—¿Estás insegura? Luego de preguntar empecé a caminar en dirección al C.P. —Vamos, no te quedes atrás, rubia.
Empecé a caminar, y cuando estuve a su altura intenté mantener su ritmo. --No es inseguridad-- le contesté agarrando su brazo
—No sabes mentir—Respondí poniendo mi mano en su mejilla.—. Si tanto te preocupas por perderme simplemente haré algo. Cuando logré que ella me mirara me acerque a ella hasta fundir nuestros labios en un pequeño beso. —¿Esta bien?
—Así me gusta.—Le dije acariciando su mejilla. Cuando no nos dimos cuenta ya habíamos llegado a la entrada del centro pokémon. —Creo que llegamos.
Agarré su brazo un poco más fuerte, y le di una mirada rápida. --Pues venga, quiero conocerla lo antes posible.
Pregunté a la mujer que atendía el lugar de tratamiento con la misma descripción de antes. --Se fue a los campos de batalla.--Respondió. —Gracias—Agradecí mientras nos retirábamos de camino al lugar.—. No se te ocurra hacerle algo como a Dante ¿Ok? Mientras le dije eso afuera se encontraban Mitsuki, Hubert y Effy, hablando al parecer. Por la entrada ya se venía Mimi —¿Estabas entrenando, Mimi?—Le dije mientras centraba mi mirada en ella.—. Des, ella es Mimi Honda. Mimi, ella es Destiny Inashu
Effy había declarado que tomó la decisión correcta, luego de ver caer el Hada Soñadora, y deslizó una frase que todavía seguía haciendo eco en mi cabeza: "...eres el mejor rival y amigo que jamás he tenido" El tiempo pareció haberse detenido en el momento en que sus labios articularon esas palabras. Después siguió hablando, aunque sólo llegué a oír que, según ella, el progreso no sería fructífero de a dos. Estaba recordando que todavía debíamos esperar a la llegada de la tercera persona que participaría de nuestro viaje de entrenamiento, cuando Flareon emergió de su pokébola. Effy y yo lo observamos adentrarse en el Centro Pokémon. Regresó al cabo de unos minutos, con un pequeño grito de alegría. Alcé una ceja en cuanto noté que, detrás de él, venía Moo, el Oshawot de Mimi Honda... ¿De verdad iba a ser ella nuestra acompañante de viaje? En lo personal no me molestaba; sólo que me resultaba extraño, teniendo en cuenta cómo se llevaba ella con Effy... ¿En qué estaría pensando mi amiga? Sin embargo, la cosa no terminó ahí: luego de que Mimi llegara y nos mirara con intriga, apareció Mitsuki con un rastro de lágrimas en las mejillas. Se reunieron con nosotros. Serperior, Plusle y Maractus, que hasta entonces se habían mantenido al margen, también se nos unieron. Así, Effy extendió la invitación del viaje de entrenamiento a las dos chicas que acaban de llegar. Mitsuki aceptó encantada; no así Mimi Honda. Declaró que prefería ir con Alpha, teniendo en cuenta lo que yo había comentado sobre él, y se marchó, dejándonos sólo a nosotros tres. Moo la siguió. Maractus seguía tocando sus maracas. —Bueno —dije, para romper el silencio—. Entonces seremos Mitsuki, tú y yo —miré a mi amiga— ¿Cuál es tu plan? ¿Por dónde empezamos? Contenido oculto @Nami Roronoa @Taiga Aisaka
Contenido oculto Maldita perra XC --Lo intentaré-- dije apretando un poco su brazo Mientras me guiaba, iba mirando todo el alrededor. Llegamos hasta una chica, podría decir algo, pero me cayo, en cambio, decidí contestar secamente. --Hola.
