-¡Me encantaría!-exclamé cogiendo mis pokéballs para guardarlas en la mochila-Me harías un gran favor-sonreí recogiéndome el pelo con una mano para echarmelo hacia un lado-Pero... ¿está muy lejos?-una cosa era volar con Dante, al que le tenía gran confianza y otra era volar con una persona que apenas conocía de un día.
—No sabría decirte. Pero hoy es un día agradable, por lo que imagino que no hará bien respirar la frescura del atardecer. Ven, vamos afuera. Y ustedes, siento decirlo, deberán regresar a sus pokébolas. Serperior y Maractus los hicieron, resignados. Plusle se subió a mi hombro, como siempre, y salimos del Centro Pokémon. —Yo viajaré en Pidgeotto —le informé a Emily una vez estuvimos en la vereda, y liberando al pokémon—. A tí te acompañará ella... Arrojé al aire otra pokébola, de la que emergió nada más y nada menos que Cresselia.
-¡WAAAAAAA!-exclamé extasiada observando al hermoso pokémon-¡Un Cresselia! ¿Seguro que puedo tocarla?-pregunté acercándome temerosa y tímidamente.
Llegé, un poco atrasada. —P-Perdona la demora, Alpha..—dije, antes de ver a Glaceon—Wow, ese Glaceon es tuyo? Contenido oculto Perdon estaba viendo la Ruta 304 xD
Observé en silencio cómo el pokémon acercaba una de sus manitas a la rodilla de la chica, preocupado por el estado de su entrenadora, pero ella no se movió en lo absoluto. Tan solo se encogió más al saber de mi presencia, tratando seguramente de que nadie la viera llorar, ni siquiera su propio pokémon. "Supongo..." Fue la única respuesta que obtuve. Ladeé la cabeza algo confundida, y luego miré a Osawhott de la misma manera. Su voz había sonado algo quebrada, como tratando de aparentar que no pasaba nada. Me puse de cuclillas frente al banco de aquella joven que no aparentaba ser mucho más pequeña que yo, y la miré con un deje de preocupación. —Oye...qué...¿qué te ocurre? ¿Puedo ayudarte en algo? —le pregunté con total amabilidad, no me gustaba ver a nadie en eso estado, aunque ni siquiera la conociera.
Llegamos al centro y respondí. — Sí, evoluciono hace poquito.— Glaceon de su parte simplemente dio su sonido característico con un tono algo engreído— Sé volvió toda una niña rica..
Reí levemente, sacando las pokéball de Pelipper, Skitty, Conkeldurr, y Seviper, y dandoselas a la Enfermera. —Ya veo, los Glaceon si parecen niñas, ¿Lo has notado?
— Pues sí, es hembra.— Me rasqué la cabeza, no había entendido mucho lo que ella dijo.— ¿Cuánto a cuántos luchamos?
Estaba por darle mi aprobación, pero no hizo falta. Cuando notó la mano extendida de Emily, Cresselia la miró primero con curiosidad, para después acercarse a recibir la caricia de la chica. Cerró los ojos para disfrutar el momento. Después, el pokémon legendario frotó suavemente una de sus mejillas contra las de Emily, a modo de devolverle el cariño. Me sonreí. Así era Cresselia: bondadosa y cariñosa.
— Probablemente....— ¿Había acordado el numero con ella? Si es así no lo recordaba...— ¿Cuánto quedamos entonces?
Di un pequeño saltito ante el contacto pero al rato abrace al pokemon y lo acaricie dulcemente. -Que lindura~-murmure y el pokemon se movio un poco para dejarme montar en ella-Gracias-dije emocionada sentandome con cuidado en el legendario. Suspire mientras acariciaba al pokemon y pense en lo genial que seria tener un legendario tambien. Contenido oculto @Bruno EVF
—Entonces te repetíre lo que dije; "Hey, acabo de llegar de una batalla con Hubert, no estoy en condiciones Alpha"
—Hubert y tu son identicos con el entrenamiento, imaginate que tuve un 4 vs 4 con el, ademas que se oyen rumores de ti, y que tienes pokémon dificiles de encontrar...—dije.
— Mis pokémon son fácil de encontrar.— Respondí.— Para mi..— Reí en voz baja. Era verdad, mi equipo se creaba de especies raras: Charizard negro, Garchomp, Milotic la cual era una leyenda de Galeia, Rotom Metch, Whimsicott con habilidad oculta, Ferrothorn, Aegislash y Glaceon. Sin olvidar que en mi poder se encontraba Rayquaza, el Dios de los cielos.— ¿Cómo que se rumorea?
Arcanine había traído la pelota después de unos largos pero tranquilos segundos y repetí la acción un par de veces más al ver que al pokemon le había empezado a gustar un poco eso de ir a buscar el objeto que yo le lanzaba lejos (o eso intentaba, porque al parecer no importaba que tan lejos lo mandara, él lo traía con rapidez, tendría que esforzarme un poco más). Pero el juego se vio levemente interrumpido al notar que alguien decía mi nombre, me giré hasta la fuente del sonido, era Chad hace tiempo que no lo veía, si no mal recuerdo nuestro último encuentro fue cuando uno de mis pokemon lo tumbó al correr hacia él, menos mal que ahora fue un encuentro normal y nadie resultó "herido" esta vez — Hola Chad — le saludé tomando la pelota en mis manos y volviendola a lanzar