Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

Elizabeth/comedor.

Me encogí de hombros, no prestaba atención así comía mucho o no, tenia una bestia en el estómago y la estaba saciando con pastel de chocolate, mi favorito de todos los podtres.

—Supongo que si, es que tenia mucha hambre.

 

Atemis (comedor)

Me había sentado allí, con la mismísima actitud pensativa.

 

Bergren [Pasillos]

Terminada mi respuesta al mensaje de Omega, me volteé para seguir a mis compañeros en cuanto el Pegaso hubo doblado una esquina del pasillo. Se habían adelantado tanto que los perdí prácticamente de vista, mas no debían de encontrarse muy lejos a razón de que nuestros pasos nos conducían a un mismo destino. Mi estómago rugió.

—¿Y tú quieres algo, hermano? —pregunté en dirección a uno de los ventanales laterales.

Allí estaba el ojo de Bijesan mirándome fijamente. Dado su considerable tamaño, sólo podía acompañarme desde el exterior de la Academia en los momentos en que me encontraba dentro de la misma... Sé que podría utilizar un hechizo para reducir su tamaño y que paseara conmigo por estos pasillos; mas, algo me decía que aquello no le haría gracia. Además, lo notaba contento cada vez que era yo el que lo miraba través de las ventanas, cuando disfrutaba de observar cómo el dragón volaba en la vastedad del cielo. Afuera era más libre.

Bijesan gruñó. Esa fue su sola respuesta. Supuse que debía ser una afirmación.

—Te lanzaré cuanta comida pueda —le sonreí—. Intenta mantener cerca de las ventanas que estén abiertas.

Dicho esto, me introduje en el comedor.

 

Elizabeth/comedor.

Vi a Bergren entrar y me levante de mi asiento haciéndole señas con el brazo derecho para que comiera con nosotros. Cuando me vio le dedique una sonrisa y volví a tomar asiento para comer el cuarto de pastel que me quedaba.

 

Habitación D / Elijah

—Ya comprendo… así que lo que he oído en historias es cierto —comenté, recordando aquello que me habían contado en el camino hacia la academia, sobre los magos y sus familiares—. Pues me he perdido la dichosa ceremonia, he tenido... inconvenientes en el camino hacia aquí, por eso no llegué a tiempo para el principio del año educativo. ¿Habrá alguna forma de que pueda realizar esta invocación antes de que comiencen las clases? ¿Crees que puedas ayudarme a invocar a mi familiar, Rachel?

En eso, cuando agregó lo del uniforme, recordé lo que había comprado en cuanto fui admitido en la academia… busqué en mi maleta y lo encontré al fondo del equipaje, enterrado debajo de prendas mal dobladas y cajas de cigarrillos sin abrir; lo saqué completo y lo colgué de una percha. Luego me quité mi remera, revelando un cuerpo que no me avergonzaba de llamar bien marcado y musculoso, al menos para mis adentros. Luego me volteé hacia la joven presente, que no apartaba la vista (quizás por el shock) al ver que me estaba cambiando.

—¿Quieres voltearte para no ver o… —sugerí con una sonrisa amplia y seductora; apenas dije el o, desabotoné el primer botón de mi pantalón, causando que la chica apartara la mirada rápidamente, levemente ruborizada agregué en mi mente— te quedas para ver el show?

 

Bergren [Comedor]
Muchos estudiantes se encontraban presentes en el comedor. Parecía ser que la clase de la sexy profesora Agnes no había sido la única en llegar a su fin antes de lo debido. Mis ojos, brillantes por la concentración, escrutaron cada una de las sillas vacías, con el comando de ubicar aquella que se postrara junto a la joven más atractiva del comedor. Tarea dificultosa, pues había demasiadas presentes. En realidad, me fijaba en todas ellas con una sonrisa picarona.

