Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

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lo se, ayer habia olvidado como iban en las aulas y no estaba en un ordenador. Luego que puse eso, pense en cambiar lo de las fichas. pero se me olvido, ya edito :3

 

Me encontraba ahi parado, junto al resto de alumnos de la academia. Miro alrededor y son todos jovenes y prometedores. Entonces con mi vista encuentro a Bergren quien será mi compañero de habitación, me acerco y le extiendo la mano.

—Me llamo Omega, espero poder llevarnos bien—Digo mientras esbozo una sonrisa.

 

Matthew C.

Escuché como el profesor decía mi nombre para invocar a mi familiar, yo era el primero... el primero. Tomé un poco de aire y me encaminé hacia el profesor, sacando mi varita nuevamente, ¿diría correctamente lo que invocaría a mi familiar?: Eso esperaba.

— Ya estoy aquí profesor — le avisé separándome un poco de él para mas seguridad para invocar a mi familiar, alcé mi varita una vez en el punto asignado y comencé

Acompañante que me seguirás en el camino de eternos pasos, en la senda que comprende nuestra vida… Nace del alma entrelazada que poseemos, acude al son de mi voz… Entona cantos a tu llegada, ser de sabiduría, esencia de la magia. Nace del espejo de mi magia, preséntate frente al que te convoca, tu maestro… Como la pluma sobre el pergamino, traza las pautas de nuestro destino que se unen y no se separarán… Al son de mi voz… Acude a mi…
​

Esperé un poco a que algo pasara una vez recitado lo que venía a ser el hechizo para invocar a mi familiar cuando unos pequeños brillos azules comenzaron a emerger, perecían cristalinas gotas de agua cuando las mirabas fijamente, después de un par de segundos esos pequeños brillos poc a poco tomaron forma de un fénix de colro azulado, en definitiva un fénix de agua.

Sonreí levemente y extendí uno de mis brazos haciendo que se posara en este, bajó un poco su cabeza para yo poder así sellar el contrato dándole un beso en esta, rápidamente (como esperaba) un sello se dibujó en el lomo de este: contrato sellado

— Serás Aqua..¿te parece? — elevé un poco mi brazo y el fénix voló para darme tiempo de volver al lugar donde estaba anterior mente — Esta hecho profesor.

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El profesor Colbert sonrio mientras veia la invocacion de ese chico llamado, Matthew. Tras el terminar de decir su hechizo un ave fenix de agua fue invocado en el patio.

—¡Wow!...—se me escapo involutariamente en voz alta, luego de unos segundos me aclare la voz para cambiar mi cara de sorpresa a una seria, como siempre.

—Bien echo, señor Connor...ahora viene la señorita...—revisa su lista—Rachel Kimura— escuche mi nombre, por poco me voy hacia atras de la impresion al ser la siguiente. Pero me mantuve de pie y con paso firme me puse en el centro.

—Aquí estoy, profesor—Dije antes de agarrar mi varita con temblor y pensaba en un hechizo.

 

Luego de pensarlo levante mi mano al aire con la varita y un viento casi feroz empezo a soplar por mi alrededor mientras empezaba a decir mi hechizo de invocacion.

Espíritu sacro, constante observador… Has contemplado bajo tu juicio como aquellos que nos denominamos superiores solo hemos sabido destruir… Has contemplado el rostro de la locura y has visto que pocos seremos los que escapemos… Te ruego que acudas a mi y que me acompañes en mi largo viaje… Muéstrales qué es el honor y yo haré que sigan su senda…Vincúlate a mí y yo dependeré de ti…
​

Tras terminar de hablar el viento fue desapareciendo poco a poco y cuando abri los ojos, pude ver como un ave grande y roja empezaba a aparecer frente a mi...un fenix de fuego; una sonrisa amblia de asomo en mi rostro antes de abrazar al fenix quien se quedo quieto, acto seguido. Le di un beso en le cabeza para sellar el contrato de familiar. Luego se vio que el sello quedo en el ala derecha de el.

