Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

Elizabeth.

—Sep, a nadie le gustaria morir en su primer día de escuels.

 

Bergren
—No importa —respondí con suavidad ante su enérgica negativa—. Tarde o temprano la Chica Conejo se verá obligada a enseñar sus dos tesoros al Lobo de Fuego. Pero debe saber, también, que no es lo único que desea comer...

Ignorando los golpes propinados por sus pataleos, me recosté sobre ella, con el suficiente cuidado como para no aplastarla con el peso de mi musculatura. Desde atrás, acaricié sus cabellos, lisonjeé sus hombros, sus mejillas, y en ningún momento dejé de morderle juguetonamente la oreja, la misma que recibió mis dientes en el Patio.

La otra mano recorría un costado de su cuerpo. La piel de Satoko era tan suave y cálida que resultaba increíble. Mi palma se concentró sobre todo en la parte más baja de sus caderas, allí donde las nalgas marcaban una curva sinuosa. Rocé su ropa interior… Necesitaba rasgarla. Pero mi caricia retornó a la zona más alta. A la altura de sus pechos. Mi mano comenzó una lenta travesía hacia ellos.

 

Rachel.

Sali de mis pensamientos y cuando le iba a decir algo a Ken, me di cuenta de que ya no estaba así que solté un resoplido de decepción, la primera...no, mejor dicho, la segunda persona que me pedía ayuda con su familiar...ya que la primera fue Elijah.

—Uhm..hace que no lo veo...¿que estara haciendo?—susurre y Fire se encogio de hombros, yo lo hice igual y me di la vuelta para alejarme de ahi.

 

Chris.

Tras haber salido de la habitación de Kiara y Keita empece a caminar por los pasillos con mis manos en los bolsillos y seguido de Alphonse, estaba muy aburrido y no tenia sueño...al menos ya no.

—"Solo resta esperar a Fresita...la cual aun duerme"—pensé antes de suspirar y seguir caminando.

 

De los labios de la chica emergieron esos gemidos que me enloquecían, que despertaban reacciones placenteras en mí. De a ratos mordía un poco más fuerte el lóbulo de su oreja, para que sus clamados subieran de volumen. La mano que había recorrido su cintura, ahora se encontraba aprisionada entre el colchón y su cuerpo. Me voy a ahorrar decir qué acariciaba, eso se los dejo a la imaginación. Agreguemos que hubo unos pequeños pellizcos también.

Pasados unos momentos, Satoko dejó escapar, entre otros gemidos, un suspiro. Los estremecimientos de su cuerpo cesaron, ya no pataleaba como conejo atrapado. Jadeaba, rendida ante tanto placer. Me incorporé un poco, y admiré cómo la luz de la luna hacía brillar el sudor de su cuerpo. Más allá de las respuestas que me había dado, estaba caliente, o tal vez le pegué parte del ardor intenso de mi piel.

Me miró de reojo… Contuve la respiración: se veía hermosa, muy hermosa, a más no poder. Su camisa descorrida hasta los codos, la espalda despojada de sostén, el cuello delicado, las bragas tensadas sobre sus atributos traseros. Pero sobre todo, esos ojos inocentes.

¿No te parece... injusto... que yo esté así... y tú no?

La pregunta fue formulada con una tierna expresión de vergüenza. Le sonreí. Yo también jadeaba un poco, y mechones pelirrojos se me adherían a la frente.

—¿Significa eso que me quieres al borde de la desnudez completa? —ronroneé— Si la Chica Conejo desea estar a mano, así será…

Me arrodillé sobre la cama. Le mostré una sonrisa sugerente cuando desabroché el botón del pantalón, y bajé el cierre lentamente. Logré quitarme la prenda sin perder la elegancia. También fue arrojada hasta el rincón más lejano, y todo cuanto me cubría era unos bonitos bóxers rojos.

—¿Así está bien, o sigue siendo desequilibrado? —reí por lo bajo, dejándome caer sobre el cochón, pero esta vez al lado de Satoko. Clavé un codo en la almohada, apoyé una de mis mejillas en la palma de mi mano y la miré a los ojos.

Ella me devolvió la mirada, pero seguía manteniendo su postura boca abajo, para que no viera su "delantera".

 

"Si... si me quitas la camisa también porque... porque es muy molesto... mejor" me dijo con los labios contraído en un tierno pucherito.

