Mas escuche la voz de Liza, a lo lejos, se reconocía fácil, pero venia de una plaza llena de lodo... —Mejor espero a que vuelvan, no tengo nada para el lodo..—me encogí de hombros, ya que no tenia con que pasar, no quería ensuciarme las botas.
Lentamente mis pokemon y yo logramos salir del campo de lodo con mucho cuidado para no resbalarnos otra vez y ensuciarnos más de la cuenta, yo en cambio a cada paso que iba dando podía sentir como la ropa se me pegaba mas al cuerpo, aunque se que lo peor pasaría cuando se secara el lodo... — Liza... iré a ver si encuentro una manguera detrás del centro pokemon, por si me buscas — dije rodeando el campo notando como dejábamos huellas por donde sea que pisáramos
Miré a Kim y luego a Dante, mejor sería quitarnos el lodo de encima. —Ahora vuelvo, Kim.—le dije mientras llamaba a mis pokémon, quienes me siguieron de inmediato. —Espera Dante, voy contigo. —le avisé y comencé a caminar pisando las huellas que dejaba a su paso a modo de juego, tratando así de no pensar en lo mal que me veía en esos instantes.
Había llegado al centro pokemon con Liza siguiendo-literalmente- mis huellas, por obviedad Joy no nos dejó pisar el centro con lo sucio que estábamos pero si nos donde tenía una manguera para lavarnos a nosotros y nuestros pokemon. Así que le hice una seña a Liza que iríamos a la vuelta donde se encontraba nuestra preciada fuente que nos devolvería a ser personas "normales" en vez de parecer vagabundos o algo por el estilo. — Bueno pequeñaja... las damas primero — dije abriendo la llave dejando que fluyera el agua por la manguera mientras la tomaba con una de mis manos y le apuntaba para comenzar a mojarla a ella y sus pokemon, tan solo esperaba que no estuviera fría
Seguí a Dante hasta detrás del Centro Pokémon, donde Joy nos dijo que había una mangera que nos podría venir genial con nuestro "problemilla" actual. Yo la verdad no estaba por la labor de mojarme ya anocheciendo, pero por suerte no hacía mucho frío, por lo que resfriarme no sería tan fácil. Me situé junto a mis pokémon delante de Dante y la manguera y me quité la gorra para colocarla en el suelo. —Venga, acaba rápido con esto...—dije entrecerrando los ojos, esperando lo inminante, y un chorro de agua nos comenzó a mojar a todos. Fría, estaba fría, pero era soportable en cierto modo, y di una vueltita para poder quitarme el barro de la espalda por igual, mis pokémon también. Una vez estaba limpia del barro, me acerqué a donde Dante, apartando los mechones mojados que se quedaban pegados en mi cara, y tomé la manguera. —Te toca. —sonreí de lado y comencé a mojarlos a él y a sus pokémon por igual.
Y como si el destino lo hubiera arreglado pareciera que el agua estaba suficientemente "bien" para soportarse, ya que... si hubiera estado lo suficientemente fría estoy seguro que Liza hubiera reaccionado de otra manera debido al cambio de temperatura. Una vez terminado Liza se acercó a mi apartando un par de mechones de cabello que le cubrían el rostro y por lo visto sus pokemon ya habían comenzado a secarse sacudiéndose un poco, un "problema" menos. Ahora me tocaba a mi, tomé algo de aire esperando que realmente el agua no estuviera tan fría, no quería enfermarme mas de la cuenta...cuando el chorro llegó comencé a lavarme rápidamente el cabello, lo único que podía percibir era como el agua tomaba un color café por el lodo, menos mal que no podíamos vernos, de seguro nos veíamos fatal, terminé de lavarme por completo y me aparté el cabello del rostro y caminé hasta Arcanine, empujándolo un poco hacia el chorro de agua para después sentarme al lado de él y comenzar a pasar mis manos por su pelaje para quitarle el lodo de este, me sorprendía la cantidad de lodo que salía pero suponía que era normal después de tantas veces que patinó por el lodo por no poder pararse — Creo que ya estamos todos... — dije apartándome un poco de mis pokemon al predecir que Arcanine comenzaba a sacudirse veloz mente para quitarse el exceso de agua de su pelaje
Cerré la llave del agua y coloqué la manguera tal y como estaba para recogerme el pelo entre mis manos y me escurrí todo el agua acumulada, cuanto menos agua mejor. Me froté con mis manos la cara un segundo y presté atención a mis pokémon, quienes comenzaron a entrar en sus balls sin aviso alguno. Supuse que estarían ya cansados por el esfuerzo dado, pero no pude evitar quedarme mirando una de las pokéball en mi mano y pensar: "¿Habrán secadores ahí dentro?" No sé, pensar que entran mojados y salen secos es algo extraño. Dejé aquellas ideas por el momento y me abracé a mi misma, contemplando como las farolas de la calle se empezaban a encender. Empezaba a hacerse algo tarde. —Oye Dante, ¿y si vamos a pedirle toallas a Joy? No creo que deje tampoco que le mojemos todo el suelo del centro, pero empiezo a tener algo de frío. —le dije mientras me acercaba.