—Te llamare...Fire—Le susurre y este asintio antes de tomar un poco de vuelo y yo tras verlo me di la vuelta para volver a mi lugar—Listo.

—Buen trabajo igual, señorita Kimura...—Me dijo antes de ver su lista—la siguiente es...Atemis Mikuo.

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@Luce Lendar Nyan

 

Me dí un paso adelante como Matthew y la ultima chica, y alcé la varita, para decir el hechizo:

“A ti, a quien estoy unida desde que el destino decidió mi suerte… Tu… Para ayudarme a romper mí escudo… Para ayudarme a alcanzar mis metas y ser el reflejo de mis sueños… Para apoyarme cuando ya nada ni nadie quede… sigue mi voz y búscame entre las sombras del desconocimiento y la lejanía…”
​

Tras terminar el hechizo, destellos aparecieron en una parte del patio, donde en unas alas se desplegaron en ellos, y aparecio un pegaso, me acerqué para darle un beso en la frente para sellar el contrato, y las runas aparecieron en su ala izquierda.

—Te llamare Arkien—le murmuré, sonriendo y este asintió, y me volteé de nuevo a mi lugar—Listo profesor.

 

Vi que el resto no había aplaudido o algo a lo que había echo ella, así que empece a aplaudirle a la chica por su invocación, al obtener un fenix de fuego me había echo feliz.

--Muy bien, señorita Mikuo--Le dijo el profesor mientras yo dejaba de aplaudirle, luego empezo a ver la lista--El siguiente es…"Yuniko Koizumi".

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@Liza White

 

Matthew

La chica que siguió después de mi y al parecer se llamaba Rachel también invocó un Fénix, pero ella de fuego, no sabía con exactitud si me había sorprendido por el hecho que hubiera invocado el fénix o simplemente la sorpresa que sentí cuando Aqua se posó sobre mi hombro.

Después siguió Atemis e invocó a un pegaso, ese familiar le vendría bastante bien, se complementarían de maravilla — ¿Tú que familiar crees que sea el siguiente Aqua? — le pregunté a mi Fénix acariciando con uno de mis dedos su pecho mientras que este solo se limitaba a abrir sus alas y mirar atentamente a la chica que seguía: Yuniko, probablemente la mas chica de todos nosotros, ¿cómo eso era posible?

 

Contenido oculto: Disculpas

Lo siento por tardar tanto...he estado algo indispuesta

Daiki Uchida

Estaba componiendo mi ropa hasta que escuché varias pisadas afuera, salía ver a que se debía y era porque habíamos sido llamados al patio anterior para una actividad escolar. Seguí a todos y observé que la mayoría estaban manteniendo conversaciones, me sentí un poco mal si interrumpía alguna de ellas por lo que me quede parado escuchando el nombre de las personas a las que llamaban. Era del aula 3C así que esperaría mi turno para invocar al familiar.
Miré a las personas que ya estaban comenzando, sus familiares eran sorprendentes y me sentí un poco envidiado.
—Ojala me toque uno así —me dije mientras aplaudía a los demás.

 

Bergren Johansson
Estaba sentado sobre la enorme maleta que había traído desde mi hogar cerca de las montañas. En mis orejas todavía resonaba la despedida con mi nona(*); no por que hubiera sido dramática o algo por el estilo, sino porque se dio a grito pelado.
Ella estaba en la cocina, allá en la otra punta de la cabaña en la que vivíamos, preparando guiso y apenas escuchando lo que le vociferaba a causa del fuerte viento que silbaba afuera... Y bueno, un poco debido a su sordera también...

*
—¡¡¡NONAAAAAAAAAA!!!
—¡¿QUÉEEEEEEEEE?!
—¡¡¡QUE ME VOY A LA ACADEMIAAAAA!!!
—¡¡¡PORTATE BIEEEEENNNN, M'HIJOOOO!!! ¡¡¡CUIDADO CON LO' PEÑASCOOOOSSSS!!!
*

Hacía cosa de un año que ya no vivía en lo alto de las montañas, puesto que el poco oxígeno de las alturas no hacía bien al corazón de mi nona. Por eso nos habíamos trasladado al pie de una cordillera, a unos cien kilómetros de la Academia Tristain. Por cuestiones de comodidad, me transferí a esta institución. El viaje a mi nuevo lugar de aprendizaje lo hice todo a pie, y debo admitir que me cansó un poco.

