Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

Tras rascarme la nuca apenada, vi como el me mostraba un papel y me preguntaba si conocia a esa persona; me sorprendi mucho al leer "Rachel Kimura" en ese papel, ¿pa-para que me buscaba?

—Ehm...si, pero...¿para que la buscas?—era mejor saber para que me necesitaba antes de decir que era yo.

 

Matthew

Al sentir como los molestos rayos del sol llegan a mi rostro y el constante aleteo de Aqua para intentar despertarme me obligué a abrir los ojos lentamente, ¿por qué tenía que amanecer?, ¿por qué el sol no esperaba un poco mas a salir?.

Me senté en la cama mirando hacia Aqua que se encontraba mas despierto que nunca, era de notar que no se cansaba tan fácil incluso después de haber peleado con otro fénix; finalmente me decidí en levantarme y encaminarme al baño para así darme una ducha rápida para estar mas despierto y una vez finalizada la ducha me vestí con el pantalón y camisa del uniforme pero en vez de la capa tenía una chaqueta, ya llevaba tres años con la capa, no creo que al director le moleste que no le llevara en mi ultimo año.

Abrí la puerta y Aqua salió volando por esta camino al patio, ya solo me quedaba seguirle hasta donde volara.

 

Vaya, que alivio, al parecer ya tenía una pista de aquella muchacha. Pero la verdad, no sabía para qué me habían mandado el recado de buscarla. Luego de mirar unos segundos su nombre, recordé para qué la buscaba e inmediatamente golpee mi puño contra mi palma.

—"Para que me ayude con lo de mi familiar" —Sonreí contento— "Bueno, ¿tienes una idea de donde la puedo encontrar?"

 

¿Su familiar?....¿a-alguien me buscaba pa-para ayudarlo con su familiar?; no pude reprimir una pequeña risa de alegria, y me acerque otra vez a el.

—Genial...ya has encontrado a quien buscas..yo soy Rachel Kimura—Dije sonriendo.

 

Me sorprendí pero luego sonreí, había dado con la persona que buscaba y al primer intento

—"Un gusto, mi nombre es Kuro Ken" —Extendí mi mano para que la estrechara.

 

Estreche su mano con energia y le sonrei.

—Un gusto, Kuro...uhm..¿puedo llamarte Ken? me gusta más—Le pregunte sonriendo.

 

Elizabeth.

El sol se asomaba por las cortinas entre abiertas dandome en la cara.
Me volteé entre sueños dandole la espalda y no noté que estaba borde de la cama y me caíe al suelo.

—¡Auch! —exclamó frotando mi espalda baja para aliviar el dolor —, genial, ahora me dolera el trasero todo el día —dije levemente molesta con el sol mientras me levantaba del suelo, camine al baño y me di una ducha lavando mi cabello.

Salí del baño con una toalla enrollada alrededor de mi cuerpo y otra usada para secar mi cabello, fui hasta uno de los cajones y tome mi ropa, me la coloqué y termine la tarea de secar mi cabello.

Una vez lista tome mi varita y me coloqué todos los moños con un simple movimiento de varita. Salí de la habitación con una sonrisa.


Camine por los pasillo hasta el patio, tenia que ir por Kit. Ya en el jardín me lleve la mano derecha a la boca y solte un chiflifo, en unos segumdos Kit estaba aterrizando junto a mi, me puse a su altura y le dije algo al oído con una sonrisa.

 

Solté su mano y guardé el papel, para atender a su pregunta
—"Claro, no hay problema.. Si te soy sincero, pensé que eras una profesora o algo así" —Reí

 

—¿Q-Que demonios hacen..a-aquí?—dije en lo mas minimo, siguiendo en lo mas shockeada.

 

Arno
Llegue esta mañana algo confundido al instituto, como era alumno de recién ingreso me habían dicho que buscara a una tal Rachel, que ella me ayudaría a instalarme aquí, camine por entre los pasillos de la escuela hasta salir al patio, el sol había caído pero solo hasta esta hora me había sido capaz llegar.

—Vaya este lugar es gigante... aunque bueno debe de serlo para albergar tantos magos... bien sera mejor que me apresure a llegar... Oh creo que ya la vi!— exclame corriendo hacia una chica con las características que me habían dado.
@Taiga Aisaka

 

Bergren
Adoraba cuando las chicas más inocentes me hacían esa pregunta. Solía responder con la verdad: "Un poquito~"

Pero no alcancé a decírselo a Satoko, pues mis labios se paralizaron de intriga cuando el chasquido en la cerradura de la puerta rompió el silencio. Las paredes parecieron encenderse en una tonalidad dorada cuando el intruso que acababa de ingresar a la habitación encendió una llama que, evidente era, no pertenecía a una vela. Me volteé y miré por sobre mi hombro, esperando encontrarme con el semblante irritado de Omega.

