre-abierta, pendía un hilo de saliva—. Moo, ¿no vienes?

Monomaru se limitó a ignorarme y a girarse, dándome la espalda. A aquello le siguió un ronquido, y una respiración lenta y profunda. Raiden y yo intercambiamos una mirada de circunstancias.

>> Vago— murmuré con un tono de reproche, antes de cerrar la puerta.

 

Emily se bajó de mi terminando con su abrazo sorpresivo y confesó que no había dormido bien y que me había echado de menos y la sonrisa que había desaparecido por oir su primer respuesta re-apareció y pasee una de mis manos por su cabello antes de mirar a Steve y reír levemente, ellos todavía no se conocían. — Steve ella es Emily y Emily él es Steve, un viejo amigo, cuando estaba con los Gamma le di a Mawile para que estuviera con alguien que me inspiraba confianza

— Oh y una cosa más Emily, yo también te extrañé — dije sonriendole mientras colocaba mis manos en mi bolsillo y sonreía — Vine aquí porque todos estaban por acá...o precisamente tú

 

—Fue un escape más que todo en realidad. Huía de las eternas batallas campales en el supermercado de mi madre —aclaré—. Y bueno, sí me divertí; pero quizá era más que todo porque no lo hacía hace un bueen rato; son hartas las cosas que influyeron, en verdad...

Luego de eso, una chica apareció de la nada y se abalanzó sobre Dante. Estaba en pijama y despeinada; era como si se hubiera despertado de golpe por alguna emergencia o algo... ¿acaso Dante tenía fanáticas?
Sin embargo, el poké-Hippie llamó a la chica por su nombre, así que de seguro eran conocidos/amigos/mejores amigos/primos/novios... por ahora no tenía bien ese dato. A continuación, la chica se percató de mi presencia y me saludó, a lo que yo respondí alzando la mano con una sonrisa cordial.

Y finalmente, Dante nos presentó de manera oficial. La chica de pijamas se llamaba, Emily.

—¡Mucho gusto! Entonces ustedes son... —dije señalándolos contínuamente para que me aclararan el dato; aunque quizá fuera un poco intruso de mi parte, necesitaba orientarme para comprender la situación.

 

Llevé una de mis manos a mi nuca y suspiré mientras Mawile caminaba hacia mi y me pedía alzando sus brazos que la cargara pero cuando escuché su último comentario preguntando que eramos Emily y yo me sonrojé levemente, en definitiva yo no servía para ocultar esa clase de reacciones pero aun así sonreí como si no tuviera un leve sonrojo en mis mejillas.

— Emily es mi pareja — le alcaré antes de retomar el punto anterior, sobre su retiro. Aunque yo fuera un "retirado" desde hace tiempo no me agradaba mucho la idea o mejor dicho no aceptaba la idea de que el antes novato dueño de una de las leyendas y uno de los perros legendarios se retirara.

— Si te divertiste es que aun no pierdes el total interés pero bueno...— reí un poco — Será una pena que te retires pero espero que cambies de opinión mas adelante.