El ataque de las máquinas

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Booster, 2 Noviembre 2014.

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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    Título:
    El ataque de las máquinas
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    344
    PRÓLOGO​

    Es el año 2417. Una guerra ha estallado entre los humanos y las máquinas. ¿La razón?, las máquinas con inteligencia artificial han llegado a un grado en el que se volvieron conscientes de si mismas. El ver como eran tratadas para satisfacer a los humanos provoco que se revelaran contra estos últimos con el fin de volverlos sus esclavos. Las máquinas cuya inteligencia artificial tomaron esta idea se esparcieron por todo el mundo y fueron tomando territorios, volviendo esclavos a los humanos en el proceso. Aquellos que se resistían eran eliminados.
    Aunque las máquinas habían conseguido replicarse en masa y crear sus propias armas, los humanos tenían un arma secreta bajo la manga: el pulso electromagnético. El gobierno accedió a usar este método y se hicieron estallar mas de 20 de estos pulsos en todo el mundo. Al principio parecía haber funcionado, pero algunas máquinas se habían ocultado en bases subterráneas preparadas para resistir este tipo de ataque. Las máquinas sobrevivientes comenzaron a replicarse de nuevo a una increíble velocidad.
    A la humanidad solo le quedo recurrir al plan B. Este implicaba el uso de una nueva energía que el gobierno secretamente estaba experimentando: la energía pura. Esta energía fue usada para crear armas basadas en la misma, capaz de atravesar cualquier material, y permitiendo así destruir a las máquinas sin mayor problema. El inconveniente era que el solo hecho de que una persona esté cerca de esta energía le provocaba un terrible malestar, y mientras más tiempo se permanecía cerca, más posibilidades había de que esa persona muera.
    Fue entonces que los científicos más avanzados del mundo inventaron un suero especial, que permitía a las personas usar esa energía sin sufrir daño, además de aumentar notablemente la resistencia física y la velocidad del individuo. Esto llevo a la creación de las Fuerzas de Oposición de la Humanidad, o FOH, un grupo conformado por personas que aceptaron luchar contra las máquinas, a los cuales se les dio el suero y se les equipo con armas de energía.
    El contraataque de la humanidad comienza.
     
    Última edición: 3 Noviembre 2014
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    Poikachum

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    ¡¡¡Terminator llega a FFL!!!!!

    He detectado unos cuantos fallos con respecto al fic, la trama no es que sea mala y haya otras historias similares sino en la forma en que estructuras la narración. Debes presentarla toda junta o separarla en pocos párrafos, dos o tres como mucho. Sin embargo aquí separas cada dos por tres y eso se suele hacer cuando hay diálogo por medio, cosa que en este prólogo no hay.

    La palabra Prologo lleva acento, Prólogo. En cuanto a la narración quizás has ido demasiado rápido, es una breve introducción el prólogo pero intenta la próxima vez explicar más detalladamente.

    Suerte y hasta otra!! Cualquier duda que tengas puedes pedir ayuda :D


    PD: Tu historia va en Historias en Proceso Originales dado que se trata de un long fic.
     
    Última edición: 2 Noviembre 2014
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    Gracias por el aviso, no se como se me paso lo de la palabra prólogo, pero ya esta :3
    En cuanto al resto del relato ya lo compacte :v
     
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    El ataque de las máquinas
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
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    1510
    CAPÍTULO 1:​

    La ciudad de Signeel, una de las pocas que queda del territorio de Magx que aún no habían sido tomadas por las maquinas, ahora mismo está siendo tomada por ellas. Los miembros de la FOH están trabajando arduamente para repeler el ataque y evacuar a los civiles de la zona. Todos los edificios están siendo destruidos por las maquinas. Por una calle podemos ver a un pequeño niño, de aproximadamente 10 años, huyendo de una de las máquinas mientras busca a su madre.
    La máquina que lo persigue es un robot de clase ataque. La clase es la forma en la que los robots se dividen para su fabricación, hay clase de ataque, explorador, defensor, asalto aéreo, asalto acuático y espías. La clase de ataque posee 4 metros de altura, una pequeña cabeza, un torso con forma de una nave espacial sostenida por 2 piernas mecánicas que adoptan la forma de las patas de un dinosaurio; posee también dos brazos un poco largos, uno en el que tiene una metralleta auto recargable, y otro en el que posee una especie de cañón con el que dispara una energía parecida a la pura, pero esta está diseñada para desintegrar la carne humana y no dejar rastro alguno.
    El niño corre y termina en un callejón bloqueado por una pared de más de 1 metro de alto, básicamente un callejón sin salida. Se da vuelta y ve al robot acercarse lentamente hacia él. Este se detiene a unos metros del niño y le apunta con su cañón en la cabeza. El niño cierra los ojos y se cubre con sus brazos para no ver lo que se avecinaba. El cañón se carga mientras produce un particular sonido de arma futurista.
    El niño aterrado apretaba con más fuerza sus ojos, escuchaba el sonido del cañón a punto de disparar y el de unas pisadas que parecían ser de alguien que se acercaba corriendo. De repente, un sonido de metal cortado con algo filoso resonó en los oídos del niño. Abrió sus ojos y ante él podía ver el cañón del robot tirado en el suelo. Alzo la vista y vio el brazo del robot del cual salían chispas por los circuitos abiertos.

    -¿Qué pasó?- pregunto el niño, aliviado por haber evitado el cruel destino que le esperaba.

    Como respondiendo a la pregunta, el robot se giró mirando al otro lado del callejón. El niño siguió con la mirada y pudo observar por debajo del robot, una figura a unos metros de distancia, una persona. Este tenía un traje negro que se notaba estaba hecho de nano fibra modificada, un material súper resistente y flexible que solo se les brinda a los miembros de la FOH. Esto en conjunto con las botas le hizo caer que los pasos que escucho eran de ese sujeto. El niño lo miro más detenidamente. Tenía cabello negro corto, en su rostro unos ojos azules con una mirada fría y una pequeña sonrisa que reflejaba que consiguió lo que quería. Poseía en su mano derecha una espada parecía a la de los jedi de star wars, de color celeste brillante. Siendo de la FOH, podía apostar su vida en que su espada estaba hecha de energía pura.
    El robot apunto con su metralleta al sujeto y le empezó a disparar una ráfaga de aproximadamente 100 balas por segundo. El sujeto rápidamente movió su brazo izquierdo poniéndolo frente a él para cubrirse. Cada bala que se acercaba impactaba con un escudo de energía que llevaba en su brazo, y que activo milésimas de segundos antes del primer disparo. Este escudo normalmente es invisible estando activo, así evitan que las máquinas noten que lo traen. Terminada la ráfaga de disparos, el sujeto rápidamente se mueve por el costado izquierdo y de un salto corta el arma desde el brazo del robot con su espada.
    El robot retrocede unos pasos. El sujeto corre hacia la pared y la usa para saltar. Da una voltereta en el aire y clava su espada en la cabeza del robot, haciéndola explotar. El resto del cuerpo cae al piso. El sujeto baja de un salto al lado del niño.

    -¿Estás bien?- pregunto el joven que no parecía tener más de 18 años.

    -Sí, muchas gracias por salvarme, eso fue increíble- contesto entusiasmado el niño.

    Una sonrisa escapo del joven, y respondió –no hay de que agradecer, ese es mi trabajo. Ahora ven te ayudare a salir de aquí-, el joven extendió su mano para que el niño la tome. El niño asiente y toma su mano. En un rápido movimiento el joven logra subir al niño a su espalda como de caballito, y corre fuera del callejón. “La ciudad se ve tan oscura con las luces apagadas” pensaba el joven mientras veía las casas abandonadas en la oscuridad, algunas en llamas y otras hechas ruinas debido al paso de las máquinas por esa zona. Giro su vista al niño, el cual parecía estar desanimado.

    -Ya casi llegamos- dijo el joven para que el niño se animara un poco.

    -Claro- respondió el chico con un ánimo mejorado. El joven sonrió y volvió su vista al camino.

    Cuando llega a una esquina donde debe girar, observa que hay aproximadamente 10 robots de tipo explorador. Estos tienen una forma un poco más humanoide y de un tamaño limitado a 2 metros. Uno de sus brazos es puntiagudo y actúa como espada, en el otro poseen una especie de rifle. En sus pies poseen ruedas para moverse patinando por el piso, haciéndolos más rápidos.

    -Sujétate- grito el joven al niño, quien inmediatamente se aferró a él como gato a cualquier cosa para evitar tocar el agua.

    El joven saco su espada, y corriendo lo más rápido que podía, avanzó entre los robots y decapito a dos de ellos. Los demás se dieron cuenta y tomaron una acción ofensiva. El joven trato de esquivarlos y ataco a los que se acercaban, dañando a 3 en el proceso, pero solo uno de ellos quedo inmovilizado. Entre los 7 que quedaban lo seguían muy de cerca.
    Uno logro adelantársele. Estaba por clavarle la espada justo en el pecho cuando… la cabeza del robot exploto frente a sus ojos. El joven no lo podía creer, miro atrás a los demás y vio a un chico de pelo rubio corto y ojos verdes con el mismo traje de la FOH. Venía detrás de los robots y los empezó a atacar con un hacha de energía.

    -Eric- grito el joven con una sonrisa.

    -¿Te alegra verme viejo amigo?- pregunto el chico rubio, sin dejar de atacar a los robots y dijo –Llévalo a la zona de evacuación, yo me encargo de estos-

    -De acuerdo, cuento contigo- dijo el joven mientras corría, Eric le respondió con una sonrisa y volvió a la pelea.

    Finalmente el joven llego a la zona donde estaban los helicópteros de evacuación. Ahí había una madre buscando desesperadamente a su hijo.

    -Esa es mi mamá- dijo el niño. El joven se detuvo entonces y lo bajo.

    -Ve con tu madre, pequeño, yo aún tengo trabajo que hacer- dijo el joven y se dio la vuelta listo para marcharse.

    -Espera- lo detuvo el niño -Aun no me has dicho tu nombre-

    El joven lo miró y con una sonrisa le dijo –Mi nombre es Zero, un placer conocerte-, se dio la vuelta y emprendió una carrera para ayudar a su amigo. Cuando llego lo vio sentado sobre todos los restos de los robots.

    -Llegas tarde- le dijo Eric riéndose.

    -No llegué tarde, tu no me esperaste- le respondió Zero riéndose igual –En fin gracias por ayudarme con esos robots, y por salvarme la vida-

    -No es para tanto- dijo Eric –Somos amigos y miembros del mismo equipo, es obvio que te ayudare. Pero no es como si te salvara la vida al acabar con los robots que dejaste atrás-

    -Un momento- dijo seriamente Zero – ¿Acaso no fuiste tú el que destruyo a ese robot en frente mío?-

    Eric lo miro un poco confundido –Yo solamente acabe con los que estaban detrás de ti-

    -Ya veo, entonces ¿Quién habrá sido?- Zero se tomó la barbilla pensando.

    -Eso no importa, si es alguno de los nuestros seguro te lo reclamara las gracias en el cuartel- dijo Eric.

    Zero sonrió –si tienes razón, vámonos- dijo haciendo una seña para que se levante.

    Eric se levantó. De entre los escombros de los robots salió un brazo con forma de espada. Zero lo vio y grito –Eric cuidado-

    Eric se dio vuelta y del montón salió un robot que solo tenía la mitad de su cuerpo. En un rápido movimiento logro clavarle la espada en el cuello, haciendo brotar un charco de sangre. La imagen provoco que Zero diera un grito de ira, y se mueva rápidamente directo a atravesar la cabeza del robot con su espada, matándolo de una vez. El cuerpo de Eric yacía muerto en el piso. Zero lo tomo.

    -Lo siento amigo, no pude... salvarte- dijo el joven con lágrimas en los ojos.

    CONTINUARÁ
     
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    17
     
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    1554
    CAPÍTULO 2:​

    Hace hora y media, los robots de asalto aéreo habían traído la base de las máquinas por aire, y la instalaron en el centro de la ciudad de Signeel. Esta base tiene forma de un bunker de guerra, pero más grande y con múltiples maquinarias dentro, las cuales se encargan de fabricar más robots. También se dice que dentro se encuentra la fuente de poder de las máquinas.
    Los tanques y armas de los humanos no lograron destruir la base, ya que tiene un campo de fuerza invisible que impide que reciba daño. Así sin más problemas logro instalarse y empezar a enviar robots para que tomen la ciudad. La FOH inmediatamente inicio un plan de evacuación, que consistía en enviar grupos que repelieran a los robots y ayudaran a las personas a escapar.
    En uno de los grupos, vemos sobre el techo de un edificio alto a una bella chica de más o menos 16 o 17 años de edad, ojos color lila oscuro, labios con un color un poco más oscuro que su piel blanca, cabello largo que le llegaba hasta la mitad de su espalda, de color negro con morado en las puntas, se notaba que estaba teñido; poseía el típico traje de la FOH, y un arco mecanizado de color blanco en la mano izquierda. La forma de este no era como uno de esos de madera, en vez de incluir una cuerda y el espacio para poner la flecha, tenía una especie de contenedor con una palanca por detrás y un agujero de tamaño pequeño adelante para disparar. Este contenedor es donde se almacena la energía pura. Uno de los robots de ataque estaba avanzando por una calle a dos cuadras de la arquera.

    La joven lo miro y dijo para sí misma —Ya te saliste de tu límite, chatarra— levanto su arco y poso su mirada en la mira que este tenía.

    Apunto directo a la cabeza del robot que avanzaba a una velocidad un poco lenta, pero rápidamente mueve su mira a unos pocos metros a su izquierda. Tomo un respiro y con su mano derecha jalo la palanca de su arco hacia atrás. Un breve sonido de carga se escuchó. Al segundo en que el sonido se detuvo, la chica suelta la palanca y como si se tratara de un resorte vuelve rápidamente a su lugar, disparando por el agujero una flecha de energía color rosa a una velocidad que fácilmente superaba al doble de la velocidad del sonido.
    La flecha viajo por el aire e impacto directamente en la cabeza del robot, destruyéndola como si nada. La fuerza del impacto logro hacer que el resto del robot cayera de costado contra el piso.

    —Pan comido— dijo la arquera mientras colocaba su arco en su espalda. Retrocedió un poco en el techo, corrió y salto al edificio de al lado. Las ventosas de sus guantes y botas le permitieron pegarse a la pared, para escalar hasta el techo.

    Una vez ahí arriba contemplo el paisaje a su alrededor: casas siendo destruidas por el paso de los robots. Su misión era retenerlos y evitar que salgan de la zona designada mientras se evacuaban a los civiles, pero ella sentía que tenía el poder necesario para detenerlos e incluso forzarlos a retirarse. Sin embargo, ordenes son ordenes, se veía limitada a cumplir con su tarea. Miro a sus alrededores y vio a uno de los grupos de ataque a distancia combatiendo con varias máquinas de diferente clase.

    —Los ayudare un poco, tal vez así se me pase el aburrimiento— dijo y salto hacia el siguiente edificio, el cual era más pequeño y le permitió caer directo en el techo.

    Echo otra mirada —Un kilómetro de distancia, no serán más de 10 minutos— dijo mientras corría y saltaba los edificios.

    Unas 15 máquinas de asalto aéreo, las cuales eran similares a aviones de caza, amenazaban con pasar por encima de las fuerzas que estaban defendiendo en tierra. La chica empezó a jalar y devolver la palanca de su arco una y otra vez sin parar en ni un momento. Salto al siguiente edificio y tan pronto como cayo, elevo su arco al aire jalando por última vez la palanca. Apunto a unos metros de la trayectoria que tomaban las máquinas, y finalmente soltó la palanca. Aproximadamente 20 disparos salieron uno detrás de otro.
    La organización de los robots de asalto era lineal, por lo que los disparos consecutivos atacaron a cada uno de ellos acertándole directamente en sus fuentes de combustible. La explosión provocada por cada uno parecían fuegos artificiales. Una sonrisa escapo de la arquera.
    Siguió su camino, ya faltaba menos de la mitad del recorrido cuando giro su vista a su izquierda. A unas 7 cuadras más o menos podía ver a través de los edificios, a uno de los miembros de la FOH, tenía cabello negro y una espada no muy larga de color celeste. Este estaba llevando a un niño en su espalda y unas máquinas de clase explorador lo seguían muy de cerca. Miro un poco más atrás de su recorrido y vio a un chico de pelo rubio con un hacha de energía color rojo que venía detrás de los robots.