La noche avanzaba agradable y prometedora: la Chica Conejo se rendía a mis encantos, aunque ella no quisiera admitirlo.

—Opino los mismo—le dije. Sonreía, embobado por su ternura.

Desabroché los botones que cerraban las mangas en torno a sus muñecas y, deslizándose con la gracia de una serpiente, la camisa de la Chica Conejo fue retirada. Arrojada lejos, al rincón donde se encontraba el resto de nuestra ropa. Apoyé mi cabeza en la almohada... Nos miramos... Casi podía sentir su corazón galopando en su pecho.

—Bésame, Satoko~

 

Matthew

Después del largo paseo por los pasillos para relajarme un poco y fingir que no había presenciado la declaración mas ilógica por parte de Atemis, que en este momento probablemente estuviera hablando con cualquier otra persona de lo que le había dicho y lo equivocado que estaba porque ella asegura que puede defenderse. Si no puede librarse de mi agarre cuando la arrastré, menos se podría librar del pelirrojo si ella cae alguna vez accidentalmente en sus garras.

Finalmente, fui a dar al patio en el área de Agnes daba las clases, quizá la podría encontrar y preguntarle si las heridas que le había hecho yo en nuestro combate no se habían tornado graves, ¿por qué preguntaría algo así?, no quería arriesgarme a que me odiara mas de la cuenta y en nuestro próximo encuentro usara su espada verdadera y me dejara al borde de la muerte en la enfermería solo por ser tener magia de fuego y ser uno de los primeros alumnos que le ha dado más de un golpe con la espada de madera que utilizaban para las practicas.

Pero, me encontré con algo más interesante, en el área de prácticas y notoriamente preocupada por algo que no me interesaría: Yukie, siempre pegada a La Juguete, una lástima que su amiga hubiera preferido que la desnudaran a pasar tiempo con ella y dejarla así de sola, pero que más da, me acerqué a ella y como el primer día que nos conocimos me puse frente a ella y al colocarme a su altura arreglé su capa nuevamente, era mejor prevenir que el pelirrojo no la atacara a ella también, ya que no la consideraba tan perdida como a Elizabeth, pero... ella tendría el problema que se dejaría influenciar fácilmente.

— Pienso que deberías pedir una capa que te quedara a la medida, así te evitas que te pase algo — me separé de ella una vez que había logrado que la capa no tocara el suelo y le provocara nuevamente una caída como el primer día

— ¿Y tú amiga? — pregunté — Es raro verte sola

 

Nuestros labios se unieron con pasión. Esta vez pasó mucho tiempo hasta que ella necesitó separarse para recuperar aire: Satoko aprendía con bastante rapidez el arte del beso.

Cerré los ojos, pues el sabor de sus labios me embriagaba. La rodeé con mis brazos; ella hizo lo mismo. Dimos muchas vueltas sobre la cama, extasiados por una deliciosa explosión. A veces ella se me echaba encima, momento que aprovechaba para acariciar su espalda y sus… Mmmh, qué suaves. No tan grandes como las de Nix, pero mis manos se volvieron adictas a esa parte.

Pero más placer era tocar sus “colinas”… La intensidad del beso y de nuestros movimiento me impidieron verlas en todo su esplendor, pero no escaparon a mi caricia, en aquellos momentos en los que yo me encontraba encima de la Chica Conejo, acompañando los besos con mordidas suaves.

Cuando Satoko se separó de mí al cabo de un largo rato, estiré un brazo y cubrí nuestros cuerpos con la manta de la cama. El beso se reanudó pero duró un poco menos que el anterior, pues empecé a bajar lentamente, marcando en su cuerpo una línea recta de mordiditas. Cuello, pecho, el sendero entre las colinas… Mi cabeza desapareció bajo las sábanas… Ombligo, borde de la ropa interior y… Satoko casi gritaba.

Se oyó entonces el sonido de tela rasgada. Volví a emerger de debajo de las mantas, sonriente. Entre mis dientes, el dibujo de un conejo rodeado de fresas pareció saludar a Satoko. Escupí la prenda íntima a un costado de la cama.

—¿Estás lista? —le susurré en el oído, tras regalarle unos besos en su mejilla.

