—Deja de pensar—sonreí, apareciendo frente a Alpha con la pokéball de Moo en mi mano—. Vendrás conmigo. ¿Qué? ¿Ir a dónde? Y muchas más dudas pasaban por mi cabeza en el momento. —Vendrás conmigo en mi viaje, ¿verdad?—le pregunté, frunciendo el ceño. Ni siquiera le di tiempo para que respondiese—. ¿No esperarás que vaya yo sola por ahí, no?—breve pausa—. ¡No me mires así! ¡Deberías agradecerme que te permita acompañarme, podría haber elegido a cualquier otra persona!—le espeté, y dignamente, giré sobre mis talones para marcharme... en mi cabeza, aún seguían rondando las palabras de Effy: ''No llegarás a nada ni progresarás ni tú ni tus pokémon como entrenadora'' ¿Quería que progresara? Eso era justo lo que iba a hacer—. Vamos, no tengo todo el día. Cuando te hayas decidido, recoge tus cosas, te espero fuera. — Está bien.— Me dije a mi mismo subiendo las escaleras del centro pokémon. En minutos bajé hacía la entrada del centro pokémon con mi bolso colgado al hombro y un huevo pokémon en manos. — ¿A qué viene eso de viajar? ¿No era usted la tan sofisticada Mimi Honda?
Mimi Honda Me detuve a esperar en la puerta del Centro a que Alpha se decidiese a acompañarme. Si lo había elegido a él, era porque no contaba con más opciones, o sencillamente porque él estaba en el lugar correcto en el momento correcto. O en el momento incorrecto en el momento incorrecto, quién sabe. En cualquier caso, tenía la impresión de que podía contar con él. Parecía una mañana tranquila. El cielo mostraba un azul liviano, y algunas nubes se desplazaban por él, movidas por la brisa, como suaves copos de algodón. Me daba sueño el sólo hecho de mirarlas. Me froté el ojo derecho con pesadez y contuve un bostezo. ¿Por qué no había aprovechado mi tiempo en la habitación para dormir? Seguro que tenía unas ojeras terribles... —¿A qué viene eso de viajar?—escuché una voz, y al volverme, pude comprobar que se trataba de Alpha—. ¿No era usted la tan sofisticada Mimi Honda? ¿La tan... sofisticada Mimi Honda? —¿Hmm?—murmuré como respuesta, tratando de entender. Cuando por fin lo logré, fruncí el ceño casi automáticamente, y me crucé de brazos, molesta por su impertinencia—. No voy a quedarme toda la vida en este lugar cuando Galeia es tan grande y hay tantas cosas por ver, ¿no crees?—dije. No era del todo mentira, pero tampoco era del todo cierto. Nunca hubiese abandonado Barniz por mi propio pie si no hubiese perdido la apuesta. Descrucé los brazos y suspiré, recordando las palabras de Effy—. Y, además, tengo algo así como una promesa que cumplir.
— Vale, entonces yo no necesito saber nada más.— Le respondí.— ¿Desde dónde quieres empezar? Acá en esta ciudad tendríamos tres caminos: Volcán Barniz, Lago Helado y Gran Desierto. En el Volcán suelen haber pokémon de Fuego, estos normalmente tienen buen ataque acompañado de una velocidad decente.— Expliqué recordando a Charizard.— Por otro lado en el Lago Helado hay pokémon de Hielo, estos suelen ser algo frágil, pero también hay unos dos o tres especies de pokémon de Agua en ese lugar. Además de estar el Bosque del Lago donde hay pokémon bastante buenos para iniciar.— Otro recuerdo pasó en mi mente: La captura del Riolu para Destiny.— Finalmente el último y mi favorito: Gran Desierto, grandes temperaturas y pokémon con excelentes defensas.— Ahí unas ocho capturas mías fueron efectuadas, el mejor sin duda fue Skarmory, pero por valor sería la Mosca Esmeralda.— ¿A dónde vamos?
Mimi Honda Alpha hablaba tan seguro pero tan deprisa que me costaba seguir el ritmo de lo que decía. Y además... ¿Volcán? ¿Lago Helado? ¿Gran Desierto? palidecía más y más con cada una de las localizaciones que salían de sus labios. ¿Qué... qué iba a hacer yo en esos sitios? ¿No podía empezar por un prado de flores o algo así? ¡Todos aquellos lugares eran horribles! Sin embargo... —M-me da igual—respondí, con una sonrisa entre nerviosa y forzada—. C-cualquiera de esos sitios está bien para mí. Ahora me preguntaba... ¿desde cuando se me daba tan mal mentir?
— También está la opción de volar y empezar desde la ruta 301, es una ruta bastante sencilla, además hay algunos pokémon para que puedas iniciar.
Mimi Honda —Sí, sí, como sea—respondí haciendo un gesto impaciente con la mano, pero considerablemente más aliviada. Incluso mi rostro parecía haber retomado su color normal. Sin embargo, las palabras de Alpha golpearon como una maza en mi mente—. ¿Volar?—pregunté, entre la sorpresa y la curiosidad—. ¿Qué quieres decir con eso? ¿En... avión?
— Ehm...no exactamente.— Sonreí.— Pero no soy alguien tan bueno hablando, siempre es mejor en terreno. De inmediato liberé a mi Swellow y Skarmory. El tipo Acero tomó a Mimi por su ropa y la montó en Swellow. — Swellow, a la ruta 301 por favor ¡que no se te caiga eh!— Le ordené mientras yo subía a mi Skarmory y salíamos en rumbo al primer punto para un entrenador novato.