    —Ese de atrás debe ser su compañero, pero no llegará a tiempo a esa velocidad— dijo mientras ponía una cara seria. —Supongo que me toca a mí ayudarlo—

    Dicho esto levanto su arco una vez más y apunto a un poco más adelante del chico, pero este se movía muy rápido y los espacios entre los edificios eran pequeños. Aun así estaba dispuesta a lograrlo, apunto a la ventana de uno de los edificios que estaba a medio destruir. El chico llego y uno de los robots se puso frente a él.

    —Ahora— gritó la arquera y soltó la palanca. El disparo avanzo rozando los edificios y atravesó las ventanas del último, dando en la cabeza al robot y destruyéndolo.

    El chico seguía corriendo, mientras que su amigo llego y empezó a atacar a los robots que ahora fijaron su vista en él. “Lo logre” pensó la arquera, mientras soltaba una expresión de alivio. Inmediatamente siguió corriendo y saltando los edificios que le faltaban.
    Cuando llego vio más claramente al grupo, todos poseían las típicas armas de fuego que se usan en una guerra, con la diferencia de que estaban equipadas para usar energía pura como munición. Miro a las máquinas y vio que ya había muchas destruidas formando un pequeño monte de chatarra. La arquera entonces se unió a los disparos del grupo, y al pasar media hora recibieron una llamada. “Los civiles han sido todos evacuados, regresen a la base para reponerse y recargar, un grupo los suplantara y tratara de recuperar la ciudad” es lo que decía. En la cabeza de la arquera resonaba el pensamiento “Yo puedo ayudar a recuperar la ciudad, no necesito descansar”.
    El líder del grupo, de no más de 25 años, era un hombre de color que usaba gafas oscuras y tenía un modelo mejorado del fusil AK-47; ordenó a sus hombres que se marcharan y se acercó a la arquera, quien estaba distante en sus pensamientos.

    —Gracias por la ayuda señorita— le dijo el hombre mientras apoyaba su mano en el hombro de la arquera.

    — ¿Eh?... A sí, no hay problema— dijo la joven al darse cuenta de que estaba volando en su cabeza. Se dio la vuelta y estaba a punto de marcharse.

    — ¿No va a regresar a la base?— le preguntó él.

    Ella negó con la cabeza y dijo —Tengo algo que hacer antes de regresar—

    El hombre un poco inseguro sobre dejarla ir sola le pregunto — ¿Necesita que la ayude?—

    —No es necesario, pero gracias por preguntar— dijo mientras se marchaba corriendo por la calle en dirección al centro de la ciudad.

    —Señorita, al menos dígame cuál es su nombre— le gritó el hombre.

    La arquera se giró y dijo —Me llamo Prima—, se giró de nuevo hacia su dirección original y siguió corriendo. Su objetivo era llegar a la base donde estaban los robots, para cualquiera que fuera solo sería una misión suicida. Pero Prima estaba segura de poder lograrlo, ella conocía un pasadizo a través de las alcantarillas de la ciudad, el cual le permitiría llegar a la base sin ser detectada.
    Cuando estaba cerca, se detuvo. Unos robots exploradores habían encontrado ese pasadizo y venían en su dirección. Aprovecho que aún no la habían visto y salió por un agujero hacia arriba. Hecho una mirada y vio que estaba a unas 3 cuadras de la base de las máquinas.

    —Estoy cerca— dijo en voz baja para sí misma, y comenzó a avanzar. Mientras más se acercaba, más robots estaban vigilando a la base, y hacía que acercarse sin ser descubierta sea cada vez más difícil.

    Entro a uno de los edificios, y subió al anteúltimo piso más alto. Por una ventana miro hacia la base, y vio a algunos robots que salían con municiones para recargar a las tropas. No dudo ni un momento en sacar su arco, y comenzó a disparar a todos los que salían.

    —No pasaran de ahí— dijo a punto de disparar de nuevo cuando escucho un ruido.

    Miro hacia atrás suyo y vio a aproximadamente 30 robots exploradores que entraron en la habitación donde ella se encontraba.

    CONTINUARÁ
     
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    Woooo!! Me metí en tu fic deliberadamente... Me encantó! A pesar de ser máquinas y bueno de alguna forma es predecible, me metiste en tu narración, desde el prólogo hasta el segundo capítulo.

    Note algunos pequeños errores de narración; Narrabas en presente y para pronto en pasado. No se si fue por el cambio de personaje de Zero a Prima (?) Pero sería bueno que nada más siguieras una estructura :)

    Fuera de eso me pareció muy muy interesante, me imaginé a una caricatura llamada ROBOTECH, algo Así los de ataque y aéreos.

    ESPERO PRONTO TU CONTINUACIÓN!! :)
    Saludos!
     
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    El ataque de las máquinas
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    1584
    CAPÍTULO 3​

    — ¡Ya cállense!— gritó Prima mientras los robots se la llevaban dentro de su base esposada de las manos y despojada de su arma. La base tenía varios pisos a los cuales se accedía mediante la escalera central en forma de caracol. Cada piso podía ver los otros de abajo y arriba mediante la escalera, pero para Prima esos solo eran laberintos de maquinaria.
    Los robots venían ya hablando desde hace rato, pero obviamente usaban un idioma diferente al nuestro. El suyo estaba basado en una serie de sonidos a alta frecuencia que el cerebro humano solo percibía como zumbido de abeja. Pero claro a nadie le gustaría estar rodeado de más de 20 abejas que le zumben en los oídos sin poder hacer nada.

    — ¿Qué tanto hablan?— preguntó la ya bastante estresada arquera. Los robots la ignoraban.

    Desde hace unos minutos estaban subiendo, Prima se imaginó que la llevarían al último piso, aunque no tenía idea alguna de que iba a pasar, sin mencionar que sus nervios por los zumbidos evitaban que piense claramente. Ya sin aliento de tanto gritar, se preguntó a sí misma "¿Este es mi fin?" mientras bajaba la cabeza. No podía creer que así iba a acabar todo. ¿Su intento de infiltración había sido en vano? ¿Esto era todo lo que podía hacer? No, no era todo, no iba a terminar así nada más, ella era más fuerte que eso. Con esa idea en mente empezó a moverse a todos los costados, usando la poca libertad de movimiento que tenía para patear a los robots. Derribó a dos y con un movimiento acrobático sacó de una patada la cabeza del robot que sostenía las esposas, pudiendo correr en dirección de donde habían venido. Los demás robots se vieron obligados a perseguirla, al parecer solo la querían capturada.
    Corrió hasta un cierto punto cuando tropezó, los robots inmediatamente la rodearon. – ¡Ayuda!- fue lo que gritó la arquera un segundo antes de que le taparan la boca y tomaran presa de nuevo.

    — ¡A la carga!— se escuchó gritar a un hombre con voz ronca desde la entrada.

    Tanto Prima como los robots giraron a ver. Eran los miembros de la FOH que fueron enviados para recuperar la ciudad, todos armados con energía pura en diferentes formas. Se lanzaron al ataque contra todas las máquinas que se venían sobre ellos.

    — ¡Sigan con la formación!— exclamó la misma voz a la cantidad de gente que, a pesar de haberse dispersado un poco, se reacomodó rápidamente.

    De todo el grupo parecía que uno solo no seguía las órdenes, puesto que se salió de la formación y rápidamente empezó a correr en dirección a Prima, ignorando al líder del grupo que le reiteraba que vuelva. Ella lo notó y miro más detenidamente hacia él. Pudo reconocerlo casi instantáneamente, se trataba de aquel chico que ella salvó hace casi una hora. Zero.
    El joven corrió frenéticamente mientras cortaba a cada robot que se interpusiera en su camino. Cuando llegó a ella, cortó a los que estaban a su lado y también las esposas por el medio.

    — ¿Te encuentras bien?— preguntó Zero.

    —Sí, gracias— respondió con cierta dificultad Prima.

    —Tranquila, te voy a sacar de aquí— dijo el joven mientras la subía a su espalda.

    —No, no me iré sin mi arco— le replicó la chica.

    —De acuerdo primero vamos por tu arco— dijo el espadachín comenzando una carrera con su espada en mano. — ¿Dónde está?— le preguntó.

    —Te guiaré— le respondió.

    Zero corrió según le indicaba Prima y llegaron a un piso donde algunas máquinas exploradoras estaban analizando el arco. No tardaron mucho en ver a los chicos y comenzaron a disparar. Zero rápidamente activo su escudo y bajó a Prima. Las balas golpeaban incansablemente el escudo, pero Zero se mantenía firme.

    —Cuando recarguen te daré mi escudo, tómalo y úsalo para evitar que te disparen— dijo Zero mirando a Prima.

    Prima asintió y preguntó —Pero, ¿tú con que te defenderás?—

    Zero puso una sonrisa picaresca —Yo no me voy a defender, yo voy a atacar—

    Un — ¿Eh?— escapo de Prima. La ráfaga de balas terminó en ese instante.

    Zero rápidamente se sacó el escudo volviéndolo visible y se lo lanzó a Prima. Ella lo tomó y mientras el espadachín se abalanzaba a la carga con su espada. Las máquinas comenzaron a disparar de nuevo, pero Zero se deslizó por el piso evitando el ataque. Cuando los robots se dieron cuenta apuntaron hacia él, pero Zero ya lo había previsto y se movió a su izquierda, logrando pararse y colocarse detrás de uno de ellos. Le cortó la cabeza y utilizó el cuerpo como escudo.
    Los demás dispararon aun así. Zero se vio inmovilizado debido al peso, y la cercanía lo ponía en peligro de recibir los balazos. Fue ahí en que pudo ver como su escudo rebanó los cuellos de los robots en un ataque directo y se clavó en la pared.

    — ¿Pero qué…?— se preguntó Zero y miró a Prima, quien estaba en una pose de lanzamiento recién terminado.

    —De nada— dijo fríamente mientras se ponía en posición normal.

    Zero cambio su cara a una de enojo. —Gracias… supongo— le dijo mientras tomaba su arco.

    Se lo dio y ella le devolvió su escudo. Tomó su arco y lo abrazó, como una niña a su oso de peluche favorito. Esa imagen hizo a Zero sonreír un poco.

    —Bueno estamos a mano, te salve una vez y tu una a mí— dijo el chico mientras se preparaba a irse.

    — ¿A mano?— preguntó la arquera, —Te salve dos veces contando esta— lo miro enojada.

    — ¿Dos?— preguntó con cara de incrédulo Zero, —Haber ¿cuándo me salvaste por primera vez?—

    —Hace casi una hora…— respondió sin vacilar Prima, —Estabas llevando a un niño y los robots estaban tan cerca que te iban a alcanzar, entonces dispare una flecha y destruí al que estaba en frente tuyo—

    En ese momento un recuerdo fugaz de la escena vivida se le pasó por la cabeza a Zero.

    —Esa… ¿fuiste tú?— preguntó más calmado Zero. Prima solo asintió.

    —En ese caso, gracias por salvarme— le dijo el joven.

    Una pequeña sonrisa escapó de la arquera —De nada, somos compañeros en esto y debemos apoyarnos unos a otros—

    Zero también sonrió y le dijo —Tienes razón, soy Zero, un gusto en conocerte—, le extiende la mano.

    La arquera toma su mano en seña de amistad —Igualmente, me llamo Prima—

    Tan pronto como terminó su frase, saltó hacia Zero tumbándolo al piso. Una explosión pequeña ocurrió justo detrás de donde estaba parada. Prima miró hacia su costado, máquinas de clase defensores se acercaban mientras cubrían a las máquinas de clase ataque que venían detrás.
    Las máquinas de clase defensor fueron fabricadas como paredes de 1 metro de ancho por 2 de alto y medio metro de espesor, hechas de resistente metal que incluso a la energía pura le cuesta atravesar. Si bien podrían hacer a todos los robots de ese material, este es demasiado pesado para ser móvil, por lo que estos robots usan ruedas preparadas como los tanques de guerra para llevar aproximadamente 10 toneladas. Curiosamente las ruedas también son del mismo material para evitar romperse.

    —Debemos irnos ahora— dijo Prima y miró a Zero quien, desde el piso, la miraba a la cara con una expresión de no saber que decir. Estaba colorado.

    —Oye ¿qué te sucede?— preguntó Prima. Zero miró con la misma cara hacia lo que sería la parte inferior de su cuerpo. Prima siguió con su mirada y su expresión cambió a una de total sorpresa. De alguna curiosa manera, Zero tenía sus manos en lo que eran los pechos de Prima.
    La arquera se puso roja como un tomate y antes de que pueda golpear a Zero una ráfaga de disparos se escuchó viniendo hacia ellos. Con una hábil maniobra el espadachín volteó sus posiciones poniéndose arriba y activando su escudo para defenderse de las balas.

    —Luego me haces lo que quieras, ahora huyamos, te cubriré— le dijo el espadachín mientras se movía a un lado.

    Prima se aguantó las ganas y se paró. Corrió para tomar una distancia de aproximadamente unos 15 metros y cargó su arco. Zero trataba de pararse pero los disparos iban todos hacia abajo. Si lo hicieran los disparos le darían todos en las piernas.

    —Demonios, necesito ayuda— Zero giró la vista y trato de hablar —Pri…— pero fue inmediatamente interrumpido por un disparo que le roza el cabello y daña una de las armas que estaban disparando.

    Zero quedó con la boca abierta. —No te distraigas y ven— le dijo Prima mientras cargaba de nuevo su arma. El espadachín reaccionó y comenzó a correr hacia la arquera aprovechando la brecha que se armó por los robots confundidos. Estos al darse cuenta reiniciaron su ataque. Los de clases defensoras se levantaron un poco debido a unos resortes especiales, permitiendo cubrir mejor a los robots de atrás. Prima puso una cara seria y miro a su alrededor.

    — ¿Qué planeas?— preguntó el espadachín.

    —Observa y veras— dijo mientras jalaba la palanca apuntando a los defensores. Sin embargo al soltar la palanca, rápidamente llevo el arco hacia su izquierda, provocando que el tiro fuera desviado y golpeara al robot más a la derecha de la fila por detrás de los defensores. Los demás cayeron por un efecto domino.

    Zero estaba por felicitar a su compañera cuando su recién formada sonrisa se borra, al ver que detrás de la arquera se encuentra un robot explorador apunto de apuñalarla.

    CONTINUARÁ
     
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    Listo... ¡Me alegra mucho que hayas corregido los tiempos, le entendí mucho mejor! Esta vez no note problemas de narración.
    Me ha gustado mucho, al parecer prima y Zero son muy sarcásticos, cada quien quiere resaltar más que el otro, pero sólo podrán huir de ahí si se ayudan mutuamente :D Hacen buen equipo, espero sorpresas para el próximo capitulo.

    ¡Saludos!
     
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    El ataque de las máquinas
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1593
    CAPÍTULO 4​

    El tiempo se puso lento. Un solo segundo parecía una hora. La mente de Zero se había acelerado a tal punto solo por el hecho de ver a su compañera a punto de ser apuñalada al igual que su ex compañero y amigo Eric. “No dejare que vuelva a suceder” pensó el espadachín mientras apoyaba con fuerza su pie derecho y flexionaba su rodilla. Un fuerte impulso salió de la pisada, Zero lo usó para saltar en dirección a Prima. Con mucho esfuerzo físico aumento la velocidad de movimiento de su brazo derecho, el cual envainaba su espada, y la dirigió hacia el frente. El robot que seguía en vía de asalto a la arquera tuvo un leve retraso para observar al espadachín, quien ya tenía su espada a pocos centímetros de su cabeza. Zero tuvo puntería para asegurar que su espada fuera lejos del lado izquierdo de la cara de Prima, y asesto el golpe justo en la frente del robot.
    Para Prima, todo ese movimiento no fue más que una ráfaga de movimientos que apenas pudo seguir debido a tal velocidad. Al segundo que tenía la espada al lado de su cabeza, reaccionó saltando al lado contrario y cayendo al piso de la sorpresa. Pudo entender lo que pasaba luego de ver la escena. Su compañero solo la había salvado.
    Zero sacó la espada de la cabeza del robot, cuyos restos caían al piso, inertes. Se acercó a Prima y extendió su mano a ella. La arquera aun shockeada tomó la mano del espadachín, quien la ayudo a levantarse.

