—Es cierto, el historial es extenso… y por si no me creen, Hubert siempre trae una libreta consigo como para comprobarlo —reí, recordando cuando había sido testigo de aquella libreta tanto tiempo atrás—. Muchas gracias, Emily, y no te preocupes… con entrenamiento y batallas callejeras, lograrás llegar muy lejos, te lo aseguro. En eso, hubo una pequeña vibración en mi bolsillo… saqué mi Holomisor, tenía un nuevo mensaje de parte de Joy. Lo leí de inmediato. —Oh, al parecer mi presencia es requerida en Ciudad Témpera… hora de un pequeño viaje de regreso a casa, supongo —le sonreí a los presentes, a la vez que liberaba a Skarmory y me preparaba para emprender vuelo. Me apenaba irme ahora que nos habíamos reencontrado con amigos pero… oh bueno, ellos también podían seguirme si tantas ganas de interactuar conmigo tenían. Alcé la mano para despedirme y me perdí pronto por los cielos azules.
Emily me acarició la cabeza para darme ánimos. Alcé una ceja ante su gesto, pero en el fondo me hizo bastante gracia. Mientras estábamos en ello, Plusle se subió a mi hombro. Me acarició la cabeza con la misma premisa de la entrenadora del fantástico Emboar. Al final terminé riendo un poco. Había funcionado. Para cuando quise darme cuenta, Effy anunció que se marchaba a Ciudad Témpera. —¡Adios, Eff...! Tarde. Skarmory desapareció en el horizonte antes de que terminara de pronunciar el nombre de su entrenadora. Me encogí de hombros. —No suele permanecer mucho tiempo en un solo sitio, así soy yo también —le comenté a lo otros entrenadores que me acompañaban. Entonces agregué:— Por cierto, Emily, ¿podría pedirte un favor?
Levanté la cabeza antes las palabras de Effy y me despedí con la mano de la chica que salió volando. —Sí, claro~ Lo que sea~ Al fin y al cabo te debo una~—respondí sonriendo mientras lo miraba curiosa.
—Ven conmigo un momento —le pedíAgregué, en dirección a Dante y Yair— Ahora venimos, señores. Me encaminé a un sitio más apartado, seguido por Emily. La entrenadora se colocó frente a mí con la intriga haciendo brillar su mirada. Por mi parte, yo revisé uno de los bolsillos de mi morral, de cuyo interior extraje una pokébola brillante. Tendí el esférico hacia Emily, ofreciéndolo. Le sonreí. —Dentro de esta pokébola hay un Cottonee que capturé en los bosques —dije—. Vivía en el interior de un tronco hueco, alejada del mundo por culpa de su extrema timidez. Un Wurmple solía acercarse a molestar y ella cuanto podía hacer era esperar a que se cansara de atacarla, ya que la tristeza de vivir entre tanta soledad le impedía tener las fuerzas necesarias para defenderse de los atacantes. Su presencia estaba atestiguada por la presencia de bolas de algodón a lo largo y ancho de ese bosque, pero encontrarla era imposible. >>Por suerte, conocí a su única amiga: Combee, que se encontró conmigo el día que acudí al bosque para capturar pokémon de tipo planta/hada. Con Serperior como interpretador, me dirigió a su hogar cuando la conté la razón de nuestra presencia allí. Seguimos una huella de algodón y la encontramos. Es demasiado tímida y está constantemente sonrojándose, además de que tenía un ligero problema con la confianza en sí misma. Pero nosotros la convencimos de que si abandonaba el bosque podría hacerse fuerte, incluso evolucionar a Whimsicott. Combee colaboró, porque la quería mucho y deseaba lo mejor para ella. Le dijo que iba a ser lo mejor para ella, que su vida mejoraría drásticamente si venía con nosotros. >>Así fue. Poco a poco fue entrando en confianza con sus nuevos compañeros, aunque a veces le da algo de vergüenza tener nuevos conocidos, porque la timidez es su marca caracterísitica. Sin embargo, ya tiene experiencia en batallas: luchó contra un poderoso Conkeldurr, y nos ayudó a obtener la victoria. Desde entonces tiene algo más de confianza en sí misma. >>Pero, desgraciadamente, no puedo mantenerla en mi equipo por diversas razones. >>El favor que te pido es que la tengas contigo. Que sea parte de tu equipo, la entrenes y le des toda esa felicidad que jamás encontró en el Bosque Pincel. Si está contigo, su vida volverá a mejorar drásticamente. Sé que se van a llevar muy bien, porque las dos son dulces.
