Demonios de tinta.

—Dígame señorita Gomez ¿Creé qué su pasado merece caer en el olvido? —Mire al hombre frente a mi.


¿Mi pasado merece caer en el olvido?

Es cierto que mi vida se rodeo de problemas...¿Pero dejar el pasado en el olvido? Eso es demasiado.
—¿Señorita? —Mire al Psicólogo y negué levemente.

—¿Me deja pensar? —Pregunte molesta. El hombre calvo sonrió y asintió, suspire...pasado...


Siempre estuve sola, siempre me costo socializar con la gente, porque me sentía inferior, porque miraba a las otras niñas y pensaba que nunca seria como ellas.
A los siete años no sabes que es el bullying o apenas entiendes que significa la palabra "discriminación", y por eso no sabes que haces daño... que te hacen daño. El estar en una escuela llena de estereotipos no ayuda, las niñas lindas son rubias, delgadas...Yo nunca fui así ¿Saben? Yo a los siete años era gorda, fea y detestable, porque a diferencia de los demás niños, no me gustaba jugar. Recuerdo que en los recreos solía colocarme frente a la ventana de los chicos mayores, los de secundaria, y observaba su clase de música o dibujo, porque a mi me gustaba eso, escuchar buena música y ver dibujos de verdad, no las rayas y cuadros de primaria. Yo era distinta.
Cuando estaba a punto de cumplir ocho años mis padres se separaron, no era algo fácil, porque no lo habían decidido ellos. Fui yo la que grito, la que dijo que se callaran y maduraran, la que dio un portazo y rompió la ventana de la puerta.
Así me despedí de mi escuela, mi papá no ayudaría a mi mamá a pagar la escuela privada y mi madre me mando a una publica...una mierda de escuela.
Pase cuarto año sola, sin amigos, ni amigas, soló un cuaderno y letras de tinta negra. A mis nueve años escribía poesía. Habían dos niños que siempre me molestaban, Leonel y Jazmín. Él me había tirado del cabello y me había pateado el estomago mientras estaba en el suelo, llamándome gorda inútil, la niñata de Jazmín me había encerrado en una de las cabinas del baño, no sin antes golpearme e insultarme ¿Yo qué podía hacer? Ellos tenían 10 y 11, yo nueve, me sentía débil.
En quinto año tuve a mis primeros amigos, varones, 5 idiotas...mis idiotas. Esteban, Francisco, Jeremías, Nahuel y Tomas.
Ellos fueron los únicos que me aceptaron, los que me quisieron como soy. Me ayudaron, me defendieron y apoyaron en todo...En especial cuando eso paso. El bullying no se comparaba con eso...
Sexto año lo pase peor, mi papá se había marchado cuando yo había pasado a cuarto, se fue a buenos aires y me dejo sola...con mi mamá. Su trabajo no le permitía venir y nunca hablábamos por teléfono. Mi mamá y yo habíamos empeorado la relación al grado de agredirnos físicamente en una ocasión. Su nueva pareja y el hijo de él no ayudaban mucho.
Y yo soló tenia a mis amigos, tenía once año y sostenía problemas de gente adulta, los problemas de mis amigos, la de la nueva relación de mi mamá, el bullying...y eso.
No dure mucho tiempo, eso trajo una ola de problemas, y lo descubrí el dia que la policía llego a la puerta de mi casa.

—¿Responderá señorita Gomez? —Miré al hombre y sonreí.
—Seria inmaduro decir que quiero olvidar. —Me miro, completamente intrigado.


La decisión mas dura esta entre tu felicidad y la de otros, yo soy inmadura, elegí la de otros.
Me mude con mi papá ¿Pensarían que es un buen cambio?
Mi madrastra me odia, mi papá no esta conmigo, y...soy anorexica.
El primer dia de escuela fue le peor...Mi jodido primer día de secundaria y ya había ido a la dirección por golpear a una chica ¡Ella me insulto!

El tiempo no fue muy grato conmigo, mi papá no soporto un año conmigo y me mando con mi mamá de nuevo. No voy a negar que había hecho amigos, gracias a Acción Católica, supere eso.
Seguía escribiendo, y esta vez no era poesía, era Rap, era mi música, mi estilo...mi forma de expresar mis sentimientos ocultos. Según una de mis amigas, la forma de sacar esos demonios que me dominan cuando estoy sola.

El volver con mi mamá me hizo bien, pero el pasado nunca nos deja de perseguir, y eso que yo había olvidado, atrajo a la policía nuevamente. El año en el que me enamore por primera vez, en donde comencé a ser social, libre y expresiva, se fueron al caño. Me tuve que volver con mi papá, el segundo año de secundaria, fue, una de mis mejores etapas, gracias a mi "familia" a mis amigos, a Bruno(idiota pero lo quiero) y a Matias, mi amigo, la persona de la que me enamore y me di cuenta cuando estaba lejos.

Y ahora voy a estar sola, en una escuela nueva sin amigos, solo conociendo a los de Acción Católica, a los que nunca veo.
Vuelvo a estar sola con un cuaderno, un bolígrafo y mis demonios.
Por que yo oculto ese lado oscuro y no se lo muestro a nadie, ni mi historia...ni mis verdaderos sentimientos.

—El pasado forma parte de mi doctor, es algo que me seguirá hasta la muerte. Olvidarlo seria olvidar mi motivo para ser fuerte, para ayudar a otros y ser mejor persona...seria demostrarle a mis hermanitos que soy débil, y eso no es correcto, porque ellos deben ser fuertes, y no tienen que escapar de sus problemas, como hice yo. —El psicólogo sonrió y asintió.

—Señorita, para la próxima sesión traiga su cuaderno. —Comentó mientras nos levantábamos, yo negué.

—No es un simple cuaderno calvito, son mis verdades. —Conteste— .Son mis demonios hechos de tinta.



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Perdón si faltan acentos xD escribo rápido y no reviso.
Por favor comenten y no sean rudos conmigo Dx