Me sacudí un poco el pelo mientras Liza me estaba hablando, pedirle toallas a Joy sería lo mas indicado ahora pero primero regresaría a mis pokemon a sus pokebolas, lo más probable es que ahí se secaran y si no, pues los secaría uno a uno en el baño de las habitaciones — Sí... creo que eso es lo mejor, no queremos enfermarnos o algo asi
Tomé mi gorra del suelo y la sacudí con mi mano, estaba un tanto sucia y preferí no ponérmela. Ya la lavaría dentro de un rato con el resto de la ropa, luego de darme un buen baño, por supuesto. —Pues si no quieres que nadie se enferme, andando.—sonreí acercándome del todo una vez que los pokémon de Dante regresaron a sus pokeball, y comenzamos a caminar hacia el centro de nuevo mientras le empujaba para que fuera más rápido (aunque él tenía más fuerza que yo y no lograba empujarle mucho que digamos). Con la amabilidad que tanto la caracterizaba, la enfermera Joy nos dio un par de toallas para poder secarnos un poco y yo la utilicé preferiblemente para el pelo, así no gotearía por el camino y no mojaría demasiado. De paso, nos dio nuestras respectivas llaves por si queríamos entrar ya a las habitaciones, y tras agradecerle con una sonrisa me dirigí hacia las escaleras. —Voy a darme una ducha y a cambiarme antes de pillar un buen resfriado, estaré en la lavandería dentro de un rato por si me buscas. —me despedí y comencé a subir las escaleras hasta perderme de vista.
Caminaba por la calle con tranquilidad, estaba tan emocionada de empezar en esta ciudad mi aventura, mi equipo estaba listo para partir con batallas, quizá no sea una experta, pero de apoco ganare experiencia en las batallas, sólo espero que no sea un largo camino.
(Nos encontramos Eli?) Comencé a caminar por mas, decidí seguir caminando, con mis pokemon a la par de mi, Pelipper volando a mi lado, Skytti y Munchlax a mi derecha, Snivy a mi izquierda, al igual que Conkeldurr, y Raticate estaba algo adelantado del resto, todos estaban tranquilos, no parecían pelearse, era algo bueno, un equipo debe llevarse bien entre todos los integrantes, siempre pensaba eso, en momento de equipos... —Raticate, no te adelante demasiado..—le mencioné a mi pokémon, cual volteo, y los acompaño a la par.—Bien, ahora te comportas mejor.—
(Okey, me siento sólita) Estaba ansiosa dando saltitos por la calle como una niña de cinco años, cuando sentí movimiento en mi bolsillo derecho, metí la mano en el y saqué una pokeball con una pegatina de moño color rosa, así diferenciaba mis pokeball para que no se perdieran, la pokeball se sacudió y de ella salió mi Bulbasaur. El pokémon sonrió y salió corriendo. —¡¿A dónde crees que vas?! —le grite al tipo planta y veneno antes de salir corriendo tras él, espero que no se pierda.
Cuando Snivy noto un Bulbasaur por ahí, trato de atraparlo, y razonar con el para que no se escapara de su entrenador... —¡Snivy! ¡Espera!—le grite a Snivy, siguiéndolo—ese Bullbasaur es muy rápido! — (Yay, ahora di que nos encontramos en un punto cerca de un árbol, donde Bulbasaur había dejado de correr, y Snivy trataba de razonar con el, y preguntarle porque se había ido corriendo asi.)
Ahora un Snivy perseguía a mi Bulbasaur, no entendía porque estaba tan inquieto hoy, después de un rato persiguiéndolo se detuvo a la sombra de un árbol, el Snivy estaba junto a el hablando, lo más probable preguntándole porque escapaba de mi. Llegue junto a los pokémon y tome al mío en brazos, era un poco pesado, pero no tanto como para no cargarlo. —Bulbasaur —le dije en un tono de reproche —, ya te dije que no salgas a explorar en lugares desconocidos.
—Snivy!—corriendo al árbol, donde estaban ambos pokémon, quede agotada—No vuelvas a salir así...—suspiré, agotada del camino, y el pokémon tipo planta subió a mis hombros. —Lamento si Snivy molesto a tu Bulbasaur, no le agradan los pokémon que corren tan rápido...
—Yo lamento que tu Snivy saliera corriendo tras mi Bulbasaur, el suele emocionarse en los lugares nuevos —solté una leve risa acariciando la cabeza de mi amigo para después acomodarlo en mis brazos —. ¿Y mis modales?, me llamo Elisa, ¿y tu como te llamas?
—Yo me llamo Kim, es un placer, Elisa, lindo vestido..—mencioné, con una sonrisa agradable—Creo que Munchlax tiene sueño, ¿No es así, amigo?—le pregunté a mi tipo normal color azul, cual asintió, con un bostezo.—mejor regresa, descansaras mejor..—tomé la pokéball del pokémon, y lo regrese, rápidamente.
—Igualmente y gracias —dije con un leve sonrojo tomando la pokéball de Bulbasaur —. Tu también regresa travieso —mi compañero puso mala cara y le sonreí amable —, después te llevo de paseo —prometí, a lo que el respondió con una sonrisa asintiendo, lo regrese a la pokéball y la guarde en mi bolsillo derecho junto a mis otros pokémon.
Liza, a pesar de estarme empujando no podría decir que me movía demasiado que digamos pero aun así apresuraba el paso lo mas que podía pero por alguna razón mi cuerpo no quería cooperar del todo, tal vez era el cansancio producido después de todo el juego. Llegamos al centro pokemon y Joy amablemente nos dio toallas con las cuales rápidamente me me empecé a "secar" un poco la ropa y no dejar tan mojado el piso cuando pasara y en lo que concierne a mi cabello nada mas lo sacudí pasando rápidamente mis manos por este — Claro...yo te busco después — dije tomando las llaves de mi habitación que Joy nos había dado y empezando a caminar por el pasillo hasta encontrar mi recamara, realmente necesitaba algo que me quitara lo frio, y lamentablemente recurriría al agua caliente que casi nunca me dignaba a usar
—Y, dime Elisa, ¿Ya tuviste tu primera batalla?—pregunté, regresando al resto de los pokémon a su lugar.