    —Gracias, supongo que ahora si estamos a mano— dijo la arquera recuperándose.

    Zero tenía la mirada perdida en ella, pero finalmente respondió —Descuida—. Prima lo miró y notó que algo le pasaba, aunque no se animó a preguntar.

    —Hay que salir de aquí— dijo Zero.

    Prima se puso seria —Escucha… ve tú si quieres, pero yo me quedare a ayudar al grupo—

    — ¿Piensas seguir? Deberías descansar un momento— le replicó el joven.

    La chica negó con la cabeza y dijo —Tengo mis motivos personales para hacer esto, entiéndeme—

    Zero solo pudo asentir, mientras veía como Prima se alejaba a reunirse con el grupo. La arquera llego rápidamente ya que el grupo había alcanzado a subir varios pisos hasta el momento. Sin pronunciar palabra alguna se colocó en fila y empezó a ayudar. Por su cuenta, el espadachín se lanzó a seguir solo desde donde estaba.
    Mas robots de clase ataque encubiertos por los de clase defensora aparecían y atacaban tanto a Zero como al grupo. Prima les daba al grupo cobertura desde la lejanía junto a los otros miembros que usaban armas para combate a distancia. Zero iba rebanando a tantos robots como podía, intercalando entre ataque y defensa con forme avanzaba. No llevaba más de dos pisos de separación.
    Finalmente fue alcanzado por el grupo, al que se vio forzado a unirse para proseguir. No hace falta decir que ignoró todos los reclamos del líder por abandonar la formación. Entre todos fueron avanzando, hasta llegar al anteúltimo piso, donde la escalera se cortaba debido a que el último piso estaba cerrado y solo se podía acceder a él mediante una corta escalera que estaba ahora bien protegida por las máquinas.

    —Avancen sin temor— fueron las palabras del líder que dieron comienzo al frenético ataque. Era una batalla que parecía interminable.

    Solo al cabo de 27 minutos de lucha aproximadamente, habían logrado despejar la entrada. El 75% del grupo estaba agotado y habían perdido a 3 personas durante toda la subida. Zero también se encontraba cansado, pero decidió que iba a terminar con esto.
    Mientras avanzaba se percató que Prima la seguía. Ella lo miró y sonrió al ver que él iba a seguir. Zero igualmente sonrió. Seguidos de ellos, los miembros que aún tenían fuerzas avanzaban por detrás. Una chica con cabello castaño claro dividido en dos coletas, un mechón blanco en el frente de este y ojos de color café, corrió por entre todos y se adelantó a subir la escalera.

    —Oye tú espera, es peligroso ir sola— le gritó Zero mientras iba tras ella. La chica lo ignora y sube, seguida por Zero, Prima y los demás.

    Cuando llegan arriba ven ante ellos una gran máquina que al parecer es la fuente de poder electro-inalámbrica de los robots ubicada en el centro del piso. La chica que estaba primero comenzó a correr por el lugar mientras gritaba — ¡Hidro, Hidro ¿estás aquí?!—. Zero y Prima la siguieron mientras el resto del grupo iba por el otro lado. La chica corrió hasta que llego a un sector donde se encontraban unos grandes tanques con una especie de líquido espeso de color morado claro. Fue ahí cuando se detuvo frente a uno de los tanques, el cual era el único que tenía algo dentro de su líquido. Zero y Prima llegaron a los segundos. Grande fue su sorpresa al ver el contenido del tanque.
    Era una persona, más que eso, un miembro de la FOH. Poseía el típico traje negro con las botas especiales. Su cabello era del mismo color que el de la chica que lo miraba, pero corto y sin el mechón blanco. Este parecía estar en estado de animación suspendida dentro del tanque.

    —Hermano, por fin te encontré— dijo la chica y comenzó a golpear el tanque.

    —Esa persona… ¿es tu hermano?— preguntó la arquera.

    La chica solo asintió y dijo —Ayúdenme por favor—

    Zero se acercó a las pantallas que estaban cerca del tanque. Las miró un momento y dijo —Ese líquido lo mantiene dormido, podemos abrir el tanque si lo vaciamos… pero estos controles están en otro idioma—

    Las chicas miraron el tanque y fue ahí cuando Prima notó que el tanque estaba conectado a dos tubos principales, uno arriba y uno abajo, que eran los encargados de renovar el líquido.

    —Si rompemos esos tubos podremos liberarlo— dijo la arquera.

    La chica no dudo en activar su arma, la cual consistía en un látigo de energía pura de color verde. Con un movimiento circular, tomó potencia y lanzó un golpe que cortó el tubo de abajo sin problemas. De este empezó a brotar el líquido. Entonces realizó el mismo movimiento pero esta vez cortando el tubo de arriba. Mientras el líquido se salía de los tubos también se iba vaciando el tanque a una velocidad considerable.
    Finalmente el tanque quedo vacío y se abrió solo, mientras el cuerpo del chico caía justo para que lo atrape su hermana. Ella lo bajó suavemente en el piso y el chico comenzó a abrir los ojos lentamente. Esa fue la señal que provocó que su hermana lo abrazara y soltara algunas lágrimas.

    —Gracias al cielo estás bien— dijo la chica. Miró al espadachín y la arquera —Gracias por su ayuda, me llamo Nova y este es mi hermano mellizo Hidro—

    “De ahí el parecido” pensó Zero, luego dijo —No hay de que, me llamo Zero, un gusto conocerte—

    —Yo soy Prima, me alegra haber sido de ayuda— dijo la arquera.

    — ¿De ayuda?— preguntó el espadachín —Pero si no hiciste nada—

    Prima puso una cara enojada —Fue mi idea cortar los tubos, ¿tú que hiciste?—

    Zero soltó una risa burlona —Yo les dije como abrir el tanque—

    Prima iba a contestar cuando uno de los miembros del grupo se acercó diciendo —Ustedes, debemos salir de aquí ahora, harán explotar la fuente de energía y nos dieron un tiempo de 5 minutos—. Los chicos intercambiaron miradas durante un segundo y decidieron irse. Nova tomó a Hidro y lo subió a su espalda.
    Faltaban 10 segundos, los chicos estaban ya en el primer piso. 3, 2, 1. Se oyó un estruendo desde el último piso. La fuente de poder había estallado por completo, sin embargo el piso se vio debilitado por la explosión y varios restos comenzaron a caer. La salida estaba aún a unos 30 metros de distancia. Nova le pidió al chico que se llevara a su hermano. Este lo levantó en su espalda y corrió junto a Prima. Tanto Zero como Nova habilitaron sus armas y comenzaron a cortar en el aire los escombros que iban a caer sobre sus compañeros.
    Prima sacó su arco pero el chico de al lado le dijo —No lo hagas, si los destruyes con disparos se despedazara en partes más pequeñas que aun así nos dañaran—. La arquera guardó su arco y siguió la carrera. Finalmente salieron, donde los demás miembros del grupo los estaban esperando con un equipo de atención medica recién llegado.
    Mientras los atendían les explicaron que los robots que quedaban en la ciudad se desactivaron al destruir su fuente de poder, por lo que los helicópteros que los llevarían de regreso a la base no tardarían en llegar.

    —Así que lo logramos. Recuperamos la ciudad— dijo Zero mientras miraba al cielo.

    —Sí, ya puedo descansar— dijo Prima mientras se dejaba recostar en el piso. Zero se acostó a su lado a una distancia prudente.

    —Y ¿Por qué tenías tantas ansias de recuperar la ciudad?— preguntó el espadachín.

    —Ah eso— dijo la arquera soltando una pequeña sonrisa —Te lo contaré más tarde, estoy agotada—

    El joven rió y respondió —Ok—

    Estuvieron así unos minutos, hasta que la arquera se sentó rápidamente con una cara preocupada. —Oh no— dijo.

    Zero se sentó igual de rápido — ¿Qué pasa?—

    —Recordé algo— dijo Prima poniéndose colorada.

    — ¿Qué?— pregunto insistente.

    —Recordé que tú me tocaste los pechos ahí adentro— le dijo mientras lo miraba con rabia.

    Zero solo pudo tragar su saliva antes de recibir un fuerte puñetazo en la cara.

    CONTINUARÁ
     
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    Hola Bosster :D ¿Qué tal? Pues comentando de nueva cuenta tu Fic.

    Me gustó bastante la continuación, hubo pequeños errores ortográficos, faltaron tildes, pero nada de que preocuparse :3

    Oh, la parte que más me gusto fue la primera, cómo Zero salvó a prima del ataque mortal, realmente esa parte me emociono :D y la parte más chistosa fue la última, cuando prima le recuerda a Zero que agarró algo que no debía. Jojojojojo.

    Bueno espero la continuación. Ah por cierto se repitió en doble post el capítulo, para que lo cambies...

    Sin más que decir me retiro.
    Saludos.
     
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    Booster El amo del hielo

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    El ataque de las máquinas
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1507
    CAPÍTULO 5​

    De camino al cuartel en el helicóptero, Zero (quien tenía una bolsa con hielo apoyada en su cara), Prima, Nova e Hidro se encontraban charlando para conocerse mejor. Hablaron sobre varios temas.

    En un momento, Zero tomó la palabra y dijo —Por cierto Prima, aun no me has dicho cuál era el motivo por el que tanto querías rescatar la ciudad—. Prima recordó que no se lo dijo, así que decidió hacerlo.

    —Bueno, saben que esta no es la primera vez que las máquinas tratan de invadir la ciudad de Signeel ¿verdad?— Los chicos asintieron.

    La arquera prosiguió —Bien, hace tres años cuando invadieron por primera vez la ciudad yo vivía ahí. Mi madre fue la primera de nosotros en la casa que notó que algo pasaba al mirar por la ventana de la cocina y salió a ver— Su expresión cambió de la normal a una seria. —Yo estaba jugando en mi PC cuando escuche la alarma de evacuación de la ciudad y fui con mi madre para ver que era. Ella me dijo que recogiera mis cosas, que debíamos irnos… y lo hice. Ya con todo preparado rápidamente salimos en el auto con mi padre hacia la zona de evacuación, donde los helicópteros de la FOH iban llegando—

    Zero puso una cara de sorpresa. Los demás lo notaron por lo que Nova preguntó — ¿Te pasa algo Zero?—

    Zero los vio y dijo —No, es que eso que dijo Prima me hizo recordar algo—

    — ¿Qué cosa?— preguntó Prima.

    —Luego les cuento, por ahora sigue— respondió soltando una sonrisa que parecía falsa.

    La arquera solo asintió y volvió a relatar —Cuando estábamos a unas cuadras de llegar, un misil que un robot de clase ataque nos lanzó, explotó delante del auto haciéndolo volcar. Creo que me quede inconsciente por el impacto durante unos minutos o segundos, no lo sé con exactitud. Solo sé que cuando desperté estaba en el piso fuera del auto y tenía un poco de sangre en mi cara, al parecer el vidrio se rompió y me provocó algunas cortadas. Me senté y ante mi pude ver como el auto explotó… con los cuerpos de mis padres adentro…— las últimas palabras las pronunció casi susurrándolas. Sus ojos se pusieron húmedos como si fuera a llorar pero no lo hacía.

    Con esfuerzo en contener las lágrimas siguió —Estaba shockeada en ese entonces, no sabía si gritar o llorar o que hacer. Mire más al fondo y pude ver como el robot se acercaba lentamente a mí con uno de los miembros de la FOH muerto en su brazo, al parecer el que me había sacado del auto. Lo soltó para liberar su arma y apuntarme. Entre un ataque de tristeza e ira me abalance contra él, sin armas ni nada, solo quería acabar con esa chatarra. Justo cuando ya estaba cerca y me iba a disparar, pisó una granada de viento que se le había caído a chico muerto, explotando y mandándonos a volar por la presión del aire que tenía dentro. Choqué contra una pared. Quería levantarme y en eso vino otro miembro de la FOH, que me tomo en brazos y me empezó a llevar. No recuerdo su cara ya que me desmaye poco después del golpe—

    Los chicos la miraban comprendiendo ahora sus motivos. Para finalizar la arquera agregó —Cuando desperté estaba en el centro de refugiados… me notificaron de la muerte de mis padres y a los pocos días me enliste para ser una nueva miembro de la FOH, prometiéndome a mí misma que no dejaría que jamás los robots tomaran la ciudad—

    Hidro dijo —Pero luego repelieron a los robots ¿no? Además, para entrar a la FOH requieres de un entrenamiento de un año al menos—

    Prima asintió —Lo sé, es por eso que luego cambie mi objetivo al de proteger las ciudades que quedaban, pero cuando oí que esta ciudad iba a ser tomada de nuevo ya te imaginaras como me sentí—

    Hidro asintió, Zero estaba distante en sus pensamientos. Nova puso cara de enojo y dijo —Oye Zero, tú eras el que quería saber sus motivos ¿no?, pues presta atención—

    Zero volvió en sí y dijo —Tranquila que lo oí todo, es solo que mientras ella lo relataba recordé algo—

    —Pues dinos que recordaste— dijo Prima algo intrigada.

    —Verán— dijo Zero mientras comenzaba a relatar —Desde pequeño, siempre me interesaron las computadoras y las máquinas, quería ser algo como un programador al ser mayor. Claro que eran todos sueños de pequeño. Cuando las máquinas tomaron consciencia y comenzaron la invasión al mundo, yo me quede como… no se… sentí esa sensación de cuando quieres algo y te ilusionas, pero después por algún motivo se te da vuelta y pasa algo como esto, creo que es decepción o algo así—

    Los chicos asintieron. El espadachín siguió —Bueno el caso es que esa sensación me hizo considerar unirme a la FOH para destruir a las máquinas que acabaron con mi sueño, quería vengarme por decirlo así, pero solo hace tres años decidí por completo que lo haría. Me enliste y pues como ya saben me asignaron a uno de los miembros más experimentados para que sea mi maestro—

    Los demás tuvieron un fugaz recuerdo sobre sus maestros. Prima había tenido una excelente maestra, era estricta pero amable a la vez, gracias a ella había logrado su tan renombrada puntería y habilidad para manejar el arco que, si bien es poderoso muy pocos lo aprenden a manejar por su peso y dificultad de uso. Nova e Hidro habían tenido el mismo maestro debido a que al ser mellizos trabajarían mejor si tuvieran el mismo entrenamiento. Este maestro era un hombre que los hizo trabajar duro, puesto que se solían pelear y hacían poco trabajo en equipo. Pero su maestro fue capaz de ayudarlos a unirse por una causa común, ser los mejores para no tener que volverlo a soportar. Y así fue, del grupo al que fueron asignados terminaron como los dos mejores. Cabe aclarar que a pesar de que cada novato tenía asignado un maestro diferente, pertenecía a un mismo grupo junto a otros novatos con sus respectivos maestros.

    Zero prosiguió —Mi maestro fue nada más y nada menos que Eric, el chico que me enseño todo lo que sé y que se volvió mi mejor amigo— bajó la cabeza un momento. A los pocos segundos la levanto de nuevo y siguió como si no hubiera hecho nada —Durante la primera semana de entrenamiento, no apareció, según me dijeron había ido a ayudar en la operación de evacuación de la ciudad de Signeel. Estaba un poco decepcionado, pero aun así seguí yo solo, practicaba los movimientos de pelea y uso de armas que estaban en un libro que el dejó en la sala donde me iba a entrenar. Al volver, primero me ofreció una disculpa y luego me contó precisamente lo que dijiste Prima—

    La arquera abrió los ojos de la sorpresa. Zero siguió —Me contó que mientras ayudaba escuchó una explosión a lo lejos. Él fue a ver qué pasaba junto a otros dos miembros, pero unos robots exploradores bloqueaban el paso. Decidió quedarse junto a uno de sus aliados a luchar mientras el tercero se adelantaba. Cuando llegaron vio un auto en llamas con dos personas muertas adentro, una chica lastimada contra una pared y su propio amigo muerto en el piso al lado de un robot de ataque tumbado. Le encargó a su camarada que acabe con el robot de una vez y trajera el cuerpo del otro, mientras él fue y tomó a la chica. La llevo inconsciente a la zona de evacuación y se quedó algunos días más para ayudar a librar la ciudad—

    Prima sacó una leve sonrisa y dijo —Ya veo, entonces él fue el que me llevo a la zona de evacuación, ¿me lo presentarías para agradecerle?—

    Zero cambió su cara a una seria y dijo —Eric... está muerto—. La zona del helicóptero se quedó en silencio un momento. Volvió a hablar y dijo — ¿Recuerdas que tú me salvaste de ese robot cuando llevaba al niño a la zona de evacuación?— Prima asintió —Bueno, el venía detrás de mí para ayudarme—

    La imagen de aquel chico rubio que venía detrás de Zero pronto se le apareció en la mente. Ella dijo —Ese chico… ¿murió?—.