 

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vaya, @Bruna EVF estas haciendo que mi rol deje de tratar sobre magia y que pase a ser sobre hentai/lemon xD

Rachel

Tras aburrirme de caminar tanto sin lugar alguno a donde ir decidí ir a la oficina del director Osmand y pedirle un gran favor...el cual él me lo debia desde hace ya tiempo atrás, al yo haberle cubierto la espalda cuando el muy pervertido había entrado a escondidas con otros alumnos masculinos a las habitaciones de las chicas (las cuales en ese momento cada uno dormian solos) para "inspeccionar" las bragas de las alumnas.

—Ese bastardo y pervertido nunca cambiara...—Dije antes de suspirar y tocar la puerta, luego de unos segundos la secretaria abrió la puerta y me dejo pasar.

—Bienvenida, señorita Kimura…¿En que la ayudo?.

Quise ser clara con lo que le iba a pedir—…¡Dejeme ir al pueblo!—Exclame de repente, este se quedo mudo tras escuchar mi petición y solo se toco la larga y blanca barba que tenia.

—Si la dejo ir a usted…tendran que ir los demás.

—B-bueno…¿Qué tal si este fin de semana nos llevan al pueblo a todos?—El se quedo en silencio y tras sonreír, asintió.

—Esta bien…después de todo…te debo una, señorita—Yo solo di un brinco y salí de la oficina corriendo y con una sonrisa, lo había logrado.

 

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Zero no Tsukaima, hasta donde vi, tiene momentos subidos de tono, por lo que la escena en la habitación de Bergren es válida XD. Aunque ahora el siguiente será el último post Lime :p

PD: El pelirrojo se va a llevar de maravillas con el director

[Noche]

La Chica Conejo contestó con un adorable "S-sí". Pasó su mano delicada por mi cabellera, para finalmente posarla en una zona de mi espalda. Con una sonrisa le hice entender que todo iba a salir bien. Los boxers rojos, los cuales me había quitado cuando hice lo mismo con las bragas de la chica, fueron arrojados muy lejos, y puede que hayan ido a parar sobre el montículo de nuestras ropas.

Volví a encontrar mis labios con los suyos. Para ablandarla, para que se relajara y confiara en mí.

—Oh, Satoko —suspiré.

Finalmente, nuestros cuerpos se unieron. Fui amable todo el tiempo, tan suave como lo era Satoko, quien no dejó un segundo de gemir, de suspirar y de decir mi nombre...

Una de las mejores noches de mi vida...

***

[Día]

Un rayo proveniente de alguno de los dos soles, ingresaba por la ventana abierta. Infiltrándose entre las cortinas ahora quietas, impactaba sobre mi rostro adormilado.

Fruncí el ceño al sentir el calor sobre mis párpados, y me moví ligeramente en la cama... Ni caso, no había forma de volver a conciliar el sueños... ¿Cuántas horas había dormido? ¿Tres, dos? La noche con Satoko había sido tan larga, bonita e intensa, que no caímos dormidos sino hasta varios clímax después.

Giré la cabeza hacia el lado derecho de la cama, donde ella dormía. Me encontré con su espalda sensual, marcada por lunares aislados. Sus cabellos estaban despeinados. La manta la cubría solo hasta la zona de la cadera, por lo que se podía apreciar la curva que marcaba primero la cintura, y después el ensanchamientos de sus caderas. Tenía un cuerpo desarrollado y, a mi ver, perfecto. Seguía dormida.

Me incliné sobre ella y besé su mejilla.

—Buenos días, Satoko~ —saludé con cariño—. Es momento de levantarse, o nos perderemos la siguiente clase.

 

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@Bruno EVF, lo se xD ese anime tiene muchas escenas hentai o Ecchi, como quieras decirle xD pero no llegue a esperar que en mi rol también vaya a pasar muchas escenas de eso

PD: Demasiado bien, diria yo...hasta su familiar ratón, Chuchu, le podria ayudar a ver las bragas de las demas xD

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Rachel

Caminaba a paso veloz por los pasillos de la academia con mis mejillas teñidas de rojo, había pasado por varias habitaciones y ¡sorpresa! En casi todas se escuchaban desde adentro gemidos de tanto de chicos como de chicas.

--A veces pienso que esta academia es de pervertidos--Susurre antes de salir de la academia y sentarme bajo un árbol, luego escuche que alguien estaba en una gran rama y cuando levante la mirada vi que se trataba de una mujer pero esta estaba usando una capa más larga que la de la academia y tenia una capucha que no dejaba ver su rostro, solo unos pequeños mechones que sobresalían y eran un color fucsia o morado.

