-Pero... pero... también me gusta Buneary y sus evoluciones y Milotic y Gothitelle y Gardevoir y Phanpy y Plusle y Tropius y Snorlax y Vulpiz y Ninetales... ¡y muchos, muchos, más!-exclamé hiper emocionada para después tomar una gran bocanada de aire-¿Y cuáles son tus pokémon favoritos?
Ladee un poco la cabeza escuchando su larga lista de pokemon perfectos, no me imaginaba la emoción que sentiría cuando viera uno de esos — ¿Pokemon favoritos? — murmuré observando mi cinturón de pokebolas levemente — Creo que ahora... ninguno
— Supongo que si... — dije dedicándome a jugar un poco con una de sus trenzas para pasar el rato — ¿Algo mas que te gustaría preguntarme ?
-N-no-jugué con mis dedos índice mientras os observaba avergonzada. Quizás me había pasado "un poco" con las preguntas.
Me levanté temprano después de una siesta para entrenar un poco, aunque acabó más en juego, Larvitar jugaba entre la flor de mi inicial mientras Electivire golpeaba el aire, para fortalecer sus puños. Yo los observaba comiendo unas cuentas palomitas de maíz.
— Entonces te diré yo algo que merecerías saber — suspiré y paré de jugar con su trenza — Tengo una laguna que no llega a un año de mi memoria o eso espero, así que no recuerdo todas las cosas que hice en ese tiempo — "y menos mal que no puedo" — Como por ejemplo... se que estuve en el cambio de llanura de los relampagos a pradera arte, porque me lo han dicho, pero... no se porque pasó
Paré mis dedos y lo miré con los ojos abierto y tapándome la boca con as manos. -¿En serio? Pero ese debe de ser horrible... ¿y nadie estuvo contigo en esa época para decirte todo lo que pasó?
—Potenciadores, potenciadores, para eso necesito algo de dinero... — Andaba meditando el consejo de Alpha, mientras tomaba algo de Friz! para pasar las palomitas, Electivire tenía una gran potencial, a fin de cuentas era mi primer pokémon. Pero por otro lado estaba mi Larvitar, quizás si la entrenaba la pequeña podría ser una gran contrincante. Era cuestión de ganar algo de valores... valores, dinero... riquezas, una mansión, con guardianes pokémon... ¡Como la mamá de Steve! ... ¡Steve! No me resistí y lo llamé, qué sería de su vida... Lo llamé a través de mi videomisor. @Steve Stone
— Yo no quiero preguntar...— suspiré, ¿a quien le gustaría enterarse de todo eso? — Se que en ese tiempo estuve con los Gamma... así que... no quiero enterarme...— apunté a Ukitashi que se encontraba un poco lejos — Pero se que él y los demás vieron todo eso... todo lo que pude hacer
-Pero... tú no estabas consciente de todo lo que hacías ¿no?-cuestioné mirando a Ukita y lo saludé con la mano para después volver a fijar mi mirada en Dante.
— Creo que no... pero, supongo que tenías que saberlo, y que no seas la única que no esta enterada de eso — me senté nuevamente en la banca y pase una de mis manso por mi cabello — ¿Vaya sorpresa no?
Me senté en su regazo y lo miré con decisión. -Es una gran sorpresa. Y me alegro de que me lo hayas contado porque me hace pensar que confías en mí. Pero no pienses que por culpa de eso no te trataré igual a partir de ahora-le dije seria y después sonreí.
— ¿Te hace pensar que confío en ti? — pregunté mirandola algo confuso — Pero si yo confío en ti... ¿qué te hace pensar que no lo hago? — y al escuchar eso último me quedé algo mas tranquilo — ¿Aunque sepas que fui un "soldadito" gamma?
Me reí y afirmé con la cabeza, para luego colgar y esperar que Steve aparezca. —Bueno chicos, pónganse guapos, creo que vendrá Ste
-Nunca pensé que no confiaras en mi pero aun asi me alegra cuando lo demuestras-dije y no pude evitar soltar una pequeña carcajada después-Eso me resulta interesante pero ni mucho menos es una razón para pensar distinto de ti. Aunque eso si, conociéndote, no te veo como Gamma
— ¿Tú confías en mi? — pregunté mirandola con mera curiosidad — Y sí, no era el Dante que ve ahora cuando estaba con los Gamma al parecer...
Al cabo de unos minutos, sobrevolamos Barniz y vimos a Ukita, por lo que le di la orden a Togekiss para aterrizar. —¡Hey, Ukita...! Pero antes de que terminara mi frase, Togekiss salió volando llena de alegría. Yo sin entender nada, le gritaba que regresara pero no había caso. Al cabo de unos minutos, Togekiss llegó con una corona de flores y la soltó encima de Ukita. —¿...qué? —dije rascándome la nuca sin entender nada.
-¡Eso ni se pregunta!-dije dándole un leve puñetazo en el pecho-¡Pues claro que sí!-separé mi mano y me puse ambas en las mejillas-¡Es que no me lo puedo imaginar ni de lejos!