Mimi Honda —¡Ugh!—gruñí, golpeando de nuevo la mesa, esta vez con los puños—. ¡Baka! ¡Si no tuvieras ninguno de esos ataques ineludibles, Raiden hubiese acabado con tu Crobat hace mucho!—le espeté, molesta, y volví a sentarme de nuevo, notando por el rabillo del ojo la expresión de dolor que cruzó por unos instantes el rostro de nuestro compañero de mesa. ¿Hmm? sacudí la cabeza, y volví a retomar el curso de la conversación—. Estoy casi segura de que si combatíesemos ahora, sería una historia muy diferente. Sin legendarios, mega-evoluciones ni ataques ineludibles—miré a Effy—. Que sea un combate justo—declaré—. Como yo te he retado, tengo todo el derecho del mundo a decidir las normas, no es así, ¿Hubert? Pregunté, pisando esta vez a propósito el pie del entrenador.
—Si no te largas llorando antes de que termine el combate, aceptaré el desafío encantada —sonreí, poniéndome de pie—. Esperaré por ti afuera. Y dicho esto, me marché de la mesa, aunque claro pasando antes por la caja registradora donde pagué por todo lo consumido. Luego marchamos con mi largo grupo de pokémon viniendo detrás de mí… y por alguna razón, también Spritzee venía levitando detrás de nosotros, siguiendo a Marowak y Clefairy. El hada de Hubert parecía fascinada por mi extenso equipo pokémon, y su entrenador no tardó en seguirnos para no perder de vista al curioso pokémon rosado. Una vez llegué afuera, por la puerta trasera del centro pokémon, localicé una arena de combate delimitada con aerosol blanco sobre la tierra, vacía, y rápidamente procedí a ocuparla antes de que otros entrenadores lo hicieran. Regresé a todos mis pokémon a sus respectivos esféricos, excepto por Dragonite, que se quedó a mi lado como compañía. En eso, mientras esperaba a Mimi, descendió del cielo un pájaro… un pelicano, para ser exactos. Pensé por un momento que se trataba del Pelipper de Kim, pero en cuanto aterrizó noté que era variocolor, con sus extremidades doradas en lugar del clásico azul, y tenía una bolsita marrón atada a una de sus patas, así como una pequeña nota la cual tomé apenas me extendió la pata, como indicando que el correo era para mí. Se trataba de un mensaje de la Guardería Barniz; había pasado el límite de los quince días en la guardería, y me enviaron directamente a los dos pokémon que había dejado allí por esa razón. Abrí la bolsita de Pelipper y tomé las dos pokémon minimizadas que se encontraban allí dentro. Una vez puse a Alakazam y Golduck seguros con las demás pokebolas, tomé el dinero que debía por sus cuidados y lo coloqué dentro del pequeño saco marrón. Una vez lo até apropiadamente a la pata del Pelipper, éste despegó y se alejó rápidamente por los cielos, de regreso a la guardería. —¿Tardará mucho más Mimi? —me pregunté, cruzada de brazos—. A lo mejor se arrepintió...
El dolor llegó como el impacto de un asteroide, casi podía imaginar los huesos bailoteando bajo la fuerza del pisotón. Una sensación aguda penetró mi pie con salvajismo, como si al mismo tiempo ingresaran por la zona clavos, taladros y demás objetos punzantes. Tuve que apretar fuertemente los puños para no asustar a nadie con mi grito; y de paso, evitaría llamar la atención de los demás presentes y entregarles un cuadro ridículo. ¿Por qué fui el destinatario del ataque de Mimi? Lo único que pude concluir en esa instancia de dolor fue que, si su pisotón figurara como ataque pokémon, tendría una Potencia de 80. Había sido muy fuerte y todavía no recuperaba el aire. Recuperé la noción del espacio-tiempo para escuchar justo la parte en la que Mimi retaba a Effy a una batalla. "Como yo te he retado, tengo todo el derecho del mundo a decidir las normas, no es así, ¿Hubert?" me preguntó. Acto seguido pisó otra vez el mismo pie. Tuve que aferrarme al borde de la mesa, pero logré juntar ánimo para sonreírle. Levanté el pulgar para mostrar mi aprobación. Diminutas lágrimas de dolor habían asomado a mis ojos... _______________________________ La otra entrenadora aceptó, encantada como siempre ante la inminencia de un nuevo combate, y salimos. Regresé a todos mis pokémon a sus pokébolas, salvo Serperior y Maractus (los rebeldes anti-pokébola). También permití a Spritzee respirar un poco más del aire exterior. Debía conocer cómo eran las batallas, pues en el futuro debería formar parte de las mismas... Para ella tenía pensado un rol importante, pero lo primero que debía hacer era lograr su evolución. Una vez llegamos al patio trasero, Serperior se quedó junto a mí, mientras que Maractus le hacía a Spritzee un tour por el mundo real, describiendo con magnificencia hasta el más nimio objetos (césped seco, por ejemplo) _______________________________ —No lo creo. Veo que te desprecia bastante, y no creo que se eche atrás si se trata de vencerte —comenté con la voz tranquila, pues me había recobrado del dolor. Me crucé de brazos, esperando la aparición de Mimi. Tardaba, sí, pero iba a aparecer tarde o temprano. En un momento dado, me volteé... Y miré a Effy a los ojos. Le sonreí con sinceridad. —Cuando termines, me gustaría enfrentarte —le dije—. Pues... Extraño mucho tu presencia al otro lado del campo de batalla.