Finalizó la batalla con Effy como ganadora del encuentro, dos victorias seguidas en un mismo día, eso debía tener muy contenta a la entrenadora, rápidamente Emily se levantó para felicitarlos, llevándome a rastras con ella mientras me tomaba de la mano. Emily los felicitó a ambos mientras yo me limité a sonreir como modo de felicitación ya que prácticamente diría lo mismo que Emily, así que una sonrisa tampoco venía mal a la ocasión. No mucho después noté que estaba Yair cerca de nosotros y finalmente Effy terminó retirándose por algún asunto personal en su ciudad natal y Emily se retiraba con Hubert para hablar de algo, Staraptor se acercó a mi y me dio un leve empujón con su cabeza para que le prestara un poco de atención. — Vale, vale.. ya lo sé...— murmure sacando una baya de mi mochila y entregandosela para que la comiera seguido de un par de caricias en su lomo, después de todo seguía pareciendo el pequeño Starly que había iniciado conmigo en este viaje
Hubert y yo nos alejamos un poco y él me ofreció una pokéball, la cual acepté entre dudosa y emocionada. "Dentro de esta pokébola hay un Cottonee que capturé en los bosque. Vivía en el interior de un tronco hueco, alejada del mundo por culpa de su extrema timidez. Un Wurmple solía acercarse a molestar y ella cuanto podía hacer era esperar a que se cansara de atacarla, ya que la tristeza de vivir entre tanta soledad le impedía tener las fuerzas necesarias para defenderse de los atacantes. Su presencia estaba atestiguada por la presencia de bolas de algodón a lo largo y ancho de ese bosque, pero encontrarla era imposible." Solté un pequeño quejido al escuchar la historia del Cottonee y seguí escuchando atentamente a Hubert. "Por suerte, conocí a su única amiga: Combee, que se encontró conmigo el día que acudí al bosque para capturar pokémon de tipo planta/hada. Con Serperior como interpretador, me dirigió a su hogar cuando la conté la razón de nuestra presencia allí. Seguimos una huella de algodón y la encontramos. Es demasiado tímida y está constantemente sonrojándose, además de que tenía un ligero problema con la confianza en sí misma. Pero nosotros la convencimos de que si abandonaba el bosque podría hacerse fuerte, incluso evolucionar a Whimsicott. Combee colaboró, porque la quería mucho y deseaba lo mejor para ella. Le dijo que iba a ser lo mejor para ella, que su vida mejoraría drásticamente si venía con nosotros." Asentí mientras apretaba con fuerza la pokéball en mis manos. "Así fue. Poco a poco fue entrando en confianza con sus nuevos compañeros, aunque a veces le da algo de vergüenza tener nuevos conocidos, porque la timidez es su marca característica. Sin embargo, ya tiene experiencia en batallas: luchó contra un poderoso Conkeldurr, y nos ayudó a obtener la victoria. Desde entonces tiene algo más de confianza en sí misma. Pero, desgraciadamente, no puedo mantenerla en mi equipo por diversas razones. El favor que te pido es que la tengas contigo. Que sea parte de tu equipo, la entrenes y le des toda esa felicidad que jamás encontró en el Bosque Pincel. Si está contigo, su vida volverá a mejorar drásticamente. Sé que se van a llevar muy bien, porque las dos son dulces." Me sonrojé un poco ante sus últimas palabras pero asentí decidida con la cabeza para después sacar al pequeño pokémon para presentarme. —Buenos días, Cotto-chan~—dije intentando ser lo más amable posible para que no se asustará—Yo soy Emily y Hubert me ha confiado tu entrenamiento—le expliqué sonriente—Intentaré ayudarte a ser la más fuerte pero a cambio tú tienes que ayudarme a vencerlo a él alguna vez—señalé a Hubert con semblante serio para después dejar escapar una risita—Bienvenida al equipo~—dije tras sacar a mis pokémon para que saludarán a la nueva integrante, avisándolos antes de que tuvieran cuidado. —Muchas gracias Hubert—me giré hacia el chico tras observar como intentaban integrar al pequeño algodón—¡Deja de hacer cosas por mí! ¡No voy a poder devolvértelas!—me crucé de brazos pero mis labios seguían formando una sonrisa. Contenido oculto @Bruno EVF
a medida que caminaba observaba maravillado, el paisaje de esa pintoresca ciudad,la cual no dejaba de asombrarme por los relieves que la rodeaban, lo único que me disgustaba era el gran volumen de masas que esta manejaba -um empear, no te parece que hay demasiada gente por esta ciudad- le comente a mi fiel piplup mientras vagaba sin rumbo alguno -sera mejor que saque a mag y a nidos antes de que se ofendan- dije liberando a mi magnamite y nidoran mientras paseaba con mis pokemon sin darme cuenta, estaba tomando rumo hacia el lago helado, de tal modo que al caminar yo...