Encima, este sitio me pareció tan interesante, que no me molesté en dejar las cosas en mi habitación; decidí que eso podría esperar. Así que me paseé con la maleta en la mano por ahí, ante la mirada de los demás alumnos... ¿Qué? ¿Acaso no vieron una chaqueta con cuello de piel de lobo? Si es que son extremadamente sensibles estos muchachos...
Lamentablemente tuve que quitármela. Me fui a un rincón apartado de la Academia, lejos de los ojos del mundo, y me cambié de ropa al aire libre. El uniforme no me parecía malo, pero la capa sí que era fastidiosa...

¡Pero este último detalle no importa! ¡Pronto conocería a mí familiar! ¿Qué recórcholis saldría de mi invocación?
____

Fue entonces cuando escuché la voz que me saludaba. Había un chico con la mano extendida en mi dirección. Se presentó como "Omega".

—¡Oh! —exclamé sonriente, poniéndome de pie en un salto— ¡Omega! ¡Hasta que por fin te conozco, compañero de habitación!

Estrechaba su mano mientras hablaba, con tanta energía que terminé sacudiendo todo el cuerpo del estudiante... Vaya, debería controlar más mi fuerza...


__

(*)Nona: abuela

 

Yukie Inuoe

Escuché las palabras de la chica, pero no me moví. Lo decía como si fuera tan fácil... Por supuesto, ella tenía la fuerza y el coraje necesarios para enfrentarse al mundo; pero yo... supiré internamente, aún así, y alcé un poco el rostro. Después de todo era una noble, debía mostrar al menos un poco de orgullo.

Y eso... ¿Por qué me disculpaba?

—P-por llevar la capa tan larga—le respondí, con un tono bajo—. Si la hubiese acortado en primer lugar no hubiese tropezado tantas veces, ¿verdad? —añadí, bajando la voz aún más. No creo que me escuchase, pues la chica del golpe llamó entonces su atención.

Poco después, el profesor Colbert—Pues recordaba su nombre de años anteriores—volvió a subir a la tarima y llamó uno a uno a los estudiantes. ¡El ritual de Invocación del Familiar!

El corazón se me aceleró en el pecho, no sabía si por emoción, por los nervios, o simplemente por el miedo que me producía sentirme siendo observada y juzgada por mis compañeros, cuando me encontrase enfrentándome sola al hechizo de Invocación.

El primero fue el chico rubio... Matthew Connor, que, con aparente desenvoltura logró invocar a un hermoso fénix de agua. ¿Lograría yo algo así? ¿Y qué palabras diría para el hechizo? ¿Y si me quedaba en blanco y no sabía que decir?

No. No. Debía ser positiva, debía confíar en que saldría bien... Era Mage, después de todo. De tercer grado, no más. Podía conseguirlo.

... Podía conseguirlo, ¿verdad?

 

Elizabeth.

Estabba por responderle a Matthew cuand fue llamdo a invocar a su familiar. Mi brazo ya no dolía así que deje de frotarlo.

Nix le había gritado a l chica que estaba junto a mí por bajar la vista y ella había levantado levemente la cabeza.

—Tranquila que todo sale bien —me eche sobre sus hombros por la espalda dejando que mis brazos colgaran —. Si algo sale mal en el tuyo dejare que en el mio igual —le sonreí con confianza para ver si se traspasaba algo a ella.