Cuando iba a hablar esta se dio cuenta de que la vi y tras sonreirme de un segundo para otro desapareció saltando del árbol y corriendo rápido lejos de mi hacia la salida de la academia.

Trague en seco…¿Que fue eso?

 

Rachel.

Despues de haber visto a esa mujer saltar del arbol, me habia pusto de pie para dirigirme a puerta de entrada y ver si ella ya se habia ido completamente pero una voz que resono por todas partes de la academia hizo que me diera la vuelta para escuchar, al parecer el director diria algo.

»Jovenes estudiantes, a peticion de un alumno de la acamia...el nombre no dire... todos podran irse al pueblo y hacer lo que quieran; y para que los del ejercito Alvion (si llegan a haber soldados) no vea que son de la academia, pueden usar el atuendo que quieran ¡Menos! el uniforme del instituto, cuando todos esten listos y cambiados deberan subir a los caballos que los esperan en la salida para llevarlos al pueblo.

Tras escuchar eso, sonrei un poco antes de correr a mi habitacion para buscar algo que usar e irme al pueblo.

 

Omega Vantage


Despierto lentamente mientras me estiro para terminar de despejarme. Mi familiar cerca mio aún descansa. Sonrio al ver como duerme, quito la manta de encima y me levanto de un salto listo para empezar un nuevo día.

 

Airin Yumie

Caminaba algo aburrida por los pasillos de la academia, hasta que escuche un pequeño aviso del director, por lo que me paré a escucharlo

Una vez que el director terminó Sonreí levemente ya que quería salir y dar un paseo a fuera de la academia, por lo que salí corriendo hacia mi habitación para hacer mi maleta

 

Matthew

La pequeña Yukie seguía atónita a mis palabras, era normal, lo más probale es que viera a su amiga como una total santa y un alma tan pura como un minúsculo copo de nieve, pero para su desgracia y mi diversión la cosa no era así, no no... era totalmente contrario ese pensamiento pero como ella era la cara de la inocencia probablemente no creería ninguna de mis palabras.

— Creo que esto es muy duro para ti que te cuente esto ¿no? — reí levemente, como si fuera lo más normal del mundo, ya que, a mi realmente no me importaba que pasaba por la mente de la juguete, a lo que ellos llamaban inocencia de ella yo podía decir otra cosa, pero bueno, eso sería salirse del tema y no podía hacerlo ahora. Tendría que ir al grano explicándole poco a poco, en primera todos nos enteremos que Agnes se pasó un poco y dejó inconsciente a una niña, o bueno, a la juguete pero... lo curioso es que estuvo todo el tiempo con el pelirrojo por lo tanto tal vez ni siquiera pisó la enfermería, así toda su noche tendría un poco más de sentido desde mi punto de vista.

— Tú querida amiguita, su nombre no me interesa en lo absoluto por eso yo decidí llamarla "juguete" ¿esta bien? — no esperaba su respuesta así que seguí hablando — Digamos que probablemente estes preocupada por su salud y demás, se supo en todos los grupos lo que hizo Agnes, pero... dejame decirte que... ella este perfectamente, así que no tienes que preocuparte por nada, lo único de lo cual tienes que preocuparte es que "la juguete" no haga que el pelirrojo asalta cunas te atrape a ti también — sonreí, su rostro indicaba que probablemente no supiera de que estaba hablando

— ¿A que me refiero con esto?, pues verás~, digamos que tuve la "suerte" de presenciar como tu amiga se dejaba desnudar por el pelirrojo, como buena juguete que es ni siquiera parecía importarle que hubiera dos presentes observando como la despojaban de sus ropas. — reí levemente, no olvidaba la amenazadora cara de mi compañero que me daba a entender que me largara de allí—Pero me estoy desviando un poco de lo importante, retomemos ¿esta bien?, digamos que, al ver su cuerpo se que se encuentra perfectamente bien de salud y no tienes nada de que preocuparte por ella.

— Finalmente aclarado el asunto me despido diciéndote una última cosa, cuida de que tu querida amiga no conduzca el pelirrojo hacia ti, ya hay demasiadas juguetes sexuales en esta escuela, no te conviertas en otra ¿bien? — sonreí para despedirme y me retiré, ya se podía ir al pueblo así que alejarme de todo no estaría nada mal — Nos vemos Yukie~