Emily asintió cuando hube terminado de referirle la historia de Cottonee. Hizo que el tipo Planta/Hada saliera de su pokébola para presentarse, y lo mismo hizo con sus demás pokémon para que comenzaran a hacer buenas migas. Noté que su rostro rodeado de algodón se enrojecía de vergüenza ante tantas caras nuevas hablándole al mismo tiempo. Sin embargo, me percaté de que no se sentía intimidada por la presencia de Emboar, lo cual era positivo: cuando había conocido a Serperior, procuraba mantenerse alejado de él por su apariencia y tamaño. Lo que pasaba ahora con el inicial de fuego podía ser señal de que era más confiada a pesar de su rubor. “Muchas gracias Hubert… ¡Deja de hacer cosas por mí! ¡No voy a poder devolvértelas!” —No hace falta que hagas algún tipo de retribución —dije, sonriéndole—. Pero si insistes: vuélvanse fuertes—me puse de cuclillas. El que ahora era el nuevo pokemón de Emily se acercó hasta mí al notar que me agachaba. Nos miramos largo rato. Cottonee se echó sobre mí pecho. Al abrazarla sentí que su cuerpecito se sacudía en espasmos y temí que estuviese llorando. Pero cuando nos separamos, vi la sonrisa que sus ojos reflejaban. —¡Cottonee! —exclamó alegre, con su voz aguda; supe lo que había dicho. Te quiero. Acaricié su algodón, mientras reíamos juntos. —¡Quiero verte hecha una veloz y resistente Whimsicott! ¡Y que me demuestres lo peligrosa que puedes llegar a ser en batalla! Cottonee hizo una afirmación entusiasta, ante la sonrisa de los demás. Entonces volví a dirigirme a Emily. —Gracias —le sonreí antes de girar sobre mis talones. La miré por sobre mi hombro—. Iré a curar a mis pokémon. Cualquier cosa por la que me necesites, podrás encontrarme cerca de la Torre Desafío de Ciudad Témpera… ¡Nos vemos! Troté hacia el edificio sanitario, seguido por Serperior, Maractus, Spritzee y Plusle.
me golpee con la pared de una tienda, bastante extraña, en la cual se podían observar algunos retratos y dibujos de pokemon de las 3 zonas adyacentes a la ciudad, decidí ignorar esa tienda y seguí mi camino, aunque algunas personas me miraban de forma extraña, y susurraban cosas entre ellos, de esas cosas logre oír que una señora le decía a otra "por su cabello y pintas debe de ser algún delincuente juvenil", algo que ya había oído antes, ya que extrañamente por mi cabello mucha gente creo que soy un rebelde. -no soy ningún delincuente, mi cabello es así desde que nací- dije enojado de manera fría, entonces me di cuenta de que la gente se sorprendio y asusto por mi mirada. -solo un ladrón o un bandalo tendría el cabello así teñido, ademas con ese corte pareces una niñata- exclamo un hombre de al menos 30 años de altura mediana, contextura morruda, este llevaba puesto un oberol de albañil y junto a el estaba un machoke, el cuan me miraba de forma desafiante. ante esto decidí guardar a mis pokemon y salir corriendo de esa zona, metiéndome en un oscuro callejón, mientras sentía que alguien me seguía el paso.
