[capitulo doce]: una historia de amor no se pinta sola

— Ni me lo recuerdes — exclamo sonrojada Maika mientras se terminaba de alistar. — Ia, si quieres luego te cuento la historia, pero ahora hay que apurarnos, no quiero llegar tarde a clase.

 

Reí ante la respuesta de Tenchou y luego le miré --¿Entonces estas deacuerdo en que te vez mejor con la boina?-- pregunte tratando de que se diera cuenta de que era lo que traía en la cabeza, pues al parecer nisiquiera se había dado cuenta.

 

— Vale, pero primero hay que comer algo, para no desplomarnos en clases.— Le dije a Maika con una sonrisa míentras caminaba.

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@Lineve Kyoko

 

— Tienes razón — dijo Maika tomando sus cosas mientras las tres se dirigían a la cafetería.

 

—¿Me veo bien con qué? —pregunté colocando mi mano en mi cabeza, tomando la boina para mirarla, —no es mi estilo, pero la podría llevar ¿No crees? —me reí colocándome nuevamente la boina.
Continué comiendo alegremente mi comida, pero de vez en cuando robaba comida a Defoko o Kaito.

 

Reí cuándo se puso de nuevo la boina pues pensaba que me la devolvería, --Te vez genial-- reí, seguí comiendo hasta que empezó a quitarme comida, en un momento de distracción tome la galleta en forma de pescado y le di una mordida--Delicioso-- reí.

 

Sentí algo de indignación cuando tomó mi preciada galleta y la mordió, pero pensé que yo estaba haciendo lo mismo, así que intente no molestarme por ello, al contrario.
—Sí te gusta la galleta quizá quieras probar esto —mencioné mientras cortaba un pedazo de panqueque y lo acercaba a su boca.

 

Me sonroje completamente cuándo me ofreció el panqueque y aún más cuándo lo acercó a mi boca ... abrí un poco la boca completamente sonrojada -- V-Vale--

 

se río levemente y tomo sus cosas para acompañarlas hacía la cafetería — la verdad ni siquiera recuerdo las clases que tocaban hoy ¿alguien sabe?—

@Lineve Kyoko @Black

 

Al terminar de comer y de ser molestado por Mikuo, decidía que me sentía un poco mejor.
— Chicos... creo deberíamos ir a clases —comenté con voz ronca mientras me levantaba de mi asiento y tomaba mis cosas, sentí un leve mareo pero nada importante, supuse que ya podría mantenerme despierto y calmado— por cierto... ¿Por qué soy el único que sobre reacciono con la bebida? —pregunté mientras íbamos camino a los salones.

 

Durante el almuerzo no estuvo prestando la mínima atención a lo que conversaban los demás: Estaba algo cansado y mareado todavía. Sin embargo pudo darse cuenta de que todos se levantaron para ir a la clase así que les siguió. —Bueno Len, probablemente porque era tu primera vez bebiendo— respondió Luki a la pregunta del rubio.

 

— Pero... ¿Tú te emborrachaste tan rápido en tu primera vez? —pregunté con un rostro sonrojado a Luki-san— porque aunque no sé muchas cosas, creo que es algo vergonzoso caer rendido con media cerveza —miré abajo para voltear hacia Gakupo-san y Mikuo que estaban distraídos hablando atrás— esos dos en cambio me dan envidia, parecen ser los menos afectados de nosotros cuatro.

 

—Me emborraché rápido... más no me desmayé tan rápido— admitió el pelirosa. Suspiró y le sonrió a Len, revolviendo su cabello con suavidad. —Debes admitir que tienes desventaja en ser el menor de los cuatro; pero eso solo quiere decir que te falta conocer y experimentar.— Levantó la mano del rubio en alto. —Experiencia del alcohol: Superada... al menos en un 75 por ciento.— Sabía que era pésimo animando a la gente: Las únicas dos veces que había logrado subirle un poco el ánimo a alguien también demostró, pues, afecto físico. Y Len ya creía que tanto él como Mikuo (y a Gakupo también lo señaló) eran unos malditos prvertidos que no tenían piedad de él. Esperaba realmente no ser un amigo tan patético, pero hacía lo mejor que podía.