Mimi Honda —¡C-cierra la boca!—le espeté, furiosa, levantándome como un resorte de la mesa, y golpeando de nuevo la madera con las palmas de mis manos. ¡Ugh! ¿Es que no podía mantener el pico cerrado ni un segundo?—. ¡No me fui llorando, tú ni siquiera me viste! ¡Cállate! Sonrió, y sin más, abandonó la mesa como quién abandona un barco que está por hundirse. Tuve que tomarme mi tiempo para volver a calmarme, si quería ganar esta batalla debía mantener la mente serena y en blanco. Inspiré profundamente. Hubert, cual Lillipup obediente, tomó a sus pokémon en sus respectivas pokéballs—excepto el de las maracas y el... esa cosa verde y enorme— y corrió detrás de ella. Los seguí con la mirada, preguntándome que clase de relación los uniría... fruncí el ceño aún más. Si Hubert tuviese orejas y rabo seguro que no paraba de menearlo al son de Effy. *** Cuando aparecí en el ''campo de batalla''—un montón de rayas pintadas en el suelo delimitando el área no es que tuvieran mucha clase—, mostraba un aspecto diferente. Me había pasado los últimos veinte minutos frente el espejo de la habitación, tratando de conseguir hacer mi cabello más presentable. Suelto, me caía salvaje por la espalda, y aunque las puntas estaban abiertas y quemadas, y su tacto distaba mucho de la suavidad de antaño, era más digno de lucir que la monstruosidad de hace unos minutos. Maldito Raichu de Liza... pensé. Liza... ella al menos cocinaba bien, debía reconocerlo, aunque a regañadientes. El desayuno que me había preparado había estado al nivel. Lo había apuntado en mi libreta para futuras referencias. —Cuando termines, me gustaría enfrentarte —oí la voz de Hubert—. Pues... Extraño mucho tu presencia al otro lado del campo de batalla. Extraño tu presencia en el campo de batalla... un Lillipup, justo lo que yo decía. Meneando la cola por su entrenadora. Señalé a Effy con un amenazador dedo índice, desde el lado opuesto del campo. —¡No he dictaminado todas las condiciones!—le dije, alzando la voz lo suficiente para ser escuchada desde mi posición—. ¡Si pierdes, me servirás durante una semana. Sin quejarte. Obedecerás todas mis órdenes y trabajarás para mí las veinticuatro horas del día sin remuneración! Mi rostro mostraba una determinación que no creía haber visto antes.
Le sonreí a Hubert y le respondí que claro, aceptaría su desafío encantada, pero casi inmediatamente fui interrumpida por Mimi, que saltó con una propuesta ridícula… sonreí, si ella podía proponer algo así, pues yo también. —Trato hecho, pero con una condición… si lográs vencerme, seré tu sirvienta, no hay problema, pero sólo si lo logras… pero de ser yo la ganadora, tú serás mi sirvienta, y complacirás mis deseos y órdenes durante una semana. ¿Aceptas? Claro, salvo que quieras irte marchando en lágrimas desde ya… —una sonrisa traviesa surcó mis labios tras expresar el pacto verbal que estaba por concretarse—. Oh, y ya que decides tú las condiciones, aún te queda una: ¿de cuántos pokémon será el combate?
