Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

¡Mi salvador! Asentí alegre y seguí a Omega retrocediendo por los pasillos, estuvimos un rato andando y realmente no pude recordar el camino para la próxima vez.

Hmm...¿venderán mapas de la academia en algún lugar?

 

Omega Vantage/Patio

Tras deambular y caminar por los pasillos llegamos a la salida, el patio donde podiamos ver espacio gigantesco perfecto para tomar el aire o tumbarse en la hierba. Ella acompañada de su familiar humano me siguio un poco cansada de tantas vueltas.

En el cespéd me senté a reposar un poco mis pies, dí un grito para llamar a mi Pegaso quien respondió con un ruido similar. Mientras venia me dí la vuelta para entablar una conversación.

—Kiara, ¿qué habilidad tiene tu familiar?—Pregunto estirando los brazos pero con cuidado por las vendas.

Mientras esperaba su respuesta tocaba mis brazos para ver que las heridas estaban sanas, los vendajes hacian bien su papel en recubrir las heridas.

 

Después de dar varias vueltas por los pasillos, finalmente llegamos al patio. Respiré el aire puro, tando dar vueltas me hacía sentir mareada. Seguí a Omega hasta sentarme a su lado en el césped, él llamó a su familiar y me preguntó por la habilidad del mío. Mientras esperaba mi respuesta, se tocaba espectante el brazo, parecía que tenía algo allí, pero preferí no hacer comentarios.

Ahora que lo pienso, ¿cuáles son las habilidades de Keita? Puede ser un familiar humano muy especial y extraño y todo lo que quieran pensar, pero apuesto todo lo que tengo a que no puede volar, ni escupir fuego o agua o lo que sea, ni aplastar un edificio entero de un pisotón, lo apuesto todo todito.

—Uh...pues...en realidad no tengo ni la más mínima idea. —me giré a ver a mi familiar— ¿Tienes alguna habilidad especial? —el frunció el ceño, sin parecer entender mi pregunta.

—¿Habilidad especial? Te aseguro que si esperas que me ponga a volar no puedo, solo soy un estudiante normal y corriente de Japón que ha sido transportado a un mundo que parece sacado de la saga de Harry Potter. —protestó rápidamente, suspiré y miré de nuevo a Omega.

—Ya le has oído...

 

Yuniko Koizumi/ Patio

Abrí ligeramente los ojos al sentir los pasos de otras personas en aquel vacío patio, en el que tan solo yo y mi Pegaso nos encontrábamos, y noté a un chico y a una chica a lo lejos ingresar en el lugar a paso tranquilo. Bostecé y me senté mejor contra el árbol que me servía de apoyo, moviendo un poco la cabeza de mi familiar recostada en mi regazo.

—Vaya, ya se acabó la tranquilidad...—murmuré acariciando las crines de Ícaro y sin apartar la vista de aquellos chicos, que al parecer uno de ellos iba a realizar una invocación.

Una enorme Hidra apareció frente a ellos y abrí los ojos por la sorpresa, nunca había visto una en persona y se notaban temibles. El chico selló el contrato depositando un beso en una de las cabezas de su nuevo familiar, y tras un rato ingresaron de nuevo en la academia. Suspiré y miré el cielo despejado por unos instantes, esperaba no tener que enfrentarme nunca a uno de esos bichos.

Cuando ya había sido suficiente descanso para mí, me levanté del suelo despacio para no molestar a Ícaro y me estiré de arriba a abajo sintiendo mis piernas agarrotadas. En eso se me ocurrió una idea para pasar el rato.

—¡Vamos a volar, Ícaro! —exclamé entusiasmada mientras de un saltito trataba de subirme a su lomo, ante la mirada exasperada del Pegaso, pero una ráfaga de aire hizo que me cayera de vuelta al suelo. El culpable: un Pegaso que pasó volando cerca nuestra.

Me levanté con el ceño ligeramente fruncido y busqué con la mirada a su dueño pero decidí dejarlo pasar, y volví a subirme a lomos de mi familiar. Las ganas de volar eran más grandes que ponerme a discutir ahora.

 

Omega Vantage/Patio

El familiar no tenia ninguna habilidad especial, pero aún era pronto.

—Puedes entrenarlo en el manejo de la espada—Suguerí esa idea al ver que el chico tenia la estatura y peso adecuados.

Noté una fuerte ráfaga de viento y ví como mi familiar aterrizó cerca, cuando paró de batir sus alas se acercó a nosotros con pasos lentos hasta llegar a mi. Al acordarme de las gafas me dieron ganas de volver a volar.

