Con mucha serenidad, Lucario evitó el Golpe Aéreo gracias al movimiento Detección. MEGALUCARIO: Lucha/Acero (Asesino) Adaptable: Aumenta los ataques de su mismo tipo en 20 puntos Salud: 25/140 Fuerza: 295 (40) Resistencia: 160 (20) Agilidad: 4/4 (130 de Velocidad) (10) Movimientos: -Esfera Aural (80 Potencia, Lucha, ineludible) (Usos: 1/2) -Pulso Dragón (60 Potencia, Dragón) (Usos: 4/4) -Foco Resplandor (80 Potencia, Acero) (Usos: 4/4) -Detección (Evita un ataque sin gastar un punto de agilidad) (Usos: 1/2)
—Queeeeee fuerteeeeeeeeeeee. ¡Pero no hay que rendirnos!—Metagross bastante agotado por el hecho de esquivar lanzó un fuerte Puño Meteo contra el enemigo. METAGROSS: Acero/Psíquico Cuerpo Puro: inmune a cambios de estadísticas negativos. Salud: 120/120 Fuerza: 270 (30) Resistencia: 220 Agilidad: 0/2 (70 de Velocidad) Movimientos: -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador; ineludible) (Usos: 0/3) -Cabezazo Zen (50 Potencia, Psíquico) -Puño Meteo (80 Potencia, Dragón, sube además en 10 la fuerza propia) (Usos: 1/2) -Puño Bala (30 Potencia, Acero, se esquiva con dos puntos de agilidad) (Usos: 4/5
Lucario eludió la embestida de Metagross. —¡Hadoudan! —dije a viva voz. Aquella era otra de la formas de nombrar a la Esfera Aural. MEGALUCARIO: Lucha/Acero (Asesino) Adaptable: Aumenta los ataques de su mismo tipo en 20 puntos Salud: 25/140 Fuerza: 295 (40) Resistencia: 160 (20) Agilidad: 3/4 (130 de Velocidad) (10) Movimientos: -Esfera Aural (80 Potencia, Lucha, ineludible) (Usos: 0/2) -Pulso Dragón (60 Potencia, Dragón) (Usos: 4/4) -Foco Resplandor (80 Potencia, Acero) (Usos: 4/4) -Detección (Evita un ataque sin gastar un punto de agilidad) (Usos: 1/2)
Mega-Lucario lanzó el fortísimo ataque de tipo lucha, acabando con Metagross en el acto, algo impresionante, todavía estaba atrás. —Buen trabajo amigo Metagross, descansa por ahora.—Lo regresé, Venusaur había observado todo, algo decepcionado pero por dentro me tenía mucha fe y afecto, él me conocía, siempre esforzándome, pero siendo superado. —¡Lo hiciste de maravilla Hu, me has ganado de una manera perfecta, ni por un momento bajaste la guardia!
—Gracias, Ukita, hago lo mejor que puedo —respondí, con modestia—. Debo confesar que más de una vez pensé que iba a perder. Lucario dejó escapar un suspiro: la fuerza de sus oponentes lo había puesto en un estado de tensión que se aflojó en ese momento. Se despidió de Ukita con una breve inclinación de cabeza antes de regresar, por sí mismo, a descansar dentro de su pokébola. A mi espaldas, Maractus sacudía las maracas contento por la victoria que nuestro equipo había tenido. Cottonee lo acompañaba revoloteando a su alrededor. Serperior, por su parte, nos miraba en silencio pero orgulloso por dentro.
Una vez salimos del Centro Pokémon, me estiré hacia arriba a modo de quitarme el entumecimiento por haber estado un buen rato sentada, y miré a todos lados contemplando lo transitada que estaba Ciudad Acrílica a éstas horas de la tarde. Caminamos tranquilamente por las calles mientras pensaba en algo. —Steve una cosa, ¿tú sabes quienes serán nuestros rivales en la batalla por el bronce? —le pregunté con curiosidad.