Mimi Honda —¿Qué?—pregunté, frunciendo el ceño. ¿Había dicho lo que creía que había dicho? ¡Los Honda dábamos órdenes, no las cumplíamos!—. ¿Te has vuelto completamente loca? ¿Por quién me tomas? ¡No pienso servirte como si fuera tu mucama, eso sería caer demasiado bajo!—declaré, cruzándome de brazos con obstinación. ¿Qué rayos le pasaba por la cabeza? ¡Baka! Ignoré lo mejor que pude la puya, porque claramente a esta chica le gustaba sacarme de mis casillas, y teniendo en cuenta mi limitada paciencia, no era tarea complicada; y, con resolución, alcé tres dedos en el aire—. Que sean tres, es todo lo que puedo ofrecer.
—Vaya, ¿ya estás renunciando a la apuesta? ¿Ya asumes que no puedes vencerme? No creí que los Honda se rindieran tan fácil… pero bueno, si tú no lo haces entonces, si ganas, yo no lo haré tampoco, queda anulada la apuesta… que aburrido —añadí con un aire algo risueño, como si ahora que no había apuesta me aburriera el tema. Tomé una pokebola y, tras agrandarla, la hice girar sobre mi dedo índice, como Hubert solía hacerlo—. Que sean tres entonces… tú retas, tú sacas primero. Supongo que sabes esa regla de todas las batallas callejeras… Dragonite se irguió a mi lado, inflando el pecho y lanzando a la otra chica una mirada amenazadora, a la espera de ver como se desarrollaba la batalla. No iba a usarlo en el combate, claro, por más irritante que fuese Mimi y su actitud de niña mimada de papá, era una joven que recién iniciaba su viaje, y Dragonite era demasiado para una entrenadora novata.
Serperior y yo, en tanto, mirábamos a cada entrenadora en el momento en que tomaban la palabra para decirse sus cosas... Era una situación bastante tensa y, antes de que me diera cuenta, pasé de estar en la mesa con Effy a quedar dejado a un lado, como árbitro de un partido de tenis. Cualquier intervención para intentar apaciguar los ánimos sería en vano: ni Effy ni Mimi estaban dispuestas a dejar que la otra se quedara con la última palabra.
Mimi Honda ¿Qué... los Honda nos rendíamos tan fácil? ¿Cómo se atrevía a manchar mi nombre de esa forma? ¡Los Honda éramos ganadores! Por supuesto, obvié pensar en la patética forma en la que me había rendido la última vez que me enfrenté a Effy. Descrucé los brazos entonces. —¡Ugh, está bien, esta bien!—grité—. Si ganas, te... te serviré—acepté a regañadientes, apretando los puños tanto que los nudillos se me volvieron blancos—. Pero si pierdes...—alcé la mano, y señalé al joven entrenador, que permanecía ahora como un mero espectador a un lado del campo, con un amenazador dedo índice—. Si pierdes... ¡será Hubert quién me sirva! No me detuve a ver su reacción, la de ninguno de los dos. Tomé una de mis pokéballs y la lancé al aire. Al instante, Raiden, mi fiel Luxio, se materializó con un grito en el campo de batalla. LUXIO: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja 10 la fuerza del rival cuando sale al campo. Salud: 120/120 Fuerza: 180 (35) Resistencia: 98 Agilidad: 2/2 (75 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Rayo (50 Potencia, Eléctrico) -Onda Trueno (Paraliza al oponente) (Usos: 2/2) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 4/4) —Recuerda—le repetí a Effy—. Sin legendarios, mega-evoluciones ni ataques ineludibles. Que sea un combate justo.