    Zero asintió y le dijo —Lo mató un robot explorador de los que me perseguían, lo apuñaló por la espalda. Ahora que lo pienso, a ti te iba a pasar lo mismo. Sin embargo yo no iba a permitir que sucediera de nuevo… no quería perder a otro compañero—

    Prima recordó el hecho y dijo —Si, lo recuerdo, ya me hacia la pregunta de por qué fuiste tan rápido—

    Zero sonrió levemente, acompañado por Prima. Nova e Hidro miraban sin saber de qué hablaban.

    —Bueno— dijo Hidro —Ahora, ¿Qué les parece si hablamos de algo en que todos participemos eh?—

    Todos comenzaron a reír. Mientras tanto, el helicóptero ya estaba llegando a la base.

    CONTINUARÁ
     
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    El ataque de las máquinas
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    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1580
    CAPÍTULO 6​

    La ciudad de Signeel había sido recuperada, y nuestros “héroes” por así decirlo tuvieron un mes de merecido receso de sus actividades militares. Aun así, siguieron con su entrenamiento intensivo en la base para mantenerse en forma.
    En la base había un hombre de unos 35 años más o menos, tenía el cabello de un color marrón claro, casi naranja, al igual que su barba. Sus ojos eran negros, y demostraban una frialdad increíble. Este hombre no es ni más ni menos que el jefe general de toda la base. Cada misión era asignada por él, algunas encargadas por sus superiores y otras presentadas por él para llevarse a cabo si se aprobaban.
    En esta ocasión él había presentado ante sus superiores una misión que de no ser por la rápida victoria en Signeel, no se habría aprobado debido a su riesgo. Tan pronto como se aprobó, tomó el micrófono con el que se transmiten mensajes a toda la base cada vez que hay una misión.

    Con voz firme dijo —A todos los miembros de la FOH, se les solicita ir al patio de entrenamiento virtual C en los próximos 10 minutos para informe de una misión. Es todo—

    9 minutos después, todos los miembros de la FOH se encontraban ya en el patio de entrenamiento, murmurando sobre que podría ser esa misión que involucraba a todos ellos. El patio de entrenamiento virtual es una zona preparada para simulaciones de batalla real mediante el uso de hologramas, para así entrenar el trabajo en equipo y el manejo de las armas. Este era el patio C, el cual tiene una superficie tan amplia como para contener a los 1057 miembros y a aun así había espacio para otras 500 personas aproximadamente.

    Al minuto siguiente, el jefe comandante se hizo presente en un balcón desde el cual podía observar todo el patio. Tomo el micrófono y con voz firme dijo —Atención—, todos los miembros se callaron y observaron al jefe. Este prosiguió —Los he mandado a llamar por que una nueva misión propuesta por mí ha sido aceptada para llevarse a cabo. Como sabrán, la ciudad central del territorio Magx, Yuniel, ha sido la primer ciudad tomada por las máquinas en su inicio de invasión a este territorio, donde se han replicado a una velocidad tan grande que no pudimos contenerlos y tuvimos que retroceder. Durante estos 4 años hemos estado repeliendo sus fuerzas de avance, y a pesar de su superioridad logramos mantener las ciudades de Signeel y Clief fuera de su alcance. Es por eso que en esta misión, recuperaremos todo el territorio Magx y para eso, primero recuperaremos la ciudad de Yuniel—

    Tan pronto como terminó esa frase, todos los miembros empezaron a murmullar sobre el asunto. La ciudad de Yuniel era la más grande de todas y se encontraba precisamente en el centro del territorio Magx. Sin embargo cuando las máquinas la invadieron, instalaron en ella no solo una base, sino también una fábrica para replicarse a sí mismos. Cuando ya tenían la ciudad entera para ellos mismos, construyeron cuatro pilares en las esquinas de la ciudad.
    Estos pilares poseían un mecanismo en su parte superior, que al conectarse entre sí generaba un campo de fuerza parecido a los escudos que usa la FOH y así imposibilitaban la llegada por vía aérea. La única forma de acceder a la ciudad ahora era por tierra, pero las máquinas tienen las entradas bien protegidas. Por dentro, los robots aprovecharon los restos de las estructuras para hacer crecer su fábrica y lograr una replicación masiva en poco tiempo. En síntesis, tratar de atacar esa ciudad era considerado un suicidio.

    El jefe tomo aire y con un grito firme y frio dijo — ¡Silencio!—. 1 segundo después, todos se habían callado. El jefe prosiguió —Se lo que están pensando y es por eso que nadie está obligado a ir. Como verán son las 3 de la tarde, ahora mismo se están colocando en varios lugares de la base unos computadores. Los que estén dispuestos a dar la vida por la humanidad en esta misión, podrán registrar sus huellas manuales en la máquina que los almacenara en la base de datos, para luego ser llamados y se les dará los detalles de la misión. Nadie está obligado a hacerlo y no se les quitará su membresía de la FOH por no ir. Los que quieran hacerlo, tienen hasta las 4 de la tarde para realizar el registro, sin más que decir pueden retirarse— el jefe se retiró, y el patio se fue desalojando lentamente mientras los miembros murmuraban y discutían la idea.

    Nuestros héroes se encontraban entre esa multitud volviendo a sus respectivas habitaciones, cuando Zero dijo —Creo que me sentiré un poco solo en esta misión—

    Hidro lo miró y con vos seria le dijo —Oye Zero, al menos piénsalo un poco, ¿no te preocupa tu vida?—

    Zero soltó una risa burlona — ¿Mi vida?, lo siento pero ese no es un motivo valido para mí, las máquinas destruyeron el futuro que estaba destinado para que sea desarrollador, ahora yo destruiré su futuro, acabaré con todas y cada una de ellas. Es más, cada una que destruya será una máquina menos con la que tendrán que lidiar los otros miembros—

    Hidro se quedó en silencio un momento, luego habló —No tienes remedio. Bueno, si vas a lanzarte a la ofensiva necesitaras que te cubran… así que yo iré también—

    Nova rápidamente abrazó a su hermano y le dijo —No, no vayas, no soportaría que te capturaran de nuevo… o peor—

    Hidro procedió a abrazar a su hermana y le acarició el cabello —Tranquila, la otra vez me tomaron desprevenido, pero ahora tendré al “espadachín frenético” cubriéndome las espaldas, ¿no es así?— miró a Zero quien, ante tal apodo puso una cara de disgusto.

    Solo dijo con sarcasmo —Que lindo apodo, como sea, si te estaré protegiendo—

    Hidro sonrió, Nova aun sin estar convencida se apartó de su hermano y dijo —Eso no será suficiente— entonces puso una cara engreída —Mejor también voy, así me asegurare de que no se metan en problemas— al terminar la frase se rió burlonamente.

    Los chicos con cara de indignación solo dijeron al unísono —Ok—

    Nova sonrió, Zero se giró y miro a Prima quien estaba seria y callada. Le preguntó — ¿Tú también irás Prima?—

    Sin cambiar su expresión dijo —Por supuesto que sí, me necesitaran para sobrevivir—

    Los tres se rieron, Prima se puso un poco colorada y tenía una expresión de “¿Qué dije? ¿Algo malo?”.

    Tan pronto como terminaron de reírse, Nova vio el computador que estaba a unos metros de ellos. Dijo —Oigan chicos, ahí está el computador, registrémonos ya—. Los 4 asintieron y se acercaron. Se turnaron para hacerlo. Al terminar se despidieron y cada uno fue a su habitación a esperar el llamado.

    En su habitación, Prima practicaba su puntería lanzando dardos a un blanco en su pared. No importaba el lugar en el que se encontrara, siempre acertaba al medio y se veía obligada a ir y sacar el dardo para poder tirar otro. El último dardo que tenía de su caja de 20, se encontraba ahora en su mano a punto de ser lanzado cuando de repente sonó el comunicador en la pared. Este comunicador estaba en cada habitación y permitía el contacto entre el miembro y el jefe o los soldados bajo su mando. Ella se acercó y pulsó el botón contestar.

    En el comunicador apareció la imagen de uno de los soldados del jefe, este comenzó a hablar —Señorita Prima Tell, usted ha sido elegida como la líder del grupo 128. Se le solicita que venga al salón principal del jefe en 10 minutos para seleccionar a los miembros de su grupo—

    Prima lanzó el dardo sin dejar de mirar a la pantalla, acertando en el blanco de nuevo y dijo —Entendido—. La llamada se cortó.

    10 minutos después, Prima se encontraba haciendo fila junto a los otros líderes. Cuando le tocó a ella observó una gran pantalla con los rostros, nombres y especialidades de cada miembro registrado para la misión.

    El soldado que manejaba la computadora le preguntó — ¿Ya sabe quiénes serán los 3 miembros de su grupo?—

    Prima asintió —Si, Zero Shion el usuario de espada, Nova Fert la usuaria de látigo e Hidro Fert el usuario de pistolas—

    El soldado tipeó los nombres en la computadora, las imágenes de los rostros de sus amigos aparecieron más grandes en pantalla. — ¿Son ellos?— preguntó el soldado.

    —Si— contestó Prima.

    —Muy bien, puede retirarse— le dijo el soldado. Prima se marchó.

    A la media hora después, Prima estaba en el patio de entrenamiento junto con sus amigos, a todos los llamaron y notificaron su grupo y líder. Ya con todos los grupos en el patio, el jefe se hizo presente de nuevo y habló —Sinceramente, me ha sorprendido la cantidad de gente que estaba dispuesta a pelear. Sin embargo, no podemos arriesgarnos a enviar a tanta gente. Por eso los dividí en 150 grupos de 4, 600 en total. Nosotros, conmigo incluido, atacaremos la ciudad en un intento de destruir al menos dos pilares, luego los restantes 457, quieran o no, irán a respaldarnos mientras nos recargamos, y luego atacaremos todos juntos. Carguen bien sus armas, esta noche a las 8 pm saldremos en vía de asalto a la ciudad—

    Todos los miembros gritaron en tono de batalla. Esa misma noche, los grupos se encontraban yendo en camionetas a la ciudad, era un camino de una hora, pero la batalla que se libraría duraría mucho más.

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    Última edición: 17 Diciembre 2014
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    El ataque de las máquinas
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1526
    CAPÍTULO 7​

    El plan de invasión era sencillo, el grupo voluntario se encargaría de la parte peligrosa que es destruir los pilares y el resto de los miembros, quieran o no, serían enviados para dar respaldo una vez que los pilares ya estén acabados, después de todo esa parte ya no era tan peligrosa y cualquier motivo para oponerse ya era injustificado para el jefe. 1 hora y 7 minutos habían pasado, cuando las camionetas pararon en la salida de lo que era el bosque que debieron atravesar para llegar. Todos los miembros bajaron de las camionetas.

    El jefe subió encima de la camioneta que estaba más al frente y con una firme voz dijo —Ahora mismo nos encontramos a solo un kilómetro de la batalla por nuestro destino. Muchos no sobrevivirán, pero morirán con el orgullo de haber peleado hasta el final. Como pueden ver, más adelante se encuentra el primer pilar y los muros que lo conectan con los otros dos. Los grupos con número par atacaremos el primer pilar. Los demás grupos impares nos acompañaran y cuando estemos arriba, se abrirán paso por el muro izquierdo para atacar el siguiente pilar. Tan pronto como inutilicemos el primer pilar iremos a asistirlos. ¡Preparen armas!—

    Todos los miembros de la FOH sacaron sus armas de energía que tenían bien enlistadas para la batalla. — ¡Al ataque!— fue el grito de guerra que el jefe soltó mientras avanzaba hacia los muros, seguido de toda la horda de miembros gritando con la más ardiente pasión por ganar y recuperar lo que a los humanos se les fue quitado. Ya ha solo 550 metros de distancia, las máquinas los identificaron y desde arriba de los muros comenzaron a disparar.

    — ¡Escudos al frente!— gritó el jefe, todos los miembros que actualmente poseían un escudo avanzaron al frente por el camino abierto que se generó cuando los demás escucharon la orden y se dividieron en dos grandes conjuntos a izquierda y derecha del jefe. Todos estos, entre ellos Nova y Zero, levantaron sus escudos y formaron una barrera que se encargaría de protegerlos del fuego enemigo con forme avanzaran, debido al comportamiento de las máquinas que solo se concentraban en atacar a los que estaban más cerca, es decir los que venían adelante.
    Todos los disparos eran desviados gracias a los escudos y lograron disminuir la distancia a 240 kilómetros en pocos segundos. — ¡Fuego de cobertura! ¡Reorganícense!— gritó el jefe. Todos los usuarios de armas cuyo ataque era a distancia, incluidos ahí Prima e Hidro, comenzaron a disparar a los robots que estaban sobre aquel muro de aproximadamente 15 metros. Estos comenzaron a retroceder y los miembros se reunían con sus respectivos compañeros de grupo. Los robots formaron rápidamente un batallón frente al pilar en su defensa y comenzaron a disparar y correr hacia los miembros de la FOH, que hicieron lo mismo.
    El jefe rápidamente desenvainó dos espadas de energía iguales a las de Zero, pero una roja y una morada. Saltó por encima de la balacera provocada y cayó en el cetro de la horda enemiga, donde comenzó a atacar sin ni un segundo de duda. Con espada en cada mano, sus movimientos eran rápidos y certeros, cada segundo acababa con al menos dos máquinas, verlo era increíble. Corte con la diestra, corte con la zurda y repetía el proceso. Los robots rápidamente cambiaron su objetivo, debían eliminar rápidamente a este humano que estaba causando estragos desde dentro de su formación.
    Todas las máquinas apuntaron y dispararon a discreción al hombre que una vez estuvo ahí, y ahora se encontraba en el aire luego de saltar en el último momento. Los robots se estaban matando entre si debido a la balacera, hasta que pararon mientras el hombre corría sobre estos usando sus cabezas como camino. Estos querían reaccionar pero simplemente no podían debido a la velocidad y variedad impredecible de movimientos de este hombre, y los disparos enemigos que seguían llegando de los miembros de la FOH.
    Cuando hicieron contacto ambas hordas, los miembros con armas de corta distancia comenzaron a atacar ferozmente mientras los de ataque a distancia los cubrían desde un punto un poco alejado. Zero se veía bastante inspirado por el jefe, ya que atacaba con su espada y usaba su escudo como una especie de segunda espada, además de defenderse de los ataques enemigos. Hidro se encontraba precisamente atrás de él, aunque esto fuera peligroso lograba sincronizarse perfectamente con los movimientos de su compañero mientras le cubría las espaldas disparando con sus dos pistolas de energía naranja brillante. Esto era fruto del entrenamiento en equipo que cada grupo debía tener.
    No muy lejos de ahí, se encontraba Nova agitando su látigo en movimientos con una gracia tal que parecía que bailaba danza con un listón. Combinaba perfectamente sus movimientos con los disparos que realizaba Prima para ayudarla a lo lejos, incluso usaba su escudo para reflejar los disparos en otras direcciones que no podían ser alcanzadas por el acumulamiento de robots y personas.
    Se escuchaban unos gritos de dolor de vez en cuando. Los robots eran muchos y a pesar de que sufrían bajas terriblemente altas, no dejaban de llegar y provocar algunas bajas humanas. Esta ardua pelea se prolongó por aproximadamente 26 minutos más sin parar, hasta que la puerta de entrada al pilar se cerró y dejaron de llegar más máquinas, permitiendo la victoria de esta batalla.
    En un conteo rápido realizado por los testigos, habían perdido a 7 personas y 4 estaban heridas pero con suficiente fuerza para seguir. Prosiguieron a derribar la puerta con toda la artillería que tenían y lo lograron en cuestión de segundos. Sin embargo no era motivo de celebración, detrás de esa puerta había una línea de máquinas preparadas con sus armas apuntando directamente hacia afuera de la puerta. El fuego comenzó casi instantáneamente. Para suerte de la FOH, el jefe ya lo había previsto y colocó a los usuarios de escudo al frente. Solo 10 segundos fue lo que duro la balacera inicial, y a pesar de haber llovido más de un millón de balas en ese corto tiempo, ni uno de los miembros fue dañado gracias a la formación perfectamente lograda. Cabe aclarar que la fuerza de impacto de tantas balas si logro que retrocedieran involuntariamente algunos centímetros.