Contenido oculto Yo que tú usaría el guion largo, así es mucho más entendible. Y por cierto ¡Bienvenido al rol! No suelo tener expectativas de los nuevos, estos suelen durar poquito e irse :/ Espero que no sea así contigo, mucha suerte y recuerda: Captura pokémon y forma tú equipo desde lo pequeño. Si tienes alguna duda con gusto te la resolveré ^^
Me despedí de Hubert con la mano y empecé a caminar de vuelta al sitio dónde se enocntraba Dante seguida de mi nuevo pokémon. El resto del equipo se quedó jugando por ahí o paseándose. Quizás durmiendo. No lo sabía con exactitud pues me gustaba dejarles independientes. —¡Dante!—saludé una vez a su lado mientas el pequeño Cottonee se escondía tras mi cabeza algo tímida y miraba al chico con curiosidad—Y Staraptor~—dije hacia el pokémon que se encontraba al lado de su entrenador—¿Qué tal estáis?—pregunté alegremente intercambiando mi mirada entre ambos, peor no los dejé acabar porque seguí hablando nada más formular la cuestión—¡Porque yo estoy muy bien¡ ¡Y todo gracias a esta monosidad que acabo de recibir! Que supongo debe estar escondida por que es muy tímida...—acabé la frase al no verla al lado mía como hace 5 segundos.
Contenido oculto okay, gracias por el tip, lo del guion largo recien me doy cuenta de que esta el boton en las opciones, si no yo soy de los que molesta en los fic pidiendo que usen el guion largo (la portanil no me deja ponerlo con alt +1551) tratare de ser activo a la hora de rolear, ya e roleado en otros foros asi que tengo algo de experiencia :D aquello que me seguía el paso era un niño de unos 5 años, de cabello negro, un poco gordito y con aspecto de haberse perdido, lo que me llamo la atención fue que a su lado tena un machop, el cual tenia una mirada desafiante al igual que aquel machoke que había visto previa mente, mientras estaba hundido en mis pensamientos, niño empezó a llorar dejándome un poco desorientado —hey deja de llorar que si te ven llorando a mi lado van a pensar que te hice algo— dije preocupado por que alguien viera esta escena y saltara en defensa del niño —bua bua, mamá ¿donde estas?— dijo el niño despertando un recuerdo mio de mi infancia :flashback: —mamá, ¿por que nos alejamos tanto de papá?— dijo un Kyo de 7 años, a lo que era la sombra de una señora, la cual enfurecida golpeo a kyo con un cinturón. —¡mocoso insolente, quien te a dado el permiso de hablarme!—dijo una señora furica mientra golpeaba al niño de manera muy violenta hasta dejarlo inconsciente —¿donde esta mi verdadera madre?—dijo en infante antes de quedar inconciente :fin flash back: mire al pequeño que aun lloraba y acercándome le dije —estate tranquilo que yo te ayudare a encontrar a tu madre—le dije ofreciéndole mi mano, la cual el decidió tomar, así comenzamos a caminar fuera del callejón, en busca de la madre del niño
Continuaba con Staraptor acariciándole y demás, hace mucho tiempo que no pasaba tiempo con mi pokemon, pero no era mi culpa totalmente, Staraptor siempre andaba volando de un lado a otro cuando tenía la oportunidad en vez de quedarse con los demás del grupo, pero no le iba a reclamar nada a menos que quisiera recibir picotazos de reclamo de su parte. Un tiempo después escuché a Emily llamando y paré los mimos a mi pokemon, este cuando estuvo apunto de reclamarme notó a Emily y lo dejó pasar esta vez (además de que Emily también le había saludado lo cual lo alegró un poco más). Nos preguntó que tal estabamos pero no nos dio mucho tiempo a responder ya que nos contó la nueva noticia de que acababa de recibir una nueva pokemon...tímida al parecer — Hola pequeña...— le saludé colocandome lentamente al lado de Emily para verle, puesto que estaba escondida detrás de ella — Mi nombre es Dante, y este de aquí es Staraptor — le sonreí amablemente y Staraptor ladeó un poco su cabeza para mirarle con curiosidad, en comparación con mi pokemon ella era muy pequeña
La Cottonee, aunque algo temerosa, hizo el además de acercarse a Dante. —No te preocupes~ Él es muy bueno~—animé al pokémon algodón el cual, al escuchar mi palabras y confiando en ellas, se acercó a Dante lentamente. Cuando notó que éste no le hacía nada malo empezó a revolotear a su alrededor haciendo sonido alegres. Reí levemente al ver su reacción y empecé a acariciar a Staraptor mientras observaba los adorables y curiosos movimientos del pokémon.
