Instituto umesato

—No hay problema—frené el paso.—No me molesta—

 

—Pues, me gustan los animales, mas los marinos, como peces y delfines..¿A tí?—

 

—¿Que clase de videojuegos? ¿Alguno en especial?—

 

—¿The Child Of Light? Yo lo jugué, me encanto a mi—mencioné, sonriendo—¿Tu lo terminaste?

 

—Igniculus era un compañero fiel para Aurora, mas bien para nosotras—

 

Contenido oculto

Veo que van avanzados D: tendre que leer un poco :)

Liza/Pasillos

Estaba aburrida, tenia mis cosas en mi casillero, estaba esperando a que me citara la persona que no tenia idea quien era, ¿para que me habrá llamado? y según oí a más chicos también, ¿sera por el brain brust? bueno, eso lo sabre cuando me llame, las clases estaba apunto de comenzar, y yo como siempre me las intentaba saltar, pero siempre me descubrían.

—Vale, ¿cuando me llamara la persona que me cito?—dije llevando mis brazos a mi cabeza.

 

Sonreí de lado al ver que las dos chicas habían recibido mi mensaje, pero tome la decisión de hablar primero con Aria ya que era la primera en recibir el mensaje.

Tome mis libros y me puse de pie para empezar a caminar hacia la cafetería, una vez ahí vi a una chica buscar a alguien; así que, pase a su lado y le dije unas palabras "Si tu eres Aria Tasogare, ven conmigo" le dije antes de pasar a su lado y sentarme en la mesa a esperarla.

 

Una chica de larga cabellera negra, ojos color ámbar y piernas largas pasó a mi lado y me indicó, con un susurro, que le siguiera… pero, ¿quién era esa desconocida? ¿Acaso era ella la que había mandado aquel mensaje anónimo? ¿Cómo era que sabía mi nombre y apellido?

El desconocer tantas respuestas fue lo que motivó a mis pies a moverse en dirección a la mesa donde la muchacha se encontraba sentada ahora, y sin esperar una invitación tomé asiento frente a ella.

—¿Tú me citaste? —pregunté secamente.

 

Sonreí un poco al ver que Aria había decidido seguirme, y sin que yo se lo pidiera ella tomo asiento a mi lado.

Deje mis libros en la mesa otro vez y mire detenidamente a la chica, su cabellera era corta sobre sus hombros y de color naranja, ademas de ojos azul cobalto; escuche de su pregunta y asentí, y al parecer. ella tampoco me conocía, bueno...eso era normal, ya que yo era de un curso mayor al de los conque he hablado.

—Si, fui yo..me llamo Taiga Tomoheda, y te cite para hablar contigo sobre...el Brain burst—le respondí antes de pensar en algo—¿Ya has oído hablar de el, no?—le pregunte sonriendo.

 

—Brain… Burst… —repetí lentamente.

Analicé a la joven de arriba abajo; parecía amable y buena persona, pero yo no era de las que se guiaban por las apariencias. Las apariencias podían engañar. Me correspondía ahora juzgar si sus palabras eran engañosas o no… ¿qué era lo que se traía entre manos esta tal Taiga?

—He oído que se trata de un programa virtual especial, pero no he podido averiguar mucho más que eso —confesé con un tono entre risueño y distraído, mi tono usual, uno que adapté pues pocas cosas me interesaban en esta realidad. Era cierto, y era frustrante; yo soy una de las mejores estudiantes, tengo calificaciones brillantes y perfectas, ¿por qué no podía descubrir más acerca de este dichoso programa? ¿Acaso esta chica sabía más que yo… no podía ser, ¿verdad? Por curiosidad, decidí seguirle el juego—. ¿Qué es lo que quieres hablar al respecto?

 

Sonreí un poco, al menos sabe un poco...-muy poco de echo, pero no importaba- sobre Brain Burst.