Cabellos color magenta. Ojos que emitían un brillo verdoso. Piel suave a la vista, pálida a la luz de las flamas que crepitaban en la punta de su varita. Su rostro bonito expresaba una divertida estupefacción... Si mi memoria no fallaba, el profesor la había llamado por el nombre de "Atemis" en la ceremonia de invocación de nuestros Familiares.

Tales fueron sus palabras, a las que respondí con una calmada sonrisa.

—Esa es mi línea —dije, acariciando con una mano la mejilla de Satoko, quien trataba sin éxito de ver lo que estaba pasando—. Ésta es mi habitación, así que imaginarás que estoy en mi pleno derecho de permanecer aquí sin ser cuestionado. A fin de cuentas, no estamos molestando a nadie, ¿no es así, Chica Conejo? —pregunté, y clavé mis ojos en los de Satoko. Mi mano ahora recorría uno de sus hombros, descorriendo la camisa, desnudándola lentamente.

 

—¿Seguro? Menos mal...—me cubrí la boca tapar un bostezo, empezaba a tener sueño y creo que Keita ya se había metido en su cama para dormir, me tambaleé y me deje caer sobre mi cama— Hmn....sueño...—murmuré, ya empezando a quedarme dormida.

Escuché que Chris soltaba una leve sonrisa y a continuación me colocó bien en la cama y me arropó.

—Buenas noches...—susurré antes de oír sus pasos alejarse por la puerta.

 

Contenido oculto

@Diamond Girl como no apareces pues te saco a la fuerza (?

Matthew

Mientras me dedicaba a llegar a la cafetería para alcanzar algo de desayunar antes de que todos decidieran despertar de su profundo sueño y obtener alimento en la cafetería se complicara hasta el punto de decidir mejor no comer absolutamente nada o mejor aun, ir quemando capas de estudiantes para que se quitaran de la fila y poder seguir avanzando, yo realmente no lo veía tan mal, después de todo hay capas que eran demasiado grandes para los estudiantes, solo les hacia un pequeño favor.

Bueno, volviendo al punto inicial... mientras pasaba por el pasillo para ir a la cafetería me encontré a Atemis, y no precisamente como solía encontrarla, no.. esta vez ten su rostro se notaba una estupefacción increíble además del notorio shock que estaba sufriendo en estos precisos instantes, me acerqué lentamente hasta quedar cerca de ella y poco a poco dirigí mi vista hacia lo que vendría siendo la escena que la tenía de esa forma.

La pequeña niña que se dedicaba a provocar hombres con su falda exageradamente corta y su camisa del uniforme abierta que, si no me equivocaba se hacía llamar "Satoko" [o bueno, la juguete desde mi punto de vista] estaba debajo del pelirrojo [su nombre seguía siendo desconocido para mi, pero de igual forma no le tomaba mucha importancia a esto] dejando que la desnudara lentamente frente a Atemis, suspiré y entré a la habitación para tomar la perilla de la puerta para comenzar a cerrarla conforme iba saliendo de la habitación

— Me temo que Atemis no debería estar presenciando una violación totalmente autorizada por la chica, así que mejor los dejamos solos — dije tranquilamente antes de cerrar la puerta para que la chica dejara de estar en shock al ver la escena del pervertido y la juguete.

— Y tú, Atemis, tendrás que venir conmigo — tomé su muñeca y la fui arrastrando conmigo lo mas pronto posible para alejarla de allí, no quería que ella que la conocía precisamente desde mi niñez terminara debajo del pervertido si no se movía de allí — Necesitas aprenderte cual es tu habitación para evitar verte involucrada en asuntos como esos...

 

Bergren

“S-supongo que n-no” respondió Satoko, sin saber qué hacer ante la mano que la desnudaba lentamente. Volví a bajar la prenda hasta la zona de sus codos, y así la dejé... Atrapada y sólo para mí.