Cottonee dudó un poco al acercarse a mi pero apenas Emily le animó se acercó a mi a su paso, muy lentamente tal vez para asegurarse de que no le haría nada malo y cuando tomó mas confianza comenzó a revolotear a mi alrededor alegre — Eres muy tierna — dije acariciandole un poco cuando se detuvo un poco. Staraptor al sentir que Emily le estaba acariciando bajó un poco su cabeza para reposarla en su hombro disfrutando las atenciones que la entrenadora le brindaba
Tras un rato caminando, me empece a incomodar ante la mirada de la gente, la cual parecía pensar que estaba secuestrando al niño o quizás algo peor, aun así yo solo pensaba en ayudar al niño a encontrar a su familia, de pronto el niño dijo. —señor, ¿como se llama?— pregunto el infante sin quitarle el ojo a Kyo,el cual miraba extrañado al infante, y tras dar una pequeña risa exclamo —Mi nombre es Kyo, y este pequeño piplup es Empear— dijo tratando de parecer amigable, aunque su voz esta vez, sonó un tanto siniestra —¿cual es el tuyo?— pregunto con una mirada extraña ,que de alguna manera parecía tranquilizar al pequeño, en lugar de asustarlo como le pasaría al resto —mi nombre es Kiminaro y el es Cachas— dijo el niño tratando de imitar a Kyo señalando a su machop, ante lo cual Kyo miro extrañado al pequeño, tras media hora caminando, se cruzaron con una señora de unos 30 años, bajita, un poco pasada de peso, y de cabello castaño, la cual al verlos exclamo —¡delincuente aléjate de mi Kiminaro!— exclamo la señora mientras corría con un semblante de furia hacia los jóvenes —así que no eras un delincuente ¿eh?, pues se nota que tratabas de secuestrar a mi hijo— dijo el mismo hombre que lo había acusado hace un rato, mientras se acercaba de manera peligrosa y desquiciada a kyo —papá, mamá, deténganse— pidió kiminaro, de manera preocupada —el me estaba ayudando a encontrarlos— explico el niño ante la mirada incrédula de sus padre, que no daban crédito a lo que oían, ante la confusión Kyo aprovecho para uir, pensando en nunca volver a encontrarse con esa familia.
Aterricé con Swellow en el centro pokémon. — Muchísimas gracias a los 3...no, a todos los que hicieron esto posible.— Sonreí mirando a mis pokéballs. Luego de eso mi mirada pasó al centro pokémon donde pedí la recuperación de todos mis pokémon. Sin más me senté en un sillón a esperar. Pensar que podría ganar eh...la verdad ni yo mismo me tenía mucha fe contra Ian. No es que sé me hubiera subido a la cabeza, está fue una victoria más, tal vez la con importancia máxima, pero al fin y al cabo una más. Hablando de batallas; gracias a mucha gente llegué a ser lo que soy. Dante, Emily, Effy, Ukita, Steve, Rojo, Mitsuki, Mizuki, Destiny, Liza, Bruno, Brendan, Yair, Chad, Kim, Elisa, Hubert e Ian. Toda ésta gente con la qué en algún momento he hablado o luchado me han hecho crecer, tanto como entrenador y como humano. Ahora sin más tendría que decidir una siguiente meta. — Podría buscar nuevos pokémon para mi equipo, también podría ir a la torre de desafío, buscar combates callejeros.— Murmuré para mi mismo.— Piensa Alpha..
