Squesh

Baje la mirada y vi a Alice junto a mi en silencio, asi que sonrei y la tome en brazos con una sonrisa.

—para ser tu primera vez en el Squesh digital, lo hiciste muy bien—le dije sonriendo a Alice.

 

También me acerqué, bajando a la altura de Alice, acariciándola un poco.

--Que suave melena, Alice--le dije.

 

Ya había pasado un rato, me despiste un segundo para ver de que hablaban y en ese instante la pelota cayo

—Bueno, eso me pasa por despistada—Dije yendo hacía las chicas

 

--Aun nadie se entera de mi cumpleaños, justo es hoy..--musité

 

Sentí como me cogían en brazos y sonreí mientras miraba a Taiga.

—Bueno...162 puntos no son mucho en comparación con vuestros puntajes...aun me queda bastante por aprender. —comenté llevando una patita a mi cabeza y entonces noté como me acariciaban también, me giré aún en brazos de Taiga y miré a Fannie. —Aw gracias, me encanta ser este avatar. El problema es que soy demasiado blanca y me mancharía con facilidad. —reí con una gota de sudor por aquello último.

 

--O bueno, contarles y ya..--seguí musitando.

 

--Chicas, tal recordé..Hoy cumplo 18..

 

—Felicidades—Le dije sonriendo mientras le ponía una mano en su hombro

 

Sonreí—G-Gracias—

 

—de nada

 

—Solo lo saben ustedes 3, y Johnatan..

 

—Bueno no te preocupes por eso—Dije sonriendo

 

—A que te refieres?

 

—A nada...a nada

 

—Esta bien..—dije, algo extrañada.

 

Salté de los brazos de Taiga a la cabeza de Fannie sin previo aviso al escuchar de que hablaba, y asomé mi cabeza de entre la suya con una sonrisa.

—¡Felicidades Fannie! —exclamé alegremente.

 

—Wow, gracias Alice—dije, tratando de verla en mi cabeza.

 

Reí divertida ante su expresión de sorpresa y me bajé a sus brazos para no despeinarla ni nada.

—De nada. —le sonreí. —Jo, tú con 18 años y yo tan solo con 16, soy una pequeñaja aquí.

 

—Hay mas de 16 que 17, apenas hoy cumplo 18...—dije, acariciando su melena en mis brazos.

 

—Bueno...pero tú y Taiga tienen 18, y a parte yo cumplí 16 hace poco, sigo siendo más pequeña que el resto. —comenté sonriendo al sentir las caricias en mi blanco pelaje.