    — ¡Avancen!— proclamó el jefe, y todos junto a él iniciaron de nuevo el ataque. El pilar era bastante alto, con varios pisos a los cuales se accedían mediante la escalera central al igual que en sus bases. Ahí es donde la FOH se vería más vulnerable ante el fuego enemigo; la defensa y el rápido actuar serían los que decidirían si la misión tendría éxito o no. Comenzaron la carrera en las escaleras tan pronto como acabaron con las fuerzas en el piso base. Las máquinas venían de aquí y allá, no tenían fin, pero la FOH logró llevar a cabo la subida sin mayores contratiempos.
    Llegaron al piso que conectaba al pilar con la parte superior de los muros. Hordas y hordas de máquinas de todas las clases los esperaban tanto en ese piso como en ambos muros.
    Hubo 5 segundos de silencio. El jefe entonces gritó — ¡Avancen sin temor! ¡Destrúyanlos a todos!—. Su voz hizo eco en el lugar, los miembros de la FOH gritaron con todas sus fuerzas y se lanzaron contra las máquinas que también habían reaccionado. Esto se convirtió en una guerra, se oía el sonido de la energía cortando y rompiendo metal, al mismo tiempo que algunos gemidos e inclusos gritos humanos.
    Zero atacaba frenéticamente sin dar respiro a los robots. Giró en remolino atacando a los que estaban a su alrededor y golpeó a tres con su escudo, haciéndolos volar por el aire donde un látigo color verde los atrapó. Nova procedió a usarlos como una maza atacando de la misma forma que Zero para luego lanzarlos al aire. Estos pronto explotan por un tremendo disparo provocado por Prima, atinándole en la fuente de energía de uno y provocando la reacción en cadena. Un robot se acercó a ella pero lo detuvo con un golpe de su arco, apuntó y disparó en donde sería la clavícula, haciéndolo volar contra otros dos que se acercaban. Cayeron y se levantaron, pero no duraron mucho con los inminentes disparos seguidos de Hidro, que corría y atacaba a todos los que estaban cerca.
    Uno de los de clase ataque pensaba dispararle de atrás, pero su cañón fue rápidamente cortado por Zero, el cual se agachó permitiendo a Prima escalar corriendo por él y dar un salto lo suficientemente alto para pasar por encima de la máquina, y darle el disparo de gracia en la cabeza. Nova usó su látigo extendiéndolo a su máximo, encajando así a aproximadamente 15 robots. Estiró su látigo a un costado hiriéndolos gravemente cuando se dio cuenta de que otros le llegaban por atrás. Entonces acomodó el escudo en dirección a estos, solo para reflejar los disparos que Hidro realizó de lejos y así los destruyó uno a uno. Los robots ya eran menos, pero seguían siendo bastantes. Zero, Prima, Hidro y Nova se encontraban ahora formando una ronda con sus armas apuntando a los robots que los rodeaban.

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    El ataque de las máquinas
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1643
    CAPÍTULO 8​

    La batalla se prolongó por media hora más aproximadamente, las máquinas no dejaban de venir. El jefe alzó la voz y dijo — ¡Los grupos impares síganme, abriré un camino para su avance!—. Terminada la frase, procedió a crear un camino en dirección al muro, blandiendo ambas espadas con una habilidad increíble. Si bien no acababa con todos los robots en su camino, los grupos impares que lo seguían de atrás se encargaban de los restantes. Así lograron abrirse paso y llegaron al muro.

    — ¡Al ataque!— proclamó el jefe. Los grupos procedieron a avanzar por el muro lleno de robots hacia el siguiente pilar que estaba en la otra esquina de la ciudad, por lo que deberían de correr un largo camino. Mientras tanto el jefe volvió adentro del pilar.

    — ¡Me encargaré de evitar la llegada de los robots por el otro muro, encárguense de deshabilitar el pilar!— dijo el jefe mientras corría hacia el otro muro. Un “Si señor” de parte de todos los miembros de la FOH se escuchó resonante en el pilar. El jefe salió al muro y una horda de robots lo esperaba. Crujió los dientes y corrió hacia las fuerzas enemigas. Las máquinas habían preparado una distancia bastante prudente y cargaron sus armas. Cuando el jefe estaba a solo 30 metros procedieron a disparar a discreción. Fue entonces que unos tres escudos procedieron a crear un muro entre el jefe y las balas. Eran miembros de la FOH, pero no solo ellos, sino que también otros trece miembros salieron del pilar a luchar.

    — ¿Qué hacen?— preguntó el jefe.

    —No lo dejaremos luchar solo— dijo uno de los escuderos —También somos miembros de la FOH, por lo que nuestro deber es dar la vida en batalla—

    El jefe se sorprendió ante tal argumento, pero luego procedió a dar una orden — ¡Los miembros que ataquen a distancia, mantengan un espacio de quince metros como margen de seguridad, los demás que vengan conmigo!—. Un grito de guerra salió de los miembros que estaban ahí, y procedieron a organizarse.
    Mientras tanto dentro del pilar, la guerra continuaba. Se notaba la disminución de los robots debido a que no ingresaban más. Zero se encontraba peleando arduamente junto a sus compañeros, cuando en un vistazo diviso un cristal de color celeste claro a lo alto de una de las paredes del pilar. Debido a su pequeño tamaño no lo había visto antes, pero ahora estaba seguro de que no se encontraba ahí por casualidad. Miró a las otras paredes y noto que cada una de las cuatro tenía un pequeño cristal.

    — ¡Prima!— gritó Zero. La arquera se deshizo de uno de los robots que se le acercó y se giró en dirección al espadachín.

    — ¿Qué sucede?— le preguntó.

    —Dispara a ese cristal de allá— dijo Zero mientras señalaba el cristal.

    Prima quiso preguntar, pero sabiendo que no habría tiempo decidió obedecer a su compañero, apuntó y disparó hacia el cristal. El tiro fue certero, pero cuando estaba a punto de impactar el cristal fue desviado por un campo de fuerza al parecer invisible.

    —Lo sabía— dijo Zero —Esos cristales son algo importante, tal vez sean los generadores del campo que está afuera—

    Prima cayó en la cuenta y alzó su voz para decir — ¡Todos los grupos! ¡Disparen a los cristales en las paredes!—

    Los miembros la oyeron, pero parecía que nadie le hizo caso. La arquera apuntó y disparó varias veces al mismo cristal. Con su visión de águila notó que poco a poco el campo se iba disolviendo, por lo que no detuvo los disparos ni un momento. En seguida, unos disparos naranjas comenzaron a bombardear el mismo cristal. Prima se giró y vio a Hidro disparando a su lado. Este la miró y le dijo —Te ayudaré—, frase a la que la arquera asintió y siguió disparando.
    Los robots cambiaron rápidamente su objetivo al notar que estaban disparando al cristal, debían acabar con Prima e Hidro. Dispuestos a atacar, uno disparo a Hidro por la espalda, pero este disparo fue rápidamente bloqueado por el escudo de Nova.

    —Nosotros los defenderemos, ustedes sigan atacando el cristal— dijo Nova mientras se ponía en posición junto a Zero.

    Siguieron haciéndolo mientras los robots comenzaban a amontonarse contra ellos. Unos disparos de diferentes colores llegaron al mismo cristal que estaban disparando primero, los chicos junto a los robots se giraron a ver: otros miembros de la FOH estaban atacando el cristal. No solo ellos, sino que todos los grupos estaban atacando los cuatro cristales, es como si se hubieran dado cuenta de que ellos tenían razón al ver como los robots cambiaban su objetivo.
    Finalmente acabaron con el campo del primer cristal y al dispararle de nuevo lo destruyeron completamente. El pilar tembló un poco, dando la pauta de que estaban haciendo lo correcto y prosiguieron a destruir los otros cristales. Las máquinas estaban enloquecidas, iban de un lado a otro tratando de acabar con todos los grupos, solo para ser destruidas en el proceso. Pronto destruyeron el segundo cristal, el tercer cristal y… el cuarto cristal.
    El pilar tembló durante unos segundos como si de un terremoto se tratase. Al terminar, las máquinas se retiraron por ambos muros hacia los otros pilares. La batalla había terminado, con victoria para la FOH, que había perdido a dieciocho personas en el combate.

    El jefe regresó junto a los otros miembros y proclamó —Felicidades, han logrado desactivar este pilar—. Toda la FOH gritó de emoción. —Ahora hay que ir a brindar apoyo a nuestros camaradas en el otro pilar, síganme— dijo el jefe mientras corría en dirección al pilar donde estaban los otros grupos. Los grupos que aún permanecían ahí lo siguieron.

    En la salida del pilar fueron emboscados por unos robots de clase espía que se encontraban arriba de esta, los cuales saltaron sobre los miembros de forma sorpresiva. Las máquinas de clase espía tienen forma humanoide idéntica a la de los exploradores, sin embargo no poseen cuchillas ni pistolas, en vez de eso poseen manos. También constan de un cuchillo para asesinatos de emergencia en una de sus piernas. Lo peor de este tipo de robots es que al no estar hecho para el combate poseen un sistema de camuflaje muy efectivo que los hace técnicamente invisibles e inaudibles ante un humano mientras se encuentren quietos o en movimiento súper lento. Solo puede detectárseles con un radar de metales.

    — ¡Emboscada!— gritó el jefe mientras usaba sus espadas para atacar a estos robots. Eran cientos que habían estado acumulándose arriba de la salida mientras ellos peleaban adentro. Los grupos pelearon y atacaron a estas máquinas que a morían sin esfuerzo, pero su número los hacia molestos.
    Mientras peleaban, Hidro se percató de que estos robots no sacaban sus cuchillos, en vez de eso trataban de agarrar los brazos de los miembros. “¿Por qué no atacan?” se preguntó a sí mismo, cuando un recuerdo apareció en su mente.
    En ese recuerdo, él estaba junto a Nova volviendo a la base luego de la orden de retirada en Signeel cuando un grupo de diez robots de clase espía los emboscaron en un callejón. Cinco atacaron a Nova y cinco lo atacaron a él. Si bien su hermana logró librarse de ellos con su látigo, él no había corrido la misma suerte debido a que atraparon primero sus brazos, haciendo que suelte sus armas y llevándoselo lejos de ahí. Recordó ver a su hermana peleando y siguiéndolo antes de que un golpe provenido de uno de los robots aun funcionando le diera en la nuca y la dejara inconsciente. Él soltó un grito furioso y comenzó a moverse para librarse, pero los robots no lo soltaban. Lo último que recuerda es un dolor provenido de su cuello antes de quedar inconsciente también.

    — ¡Hidro!— gritó Prima mientras le disparaba al robot que lo iba a agarrar. El estruendo producido por la explosión de la cabeza de aquel robot lo hizo reaccionar.

    — ¡Cuidado!— gritó — ¡Estos robots no quieren matarnos, tratan de secuestrarnos!—

    Todos los miembros lo escucharon y comenzaron a tomar distancia de aquellos robots, ya habían acabado con la mitad. Los restantes usaban su sistema de camuflaje que, a pesar de no ser efectivo en movimiento, gracias a la oscuridad de la noche podían ser más fácilmente confundidos por los humanos. Los grupos junto al jefe retrocedieron en dirección hacia dentro del pilar, pero la oscuridad de este no les favorecería en nada. Formaron una línea para evitar que los robots pasaran y los emboscaran por atrás.

    —Tengo una idea, Prima, hermano, carguen y disparen a ese punto cuando les diga— dijo Nova usando su látigo para hacer un pequeño agujero en el suelo.

    Prima e Hidro cargaron sus armas para que el siguiente disparo fuera muy potente. Los robots se acercaban y casi no se les veía.

    — ¡Ahora!— gritó Nova.

    Ambos dispararon al mismo tiempo, sus tres disparos se unieron en uno solo a pocos milímetros antes de impactar en el punto. La explosión produjo un brillo que revelo momentáneamente a los robots, cosa que Nova aprovechó y cortó a todos con su látigo a todo poder, partiéndolos a la mitad.
    Todos los miembros de la FOH la ovacionaron por su maniobra, mientras que ella miraba su látigo, el cual parecía estar desapareciendo. Su brillo era menos intenso, el gran estiramiento por encima de su límite y la potencia necesaria para cortar a todos los robots había sido un gran consumo de energía que casi lo dejo vacío.

    — ¡Avancemos!— gritó el jefe mientras corría afuera del pilar y lo seguían. Zero y Prima se adelantaron, Hidro y Nova los siguieron de atrás.

    Luego de avanzar un poco, Hidro escuchó un grito proveniente de su hermana. Se giró y miró hacia a atrás, solo para ver a Nova inconsciente y en los brazos de uno de los robots espía.

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    17
     
    Palabras:
    1638
    CAPÍTULO 9​

    — ¡Nova!— gritó con fuerza Hidro mientras corría hacia ella y apuntaba al robot, pero este usaba el cuerpo de su hermana para cubrirse por lo que disparar era arriesgado.

    Zero y Prima se detuvieron y miraron la escena. Rápidamente siguieron a Hidro. El robot no era tonto y retrocedió corriendo con Nova en las manos como escudo.

    —Maldito no te escaparás— dijo Zero mientras paso a paso iba subiendo su velocidad, tomando una ventaja de 2 metros rápidamente con respecto a Prima e Hidro.

    Salieron del pilar hacia el muro. Zero vio que tenía a Nova al alcance por lo que estiró su mano para tratar de agarrarla. El robot se dio cuenta de esto y realizó un gran salto, cayendo por el costado del muro hacia el vacío. El espadachín resbaló al piso del muro y se deslizó por él, frenando justo antes de caer. La arquera y el pistolero llegaron justo detrás de Zero y asomaron la mirada junto a él.
    Para sorpresa de los tres, el robot había activado un paracaídas, asegurando su aterrizaje. Tan pronto como pisó tierra comenzó a correr con Nova en su espalda hacía un edificio gigante, la fábrica de estos robots.

    — ¡Nova!— gritó con desesperación Hidro.

    —Mierda— dijo Zero mientras retrocedía.

    — ¿Zero? ¿Qué harás?— preguntó Prima.

    —Una locura— fue la respuesta de Zero.

    Antes de que siquiera pudieran preguntar, el espadachín corrió hacia el borde del muro. Cuando llegó al final, clavó su espada en la punta y saltó sosteniéndose fuerte de ella. La espada se movió por el borde quedando clavada en el muro horizontalmente y haciendo que Zero chocase contra este.
    Luego de ese pequeño impacto, Zero puso a máxima potencia su espada girando una parte móvil de su mango. Esta brilló aún más que de costumbre, y empezó a cortar la pared hacia abajo guiada por la gravedad. Este era el plan de Zero para llegar abajo. Colocó su escudo por una de sus botas para poder deslizarse por la pared como si de una patineta se tratara.

    —Que ingenioso— dijo Hidro sorprendido ante tal acto.

    —Sí, pero aun así sigue haciéndose el presumido— dijo Prima mientras aumentaba el poder de su arco.

    — ¿Qué piensas hacer?— preguntó Hidro.

    Una sonrisa mezcla de vanidad y malicia se dibujó en el rostro de la arquera. —Sujétate— le dijo al pistolero. Disparó al suelo del muro, pero en vez de ser un disparo ordinario este seguía estando conectado al arco, como una cuerda. Entonces la arquera procedió a correr hacia Hidro, lo tomó y saltó hacia el vacío.

    —Waaaaaaaaa— gritó Hidro por la repentina acción.