—Que bien que sepas que es el mundo acelerado—le dije sonriendo antes de escuchar su pregunta— Bueno, no podre decirte mucho de como es que conozco muy a fondo sobre el mundo acelerado ya que aun no eres un usuario oficialmente en este juego virtual—dije antes de suspirar— "aunque es mas que un simple juego virtual" pero lo que si te diré, es que...si quieres ingresar al Brain Burst solo...—encendí mi Neuro-linker y le pase el archivo de Brain Burst— deberás aceptar el archivo que te acabo de enviar para que así puedas ser un usuario.

 

Mi neuro-sincronizador estaba encendido ya,y entonces me apareció un ícono nuevo, un mensaje enviado de la misma dirección que me había enviado el anterior, citándome a la cafetería. Lo abrí y descubrí que, efectivamente, había un archivo en el mensaje de Taiga. Lo presioné y un enorme cartel en llamas apareció.

Brain Burst. Eso ponía el cartel en furiosas letras negras recubiertas de fuego. Dí click en iniciar tras unos breves segundos de duda.

—Ya fue descargado —informé en cuanto ésto ocurrió.

 

—Nada en especial, aveces juego My Virtual Petshop, es como una tienda virtual de mascotas, cual tu las cuidas y consigues las monedas para mejorar el lugar.—

 

Un coche negro, aparentemente desgastado, cruzó la calle a poca velocidad hasta que se detuvo finalmente, justo frente al instituto Umesato. Mi nuevo instituto en éste nuevo lugar para mí. Bajé la cabeza aún sin moverme de mi sitio, y apreté mis manos en mis rodillas. Yo...yo no quería ir. Quería volver, era lo que estuve deseando con todas mis fuerzas ésta última semana, que para mi fue un infierno. Y pensar que unos días atrás todo estaba bien...y mira ahora.

Sacudí mi cabeza al escuchar la voz de mi tío, el cuál me sacó de mis pensamientos y me hizo levantar levemente la cabeza para mirarle con mis ojos algo rojos por las lágrimas que no pararon de salir instantes atrás. Cogí un poco de aire, lo poco que la presión de mi pecho me permitió tomar para calmarme, y suspiré.

—Alice...creo...creo que ya es la hora de que te vayas. —murmuró con algo de delicadeza el hombre que se encargó de mi éstos últimos días, colocando su mano sobre las mias y apretándomelas un poco, tratando de darme fuerzas y algo de confianza como podía. Volví a bajar la mirada y asentí, conteniéndo mis ganas de llorar todo lo mejor que podía. Era difícil, muy difícil.

—T-Tienes razón...—sollocé en un murmullo, y aparté mis manos de la suya para abrir la puerta del coche y salir de una vez por todas.

Era un día como otro cualquiera, el Sol lucía en un cielo totalmente despejado, y una leve brisa meció mis cabellos rosados por unos instantes. Me coloqué bien la mochila al hombro y volví a mirar a mi tío, quien me miraba desde el coche con una pequeña sonrisa.

—Tú no te preocupes pequeña, todo te irá muy bien aquí, ya lo verás. —esbocé una pequeña sonrisa y asenti, secandome la cara con la manga de mi camisa para lucir lo mejor que pudiera allí dentro. El hombré ensanchó su sonrisa al verme sonreir. —Así me gusta. Llámame si ocurre cualquier cosa, ¿vale?

—Vale...—respondí y me dispuse a irme, pero antes me acerqué a la ventanilla del coche y abracé al hombre con cariño antes de marcharme, a modo de despedida. —Gracias, por...por todo... —le susurré y me aparté finalmente para dejarle marchar.

—No las des, tranquila. —sonrió. —Cuídate. —y tras eso, el coche arrancó de nuevo y desapareció a la vuelta de la esquina.

Suspiré hondamente y me giré hacia el instituto, contemplándolo con algo de miedo e inseguridad. ¿Cómo me iría aquí? Decidí dejar de darle vueltas a las miles de preguntas que se formaban en mi cabeza, y me armé de valor para comenzar a caminar hacia el lugar, dispuesta a comenzar una nueva vida de la mejor forma posible.