El pokémon se sonrojó ante las palabras y el contacto del entrenador pero al rato se lo agradeció con su aguda voz para después reposar un poco en su cabeza. Reí levemente mientas sentía el peso del pokémon volador en mi hombro, lo que hizo girar mi cabeza para así poder besar su pico y seguir con las caricias mientras vigilaba un poco mi equipo. —Creo que le has caído bien~—dije al chico.
Mimi Honda — Ehm...no exactamente.— Sonrió—. Pero no soy alguien tan bueno hablando, siempre es mejor en terreno. —¿Qué quieres decir con...?—no pude terminar la frase. La palabras se me cortaron abruptamente en la garganta, pues, en lo que fueron segundos, sentí como algo me tomaba de la ropa y me alzaba en el aire. En medio del desconcierto, sólo alcancé a chillar y a hacer aspavientos con los brazos, tratando de liberarme, totalmente en vano. No me daban miedo las alturas, pero había sido algo que me había tomado totalmente desprevenida—. ¡Alpha!—grité, histérica—. ¿Pero que estás...? ¡Te ordeno que me bajes de aquí inmediatamente! ¿Que no oyes? ¡Alpha...! Alpha subió sobre su Skarmory, obviamente ignorándome, y ordenó la marcha de sus pokémon. —¡Kyaaaaah~! Y mi grito histérico se perdió en el cielo.
-- Creo que sí le he caído bien... Y me imagino que no será tan tímida conmigo ahora ¿no crees? -- le mire para notar como besaba el pico de staraptor y este se hacía hacia atrás frotandose su pico con su ala algo sorprendido -- Me pondré celoso de Staraptor -- dije riendo un poco para que supiera que no hablaba enserio
—Moo, Stara-chan—dije en tono de queja infantil y despues mire a Dante con una sonrisa—Pues eso no puede ser~—dije con voz cantarina acercandome a el y me puse de puntillas para besar su nariz y despues depositar otro beso en sus labios. Observe como Cottonee nos observaba curiosa revoloteando alrededor de mi cabeza esta vez. Yo simplemente sonrei mientras señalaba a Staraptor con dedo acusador. —¿Ves, Stara-chan? Los besos no se limpian, son una muestra de cariño—le explique para despues cruzarme de brazos.
Staraptor giró un poco su cabeza evitando un poco el pequeño reclamo de la entrenadora, asimilando un poco su sorpresa por su beso en el pico. -- ¿Por qué no podría...?-- se acercó a mi y antes que pudiera decir algo se paró de puntillas y beso mi nariz para después besarme en los labios -- Creo que ya lo ha entendido Emi -- sonreí un poco para tomar su mentón para qué me mirara y poder darle un beso en sus labios como ella había hecho, aunque claro, yo tarde un poco más en separarme de ella -- Te amo -- susurre sonriéndole antes de darle su espacio nuevamente al notar que staraptor se había acercado a nosotros tratando de no asustar al pequeño pokemon -- Sólo son muestras de cariño Staraptor
—Si... lo ha entendido...—murmure algo atontada tra el beso y despues me sonroje tras escuchar sus palabras—Yo tambien te amo—dije y volvi a acortar la distancia entre nosotros para indicarle que me abrazara. De reojo vi como un alegre Cottonee imitaba mi beso en el pico de Staraptor, lo cual me provoco una leve risa.
Sonreí un poco mas por sus palabras y luego se cortaron distancias al abrazarnos, ojalá nunca surgiera algo que me hiciera separar de ella y se convirtiera en algo eterno, si fuera posible rogaría a Arceus que nunca permitiera aquello. — Emily...— susurré en su oído gracias al abrazo — Te vez muy linda cuando te sonrojas, ¿lo sabías?
—E-e-eh...—dije notando como el sonrojo se extendia mas por mi rostro, tanto por la palabras que dijo como por culpa de las cosquilla que me provoco al susurrarme en el oido—¡Baka!—exclame pisando su pie derecho para despues girarme y tapar mi rostro en su camiseta.
Mordí mi labio inferior un poco al sentir, que por mi comentario, me había pisado por hacerla avergonzarse más, pero ahora al parecer tenía que evitar decirle que también, a mis ojos era increíblemente tierna (y mas por el hecho de que ocultaba su rostro de mi y su Cottonee al verle hacer eso ella también se escondía bajo el ala de Staraptor. Le rodee con mis brazos aprovechando que ocultaba su rostro en mi camisa y me encorvé levemente para susurrarle algo nuevamente — Muy linda, la verdad...
—Si no me estas viendo...—murmure infantilmente molesta e infle los mofletes antes de subir la vista para enfrentarle (aun levemente ruborizada)—Tu cuando estas sonrojado eres mas adorable—le recrimine.
Abrí un poco mis ojos por la sorpresa, ¿ella me veía adorable cuando me sonrojaba? — Creo que eres tú la que me gana en esa escala de adorabilidad — dije tomando sus mejillas entre mis manos con una sonrisa — Aunque... también sin sonrojar eres muy linda, así que también ganas en ese aspecto
—Moooo, urusai...—dije y aprovechando que me obligaba a miralo volvi a besarlo, esta vez el suficiente tiempo para dejarlo (y a mi tambien) sin aire—...¿ne?—ladee la cabeza sonriendo tras jadear un poco en busca del oxigeno perdido.
Me volvió a besar de sorpresa y esta vez la pegué a mi para corresponderle hasta que el oxígeno nos hizo falta a ambos y nos tuvimos que separar jadeando un poco para recuperar el aire faltante — Buena manera de callarme...