—Bueno, Ukita, iré a curar a Goodra y a Lucario —dije al cabo de un rato—. Gracias por esta batalla, ¡fue emocionante! Giré sobre mis talones para hacer el camino hacia el Centro Pokémon. Tras dar unos pocos pasos me detuve, recordando que en mi morral tenía algo que quizás podría interesar al finalista del Torneo Acrílica; así, hurgué cuidadosamente en los interiores del mismo, puesto que el bolso todavía albergaba en su interior el huevo de los breakdancers. Extraje un volumen pequeño pero de varias páginas, con una portada colorida. Se lo ofrecí a Ukita... —Dijiste que querías prestado uno de mis libros, ¿no? —sonreí— Este es el que te puedo ofrecer, algo me dice que te va a gustar su lectura —el entrenador tomó el libro entre sus manos, mirando con curiosidad su portada—. Que lo disfrutes... ¡Ah! ¡Y les deseo éxitos a tí y a Effy en la gran final! Dicho esto, me alejé seguido por el Trío Hoja (así llamaría de ahora en adelante al grupo conformado por Serperior, Maractus y Cottonee). El libro que presté a Ukita era: Contenido oculto El imperio Frizz!. Historia y apogeo de la mayor corporación de refrescos de Galeia. Por Alan Brito Delgado. (400 páginas)
Goodra y Lucario fueron rápidamente curados en el Centro. Aproveché la ocasión para sacar al Hada Soñadora de su pokébola. Ésta se desperezó un poco, preguntándome por telepatía la razón de haberla despertado. —Ocupemos aquella mesa de la cafetería y disfrutemos de una buena merienda —fue mi animada respuesta. Así, el Trío Hoja, Lucario, Gardevoir, Goodra y yo ocupamos una larga mesa. Nos servimos tostadas, brebajes y unos cuantos dulces. Eso sí, la reunión se enfocó rápidamente en Lucario y Gardevoir; nos pusimos a analizar todos los escenarios que presentaría la batalla por el Tercer Puesto, y cómo podríamos contrarrestarlos en caso de que implicaran desventajas para el grupo formado por Brendan y yo. Gardevoir se encargaba de traducirme las respuestas de los demás, puesto que Serperior y Goodra tomaron parte en la conversación; Cottonee, por timidez, no dijo ni "Cottonee"; Maractus también aportó su opinión, pero haciendo bromas constantes con las que ni el Hada (al traducir) ni yo (al escuchar) podíamos contener la risa... Si bien la charla fue amena, quedaron muchos cabos sueltos. Pero podríamos re-pensarlos más adelante. De momento, tenía que ir a ver cómo le estaba yendo a Chad en la Torre de los Dragones, por lo que pagué la cuenta y salí a las calles, seguido por los míos. Todos regresaron a sus pokébolas (incluso Cottonee, porque no quería volver a descomponerse); Pidgeotto salió de la suya. Nos alejamos hasta ser un punto desaparecido en los cielos.
Cuando mire hacia arriba, pensé en algo raro..No dejaba de pensar en un viejo amigo que conocí en mi viaje.. Habíamos sido grandes amigos..Lo comencé a extrañar mientras seguí caminando por otro rato —Mejor seria llamarlo.. Creo que tengo su número..— Pero luego saque la pokeball de Pelipper, y decidí ir a un viejo inicio —A Ciudad Lienzo amigo..—Comenzamos a sobrevolar los cielos.
—Good question... —Proseguí a revisar mi Pokédex, por si de pronto estaba la base de datos del torneo disponible, y afortundamanente, encontré la información que necesitaba. Eran dos chicos... y uno de ellos era bastante conocido para mí. —¡Wow! Entre ellos está Hubert, y el otro es un chico llamado Brendan...
—¡Hu, esto se ve genial!—le dije muy agradecido a Hubert, antes de que se vaya muy satisfecho. Guardé a mis dos pokémon y me monté en mi inicial, quien me llevaría al centro pokémon como paseando, mientras yo ojeaba el libro.
Esperé impaciente mientras Steve revisaba su Pokédex hasta que finalmente dio con los nombres, y no pude evitar sorprenderme gratamente. —¡Qué genial! Nos han tocados unos rivales fantásticos. —exclamé con alegría. —Que ganas de enfrentarnos ya a ellos. Mientras pensaba en cómo sería esa batalla, recordé que debería ir ya a por mis pokémon a la guardería si no quería que me cobraran de más allí, por lo que me giré a mi amigo y tras explicarle el motivo por el que debía irme monté en Togekiss y despegamos cuanto antes. —¡Nos vemos en el torneo! —me despedí sonriente y tras acabar la frase nos perdimos de vista entre las nubes.
—¡Arrivederci, White! —me despidí voleando la mano. Luego de eso lancé un suspiro... ¿qué podía hacer entre tanto? No habían pistas de alguien conocido que estuviera por ahí, aunque... para eso existen los dispositivos de comunicación a larga distancia, ¿no? Encendí mi Holomisor, e hice una llamada al azar, y resulta que me apareció el nombre de Hubert en pantalla. Veremos si contesta...
—Pues hace harto rato que no hablaba contigo... próximo rival de torneo —dije riendo. Era interesante todo esto. Hubert era un entrenador excepcional, así que si había algo que podía decir, era que ninguna de las batallas del torneo serían aburridas, sino todo lo contrario.
Suspiré un tanto nervioso. Me quedaba una que otra estela de duda dando vuelta luego de la derrota... pero se me iba a pasar pronto. Había que estar con los ojos bien puestos al momento de que la batalla inicie. —Claro Hubert, desde ahora te deseo suerte... —dije sonriendo tranquilamente. Luego me despedí del chico y la llamada finalizó.
@Steve Stone —Será mejor que descanses... Pidgeotto me agradeció con un asentimiento de su cabeza: el trecho que conectaba Ciudad Lienzo con Ciudad Acrílica era bastante largo y, por mucho que mi pokémon volador estuviera acostumbrado a recorrerlo, resultaba inevitable que se cansase. Casi al mismo tiempo, Serperior y Maractus se materializaron junto a mí. El nopal se sentí jubiloso por la reciente batalla. Lo habían debilitado, era la verdad, pero fue su intervención la que dictaminó el resultado final. Ahora tocaba las maracas trazando su círculos alrededor de Serperior. Mi inicial simplemente se dedicó a responder con una mirada de reprobación. Me reí ante tal. —En marcha compañeros —dije, invitándolos a recorrer las calles—. Estamos buscando una gorra, o bien un Blaziken de alta fuerza y larga melena. Mis tipo planta asintieron, uno sereno y el otro hecho una máquina de bailar. Nos pusimos a buscar a Steve.