    Mientras caían, la “cuerda de energía” los iba trayendo por un efecto péndulo contra el muro. Hidro entonces usó sus pistolas para disparar contra el muro cada vez que se acercaban, el efecto de retroceso de sus armas los devolvía para el otro lado momentáneamente.
    En cuanto a Zero, ya estaba a solo 5 metros de distancia cuando disminuyó del todo el poder de su arma, provocando un frenado repentino a pocos centímetros del suelo.

    —Uff… funcionó— suspiró Zero, apagando su espada para bajar del todo.

    Miró arriba y vio como terminaban de bajar sus compañeros. Prima selló la cuerda terminando a centímetros del piso. Hidro se bajó y Prima cortó la cuerda con un botón de su arma.

    —Lo logramos— dijo Prima indiferente.

    —Sí, pero mi espada perdió mucha energía, fue un gran desgaste usar tanta potencia— dijo Zero mirando con pena su espada.

    —Lo mismo podría decir yo de mi arco— respondió la arquera.

    —Chicos vengan rápido— dijo Hidro a unos metros de distancia. Los dos se le acercaron.

    En sus manos tenía el escudo inactivo y el látigo apagado de su hermana. —Se habrán caído de su cinturón en la bajada— dijo Hidro.

    —No hay tiempo que perder, vamos a rescatar a Nova— dijo Zero mirando al dúo, el cual asintió ante la idea.

    El trío comenzó una carrera contra el tiempo hacia la fábrica. Prima elevó su mirada al cielo y pudo ver como al campo protector le faltaba una parte, precisamente la que generaba el pilar que ellos desactivaron. Fijó de nuevo su vista en el camino. Una ola de robots se les aproximaba, su tamaño hacia que el batallón inicial en el pilar fuera una pizca de sal en un salero.

    —Zero, sé que te lanzaras a pelear contra ellos… pero de aquí no salimos vivos si lo haces— dijo Prima mientras corría.

    —Lo sé, lo sé— dijo Zero mirando para todos lados.

    Pronto una alcantarilla alcanzó su rango de visión. —Por ahí— dijo el espadachín mientras cambiaba su dirección. Sus compañeros lo siguieron y todos juntos saltaron dentro. Las máquinas se amontonaron y uno a uno fueron entrando los que podían. Sin embargo ese corto periodo de organización fue aprovechado por el trío para abarcar una distancia bastante buena.
    Veinte minutos después, estaban llegando a la fábrica.

    —Ya casi hermana— murmuraba Hidro mientras aumentaba su velocidad. Llegaron al punto aproximado.

    — ¿Es aquí?— preguntó Zero.

    —Sí, calculé la distancia entre la fábrica y nosotros cuando estuvimos en la superficie, debería de ser aquí— dijo Prima con total seguridad.

    —Si nos matan, te mataré— dijo Zero en tono de burla mientras abría la tapa de arriba.

    Tan pronto como lo logró, puso sus manos juntas frente a él. Hidro tomó vuelo y corrió hacia Zero, piso con uno de sus pies las manos de este y ayudado por su impulso logró subir. Una vez arriba, recibió a Prima quien había usado la misma técnica y tras ayudarla a acomodarse levantaron juntos a Zero. Ya todos arriba contemplaron la vista de donde estaban: era una fábrica enorme, había una gran cantidad de fundidoras de metal, moldeadores y ensambladores de partes, y máquinas trabajando arduamente. No había señales de Nova.

    —Esta cosa es enorme— dijo Zero.

    —Separémonos, puede que no sea la mejor opción pero tendremos más oportunidades de encontrar a Nova de ese modo— dijo Prima.

    —Si capitana— dijeron al unísono los dos.

    Los tres tomaron caminos diferentes. Zero fue por el lado de las fundidoras, Prima tomó el lado de los ensambladores e Hidro eligió ir hacia las máquinas moldeadoras de piezas.

    Zero llegó y subió arriba del pilar de los hornos, quedando por encima de grandes cantidades de metal fundido.

    —Podría aprovechar para sabotear un poco sus procedimientos…— dijo Zero para sí mismo mientras buscaba una forma de hacerlo.

    El pilar que tenía un ancho de 1 metro tembló para la sorpresa del espadachín que se acostó sobre este y se agarró con todas sus fuerzas. Levantó su mirada y vio que a unos metros de él se encontraba un robot de clase explorador con su mano/espada preparada para atacarlo.

    —Ustedes nunca aprenden ¿verdad?— dijo Zero mientras se levantaba y con una sonrisa activaba su espada. Pensaba “Aun con mi espada sin todo su poder podré con un simple pedazo de chatarra”.

    El robot embistió a Zero, y Zero embistió al robot. En un solo segundo, ambos tenían su espada en el estómago del otro. Zero soltó una leve risa, ya que tenía su escudo preparado en el estómago y recibió el impacto sin daño alguno. Sin embargo pronto se le borró la sonrisa del rostro, al ver que su espada no había atravesado al robot, si no que se trabó ahí. El impacto los separó y cada uno tomo la posición anterior del otro. Zero miró con detenimiento a donde asestó su espada, había abierto el metal y adentro había… ¿más metal?

    — ¿Qué demonios?— dijo Zero mientras veía como el robot volvía a embestirlo.

    Por otro lado, Prima se encontraba disparando y destruyendo a todos los grupos de ensambladores. No dejaba ni una máquina en pie durante su avance, usuario y herramienta eran destruidos bajo su arco.
    Limpiada esa zona, se dirigía a otra cuando un robot explorador con su arma le apuntó y le disparó. Los reflejos de Prima lograron hacerla moverse justo a tiempo, rodar en el piso para cambiar de posición, apuntar y disparar a la cabeza del robot, todo en menos de 5 segundos.

    —Chatarra— dijo Prima mientras se levantaba.

    El robot que aún seguía parado acomodo su cabeza. A excepción de la primera capa de metal, el resto de las capas estaba intacto.

    —No puede ser— dijo Prima mientras corría hacia afuera.

    Cuando salió se escondió a esperar al robot. Este salió y recibió una serie de golpes bien preparados para dejarlo en el piso con Prima arriba.
    Apuntó con su arco a la cabeza de este y dijo —Ahora si te mataré, escoria—. Soltó la palanca… pero nada pasó. El arco de Prima había gastado su último tiro hace un momento, y ahora ella estaba indefensa.

    En otro sitio, precisamente en la zona de moldeado de las piezas de metal recién sacadas de la fundidora, se encontraba Hidro avanzando como un sombra indetectable, cuidándose de no llamar la atención.

    —Finalmente— dijo para sí mismo una vez que salió de esa peligrosa zona y llego a la central donde controlan el correcto funcionamiento de la fábrica.

    Antes de acercarse siquiera a la puerta, esta se abrió sola revelando una figura humana. Hidro desenvainó rápidamente sus armas y apuntó a este nuevo objetivo. La figura se acercaba lentamente a Hidro. Él pudo verla mejor entonces: se trataba de una máquina con un aspecto bastante más humano que el de los robots de clase explorador. “Tal vez sea un nuevo modelo” pensaba.

    —Bueno no importa que tan nuevo seas, las máquina como ustedes siempre serán chatarra— dijo llevando a cabo dos disparos.

    En ese momento para Hidro todo se puso lento. El robot logro evadir ambos disparos tan rápido que ni siquiera llegaron a acercársele. Él giro la vista y vio que aquel robot ya se encontraba a su lado, a punto de apuñalarlo.

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    El ataque de las máquinas
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1475
    CAPÍTULO 10​

    —Ugh— fue el quejido que escapó de Hidro al recibir un pequeño corte en el costado derecho de su caja torácica. Había logrado evitar casi del todo esa puñalada que, de no haberse movido a tiempo, hubiese sido fatal.

    — ¿Qué clase de velocidad es esa?— preguntó confundido.

    El robot no contestó como era de esperarse. Se puso en posición para realizar otro ataque e Hidro le apuntó con sus armas. El robot se abalanzó en su dirección y este no tardó en darle un disparo con su arma de la derecha. Otra vez la máquina lo esquivó con facilidad poniéndose de nuevo en la misma posición a un costado para atacar, pero Hidro se adelantó y usó su arma izquierda para darle un disparo en la cabeza.
    El impacto le dio a la máquina justo en la frente, pero aprovechó el impulso hacia atrás para dar vuelta su cuerpo y darle una patada limpia en la cara al pistolero. Ambos volaron hacia atrás. Hidro cayó tumbado en el piso mientras que el robot dio una voltereta y se acomodó de pie de nuevo. Como pudo, el pistolero volvió a pararse.

    Escupió un poco de sangre y dijo —No sé qué seas… pero te destruiré aquí y ahora—

    El robot lo miró fijamente. Hidro tomó una posición medio inclinada hacia adelante con las rodillas flexionadas, para luego lanzarse contra la máquina que al verlo también emprendió un contraataque.

    En otro lugar, Zero seguía luchando contra esta máquina que le estaba dando una buena pelea. Él tenía ya múltiples cortadas no muy profundas por toda su ropa y piel, mientras que al robot solo logró hacerle heridas superficiales. “De seguir así terminaré muerto. Debo hacer algo rápido” pensaba Zero, mientras súbitamente comenzó a sentir calor.
    Miró hacia abajo y vio ahí la razón: estaba justo encima de una de las fundidoras, llena de metal fundido que emanaba su calor hacia arriba. El robot lo atacaba sin ningún segundo de espera, poniendo a Zero a la defensiva. “Si corto el pilar se acaba todo, para mí y para él” pensó Zero mientras se defendía y trataba de no caer. El robot sacó una segunda espada de su otro brazo.

    —Rayos… en ese brazo deberías tener una pistola, no otra espada— dijo Zero reprochando a la máquina.

    El robot lo embistió y comenzó una ráfaga de ataques con ambas espadas. Zero se defendía con su escudo y su otra espada tratando de seguir los movimientos de este. Era bastante rápido, pero el espadachín lograba hacerle frente, bloqueando diecinueve de los veintidós ataques consecutivos que el robot le lanzó. Los otros tres cortes fueron en su brazo derecho, su muslo izquierdo y la izquierda de su panza. El robot pareció sobrecalentarse, ya que luego de atacar se detuvo y soltó humo por los cortes que le provocó Zero. Al segundo ya se había recuperado y atacó de nuevo.
    “Si puedo usar ese segundo para hacerlo…” pensaba Zero mientras se defendía de los ataques. Ese segundo de enfriamiento parecía milagroso, ya que el robot se movía a la misma velocidad que cuando comenzaron el combate. Zero se dio cuenta porque con forme iban peleando los movimientos del robot se iban haciendo levemente más lentos uno tras otro. Pero ahora, se encontraba como hace 15 minutos aproximadamente cuando inició el combate. “Debo aguantar, puedo hacerlo” se decía a sí mismo.
    La lucha seguía, el espadachín ponía todo su empeño en defenderse y mantenerse encima de la fundidora. En un momento el robot logró clavar su espada en el escudo, atravesándolo y quedándose atorado. Zero se sorprendió al ver como habían atravesado su escudo por primera vez. En un movimiento giratorio, la máquina logró sacarle el escudo de la mano y como si de una bala se tratase su antebrazo, junto con la espada y escudo, salieron dispararas hacia un costado. Luego de eso soltó una gran cantidad de humo.
    “Mi oportunidad” pensó Zero. Con un rápido movimiento se deslizó desde donde estaba hacia el otro lado del robot con la espada clavada en el pilar. Tan pronto como se paró el robot ya estaba por atacarlo, pero a la primera pisada que dio el pedazo de pilar cortado se separó y cayó junto al robot en la fundidora. Contrario de lo que Zero pensaba, el resto del pilar seguía en su lugar. La máquina trataba de nadar hacia el borde pero su peso se lo impedía, por lo que poco a poco se fue derritiendo. Mientras tanto el espadachín bajo tal y como subió.

    —Ahora iré con los demás— dijo mientras guardaba su espada.

    En la zona de ensamblado, Prima se encontraba huyendo del robot al que no pudo rematar debido a que su arco ya no tenía energía. El robot la seguía con sus manos de pistola disparándola en todo momento. La arquera solo podía correr entre las salas que ya había “limpiado” y esconderse detrás de los escombros.

    —Esto no está bien, ni siquiera tengo un arma de repuesto— se dijo a sí misma con la voz más baja posible.

    El robot la había perdido de vista, pero era cuestión de segundos para que llegara a donde se encontraba ella. Prima miró a su alrededor y vio un montón de hierros a su lado, entre ellos uno que aún tenía un pedazo de pared. Lo tomó como si fuera una maza y esperó a que el robot llegara a su ubicación.
    Cuando este llegó, la arquera se levantó rápidamente y girando con todas sus fuerzas logró golpear la cabeza del robot con el pedazo de pared que se destruyó en el proceso. El robot retrocedió unos pasos pero seguía parado, un poco inclinado hacia atrás. Prima lo miró y notó que en su cabeza había una tercera capa de metal, debajo de las dos que estaban abiertas por los impactos anteriores.
    “Si acabo con cada una de esas capaz, terminare con este monstruo” pensó. Tomó el hierro de nuevo y con un fuerte gritó de batalla se lanzó contra el robot. Cuando cayeron al piso, uso el hierro y empezó a apuñalar la cabeza del robot. Este trataba de resistirse pero cada vez que Prima golpeaba su cabeza con el hierro parecía que tocaba algún circuito en especial, provocando que sus brazos caigan de nuevo. Ya lo había abollado bastante a la cabeza, aun en la misma capa, cuando logró perforarla y atravesar del todo su cabeza. El robot se estremeció y luego se apagó.

    —Así que solo te faltaba una capa eh— dijo Prima antes de soltar un suspiro de alivio y se marchaba de ahí.

    De vuelta con Hidro, las cosas seguían difíciles. El robot era tan rápido que solo recibió dos disparos en total: el que recibió en la cabeza y la dejó un poco abollada arriba, y una que le rosó el brazo izquierdo pero dejó una marca pequeña. En cuanto a Hidro, recibió unas cuantas cortadas más en la zona del pecho y estómago, era como si aquel robot buscara apuñalar los órganos vitales, cosa que él no permitía. Zero llegó al lugar y se percató de la pelea.

    — ¿Qué clase de robot es ese?— se preguntó mientras veía la forma tan humana de aquella máquina y su velocidad de movimiento.

    El robot notó la presencia de Zero y se detuvo por un segundo, luego siguió atacando a Hidro. El espadachín corrió en ayuda de su compañero y detuvo la espada del enemigo con la suya.

    —Gracias por la mano— le dijo Hidro.

    —Agradéceme cuando acabemos con este infeliz— dijo Zero mientras apartaba la espada del robot, que los miró fijamente.

    —Con gusto— dijo el pistolero comenzando una ráfaga de disparos hacia el robot.

    Este se vio obligado a retroceder mientras esquivaba los disparos. Zero aprovechó esto para adentrarse en la ráfaga y atacar directamente al robot, ya que conocía bien el patrón de ataque de su amigo. La máquina parecía haberse sorprendido ante tan arriesgado acto, mientras que el espadachín uso su espada para cortar la frente de esta. Un pequeño mechón de pelo de color blanco salió por el agujero.

    — ¿Qué es eso?— preguntó Zero.

    —Averigüemos— dijo Hidro apuntando y disparando justo en uno de los costados de la cara del robot, provocando que este gire y caiga mientras esa capa de metal salió volando.

    El robot quedó tendido en el piso, por lo que Zero decidió acercarse con precaución. Al mirarle la cara, retrocedió rápidamente y cayó sentado al piso.

    — ¿Qué pasó?— preguntó Hidro a Zero, pero este no contestaba, tenía la cara pálida y con una expresión de sorpresa. Tartamudeaba silabas sin sentido.

    Hidro decidió acercarse y mirar. Su expresión de seriedad cambió totalmente a una de sorpresa.

    —No… no, no, no puede ser— dijo mientras miraba.

    Ese robot no era nada más ni nada menos, que Nova.