—Rocinante, vamos a entrenar, creo que debes acostumbrarte a que notes gente en el lomo—Dije acariciando a mi familiar.

Mi idea era trotar por el suelo con él para acostumbrarse, luego dar un par de sprints para luego intentar dominar el vuelo más adelante. Me acordé de que la chica y su familiar seguian ahi así que antes de poner en práctica esa idea...

—¿Porqué no volamos los tres?, de esa forma irá más lento y de paso se acostumbra a llevar gente encima—Le propusé a la chica y su familiar.

 

Al ver que Keita no poseía ninguna habilidad en especial, Omega dió la idea de que se entrenase en el arte de manejo de espada, parecía una buena idea, aunque a mí nunca se me habría ocurrido.

—Es una buena idea, tal vez le compre alguna espada en mi tiempo libre de regalo...—me quedé pensativa un rato hasta que llegó el familiar del chico, dejando una ráfaga de viento tras él.

Me agradó la petición de montar sobre un pegaso, pero debo reconocer que me daba algo de miedo, no el familiar en sí, sino las alturas. En cambio, Keita parecía mucho más ilusionado que yo y aceptó rápidamente. Recé por que no sucediese nada malo y con algo de ayuda, me subí al lomo del pegaso, detrás de Omega y seguido de Keita.

 

Elizabeth.

—Quiza veas a otra chica golpear a alguien —dije riendo un poco mientras levantaba la vista nuevamente al techo —, apostaría todos mis accesorios a que Nix es la primera.

—Perfecto —trone los nudillos mientros lo veia a él —, me pregunto a quien tendre que golpear —tenia una sonrisa en la cara y no creia que se desvanecerá pronto —. Espera, espera, espera —dije algo sorprendida al oir que el fue la victima de Agnes —, ¿la profesora te golpeó, ati un mago de fuego, y saliste ileso?, ¿Cómo le hiciste para nomorir a manos de ella? —escuche lo de él siendo su favorita y otra sonrisa se formo en mis labios —, los milagros existe, pero dudo que la profesora Agnes llegue a considerarte su favorito.

 

Omega Vantage

Muy bien, agarrate fuerte o te podías caer. Le dí la orden a mi pegaso quien empezó a trotar hasta alzar el vuelo. Antes de nada me pusé mis gafas para que no me ocurriera algo y no pudierá ver al entrarme algo en los ojos. Empezó a subir muy alto para luego descender a gran velocidad y quedarse a pocos metros del suelo. Volabamos por todos lados, no a tanta velocidad como cuando tuve el accidente debido al peso pero si bastante rapido incluyendo que eramos tres.

—Podriás ser un guerrero de bestias si sabes manejarlas—Le dijé a su familiar. —¿Te he dicho que tuve un accidente esta mañana con mi pegaso y casi muero?—Le preguntó con una sonrisa y mostrandole los vendajes.

Rocinante volaba y seguiá mis ordenes, ya nos acostumbrabamos el uno al otro. Noté como en una maniobra ella se agarró fuerte a mi lo cual me recordó el abrazo con Elizabeth haciendo que casi pierda el equilibrio pero me mantuve firme y finalmente al ver la cara de la chica ordené descender. Mi familiar descendio a gran velocidad, me acerqué a su oido y dije:

—Desciende suave, la chica parece un poco asustada—Surrué.

Inmediatamente redujó su velocidad y tocó el suelo de forma suave y segura.

 

Obedeciendo a Omega, me agarré fuerte a él, no me gustaría convertirme en puré y ser la cena, no gracias. Su pegaso empezó a trotar hasta que alzó vuelo. Durante la travesía el miedo se me fue poco a poco, se sentía bien el aire fresco pegando en mi cara.

Abrí los ojos cuando me dijo de su accidente y me enseñó sus heridas, cubiertas por las vendas.

—Debió dolerte mucho, ¿estás bien? —no le dí tiempo a responder ya que me aferré a él casi cortándole la respiración cuando su familiar hizo una maniobra en la que casi pierdo el equilibrio, al igual que él. Al ver mi cara de susto decidió que era suficiente y pidió a su familiar descender suavemente.

—Ha estado muy bien. —Dije cuando paramos definitivamente.

 

Omega Vantage

Bajamos los tres del pegaso quien se alejo unos metros a tumbarse y descansar un poco. No debia ser facil cargar tres personas. Me levantes las gafas y me ordené el pelo.

—Cuando quieras volar avisame—Comenté mientras limpiaba el polvo de mi ropa.