Sin embargo, una de ellas me invitó a sentarme a su lado: Elizabeth, con una sonrisa que hizo que se me parara…

Me refiero al corazón~

Antes de tomar asiento al lado de la chica, me encargué de abrir la ventana que había detrás de su delicada espalda, desde se podía contemplar el paisaje de los patios de la Academia. Se sintió el rumor de un gruñido cuando separé las portezuelas de vidrio.

—Me han dejado solito en los pasillos —reproché con un dulce tono de voz mientras acariciaba la cabeza de mi hermano Bijesan, que se había asomado a la ventana—. ¿Acaso están comiendo pastel de frutas?

 

Yuniko Koizumi [Pasillos]

—¡Ícaro vuelve aquí! ¡Ícaro! ¡Soy tu maestra y debes obedecerme! ¡Deja de correr, maldito! ¡Ícaroo! —gritaba a viva voz tratando de alcanzar al Pegaso que se daba de fuga, corriendo como loco por los pasillos mientras le perseguía empuñando furiosamente mi varita, provocando explosiones de fuego que siempre lograba evitar gracias a su velocidad.

Algunos estudiantes miraban entre asustados y sorprendidos la persecución, otros se veían envueltos en alguna que otra llamarada y otros optaban simplemente por dejar paso, pero yo no detenía mi carrera bajo ningún concepto. Perdí el rastro de mi familiar tras cruzar la esquina de uno de los numerosos pasillos de la academia y me vi necesitada en frenar un poco y recuperar el aire. Ya lo buscaría después.

—Arg, ya se me escapó otra vez. ¿Pero qué problema tendrá con ésto? —bufé calmando un poco los nervios y mirando el pequeño maletín de maquillaje que llevaba en mi otra mano. —Con lo mono que lo iba a dejar pintándole la cara y poniéndole un lacito... ¡Tú te lo pierdes, baka! —le espeté al aire aún sabiendo de que no podía oírme, y di un pequeño golpe con el pie al suelo, como descargando la ira con ese gesto.

Pero, instantes después, la sensación de hambre me invadió y el asunto del Pegaso se me olvidó por completo; ¡hora de ir a almorzar! Reducí el maletín a tamaño de bolsillo y tras guardarlo para ir sin nada en la mano comencé a caminar hacia el comedor, siguiendo a todos los estudiantes hacia el lugar. Sin duda esa era la mejor manera de orientarse. Justo cuando divisé un cartelito que indicaba que el comedor estaba más adelante, visualicé a lo lejos, en unos pasillos de la izquierda a un chico bastante más mayor que yo (bueno, como casi todos en esta escuela) y curiosa al ver la lentitud con la que caminaba me acerqué a ver. Poco después pude notar que estaba herido.

—¿Y a ti qué te ha pasado? —comenté colocándome frente al chico con curiosidad y llevé mis manos tras la espalda, con una sonrisita inocente y sin importarme mucho su deplorable estado. —¿Te has portado mal con alguien y te ha pegado?

 

Elizabeth/comedor.

—Lo siento Bergren, tenia demasiada hambre, pero te guarde un lugar —le sonreí apuntando a la silla junto a Daiki —. Y mi pastel es de chocolate —conteste a su segunda pregunta sin apartar la vista de lo que quedaba de mi postre.

 

Omega Vantage/Pasillos

Mientras camino por los pasillo a paso de caracol escucho la voz de alguien, esa persona está enfrente mia, es pequeña y lleva el pelo rojo, con dos coletas. Era mona y pequeña, aunque no me hizó gracia su pregunta.

—¿Te has portado mal con alguien y te ha pegado?—Me preguntó con una sonrisa.
—Sufrí un accidente con mi pegaso, se estampó en una clase y por eso estoy así, quiero ir al comedor porque tengo algo de hambre y allí esta mi compañero de habitación Bregen—Contesté parando de andar.

La miré, parecia buena persona.

—¿Me ayudarías a llegar?—Pregunté con una sonrisa.

 

Antes de poder responderle al chico de verdes ojos mi estómago hizo acto de presencia con un gruñido que creo, que interrumpió el pacifico sueño de Eban'e.