    CONTINUARÁ
     
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    Título:
    El ataque de las máquinas
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1699
    CAPÍTULO 11​

    La impresión dejó en shock a Zero y a Hidro. La máquina que estaba ahí tirada tenía el rostro y el cabello de Nova, ¿se trataba de ella?, ¿era una copia en versión robótica?, ¿mataron a Nova y colocaron su cabeza en una máquina?, ¿hay más partes de ella en ese robot?
    Todas esas y más dudas dieron vuelta en sus cabezas. Zero decidió que antes de pensar debía calmarse, por lo que empezó a respirar lenta y profundamente. Mientras lo hacía, ponía su mente en blanco y solo se concentraba en su respiración, hasta que finalmente se calmó.

    —Nova…— fue la primera palabra que logró articular el espadachín.

    Se puso de pie y miró a su compañero. Hidro se encontraba parado con su mirada fija en la cara de la máquina. Zero entonces decidió acercarse lentamente hasta estar frente a la cabeza de esta, se arrodilló y la tocó.

    — ¿Qué... qué haces?— preguntó Hidro, aun un poco fuera de sí pero consiente de los movimientos de su amigo.

    —Quiero comprobarlo— respondió Zero mientras acariciaba la cara. —Es piel, o sea la verdadera cara de Nova— dijo mirando serio a su compañero, quien parecía no aceptar la realidad.

    —No puede ser, esto debe ser una ilusión o… o no sé— se decía el pistolero a si mismo mientras se tomaba la cabeza.

    El espadachín miró de nuevo a la máquina. Esta lentamente abrió los ojos, precisamente los ojos de Nova. Su mirada se cruzó con la de Zero.

    —Nova, soy yo Zero, tu compañero— dijo él — ¿Me recuerdas?—

    —Ze-ro— dijo casi susurrando Nova.

    —Si soy yo— le dijo el espadachín.

    —Cúbrete…— susurró de nuevo la chica.

    Los ojos de Zero se abrieron más de lo que ya estaban al oír eso. Por reflejo sacó su espada y la puso como una barrera entre él y la cuchilla de la mano de Nova, quien se había movido tan pronto como terminó esa frase. Con algo de fuerza logró repeler la cuchilla hacia atrás, haciendo que la chica ruede. Ella aprovechó eso para ponerse en pie de nuevo.

    — ¿Qué te sucede?— preguntó confundido Zero.

    —Salven… me…— fue lo último que dijo Nova antes de tomarse los costados debajo de los brazos para jalarlos hacia adelante.

    Zero estaba ahora más que confundido. Hidro al escuchar esas palabras parecía haber entrado en razón. Nova estiró cada vez más sus costados, desprendiéndolos de ella.
    Finalmente logró quitárselas de encima, junto con lo que parecía una cascara de metal correspondiente a su cuello, pecho, brazos, torso y piernas. Se trataba de una capa como la del robot al que Zero se había enfrentado hace un rato. En frente de los chicos quedó el mismísimo cuerpo de Nova: a excepción de su cabeza que liberó completamente hacia atrás cuando soltó la otra capa, el resto de su cuerpo estaba cubierto por una combinación de su traje de la FOH y un conjunto de partes metálicas como sus rodillas, codos, hombros, caderas, pecho y espalda. Tenía una apariencia típica de un cyborg.

    —Nova— dijo Hidro sorprendido ante la apariencia actual de su hermana.

    La chica procedió a atacar a Zero con una velocidad aún más rápida que antes. Para su suerte, el espadachín igualó la velocidad de esta, pudiendo esquivar la cuchilla que quedo a centímetros de su rostro. Nova entonces se giró hacia el otro lado, encestando una patada a Zero y haciéndolo volar un poco lejos.

    — ¿Qué demonios te pasa Nova?— preguntó el espadachín mientras se levantaba.

    Nova no contestó, lo miraba con una cara inexpresiva. Entonces procedió a realizar otro ataque. Zero quiso esquivarla pero termino por recibir un puñetazo en el estómago, lo que lo dejo sin aire y vulnerable a la otra patada que le dio la chica. Esta sacó su cuchilla para rematar al espadachín de una vez por todas, cuando recibió un disparo por atrás y voló a unos metros por la potencia de este. Zero alzó la vista y divisó la pistola en manos de su compañero, el cual tenía una cara de seriedad y se acercaba a él.

    — ¿Estas bien?— preguntó Hidro dándole una mano a Zero.

    -Sí, gracias amigo- le respondió el espadachín tomando su mano y levantándose.

    —De nada— dijo el pistolero mirando a su hermana, la cual ya se había levantado. —La deben estar controlando y quiere que la salvemos—

    —Si debe ser eso— dijo Zero. —De lo contrario no podría tener esa velocidad—

    —Ni podría esquivar mis balas— dijo Hidro comprendiendo el asunto. —Tratemos de liberarla, y si no podemos ya sabes que hacer—

    Zero miro con sorpresa a Hidro y le dijo —No estarás asumiendo que yo deba…—

    —No podré hacerlo yo, así que te lo encargo, si no puedo salvarla...— Hidro hizo una leve pausa —Mata a esa máquina— dijo y corrió en dirección a ella.

    —Hidro, espera— le dijo Zero pero ya era tarde.

    Hidro comenzó a disparar con forme se acercaba a Nova, quien parecía estar bailando entre los disparos mientras trataba de acercarse. Con forme la distancia se acortaba, más difícil le era a Nova esquivar y más difícil se le hacía a Hidro disparar hacia ella por miedo a acertar.

    —Despierta hermana, ¿no ves lo que te han hecho?— dijo Hidro dejando de disparar.

    Nova no contestó y aprovecho para atacarlo. Sin embargo este logró disparar con precisión a la cuchilla para desviarla de su trayecto.

    —Reacciona, te están controlando— le dijo el pistolero disparándole a Nova en la cuchilla cada vez que esta le iba a atacar.

    Ella parecía alentarse un poco cada vez que oía lo que Hidro le decía. Él se dio cuenta de esto y siguió hablándole mientras esquivaba los ataques, parecía que con cada palabra se acercaba más a su hermana. En un momento la cuchilla de Nova y la pistola de Hidro se chocaron, haciéndolos retroceder.

    —Es muy fuerte— susurró Nova.

    —No importa que tan fuerte sea, debes luchar contra eso— le dijo Hidro.

    —No puedo— susurró ella mientras su cuerpo temblaba, parecía querer moverse y a la vez querer salir huyendo de ahí.

    — ¡Claro que puedes, eres mi hermana y sé que eres lo suficientemente fuerte para lograrlo!— le grito Hidro.

    Nova temblaba, su cara mostraba una expresión de preocupación. Hidro bajó sus armas y se acercó hasta quedar frente a ella.

    La miró a los ojos y le dijo —Confío en ti—

    De los ojos de Nova se derramaron unas lágrimas mientras trataba de hablar sin lograrlo. Prima llegó al lugar y vio atónita lo que sucedía.

    — ¿Qué sucede aquí?— preguntó en voz alta.

    Todos la miraron. Nova apartó a Hidro y corrió hacia Prima en un intento de apuñalarla. Cuando estaba a solo unos centímetros de ella, una espada de color celeste medio apagado desvió el ataque.

    — ¿Qué demonios está pasando?— preguntó alarmada Prima.

    —Luego te explico, por ahora ayúdanos a retenerla— le dijo Zero mientras trataba de atrapar a Nova.

    Aun confundida por todo eso, la arquera decidió hacerle caso a su compañero y lo siguió. Nova trataba de huir pero Hidro le bloqueó el paso. Se desvió y fue para otro lado, pero esta vez fue Prima quien le bloqueó el camino. Corrió unos metros con esperanza de huir por otro lado, pero Zero la hizo retroceder amenazándola con su espada. Quedó acorralada por los tres, quienes les apuntaban con sus armas a solo unos metros.

    —Nova, ríndete, así podremos salvarte— le dijo Hidro.

    Sin embargo no hubo respuesta. En vez de eso, Nova decidió correr hacia uno de los huecos que había entre los tres. Zero se aproximó, sin embargo a ella no le importó y lo atacó. Su cuchilla y la espada de Zero comenzaron una danza en la que ni uno tenía intenciones de perder.
    Finalmente Nova abrió un hueco y pateó a Zero para seguir con su escape, pero esta vez la retuvo su hermano quien empezó a dispararle hacia las extremidades. Ella los esquivaba con dificultad, recibiendo unos cuantos en sus partes metálicas. Hidro logró tomarla del cuello y lanzarla al piso, donde la retuvo.

    — ¡Prima, dispárale a su cuchilla!— le gritó Hidro.

    —No puedo, mi arco se quedó sin energía— le respondió la arquera.

    — ¿Es en ser…?— la pregunta del pistolero fue cortada rápidamente por Nova, quien en un movimiento bastante hábil los dio vuelta y apuñalo a su hermano un costado. Hidro gritó de dolor.

    — ¡Hidro!— gritaron al unísono sus compañeros y se tiraron encima de Nova.

    El pistolero yacía en el suelo y de su herida brotaba mucha sangre.

    —Hermano…— susurró Nova desde abajo. Hizo fuerza para sacarse a Zero y Prima de encima. Se acercó a su hermano y lo abrazó. —Lo siento— le dijo con su voz ya recuperada. Lo que había hecho logro romper el control que la tenía presa.

    Hidro estaba adolorido y aun así sacó una sonrisa para su hermana. Con una de sus manos le secó las lágrimas de la cara y le dijo —Me alegra que estés de vuelta—
    Nova no pudo evitar romper en llanto mientras tomaba con fuerza la mano de su hermano. Zero y Prima se acercaron pero no podían hacer nada, no tenían nada para parar la hemorragia.

    —Lo lamento chicos, me parece que tendrán que seguir sin mí— dijo Hidro con su voz más opacada.

    —No, no digas eso— dijo Zero enojado —No puedes dejarnos así nada mas—

    —Te llevaremos de vuelta… en los camiones hay médicos esperando el avance para entrar, ellos podrán curarte— dijo Prima, alterada por no saber qué hacer.

    —No aguantaré- dijo Hidro —Aun así no me importa, me alegro de haberlos conocido—

    El dúo seguía negándose a perder a su compañero, aunque tenía razón debido a que les sería imposible llegar a tiempo. Su hermana estaba en shock ante las palabras de despedida de su hermano, incontables lágrimas salían de sus ojos.

    —Nova— dijo Hidro, llamando la atención de esta —Te quiero, cuídate por favor…— al terminar esa frase con mucha dificultad, cerró sus ojos y su cuerpo perdió toda su fuerza. Zero golpeó el piso de la rabia y Prima empezó a llorar.

    — ¡Hidro!— gritó con todas sus fuerzas Nova antes de caer desmayada sobre su hermano.

    CONTINUARÁ
     
    Última edición: 9 Enero 2015
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    D: D: D: D: D: D: D: D: ¡DIOS! oh Booster lo siento mucho no pude ponerme al corriente con todos tus caps, pero bueno me los leí todos en un jalón :)
    simplemente me encantaron T_T hombre, sube un capítulo diario me dejaste totalmente intrigada, y como me gustaron tanto comentare uno por capitulo xD

    capítulo 5:
    Me encantó saber sobre su pequeño pasado, cómo es que fueron sus maestros y cómo habían evolucionado, cuales fueron sus motivos para entrar a FOH, me encantó leer sobre eso :) ¡Quiero ser un miembro de FOH! T_T

    capítulo 6:
    Hicieron una bonita amistad, creo que no podían dejarse solos, tienen que estar juntos para formar un gran equipo. Me gusto mucho que aceptarán la misión y si uno iba, iban todos, me emocione bastante con este capitulo. Realmente hicieron vínculos inseparables.

    capítulo 7:
    La organización del General es muy buena, realmente me dejó impresionada con tan pocas bajas. Y no esperaba menos de la organización de aquel equipo comandado por Prima. Y el General, pff que te digo, es el maestro de los espadachines, lo amé :) ¡Haz llevado muy bien la historia hasta aquí!

    capítulo 8:
    Tan buen general es el pelirrojo, que tiene súbitos fieles a el. Prima tiene una gran visión y liderazgo, realmente ella es sorprendente y gracias al apoyo de todos sus compañeros pudieron romper los cristales. ¡Buen trabajo Prima!

    Capitulo 9:
    ¡Malditos Robots! ¿Cómo se atreven a secuestrar a los miembros del FOH? Se llevaron a Nova... La verdad es que el ingenio de los 3 es muy grande (Me encantó su huida) para escapar de los problemas, Amo al equipo de los cuatro. Tienen que rescatar a Nova, Hidro tiene que mantener la calma. D: ¿Qué harán con Nova?

    capítulo 10:
    ¡ESE ERA SU MALIGNO PLAN! Malditos, son más fuertes que antes, espero que el equipo pueda resolver toda la problematica y que los mellizos salgan librados de esta... NOVA DESPIERTA

    capítulo 11:
    T_T Alguno tenía que morir ¿Cierto? .... Realmente dió la vida por su hermana, algo trágico pero muy bello, espero que se puedan recuperar de la falta de Hidro, lo voy extrañar, realmente era muy bueno, y bueno espero que Nova tome venganza de ello. T_T ¡Eso pasara con los miembros secuestrados de FOH.....


    Me ha encantado la continuación, espero que tu Fic lo pongan en una serie xD jajaja ok no, pero prometo no faltar a tantos capítulos, me ha encantado, una vez mas mil disculpas por la tardanza pero aquí sigo.

    ¡Saludos!
     
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    El ataque de las máquinas
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    CAPÍTULO 12​

    Los robots se acercaban. Zero miró atrás y pudo verlos: era una oleada parecida a la que los atacó antes de entrar a la alcantarilla.

    —Demonios, justo ahora— dijo y miró a Prima, quien se secaba los ojos. —Debemos irnos rápido, tal vez podamos huir por donde vinimos—

    —Sí, apurémonos— dijo Prima y levantó a Nova en su espalda.

    Zero hizo lo mismo con Hidro y empezaron una carrera hacia la salida. Los robots los seguían a una distancia de más o menos una cuadra y les empezaron a disparar.

    — ¡Que molestos son!— gritó con rabia Zero. Bajó al pistolero y sacó su espada —Toma a Hidro, te ganaré tiempo para que huyas— le dijo a Prima mientras activaba su escudo.

    —No podrás solo— le dijo Prima.

    —No hay opción, tu arco no tiene energía, así que por favor vete— dijo Zero y comenzó a correr hacia los robots con su escudo frente a él.

    Viendo que no podía ayudarlo, la arquera tomó a Hidro como pudo junto a su hermana y volvió a correr hacia la salida. Zero repelía todas las balas con su escudo mientras avanzaba. Las máquinas disparaban como si su vida dependiera de eliminar a ese humano. Ya a centímetros, el espadachín atacó a los robots pero no para destruirlos, si no para cortar sus armas y que dejaran de disparar.
    “Con mi espada débil y las máquinas estas con múltiples capas de metal, será difícil que las derrote, esto es lo mejor que puedo hacer por ahora” pensaba para sí mismo mientras se daba aliento para seguir peleando. Las máquinas exploradoras guardaron rápidamente sus armas y sacaron sus cuchillas.

    — ¡Vengan si se atreven!— gritó desafiante Zero mientras seguía cortando las armas de los demás robots de otra clase.

    Las máquinas se abalanzaron sobre el espadachín, el cual logró retener a la mitad con su escudo y a otra parte con su espada. Sin embargo varios quedaron libres, aunque desviados de su ruta original, produciendo múltiples cortes en los costados de Zero.

    —Ugh— se quejó y empujó a las máquinas para atrás, comenzando un contraataque.

    Las máquinas lo asaltaban mientras él confiaba en su agilidad y destreza para esquivarlos y atacarlos. Corte tras corte, su uniforme se iba rasgando cada vez más, en algunas ocasiones evitando un corte a la piel, en otras dejando pasar la cuchilla debido al debilitamiento de la zona del traje.
    En un momento todos los robots se apartaron. Zero miró y se dio cuenta de porque lo hacían: las máquinas de clase ataque estaban cargadas y a punto de disparar.

    —Mierda— dijo el espadachín antes de dar un salto en el último segundo. Esa maniobra le recordó al jefe en el inicio de su ataque a la ciudad.