Montar asi me recordabá a mi infancia, cuando mi padre me llevaba y...un recuerdo doloroso vino a mi mente y mis ojos estaban húmedos. Al darme cuenta me sequé rapidamente los ojos y la nariz.

—Seré fuerte, eso no volverá a ocurrir—Susurré furioso y apretando mis puños.

Me quite el guante de la derecha al sentir un pinchazo, la venda blanca mostraba gotas rojas.

Sentia furia y dolor pero respire para bajar mi enfado por ese recuerdo. Debia volverme más fuerte y lo iba a lograr.

 

Matthew

Pensé un poco en su comentario, tal vez ella tenía algo de razón, si no podía verla a ella tal vez pudiera ver a nix haciendo aquello -- Hiciste una apuesta que probablemente no perderás, que lista.

Tronó sus nudillos y la sonrisa en su rostro no desvanecía para nada, creo que empezábamos a llevarnos bien a fin de cuentas. -- No sali tan ileso que digamos, bajo mi uniforme podrás encontrar diversas marcas de mi enfrentamiento con Agnes -- sin darle mucha importancia levanté un poco mi camisa por un costado para que viera uno de los golpes para después volver a acomodar mi uniforme -- Creo que el único milagro que recibí fue salir vivo de allí.

 

—Está bien, te avisaré. —respondí con una sonrisa, la cual se desvaneció rápidamente cuando ví que Omega pensaba en algo concentrado y se le humedecieron los ojos. Me preocupé e iba a preguntarle si le pasaba algo, pero me callé al ver que se secaba sus lágrimas y susurraba algo para sí mismo que no llegué a escuchar de todo bien.

A continuación, se quitó el guante de su mano derecha, parecía haber sentido un leve dolor, miré su mano y ciertamente, las vendas estaban manchadas de color rojo.

—Dios mío, ¿estás bien Omega? Pareces enfadado...—susurré preocupada, cogí su mano con cuidado de no hacerle daño para observar mejor las vendas— Creo que se te han abierto algunas heridas...

 

Omega Vantage

Noté como ella estaba preocupada por mi y un poco asustada porque parecia que estaba enfadado. Me tranquilicé y cuando iba a responderle me tomó de la mano con cuidado.

—Creo que se te han abierto algunas heridas...—Me dijó en un tono un poco triste y preocupada. Al hacerlo me sonrojé levemente.
—No te preocupes, sólo me duele un poco, lamento haberte echo preocupar—Respondí pero ella no soltaba mi mano.

Parecia observar detenidamente las heridas de mi mano. Su familiar miraba la escena y me miraba de forma pícara para luego tapar con sus manos la risa que apenas podía aguantar.

—Voy a hacer que mi pegaso te pasé por encima—Dije en un tono entre broma y enojo cerrando mi puño para tratar de golpearlo pero solo me hicé más daño.

Ante esto el familiar soltó una carcajada, ya no podia aguantar más su risa. Creo que era una venganza por haberle tirado al suelo después de la invocación del familiar para ayudar a su ama a capturarlo.

—Creo que estamos empatados—Pienso mientras ella me toma de nuevo la mano para envolverla en un pequeño pañuelo que llevaba encima.

 

Aún después de que me dijese que estaba bien no le solté la mano, porque claramente no lo estaba. Observé detenidamente las heridas pensando en qué hacer cuando dijo algo de que su pegaso le pasaría a alguien por encima, espero que no fuese a mí. Resistí la tentación de preguntarle cuando apretó su puño y la cantidad de sangre aumento.

—¡Tonto! No deberías haber hecho eso, las heridas empeorarán. —Keita empezó a reirse por algo que yo desconocía, suspiré y se me ocurrió usar mi pañuelo para envolverle mejor la mano. Le dí algunas vueltas y acabé haciendo un nudo con lentitud, con cuidado de no hacer mucha presión para que no le doliese— ¡Listo! —dije aliviada con una sonrisa.

 

Omega Vantage

Ella arregló el pañuelo y envolvió mi mano herida. Era suficiente para evitar que saliera más sangre.

—Muchas gracias—Agradecí con una sonrisa.

Miré a su familiar y me acerqué.

—Los pleyebos duermen con sus amas—Le susurré haciendo que se pusiera rojo. —Era broma jaja—Digo mientras veia como su cara cambiaba de roja a algo enojado.

Kiara se acercó a ver que tramaba pero negué con la cabeza. Ahora que me fijaba, era de piel muy blanca y algo más bajita que yo en altura. Me acerqué a ella y le pusé la mano en el hombro.