Una amplia sonrisa se formó en mis labios; eso era incluso mejor. Me preguntaba por qué pensó que eligiendo a Hubert me afectaría, pero no le asigné mucha importancia; de hecho, hice una nota mental de pedilre a Mizuki el traje de "maid" con el que una vez vistió a Rojo por una apuesta también. —No pensaba usar ninguna de esas tres, tranquila —reí, tomando la pokebola y lanzándola al campo—. ¡Marowak, yo te elijo! MAROWAK: Tierra (Resistente) Cabeza dura: no recibe daño de retroceso Salud: 120/120 Fuerza: 120 Resistencia: 190 Agilidad: 1/1 (45 de Velocidad) Movimientos: -Puño Trueno (50 Potencia, Eléctrico) -Látigo (Baja 10 resistencia rival) -Doble Filo (70 Potencia, Normal, recibe 1/4 del daño recibido) -Hueso Palo (50 Potencia, Tierra)
Mimi Honda Marowak... como pokémon de tipo tierra sería inmune a los ataques eléctricos de Raiden... ¿Qué se pensaba? ¿Qué era estúpida? —¡Raiden, Triturar!—comandé. LUXIO: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja 10 la fuerza del rival cuando sale al campo. Salud: 120/120 Fuerza: 180 (35) Resistencia: 98 Agilidad: 2/2 (75 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Rayo (50 Potencia, Eléctrico) -Onda Trueno (Paraliza al oponente) (Usos: 2/2) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 3/4)
"Si pierdes... ¡será Hubert quién me sirva!" ¿Pero qué...? Fruncí el ceño... ¿Había escuchado bien lo que dijo Mimi, cuando me apuntó con un dedo acusador? ¿Que sería el sirviente de ella en caso de que Effy perdiera la batalla? Pero... Pero... ¡¿Qué designio del destino me había involucrado, de esta manera, en la mala relación que tenían las entrenadoras que ahora estaban por enfrentarse en batalla?! La cual llevó a que se interrumpiera la paz de mi desayuno, me lanzaran las tostadas al suelo y que recibiera dos pisotones muy dolorosos en el pie (en el cual todavía seguía sintiendo molestos cosquilleos)... Ahora corría la posibilidad de ser el nuevo mayordomo de Mimi Honda, sin que me hubieran pedido opinión al respecto... Incluso Serperior ladeó unos milímetros la cabeza: él tampoco se había esperado este giro de los acontecimientos. Pero justo cuando iba a replicar, el Luxio de Mimi se lanzó contra el pokémon de Effy, dispuesto a triturarlo.
—Marowak, esquiva y usa Hueso Palo. MAROWAK: Tierra (Resistente) Cabeza dura: no recibe daño de retroceso Salud: 120/120 Fuerza: 120 Resistencia: 190 Agilidad: 0/1 (45 de Velocidad) Movimientos: -Puño Trueno (50 Potencia, Eléctrico) -Látigo (Baja 10 resistencia rival) -Doble Filo (70 Potencia, Normal, recibe 1/4 del daño recibido) -Hueso Palo (50 Potencia, Tierra)
Mimi Honda A pesar de los esfuerzos de Raiden, el Marowak de Effy esquivó el ataque con envidiable agilidad. Fruncí el ceño, observando como el pokémon enemigo se disponía a lanzar su hueso. Siempre me había preguntado para que llevaba algo así como arma... era tan... tan... neandertal. En fin... —¡Raiden, esquiva y usa de nuevo Triturar! LUXIO: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja 10 la fuerza del rival cuando sale al campo. Salud: 120/120 Fuerza: 180 (35) Resistencia: 98 Agilidad: 1/2 (75 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Rayo (50 Potencia, Eléctrico) -Onda Trueno (Paraliza al oponente) (Usos: 2/2) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 2/4) Contenido oculto Nami, no olvides quitarle el puntito de agilidad a Marowak~ :3
Contenido oculto Juré que ya lo había editado, perdón XD Ya está editado :3 —Aguanta ahí Marowak… y dale un buen golpe ahora; Hueso Palo. MAROWAK: Tierra (Resistente) Cabeza dura: no recibe daño de retroceso Salud: 70/120 Fuerza: 120 Resistencia: 190 Agilidad: 0/1 (45 de Velocidad) Movimientos: -Puño Trueno (50 Potencia, Eléctrico) -Látigo (Baja 10 resistencia rival) -Doble Filo (70 Potencia, Normal, recibe 1/4 del daño recibido) -Hueso Palo (50 Potencia, Tierra)