 

Yukie Inuoe

¡Increíble! Todos eran tan buenos... y sus familiares igual. El pegaso que había invocado aquella joven de rosados cabellos era sin duda hermoso, y sus alas níveas, tan puras como la porcelana, brillaban bajo el sol de la mañana como si estuviesen hechas de cristal. Yo nunca conseguiría algo así...
...
—¡Ah!—grité sorprendida cuando sentí a alguien saltarme por la espalda, de súbito y sin más. Giré mi cabeza ligeramente, preocupada, y pude comprobar que se trataba de la chica rubia, la misma que había tropezado con anterioridad. Parecía una persona extrovertida y muy confiada, para lanzarse de esa forma sobre una completa desconocida... ¿Por qué yo no podía ser más así?—. Hum...—murmuré, a modo de respuesta—. La verdad es que... no soy muy buena en esto de la Invocación...—sacudí la cabeza—. El curso pasado, cargué con una especie de escoba con ojos todo un año...—añadí, y elevé las comisuras de los labios, en un intento de devolverle la sonrisa—. Fue bastante divertido, pero... me gustaría conseguir algo mejor esta vez...

''Si tan sólo no fuera tan torpe y tuviese tan mala suerte...''

 

Elizabeth.

Solté una leve risa ante lo que la chica dijo.

—Tal ves este año salga bien si confías en ti —sonreí mientras me acomodaba en su espalda para mayor comodidad —. ¡Partamos con una sonrisa! —con mis manos la force a sonreír al acomodarlas en sus mejillas —, ¿mejor?.

 

Mi compañero me estrecho la mano con gran entusiasmo y energia, demasiada pensé yo. Para cuando me quise dar cuenta sentí como mi cuerpo se sacudia como si un terremoto me recorriera todo el cuerpo. Hasta que por fin, dejamos el apretón de manos.

Parecia buen chico aunque yo en estos momentos estoy impaciente por conjurar mi familiar y ver quien será mi compañero en esta etapa de mi vida. Siempre me ha gustado un fénix o un pegaso, siempre soñé con uno. Es más los he visto que los aquí presente han logrado conjurarlos.

—¿Aún habra alguno para mi?—Pienso mientras espero mi turno.

 

Yuniko Koizumi

Finalmente, aquí estábamos. Yo seguía tirando de la muñeca de mi compañera impacientemente para que ambas llegásemos cuanto antes, casi hago que se chocara contra un par de pilares pero en fin...yo lo único que tenía ahora en mente era comprobar si mis sospechas eran ciertas, y hoy mismo era el día de la invocación. Doblamos una esquina de la planta baja que ya reconocí por haber pasado antes por ahí y llegamos de una vez a la puerta que conducía al extenso patio trasero. Solté el agarre de Airin y la miré animada.

—¡Vamos, rápido, que creo que ya están invocando! —exclamé agitando una de mis manos y eché a correr hacia la muchedumbre, desapareciendo rápidamente de la vista de la chica debido a mi baja estatura en comparación con en resto de los presentes.

***

¡Wow, qué bonito es ese! ¡Y, y ese, y ese otro también!

Tras pasados unos diez minutos desde que llegamos al patio, había logrado colocarme en primera fila para ver a los estudiantes y sus invocaciones lo más cerca posible, pasando a cuatro patas bajo las piernas de varias personas, eso sí. Pero ahora eso no tenía importancia, pues miraba impresionada los familiares resultantes de las invocaciones de varios alumnos de la academia; un Fénix de agua, uno de fuego, un Pegaso...Me preguntaba qué tal me iría a mí.

Jugaba a mantener erguida la varita sobre mi dedo índice, haciendo equilibrio hasta que fui nombrada por el director, e impulsé la varita hacia arriba para tomarla en el aire y comenzar a avanzar hacia al centro con una sonrisa. Miré al anciano de barba blanca por unos instantes y luego tomé mi varita con total confianza, cerrando los ojos suavemente y concentrándome en la invocación al máximo.

—Forjando mi propio destino con el fuego etéreo de la batalla yo te reclamo; tú, que portas el más valiente de los corazones y el honor corre raudo como la sangre por tus venas, tú, tan elegante como la luna, tan puro como la luz. Invoco tu presencia a través de este vínculo invisible que nos une, y así, realizo mi juramento: lealtad por protección, amistad por perseverancia y orgullo por valentía. Abre tus ojos para ver a través de los míos, escucha a través de mis oídos, siente a través de mi alma y que ésta te guíe hasta mí, porque yo te ordeno que te hagas uno con la tierra y nazcas de nuevo para unir nuestros corazones como uno solo. —pronuncié bajando el brazo que sostenía la varita lentamente junto con mi cabeza, esperando a ver qué es lo que sucedería.