Mimi Honda Estaba por subir las escaleras del Centro Pokémon, cansada y muerta de frío, cuando una voz me detuvo. Era ese mismo tono que tan conocido se me había hecho últimamente. Estaba dispuesta a pedirle explicaciones por lo de antes, en la cafetería, y por la manera en la que había huido de mí como si temiese mi reacción, pero al volverme hacia él, una nueva presencia me detuvo. Era una chica alta, y rubia, como yo. Y alta. Ugh, debía verme diminuta en comparación. Pero cuando Alpha se dedicó a presentarnos, mi expresión se iluminó. —... ¿Destiny? ¿Eres Destiny? ¡Oh! ¿Entonces debes conocerme, no?—le pregunté, con una ilusión que no era muy habitual en mí. Puse los brazos en jarras, orgullosa—. Como este intento de hombre ha dicho—dije, en referencia a Alpha—, yo soy Mimi Honda, hija de Moura Honda. Mi padre es el director de la multiregional Honda SM, especializados en la fabricación, producción y exportación de productos pokémon. Conoció a tu padre en una convención, hace años—hice una breve pausa. No sabría decir cuanto tiempo con exactitud... aunque tampoco importaba demasiado en aquellos momentos—. Hmm... tal vez eras demasiado pequeña para recordarlo. En cualquier caso, es un placer conocerte por fin en persona; a la hija del campeón de la Liga durante tres veces consecutivas. Es increíble. Lo que no entiendo y nunca entenderé en lo absoluto es como alguien como tú, de tu categoría, ha podido acabar con alguien como él—finalicé con una mirada fría, presionando con mi dedo índice la mejilla derecha de Alpha.
Demasiada información para mi, demasiada. --Eh... No, no te conozco... Pero sí a tu padre, no me quedaba otro remedio... Rápidamente, me fijé en el gesto que le hizo a Alpha, el de la mejilla. Decidí no entrar en detalles con eso, y me centré en lo último. --Fácil, él me ha ayudado bastante. A parte, es bueno y dulce. Cuando le da la gana. A parte, eso de las categorías... Para mi eso no existe. Me resulta más cómodo decir otra cosa que lo de las categorías.
—Gracias, Rubia—Le agradecí a Destiny por sus palabras.—. Por otro lado Destiny no es como tú, no se fija en el dinero que tenga ni nada de eso. Ademas soy uno de los más fuertes de la región ¿Qué más me pides?
Otra vez con el rubia. A quien intentó engañar, en parte me gustaba. --De nada, Greñudo...-- le dije pasando una mano por su pelo, para luego contestar a lo otro --. En parte eso es verdad. Envidio muchas veces la vida de los demás. No se pasan todos los días en su casa.
—Que decepción… —musité con un suspiro, viendo a Mimi partir. Realmente había creído que ella podría superar su orgullo para hacerse más fuerte, pero la había interpretado erróneamente; no quería hacerse más fuerte, ella quería seguir viajando con Alpha guiándola y llevándola a todos los rincones de Galeia como su leal esclavo. Lástima. De todos modos no extrañaríamos su "encantadora" compañía. Me volví hacia mis dos compañeros de viaje; Hubert y Mitsuki eran excelentes entrenadores pokémon, pero tan sólo eramos tres… el entrenamiento requería cuatro. Pero al menos de a tres podíamos empezar, ¿verdad? Decidí sacar un último papel y escribir una nota en éste. Luego, saqué a Crobat y le entregué la nota al murciélago, que salió volando enseguida; sólo esperaba que el entrenador sí aceptara mi propuesta. Confiaba que Crobat podría encontrarlo. Hecho esto, le pedí a Hubert las pokebolas de Gardevoir y Goodra; ingresé con ellas al centro pokémon y Joy las curó rápidamente, así como a Dragonite y a Florges. Junto con las pokebolas, me entregó un aparato portátil que me había prometido hace tiempo que iba a poder conseguir; le agradecí y lo guardé en mi bolso antes de regresar fuera de la edificación, sería muy útil luego. —Bueno, el plan es ir a un lugar que ustedes conocen… espero que traigan su traje de baño, porque la Isla Caballete nos espera —les sonreí, liberando a Skarmory y montando—. ¡Adelante, nos veremos allí! ¡Skarmory, a volar! Contenido oculto @Taiga Aisaka @Bruno EVF