No era la primera vez que realizaba juegos eróticos frente a otras personas que, por azar, devenían en testigos sorpresivos. Cuando se trataba de otros jóvenes como yo, pedía amablemente que se retiraran o los echaba personalmente en caso de persistencia. Distinta era mi reacción cuando el intruso contaba con los más sabrosos encantos femeninos… Si me encontraba haciendo el amor ante los ojos de otra chica, mi energía se incrementaba y la intensidad del goce se disparaba, los suspiros se hacían más resonantes; y mientras tanto, invitaba a seguir mirando, les decía que se imaginaran en la misma situación… No me hacía falta tocar a la intrusa: ella sola, movida por la excitación, se acercaba para sumarse al clímax. Con Atemis estaba por comenzar el mismo proceso… Honestamente, deseaba que la noche solo fuera mía y de Satoko, pero la chica del cabello fucsia tentaba al Lobo.

Posé mi mano en el pecho de Satoko, rozando el nacimiento de sus senos. Acaricié a Atemis con mi mirada, esperando hacer que se estremeciera.

De pronto, una segunda presencia. Por desgracia, terminó siendo la de Matthew. Le dirigí una sonrisa sin dejar de acariciar a la Chica Conejo: “Vete” decía.

Él se quedó mirándonos un instante antes de dejar escapar un suspiro y batirse en retirada. Pero desgraciadamente, arrastró a Atemis con él… Curiosa la relación entre ellos dos… Quizás… ¿Acaso le haría cositas también? La puerta se cerró, sumiéndonos en la sombra.

—Ahora podemos seguir en paz —le dije a Satoko con dulzura. No me importaba que Atemis se hubiera ido: esta noche la quería solo a ella, hacerme dueño de su inocencia.

Moví la mano que tenía posada en la zona de su esternón… La dirigí un poco más abajo y hacia la izquierda. Apreté. Cuando dejó escapar su gemido, la sorprendí con otro beso húmedo... De duración incierta.

—El Lobo hará que tengas la mejor noche de tu vida —le dije al separarnos del beso, sin dejar de acariciarla— Y ahora… Date la vuelta…

Contenido oculto

(?)

 

Bergren

"¿P-por qué?"

El tono de su voz era el de una conejita asustada, pero eso cambiaría con el pasar de la noche… Terminaría reclamando atención e invitándome a su guarida, juju~

Me alcé sobre ella, quedando incorporado sobre las rodillas. Un vestigio de luz lunar se infiltró a través de las cortinas danzantes, derramándose sobre mi torso. La miré a los ojos con una sonrisa: la Chica Conejo, jadeando, era una preciosidad invaluable. Entonces… En un movimiento sensual, me quité la camisa y la arrojé lejos de la cama. Permanecí un rato en quietud para permitirle apreciar mis músculos desarrollados.

—Porque…

Me desplacé hacia atrás con calma, despacio. Antes de que Satoko lograra advertirlo, sus muñecas se hallaban aferradas por mis manos, y mi cabeza muy cerca del espacio que había entre su ombligo y la ropa interior…

Instante de suspenso…

Primero fueron besos fugaces. Poco a poco, se convirtieron en un contacto profundo, producto del más ardiente deseo… Hasta desembocar en caricias con la punta de la lengua que le provocaron reacciones varias. Sentí cómo intentaba patalear, pero el movimiento de sus piernas quedaba limitado por la interferencia de mis abdominales… No había escapatoria para la Chica Conejo… Tan solo le quedaba entregarse al placer.

El recorrido de mi lengua fue ascendiendo. Dibujé corazones mojados alrededor su ombligo, la llené de cosquilla y, al llegar a la zona del busto, jugueteé largo rato entre sus dos colinas blancas.

Destino final: otro beso.

—El Lobo juega desde todos los ángulos —respondí, jadeando ¡Qué loco me volvía esta chica!— Date la vuelta, te gustará hacerlo…

 

Al no encontrar a nadie que me supiera ayudar, decidi seguir caminando, buscando entre los alrededores alguien que me pudiera explicar un poco como era todo esto, como se llevaba a cabo y de que forma tenia que ser.

—Veamos... si la chica que me mandaron buscar que se llama Rachel... o eso creo... Si no esta por aqui debe de estar en el comedor, quiza por alli encuentre a esta persona, aunque debo de admitir que la capa me sienta bien...— exclame moviendo la capa, la tome con la punta de mi dedo indice y el pulgar de cada punta de esta y me enrolle en ella.

Misterioso camine hasta que una tonteria se me ocurrio para pasar el rato.

—Batman! Nana Nana Nana Nana Nana Nana Na!— cantaba divertido mientras corria al comedor.