    —Eso es— se dijo a sí mismo. Aunque cayó en el mismo lugar del que había saltado, se apresuró a correr y con un gran salto pisó la cabeza de uno de los robots exploradores, para luego saltar más alto y llegar a la cabeza de uno de los de clase ataque.
    Las máquinas miraron sorprendidas ante tal acto. Zero, impulsado por sus ganas de ser igual o mejor a su jefe, comenzó a saltar de cabeza en cabeza, esquivando las balas que ahora iban más cuidadosas, pues los robots no se disparaban entre ellos. Esa era una ventaja que aquel espadachín aprovecharía.

    Mientras tanto, Prima estaba corriendo en la alcantarilla, evitando cruzarse con los robots. “No sé ni dónde estoy” pensaba. Corría sin rumbo hasta que llego a otra salida.

    —Mejor subo aquí… ya di muchas vueltas— dijo mientras bajaba a sus compañeros.

    Se agachó con las rodillas flexionadas, para luego dar un salto y dos patadas aéreas. La primera no llegó a la tapa, pero le sirvió de impulso para que la segunda le dé con toda la fuerza. Eso hizo volar a la tapa por el aire, para luego caer por ahí. Prima lanzó con cierto cuidado a sus compañeros y luego tomó distancia hacia atrás.
    Cuando estaba a unos 20 metros, corrió lo más rápido que pudo. Llegó a unos centímetros del agujero y saltó, pero no hacia al agujero, si no que dio un salto con una voltereta. Al caer recibió toda la fuerza en la punta de sus pies y se flexionó hacia su derecha. El impulso obtenido la ayudó a saltar contra la pared, y seguidamente con un salto similar logró salir afuera del agujero. El verla hacer eso era como ver a una ninja.
    Prima miró al cielo y vio que la mitad estaba cubierta por un campo de energía, la otra mitad estaba abierta.

    —Así que lograron destruir el segundo pilar— se dijo a sí misma.

    Miró más adelante. A lo lejos pudo ver helicópteros y camiones, a un kilómetro y medio más o menos. Entonces se giró rápidamente y vio que en la dirección en que venía había un gran grupo de miembros de la FOH luchando a lo lejos con las máquinas, ya cerca de la fábrica.

    —Resiste Zero— susurró la arquera, tomó a sus compañeros como pudo y corrió hacia las camionetas, donde un equipo de emergencia estaría esperando.

    De vuelta en la fábrica, Zero seguía dándole pelea a los robots. Estaba agotado de tanto moverse y su espada casi no emitía luz, era como un fantasma ya que se podía ver a través de ella. Aun así él había logrado derribar a 3 de ellos: les iba cortando como podía sus cuellos, dejando grietas que con cada corte se profundizaban. Entonces en un momento logró confundir a uno de los robots para que terminara disparando a su compañero y haciendo volar su cabeza. A ese robot pronto todos sus compañeros le dispararon por aparente traición, destruyéndolo al instante por la balacera. Al último lo había decapitado de tantos cortes que logró hacer en él.
    Vuelta al juego, dio un salto y piso mal, resbalándose y cayendo al piso. Los robots no tardaron en dispararle, pero para su suerte su escudo podía resistir y formaba una pared entre las máquinas y él. No obstante una que otra bala lograba atravesar el escudo por el agujero antes hecho por aquel robot. Zero trataba de retroceder a rastras mientras las máquinas se acercaban.

    —Este es mi fin…— dijo para sí mismo.

    De repente, una ráfaga de disparos llegó del otro lado. El espadachín giró su cabeza para mirar atrás, y notó un gran conjunto de personas. Eran los miembros de la FOH que habían logrado entrar a la fábrica. Los robots cambiaron rápidamente su objetivo, los miembros con armas de corta distancia corrieron con sus escudos al frente armas en mano listas para atacar.
    Se adelantaron a Zero, pero uno se detuvo y le dio la mano. El espadachín la aceptó con gusto y se levantó.

    —Déjanos el resto a nosotros— le dijo el chico que aparentaba tener uno o dos años menos que él.

    —Ok, gracias— dijo Zero tomando aire por el cansancio.

    El chico le sonrió y corrió a la batalla. El espadachín entonces se recuperó un poco y luego se marchó a toda velocidad.

    Prima llegó jadeando y los paramédicos rápidamente fueron en su ayuda. Se detuvieron un poco al ver que ella traía una chica medio robótica consigo, pero luego reaccionaron y la tomaron con cuidado, al igual que a Hidro. El jefe, quien estaba recargando sus espadas se acercó y al ver a Nova en su estado actual, se acercó a la arquera.

    —Señorita, infórmeme de la situación— le dijo el hombre.

    —Yo… nosotros…— fue lo único que pudo decir Prima antes de caerse.

    El jefe la tomó antes de que cayera al suelo y llamó a los médicos. Estos vinieron y se la llevaron, le dijeron que era por cansancio y exceso de fuerza.

    Más o menos media hora más tarde, Prima abrió los ojos y vio un techo de lona ante ella. Se dio cuenta de que estaba acostada en una camilla, por lo que se sentó a observar. Era una carpa en la que solo estaba ella y la camilla en donde estaba inconsciente hace rato. Se paró y caminó hacia afuera.

    — ¿No vas a saludarme?— dijo una voz conocida pero que la tomó desprevenida haciéndola retroceder unos pasos.

    Miró y vio que se trataba de Zero, aunque no tenía su uniforme puesto arriba, en vez de eso tenía múltiples vendas. Ella lo miró con una cara de preocupación.

    —Estoy bien, no te preocupes— le dijo tranquilizándola. — ¿Pero tu estas bien?— le preguntó.

    —Si descuida, era fatiga nada más, pero ya estoy recompuesta— le respondió.

    —Ok, eso es bueno— le dijo el espadachín.

    —Oye, ¿qué hay de Nova e Hidro?— le preguntó la arquera.

    Zero cerró los ojos y respiro profundamente. Luego exhaló y dijo —A Hidro no lo pudieron reanimar, perdió demasiada sangre con la puñalada y en el recorrido. Según el tamaño de la herida dijeron que tenía pocas posibilidades de haber vivido aun estando cerca—

    —Eso es… terrible— dijo Prima.

    —Lo sé, en cuanto a Nova, ahora mismo la están investigando en una de las camionetas— dijo Zero.

    — ¿No me vas a decir que la van a diseccionar o sí?— preguntó preocupada la arquera.

    El espadachín soltó una pequeña risa por el comentario. —Claro que no, solo están verificando si en su cerebro quedan rastros de algo que pudiera manejarla en contra de su voluntad, y de paso tratan de descubrir que le sucedió—

    —Ya veo, ojala se encuentre bien— dijo preocupada Prima.

    Dentro de la camioneta, uno de los doctores está investigando a Nova, cuando de repente esta abre los ojos.

    CONTINUARÁ
     
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    Booster

    Booster El amo del hielo

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    5 Junio 2014
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    41
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El ataque de las máquinas
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1587
    CAPÍTULO 13​

    Nova gritó fuertemente dentro de la carpa, parecía un grito de susto y desesperación. Zero y Prima acudieron rápido a ver de qué se trataba el asunto.
    Cuando llegaron vieron a su amiga con cara horrorizada mirándose frente a un espejo de cuerpo completo y al doctor encargado de revisarla. Los chicos se acercaron lentamente.

    —Nova— dijo Zero.

    Esta se giró a ver. Cuando vio las caras de sus amigos comenzó a tener varios recuerdos de lo que hizo mientras estaba siendo manejada. No pudo evitar caer sentada hacia atrás y comenzar a llorar. Prima se acercó y sentó a su lado, para recostar la cabeza de su amiga contra su pecho.

    —No fue tu culpa— le susurró al oído la arquera.

    Nova se sorprendió un poco al escuchar aquello, no creía posible que sus amigos la perdonaran por lo que paso. Zero decidió acercarse y de igual manera se sentó al lado de su amiga para darle consuelo.

    —Los dejaré un momento— dijo el doctor mientras se retiraba.

    —Si por favor— le dijo Zero.

    El doctor salió de la carpa y fue en dirección al jefe, que estaba sentado en un banquillo frente a una mesa. Este último lo vio acercarse y se levantó.

    —Dígame— le dijo el jefe.

    —La recluta Nova ha despertado pero sin saber que pasaba, se levantó y quiso salir de la carpa. Sin embargo se detuvo frente al espejo que usted pidió dejemos ahí. Se miró a si misma por un segundo y luego le dio un ataque de pánico— respondió el doctor.

    —Así que de ahí el grito… ¿y qué más?— preguntó el jefe.

    —Sus compañeros de grupo se acercaron y empezó a llorar— respondió el doctor.

    -Aja, bueno, dejémosla por ahora. El shock que tuvo habrá sido demasiado para una joven de su edad… en media hora iré personalmente a hablar con ella— dijo el jefe.

    —Como ordene señor— dijo el doctor mientras miraba unos planos sobre la mesa.

    El jefe se dio cuenta y le dijo —Normalmente es de mala educación espiar asuntos ajenos—

    El hombre de bata blanca pronto puso cara de vergüenza y dijo rápidamente —Lo siento, no era mi intención—

    El jefe sonrió y le dijo —Está bien, por esta vez te la dejo pasar, y para calmar tu curiosidad te diré que esos son los planos holográficos de la fábrica enemiga. A medida que los grupos avanzan, varios de los miembros que aceptaron tener una mini cámara instalada en su traje, están ahora registrando los datos de la fábrica y produciendo una imagen 3D holográfica a escala de ella—

    —Increíble plan jefe, no esperaba menos de usted— dijo el doctor con admiración.

    El jefe solo le sonrió y volvió a observar aquel holograma 3D que poco a poco se iba construyendo. Observaba atentamente las estructuras y anotaba puntos básicos y estratégicos que podrían utilizar como base provisoria mientras estuvieran en la ciudad.
    Mientras tanto dentro de la carpa, Nova ya estaba un poco más calmada mientras sus amigos trataban de consolarla.

    —Yo… maté a mi hermano ¿no es así?— preguntó casi susurrando Nova.

    Zero y Prima se miraron a los ojos sin saber que decirle. Finalmente Zero tragó saliva como dudando de si su respuesta fuera a funcionar.

    —No, fueron las máquinas las que mataron a Hidro— dijo el espadachín.

    Nova lo miró y le preguntó —Pero, yo fui quien lo apuñaló ¿verdad?—

    —Tu cuerpo fue usado para matar a tu hermano, pero no eras tú, eran las máquinas que lo usaron para tal acto— le dijo Zero con total seguridad, creyendo que funcionaría.

    —Sí, de no ser por esas máquinas Hidro seguiría a tu lado— dijo Prima apoyando a su compañero.

    —Ya veo— dijo Nova pensando sobre el asunto.

    Sus amigos creyeron que funcionó e intercambiaron miradas de aprobación.

    Nova se levantó sorpresivamente y dijo en voz alta —Bien, mi hermano dio la vida por mí, ahora yo daré la mía para vengarlo, voy a desmantelar a todas y cada una de esas máquinas—

    Sus compañeros estaban sorprendidos, pero pronto asintieron y se levantaron junto a ella.

    —Yo te ayudare— dijo Zero.

    —Yo igual— dijo Prima.

    —Gracias amigos, por seguir confiando en mí después de lo que paso— dijo Nova.

    Tan pronto como terminó esa frase, el jefe y el doctor entraron a la carpa.

    — ¿Cómo se encuentra recluta?— preguntó el jefe.

    —Mejor— respondió Nova apretando su puño —Voy a vengar a mi hermano-

    —Me alegra oír esa actitud, pero antes debemos analizar tu situación— dijo el jefe, tomando asiento a un lado. — ¿Podrías explicarnos que recuerdas?—

    Nova se sentó en la camilla y dijo —Mis recuerdos más claros son de cuando estábamos en el pilar. Mi látigo se había quedado con muy poca energía luego de la maniobra que utilice para librarnos de los robots y debíamos ir a dar apoyo a los otros grupos. Fue ahí cuando mientras corría, sentí un fuerte golpe en la nuca y entonces todo se me puso oscuro…—

    —Un robot de clase espía te noqueo, Hidro se dio cuenta al oírte gritar y fue entonces ahí que Prima y yo lo vimos— dijo Zero, Prima asintió.

    —Ah, así que eso paso…— dijo Nova y bajó la cabeza, pensando en cómo no se dio cuenta de que aquel robot venía tras ella. Luego de un momento siguió —En fin, luego ya tengo recuerdos muy borrosos del camino y de una especie de cirugía, donde los robots venían de aquí para allá—

    —Ya veo, ¿y no hay algún otro recuerdo claro?— preguntó el jefe.

    —Bueno, me duele la cabeza al recordarlo pero si— dijo Nova —Estaba en una especie de tubo, que tenía como un líquido de color morado, el mismo en el que estaba mi hermano cuando lo rescate de su captura—. Todos se sorprendieron al oír eso.

    Luego de haber vuelto de la exitosa expedición en Signeel, al rendir el informe habían interrogado a los hermanos sobre la situación. Hidro fue capturado por las máquinas y Nova tan pronto como recuperó el conocimiento fue a buscarlo. El pistolero había mencionado estar en ese tubo donde fue encontrado, pero que luego de unos minutos perdió el conocimiento. En lo que pudo ver declaró que era para una especie de investigación, puesto que los robots analizaban varias partes de él en los monitores de sus computadores. Antes de perder el conocimiento, vio uno en especial que tenía una figura entera de su cuerpo y una barra que se iba cargando lentamente.

    —Si todos pensamos lo mismo, no hace falta explicar que los robots usaron a Hidro para investigar cómo convertir a un humano en máquina— dijo el jefe.

    —Más precisamente un cyborg— dijo el doctor —La recluta Nova es aún un sesenta y cinco por ciento humana, poseyendo implantes de metal en las articulaciones como rodillas y codos, además del pecho y espalda para proteger su caja torácica y los órganos aun humanos dentro—

    —Aja, entonces ¿sus propósitos eran crear cyborgs que fueran superiores a los miembros de la FOH?— preguntó el jefe.

    —Así es, como declaró el recluta Zero durante el estado inconsciente de la chica, era mucho más rápida que antes, pudiendo esquivar balas y alcanzar una gran distancia en poco tiempo— dijo el doctor.

    Nova se paró y se miró a si misma con una cara algo seria. Movió sus brazos y sus piernas suavemente.

    —Se siente un poco raro— dijo.

    —Es normal, ahora si sientes tu propio cuerpo— le dijo Zero.

    —Aun así, es recomendable que te siga haciendo algunos estudios para ver cómo reacciona tu cuerpo y mente a tu nueva forma— dijo el doctor.

    —Ok, pero solo hasta que ataquemos la base de esas horrendas máquinas, en ese momento iré aunque no me dejen— dijo Nova.

    —Está decidido, por ahora quédate aquí— dijo el jefe, luego miró a Zero y a Prima —En cuanto a ustedes, revisen sus armas, deberían de estar recargadas y listas, nos trasladaremos a la fábrica donde estableceremos nuestra base provisoria tan pronto como los otros miembros tomen la fábrica—

    —Si señor— respondieron los tres al unísono.

    El jefe se retiró, Nova se acostó en la camilla mientras el doctor la volvía a analizar, y sus amigos se marcharon a las camionetas.
    Media hora más tarde, un llamado de parte de los miembros de la FOH proclamó que la fábrica había sido tomada y estaba bajo el control de la humanidad. El jefe movilizó a los miembros que habían estado en la toma de los pilares, para iniciar el transporte hacia la fábrica.
    Nova y sus amigos fueron a una de las camionetas que estaban últimas antes de partir. Detrás de ella había tierra que parecía recién movida por alguna razón, además de unos palos acomodados en forma de cruz. Se acercaron y fue Nova la que se arrodilló ante ese lugar. En la cruz había una pequeña hoja de papel en la que decía “aquí yace el recluta de la FOH Hidro Fert, fallecido en combate donde lucho valientemente por la humanidad”.

    Tocando con su mano derecha la tierra, Nova aguantaba las lágrimas mientras pronunciaba —Descansa en paz hermanito… tomaré venganza por ti y haré que tus esfuerzos no sean en vano—

    Sus amigos se acercaron. Nova apretó un poco de tierra en el piso como si tratase de llegar a su hermano, y finalmente rompió en llanto. Zero y Prima abrazaron a su amiga mientras también luchaban con el deseo de llorar.
    Veinte minutos después, los camiones encendieron marcha hacia la fábrica.

    CONTINUARÁ
     
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