-No se sí gustas pero yo me dirijo al comedor- me reí un poco y esperé a ver sí me acompañara o no . También le respondo lo anterior -creo que me hubiera llevado bien con cualquiera, mientras respetes a esa criatura que es capaz de dar la vida por ti, todo debería ir bien.

 

Yuniko Koizumi [Pasillos]

Me aguanté la risa tapándome la boca al escucharlo, vaya accidente más absurdo. Aunque bueno, si no tienes práctica montando a los Pegasos, también me podría ocurrir a mí. Lo miré de arriba a abajo, pensando deliberadamente en su petición, no es que me apeteciera mucho hacerlo, pero tampoco era capaz de dejarlo así. Si no luego tendría remordimiento y ese era un sentimiento muy molesto.

Solté un suspiro de resignación y llevé mis dos manos a la cintura, cerrando los ojos por leves instantes. Al abrirlos volví a mirarle y asentí.

—Está bien, de todas formas yo también iba para allá. —le dije tomando una de sus manos con algo de delicadeza para no hacerle daño y la coloqué en uno de mis hombros como medio de apoyo para que no se tambaleara. —Puedes apoyarte en mi si quieres para caminar, pero ni se te ocurra caerte encima mía. No quiero morir tan pequeña. —le sonreí e hice un gesto con mi cabeza señalando los pasillos de en frente. —Vamos, el comedor está cerca de aquí.

 

Contenido oculto

@EliLover @Bruno EVF

Iba a responder pero tenía la boca llena, otra vez, por lo que me quede callado y traté ede esbozar una sonrisa con los cachetes llenos: exactamente como una tusa. De pronto Elizabeth se puso de pie y sonrío a alguien, volteé a ver y me di cuenta de que se trataba del pelirrojo. Se sentó a mi lado y comenzó a acariciar a su dragón.
—Oye, me he cansado de decirte pelirrojo en mis pensamientos, ¿podrías decirme cuál es tu nombre? —pedí con el rostro serio al "pelirrojo".

 

Yukie Inuoe

Me encontraba mirando por la ventana del amplio comedor de la Academia, pensando en todo lo que me había ocurrido en el día. La invocación del familiar, que había resultado ser toda una sorpresa, pues nunca creí poder conseguir un Fénix... ni en mis mejores sueños había logrado un Familiar así. Y por otro lado, conocer a Satoko. Estaba segura de que seríamos buenas amigas. Sonreí levemente. Tener a Bennu a mi lado y haber conocido a Satoko-chan era lo mejor que podría haberme ocurrido. Al menos, ya no me sentía tan vulnerable y tan sola.

Fue entonces cuando oí una voz, una voz que creí reconocer, y me volví, mostrándole a la recién llegada una tierna sonrisa.

—Ah, Satoko-chan—dije, feliz—. No te disculpes, tranquila, estaba esperando que volvieras—reconocí, con un leve rubor en las mejillas, y las manos tras la espalda—. Entonces... ¿vamos a comer?—pregunté, señalando la fuente de Brioche, pastas y dulces que se encontraba en el centro de la larguísima mesa del comedor.

 

Habitación D [Rachel]

Sentía arder mis mejillas por el gran sonrojo que tenia al ver como Elijah se quitaba su remera, sentía que mi respiración se entrecontraba mientras me encontraba en estado de shock, me mordi el labio inferior aun sonrojada y cuando este había desabotonado el primer botón de su pantalón. Ahí reaccione y gire mi rostro a otro lado.

—"P-por Dios…¿Como puede ser tan pervertido?"—pensé sonrojada mientras cerraba los ojos y miraba a otro lado—O-oye, Elijah…me pudiste decir antes que saliera de la habitación ¿sa-sabes?—Le dije mientras me daba le vuelta para no verle y que me de algo.

Luego recorde la pregunta que me había echo antes y asenti.

—E-en cuanto termines…te ayudare para que invoques a tu familiar.