Mimi Honda —Me temo que el golpe de gracia tendrá que esperar—le dije, con una sonrisa ladeada. Con entusiasmo, alcé el brazo en el aire, y señalé al pokémon rival con un amenazador dedo índice—. ¡Raiden, evita el ataque y contraataca con Triturar una vez más! LUXIO: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja 10 la fuerza del rival cuando sale al campo. Salud: 120/120 Fuerza: 180 (35) Resistencia: 98 Agilidad: 0/2 (75 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Rayo (50 Potencia, Eléctrico) -Onda Trueno (Paraliza al oponente) (Usos: 2/2) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 1/4)
—Sólo atrasas lo inevitable… —dije con una sonrisa de lado, una vez Marowak logró separarse del feroz ataque del Luxio—. ¡Hueso Palo! MAROWAK: Tierra (Resistente) Cabeza dura: no recibe daño de retroceso Salud: 20/120 Fuerza: 120 Resistencia: 190 Agilidad: 0/1 (45 de Velocidad) Movimientos: -Puño Trueno (50 Potencia, Eléctrico) -Látigo (Baja 10 resistencia rival) -Doble Filo (70 Potencia, Normal, recibe 1/4 del daño recibido) -Hueso Palo (50 Potencia, Tierra)
Mimi Honda —¿Qué...?—casi grité—. ¿Por qué no se ha debilitado aún? Pero mi palabras fueron silenciadas de golpe cuando el hueso de Marowak dio de lleno en mi Luxio, haciéndole retroceder y minando drásticamente su salud. —¡Raiden!—grité, como un deja'vu, preocupada por el estado de mi pokémon. Pero él, haciendo honor al apellido Honda, sacudió la cabeza y regresó de nuevo al campo de batalla con fuerzas renovadas. ''Vamos, está en juego mi dignidad, así que acabemos con esto de una vez...'' —. ¡usa Mordisco! LUXIO: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja 10 la fuerza del rival cuando sale al campo. Salud: 23/120 Fuerza: 180 (35) Resistencia: 98 Agilidad: 0/2 (75 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Rayo (50 Potencia, Eléctrico) -Onda Trueno (Paraliza al oponente) (Usos: 2/2) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 0/4)
—No lo creo… ¡relevo! —exclamé, y Marowak rápidamente retrocedió para ceder su lugar a otro pokémon—. ¡Adelante, Vaporeon! Lancé una pokebola al aire y de ella emergió Vaporeon; la tipo agua soportó el mordisco del Luxio y se lo sacudió de encima pronto, habiendo sufrido sólo leve daño por ello. VAPOREON: Agua (Muro) Absorbe Agua: los movimientos tipo agua curan en lugar de dañar a este pokémon. Salud: 220/260 Fuerza: 190 (15) Resistencia: 170 (15) Agilidad: 2/2 (65 de Velocidad) Movimientos: -Acua Cola (60 Potencia, Agua) (Usos: 4/4) -Rayo Aurora (50 Potencia, Hielo) -Armadura Ácida (aumenta la resistencia propia en 20) (Usos: 4/4) -Ataque rápido (30 Potencia, Normal; se necesitan dos puntos de agilidad para esquivarse) (Usos: 5/5)
Mimi Honda ¡Ah! ¡Maldita cobarde! Al verse rodeada y sin posibilidad de escape había optado por cambiar de pokémon... ¿quién hacía eso? Huh, Effy no era tan respetable como se hacía parecer. Baka presuntuosa... —¿Qué te crees que estás haciendo?—le espeté, rabiosa—. ¡Eso es jugar sucio! ¿Tanto miedo te da perder contra mí, Effy? ¿No es cómo si te importase que ganase la apuesta, o sí? Después de todo, Hubert no es nada tuyo... Mi labios se curvaron en una ligera sonrisa. Me producía un siniestro placer decir esas cosas, quién sabe por qué. Igual ahora contaba con ventaja, teniendo en cuenta la eficacia del tipo eléctrico contra el agua. —Sé que evitarás este ataque—le dije, con una tranquilidad inusual—. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados... ¡Raiden, Colmillo Rayo!—comandé. LUXIO: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja 10 la fuerza del rival cuando sale al campo. Salud: 23/120 Fuerza: 180 (35) Resistencia: 98 Agilidad: 0/2 (75 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Rayo (50 Potencia, Eléctrico) -Onda Trueno (Paraliza al oponente) (Usos: 2/2) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 0/4)