 

— ¡Sígueme tratando como un niño! —me quejé mientras inflaba mis mejillas— aunque no parezca tengo 15 años ¿Sabes? —traté de sonreír pero me sentía frustrado— por cierto... perdona por ayer —baje la cabeza avergonzado— sé que soy más joven que ustedes y suelo ser idiota e inocente, y aunque ese día trataba de animarte para que no estuvieras enojado —comenté sobre la vez que Luki-san había visto besarse a Mikuo con Shion-san— realmente no defendía a Mikuo, pero tampoco le encontraba objeto a enojarse con él —murmuré— quizá porque nunca me he enamorado en serio... puedo sentir el gustar perfectamente, si lo digo así... ¡También me gusta Shion-san! —miré a Luki-san a los ojos con un leve sonrojo— claro que no es amor... —aclaré— en muchos sentidos la admiro, fue la primera persona que me habló en la academia, es la única chica con la que convivo tanto y así mismo, tampoco puedo enojarme porque ella las pasa difícil —miré al suelo— quizá no tan duras como quiere parecer, pero ella también vive sin ver el mundo, por eso me gusta —moví la cabeza— ¡Aunque me desvió del tema! —mi cara se sonrojo.

¿Cómo podía transmitir estos sentimientos? ¿Cómo podía decirlo con más claridad? Me sentía como un bebé balbuceando y al final solo sentía el terrible dolor de una cruda insoportable, tuve que ponerme en cuclillas tratando de mantener la conciencia, mientras ponía la mochila entre mis piernas y respiraba hondo. Por unos segundos volví a sentirme como un niño indefenso y no pude evitar reír.

— Tenía miedo y estaba asustado porque no podía hacerte sonreír —susurré— gritabas, reíste y me acusaste de defender a Mikuo —moví la cabeza— para mí es complicado, quizá porque no soy capaz de amar, quizá nunca lo seré, o es solo que... valoro más una amistad que un amor —me levanté nuevamente y seguí caminando hacía las clases— quisiera que la gente entendiera, para mí... yo... bueno... —reí tímidamente— ¡Yo los valoro! —grité para luego ponerme totalmente rojo— solo quisiera nunca discutieran y nunca se enojaran... sino... ¿Qué quedará? ¿Qué tendría que hacer? ¿Tendría que elegir entre ustedes? Lo sé, soy inmaduro y traté de poner mis ideales sobre ti —lo miré con una sonrisa mientras mis ojos lagrimeaban— por eso lo siento Luki-san.

 

Sabía que recordarle que era más joven le haría pensar que lo trataba como un niño, pero no era el caso. Tal vez solo en el sentido de que quería hacer todo lo posible para que estuviera bien. Len, Mikuo y Gakupo en esos momentos eran todo para él: Sus primeros verdaderos amigos, muy buenos amigos. Antes de querer decirle a Len que él lo sentía por como se había portado con él cuando sabía que solo quería animarle después de lo que pasó con Kaiko y Mikuo, se detuvo a escuchar todo lo que tenía que decir. El cómo expresó sus sentimientos sobre Kaiko lo conmovió realmente, y se dio cuenta de algo: No tenía muchos motivos ni una clara idea para responder el por qué le gustaba Kaiko. Aún si tampoco era amor para Luki, comenzaba a creer que para Len era algo más cercano. Y el rubio merecía esa oportunidad más que él. No supo exactamente qué hacer cuando en se puso en cuclillas, excepto hacer lo mismo para continuar escuchándolo. Cuando terminó de hablar, disculpándose otra vez, fue su turno.

—Len... yo soy quien debe disculparse contigo. Debí haber aceptado el que quisieras animarme ayer en lugar de portarme como un imbécil...— Se llevó una mano a la cabeza. Tenía deseos de llorar. La cruda también le dificultaba pensar y expresarse debidamente. —De verdad, lamento mucho mi comportamiento de ayer. Y lamento las vecesque te he tratado como a un niño. Pero... eso sólo ha sido porque ustedes también significan mucho para mi.— Se sonrojó y miró al suelo por un momento. —Tu idea de valorar una amistad antes que el amor es muy sabia...— Volvió a mirar a Len a la cara. —En mi caso, por ser el idiota que soy, nunca acepté la clase de amor que me brindaba mi familia. Y si jamás tuve amigos antes, mucho menos tuve la oportunidad de que me gustara alguien...— Sonrió. —Pero te diré una cosa: Entré anoche y esta mañana me he dado cuenta de que... realmente lo de ayer fue muy estúpido. Y la conclusión más importante a la que llegué es que... Si antes no podía responder a la pregunta de por qué me gusta Kaiko... ahora mucho menos. Pero tú lo acabas de hacer. —Palmeó su espalda y lo ayudó a ponerse de pie de nueva cuenta, ayudándole con la mochila. —En lo que respecta a Kaiko, te recomendaría no rendirte— dijo, extrañamente inseguro aún de sus palabras. —Vamos, que se nos hará tarde para la clase.