 

Agradeci con una sonrisa haberme encontrado a alguien tan simpatica y amable. Me apoyé en ella para poder continuar y llegar hasta el comedor, caminé con dificultad pero un poco más rápido que antes al poder tenerla de apoyo. Caminamos un buen trozo hasta llegar a la entrada, allí estaban todos, comiendo tranquilamente y podía ver a algunos conocidos. Antes de entrar decidí descansar unos segundos sujetandome en la chica que aunque era pequeña tenia fuerza.

—Las dos chicas con las que he hablado son bajitas, monas, simpaticas y divertidas—Comenté mientras descansaba.

No sabia como podia darle las gracias por todo aquello.

—¿Cómo podria compensarte por todo?—Le pregunté. No me gusta estar en deuda con nadie.

 

Habitación D / Elijah

Reí sonoramente con lo que había dicho; era cierto que podía haberle dicho que saliera, pero no quería, sinceramente, en parte porque quería que me siguiera hablando de la academia, y en parte porque me interesaba esta joven, en más maneras de una. Sin embargo, me volteé fuera de su vista mientras me quitaba los jeans y luego me ponía mis zapatos y pantalones del uniforme. Acto seguido, me procedí a abotonar la camisa blanca sobre mi cuero desnudo.

—Ya está, puedes mirar… se que quieres —dije con tono bromista, mientras pasaba de botón en botón—. Ah, entonces puedes ayudarme con ello… eres genial Rachel, gracias. Oh, y un último favor… ¿me ayudar con esto? Jamás he podido aprender como se hace el nudo…

Ella miró y le señalé la corbata reglamentaria del uniforme, que estaba sin hacer en mi mano y que no tenía idea de como se hacía apropiadamente.

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Obviamente, no tengo idea de como es el uniforme de la academia, inventé el clásico de cualquier anime de secundaria… espero esté bien XD

 

Matthew

Hice un pequeño ademán para indicarle que siguiera su camino y no se molestara en esperarme, no iría a la cafetería, demasiados estudiantes estarían allí que no quería tratar por ahora, y no quería ser el pequeño punto blanco en una mancha negra explicandole mi decisión a Daiki del porque me habia separado.

— Buen provecho — dije antes de dar media vuelta con mi fenix en mi hombro — Tomaré aquello en cuenta, gracias.

 

Subí y bajé los hombros aceptando su decisión. Llegué verdaderamente rápido al comedor y sin tropezarme con nadie logre hacerme de una bandeja evitando la larga fila, fue muy sencillo avanzar sin que fuera mi turno hasta la gran barra donde escogí a menos una docena de alimentos: carne, fideos, caldo de pollo, platano frito, ensalada de vegetales, ensalada de frutas, dos cambures y una manzana adicionales, yogurt, jugo de naranja, helado de vainilla y fresa (la mayor cantidad que pude sostener), un par de galletas de chocolate, jarabe de caramelo... Soy de las personas que realmente disfrutan de su comida tanto como de dormir, así que nunca he temido servirme la cantidad con la que quedaria satisfecha al contrario de otras chicas que dudan entre una ligera ensalada y una manzana.

Me sente sola y comenze con mi extraño ritual de alimentación, combino los alimentos de cierta manera y en ciertas medidas demasiado especificas como para que alguien pueda ordenar mi comida de la misma manera: A la ensalada de frutas le agrego la manzana y uno de los cambures (realmente no se porque nunca le colocan suficente de esas frutas), el otro cambur lo coloque en el tazón del helado (solo vainilla y fresa) junto con el jarabe de caramelo y la mayoria de la galletas trituradas, Una cucharada de helado viajo hasta la ensalada de frutas (solo una) mientras yo dispongo los fideos dentro del caldo de pollo, tambien coloco el resto de las galletas dentro del yogurt que a veces mezclo con la ensalada de frutas aunque hoy no me provoque. Luego me dispuse a comer lo seco, la sopa, la ensalada de frutas y de vegetales, pasandolo con el jugo de naranja; finalmente solo quedamos el tazon de helado y yo.