La batalla de Emily había sido bastante interesante a mi parecer, en definitiva ella había mejorado bastante como entrenadora el tiempo que había estado fuera y en las batallas que había tenido hasta ahora y creo que era la segunda vez que tenía la suerte de ver a su inicial mega-evolucionado. Pero lo que mas disfruté fue el final al ver sus saltitos de victoria (que al parecer ella no esperaba). Estuve apunto de pararme e ir a buscarla para darle mis felicitaciones cuando sentí como unas manos cubrían mi visión, llevé mis manos a mi rostro para descubrir mis ojos con una leve sonrisa — Se que eres tu Emily — dije riendo antes de darme la vuelta en la silla para quedar frente a ella
Apoyé mis codos en el respaldo de la silla y mi cara en las manos, mirándolo sonriente. —¿Qué te ha parecido?—dije haciendo un gesto con la cabeza hacia la pantalla.
Le sonreí inclinándome un poco hacia al frente al apoyar mis brazos en mis piernas — Me ha parecido increíble, lo has hecho muy bien
—Muchas gracias~—agradecí canturreando y después miré como el pokémon acompañante de Dante llamaba mi atención. Me acerqué al pequeño Mawile y me puse de cuclillas enfrente suya. —Gracias a ti también—le dije sabiendo, de algún modo que me quería felicitar, y acaricié su mejilla sonriendo.
Mawile sonrió rápidamente al ver como la entrenadora había captado su felicitación y ahora le estuviera acariciando por lo mismo. Yo me limité a reir un poco, lamentablemente Mawile, si es que había llegado a conocer a Emi, no había pasado mucho tiempo con ella. — Por cierto Emi... me has dejado con una pequeña duda...
Sonreí más ampliamente ante la feliciadad del pokémon gracias a mis caricias. —¿Ah sí?—pregunté mirando al frente con el ceño fruncido—¿Cuál?—dije girando la cabeza para mirarlo con curiosidad.
— No es algo que pueda decir así al aire —dije sonriendole un poco haciéndole una pequeña ceña de que se acercara a mi — Digamos que tiene que ver con la pregunta que me hiciste en el centro pokemon...
—La pregunta que te hice en el Centro Pokémon...—repetí extrañada poniéndome de pie para apoyar mis manos en sus piernas y así acercar nuestros rostros—¿Qué es?—pregunté con una curiosidad extrema.
Sonreí cuándo se acerco un poco más, hasta ahora ella no sabía a que me estaba refiriendo yo, pero eso no importaba — Me habías preguntado que como me gustan las chicas — reí un poco mirándola a los ojos — Y ya tengo una respuesta concreta — sonreí — Así... Tal cual eres tu Emi — murmure acercándome un poco más a ella, la única diferencia de lo que había sucedido antes es que era yo ahora el que me estaba acercando y que lo más probable es que no me fuera corriendo ahora como ella — Tú me gustas — fue lo último que alcance a pronunciar antes de romper toda la distancia que había entre nosotros, con una de mis manos sosteniendo una de sus mejillas.
—¿Tan rápi...?—empecé a preguntar en voz baja pero lo siguiente que dijo me dejo con las palabras en la boca. Sin embargo, no se comparó con su siguiente acción. Noté como me sonrojaba cada vez más al juntarse nuestros labios y abrí los ojos al máximo, sorprendida. Sin embargo, dada la situación de que yo había sido la primera en intentarlo no pensé en separarme, todo lo contrario. Acabé sentándome en sus piernas, con las mías a los dos lados, haciendo que nuestros cuerpo estuviesen más cerca mientras cerraba lentamente los ojos y olvidaba así al resto del mundo.
En un principio temí que se alejaría por la acción que había realizado de repente, si pasaba eso, allí acabaría todo lo que habíamos construido desde el momento de conocernos y yo no quería perderle, no por algo así. Pero, lo que pasó me dejó mas tranquilo y libre de preocupaciones, me había correspondido el gesto y para estar relativamente mas cómoda se había sentado en mis piernas para estar un poco más cerca. Yo por mi parte mi mano libre la había dirigido a su cintura y cuando llegó el momento me separé un poco de ella sonriendole — ¿Y ahora que quieres hacer Emi? — le pregunté sin perder la sonrisa, la mano que estaba su cintura ahora se dedicaba a acariciar su cabello con cariño
—¡Tomar un buen chocolate caliente!—dije sin pensármelo dos veces mientras controlaba el sonrojo de mi cara, reduciéndolo a las mejillas—Por cierto...—dije antes de acercarme a su oído, apoyando mis manos en sus hombros—Tú también me gustas mucho—susurré para después separarme y sonreír.
Tomar chocolate caliente... buena decisión, lo curioso es que no sabía si había dicho eso por el comentario que hice en el centro sobre el chocolate o porque realmente le apetecía, pero a fin de cuentas yo iba a disfrutarlo también, así que el motivo no importaba mucho. Antes de que otra cosa sucediera, Emi se acercó un poco mas a mi para susurrarme algo al oído, apenas oírle decir eso me hizo sonrojar un poco — Gracias por decirlo — dije tomandole de la cintura para cargarla y podernos poner de pie para ir por el dichoso chocolate — ¿Vamos?
—Wi~Voy a tomar un chocolate con Dante~—dije alegremente dando palmaditas mientras dejaba que me llevara—¿Con qué lo quiero?—pregunté al aire—¡Con mucho azúcar!—me respondí a mi misma sin evitar sonreír.
Reí levemente al escucharle decir eso — ¿Más azúcar? — le pregunté dejandola para que ella misma se lo preparara, a saber cuanta azúcar quería en específico, preferiría no arriesgarme a dejarlo menos dulce de lo que ella posiblemente querría — Yo lo prefiero así... solo, pero creo que tendré que colocarle azúcar si quiero poder alcanzarte cuando la azúcar haga efecto — comenté riendo levemente, aunque probablemente fuera cierto
—¿Qué dices? ¡Yo no me pongo nerviosa con el azúcar!—dije tras pulsar el botón de máximo de azúcar y así dejar que se preparase la bebida. Cuando estuvo lista, cogí el vaso con ambas manos y soplé en la superficie para hacer que se enfriase un poco. Miré a Dante por encima del vaso y me sonrojé, apartando la mirada, cuando vi que me había descubierto. —¿Q-qué quieres hacer ahora?—pregunté tras darle un trago al dulce líquido de cacao.
— No he insinuado nada de que te pongas nerviosa — murmuré notando como colocaba lo máximo de azúcar, para ese entonces ya estaba visualizando que pokemon podía usar para perseguirla en caso de un ataque de azúcar llegara, cuando mi bebida estuvo lista le miré de reojo notando que ella se había sonrojado al descubrirla mirándome — ¿Quieres salir por aquí cerca? — le pregunté revolviendo sus cabellos con mi mano libre, antes de darle un sorbo a mi chocolate, en definitiva Emi era muy dulce
—¡Claro!—asentí entusiasmada con la cabeza y después mire a Mawile, que nos había alcanzado en ese momento. Mire dentro de mi mochila para sacar la pokáball de Gardevoir y asi nos pudiera acompañar. —Entonces... ¡vamos alla!—exclamé señalando al cielo y empece a andar con paso de marcha hacia la salida.