 

Me quedé viendo a Luki-san, no dije mucho, solo moví la cabeza con una sonrisa mientras pensaba "No lo entendió", lo seguí con calma, el había entendido todo lo anterior, pero respecto a Shion-san, era claro que me gustaba pero no me estaba dando por vencido porque no estaba luchando. Ella era importante en muchos sentidos pero no era para mí, por lo menos no ahora, un interés amoroso, quizá porque me había dado cuenta que yo no estaba listo para eso. No pude evitar reír, en realidad era tan inmaduro, pero una cosa sabía... por ahora si era demasiado joven para una relación y solo quisiera disfrutar una amistad.

— Luki-san... —traté de decirlo, pero sin importar como me planteara las palabras no salía más que oraciones raras— yo... —entonces sonreí— quizá me mal interpreto —dije mientras corríamos a clases— yo no estoy ni tengo intención de ir por ella, no porque me haya rendido, nunca lo he hecho, simplemente... no tengo un interés romántico —sonreí— ella me gusta tanto como si fuera de mi familia —hice un gesto gracioso— ustedes me gustan más.

 

A decir verdad, probablemente si malinterpretó a Len... O probablemente interpretó sus palabras de un modo más favorable para su situación: Porque sería más fácil hacerse creer a si mismo que dejaría de sentir algo por Kaiko para que Len se permitiera sentir algo más por ella. Sus últimas palabras lo hicieron reír. —Sin embargo nosotros somos los pervertidos homosexuales que te acosan, ¿verdad?— bromeó volviendo a carcajearse (o más bien a reírse todo lo fuerte que la cruda se lo permitía).

 

— ¡Ya! Lo siento... —me sonroje desviando la mirada mientras me sentaba en un pupitre— ¡Solo soy un niño! Luki-san... —le miré a los ojos con una sonrisa— aparte póngase en mi lugar, después de ser acosado sexualmente durante casi toda su vida por hombres por su apariencia femenina, ninguna chica lo ve como un hombre, y un día despierta después de una borrachera sin recordar nada y a lado de un hombre en ropa interior... ¿Qué sería lo primero que le pasaría por la mente?

 

Se sentó al lado del rubio sin poder evitar seguir riendo en voz baja. —Y que niño tan contraproducente...— dijo mientras se detenía a pensar si había dicho bien esa palabra, y si encajaba con lo que trataba que decir. La cruda le dormía las neuronas. —Pero vamos. Ya sabes que nosotros jamás te pondríamos un dedo encima en ese sentido— dijo, dando a entender medio en broma que se sentía ofendido. —Además, al menos yo puedo decirte que soy totalmente heterosexual.— Se rió al pensar en eso último, recordando vagamente que ayer hablaban con Gakupo de un tema similar.

 

Suspiré un momento mientras veía mi cuaderno.
— Ahora que hablas de heterosexualidad —reí levemente— me haces recordar algo de cuando era más joven —le volví a mirar con una sonrisa— aunque mi ideal es enamorarme de una chica, he pensado... ¿Qué hace realmente diferente a un hombre de una mujer? La respuesta más básica para mí es... ¡Su cuerpo! —hice la silueta de unas curvas como broma— pero... cuando te enamoras... ¿Es realmente el cuerpo lo que atrae? Entonces cuando leía libros románticos siempre decían "Era sus ojos, era su forma de ser, su personalidad lo más bello de este mundo" —recité con cierta nostalgia— y aunque no me he enamorado, pensaba que lo más importante era eso, lo de adentro, entonces me cuestionaba... ¿Qué pasaría si una persona tuviera todo lo que busco en alguien, pero resultara ser hombre? —moví la cabeza horrorizado, mientras temblaba y me abrazaba los hombros— ¿Significaría que soy gay? —traté de no llorar— luego me ponía a pensar... ¿Realmente existe la heterosexualidad? ¿No es que te enamoras de quien debes enamorarte? Pero sin importar cuantas vueltas le daba, me daba miedo la respuesta... ¡Soy algo homofobico! —traté de sonreír— ¿Usted que opina Luki-san!