tras un rato corriendo me detube en seco al sentir un frió muy grande en todo mi cuerpo, ante esto decidí cerrar mi campera, y contemple con asombro el lago helado el cual se encontraba bastante cerca. —um parece que el destino me trajo hasta aqui— susurre en voz baja, admirando el lago, —creo que lo mejor sera ir hacia alla— dije para mi emprendiendo mi marcha hacia ese lago, donde seguro me esperaran grandes aventuras y quizas nuevos rivales.
Mimi Honda —Deja de pensar—sonreí, apareciendo frente a Alpha con la pokéball de Moo en mi mano—. Vendrás conmigo. Después de mucho darle vueltas a la cabeza, había optado por hacer lo mejor para mi. No es porque obedecer a Effy fuera lo mejor, ni mucho menos, sino porque a parte de que debía obedecerla por perder aquella absurda apuesta, tenía razón. De ninguna de las maneras progresaría ni llegaría a nada si me quedaba toda la vida allí. Y, de todos modos, aún tenía un cupón para la sede de Galeia de un lujoso hotel, no podía desaprovechar un regalo así, fuera quién fuese quién me lo hubiese dado. Según tenía entendido, El Hotel Ricachilton era aún más ostentoso que el famosísimo Olympus Dèlices, e ignorar un presente de tal magnitud ante todas las calamidades que me habían ocurrido, era algo que no podía permitirme. Pero ir yo sola... ¡Por Arceus, no! Si ni siquiera tenía dinero, ¿qué iba a comer? ¿Dónde iba a dormir si me hallaba de pronto en mitad de un bosque? ¿En una cueva como los Zubat? ¡De ninguna de las maneras! ¡Que horror! Alpha me miró como si no tuviese idea de que le estaba hablando. Yo me crucé de brazos, sin moverme un sólo centímetro de mi posición. —Vendrás conmigo en mi viaje, ¿verdad?—le pregunté, frunciendo el ceño. Ni siquiera le di tiempo para que respondiese—. ¿No esperarás que vaya yo sola por ahí, no?—breve pausa—. ¡No me mires así! ¡Deberías agradecerme que te permita acompañarme, podría haber elegido a cualquier otra persona!—le espeté, y dignamente, giré sobre mis talones para marcharme... en mi cabeza, aún seguían rondando las palabras de Effy: ''No llegarás a nada ni progresarás ni tú ni tus pokémon como entrenadora'' ¿Quería que progresara? Eso era justo lo que iba a hacer—. Vamos, no tengo todo el día. Cuando te hayas decidido, recoge tus cosas, te espero fuera. Y tal y como había llegado, desaparecí por la puerta del Centro. Contenido oculto Lo siento, Gold xD
Mientras esperaba, junto a mis pokémon, que la enfermera Joy terminara su trabajo con aquellos que lucharon contra los compañeros de Effy, pude ver desde el mostrador a Alpha entrando. Lo hubiera saludado de no ser porque se puso en una actitud bastante pensativa, razón que me hizo permanecer en mi sitio: un momento de reflexión siempre venía bien para la mente. En esas instancias también se suelen hallar fuentes de nuevos conocimientos. Sentí una pequeña patita tocando mi hombro. Plusle se había posado sobre el mostrador junto con Spritzee y me alcanzaban dos de las cuatro pokébolas que Chansey me devolvía. Dando las gracias, las guardé en su sitio correspondiente en mi cinturón. Llamé a Serperior y Maractus, cada uno en sus cosas dentro del establecimiento, y los regresé al interior de sus pokébola al igual que a Spritzee. —¡Es hora de un nuevo desafío! —me justifiqué. Salí rápidamente del Centro Pokémon, con Plusle riendo en mi hombro. Pidgeotto se manifestó ante nosotros cuando fue arrojada su pokébola. Al subirme sobre su lomo, le dicté el siguiente destino: —¡Torre Desafío!