Mimi Honda Aparté mi mano de la mejilla de Alpha, y presté atención a las palabras de Destiny. ¿Le había ayudado bastante? aquello picó mi curiosidad, y no pude evitar preguntarme si su relación había empezado así, como compañeros de viaje, tal como la nuestra. Me resultaba difícil de creer, de todos modos. Y además, lo de la categoría... ella decía resultarle más fácil decir otra cosa, a parte de esa. ¿Otra cosa? ¿Qué otra cosa? estaba por formular la pregunta en voz alta, cuando él abrió la boca para hablar: —Gracias, Rubia—le respondió, feliz. ¿Gracias... Rubia? Hice una mueca, y le dirigí a ambos una mirada de circunstancias. Que horror—. Por otro lado, Destiny no es como tú, no se fija en el dinero que tenga ni nada de eso. Ademas soy uno de los más fuertes de la región ¿Qué más me pides? Arrogancia, pura arrogancia. Me crucé de brazos, molesta. —No sólo me fijo en el dinero que tienes, no es cuestión de eso—corregí, con tranquilidad, ignorando por completo al entrenador y hablando en dirección a Destiny, que aún así, no se mostraba muy dispuesta a escucharme, Y yo aún, no había terminado de hablar—. Verás; Alpha no tiene modales ni educación, es un bruto y un holgazán; y, a parte, es todo piel y huesos... ¿ves?—comenté, tirando de la piel de su mejilla izquierda esta vez—. Es suave y blanducho... como un Ditto gigante. Sinceramente, no entiendo como alguien como él podría ser un buen partido. Mi interesante observación se vio cortada de raíz cuando Destiny añadió algo que llamó mi atención. Greñudo... no sabía que era peor, si lo de ''Rubia'' o eso. Los dos eran horribles por igual. ¿Qué clases de apodos eran esos? A mí me llamaban ''Miichan'' cuando era pequeña. Y aún me molestaba muchísimo cuando me lo decían ahora. Monomaru se acercó a los pies de Destiny, y desde su posición, se detuvo a observarla con curiosidad.
Despues de una larga busqueda habia logrado encontrar a mi querido Wooper nadando en una fuente. El regaño al pobre pokémon no fue muy duro, pero tampoco muy suave. Despues de haber arreglado eso mue dirigí al C.P para devolver la llave de la habitación.
Reí en alto. --¿Tú has vivido del cuento verdad? Me recuerdas a mi...-- le dije separándome de Alpha --Una persona nunca se fija en el físico del otro. A no ser de que seas pija. Yo me fijé en él por como era, y por lo que hizo por mí. No busco a alguien musculoso o "Goodlooking". A parte, quiero darte un consejo, porque me has caído bien, Mimi. Crucé mis brazos, y la miré. --Siendo de la riqueza, deberías darte cuenta por lo que una persona rica y con poder hace para mantener lo suyo... Yo he estado meses encerrada en mi mansión, calculando y haciendo de todo. Quiero que te hagas a la idea de que por mucho poder que tengas, no siempre a vas a vivir en el cuento. Te digo esto porque yo era igual de pija que tú. No te lo tomes a mal, pero es verdad. Noté una de mis pokéballs agitarse, y de ella salió mi Snivy, la cual se acercó al pokémon de Mimi. --No suelo decirle lo que acabo de decir a nadie. Pero como dije, te lo digo porque me has caído bien.
Mimi Honda —¿Qué es ''vivir del cuento?''—le pregunté, enarcando una ceja. Sin embargo, ella siguió hablando, ignorándome, y yo fruncí el ceño, y apreté los puños, molesta—. ¡O-oye! ¡Espera! ¿A quién llamas pija? Y de nuevo, me ignoró. Ugh, ¿pero quién se creía que era para ignorarme? ¿Esa era su forma de demostrar que le había caído bien? Y además, yo no estaba ''viviendo del cuento'' fuera lo que fuese eso. Porque, para más inri, ahora no tenía una sola moneda en el bolso. No quise escuchar nada más, frustrada, me crucé de brazos y volví el rostro, con un indignado ''¡Hmph!'' —¿Has acabado ya?—le pregunté después, con el ceño fruncido y una expresión sombría, dándome la vuelta para marcharme—. Muero de sueño, y no me apetece aguantar más sermones de nadie. Es tarde, hace un frío horrible y mañana quiero ir a la Torre Desafío, y no quiero aparecer con ojeras. Eso no está en mis planes—dije secamente, con pesadez—. Un gusto Destiny, buenas noches. Y sin articular más palabra, y de nuevo, sin esperar respuesta, subí las escaleras hasta la habitación. ... Monomaru se quedó allí, comunicándose en su idioma con el pokémon de Destiny.