—Te debo una, si necesitas algo de mi siempre puedes pedirme ayuda—Dijé guiñando un ojo y levantando el pulgar en señal de aprobación.

Quité mi mano para acercarme a Rocinante quien descansaba bajo una sombra, me agaché y hice unos pequeños masajes con mi mano izquierda de forma suave para que sus piernas se relajaran. Realmente le gustó dado que se pusó de lado ayudandome a que lo hiciera más facil. Gire para ver a Kiara.

—Deberias probar a hacerlo, les sienta bien—Le dijé mientras masajeaba sus patas.

Rocinante se estiró y se levantó de repente tirandome al suelo. Después acerco su cabeza como queriendo mimos y dandome algún lenguetazo en mi mano herida. De cierta forma creo que se sentía culpable por lo del accidente. Kiara y su familiar se acercarón a acariciarle.

—¿Sabes?, mi padre siempre montaba a caballo y me llevaba a dar paseos, su caballo era enorme, fuerte y uno de los mejores del reino junto a otros 5—Comienzo a explicarle.

Ella pareció escuchar atentamente cosa que su familiar no.

—Ese caballo era magnifico, ojalá aquello no hubiera ocurrido...mi padre Omega lo quería mucho, al igual que Vantage lo queria a él—Dijé mientras a cada palabra bajaba el tono.

Kiara se acerco para poder escuchar más de cerca todo lo que yo decia mientras acariciaba a Rocinante.

 

Elizabeth.

—Verdad que si, Nix se ve una chica fuerte que no dejará que la molesten.

Mire la herida que tenia en el costado, Agnes debio darle fuerte debido a que no le agradan los magos de fuego —Toda la razón —me levante del suelo sacudiendo mi uniforme y camine a él extendiendole una mano —. Vamos, acompañame a ver a Kit.

 

Matthew

— Y eso es solo lo que puedo mostrarte, te sorprenderías si te mostrara todas, la mayoría de mi abdomen esta teñido de negro por lo mismo — me levanté lentamente al notar que ella lo estaba haciendo igual, aceptando tranquilamente su ayuda (que agradecía internamente, todavía dolía un poco) — ¿Lo dejaste en la habitación de familiares?

 

Después de acariciar al familiar de Omega, el empezó a contarme de sus recuerdos y escuché atentamente cada palabra que decía sobre la historia de su padre y su magnífico caballo. Cuando mencionó sus nombres no pude evitar hacer una curiosa observación.

—¿Tu padre se llamaba Omega y su caballo Vantage? ¿Y tú eres Omega Vantage? —solté una pequeña risa— Parecen compañeros inseparables...—susurré con un poco de envidia, mi preocupación volvió cuando ví que Omega iba bajando el tono mientras que la frase avanzaba, tuve que sentarme a muy pocos centímetros de él para alcanzar a escuchar lo que decía— ¿Te pasa algo? ¿Qué quieres decir con "aquello"?

 

Elizabeth.

—Ha de dolerte todo el cuerpo —solte su mano cuando se levantó y sonreí un poco —. Ha estas alturas del día ha de estar tomando una siesta allí —dije riendo mientras emprendia camino a la sala de familiares.

 

Omega Vantage

Al contarselo, la chica soltó una leve risa. La verdad es que hacia mucho tiempo que no le contaba eso a nadie, tampoco queria comentarlo porque era un recuerdo muy doloroso.

—Mi padre era Omega y su caballo Vantage, pero mi verdadero nombre no es Omega Vantage, sino otro—Le explico a Kiara quien estaba cerca mia esbozando una sonrisa y sentada en el césped.

Su familiar se encontraba totalmente tumbado en el suelo echando una siesta. Kiara miraba al pegaso observando cada centimetro suyo, le impresionaba su tamaño y las alas. Yo revisaba cada parte del cuerpo, debido a que recordé lo del accidente pero al parecer él no tenia ningún rasguño, cosa que me alivió.

Después me senté cerca de ella y le observe el pelo, era largo, bonito y rosado, se notaba su cuidado. Miré mi mano y parecia que el dolor habia disminuido.

—¿Hay algo que quieras saber de mi pasado?—Le pregunté mientras reia y me inspeccionaba la mano. Me quité la camisa porque notaba una incomodidad en mi abdómen. Entonces pudé comprobar que se trataba del vendaje, al haber volado con Rocinante se debió salir y ahora molestaba.

—Dichoso accidente—Pensé intentando inutilmente colocarmelo bien.