Decidí sacar tanto a Blaziken como a Phanpy de sus pokébolas para que me hicieran compañía. Y de paso, me acordé de mi nueva amiga que se integró recientemente: Froslass. Contenido oculto —¡Hola, Froslass! Un gusto conocerte, soy Steve, tu nuevo entrenador. El fantasma níveo al principio me miró con algo de soberbia, pero luego sonrió y me abrazó suavemente, y yo sonriente, le devolví el abrazo. Al vernos ocioso, fui a la plaza de la ciudad y compré un helado para los cuatro. Blaziken se echó su helado a la boca y éste se derritió nada más al tocar la lengua del tipo fuego; Phanpy sujetaba el cono con su trompa y comía de a pedacitos, y Froslass miraba un tanto inquierta el postre al principio, pero luego se encogió de "hombros" (no tiene hombros, pero no sé como más decirlo), y se mandó su helado de un bocado. Yo lamía felizmente el yogurth congelado, hasta que al frente mío se apareció un Cactus alegre y bailarin. —¡Wow!, ¡un Maractus! Froslass se acercó al alegre cactus, con un semblante serio y curioso. Contenido oculto @Bruno EVF
—Está tan contento que se perdió... —refunfuñé, y Serperior mostró su acuerdo con una pequeña inclinación de cabeza. Habíamos llegado hasta la zona céntrica de Ciudad Acrílica, donde la Plaza no se encontraba muy lejos. Nos sorprendió una gran multitud que impedía caminar con comodidad. Parecía ser que el turismo en la Ciudad había crecido debido a la expectativa que generaban los próximos combates del Torneo. Varias pancartas decoraban las esquinas, con imágenes mías y las de Effy, Liza, Steve, Brendan, Ian y Alpha, anunciando en letras enormes y chillonas la inminencia de nuestros respectivos enfrentamientos. La región toda estaba expectante, tal era la importancia que parecían tener los Torneos... Verme reproducido en imágenes publicitarias me desagradó y halagó al mismo tiempo: había pasado de ser un simple ratón de biblioteca a un entrenador cuyo nombre era conocido por centenares de personas. Me alegré por mí y mis amigos. Sin embargo, me distraje tanto con aquellos carteles, que no advertí a Maractus mezclándose con la densa multitud a paso de música tropical. Cuando quise darme cuenta, lo perdí de vista. Así que aquí me encontraba con Serperior ahora, tratando de ubicar las flores de su cabeza. Mi inicial erguía su cuerpo todo lo que podía, para tener una vista más panorámica, pero su mirada me decía que no lo había visto. —Probemos en la Plaza —sugerí. *** Cuando Serperior y yo llegamos a la Plaza, vimos a Maractus a lo lejos. Mostraba sus dotes musicales a un Froslass que lo enfrentaba, producto de la curiosidad. Fue entonces cuando alcancé a ver la figura de Steve, Blaziken y Phanpy. Sonreí. —¡Steve! —llamé, acercándome al trote junto con Serperior. Alcé una mano— ¡Steve, por aquí! @Steve Stone
En ese momento, el cactus se vio alegre al tener a Froslass en frente suyo y comenzó a bailar mientras soltaba diversos sonidos musicales... me parecía bastante simpático, la verdad, ¿acaso era un pokémon de Ukita? Porque a decir verdad, era bastante psicodélico y alegre. Sin embargo, a Froslass no le causó la misma impresión. Ésta miró despectivamente al cactus de pies a cabeza y luego volteó su cabeza con altanería de sobra mientras emitía una especie de "Hmmph!" y volvía hacia mí. —'Uhh, parece que tenemos a toda una diva en nuestro equipo...' —pensé con ironía. Luego, escuché mi nombre. Volteé a ver quien me había llamado y vi que se trataba de Hubert. —¿Qué hay amigo? —dije voléandole la mano. Aunque, por descuido, dejé caer mi helado... ¡ahora iba a quedarse ahí! Bueno... no. El glotón de Phanpy llegó hacia las sobras del helado y lo aspiró con su trompa, y luego empezó a dar saltitos felizmente.
—¡Todo muy bien! —contesté al llegar. Estreché amistosamente y con energía la mano de Steve. Serperior se aproximó y, apenas vio la oportunidad, regañó a Maractus con una mirada severa. Pero éste sólo le sonrió, para después comenzar otro baile alrededor de él, al compás de sus maracas. Froslass miraba a ambos pokémon con exagerada indiferencia, como pretendiendo que no eran dignos de estar ante su vista. Me reí ante aquello: al parecer Steve había sumado a toda una diva a su equipo. —¿Cómo estás tú, Steve? —dije, aflojando el apretón de manos— ¿Y esa Froslass? —agregué, muerto de curiosidad.