Justo en ese momento, una breve ráfaga de aire hondeó las capas de todos los mages, incluida la mía, y me llevé una mano a mis dos coletitas mientras estas se movían de igual forma. Poco a poco podía vislumbrar un haz de luz blanquecino frente a mí, que fue volviéndose más nítido a medida que se acercaba, hasta dejarme ver su majestuosa figura; mi familiar era un Pegaso. Acerqué mi mano con una gran sonrisa a su cabeza y éste la inclinó para acercarla a mí, y tras acariciar su suave pelaje terminé el contrato con un beso en su frente. Me separé de nuevo de él y le dirigí la misma sonrisa.

—Tú serás Ícaro, ¿te parece? —le propuse y el Pegaso asintió a gusto con su nuevo nombre mientras unas runas brillaron repentinamente en una de sus alas. Mi mirada ahora se posó en el director, expectante de cualquier cosa que dijera para abandonar el centro del corro de estudiantes.

 

Yukie Inoue

Si confío en mí... ¿Por qué todos decían eso? No era tan fácil como ellos pensaban... aunque esta chica, lo hacía parecer todo tan sencillo... ella era tan... extrovertida y alegre, casi me daba un poco de envidia. Asentí con vehemencia, aún así, ante sus palabras y le permití acrecentar mi sonrisa cuando, animadamente, puso sus manos en mis mejillas y me forzó a sonreír.

¿Mejor?

—Sí—le respondí, tratando de mostrar un tono animado y resuelto—. Mucho mejor.

Desvíe la mirada. Mucho mejor... si tan sólo fuera cierto.
Centré mi vista de nuevo entre la concurrencia, donde una pequeña niña... ¿una niña? ¿Cuántos años podría tener? alzó la voz entre todos los presentes, y con una tono potente y enérgico a pesar de su pequeño tamaño; llevó a acabo el ritual de invocación y se convirtió en la Maestra de un nuevo pegaso de alas níveas. Era hermoso... y ambos hacían una pareja envidiable.

Me giré una vez más hacia mi compañera, que parecía estar muy cómoda sobre mi espalda.

—¿No estás nerviosa por lo que pueda suceder?—quise saber—. ¿Ni siquiera un poco? ¿No... no te preocupa equivocarte y hacer el ridículo delante de todos...?—dije, bajando de nuevo el tono de mi voz.

 

Otro pegado había sido invocado, pero por la mas joven, ¿Tenia tanta fuerza para tener un familiar así? La pregunta me daba toda la cabeza en el instannte que el pegaso de la chica aparecía, cosa que había pura atención en todos lados.

 

Elizabeth.

—Hacer el ridiculo no me preocupa —quite mis manos de sus mejillas mirando al nuevo pegaso que hacía acto de presencia —, ser el centro de atención es algo que me encanta —solté una risa infantil —. Y tal ves si hago el ridículo le alegre el día a otra persona.

 

Bergren

Tras el saludo con mi compañero de habitación, el profesor llamó a una alumna de nombre Yukino. Grande fue mi sorpresa al observar que se trataba de una niña pequeñita la que pasaba al frente, varita en mano ¿Cómo había llegado hasta este sitio? ¿Acaso estaba disfrazada de alumna y venía a jugarnos bromas?

A sus conjuros enérgicos acudió un bello Pegaso, pero ya me estaba aburriendo un poco ver cómo se repetían los Familiares. Las primeras veces sí que fueron maravillosas, pero ahora no se veía nada nuevo bajo el sol. Me crucé de brazos.

—Por cierto, chico —dije a Omega, mirándolo. Debido a mi metro noventa de altura, tenía que bajar un poco la cabeza para verlo bien— ¿Qué criaturita te gustaría tener como familiar?